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Emociones inmersas en las representaciones sociales del agua en estudiantes de Monterrey, Nuevo León
Emotions Immersed in the Social Water Representations in Students of Monterrey, Nuevo León
Emoções imersas nas representações sociais da água em estudantes de Monterrey, Nuevo León
Revista Humanidades, vol. 14, núm. 2, 2024
Universidad de Costa Rica

Desde los estudios étnicos, culturales, de género y ambientales


Recepción: 02 Diciembre 2022

Aprobación: 02 Junio 2024

Resumen: Este artículo examina las representaciones sociales que emergen de las interacciones sociales e individuales diarias con el agua, convirtiendo el recurso hídrico en un un elemento fundamental en las prácticas cotidianas de la humanidad. Estas representaciones sociales, que abarcan creencias, significados y emociones, se analizan desde la perspectiva del gobierno de las emociones de Victoria Camps, explorando la siguiente interrogante: ¿qué emociones caracterizan las representaciones sociales del agua que manifiestan los y las jóvenes? El objetivo es establecer una conexión entre las emociones presentes en estas representaciones sociales y su potencial para influir en las prácticas sociales relacionadas con el agua. A continuación, se presentan datos empíricos obtenidos mediante una investigación cualitativa que incluyó entrevistas en profundidad. Se comienza exponiendo las representaciones sociales del agua, seguido por un análisis de las emociones que subyacen en ellas.

Palabras clave: lenguaje simbólico, agua, psicología social, afectividad.

Abstract: This paper explores the social representations that emerge from daily social and individual interactions with water, making the water resource a fundamental element in the daily practices of humanity. These social representations, which involve beliefs, meanings and emotions, are analyzed from the perspective of Victoria Camps' government of emotions, exploring the following question: what emotions characterize the social representations of water expressed by young people? The objective is to establish a connection between the emotions present in these social representations and their potential to influence social practices related to water. Empirical data obtained through qualitative research involving in-depth interviews are presented. We begin by outlining the social representations of water, followed by an analysis of the emotions underlying them.

Keywords: symbolic language, water, social psychology, affectivity.

Resumo: Este artigo analisa as representações sociais que emergem das interacções sociais e individuais quotidianas com a água, tornando o recurso água um elemento fundamental nas práticas quotidianas da humanidade. Estas representações sociais, que englobam crenças, significados e emoções, são analisadas na perspetiva do governo das emoções de Victoria Camps, explorando a seguinte questão: Que emoções caracterizam as representações sociais dos jovens sobre a água? O objetivo é estabelecer uma relação entre as emoções presentes nestas representações sociais e o seu potencial para influenciar as práticas sociais relacionadas com a água. De seguida, apresentam-se os dados empíricos obtidos através de uma investigação qualitativa que envolveu entrevistas em profundidade. Começa-se por delinear as representações sociais da água, seguindo-se uma análise das emoções que lhes estão subjacentes.

Palavras-chave: linguagem simbólica, água, psicologia social, afetividade.

1. Introducción

El agua, un recurso indispensable e insustituible para la supervivencia de todos los seres vivos, se ha convertido en un elemento de gran valor y utilidad en diversos ámbitos, tales como el socioeconómico, político, energético, la producción de alimentos, la vida de los ecosistemas, así como en objeto de disputas y conflictos sociales y base de acuerdos políticos, entre otros aspectos. No obstante, al ser un elemento con una dimensión política y social innegable, el tema del agua está indudablemente ligado a los derechos humanos, que buscan garantizar que todas las comunidades tengan acceso suficiente al agua para satisfacer, como mínimo, sus necesidades básicas (Organización de Naciones Unidas, s. f.).

Al pasar el tiempo, se vuelve más evidente que, en las últimas décadas, el tema del agua ha cobrado cada vez más relevancia debido a eventos desafortunados como sequías prolongadas, disminución de los caudales de los ríos, racionamiento del líquido, inundaciones e incluso escasez del recurso (Barlow, 2009). Hace dos décadas, Shiva (2003) ya advertía que los conflictos y guerras por el agua no eran una predicción futura, sino una realidad presente en todo el mundo. Ante ello, la ética universal del agua sale a relucir y expone la importancia basada en la biología y ecología, que expone que, si los cuerpos de agua del mundo, como ríos, lagos y humedales, se mantienen en buen estado, la salud y la vida de la sociedad también lo estarán.

La globalización ha jugado un papel fundamental en los conflictos relacionados con el agua, ya que, según Arrojo (2008) y Shiva (2003), ha transformado las actitudes y prácticas de la sociedad hacia la conservación y preservación del agua, exacerbando los problemas ambientales, la explotación de los recursos naturales y la percepción del agua como un bien económico y objeto de corrupción. En este contexto, es esencial reconocer que las acciones son fundamentales para el cuidado del agua. Por lo tanto, comprender el origen de las diferentes prácticas, actitudes, creencias, emociones y representaciones que influyen en la forma en que nos relacionamos con el agua es crucial para abordar la escasez de recursos naturales como un problema social contemporáneo.

La teoría de las representaciones sociales (RS) de Moscovici (1979, 1988) ofrece una perspectiva invaluable para profundizar en las motivaciones que subyacen en las acciones o posturas adoptadas al usar, pensar o representar el agua. Esto permite explorar las representaciones sociales del agua (RSA) entre jóvenes estudiantes de Monterrey pertenecientes a la Universidad Autónoma de Nuevo León. Para este estudio, se empleó una metodología cualitativa a 30 estudiantes, que destaca la importancia de las entrevistas a profundidad como herramienta fundamental para comprender las prácticas de los jóvenes universitarios. Además, se complementó este enfoque con el análisis de dibujos elaborados por los propios participantes, aportando al análisis y comprensión aún más a fondo la RSA.

En este contexto, las preguntas de investigación son las siguientes: ¿cuáles son las representaciones sociales del agua en jóvenes de Monterrey?; ¿qué tipo de emociones contienen estas representaciones del agua?; ¿podría el enfoque del gobierno de las emociones encauzar la mejora de las prácticas con el agua?; ¿cómo y cuáles serían los aportes sociales de analizar las representaciones sociales desde el ámbito de las emociones? Como objetivos, se planteó: (1) exponer las representaciones sociales del agua que se encontraron; (2) relacionar las emociones con el contenido de las representaciones sociales del agua; (3) analizar si el enfoque del gobierno de las emociones encauzaría la mejora de las prácticas con el agua; (4) explicar los aportes de investigar desde ambas teorías.

2. Las representaciones sociales y su convergencia para el estudio del agua

La teoría de las representaciones sociales proporciona un marco para estudiar el pensamiento social y las percepciones del mundo, lo que permite comprender cómo la sociedad adopta posturas y construye visiones sociales para interpretar y aplicar diferentes características de un objeto específico. Según Abric (2001), los objetos se construyen a partir de significados, actitudes y necesidades individuales, convirtiéndose así en construcciones sociales compartidas y en constante evolución debido a la continua atribución de significados tanto a nivel individual como colectivo. Esta construcción social se ve influenciada por condiciones sociales contemporáneas e históricas, así como por factores cognitivos y simbólicos.

Moscovici (1979), uno de los principales teóricos de las representaciones sociales (RS), plantea que esta teoría busca describir, clasificar y explicar los fenómenos sociales a partir de cómo el pensamiento social, simbólicamente, construye contextos y objetos. Estos elementos influyen en la interpretación individual de los fenómenos, lo que a su vez moldea las acciones y prácticas sociales.

Además, destaca que los fenómenos y objetos sociales están cargados de simbolismo y significado debido a la interacción continua de experiencias, léxico, creencias, valores, historia y memoria individual. Estos elementos, al ser internalizados en un contexto, se transforman en conceptos sociales en constante cambio, generando nuevas representaciones, prácticas y creencias.

Se conocen algunas de las diversas definiciones del concepto de RS con autores como Moscovici (1979), Banchs (1986), Jodelet (1993), Ibáñez (1994) y Abric (2001); sin embargo, a conveniencia de la presente investigación, se considera óptima la definición de Moscovici (1988), quien las define de la siguiente manera:

Las representaciones sociales, como ya lo mencioné, se preocupan de los contenidos del pensamiento cotidiano y de la cantidad de ideas que dan coherencia a nuestras creencias religiosas, ideas políticas y las conexiones que creamos tan espontáneamente como respiramos. Nos permiten clasificar personas y objetos, comparar y explicar comportamientos y objetivarlos como parte de nuestro entorno social.

Si bien las representaciones a menudo se ubican en la mente de hombres y mujeres, con la misma frecuencia se pueden encontrar “en el mundo” y, como tales, se pueden examinar por separado. Las representaciones se pueden conservar en pergamino o piedra en algunos lugares olvidados sin dejar un rastro como tal en la mente de nadie durante miles de años. (p. 214)

Por tanto, se propone que el estudio del agua a partir del enfoque de esta teoría aportaría a comprender y analizar los elementos y creencias que se forman en un contexto como la ciudad, alrededor de jóvenes estudiantes, y las prácticas que puedan manifestar, ya sean favorables o no favorables para su entorno social. Además, permitiría conocer la manera en que se construye su realidad en torno al agua, para explicar y aterrizar, a través de la comprensión, los comportamientos actuales en relación con el recurso natural del agua.

2.1. Las representaciones del agua

Flores (2009) ha investigado las RSA y destaca la notable presencia de representaciones antropocéntricas. En su estudio, se observó una falta de conciencia sobre la escasez de agua, el uso excesivo y la contaminación de los ríos debido a los desechos industriales, agrícolas y ganaderos vertidos diariamente, lo que amenaza las cada vez más reducidas fuentes de agua.

A pesar de que el agua está estrechamente ligada a la vida humana y la higiene corporal, se pasa por alto su importancia en otros ámbitos, como el mantenimiento de la vida de otros organismos y ecosistemas, así como la habitabilidad general del planeta Tierra.

Según De Vanssay y colaboradores (2005), entender las motivaciones detrás de los comportamientos hacia el agua es esencial para promover prácticas más favorables. Factores como el contexto, los valores y la información diaria influyen en la conciencia sobre los problemas del agua, como su disponibilidad o riesgo. Las representaciones sociales sirven justamente como marco para comprender cómo las personas perciben y reaccionan ante el agua en su vida diaria.

En el caso del agua en México, además de ser un asunto gubernamental, los ciudadanos son señalados por su consumo como causa de la escasez; no obstante, es fundamental comprender los orígenes de estos hábitos y las ideologías que los sustentan. Debido a que las creencias influyen en las prácticas, la percepción de la abundancia de agua se mantiene en parte debido a su fácil acceso en los hogares (Rodríguez et al., 2003).

Por el contrario, se ha encontrado que las poblaciones que han lidiado con el abasto irregular del agua potable están más acostumbradas al ahorro y al rechazo del desperdicio del recurso. Además, en ambos casos, las prácticas que se llevan a cabo están guiadas por la representación del agua que se tiene, la cual es producida colectivamente por su entorno, provocando así que se utilice, o no, de manera adecuada el agua (Rodríguez et al., 2003).

Lo opuesto se encontró en un estudio realizado en países del primer mundo, donde tienden a tener una visión del agua más estética e identitaria, así como un fuerte apego a ella como parte del patrimonio cultural. Esta perspectiva estética no se limita únicamente al agua en su entorno natural, sino que también incluye elementos urbanos como fuentes y arroyos, que simbolizan la conexión con la naturaleza (De Vanssay et al., 2005).

2.2. Emociones inmersas en las representaciones sociales del agua

Las emociones presentes en el comportamiento humano resaltan la vulnerabilidad inherente a la sociedad, dado que estas constituyen un aspecto central de la experiencia humana. Esto se debe a las múltiples facetas de las emociones, que abarcan desde los sentimientos hasta las experiencias, comportamientos, cogniciones y conceptualizaciones (Ortony et al., 1988).

Gutiérrez y otros (2012) destacan que las emociones son un tema de interés multidisciplinario, con raíces en la psicología y la filosofía, pero que ahora también abarca campos como la sociología, la antropología, la lingüística, las humanidades, las RS, el psicoanálisis, entre otros. Estas disciplinas estudian las emociones y sus manifestaciones corporales, como la huida o la agresividad, entendidas como prácticas sociales.

Además, según Ibáñez (1994), las emociones tienen un papel organizativo en la evaluación del entorno, similar a la jerarquización de objetos en las RS. Esto vincula ambas teorías, ya que colaboran para comprender cómo las personas adoptan posturas y comportamientos hacia los objetos representados, lo que se conoce como comportamiento social. Se entiende entonces que, tanto las emociones como las RS, son construcciones sociales influidas por creencias, juicios, cultura e intercambio de información. La reacción corporal de una persona hacia un objeto codepende de su experiencia individual con este, lo que revela las ideas, percepciones y creencias que ha desarrollado. Así, las emociones actúan como mediadoras en la construcción de representaciones.

Debido a que es una construcción social, el contexto se involucra directamente al ser el encargado de aleccionar a tener vergüenza o no tenerla, a tener miedo o no, en qué hay que confiar y en qué no. Por lo tanto, las emociones en el contexto social son los móviles de la acción, pero también pueden paralizar, como lo hace el miedo. Sin embargo, todas las emociones son útiles y contribuyen al bienestar de la persona que las experimenta (Camps, 2011).

Además, de acuerdo con Ibáñez (1994), estas cumplen un rol organizativo en la evaluación de su entorno, lo que podría compararse con la jerarquización de objetos que se lleva a cabo desde las RS. De ahí que ambas teorías se vinculen, dado que permiten acercarse al conocimiento de los objetos valorativos que orientan la toma de posturas de las personas respecto a cierto objeto representado, determinando su conducta y prácticas hacia él.

Entonces, entendemos que las emociones, al igual que las RS, son una construcción social determinada por creencias, juicios, cultura e intercambio de información. Dependiendo de la experiencia individual hacia el objeto, la persona tendrá una reacción corporal particular hacia ese algo, expresando o revelando las ideas, percepciones y creencias que las personas han estado construyendo. De esta manera, las emociones se convierten en mediadoras de la construcción de representaciones.

Las emociones encontradas inmersas en las RSA y que, por tanto, se desarrollan a continuación, con base en el enfoque del gobierno de las emociones de Camps (2011), son la falta de confianza, la indignación, el miedo y la vergüenza. Estas emociones principales se encuentran en las representaciones y se exponen en el mismo orden de ideas para comprender cómo se construye la emoción, a partir de cuáles razones y si se consideran emociones buenas o malas. Esto se hace con la finalidad de entender el papel que juegan las emociones en la manera de representar objetos sociales y sucesos cotidianos. A partir de ello, surge la imagen propia basada en las opiniones que las demás personas tienen acerca de cómo se debe ser, señalando si la persona es aceptada o rechazada socialmente (Camps, 2011).

En este sentido, es preciso mencionar que las emociones, al ser completamente construcciones sociales, no son inherentemente buenas o malas, positivas o negativas. Son emociones racionales provocadas por suposiciones y creencias creadas a partir de sucesos o hechos que son experimentados a lo largo de la vida. Estos son los motivos principales por los que surgen tanto las RS como las emociones inmersas en ellas, tales como: la inseguridad, el miedo, la compasión, la alegría, la tristeza, la confianza, la vergüenza, entre otras; llegan a ser simplemente modos de reaccionar ante la realidad que hemos creado, aumentando o disminuyendo el deseo de actuar.

3. Metodología, alcances y proceso

Para esta investigación, se contó con la participación de 30 estudiantes universitarios de Monterrey, Nuevo León, con el fin de explorar sus prácticas y representaciones sociales del agua, así como identificar y analizar las emociones asociadas a ellas. Estos pertenecían a seis facultades diferentes de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL): Economía, Ciencias Políticas (con énfasis en Sustentabilidad y Política), Biología, Filosofía y Letras (con énfasis en Sociología) y Agronomía. Estas facultades fueron seleccionadas para contrastar áreas de estudio con intereses sociales (Economía, Política y Sociología) con aquellas centradas en temas ambientales (Sustentabilidad, Biología y Agronomía).

La muestra se considera adecuada y significativa para este estudio, ya que permite obtener percepciones diversas sobre el agua en un entorno urbano. Incluyó a jóvenes universitarios de entre 17 y 24 años, ya que este grupo se encuentra en un período de formación donde pueden ser receptivos a cambios en sus prácticas mediante programas de educación ambiental (Torres et al., 2008). El trabajo de campo se llevó a cabo entre abril y julio de 2019 con informantes seleccionados por conveniencia.

Castoriadis (1982) menciona que los espacios escolares son aptos para encontrar interacciones simbólicas y construir dinámicas individuales y sociales, de donde surge la construcción de la realidad y las causas de las prácticas de los y las estudiantes. Esta selección también permitió obtener percepciones desde perspectivas antagónicas, pero interdependientes, lo que facilitó la comparación y análisis de las enseñanzas y la forma en que los estudiantes jerarquizan sus aprendizajes. Estas diferencias influyen en los discursos, prácticas y sentimientos de los y las estudiantes.

Durante la primera etapa de recolección de datos se realizaron entrevistas semidirectivas a cinco jóvenes de cada facultad. De acuerdo con Abric (2001), la entrevista es considerada como la herramienta principal para identificar la producción de prácticas a través de los discursos expuestos en ellas. Esta técnica fue aplicada para obtener el discurso de las emociones inmersas respecto al objeto de estudio.

3.1. Recolección de datos

La aplicación del instrumento se realizó en los pasillos de las facultades, con el objetivo de no interrumpir las clases de los estudiantes. Se estableció una duración mínima de 20 minutos y máxima de 40 minutos para las entrevistas, de manera que no interfirieran con otras actividades de los estudiantes. Estas condiciones de trabajo de campo se diseñaron para obtener la información necesaria de los y las informantes, asegurando que pudieran responder todas las preguntas y participar en el ejercicio de dibujo posterior a la entrevista. Las preguntas de las entrevistas se desarrollaron a partir de una matriz de congruencia que buscaba abordar tanto los aspectos teóricos como empíricos de la investigación.


Figura 1.

RSA de informante titulada con la descripción “El agua es vida…”

Elaboración propia.

Para construir las categorías en los discursos analizados, las preguntas realizadas en la entrevista fueron abiertas, lo que implicaba que el número de categorías podría ser infinito. Siguiendo el enfoque de Rojas (1981), se comenzó vaciando todas las entrevistas para detectar la frecuencia con la que aparecía cada emoción en las respuestas. Luego, se seleccionaron las respuestas más frecuentes (patrones generales) y se clasificaron en temas relacionados con las preguntas. Se tuvo en cuenta que los patrones de respuesta podrían expresarse con diferentes palabras, pero referirse al mismo tema, por lo que se unieron lógicamente y se les asignó un nombre o título. Finalmente, se asignó cada tema a una categoría.

En una segunda etapa, se utilizó una técnica de mapas mentales, también conocidos como dibujos, durante las entrevistas. Los y las jóvenes realizaron un par de estos mapas para expresar su percepción, conocimientos, significados y el valor que le otorgan al agua. Según Seidmann (2013), esta técnica es óptima para explorar y profundizar en la construcción de las prácticas sociales de los individuos.

La desventaja de esta técnica fue el hecho de que varias personas expresaron no saber dibujar y encontraron difícil expresar lo que deseaban por este medio. Como solución, se les pidió que debajo del dibujo explicaran lo que querían decir mediante lo que habían dibujado.

Estos pasos permitieron obtener los datos analizados, a continuación, con el objetivo de comprender las emociones de los jóvenes estudiantes en relación con las representaciones sociales sobre el agua. Se identificaron prácticas, usos, creencias, intereses individuales y la percepción del entorno social, especialmente en un entorno industrial como la ciudad de Monterrey.

4. Significación y resignificación del agua a través de las representaciones sociales

En la investigación con los estudiantes2 de la Universidad3 Autónoma de Nuevo León, se identificó la existencia de RSA. En la mayoría de los casos, se señala a la industria y a los objetos no naturales como los principales causantes de la crisis del agua en la ciudad, seguidos por acciones corruptas. Sin embargo, también se detectaron representaciones que resaltaban los beneficios indiscutibles que el agua tiene para la vida humana, la naturaleza y los animales (véase Figura 1, Figura 2 y Figura 3).

No obstante, en el segundo apartado, donde debían plasmar la situación actual del agua en la ciudad, los dibujos mostraban una realidad bastante diferente. Se representaban símbolos de muerte, como peces flotando en aguas contaminadas, cuerpos de agua oscuros y sucios, fábricas emitiendo humo y contaminantes, y personas malgastando el agua. Estas imágenes transmitían una sensación de deterioro y crisis ambiental, evidenciando la contaminación y el mal manejo del recurso hídrico en el entorno urbano.

Estos hallazgos reflejan la conciencia sobre el valor esencial del agua para la vida diaria de las personas, los animales y la naturaleza. Sin embargo, también se identificaron componentes clave, como fábricas, industrias y prácticas sociales negativas, que sugieren una percepción del agua que evoluciona desde un recurso valioso hasta ser menospreciado y enfrentar un futuro incierto. Esta dicotomía entre la percepción idealizada y la realidad problemática del agua en la ciudad destaca la necesidad de tomar medidas urgentes para proteger y conservar este recurso vital para las generaciones futuras.

Cuando observamos un dibujo (Figura 1) que representa un entorno natural, como un paisaje montañoso, un bosque frondoso o una playa tranquila, nuestras representaciones sociales entran en juego. Estas representaciones pueden estar influenciadas por nuestras experiencias personales, nuestras interacciones sociales, los medios de comunicación y la cultura en general.

Las emociones que experimentamos al observar dicho dibujo también están intrínsecamente ligadas a nuestras representaciones sociales. Por ejemplo, podríamos experimentar una sensación de paz y serenidad al contemplar un paisaje natural, debido a la asociación cultural de la naturaleza con la calma y la belleza. Del mismo modo, podríamos sentir nostalgia por lugares similares que hemos visitado en el pasado, o incluso ansiedad si asociamos ciertos elementos del entorno natural con peligros percibidos.


Figura 2

RSA de informante titulada con la descripción “Robo depredador de agua”

Elaboración propia.

En el caso de la Figura 2, la percepción de una empresa como una amenaza para la sociedad y la vida natural puede estar influenciada por diversos factores: las prácticas empresariales que tienen impactos negativos en el medio ambiente como la contaminación del agua, la deforestación o. la generación de residuos. Además, las campañas de marketing agresivas que promueven el consumo excesivo de productos pueden percibirse como una amenaza para la salud pública y el bienestar social.

Estas representaciones sociales pueden estar acompañadas de emociones como la indignación, la preocupación y la frustración. La indignación puede surgir ante la percepción de que una empresa prioriza sus ganancias sobre el bienestar de la sociedad y el medio ambiente. La preocupación puede surgir por los posibles impactos negativos a largo plazo de las acciones de la empresa en la salud pública y el ecosistema. La frustración puede originarse por la sensación de impotencia ante la aparente omnipresencia e influencia de estas grandes corporaciones.

En resumen, la percepción de empresas, por ejemplo Coca Cola, como una amenaza para la sociedad y la vida natural se basa en representaciones sociales construidas a través de la interacción social y la comunicación. Estas van acompañadas de emociones que reflejan preocupaciones sobre el impacto de las prácticas empresariales en el medio ambiente, la salud pública y el bienestar social. Este análisis nos invita a reflexionar sobre el papel de las grandes corporaciones en nuestra sociedad y cómo estas percepciones influyen en nuestras actitudes y comportamientos hacia ellas.


Figura 3.

RSA de informante titulada con la descripción “Dinero y vida”

Elaboración propia.

En la Figura 3, la percepción de que el acceso al agua está vinculado al dinero puede estar influenciada por varios factores sociales y culturales. Por un lado, existe la realidad de que, en muchos lugares del mundo, el acceso al agua potable segura está condicionado por factores socioeconómicos. Las personas con mayores recursos financieros pueden tener acceso a sistemas de agua de mejor calidad, como agua embotellada o sistemas de filtración, mientras que aquellos con menos recursos pueden enfrentarse a dificultades para acceder a agua limpia y segura.

Esta representación social puede generar una serie de emociones, como la indignación, la injusticia y la preocupación. La indignación puede surgir ante la percepción de que el acceso a un recurso vital como el agua está determinado por el dinero en lugar de las necesidades básicas. La injusticia se origina al observar las disparidades en el acceso al agua entre personas de diferentes estratos socioeconómicos, lo que refuerza las desigualdades existentes en la sociedad. La preocupación puede surgir por las consecuencias a largo plazo de estas disparidades en términos de salud pública, equidad y estabilidad social.

5. Herramientas de la ecolingüística para analizar las reacciones emocionales ante la crisis del agua

Las emociones son clave para el desarrollo de la sociedad, ya que, según Aristóteles, son sentimientos que cambian a las personas hasta el punto de afectar sus juicios a través del razonamiento de aquello que se piensa que es bueno para nosotros (Camps, 2011). La ecolingüística es una perspectiva que analiza las referencias relacionadas con un entorno donde ocurre un hecho social y explora cómo la sociedad desarrolla su discurso ecológico en función de su entorno. Si bien la ecolingüística aborda el ambientalismo, su enfoque principal es el estudio del lenguaje en el contexto social (Couto, 2007).

Y es que las relaciones entre el ser humano, las lenguas y las condiciones externas son sumamente complejas y variables en el tiempo y el espacio. La lengua —las lenguas, diríamos— no solo forman parte de nuestra realidad, sino que también la configuran y la representan en forma metafórica, transforma nuestras percepciones en significados ... es decir, la gramática hace posible el significado y también pone límites. (Couto, 2009, p. 128)

Las emociones encontradas en las RSA hacen explícitos los componentes emocionales en ellas. Entre las principales, se encuentran la falta de confianza, la indignación, el miedo y la vergüenza, emociones que surgen por causa de la crisis del agua que el Estado de Nuevo León ha venido experimentando desde hace tiempo. También es importante mencionar que las emociones detectadas e inmersas en las RSA, siguiendo el enfoque del gobierno de las emociones de Camps (2011), dan las pistas para comprender cómo se están formando, las razones detrás de ellas, su naturaleza y cómo influyen en la representación de objetos sociales y sucesos cotidianos.

De igual manera, Nussbaum (1992) menciona este aspecto y encuentra dos factores principales en los que se desarrollan las emociones: (1) la forma estructural de la sociedad humana; y (2) las condiciones en que se desarrolla la sociedad humana. Esto, básicamente, hace referencia a la experiencia y contexto en donde se desenvuelven las personas, donde prácticamente la sociedad y sus individuos toman decisiones y actúan respecto a lo aprendido, por lo que, de acuerdo con Nussbaum (1992), el impulso de las emociones también es causante de acciones no favorables, lo que genera un resultado de la desigualdad social.

Por lo tanto, las acciones que provienen desde la moral, según Nussbaum (1992), respaldan que las emociones no son simples impulsos racionales o irracionales. Más bien, las emociones y acciones, desencadenadas por ellas, son juicios verdaderos encapsulados esperando a detonar hacia personas, cosas o sucesos.

La falta de confianza implica una pérdida de fe y sentido de salvación, reflejando angustia y desconcierto ante un futuro incierto. En la actualidad, esta falta de confianza se debe a la pérdida de libertad y a la incapacidad de pensar con claridad, especialmente en relación con el manejo de la crisis del agua por parte del Estado. La indignación surge de la percepción de injusticia y falta de reconocimiento, lo que causa un desagrado por la buena fortuna indebida de otros o la falta de lo que uno considera merecido. El miedo, una emoción de advertencia, refleja la debilidad humana ante lo desconocido y puede generar tristeza y preocupación, pero también puede ser una fuerza.

5.1. Falta de confianza

Las personas estudiantes que participaron manifiestan una falta de confianza, señalando directamente al Estado como el actor principal de la crisis del agua. Esto les hace sentir que no encajan en un ambiente seguro y con posibilidades de cambios, como se puede observar en las siguientes respuestas:

Sí, mira, evidentemente una medida de gobierno sí podría ayudar mucho en ese tipo de aspectos, pero es que, como se mueve mucho dinero en esas cosas, el gobierno está realmente comprometido con otros. Hay muchas, digamos, injusticias en este país, y no me refiero a crimen, sino, por ejemplo, si tú vas a Cancún, en el área turística no te va a faltar nada, pero sales de lo turístico y algunas personas ni agua tienen. ¿Me entiendes? Hay un tipo de manipulación social que difícilmente se puede contra eso. El gobierno pierde confianza porque ayuda más a gente que ni es mexicana que a gente que tiene necesidades básicas como el agua. (Alumna 1, Facultad de Biología, comunicación personal)

Sí, debe haber leyes que no solo vayan a los individuos porque parte de la conversación del agua va dirigida solo a la sociedad de que tu ciudadano cuida el agua y, sí, podemos cuidar el agua, pero de qué sirve que yo esté cuidando el agua, si las empresas y el gobierno no están cuidando el agua. Entonces, debería ser principalmente para empresas, pero lo dudo porque se sabe que entre empresas privadas y gobierno hay tratos. Ya no se puede confiar en quien nos debe de ayudar. (Alumna 5, Facultad de Sociología, comunicación personal)

Las modificaciones a la ley creo que podría ayudar, pero realmente no confío tanto en la implementación de las políticas de gobierno. Bueno, no he visto que funcionen del todo, así que la verdad no tendría que investigar para saber qué se tiene que hacer, pero realmente no creo que funcionaría. (Alumna 3, Carrera de Sustentabilidad, comunicación personal)

5.2. Indignación

Esta es una emoción en la cual la persona se siente desplazada o ignorada respecto a sus necesidades u opiniones. Esto se debe a la falta de derecho de consulta sobre las acciones que se han tomado ante este suceso, lo cual se evidencia en las entrevistas realizadas:

En verdad siento que sobre todo me indignan dos casos en específico: me enoja demasiado que las empresas, sus desechos los avienten al mar, porque están contaminando tanto como no nos imaginamos. También lo mismo sucede con las petroleras. Son casos bien fuertes que nadie puede contra ellos. (Alumna 3, Carrera de Sustentabilidad, comunicación personal)

En términos muy emocionales, es una mentada de madre. Como ciudadanos, nosotros pagamos el agua y los que se están llevando las grandes cantidades no paguen nada y, aparte, lucran con ella, es como wey... es agua, ¿cómo puedes siquiera lucrar con ella? Pero lo entiendo, el rollo es eso de la relación del Estado con las empresas. Por eso te digo que es bien indignante. Nos tratan como si fuéramos nada. Por eso veo difícil todo lo de la cuestión de la política. (Alumna 1, Facultad de Sociología, comunicación personal)

5.3. Miedo

El miedo es una emoción que puede salvarnos o protegernos de algún peligro y es importante analizarlo dentro de estos discursos, debido a que el medio ambiente y el entorno en el que se está viviendo se perciben y representan como algo peligroso:

Solo de imaginar a Estados Unidos ahí de metiche en otros países consiguiendo agua me da miedo. Me imagino todo lo que puede hacer, cosas que hemos escuchado que hace como invadir y provocar guerras. Y la verdad creo que fácil podría suceder porque, al final de cuenta, nos estamos quedando sin los ríos porque se están contaminando todas las aguas naturales y en algún punto ya no se van a poder limpiar. (Alumno 2, Carrera de Agronomía, comunicación personal)

Sí, a mí la verdad me daría mucha tristeza presenciar un mundo sin agua. Imagínate qué miedo todo lo que pasaría para conseguirla. Literal sería como una película. Siento que es algo que la gente simplemente no tiene consciencia hasta que pasan cosas como esa. La gente mayor piensa que como nunca le has faltado y que nunca les va a faltar y pueden llegar esos momentos y es como ah cabrón… puede no haber agua. Hace falta que la gente sea mucho más consciente de que los recursos son finitos. (Alumna 3, Carrera de Economía, comunicación personal)

A veces me siento muy responsable por todo lo que ha estado pasando y pues de repente cambio mis hábitos, pero luego se me olvida y sigo igual que antes, pero no inventes, las cosas que se han visto en las noticias, o simplemente, por ejemplo, mis abuelos me han platicado que ellos caminaban kilómetros para conseguir agua. No me imagino yo haciendo eso. De imaginarlo como que me da ansiedad y miedo. Sería algo como el principio del fin del mundo, no sé. (Alumno 4, Carrera de Economía, comunicación personal)

5.4. Vergüenza

Esta es esa emoción por la que uno se siente juzgado y observado por alguien más. Esto está sucediendo con los jóvenes, quienes sienten que algo no se está haciendo bien, pero también sienten que poco o nada pueden hacer para mejorar las condiciones sociales y naturales de su entorno. Por lo tanto, continúan con las mismas prácticas que nos han llevado a este punto, haciendo que las situaciones prevalezcan igual:

Es que en Sociología tenemos el dicho que para cambiar a la sociedad se tienen que implementar leyes, pero, dentro de mi experiencia personal, también es a partir de la cotidianidad que tenemos que cambiar en nuestro día a día también. Pueden haber las leyes necesarias, pero no quiere decir que las vayamos a cumplir. Me da vergüenza, pero es el típico contexto mexicano de hacer todo al fregazo y no le damos solución a nada y esto necesita solución lo más pronto posible. (Alumna 3, Facultad de Sociología, comunicación personal)

Por ejemplo, el de agua y drenaje que es como que si te veo lavando el carro, te voy a poner una multa. La verdad no creo ni he visto que eso suceda, pero lo que verdad me da vergüenza, como mexicano, es que para todo se usa “moches”. Has de cuenta, para las multas de tránsito, dices tú "yo le doy un moche" y creo que lo mismo sucede con estas cosas del agua. Hay moches en cada cosa buena que se quiere hacer para el agua y termina beneficiando a otra que no es la sociedad. Tenemos que empezar con los principios básicos de la educación. (Alumno 4, Carrera de Política, comunicación personal)

Es un acto completamente inmoral. No está bien, las personas, si de por sí tienen carencias, las empresas provocan aún más carencias. Deberían sentir vergüenza. Debería de haber algún programa por parte de la empresa para intentar, de perdido, solventar las acciones que hicieron, ayudarlos de alguna otra forma, darles apoyo, que las empresas digan “te ponemos un tinaco”, no sé, o “ten esto porque te robamos el agua”. Es imposible que las empresas cambien de giro porque son empresas muy poderosas, pero que de perdido sí intenten remediar los daños que hacen. (Alumna 2, Carrera de Biología, comunicación personal)

6. Conclusión

En esta investigación se reconocen las emociones como actores principales que mueven a las personas para accionar, ya sea de forma favorables o no. Las emociones son las responsables de tomar el control total de la sociedad y la personalidad individual de cada individuo, ya que destacan la relevancia de los sucesos en función de nuestras preocupaciones o intereses presentes. Esto implica que cada situación emocional revela una preocupación que identifica los eventos significativos personales, útiles para garantizar la satisfacción o protección de esas inquietudes e, incluso, los valores de una persona.

Camps (2011) subraya que la cohesión actual depende del vínculo emocional, de sentirnos parte de una comunidad o proyecto común de la humanidad. Esto indica que el agua no es solo un recurso de consumo, sino un objeto social que requiere urgentemente la construcción de solidaridad social para su uso y defensa, dado que el recurso se ha convertido en un objetivo principalmente político y económico, más que social, controlando sociedades enteras. Esto demuestra la dependencia de la sociedad hacia las emociones y su manera de reacción.

Por ello, el estudio de las representaciones sociales del agua nos ha acercado al análisis de las emociones. Comprender la vulnerabilidad del entorno en que habitamos a través de la comprensión de las emociones es crucial en la sociedad contemporánea, ya que podría dirigir las emociones hacia acciones valiosas a través de una adecuada gestión, más allá de meros sentimientos de enojo o insatisfacción.

De esta manera, se encuentra que las emociones están estrechamente ligadas a las representaciones sociales, dado a que son portadoras de interpretaciones y significados construidos e influenciados por contextos sociales y culturales. Al final, es lo que define las acciones, juicios y percepciones que las personas experimentan hacia hechos, sucesos, personas o cosas, como lo es la situación actual del agua en Monterrey.

Es imperativo un cambio de actitud ante estos desafíos actuales para nuestra supervivencia como especie social. La responsabilidad recae en nosotros como sociedad: debemos utilizar nuestras herramientas para gobernar nuestras emociones y canalizarlas hacia acciones concretas, en lugar de quedarnos pasivos y esperar que otros actúen.

Este cambio de actitud implica una reevaluación de nuestras relaciones con el entorno natural y social, reconociendo la interdependencia entre ambos. La gestión adecuada de nuestras emociones nos permite no solo entender mejor nuestro papel en la preservación del medio ambiente, sino también impulsar acciones colectivas orientadas hacia la sostenibilidad y el bienestar común.

Además, es esencial promover una educación emocional que nos permita comprender y regular nuestras emociones de manera efectiva. Integrar la inteligencia emocional en el currículo educativo desde edades tempranas podría cultivar una sociedad más empática, consciente y proactiva en la búsqueda de soluciones a los desafíos ambientales y sociales que enfrentamos.

En resumen, la representación del acceso al agua como un privilegio condicionado por el dinero refleja las inequidades sociales y económicas presentes en muchas sociedades. Estas representaciones sociales están acompañadas de emociones que reflejan preocupaciones sobre la justicia, la equidad y el bienestar de las comunidades. Este análisis nos invita a reflexionar sobre la importancia de abordar las disparidades en el acceso a recursos naturales, como el agua, desde una perspectiva de justicia social y equidad.

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Notas

2 México reconoce la importancia de trabajar con la juventud, debido a que son un grupo mayoritario y porque se encuentran en un período de formación académica en el que se pueden incorporar fácilmente a programas de educación ambiental y apropiarse de los temas (Torres et. al, 2008).
3 Las instituciones escolares son un espacio social en donde hay interacciones e intercambios de orden material y simbólico, lo que reproduce dinámicas individuales y sociales que involucran procesos imaginarios, simbólicos y creación incesante de figuras, formas e imágenes de las cuales, a partir de ellas, construye su realidad y racionalidad (Castoriadis, 1982).

Notas de autor

1 Máster en Ciencias Sociales y Desarrollo Sustentable, Universidad Autónoma de Nuevo León, México.


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