Configuraciones manuales de la mano no dominante en señas bimanuales asimétricas de la lengua de señas colombiana*

Nondominant hand configurations in two-handed, non-symmetrical signs in Colombian Sign Language (LSC)

Lionel Antonio Tovar
Universidad del Valle, Colombia
Judy Alejandra Calvo
Universidad del Valle, Colombia
Eliana Williams
Universidad del Valle, Colombia

Configuraciones manuales de la mano no dominante en señas bimanuales asimétricas de la lengua de señas colombiana*

Lengua y Habla, núm. 21, pp. 45-73, 2017

Universidad de los Andes

Resumen: La creación y amplia difusión de nuevas señas de la lengua de señas colombiana (LSC), en particular las propuestas en varios campos académicos por Árbol de Vida, un grupo de sordos con escolaridad universitaria, han generado resistencia considerable en ciertos entornos educativos y entre la comunidad sorda en general. Esto se debe en parte a que muchas de esas acuñaciones son paralelas a palabras ya existentes, pero sobre todo a que muchas son vistas como anómalas por los señantes nativos en lo que respecta a los parámetros regulares de formación de señas, particularmente en el caso de las señas bimanuales asimétricas, en que las dos manos presentan configuraciones manuales diferentes. El propósito de este estudio es determinar qué configuraciones son más comunes en la mano no dominante o pasiva en señas bimanuales asimétricas estándares de la lengua de señas colombiana (LSC) y el grado en que ambas manos se mueven o están inmóviles. Se encontró que hay solamente tres señas de este tipo en que ambas manos se mueven y que solo 24 configuraciones son susceptibles de aparecer en la mano no dominante, de las cuales 7 aparecen en el 80% de los casos, incluyendo las señas aquí denominadas "de apoyo braquial". La conclusión es que, en esta lengua, la creación espontánea de señas sigue las condiciones de simetría y dominancia postuladas por Battison (1978) para la lengua de señas estadounidense (ASL).

Palabras clave: Lengua de señas colombiana (LSC), Fonología de la Lengua de señas colombiana (LSC), formación de palabras de la Lengua de señas colombiana (LSC), Planificación lingüística, Lenguas de señas, Fonología de las lenguas de señas, Formación de palabras de las lenguas de señas—Planificación lingüística.

Abstract: The creation and widespread diffusion of new Colombian Sign Language (LSC) signs, particularly those proposed for various academic fields of study by The Tree of Life, a group of Deaf people with college or university schooling, have met with considerable resistance in certain educational environments and among the Deaf community in general. This is partly because many of these coinages parallel already existing words, but mainly because many of them are felt to be anomalous by native signers as regards the regular parameters of sign formation, particularly in the case of two-handed, non-symmetrical signs where the two hands have different handshapes. The purpose of this study was to determine what handshapes are more common in the non-dominant or weak hand in standard two-handed, non-symmetrical signs in the Colombian Sign Language and the extent to which both hands move or are held static. It was found that there are only three such signs where both hands move and that only 24 handshapes are likely to appear in the non-dominant hand, 7 of them appearing in 80% of the corpus, including the here designated "arm-supported" signs. The conclusion is that spontaneous sign creation in this language conforms to the symmetry and dominance conditions postulated by Battison (1978) for the American Sign Language.

Keywords: Colombian Sign Language, Phonology in the Colombian Sign Language (LSC), Word formation in the Colombian Sign Language (LSC), Language planning in Sign Languages, Word formation in Sign languages, Language planning.

1. INTRODUCCIÓN

La creación y amplia difusión de nuevas señas en lengua de señas colombiana (LSC), en particular las propuestas para diversas áreas académicas por los sordos con escolaridad universitaria reunidos en la Fundación Árbol de Vida, han generado una gran resistencia en ciertos ambientes educativos y en la comunidad sorda en general. Esto se debe en parte a que muchos de dichos neologismos ya tienen palabras equivalentes en la lengua, pero sobre todo a que hay señantes nativos que las encuentran anormales con respecto a los parámetros de formación de señas, particularmente en el caso de las señas bimanuales asimétricas, en que cada mano tiene una configuración diferente.

El léxico nativo de las lenguas de señas se clasifica regularmente en dos categorías principales (por ejemplo, Liddell y Johnson 1984, Brentari y Eccarius 2010): señas completamente especificadas léxicamente (llamadas también "congeladas", "establecidas" o "núcleo"), en las cuales los parámetros de formación permanecen casi inalterados independientemente del contexto situacional, y señas parcialmente especificadas léxicamente (llamadas también "productivas" o "lexicón espacial"), algunos de cuyos parámetros, particularmente movimiento, orientación y rotación de la muñeca, varían según lo que se esté comunicando. Los diccionarios normalmente presentan señas del primer tipo y los esfuerzos de modernización del léxico se centran también en ellas. La información publicada sobre fonología de la lengua de señas colombiana (LSC) en este respecto (Gómez 1997, 1998; Oviedo 2001) utiliza como criterios de clasificación el tipo de articulador (señas manuales, no manuales o multicanal) y si utilizan una o las dos manos como articulador principal (señas unimanuales o bimanuales). Tovar, Noreña, Pava y Paz (en prensa) han caracterizado el lexicón en cuanto a la incidencia de las señas manuales o bimanuales y si estas últimas tienden a ser simétricas o asimétricas. Buitrago, Prieto, Prieto, Pulido y Cárdenas (1996) han presentado un inventario de las configuraciones manuales tradicionales de la lengua. Otro inventario aparece en la introducción a Colombia INSOR/IC&C (2006). Barreto y Robayo (2016), por su parte, intentan un primer análisis de un corpus de señas de Árbol de Vida. Pero no hay aún acuerdo sobre el inventario de las diferentes configuraciones manuales de la LSC estándar ni de cuáles de estas prevalecen en la mano no dominante o pasiva en señas bimanuales asimétricas.

El objetivo del presente estudio es, por lo tanto, completar esta información, para tener una caracterización más completa de las señas especificadas léxicamente de la LSC. El trabajo se basó en el Diccionario Básico de la Lengua de Señas Colombiana (Colombia. INSOR/IC&C 2006), complementado con consultas a informantes bilingües.

2. MARCO TEÓRICO

Un aspecto que es necesario tener en cuenta, sobre todo a la hora de proponer neologismos en la LSC o, posiblemente, en cualquier lengua de señas, como sugieren Johnston y Schembri (2007), es que, al igual que en las lenguas orales, en las lenguas de señas también se dan restricciones articulatorias y perceptuales.

Battison (1978) explicitó lo que él considera son condiciones o restricciones básicas de las señas bien formadas en ASL: la condición de simetría y la condición de dominancia. Según la condición de simetría, y con pocas excepciones, (a) si ambas manos se mueven independientemente durante la articulación de una seña, (b) entonces ambas manos deben especificarse para la misma ubicación, la misma configuración manual y el mismo movimiento (sea que se realice simultáneamente o de manera alternada), y las especificaciones de orientación deben ser simétricas o idénticas. Según esta condición, no es natural en una lengua de señas el tener señas en las cuales cada mano tenga una configuración manual distinta y se mueva independientemente de la otra. La condición de dominancia, por su parte, está relacionada inversamente con la anterior. Especifica que (a) si las manos en una seña bimanual no tienen la misma configuración manual (es decir, si son diferentes), (b) entonces una mano debe ser pasiva mientras que la otra mano, activa, articula el movimiento, y (c) la especificación de la mano pasiva se restringe, de nuevo con pocas excepciones, a un inventario reducido de configuraciones manuales no marcadas: “A”(1234-/o^), “S”(1234-/o-), “B”(1234+/a+ o 1234+/a^), “5”(1234+sep/a+), “G”(1+/o-), “C”(1234+°/o+) u “O”(1+°NSA sep/o+ c+). Estas últimas las denomina Battison "configuraciones no marcadas", ya que ofrecen el máximo de distinción, por tratarse de formas geométricas básicas. Las dos primeras, A y S, son dos sólidos compactos; la configuración de O es un círculo cerrado; la configuración de C es un arco; la configuración de G presenta una proyección clara a partir de un sólido; la configuración de B es una superficie plana simple; y la configuración de 5 es la máxima extensión con el máximo de proyección. Según el mismo Battison (1978), estas configuraciones no marcadas son las más básicas y naturales.

Estas restricciones en la producción de señas tendrían más de una explicación. En primer lugar, se trataría de restricciones perceptuales identificadas en la literatura de señas. Para comenzar, los señantes utilizan normalmente el denominado “espacio de las señas”, un espacio restringido para las señas, identificado desde Stokoe (1960). Horizontalmente, su centro está frente al pecho y se extiende aproximadamente desde un poco por fuera de los hombros, adonde llega el brazo extendido apenas unos pocos centímetros desde su posición de descanso junto al muslo, hasta la misma posición contralateral (en el otro lado); verticalmente, se extiende desde la cara hasta el abdomen, en algunos cuantos casos al bajo vientre y, muy rara vez, a los muslos. La mayoría de las señas se hacen frente al torso, a una distancia que va desde próxima al cuerpo hasta casi donde alcanza la extensión máxima de los brazos. En cambio, los gestos y las pantomimas a menudo exceden este espacio, lo que permite diferenciarlos de las señas propiamente dichas (la “gestualidad extrasistémica” de Klima y Bellugi 1979), aunque algunas veces los señantes pueden hacer cambios en las señas que hacen que se salgan de ese espacio (utilizando la “iconicidad latente” de Tervoort 1973).

Para Siple (1980) y Battison (1978) el uso del espacio de las señas se explica por la diferencia entre la visión foveal (que permite enfocar objetivos en el centro del campo de visión) y la visión periférica (que permite ver con menos detalle lo que está fuera del centro del campo de visión). Como los señantes normalmente se miran a los ojos, donde se dan muchas de las marcaciones léxico-gramaticales, las señas que entran en la visión foveal pueden tener elementos distintivos finos, mientras que las señas que se realizan en el área de la visión periférica requieren de movimientos amplios sobre los planos horizontal y vertical para ser distinguidas claramente. La actividad de las manos frente al pecho del señante, donde se realiza gran parte del discurso en señas, se percibe normalmente con la visión periférica. Por ello, la mano pasiva sin movimiento tiende a presentar un inventario reducido de configuraciones manuales fácilmente discernibles. La mano activa, en cambio, presenta un inventario mayor de configuraciones pues, al moverse, se acerca al campo de la visión foveal. La mano no dominante puede asumir una configuración manual marcada sólo si esta es igual a la de la mano dominante y se mueve simétricamente junto con ella, acercándose así también al campo de la visión foveal. El que en este caso tenga la misma configuración manual que la mano activa es una consecuencia de la lateralización cerebral. Crasborn (2012), por su parte, considera que esta hipótesis es difícil de evaluar. Sin embargo, propone otra hipótesis relacionada, según la cual habría más y mayores distinciones en las configuraciones manuales que aparecen al nivel de la cara. Si bien estas hipótesis no han sido probadas, son de todas maneras uno de los puntos de partida de esta investigación.

Como se ha visto, ya Battison (1978) había encontrado excepciones, que él denomina "casos menos comunes", de señas bimanuales asimétricas que no siguen las condiciones de simetría y dominancia. Channon (2004) trata de explicarlas, postulando que dichas condiciones no serían parte de la fonología de la ASL, puesto que también han sido reportadas en las demás lenguas de señas estudiadas. Su explicación es que serían más bien evidencia de algún tipo de conocimiento fonológico innato o, más probablemente, manifestaciones superficiales de restricciones fonéticas inherentes al uso de las dos manos. Cita a Kita, van Gijn y van der Hulst (2014), entonces no publicado, quienes encuentran que el mismo tipo de condiciones se dan en los gestos bimanuales de los oyentes.

Asimismo, señala que las dos condiciones por sí mismas no lo explican todo. Por ejemplo no especifican por qué se utilizan a veces dos configuraciones manuales idénticas y, cuando no es así, no queda claro por qué se restringe el inventario de configuraciones manuales en la mano pasiva ni cómo hace el señante para escoger una de ellas ni por qué hay excepciones. Ella propone, entonces, unificar las dos condiciones en una sola regla, la "regla de la mano no dominante": La mano no dominante asume la configuración manual fonéticamente más fácil que no entre en conflicto con el rasgo subyacente de punto de contacto en la mano no dominante.

Por su parte, Geer (2012) se centra en el estudio interlingüístico de las violaciones, en bajos porcentajes (entre 1.25 y 10.17%), de las condiciones de simetría en nueve lenguas de señas diferentes de la ASL: brasileña (LIBRAS), china (ZGS), holandesa (NGT), francesa (LSF), italiana (LIS), de Hong Kong (HKSL), de Nicaragua (ISN), de la India [indo-pakistaní IPSL] y de Mongolia (MSL). Teniendo en cuenta estas violaciones, presentes también en la ASL, ella postula que no se trata de universales, sino de "generalizaciones descriptivas" específicas de la ASL. Basándose en Eccarius (2011), para quien habría una "restricción de fidelidad" que explicaría los datos en lenguas de señas con relación a la búsqueda de fidelidad a una entidad del mundo real dibujada con las manos, postula tres restricciones: dos de ellas reflejan fidelidad a referentes en el mundo real y la tercera sería una restricción de marcación, que reflejaría la no preferencia por configuraciones manuales distintas en ambas manos, pero que se vería eclipsada por las dos restricciones anteriores referentes a fidelidad al mundo real, dando así lugar a las señas bimanuales asimétricas.

La discusión sobre este aspecto pone de relieve la necesidad de más indagaciones sobre la fonología de las lenguas de señas, lo que requiere prestar más atención a la fonética. Crasborn (2012) señala que quizás la impresión de que podemos ver los articuladores en las lenguas de señas ha hecho evidente cómo puede ser la forma fonológica, reduciendo así la necesidad de contar con una descripción fonética precisa. A esto se añade el que, al contrario de lo que sucede en el caso de las lenguas orales, en que se han hecho grandes progresos en el análisis de la señal acústica y en el estudio de la percepción auditiva, en las lenguas de señas el análisis se ha centrado sobre todo en la articulación de las señas manuales, al tiempo que no se cuenta en psicología con un campo específico de percepción del movimiento corporal.

3. METODOLOGÍA

El trabajo requirió un análisis inicial de las señas manuales que aparecen en el DBLSC (Colombia. INSOR/ICyC 2006), siguiendo las categorías propuestas por Battison (1978), Gómez (1999) y Johnston y Schembri (2007), pero teniendo en cuenta el esquema de construcción propuesto por Oviedo (2001). Se identificaron así 294 señas bimanuales asimétricas de un total de 1.249 señas contenidas en el DBLSC, es decir el 23,5%. Se procedió luego a identificar la configuración manual de la mano no dominante. En los casos en que no hubo claridad, el investigador principal recurrió a tres informantes: una informante bilingüe natural y dos informantes bilingües que adquirieron la lengua de señas en su infancia. En cada caso, se les pidió que dieran su demostración de determinadas señas de manera aislada, con el fin de comparar con lo que está plasmado en el DBLSC. Los informantes dieron, además, información acerca de posibles variantes de una misma configuración manual en contexto, e hicieron claridad acerca de los casos en que hay cambios de la mano pasiva, pero que no comprometen la comprensión de la seña.

Las convenciones de transcripción proceden del modelo de Liddell y Johnson (1989), con modificaciones posteriores presentadas en Oviedo (2001, 2004). Para una comprensión más cabal de las transcripciones se presentan aquí las principales:



Así, la transcripción 1234+/a+ indica que los cuatro dedos están seleccionados y tienen sus tres falanges en línea, es decir que están extendidos, mientras que el pulgar tiene sus dos falanges extendidas y está separado y alineado con los dedos. Por su parte, 1+/o- indica que el dedo 1 (índice) está seleccionado y tiene sus tres falanges en línea, es decir que está extendido, mientras los demás dedos están cerrados, y el pulgar no está opuesto y los oprime contra la palma. Estas y las demás configuraciones manuales encontradas para la mano no dominante aparecen en el Anexo.

4. CONFIGURACIONES MANUALES DE LA MANO PASIVA EN SEÑAS BIMANUALES ASIMÉTRICAS

El principal punto de contención en la comunidad sorda se ha dado por la creación en las últimas dos décadas largas, por parte del grupo Árbol de Vida, de neologismos que violan las condiciones de dominancia y de simetría. Tovar (2010) encontró también que no siguen siempre tampoco otros procesos morfológicos típicos de la lengua. Muchos miembros de la comunidad se quejan, en efecto, en comunicaciones personales, de que varias de esas señas son difíciles de articular. Una intérprete, por su parte, considera que dichas señas presentan motricidad fina, que podría causarles a los usuarios en el futuro problemas fisiológicos en el aparato músculo-esquelético, como tendinitis, síndrome de túnel carpiano, compresión del nervio ulnar, etc. (Claudia Duarte, comunicación personal, julio 2012). Esta investigación se vio, por consiguiente, como crucial para establecer, desde un punto de vista lingüístico, cuál es la tendencia general de la lengua en la formación de palabras, que pudiera llevar a una evaluación más neutral de esas nuevas señas.

Con el análisis se encontró, en primer lugar, que la inmensa mayoría de las señas asimétricas siguen la condición de dominancia, es decir, son señas en que la mano pasiva tiene una configuración diferente de la de la mano activa, pero no se mueve. Como excepción a esta mayoría de señas asimétricas que cumplen con la condición de dominancia, se encontró un total de 3 señas asimétricas en la que las dos manos se mueven (aunque, como en toda lengua, no siempre son articuladas de la misma manera):1

Tabla 1.
Tabla 1.

Señas asimétricas en la que las dos manos se mueven

Una posible explicación para este rompimiento de las condiciones de simetría y dominancia es que, en las tres señas, el movimiento hace que se acerquen al área en que pueden ser captadas por la visión foveal, como lo predicen Siple (1980) y Battison (1978). Así, en GATO-HIDRÁULICO, la mano pasiva representa icónicamente la parte del automóvil que va subiendo a medida que la otra hace de palanca del gato hidráulico; en SARTÉN, ambas manos se mueven hacia arriba; y en BILINGÜISMO, la seña se hace a la altura del cuello y la mano pasiva se mueve hacia el señante, con lo que este la percibe más claramente. Si bien las dos primeras podrían explicarse también por las restricciones de fidelidad al mundo real propuestas por Geer (2012) y a la tercera se le podría aplicar la regla de la mano no dominante de Channon (2004), sigue siendo más plausible la explicación perceptual.

Por su parte, el análisis de las demás señas arrojó que, en aproximadamente una sexta parte de las señas asimétricas, la configuración manual de la mano pasiva no es tan importante, ya que el brazo, la axila, la fosa antecubital, el antebrazo, la muñeca o el dorso de la mano sirven solo de apoyo para la acción del articulador principal (el brazo o la mano activa) o no entran realmente en la comunicación del significado. Se podría decir, en efecto, que en estas señas, a las que se denomina en este estudio “señas de apoyo braquial”, la mano pasiva no asume realmente ninguna configuración manual. Cuando en una seña el brazo sirve de apoyo al articulador principal, pero la configuración de la mano pasiva se mantiene siempre igual, como en el caso de FUERTE-2 y VALIENTE (siempre 1234-/o-) o BANDERA, COLOMBIA, ECUADOR, DISCURSO o MEDIAS (siempre 1234+/a+), no se la consideró “de apoyo braquial”.

Las señas de apoyo braquial, un total de 41, representan un 14,1% de las señas bimanuales asimétricas sin movimiento de la mano pasiva. Se presentan en la Tabla 2 según la frecuencia de la configuración manual con que aparecen en el DBLSC. Entre paréntesis se da la numeración de la configuración manual (CM #) en Oviedo (2001), cuando esta aparece en dicha referencia.

Tabla 2.
Señas de apoyo braquial
Señas de apoyo braquial


Como se puede ver de la Tabla 2, en las señas de apoyo braquial aparecen mayoritariamente las siguientes configuraciones manuales: 1234-/o- (14 apariciones) y 1234^°sep/o+ (12 apariciones). Esta última es la mano en relajación o “mano natural” (Mariana Cárdenas, comunicación personal, junio 2011) y podría equivaler a la vocal media central schwa [ə], presente en muchas lenguas como vocal relajada. Les sigue en frecuencia la configuración 1234+/o+ (7 apariciones). Aparte de estas, se ven también 1234+/a+ (2 apariciones). 1234-°/o- (2 apariciones), 1234-/o- (2 apariciones), 1234+sep/a+ (1 aparición) y 1234^/a+ (1 aparición).

Según los tres informantes interrogados al respecto, hay la mayoría de las veces posibilidad de intercambio de configuraciones manuales. Por ejemplo, las siguientes señas, que aparecen como 1234-/o- en el DBLSC, podrían ejecutarse también con 1234^°sep/o+, es decir de forma relajada o natural: ARQUITECTO, ARTE, PSICÓLOGO, PASEAR, FISCAL, VOCAL, CASTIGAR y LADRÓN. De hecho, a menudo se nota una preferencia por esta configuración en el caso de las mujeres, lo que concuerda con la apreciación de Pease y Pease (2006), quienes, hablando de la gesticulación, encuentran esta configuración en gestos femeninos o afeminados.

Otro tanto puede decirse de la configuración 1234+/a+, que puede ser natural o relajada, y su variación en FRENAR, 1234+sep/a+ donde la separación de los dedos no parece importante tampoco. Así mismo, las configuraciones 1234^/a+ y 1234^/o- pueden también hacerse con la mano relajada.

Las configuraciones 1234-°/o-, el puño un poco relajado, como en MORDER y OVEJA, podrían intercambiarse también por la mano relajada, aunque una de las informantes mujeres cree que OVEJA, con ese relajamiento, daría la impresión de una oveja enclenque.

Otro tanto sucede con las configuraciones manuales 1234+/o+ y 1234+/a+, que pueden ser intercambiables en casos en que la actividad del pulgar no es visible para el interlocutor, como sucede en las señas KÍNDER, PIÑA, CARRERA, DIRECCIÓN, HELICÓPTERO-1, REGLA, PETRÓLEO y PLAYA.

En resumen, el inventario de configuraciones manuales para estas señas de apoyo braquial parece reducirse así:

1234-/o- y sus variantes:

1234-°/o-

1234^°sep/o+, cuando es relajada

1234+/a+ y sus variantes:

1234+/a+

1234+/o+, cuando no es visible la actividad del pulgar

1234+sep/a+, porque la separación no parece ser importante

1234^°sep/o+ y sus subvariantes 1234^/a+ y 1234^/o-, que son un grado intermedio de relajación y donde la diferencia entre a+ y o- no parece ser importante, ya que no es muy visible para el interlocutor la actividad del pulgar.

Nótese que tres de las configuraciones que no aparecen en Oviedo (2001) son consideradas aquí como variantes: 1234-°/o-, 1234^/o-, 1234^°sep/o+. Son, entonces, candidatas a ser consideradas formas relajadas, similares a las vocales reducidas en lenguas orales. En todo caso, lo importante parece ser el que los dedos 1, 2, 3 y 4 estén cerrados o abiertos en cierta medida, la diferencia más visible con la visión periférica que anticipa la condición de dominancia de Battison (1978).

El porcentaje restante de las señas asimétricas que aparecen en el DBLSC, que son la mayoría y que no presentan apoyo braquial, se presentan en la Tabla 3. Son en total 250 señas, que representan el 85,9% de las señas bimanuales asimétricas en que hay una sola mano activa:

Tabla 3.
Señas asimétricas sin apoyo braquial
Señas asimétricas sin apoyo braquial










Como se puede ver, en el caso de la mano pasiva, el grueso de este otro grupo de 250 señas bimanuales asimétricas, el 82%, está repartido entre un grupo reducido de 9 configuraciones manuales. Una sola de ellas es utilizada por más del 40%. A su vez, cinco coinciden con la lista de configuraciones manuales para la mano pasiva descubierta por Battison (1978) y están presentes en 175 de ellas, es decir en un 70%:


Otras cuatro configuraciones manuales aparecen con cierta frecuencia:


O sea que 205 (84%) de las señas de esta clase utilizan un repertorio reducido de 10 configuraciones manuales. El resto está repartido entre otras 20 configuraciones manuales minoritarias, situación similar a las excepciones de que habla Battison (1978):



Estos porcentajes coinciden también con lo encontrado por Johnston y Schembri (2007) para la AUSLAN.

Un examen más detallado de los datos revela que varias de estas configuraciones minoritarias pueden ser variantes de una de las más comunes.


Este análisis reduciría el inventario de configuraciones manuales para la mano pasiva a 24. Ahora, las 10 configuraciones manuales más comunes aparecen en 225 (90%) de estas señas, de la siguiente manera:


La conservación de las configuraciones manuales poco comunes como rasgo distintivo podría tener las siguientes explicaciones:

1”/o^ c+, 1+°NSAsep/o+ c+, 12+°/o-, 1234-/a+ y 4+/a+ aparecen en señas que tienen la misma configuración en ambas manos (el “Tipo 2” de que habla Battison 1978). Este hecho puede facilitar la percepción de una configuración manual poco común en la mano pasiva. En 1+/a+, ENTONCES, lo importante es el movimiento de la mano activa, guiado hacia el interlocutor por la posición del pulgar, ya que, aun si se hace con 1+/o-, en contexto se entiende. Puede aplicárseles también la reformulación que hace Channon (2004) de las condiciones de dominancia y simetría. En el resto de los casos, parece primar la iconicidad, conforme a lo propuesto por Geer (2012):

12+sep/o- COOPERATIVA

Se representa el logo del cooperativismo, con los dos pinos uno junto al otro.

1234^/o+ SÁNDUCHE, LLENAR, AHORRO/AHORRAR

Se introduce la mano activa dentro de la otra para representar lo que entra (comida, líquido, dinero).

1234^°/o+ c+ BOMBA-DE-GASOLINA, PINCEL, SEMBRAR-2, CIUDAD

Igualmente se ve el receptáculo donde se introduce la mano activa (originalmente un clasificador, como en las tres primeras) o el perímetro urbano (que en muchas partes estaba encerrado por murallas).

1234^°sep/o+ LANA, ANTENA-PARABÓLICA

Se ven icónicamente el ovillo y el plato de la antena.

1234”°sep/o+ GUITARRA

Se ve la actividad de la mano al pulsar las cuerdas para obtener las diversas notas, con movimiento interno de los dedos.

1234+°/a^ CARTUCHERA

Se ve el interior de la cartuchera, en que los niños meten sus útiles escolares.

1234-°/o- TAJALÁPIZ

Se relaja el puño cerrado, para dejar un espacio por donde la mano activa, haciendo de ‘lápiz’, se introduce.

De hecho, la iconicidad también está presente en algunas de las anteriores, como en 1”/o^ c+.

El inventario final de configuraciones distintivas para la mano no dominante es, entonces, como sigue:

1234+/a+ y sus variantes

1234+°/a+, 1234+/a^, 1234+°/a^, 1234+/o+ y 1234+/o-,

1+/o- y su variante

1+/o+

1234-/o- y su variante

1234-/o^

1234^°/o+ y su variante

1234^/a^

1234+°/o+

1234+sep/a+

1234^/a+

12+/o-

1234^crza/o+ c+

1234sep/o+

1234^°/o+ c+

1”/o^ c+

1NSAsep/o+ c+

1234^/o+

1234+/o+

1234sep/o+

1234+°/a^

4+/a+

1+/a+

12+°/o-

12+sep/o-

1234-/a+

1234”°sep/o+

1234-°/o-

5. CONCLUSIÓN

La conclusión principal es que, de un análisis de las señas contenidas en el DBLSC (Colombia.INSOR IC&C, 2006), se puede ver que las condiciones de simetría y dominancia propuestas por Battison (1978) para la ASL se cumplen también en la LSC. En un total de 294 señas bimanuales asimétricas, se ha obtenido un inventario de 24 configuraciones manuales distintivas para la mano no dominante, incluyendo las 41 señas de apoyo braquial. De estas, 7 aparecen en el 80% de los casos. Si se excluyen las señas de apoyo braquial, 10 configuraciones manuales aparecen en más del 80% de los casos en la mano no dominante. Esto se explica en gran parte con base en la hipótesis de Siple (1980) y del mismo Battison (1978) acerca de la diferencia entre la visión foveal y periférica, y la consiguiente preferencia por configuraciones marcadas, es decir fáciles de detectar con la visión periférica. Las tres excepciones de señas en que ambas manos se mueven que aparecen en el diccionario (más otras pocas que pudieran aparecer en variaciones diatópicas de la lengua) pueden explicarse con esa misma hipótesis, su reformulación por Channon (2004) o por recurso a la propuesta de Geer (2012) de fidelidad en la representación icónica de una entidad del mundo real.

Esto quiere decir que el modo más natural de crear señas en la LSC es siguiendo las condiciones de simetría y dominancia, con relativamente pocas excepciones. No quiere decir, sin embargo, que se deban condenar de entrada los tecnicismos propuestos por Árbol de Vida que no siguen las condiciones de simetría y dominancia. Como hace ver Tovar (2010), las mismas lenguas orales han preferido para la formación de tecnicismos, aunque no exclusivamente, procesos morfológicos que no les son propios, sino que han sido calcados de otras lenguas, sobre todo del griego, directamente o a través del latín, o más recientemente del inglés, el francés u otras lenguas modernas de prestigio. La utilización de dos configuraciones manuales diferentes y de configuraciones manuales no marcadas en la mano dominante, que se ve en muchas señas propuestas por la Fundación Árbol de Vida, que tratan en muchos casos de calcar el valor de los étimos griegos y latinos de los tecnicismos de la mayoría de las lenguas orales de prestigio, dependerá de su aceptación general, para estas funciones específicas, por parte de los sordos que las requieran para sus estudios o para su desempeño laboral. Y, si realmente estos nuevos procesos morfológicos no son parte de la fonología de la LSC o, como sugieren Kita, van Gijn y van der Hulst (2014), de la utilización bimanual del canal viso-espacial-gestual en general, muy probablemente, con el uso diario, las configuraciones manuales extrañas en la mano no dominante o el movimiento simultáneo de ambas manos en señas bimanuales asimétricas irá conformándose a la fonología propia de la lengua, como lo predice el mismo Tovar (2010) y lo ha refrendado con sus observaciones Alex Barreto (comunicación personal, febrero 2016).

Referencias

Barreto, A. y C. Robayo. 2016. Neologismos en lengua de señas colombiana (LSC): Desafíos en torno a la planificación lingüística en comunidades sordas. Glottopol 27: 65-80.

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Anexo:Configuraciones manuales citadas en el texto



Notas

* Este artículo se desprende de la investigación "Caracterización de las señas manuales especificadas léxicamente de la lengua de señas colombiana (LSC)", del Grupo de Investigación en Bilingüismo, código CI-4272, Vicerrectoría de Investigaciones, Universidad del Valle, Cali (Colombia).
1 En esto parece haber también variación geográfica o diatópica. Por ejemplo, en Cali podrían haberse añadido a esta lista las señas MATEMÁTICAS, INSULTAR, ÁRBOL y FLOR, que tienen aparentemente movimiento de ambas manos.
2 Se agruparon aquí señas con esta configuración que presentaban diferentes grados de apertura, que el sistema fonético presentado en Oviedo (2001), con modificaciones en Oviedo (2004), y utilizado aquí no alcanza a distinguir.
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