Modalidad epistémica e imprecisión: la perífrasis <venir a + infinitivo>*

Epistemic modality and Imprecision: The periphrasis <venir a + infinitive>

Raquel González Rodríguez
Universidad Complutense de Madrid, España

Modalidad epistémica e imprecisión: la perífrasis <venir a + infinitivo>*

Lengua y Habla, núm. 22, pp. 115-134, 2018

Universidad de los Andes

Recepción: 26/04/2018

Aprobación: 13/05/2018

Resumen: En este trabajo vamos a estudiar la relación que existe entre los conceptos de modalidad epistémica e imprecisión. Estos han sido asociados al analizar, por ejemplo, la interpretación de la perífrasis <venir a + infinitivo> cuando tiene un valor similar al de aproximadamente. Este valor de imprecisión se ha considerado modal y, en particular, se ha vinculado con la modalidad epistémica (Fernández de Castro, 1999; Camus, 2006). Sin embargo, en este trabajo pondremos de manifiesto que <venir a + infinitivo> no se comporta como las perífrasis epistémicas y que, por tanto, no es adecuado considerar que forma parte de dicho grupo. Esto nos llevará a sostener que los conceptos de imprecisión y modalidad epistémica no deben asimilarse y que si bien <venir a + infinitivo> constituye un modificador de imprecisión, como aproximadamente, no es una perífrasis epistémica. Ofreceremos un análisis semántico de <venir a + infinitivo> basado en el desarrollado por Sauerland y Stateva (2007) para los modificadores de aproximación y explicaremos cómo esta propuesta permite dar cuenta de las propiedades distribucionales de dicha perífrasis.

Palabras clave: modalidad epistémica, imprecisión, modificadores de aproximación, atenuación, perífrasis verbales, cadenas de auxiliares, negación.

Abstract: This paper focuses on the relation between epistemic modality and imprecision. These concepts have been related when analyzing the periphrasis <venir a + infinitive>, when it holds a similar meaning of aproximadamente. This imprecision meaning has been considered a variety of modality and, in particular, a case of epistemic modality (Fernández de Castro, 1999; Camus, 2006). However, we show that <venir a + infinitive> does not perform as an epistemic periphrasis and, hence, it may not be considered as such. Then, we think that imprecision and epistemic modality are not interchangeable. Though the perifrasis <venir a + infinitive> is a slack regulator, such as aproximadamente, it is not an epistemic periphrasis. We make a semantic analysis of <venir a + infinitive> based on Sauerland and Stateva’s (2007) analysis of slack regulators and explain how this proposal can account for distributional properties of this periphrasis.

Keywords: epistemic modality, imprecision, slack regulator, hedging, verbal periphrasis, auxiliary chains, negation.

1. INTRODUCCIÓN

Este trabajo se centra en los conceptos de modalidad epistémica e imprecisión y, en concreto, en la relación que existe entre ellos a través del estudio de la perífrasis <venir a + infinitivo>, cuya interpretación se ha relacionado con ambas nociones. En la bibliografía se ha considerado que esta construcción perifrástica posee al menos dos valores. Por una parte, puede funcionar como una perífrasis culminativa, en términos de la RAE (2009), finalizadora (Fernández de Castro, 1999) o discursiva de cierre (Camus, 2006). Reproducimos a continuación algunos de los ejemplos recogidos en estos trabajos para ilustrar este uso de <venir a + infinitivo> (el primer ejemplo lo hemos tomado de la RAE, 2009: 2166; el segundo y el tercero, de Camus, 2006: 273).

  1. (1)

    • La realidad ha venido a demostrar lo peligroso de la decisión.

    • Ayer finalmente vine a saber que Juan no vendría.

    • La aprobación de la ley vino a ratificar tras muchas discusiones lo que era corriente en la vida cotidiana.

Según la RAE (2009: 2166), en (1a) se denota que “cierto estado de cosas sigue a alguna situación previa no mencionada y se interpreta como culminación o desenlace suyo”, por lo que se trata de una perífrasis escalar con un significado cercano al de <acabar por + infinitivo>. Una descripción similar es la que ofrece Camus para los ejemplos de (1b) y (1c). Este autor apunta que el evento introducido por el predicado en infinitivo se relaciona con una serie de eventos anteriores y se interpreta como la conclusión de la serie. Finalmente y tras muchas discusiones ponen de manifiesto, según Camus, la existencia de esos eventos previos en (1b) y (1c), respectivamente.

Fernández de Castro (1999), Camus (2006) y la RAE (2009) recogen otra interpretación de <venir a + infinitivo>. Se trata de un valor de aproximación, que es el que recibe en ejemplos como los de (2), donde equivale a modificadores como más o menos o aproximadamente:1

  1. (2)

    • Viene a ser lo mismo.

    • Viene a pesar cien kilos.

Este último valor, el de aproximación, tiende a ponerse en relación con alguno modal. Así, Gómez Torrego (1988: 103) señala que este valor “debe concebirse también como modal”. La RAE señala que cuando recibe esta interpretación, la perífrasis se asimila a modales de verosimilitud como, por ejemplo, parecer. Fernández de Castro y Camus, por su parte, equiparan esta interpretación con la que poseen los modales epistémicos. Establecen, por tanto, un paralelismo entre las construcciones de (2) y las de (3), donde tenemos la perífrasis epistémica <deber de + infinitivo>. Fernández de Castro (1999: 199) apunta que en construcciones como las de (2), “el hablante no se compromete con una realidad que desconoce, pero propone otra como símil o término de comparación”. De este modo, este autor considera que expresar aproximación constituye un mecanismo para denotar duda o incertidumbre.

  1. (3)

    • Debe de ser lo mismo.

    • Debe de pesar cinco kilos.

Esta asimilación de los valores de aproximación y precisión que se encuentra en las descripciones de <venir a + infinitivo> no está, sin embargo, en consonancia con las propuestas sobre la atenuación realizadas por autores como Briz (1998) o Albelda y Cestero (2011), entre otros. Albelda y Cestero (2011), partiendo de Briz (1998), presentan una clasificación de los procesos de atenuación lingüística, es decir, de las estrategias para “minimizar el efecto de lo dicho o lo hecho”. Entre los procedimientos mediante los que se logra la atenuación se encuentran, precisamente, los modificadores de aproximación y los modales epistémicos. Según Albelda y Cestero (2011), hay atenuación lingüística tanto en (4a), donde tenemos un aproximativo, como en (4b), donde se emplea un modal epistémico, pero se trata de dos tipos distintos de atenuación.2 La primera modifica al dictum, esto es, al contenido proposicional, mientras que la segunda afecta al modus (Briz, 1998; Albelda y Cestero, 2011).

  1. (4)

    • Se bebió aproximadamente cinco vasos de agua.

    • Debió de beberse cinco vasos de agua.

Por tanto, mientras que en los estudios gramaticales tiende a establecerse una asimilación entre la imprecisión y la modalidad epistémica, en los estudios de corte pragmático se mantienen separados. En este trabajo abogaremos por la segunda postura, aunque desde una perspectiva gramatical, a partir del estudio del uso aproximativo de <venir a + infinitivo>. Propondremos que si bien esta construcción denota imprecisión del mismo modo que un modificador de aproximación como aproximadamente, no forma parte de las perífrasis epistémicas, en contra de lo señalado por autores como Fernández de Castro (1999) o Camus (2006). Defenderemos, por tanto, que los conceptos de imprecisión y de modalidad epistémica no deben asimilarse y que su semántica es distinta. Ofreceremos argumentos a favor de no equiparar estos valores y desarrollaremos un análisis semántico de <venir a + infinitivo> que permita explicar su distribución, a diferencia de lo que sucede con un acercamiento basado en la modalidad epistémica.

La estructura del trabajo es la siguiente. En el apartado 2 ofreceremos datos que ponen de manifiesto el diferente comportamiento que presentan <venir a + infinitivo> y las perífrasis epistémicas y que, por tanto, constituyen argumentos en contra de sostener que la primera forma parte de las segundas. En el apartado 3 desarrollaremos un análisis semántico de <venir a + infinitivo> basado en el desarrollado por Sauerland y Stateva (2007) para los modificadores de aproximación. En el apartado 4 mostraremos cómo el análisis propuesto permite explicar las propiedades de <venir a + infinitivo> introducidas en el apartado 2. En el apartado 5 exponemos las conclusiones del trabajo.

2. ASIMETRÍAS ENTRE <VENIR A + INFINITIVO> Y LAS PERÍFRASIS EPISTÉMICAS

En este apartado vamos a ofrecer argumentos empíricos en contra de sostener que <venir a + infinitivo> se asimila a las perífrasis epistémicas. Para ello mostraremos que el comportamiento de esta construcción difiere del que presentan perífrasis epistémicas como <poder + infinitivo> y <deber de + infinitivo>. Estas asimetrías se encuentran al menos en su compatibilidad con la negación, con ciertos predicados y con otros verbos auxiliares. Describimos a continuación el comportamiento de <venir a + infinitivo> y de las perífrasis epistémicas en estos tres contextos, lo que pondrá de manifiesto que presentan asimetrías importantes y, por tanto, que no resulta adecuado sostener que la primera forma parte del grupo de las segundas.

En primer lugar, las perífrasis epistémicas no resultan incompatibles con la negación, como se ilustra en (5); <venir a + infinitivo>, en cambio, sí (véase (6)),3 lo que sería sorprendente si se tratara de una perífrasis epistémica. Aunque ofreceremos un análisis de la agramaticalidad de (2) más adelante, baste por ahora con poner de relieve el diferente comportamiento que presentan estas perífrasis en las oraciones negativas.

  1. (5)

    • No puede costarle doscientos reales.

    • No debe de medir cinco metros.

  2. (6)

    • *No viene a costarle doscientos reales.

    • *No viene a medir cinco metros.

En segundo lugar, <venir a + infinitivo> también presenta más restricciones que las perífrasis modales en lo que respecta al tipo de predicados que admite. Obsérvese el siguiente contraste, que muestra que el predicado ser impar es incompatible con <venir a + infinitivo> (véase (7b)), pero no con <deber de + infinitivo> (véase (7a)). Lo mismo sucede con un predicado como estar divorciado, como se ilustra en (8).

  1. (7)

    • Ese número debe de ser impar

    • *Ese número viene a ser impar.

  2. (8)

    • Debe de estar divorciado.

    • *Viene a estar divorciado.

Estos contrastes resultan sorprendentes si asumimos que <venir a + infinitivo> posee un valor modal epistémico. Como muestra la buena formación de (7a) y (8a), los predicados ser impar y estar divorciado son compatibles con las perífrasis epistémicas. Lo que se expresa en (7a) y (8a) es la falta de seguridad por parte del hablante de que un determinado número y una persona, respectivamente, posean las propiedades denotadas por esos predicados. Nótese, además, que el problema no es que esas propiedades no puedan graduare, es decir, que no se pueda ser más o menos impar o estar más o menos divorciado.

El mismo contraste surge con un predicado que sí admite gradación, como ilustra el siguiente contraste.

  1. (9)

    • Debe de ser alto.

    • *Viene a ser alto.

Por tanto, <venir a + infinitivo> no admite todos los predicados en infinitivo que pueden aparecer con las perífrasis epistémicas, lo que constituye un argumento en contra de considerar que la primera pertenece al grupo de las segundas.

Existen también diferencias importantes entre las perífrasis epistémicas y <venir a + infinitivo> en lo que respecta la posibilidad de formar cadenas de auxiliares. Estas cadenas son estructuras formadas por dos o más verbos auxiliares (Bravo, García y Krivochen, 2015). Ilustramos este tipo de estructuras en los siguientes ejemplos.

  1. (10)

    • Va a tener que declarar.

    • Tiene que estar a punto de entrar en prisión.

Pues bien, si tenemos en cuenta la distribución de los auxiliares epistémicos y la de venir a en las cadenas de dos auxiliares, observamos, de nuevo, un buen número de asimetrías. Comencemos por los casos en que los auxiliares que estamos analizando aparecen en primera posición en la secuencia de auxiliares. Los epistémicos pueden estar seguidos de auxiliares que expresan obligación (véase (11a)), de la construcción prospectiva <estar a punto de + infinitivo> (véase (11b)), de un auxiliar incoativo (véase (11c)) y de una perífrasis discursiva como <llegar a + infinitivo> (véase (11d)).

  1. (11)

    • Debe de tener que costar diez euros.

    • Debe de estar a punto de costar diez euros.

    • Puede empezar a costar diez euros.

    • Puede llegar a costar diez euros.

Por el contrario, <venir a + infinitivo> no encaja en ninguno de esos contextos; en otras palabras, el auxiliar de esta perífrasis no puede aparecer delante de ninguno de los auxiliares que siguen a los modales epistémicos en (11). Ilustramos esta incompatibilidad en (12).

  1. (12)

    1. *Viene a tener que costar diez euros.

    2. *Viene a estar a punto de costar diez euros.

    3. *Viene a empezar a costar diez euros.

    4. *Viene a llegar a costar diez euros.

En lo que respecta a la posibilidad de que un auxiliar epistémico siga a otro, se ha señalado en la bibliografía que ese orden de auxiliares no es posible (RAE, 2009; Bravo, 2015). De este modo, los epistémicos no pueden aparecer detrás de otro auxiliar. En (13) mostramos que este es el caso con los auxiliares deónticos, con estar a punto de y con soler. Ninguno de estos auxiliares puede aparecer seguido por uno epistémico. Así, los ejemplos de (13) rechazan la lectura de poder que aquí nos interesa, esto es, la epistémica.

  1. (13)

    • #Tiene que poder costar diez euros.

    • #Está a punto de poder costar diez euros.

    • #Suele poder costar diez euros.

De nuevo, la perífrasis <venir a + infinitivo> no se ajusta a esta pauta. Como se muestra en (14), este auxiliar sí que puede estar precedido por uno de obligación como tener que, por el de la perífrasis <estar a punto de + infinitivo> y por soler.

  1. (14)

    • Tiene que venir a costar diez euros.

    • Está a punto de venir a costar diez euros.

    • Suele venir a costar diez euros.

Por último, nótese que si bien a un modal epistémico no le puede seguir otro (véase (15a)), sí es posible que le siga la construcción que estamos analizando (véase (15b)).

  1. (15)

    • *Puede deber de costar diez euros.

    • Puede venir a costar diez euros.

El contraste de (15), al igual que los expuestos previamente, muestra que <venir a + infinitivo> no se comporta como las perífrasis epistémicas y, por tanto, no puede considerarse una de ellas.

3. <VENIR A + INFINITIVO> COMO UN MODIFICADOR DE APROXIMACIÓN

Una vez hemos mostrado que <venir a + infinitivo> no es una perífrasis epistémica, vamos a ofrecer un análisis de ella a partir del otro valor que se le ha dado en la bibliografía, el de aproximación.4 Defendemos, por tanto, que se trata de una perífrasis que denota aproximación, del mismo modo que lo hacen adverbios como aproximadamente, y que este significado difiere del que poseen las construcciones epistémicas.5 Obsérvense a este respecto los siguientes ejemplos.

  1. (16)

    • Ese libro puede costar diez euros.

    • Ese libro cuesta aproximadamente diez euros.

  2. (17) Ese libro cuesta diez euros.

En (16a) se alude a la posibilidad de que el libro en cuestión cueste diez euros, en (17b), en cambio, se expresa que el precio del libro ronda los diez euros. Por tanto, si bien es cierto que podríamos considerar que ambas construcciones difieren de (17) en que la fuerza de la aserción es menor, lo es por razones distintas. En el primer caso, porque el hablante expresa su falta de seguridad con respecto al contenido proposicional; en el segundo, porque se indica que el precio señalado es aproximado. De hecho, nótese que (17) podría interpretarse de forma imprecisa si el contexto pragmático lo permitiera y tendríamos una lectura equivalente a la de (16b) (Lakoff, 1972; Lasersohn, 1999; Krifka, 2007). En cambio, (17) no puede ser equivalente a (16a).

A nuestro juicio, la equiparación que se ha hecho de los conceptos de imprecisión y modalidad epistémica al describir <venir a + infinitivo> obedece a que se trata de una construcción perifrástica. Puesto que los verbos auxiliares suelen expresar modalidad, tiempo, aspecto y voz (García Fernández, 2006), parece natural intentar encajar el significado de <venir a + infinitivo> en esas categorías. Sin embargo, no existe nada que impida sostener que las perífrasis expresan otros contenidos. Esta línea es la que sigue, por ejemplo, Carrasco Gutiérrez (2006) y (2008) al caracterizar construcciones perifrásticas como <llegar a + infinitivo>. Esta autora propone que la construcción que acabamos de mencionar es una perífrasis discursiva, en contra de los análisis previos, en que se la categorizaba como aspectual (Gómez Torrego, 1988; Fernández de Castro, 1999). De forma similar, nosotros sostenemos que una perífrasis puede expresar imprecisión sin que ello nos obligue a encajar este valor con el de las perífrasis epistémicas o con el de algún otro tipo de perífrasis modales o aspectuales. Coincidimos con la bibliografía previa (Camus, 2006; RAE, 2009), por tanto, en defender que <venir a + infinitivo> posee un valor de aproximación, pero dados los datos expuestos en el apartado 2, consideramos que cuando posee ese valor, no se trata de una perífrasis epistémica.

A continuación exponemos con más detalle en qué consiste ser un modificador de aproximación, esto es, cuál es la contribución semántica de <venir a + infinitivo>. Para ello asumiremos el análisis que Sauerland y Stateva (2007) ofrecen de los modificadores de aproximación y que extendemos igualmente a <venir a + infinitivo>. Estos lingüistas basan su propuesta en las distintas lecturas a las que puede dar lugar una expresión numeral. Siguiendo a Krifka (2007), señalan que las expresiones numerales pueden interpretarse de forma más o menos precisa. Así, si bien es cierto que en una oración como la de (18), el constituyente doscientas personas puede interpretarse como ‘exactamente doscientas personas’, la expresión numeral tiende a recibir una lectura más relajada en la que equivale a ‘aproximadamente doscientas personas’:

  1. (18) En el concierto había doscientas personas.

La lectura más prominente es la de ‘aproximadamente doscientas personas’ debido a que, si tenemos en cuenta un sistema decimal, el numeral empleado constituye un valor destacado en la escala de medición. A partir de ese valor es posible referir a otros menos destacados y que son cercanos a él, como, por ejemplo, los contenidos en el intervalo que va de ciento noventa a doscientos diez. Si, por el contrario, se emplea una expresión numeral que no constituye un valor destacado dentro del sistema de medición usado, la interpretación que obtenemos es exclusivamente aquella en la que el numeral se interpreta de forma precisa. En (19), por ejemplo, la lectura que surge por defecto es la correspondiente a una paráfrasis como ‘En el concierto había exactamente ciento noventa y ocho personas’:

  1. (19) En el concierto había ciento noventa y ocho personas.

Según Krifka (2007), la imposibilidad de interpretar ciento noventa y ocho, frente a doscientos, de forma aproximada responde a principios pragmáticos. Si un hablante profiriera una oración como la de (19) teniendo en consideración una lectura aproximada del numeral, haría alusión a un valor comprendido, por ejemplo, entre ciento noventa y cinco y doscientos uno. Sin embargo, dicho valor puede ser referido igualmente por la interpretación aproximada de una expresión formalmente más simple, doscientos, lo que impide el uso aproximado de la más compleja, ciento noventa y ocho. El que la interpretación aproximada de un numeral sea posible únicamente en aquellos casos en que constituye una forma destacada dentro de la escala empleada responde, en consecuencia, a una preferencia más general por el uso de las formas simples frente a las complejas cuando la información que se obtiene es equivalente.6 La lectura precisa, por su parte, está disponible en todos los numerales porque no hay otros que expresen lo mismo si nos atenemos a dicha interpretación.

De acuerdo con la lectura imprecisa, la expresión numeral no señala, como hemos dicho, el valor que le corresponde en la escala, sino un intervalo de la escala. La longitud de ese intervalo, es decir, el número de valores que lo integran, dependerá de cómo esté segmentada la escala; en otras palabras, dependiendo de la precisión que se asigne a una determinada escala, esta será dividida de forma distinta, puesto que los valores que se toman en consideración varían. Al calcular las personas que asisten a un concierto, uno podría basarse en una escala centesimal, donde los valores relevantes son los correspondientes a las centenas (véase (20a)), una escala más precisa en donde los valores tomados en consideración son, por ejemplo, los señalados en (20b), etc.:

  1. (20)

    • 0----100----200----300----400---- 500 ---- 600 ---- 700----800----900…

    • 0 -- 50 -- 100 --150 -- 200 -- 250 -- 300 -- 350 -- 400 -- 450 -- 500 -- 550…

Nótese que si el cálculo se realiza sobre una escala como la de (20a), el numeral doscientos, además de referir de forma precisa al valor escalar que le corresponde, puede obtener una lectura imprecisa según la cual señalaría el intervalo que va de ciento cincuenta a doscientos cincuenta y, por tanto, a cualquiera de los valores que forman parte de él. En (20b), en cambio, ese mismo numeral señalará, en una lectura imprecisa, un intervalo menor, el que se extiende desde ciento setenta y cinco hasta doscientos veinticinco. La razón es que la longitud que existe entre los valores tomados en consideración para llevar a cabo el cálculo difiere de una escala a otra: mientras que en la primera se consideran relevantes los valores correspondientes a las centésimas, en la segunda se tienen en cuenta valores inferiores. A esta propiedad de las escalas, es decir, a la longitud que existe entre los valores relevantes, se la denomina granularidad (Krifka, 2007). La granularidad de una escala hace referencia, por tanto, a la densidad de la escala, es decir, a la forma en que está segmentada.

Tomando como punto de partida el trabajo de Krifka (2007), Sauerland y Stateva (2007) consideran que la granularidad es un parámetro contextual de interpretación, puesto que fija el intervalo de la escala al que puede referir una expresión numeral. Una función de granularidad relaciona un punto o valor de una escala con un intervalo que lo contiene. Dado que las escalas pueden ser segmentadas de forma distinta, al interpretar una expresión numeral varias granularidades deben ser tenidas en consideración. De este modo, dependiendo de la granularidad con respecto a la que se valore la escala, un numeral como, por ejemplo, siete, podrá hacer referencia a los siguientes intervalos:7

  1. (21)

    • gransutil (7): {7}8

    • granmedio (7): {6,90, 6,91, 6,92, ….., 7, …., 7,08, 7,09, 7,10}

    • granbasto (7): {5,50, 5,51, 5,52, ….., 7, ….., 8,48, 8,49, 8,50}

Las lecturas de (21a), (21b) y (21c) surgen si la granularidad es sutil, media y basta, respectivamente. Lo que establece el parámetro de granularidad y, por tanto, distingue a esas lecturas, es el intervalo de la escala con respecto al que se interpreta el numeral. Cuanto más sutil sea la granularidad, más restringido será el intervalo de la escala al que refiere el numeral. De este modo, cuando un hablante expresa una oración como La mesa pesa siete kilos, es posible interpretar que el peso de la silla es alguno de los contenidos en el intervalo de (21a), (21b) o (21c), dependiendo del parámetro de granularidad que se tenga en consideración. La denotación del numeral es más restringida cuando la granularidad es sutil que cuando es media o basta y, del mismo modo, la granularidad media restringe la interpretación del numeral más que la basta.

Pues bien, según Sauerland y Stateva (2007), los modificadores de aproximación contribuyen a la denotación de la expresión numeral a la que modifican obligando a interpretarla en relación con el parámetro de granularidad más basto.

  1. (22) [[aproximadamente]]gran (G) = G({el más basto(gran)}) (Sauerland y Stateva, 2007)

Nuestra propuesta es que la perífrasis <venir a + infinitivo> realiza la misma función, forzando la lectura correspondiente al parámetro de granularidad más basto.

  1. (23) [[venir a]] gran (G) = G({el más basto(gran)})

De este modo, tanto en (24a) como en (24b) se indica que la entidad a la que refiere el sujeto de predicación tiene una longitud contenida en un intervalo como el siguiente: {1,80, 1,85, 1,90, 1,95, 2, 2,05, 2,10, 2,15, 2,20}.9

  1. (24)

    • Mide aproximadamente 2 metros.

    • Viene a medir 2 metros.

Un argumento a favor de esta propuesta es que tanto aproximadamente como la perífrasis que estamos analizando resultan extrañas con numerales que no apunten a valores destacados en la escala (véase (25)).

  1. (25)

    • #Mide aproximadamente 49 cm.

    • #Viene a medir 49 cm.

También ofrece evidencia a favor de considerar <venir a + infinitivo> un modificador de aproximación la imposibilidad de encadenar varios de estos elementos. Los modificadores de aproximación son incompatibles entre sí, esto es, no podemos tener dos modificadores de aproximación incidiendo sobre la misma expresión (Sánchez Masià, 2017) (véase (26)). Pues bien, como se muestra en (27), la perífrasis <venir a + infinitivo> tampoco puede concurrir con un modificador de aproximación, lo que avala la propuesta que hemos realizado.

  1. (26)

    • #Aproximadamente cuesta más o menos 100 euros.

    • #Más o menos cuesta aproximadamente 100 euros.

  2. (27)

    • #Vino a costar aproximadamente alrededor de 100 euros.

    • #Aproximadamente vino a costar 100 euros.

Además, en el próximo apartado mostraremos que este análisis semántico permite dar cuenta de los datos sobre la distribución de <venir a + infinitivo> que expusimos en el apartado 2. Recuérdese que se trataba de casos en que esta perífrasis se comportaba de modo distinto a las epistémicas, lo que impide sostener que expresa ese tipo de modalidad.

4. LA DISTRIBUCIÓN DE <VENIR A + INFINITIVO>

En este apartado retomamos los datos introducidos al comparar el comportamiento de <venir a + infinitivo> y las perífrasis epistémicas. Nuestro propósito es mostrar que el comportamiento de <venir a + infinitivo> en esos contextos puede explicarse si consideramos que su semántica es la que hemos propuesto, esto es, la de un modificador de aproximación. En primer lugar, atenderemos a la imposibilidad de negar <venir a + infinitivo>; en segundo lugar nos centraremos en el tipo de predicados léxicos que son compatibles con esta perífrasis; por último analizaremos el comportamiento del auxiliar de la perífrasis que estamos estudiando en las cadenas de auxiliares.

4.1. Modificadores de aproximación y negación

Como hemos señalado, la perífrasis <venir a + infinitivo> se diferencia de las epistémicas en que la primera, frente a las segundas, no puede ser negada. Ilustramos de nuevo aquí el contraste:

  1. (28)

    • (No) debe de tardar cinco horas.

    • (*No) vino a tardar cinco horas.

Esta asimetría, entre otras, nos ha llevado a sostener que <venir a + infinitivo> no puede equipararse a las perífrasis epistémicas. En cambio, sí que comparte esta propiedad con los modificadores de aproximación, ya que estos son igualmente incompatibles con la negación (González Rodríguez, 2008a; González Rodríguez 2008b):

  1. (29) (*No) tardó aproximadamente cinco horas.

Nótese, además, que tanto <venir a + infinitivo> como los modificadores de aproximación pueden concurrir con la negación en ciertos casos. Obsérvese a este respecto el contraste de gramaticalidad que presentan las oraciones de (30) y (31), a pesar de que en ambos casos el modificador concurre con una negación:

  1. (30)

    • *No se gastó aproximadamente cien euros.

    • *No vino a gastarse aproximadamente cien euros.

  2. (31)

    • No se gastó aproximadamente cien euros porque tuviera que saldar una deuda.

    • No vino a gastarse aproximadamente cien euros porque tuviera que saldar una deuda.

La única diferencia que presentan las construcciones de (30) y (31) es la presencia de una cláusula causal en subjuntivo en las segundas. Las cláusulas subordinadas en subjuntivo se caracterizan, entre otras cosas, por que cuando aparecen dentro del ámbito sintáctico de la negación deben ser obligatoriamente el elemento refutado (Bosque, 1990; Laka, 1990; Quer, 1998; Borgonovo 2002, entre otros). Ello queda probado por la imposibilidad de introducir un sintagma correctivo que fuerce a otro constituyente a ser el foco de la negación, como se muestra en (32):

  1. (32) Marta no ha comprado un ordenador [Foco porque tenga el suyo estropeado], *sino un televisor.

Lo que diferencia a las oraciones de (30) y (31) es, por tanto, que, en las primeras, la perífrasis y el modificador de aproximación forman parte del foco de la negación, mientras que en las segundas no, ya que el foco de la negación es la cláusula subordinada. El que el elemento refutado no es el modificador de aproximación cuando está presente una causal en subjuntivo lo muestra el ejemplo de (33), donde se ha añadido un sintagma correctivo que determina cuál es el foco de la negación:

  1. (33) Marta no {se gastó aproximadamente / vino a gastarse} cien euros porque tuviera que saldar una deuda, sino porque le habían subido el sueldo.

De estos datos se desprende que los modificadores de aproximación son rechazados en una oración negativa cuando constituyen el foco de la negación (véase (30)), pero no si, a pesar de estar en el ámbito de la negación, otro constituyente es el refutado (véase (31)).

Al ser incompatibles con la negación, <venir a + infinitivo> y los modificadores de aproximación son términos de polaridad positiva. Se denomina términos de polaridad positiva a aquellos elementos que no pueden estar bajo el alcance de la negación (Bosque, 1980; González Rodríguez, 2008a), como los que aparecen en cursiva en (34). Los términos de polaridad negativa presentan la situación contraria, ya que requieren estar bajo el ámbito de la negación, como se ilustra en (35), donde los términos de polaridad negativa aparecen en cursiva (Bosque, 1980; Sánchez López, 1999).

  1. (34)

    • *No hemos llegado ya.

    • *La película no me ha gustado bastante.

    • *No tiene usted toda la razón del mundo. (Bosque, 1980:20)

  2. (35)

    • *(No) dijo nada.

    • *(No) vale un pimiento.

    • *(No) muestra interés alguno.

Como hemos dicho, <venir a + infinitivo> y los modificadores de aproximación no pueden ser el foco de la negación y son, por tanto, términos de polaridad positiva. Ahora bien, el adverbio no no es el único que da lugar a un entorno negativo capaz de legitimar términos de polaridad negativa y de rechazar la presencia de términos de polaridad positiva. Existen otros contextos que crean entornos negativos y, por tanto, que pueden rechazar la presencia de un término de polaridad positiva (Bosque, 1980; Sánchez López, 1999; González Rodríguez 2008a). Se trata, por ejemplo, de los creados por cuantificadores como pocos o raramente y las palabras negativas. Los ejemplos de (36) ponen de manifiesto la capacidad de estos elementos de crear contextos negativos, ya que legitiman la presencia de nada en posición posverbal.

  1. (36)

    • Poca gente entendería nada de lo que dices.

    • Raramente dice nada.

    • Nadie quiere nada.

Pues bien, a diferencia de lo que sucede con la negación, tanto la perífrasis <venir a + infinitivo> como los modificadores de aproximación pueden aparecer en estos contextos.

  1. (37)

    • Pocos recién nacidos {pesan aproximadamente / vienen a pesar} cinco kilos.

    • Raramente {dura aproximadamente / viene a durar} dos horas.

    • Ninguno de esos muebles {mide aproximadamente / viene a medir} tres metros.

Por tanto, tanto la perífrasis <venir a + infinitivo> como los modificadores de aproximación se comportan como términos de polaridad positiva. Se trata de elementos que no pueden aparecer en el foco de la negación, pero que no muestran ningún tipo de incompatibilidad con el resto de construcciones que crean entornos negativos. Este paralelismo constituye un argumento a favor de que la semántica de <venir a + infinitivo> y los modificadores de aproximación es la misma si asumimos un análisis semántico de la distribución de los términos de polaridad (Kadmon y Landam, 1993; Israel, 1996; Giannakidou, 1998; Lahiri, 1998; Tovena, 1998; Chierchia 2004; Chierchia, 2006; González Rodríguez, 2008a). De acuerdo con estas teorías, las restricciones distribucionales de los términos de polaridad obedecen a razones semánticas y, en concreto, a que sus propiedades léxicas son incompatibles con las de los contextos en que son rechazados. De acuerdo con esto, si <venir a + infinitivo> y aproximadamente poseen el mismo significado, como hemos propuesto, es esperable que sean rechazados en los mismos entornos. Veamos ahora cómo el significado de estos elementos permite explicar su incompatibilidad con la negación, pero antes de explicar por qué los modificadores de aproximación no pueden ser el foco de la negación, consideremos qué sucede cuando el foco de la negación es una expresión numeral. Obsérvese el ejemplo de (38).

  1. (38) La entrada no cuesta diez euros.

    ‘Existe un número de euros, tal que la entrada cuesta ese número de euros, y ese número no es diez.’

    • gransutil (10) = {10}

    • granmedio (10) = {9’90, 9’91, 9’92, ……, 10, ……, 10’08, 10’09, 10’10}

    • granbasto (10) = {8’50, 8’51, 8’52, ……., 10, …….., 11’48, 11’49, 11’50}

La lectura resultante de (38) cuando el numeral es el foco de la negación es la que aparece parafraseada debajo del ejemplo, donde se niega que el precio de la entrada sea de diez euros. En consecuencia, si la interpretación del numeral es, por ejemplo, la de (a), el precio de la entrada será distinto del allí expuesto, esto es, del que forma parte de la granularidad sutil. En caso de que el parámetro con respecto al cual se interprete el numeral sea el de (b) o el de (c), la situación es la misma: se niega que alguno de los valores que integran los intervalos correspondientes a esas granularidades denote el precio de la entrada.

Como ya hemos visto, la presencia de un modificador de aproximación o de la perífrasis <venir a + infinitivo> desencadena la mala formación de la oración, que no puede interpretarse de acuerdo con la paráfrasis expuesta debajo del ejemplo.

  1. (39) *La entrada no {cuesta aproximadamente / viene a costar} diez euros.

    #‘Existe un número de euros, tal que tal la entrada cuesta ese número de euros, y ese número no es aproximadamente diez.’

Aproximadamente y <venir a + infinitivo> obligan a interpretar el numeral con respecto al parámetro de granularidad más basto. Al refutarse esas expresiones, se niega, por tanto, que los valores contenido en el intervalo al que refiere esa granularidad satisfagan el contenido proposicional de la oración. De la refutación de esos valores se sigue, además, que los contenidos en las extensiones asociadas a alguno de los otros parámetros sí satisfacen el contenido proposicional. El hecho de que la negación de un determinado parámetro presuponga la afirmación de alguno de los otros no difiere en absoluto de lo que sucede cuando se niega otro tipo de constituyente. Así, cuando se niega un modificador como aproximadamente o la perífrasis <venir a + infinitivo> se refuta el parámetro de granularidad al que se asocia y, por ende, que los valores contenidos en el intervalo que determina satisfagan el contenido proposicional de la oración. La negación de este parámetro conlleva la afirmación de alguno de los otros, es decir, el que alguno de los valores que forman parte de los intervalos vinculados con esos otros parámetros satisface el contenido proposicional de la oración. En la oración de (39), repetida aquí como (40), se niega que el precio de la entrada se corresponda con alguno de los comprendidos entre 8’50 y 11’50, puesto que esos son los valores contenidos en la extensión de la escala asociada a la granularidad fijada por aproximadamente y <venir a + infinitivo>, la más basta (véase (40a)), mientras que se afirma que el precio de la entrada se corresponde con alguno de los valores contenidos en las extensiones determinadas por las otras granularidades, ya sea una sutil o una media (véase (40b)):

  1. (40) *La entrada no {cuesta aproximadamente / viene a costar} diez kilómetros.

    #‘Existe un número de euros, tal que la entrada cuesta ese número de euros, y ese número no es aproximadamente diez.’

    • ¬granel más basto (10) = {8’50, 8’51, 8’52, ……., 10, …….., 11’48, 11’49, 11’50}

    • gransutil (10) = {10}∨granmedio (10) = {9’90, 9’91, 9’92, ……, 10, ……, 10’08, 10’09, 10’10}

El problema que surge al negar un modificador de aproximación, clase a la que hemos propuesto que pertenece la perífrasis <venir a + infinitivo>, es que el parámetro de granularidad más basto contiene todos los valores que forman parte de las otras granularidades; en otras palabras, los valores de la granularidad sutil y de la media son un subconjunto de los de la granularidad más basta. Ello provoca que se nieguen y se afirmen al mismo tiempo los valores que conforman ese subconjunto. Si evaluamos el numeral con respecto al parámetro más sutil, se afirman esos valores (véase (40b)); si, por el contrario, tenemos en cuenta el parámetro más basto, se niegan (véase (40a)).10 La oración de (40) es, por tanto, agramatical, porque de ella se sigue que el precio de la entrada es alguno de los comprendidos entre 9’90 y 10’10, puesto que esos son los valores contenidos en las granularidades sutil y media (véase (40b)) y, al mismo tiempo, que no es ninguno de esos valores, ya que esos forman parte del intervalo señalado por el parámetro más basto (véase (40a)). La imposibilidad que presentan los modificadores de aproximación y, por tanto, <venir a + infinitivo> de ser el foco de la negación responde a que cuando son el elemento refutado se afirman y se niegan al mismo tiempo ciertos valores, lo que constituye una contradicción.

En resumen, la negación de los modificadores de aproximación conlleva la del parámetro de granularidad con que se vinculan y la afirmación de alguno de los otros. En el caso de los modificadores de aproximación, eso da lugar a una contradicción. La razón es que todos los valores disponibles en los parámetros de granularidad afirmados forman también parte de la granularidad negada y, en consecuencia, son negados y afirmados al mismo tiempo.

4.2. Restricciones relativas al predicado en infinitivo

En el apartado 2 señalamos que <venir a + infinitivo> presenta restricciones en cuanto al tipo de predicado al que puede acompañar. Recordamos aquí los ejemplos con los que hemos ilustrado ese tipo de restricciones:

  1. (41)

    • *Ese número viene a ser impar.

    • *Viene a estar divorciado.

    • *Viene a ser alto.

Como vimos, las perífrasis epistémicas no presentan el mismo comportamiento (véase (42)). Ahora bien, si observamos qué sucede con los modificadores de aproximación, comprobamos que se comportan como , tal como <venir a + infinitivo> predice nuestro análisis (véase (43)).

  1. (42)

    • Ese número debe de ser impar.

    • Debe de estar divorciado.

    • Debe de ser alto.

  2. (43)

    • *Es aproximadamente impar.

    • *Está aproximadamente divorciado.

    • *Es aproximadamente alto.

La agramaticalidad de (41) y (43) se explica a partir de la semántica de los aproximativos. Si, como hemos dicho, estos elementos obligan a interpretar el elemento al que modifican con respecto al parámetro de granularidad más basto, solo podrán incidir sobre expresiones que admitan lecturas imprecisas. Este requisito no lo satisface ninguno de los predicados de los ejemplos anteriores. Alto, por ejemplo, constituye una expresión vaga, es decir, una expresión cuya extensión no tiene límites bien definidos, pero no una expresión que pueda emplearse de forma imprecisa.11

No obstante, cabe señalar que existe una diferencia entre los adverbios de aproximación y la perífrasis en lo que respecta a los elementos a los que puede modificar. Los adverbios de aproximación pueden incidir sobre un elemento a distancia, esto es, sin precederlo inmediatamente. Obsérvense los siguientes ejemplos.

  1. (44)

    • Aproximadamente comprará el libro dentro de un mes.

    • Comprará el libro aproximadamente dentro de un mes.

En estas oraciones, aproximadamente ocupa posiciones distintas. En (44a) aparece en posición preverbal; en (44b), en cambio, ocupa una posición postverbal y, en concreto, precede inmediatamente al complemento temporal. Sin embargo, ambas construcciones significan lo mismo (‘El libro lo adquirirá cuando hayan transcurrido más o menos treinta días’). Como refleja la paráfrasis que acabamos de proporcionar, aproximadamente incide sobre el complemento temporal, independientemente de si lo precede o no. Esto pone de manifiesto que aproximadamente puede incidir sobre un elemento sin necesidad de que este lo siga inmediatamente. El auxiliar venir no admite, en cambio, esta posibilidad, como refleja el siguiente contraste.

  1. (45)

    • #Vendrá a comprar el libro dentro de un mes.12

    • Vendrá a pesar cinco kilos.

En (45a), el complemento temporal es el constituyente de la oración que admite una lectura imprecisa, de forma que el auxiliar debería incidir sobre él estableciendo el parámetro de granularidad con respecto al que interpretarlo. Sin embargo, esto no es posible debido a que el auxiliar no puede incidir sobre dicha expresión. En (45b), en cambio, es el sintagma de medida seleccionado por el verbo en infinitivo el que se interpreta de forma imprecisa, y el auxiliar sí puede fijar el parámetro de granularidad.

4.3. Cadenas de verbos auxiliares

En este apartado ofreceremos una explicación de la posibilidad de combinar el auxiliar de <venir a + infinitivo> con otros verbos auxiliares. Los datos aportados en el apartado 2 mostraban que en las cadenas de auxiliares, la construcción que estamos estudiando tiende a ocupar la segunda posición. Ilustramos esta descripción en (46) y (47). Estos ejemplos muestran que venir a puede formar una cadena de auxiliares, por ejemplo, con el deóntico tener que, con estar a punto de y con soler, pero solo si aparece en segundo lugar.

  1. (46)

    • *Viene a tener que pesar cinco kilos.

    • *Viene a estar a punto de durar tres horas.

    • *Viene a soler costar diez euros.

  2. (47)

    • Tiene que venir a pesar cinco kilos.

    • Está a punto de durar tres horas.

    • Suele venir a costar diez euros.

Como señalamos en el apartado 2, si asumimos que <venir a + infinitivo> es una perífrasis epistémica, no esperamos el comportamiento ilustrado en (46) y (47), sino el contrario, ya que los verbos epistémicos se caracterizan por tener que ocupar la primera posición en las cadenas de auxiliares, como se muestra en los siguientes ejemplos:

  1. (48)

    • Debe de tener que pesar cinco kilos.

    • Debe de estar a punto de durar tres horas.

  2. (49)

    • *Tiene que deber de pesar cinco kilos.

    • *Está a punto de deber de durar tres horas.

No entraremos aquí a explicar por qué los auxiliares epistémicos deben preceder al resto. Lo que nos interesa es que <venir a + infinitivo> presenta el comportamiento opuesto y que esto no puede seguirse de un análisis en que se considere una perífrasis epistémica. En cambio, un análisis en que esta perífrasis constituye un modificador de aproximación permite dar cuenta de los datos de (46) y (47). Recuérdese que en el apartado anterior señalamos que <venir a + infinitivo> no puede modificar a un elemento a distancia. Siendo esto así, en (46) sería el auxiliar que sigue a <venir a> el que debería interpretarse de forma imprecisa. Sin embargo, esto no es posible, lo que provoca la agramaticalidad de la construcción. El que los auxiliares tener que, estar a punto de y soler no pueden recibir una interpretación imprecisa se pone de manifiesto en los siguientes ejemplos:

  1. (50)

    • (*Aproximadamente) tiene que estar divorciado.

    • (*Aproximadamente) está a punto de nacer.

    • (*Aproximadamente) suele venir en coche.

En (50), el predicado en infinitivo no puede interpretarse de forma imprecisa (véase (51)), de forma que aproximadamente tendría que incidir sobre el auxiliar. La mala formación de los ejemplos muestra que el auxiliar tampoco puede recibir la mencionada interpretación. Nótese que si sustituimos el predicado en infinitivo por otro que admita modificadores de imprecisión, las oraciones pasan a ser gramaticales, como se muestra en (52). La diferencia entre estas construcciones y las de (46) obedece, como hemos dicho, a que aproximadamente, a diferencia de <venir a + infinitivo>, sí puede incidir sobre un elemento al que no precede inmediatamente.

  1. (51)

    • *Aproximadamente está divorciado.

    • *Aproximadamente ha nacido.

    • *Aproximadamente viene en coche.

  2. (52)

    • Aproximadamente tiene que pesar cinco kilos.

    • Aproximadamente está a punto de durar tres horas.

    • Aproximadamente suele costar diez euros.

De este modo, la distribución de <venir a + infinitivo> se sigue de su análisis como modificador de aproximación, pero no podría explicarse si equiparamos ese valor al de las perífrasis epistémicas, ya que estas no se comportan igual.

5. CONCLUSIONES

En este trabajo hemos revisado los conceptos de imprecisión y modalidad epistémica y, en concreto, la posibilidad de equipararlos. Para ello, hemos analizado el comportamiento de la perífrasis <venir a + infinitivo> cuando posee un valor de imprecisión. En estos casos, la bibliografía ha propuesto que dicha construcción se asimila a las de modalidad epistémica, lo que conlleva considerar que la impresión forma parte de la modalidad epistémica (Fernández de Castro, 1999; Camus, 2006). Nosotros hemos argumentado en contra de esta idea y, por tanto, de la equiparación de la imprecisión y de la modalidad epistémica. Hemos mostrado que <venir a + infinitivo> no se comporta igual que las perífrasis epistémicas al menos en lo que respecta a su compatibilidad con la negación, con ciertos predicados en infinitivo y con otros verbos auxiliares. Hemos propuesto, por ello, que la construcción que hemos analizado no es equiparable a las epistémicas y que su semántica es la que poseen modificadores de aproximación como aproximadamente. Siguiendo a Sauerland y Stateva (2017), hemos defendido que <venir a + infinitivo>, como los modificadores de aproximación, obligan a interpretar el elemento al que modifican con respecto al parámetro de granularidad más basto. A partir de este análisis hemos explicado la distribución de <venir a + infinitivo> y hemos mostrado, además, que es la misma que la de los modificadores de aproximación. La única diferencia es que dichos modificadores pueden modificar a un elemento sin necesidad de precederlo inmediatamente mientras que venir a siempre debe incidir sobre el predicado en infinitivo.

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Notas

* Esta investigación ha sido financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad a través del proyecto Cadenas de verbos auxiliares en español (FFI2015-68656-P).
1 Esta interpretación la recogen igualmente autores como Gili Gaya (1961: 110-11) y Fente, Fernández y Feijóo (1987).
2 Sobre la relación entre evidencialidad y atenuación, véanse Albelda (2016), (en prensa), y los trabajos allí citados.
3 En los ejemplos de (6) debe descartarse la lectura externa de la negación, esto es, aquella en que se refuta un enunciado negativo previo o una presuposición previa (Bosque, 1980; Horn, 1989).
4 Como señalamos en la introducción, los valores epistémico y de aproximación no se han propuesto como interpretaciones distintas de <venir a + infinitivo>, sino que se ha asimilado el segundo al primero (Fernández de Castro, 1999; Camus, 2006). Nuestra propuesta es, por tanto, que dicha asimilación no es adecuada y que la lectura aproximativa no debe considerarse epistémica.
5 Aunque en el apartado 2 hemos comparado el comportamiento de <venir a + infinitivo> con las perífrasis epistémicas sin tener en cuenta el de modificadores como aproximadamente, en la próxima sección ilustraremos que estos se comportan como la primera construcción, y no como las segundas, en relación con los fenómenos descritos.
6 Como señala Krifka (2007), una expresión es (o no) simple dependiendo de la escala a la que se asocie. Así, mientras que veinticuatro resulta una forma compleja si nos atenemos a una escala en la que se cuantifica el número de individuos que asisten a un concierto, constituye una forma simple en caso de que se estén computando horas, ya que esa es la cantidad de horas que tiene un día.
7 A lo largo de este trabajo emplearemos los siguientes símbolos y abreviaturas: [[ ]] la denotación de la expresión que aparezca en su interior; = símbolo de igualdad; 1 verdadero; ∨ disyunción (léase ‘o…’); ¬ negación; { } definición de un conjunto; gran ‘granularidad’.
8 En realidad, Sauerland y Stateva (2007) consideran que esta granularidad engloba no solo a la cantidad denotada por el numeral sino también a otras cercanas a él: gransutil (7): {6,99, ….., 7, …., 7,01}. Aquí asumiremos, sin embargo, que la granularidad sutil es la que restringe totalmente la interpretación del numeral, ya que esa es la lectura más precisa posible.
9 A pesar de que Sauerland y Stateva se centran en las interpretaciones que desencadenan los numerales, su análisis puede aplicarse igualmente a otro tipo de expresiones. Así, en Viene a ser lo mismo se indica que el individuo en cuestión posee una propiedad que se encuentra en el parámetro de granularidad formado por dicha propiedad y por otras lo suficientemente similares a ella (Morzycki, 2011).
10 Esta explicación es igualmente válida si en lugar del análisis de los modificadores de aproximación, asumimos una propuesta como la de Morzycki (2011), en donde la imprecisión se implementa seleccionando un conjunto de alternativas. En (40) se afirmarían y negarían al mismo tiempo una serie de alternativas.
11 Sobre la distinción entre la vaguedad y la imprecisión, véanse, entre otros, Pinkal (1995), Kennedy (2007) y Sauerland y Stateva (2011).
12 Debe descartarse la interpretación en que venir es un verbo pleno, esto es, un verbo de movimiento. En este caso, se interpreta que alguien se desplazará a un determinado sitio cuando haya transcurrido un mes para adquirir el libro en cuestión. La oración de (45b) puede recibir esta lectura. Sin embargo, lo que aquí nos interesa es la imposibilidad de tener la perífrasis de aproximación <venir a + infinitivo>, es decir, el que la oración no pueda interpretarse como ‘Alguien comprará el libro aproximadamente dentro de un mes’.
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