Resumen: El objetivo fue identificar experiencias de implementación de educación interpares para favorecer el autocuidado del paciente oncológico. Se realizó una revisión integradora de la literatura en las bases de datos Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature (CINAHL), Epistemonikos, Cochrane, PubMed y los motores de búsqueda Biblioteca Virtual en Salud (BVS) y Google académico. Se utilizaron cinco ecuaciones con términos identificados en los descriptores Ciencias de la Salud (DeCS) y Medical Subject Heading (MeSH), se buscaron artículos en el idioma español, inglés y portugués, publicados entre 2012 y 2017. De los resultados, se seleccionaron siete artículos que cumplieron con los criterios de elegibilidad. Se evidenció que el desarrollo de programas de educación interpares tiene un impacto positivo al permitir formar pacientes expertos en el manejo del cáncer, representando beneficios para ellos, sus familias y las instituciones de salud. Se concluyó que la implementación de estos programas es un método efectivo para concienciar a los pacientes sobre su enfermedad y la importancia que en estos tienen el autocuidado para tener una mejor calidad de vida; además, el hecho de que la educación sea brindada por los mismos pacientes, facilita la comprensión de la enfermedad al hablar a través de la propia experiencia.
Palabras clave:supervivientes de cáncersupervivientes de cáncer,autocuidadoautocuidado,educación en saludeducación en salud,calidad de vidacalidad de vida,servicios de saludservicios de salud.
Abstract: The objective had to identify the implementation of peer health education experiences to favor the self-care oncological patient. The method had a integrative review study made in the databases CINAHL, Epistemonikos, Cochrane, PubMed and the search Virtual Health Library (VHL) and Google academic. Five equations were used with terms identified in the descriptors Health Sciences (DeCS) and Medical Subject Heading (MeSH). Articles were searched in the Spanish, English and Portuguese languages, published between 2012 and 2017. In the results seven articles were selected that met the eligibility criteria. Was evident that the development of peer health education programs has a positive impact when training expert patients whit cancer, representing benefits for them, their families and health institutions. It was concluded that the implementation of these programs is an effective method to raise awareness of patients about their disease and the importance of self-care to have a better quality of life, in addition to the fact that education is provided by the same patients facilitates the understanding of illness when speaking through one's experience.
Keywords: Cancer survivors, Self-care, Health education, Quality of life, Health services.
Experiencias de educación interpares para favorecer el autocuidado del paciente oncológico
Peer health education experiences to encourage self-care of oncological patient
Recepción: 22 Enero 2019
Aprobación: 16 Septiembre 2019
El cáncer hace referencia a un gran grupo de enfermedades que se pueden originar en cualquier parte del cuerpo, y que se caracterizan por la multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de sus límites, que invaden y destruyen los tejidos, con capacidad de propagarse a diferentes órganos del cuerpo1,2. En la actualidad, es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo, para el año 2015 ocasionó 8,8 millones de defunciones, cifra que la convierte en la segunda causa de muerte; se considera que uno de cada seis fallecimientos se debe a esta enfermedad1.
El hecho de ser diagnosticado con cáncer es un acontecimiento difícil de afrontar y sobrellevar en la vida de cualquier persona, dependiendo de diversos condicionantes individuales y/o socioculturales, que confluyen con sentimientos como temor, duda, tristeza, ansiedad, dolor, cambios en la imagen corporal y distanciamiento de la vida social y laboral3,4,5,6. Al ser este suceso nuevo en sus vidas, surgen diversas dudas acerca de su pronóstico, tratamiento y expectativa de vida, que deben ser aclaradas por parte del personal de salud, pero muchas veces las respuestas resultan de difícil comprensión para los pacientes; bien sea, debido a la terminología que se utiliza o porque el tiempo de consulta es muy corto.
Es de vital importancia que el paciente cuente con una red de apoyo social y familiar7, en la que se le brinde educación, de manera continua, para mejorar el nivel de conocimiento de la enfermedad. Solo así es posible fomentar una cultura abierta de participación, donde los pacientes no solo expresen sus opiniones y experiencias respecto a la atención recibida durante las diferentes etapas de su enfermedad, sino también retroalimenten con sus conocimientos a nuevos pacientes que sean diagnosticados con enfermedades crónicas; así, se forman pacientes expertos, que pueden orientar a otros en el manejo de su enfermedad, fomentando del autocuidado y la autogestión en la vida cotidiana8,9,10.
El paciente experto es un programa que está dirigido a pacientes, cuidadores y familiares de personas afectadas por diferentes enfermedades crónicas. En él se promueve el papel del paciente como principal responsable del autocuidado de su salud a través de diferentes actividades como discusiones en grupo o lluvia de ideas, con el fin de aumentar la confianza en sus habilidades para gestionar inconvenientes o problemas derivados de la enfermedad. Además, así se producen mejoras en aspectos relacionados con la salud, con el fin de conseguir una mejor calidad de vida. En colaboración con los profesionales de salud también se obtiene educación para los pacientes que son nuevos en la enfermedad, a lo cual se le llama formación interpares11.
La formación entre pares es un proyecto de educación que permite el intercambio de conocimiento a partir de experiencias previas de los individuos en un mismo grupo social12,13. Para la educación en salud, la formación interpares tiene como objetivo mejorar la salud y calidad de vida de las personas que padecen alguna enfermedad desde la experiencia de vida de cada uno de ellos11. Requiere de continuidad, a mediano y largo plazo, e involucra no solo al núcleo familiar y social, sino al personal de salud, que interviene tanto en la difusión como en la captación de información. Esto se complementa con el conocimiento de los pacientes expertos; de esta manera, se puede lograr un impacto psicológico y social alto, que contribuya a disminuir la incertidumbre de los pacientes en el manejo de su enfermedad.
En este contexto, el objetivo de este trabajo fue identificar experiencias de implementación de educación interpares para favorecer el autocuidado del paciente oncológico, donde los pacientes sean sujetos de aprendizaje a partir de las experiencias de otro paciente, y puedan resolver las incógnitas de su enfermedad, tratamiento, complicaciones y cuidados, bajo la supervisión de personal capacitado, además de resolver dudas y poder ser apoyados por otras personas que atraviesan por dificultades similares.
Se realizó una revisión integradora de la literatura14,15,16 con búsquedas en las bases de datos CINAHL, Epistemonikos, Cochrane, PubMed y los motores de búsqueda Biblioteca Virtual en Salud (BVS) y Google académico, utilizando los términos de los descriptores Ciencias de la salud (DeCS) y Medical Subject Heading (MeSH) con las siguientes ecuaciones: (Cancer AND expert patient programme OR self-care), (Neoplasia OR Cáncer AND Educación en Salud OR Enseñanza para la Salud AND Autocuidado OR Calidad de Vida OR Hospitalización OR Internación Hospitalaria), (Cancer AND education AND needs AND demands of services), (Cancer AND expert patient programme) y (Neoplasm OR Cancer AND Health Education OR Education Health AND Self Care OR Care Self OR Quality of Life OR Life Quality OR Hospitalization).
Se creó una plantilla de búsqueda en formato @Excel, en la que se recogieron los datos de los artículos seleccionados, los criterios de selección de la literatura se basaron en investigaciones primarias y secundarias, en los idiomas español, inglés y portugués, publicadas entre el periodo comprendido del año 2012 a 2017. Se incluyeron como diseños de estudio: revisiones sistemáticas, con o sin metaanálisis, ensayos clínicos, estudios cuasiexperimentales y estudios descriptivos, cuantitativos o cualitativos en los que los sujetos fueron pacientes oncológicos y en los que se evidenció la educación interpares.
De los artículos encontrados después de aplicar los filtros de idioma y años de publicación, se fueron seleccionando por título, luego por resumen y, por último, por lectura del texto completo. Finalmente, se obtuvieron siete artículos que cumplieron con todos los criterios de inclusión y que fueron evaluados acorde con su diseño metodológico y con la aplicación de las listas de chequeo de lectura crítica CAsPe17 y PRISMA18, realizadas por pares.
En cuanto a CAsPe, se tuvo en cuenta una puntuación máxima de 20 puntos para los estudios cualitativos y de revisión, así como de 22 para los ensayos clínicos que cumplieron con la suficiente calidad metodológica, dado que obtuvieron puntuaciones mayores a 17. Para los artículos de revisión sistemática se aplicó PRISMA, se tuvo en cuenta estudios de revisión sin metaanálisis, en los que se encontró concordancia y óptima calidad. De esta manera se obtuvieron puntuaciones superiores a 22, de un total de 27 ítems evaluados (Tabla 1).
Posteriormente, se realizó una lectura minuciosa de los resultados y conclusiones de los estudios incluidos, se construyeron categorías temáticas y se asignó nivel de evidencia y grado de recomendación a los hallazgos, siguiendo el sistema de clasificación Sackett, CTFPHC y GRADE19,20.

Las consideraciones éticas tenidas en cuenta fueron las establecidas en el artículo 29 del código deontológico de enfermería en Colombia. Este dictamina que “en los procesos de investigación en que el profesional de enfermería participe o adelante, deberá salvaguardar la dignidad, la integridad y los derechos de los seres humanos, como principio ético fundamental”21. El presente estudio, al ser una revisión de literatura, no presenta riesgo para las personas, y cuenta con todos los permisos para el uso de las diferentes bases de datos y buscadores. A su vez, se tuvieron en cuenta las consideraciones éticas de la Resolución 8430 de 199322 para estudios documentales y la Ley 44 de 199323, donde se esclarece la responsabilidad del investigador con relación de la protección de derechos de autor de los artículos y guías utilizadas en este documento mediante la adecuada reseña bibliográfica.
Como producto de la búsqueda fueron seleccionados siete artículos que cumplieron con los criterios de elegibilidad. Estos, clasificados según su diseño, corresponden a: una revisión de literatura, un ensayo clínico, dos estudios cualitativos y tres revisiones sistemáticas. Las características de los estudios incluidos se describen en la Tabla 2. Producto del análisis de los estudios incluidos emergieron cuatro categorías temáticas relacionadas con la educación interpares: el autocuidado, el papel de enfermería, los aspectos relevantes en la implementación del programa y el impacto que tiene su desarrollo, cuya apreciación es significativa para conocer el desarrollo del programa de educación interpares en población oncológica.

En los estudios analizados se aprecia la importancia que tiene el nivel de educación del paciente, siendo particularmente relevante en el campo de la atención oncológica, donde la información médica y la atención individualizada pueden ser complejas para el entendimiento de los pacientes24. En este contexto, los términos utilizados por el personal médico pueden llegar a ser poco entendibles para los pacientes. Una manera de mejorar la comprensión de la enfermedad y su manejo es establecer una comunicación terapéutica entre pacientes que están atravesando por los mismos temores, dolores y experiencias, esto genera entre ellos sentimientos de apoyo y aceptabilidad por sus pares.
En un estudio cualitativo con pacientes que padecían de cáncer ginecológico en Noruega, se da a conocer la percepción de las mujeres que participaron en encuentros de educación interpares. Ellas manifestaron que, al conocer las experiencias vividas por otras mujeres, y estar recién diagnosticadas, pudieron superar momentos difíciles que eran referidos por las pacientes que llevaban más tiempo con su enfermedad, de modo que, encontraron en esos espacios una comunidad especial, de comprensión mutua y pertenencia25. Este método de educación tuvo un impacto positivo no solo en las pacientes, sino también en los profesionales, a quienes proporcionó conocimientos importantes sobre las opiniones y sentimientos de las pacientes respecto a sus tratamientos.
En España se han establecido escuelas de pacientes desde 2006, donde existen siete de estas escuelas, que han adoptado la metodología de la Universidad de Stanford, a través de sesiones virtuales y presenciales, con un mínimo de dos sesiones y un máximo de nueve, con una duración de entre dos y cuatro horas por sesión26. Por medio de esta investigación se evidenció que su alcance es limitado; pues, dada la falta de estudios y documentos para llevar a cabo la iniciativa de más programas relacionados a la educación, su impacto es poco conocido en los servicios hospitalarios, tanto a nivel nacional como internacional. Además, es necesaria su aplicación con varios tipos de evaluación de resultados para conocer su impacto en el sistema de salud26.
Se realizó un seguimiento a los pacientes de las unidades de oncología y sus cuidadores elegidos para ser sujetos de estudio. Se establecieron horarios de entrenamiento, se les aplicaron cuestionarios a los cuidadores sobre la autoeficacia para controlar los síntomas de los pacientes con cáncer y la autoeficacia para el control del estrés, así como la preparación para el cuidado. Se utilizaron escalas para valorar el grado de ansiedad, depresión, de alfabetización en salud, carga del cuidador y bienestar según la calidad de vida27. Después del alta hospitalaria, se realizó un seguimiento telefónico en la segunda y cuarta semana posterior al egreso, lo cual evidenció que la educación a pacientes y cuidadores en los centros oncológicos sí ayuda a disminuir los síntomas depresivos y la ansiedad de los cuidadores, además, aumenta sus conocimientos en cuanto a lo relacionado con la enfermedad.
Asimismo, en Nigeria se llevó a cabo una intervención por medio de procesos educativos para la adherencia en la atención de mujeres en los servicios de salud sobre cáncer de cuello uterino, teniendo en cuenta acciones de prevención, tratamiento y cuidados paliativos. Se incluyeron mujeres desde los 21 años, con y sin diagnóstico de cáncer y vida sexual activa; además, se brindaron capacitaciones a los esposos y personas de la diócesis, que ejercen como cuidadores, sobre temas asociados a enfermedades de cáncer cervical, con el fin de enseñar a estas mujeres sobre la enfermedad y sus riesgos y complicaciones. Se evidenció que la educación interpares les permitió más participación y preocupación sobre su proceso salud y enfermedad a partir de las experiencias contadas por otras mujeres, lo cual dejó enseñanzas por parte de los educadores y el apoyo del personal de salud frente a cáncer cervical28.
La educación interpares está enfocada en la formación, intercambio y ayuda mutua entre pacientes, que con el paso del tiempo se vuelven expertos en su enfermedad, para que en un futuro ellos sean los principales entes educadores, quienes, a través de la experiencia, serán sujetos de apoyo para los pacientes que recién están conociendo esta patología. Así se podrán atender las necesidades e intereses individuales, alejándose de enfoques tradicionales y despersonalizados, con el apoyo de personal capacitado y un sistema de retroalimentación eficiente24.
El autocuidado es conocido como un elemento fundamental en el bienestar de las personas, la promoción de la salud y gestión de la enfermedad, pues refleja un alto grado de importancia para el manejo de las enfermedades crónicas; de acuerdo con ello, se hace necesario en la implementación y organización de procesos de aprendizaje, con el fin de generar acuerdos en la información global, para profundizar en conocimientos y capacidades de los individuos y sus familias frente a las necesidades sentidas y experiencias vividas26.
Dentro del ámbito de paciente experto se debe hablar de autocuidado y calidad de vida. Se evidencia que el paciente debe cambiar su estilo de vida y asumir la responsabilidad de su estado de salud, pues es importante que el paciente conozca su enfermedad y aprenda a vivir con ella. La ejecución de actividades, talleres y foros -sobre la seguridad del paciente, los cuidados del cuidador y la prevención de enfermedades son mecanismos efectivos para el autocuidado de los pacientes con cáncer; además, a través de la web encuentran información, documentación, vídeos, foros, aulas virtuales, teleformación e incluso redes sociales que ofrecen alternativas para conocer más de la enfermedad y del autocuidado29.
Se evidenció en la literatura que el autocuidado es fundamental en el paciente porque este aprende a aceptarse, a enfrentar su enfermedad y a desarrollar alternativas que le permitan seguir su vida cotidiana sin limitarse por su patología presente, para, de esta manera, mejorar su autoestima, su estado emocional, disminuir el impacto de la enfermedad y la repercusión en su vida.
Enfermería ha buscado orientar en cuidados sobre la enfermedad oncológica a través de la implementación y aplicación de teorías, como la de Katharine Kolcaba y la teoría del confort, que define el bienestar como un estado relativo de satisfacer las necesidades básicas del ser humano y está basado principalmente en la práctica de cuidados, evaluando el nivel de confort de los pacientes con enfermedades crónicas, ayudando a los pacientes a identificar sus necesidades específicas y a desarrollar actividades para la mejora continua de los cuidados prestados durante el tratamiento del paciente26.
El profesional de la salud se encuentra presente durante la enfermedad del paciente oncológico; por eso, es de gran relevancia incluirlo en un programa de paciente experto, porque cumple un papel fundamental que contribuye con la educación y cuidados brindados en la consulta, favoreciendo la orientación y el entendimiento de la información destinada a los pacientes oncológicos30.
En los servicios de salud, especialmente de oncología, se han evidenciado varias necesidades, ya que los pacientes han solicitado aclaraciones, reflejado inquietudes y falta de información; en la medida que se ha involucrado al personal de enfermería en la implementación de educación interpares, esta ha sido de gran ayuda para los pacientes. Además, se ha observado que los profesionales han cumplido con las competencias propuestas y se consideran como buenos educadores en el sistema de salud.
Es crucial establecer un comité multidisciplinario que incluya representantes de los pacientes como socios iguales para su educación, de modo que sea posible definir, implementar, verificar y evaluar los pasos fundamentales para establecer un programa de educación integral24. De esta manera, será posible lograr que los programas de educación interpares cuenten con un enfoque integrado y coordinado, que tengan en cuenta las necesidades, pensamientos y creencias de los pacientes, que los haga partícipes de su propio aprendizaje, y así poder otorgarles los conocimientos necesarios para fomentar su autocuidado por medio de la comprensión y aplicación de la información suministrada.
En el campo de la oncología se ha aplicado la medicina personalizada, que permite a los profesionales de la salud el uso de herramientas tecnológicas para brindar un tratamiento oportuno, según las necesidades de cada paciente, tratando de prevenir al máximo posibles complicaciones u otras enfermedades y teniendo en cuenta la percepción de cada paciente, con el objetivo aumentar su empoderamiento e involucrarlo en su proceso de atención31. En este sentido, para desarrollar programas de educación efectivos y eficientes, es relevante tener en cuenta los avances tecnológicos para implementar iniciativas de educación interpares en pacientes oncológicos.
Este método de educación, en el que los pacientes tienen un papel fundamental, tiene un impacto positivo en la calidad de vida de los pacientes, reduce los reingresos hospitalarios y disminuye los costos en la atención médica32. Al aumentar los conocimientos de los pacientes, de los síntomas, tratamiento y complicaciones de su enfermedad, por medio de sesiones educativas lideradas por interpares y con el acompañamiento de personal capacitado, se les permite adoptar prácticas de autocuidado y disminuir notablemente las recaídas ocasionadas por el cáncer o por el tratamiento médico, con lo cual, se disminuirá la cantidad de reingresos a los servicios de urgencias oncológicas.
De los artículos seleccionados que cumplieron con los criterios de inclusión según la clasificación establecida por Sackett, CTFPHC y GRADE19,20, se encontró que, de acuerdo con el nivel de evidencia de los siete artículos, uno era ensayo clínico aleatorizado con intervalo de confianza estrecho (1C), dos, cualitativos descriptivos (1C), uno, una revisión de literatura (1C) y tres, revisiones sistemáticas de estudios de casos y controles, con homogeneidad (3A). Por otro lado, con respecto al grado de recomendación, se encontró que dos fueron extremadamente recomendables (A), cuatro recomendables (B) y uno con recomendación favorable, pero no concluyente (D), como está descrito en la Tabla 1. Esta clasificación nos permite soportar la calidad de la evidencia analizada y su fuerza de recomendación para el desarrollo de estrategias similares de formación interpares para pacientes oncológicos en el contexto colombiano.
El aprendizaje entre iguales parte de las teorías de aprendizaje dialógico, que se centran en el hecho de que las personas aprenden a partir de las interacciones con otras personas, estableciendo planos de igualdad y no de poder, lo que significa que todos los implicados tienen algo que aportar y algo que aprender32,33,34,35,36. Este aprendizaje permite atender las necesidades e intereses individuales de cada sujeto y construir conocimientos para la resolución de problemas37; en este caso, las necesidades en salud de pacientes oncológicos, dándoles la oportunidad de aprender de las experiencias de otros. La utilidad de la aplicación de esta teoría se ve reflejada en la ejecución de programas para la atención de pacientes con cáncer, ejemplo de ello es la experiencia en Italia24, donde la educación interpares está enfocada a la formación, intercambio y ayuda mutua entre pacientes que, con el paso del tiempo, se vuelven expertos en todo aquello que tiene que ver con su enfermedad, lo cual representa múltiples beneficios para los pacientes y cuidadores.
Los pacientes, al ser conocedores de su enfermedad (síntomas, diagnósticos, tratamiento, complicaciones y controles médicos oportunos) reducirán notablemente la cantidad de ingresos a urgencias oncológicas, debido a que pueden sobrellevar síntomas, como el dolor o molestias causadas por tratamientos, desde su propia casa, gracias a los conocimientos adquiridos en las sesiones de educación interpares38,39,40. De igual manera, al fomentar su autocuidado, se promueven hábitos que mejoran su estado de salud y disminuyen la cantidad de recaídas27. Diversos autores refieren que el fomento del autocuidado implica que los pacientes sean conscientes de su problema de salud, aprendan de la experiencia subjetiva del sufrimiento psíquico/emocional/social, se comprometan con el mejoramiento de su calidad de vida y gestionen de manera más efectiva y eficiente su tratamiento, favoreciendo la adherencia terapéutica41,42,43,44.
En este sentido, la educación interpares y el fomento del autocuidado entre personas de grupos sociales similares, en este caso entre pacientes de una misma enfermedad, les permite aprender y enseñar al otro, con el acompañamiento y el apoyo de profesionales especializados27. Estos fundamentos se enlazan con los planteamientos de la educación para la salud45,46y representan un beneficio para todas las personas que allí participan, al adquirir nuevos conocimientos y reforzar habilidades de comunicación, como la empatía, la asertividad o la escucha activa, muy necesarias para establecer canales de comunicación efectivos entre todos los miembros del grupo.
En la implementación de los diferentes programas de paciente experto se logran cambios en el autocontrol de la enfermedad; para ello, la participación de profesionales idóneos, formados y líderes en la ejecución de estos programas, cobra relevancia para asentar una relación más vinculante con los pacientes y proporcionarles habilidades y conocimientos, así como intercambiar experiencias relacionadas con su situación actual. Sin embargo, los sistemas de salud actuales, enfocados en un modelo biomédico que centra la enfermedad como su objetivo, desdibujan los fundamentos de la educación para la salud con propuestas poco favorecedoras para la salud pública47,48, de tal manera, alejan la posibilidad de participación de las comunidades en los sistemas de salud. En este sentido, la autonomía, responsabilidad y ética de los profesionales de la salud son las bases para la transformación del modelo biomédico en un modelo participativo e incluyente, en el que es fundamental compartir una visión global de los sistemas de salud centrados en el paciente49,50, y de esta manera, permitir mejorar la equidad y la calidad en salud.
Las enfermedades crónicas se han incrementado, afectando especialmente a los países latinoamericanos, cuyas estructuras y culturas sufren de inequidad, pobreza y otros fenómenos sociales que dificultan el buen manejo de estas enfermedades51. El desarrollo de iniciativas como el programa de paciente experto, aún no explorado en el contexto de estos países, podría brindar una atención personalizada, favorecer la eficiencia y aumentar el nivel de satisfacción de los pacientes, así como mejorar el autocuidado en la enfermedad.
Para determinar la eficacia de dichos estudios frente al paciente experto se evidenció que el autocuidado está presente en cada uno de estos artículos; puesto que, toman como principal objetivo el aprendizaje y la enseñanza tanto para pacientes como cuidadores. Allí, personas diagnosticadas con cáncer proporcionan sus experiencias sobre cómo han enfrentado la enfermedad, buscando independizarse en el cuidado personalizado de la enfermedad. Asimismo, la solución a sus síntomas e inquietudes no estará solo en los consultorios médicos, sino también a su alcance, es decir, en su hogar, y sabrán cómo enfrentarlos.
Finalmente, se puede concluir que el paciente es el principal actor en el cuidado de su salud, lo que resalta la importancia de ofrecer educación interpares para favorecer el autocuidado y el intercambio de experiencias y conocimientos, de tal manera que, el paciente vea en sus semejantes un apoyo, para así poder controlar su enfermedad y mejorar su calidad de vida. La iniciativa del programa paciente experto es una herramienta que incentiva a los pacientes a tomar el control de su proceso salud-enfermedad con el apoyo de pacientes formados y expertos, así como de los profesionales de la salud; esto a su vez, fortalece la relación paciente - personal de salud. Teniendo en cuenta el impacto positivo que conlleva el desarrollo de la educación interpares en pacientes oncológicos, es de gran relevancia su implementación en contextos como el colombiano, donde la prevalencia de las enfermedades crónicas, y en especial el cáncer, representa las primeras causas de enfermedad y muerte, con altos costos sociales y económicos. Estas iniciativas favorecen el autocontrol, la autoestima y la aceptabilidad de la enfermedad en los pacientes, al sentir que ellos se pueden hacer cargo de sí mismos y, por tanto, mejorar su calidad de vida.
Los autores declaramos no tener conflicto de intereses ni ninguna relación económica, personal, política, interés financiero ni académico que pueda influir en nuestro juicio para la publicación del artículo. Declaramos, además, no haber recibido ningún tipo de beneficio monetario, bienes, ni subsidios de alguna fuente que pudiera tener interés en los resultados de esta investigación. Este trabajo ha sido financiado por la Fundación Universitaria Ciencias de la Salud (Acta No. 03 de 2018) dentro del macroproyecto titulado: “Programa paciente experto: promoción del autocuidado en el paciente adulto oncológico y su cuidador principal”.
Primer autor: dirección del estudio, diseño metodológico, análisis de datos, redacción y elaboración del manuscrito.
Segundo autor: recolección y análisis de datos, sistematización de la información y redacción del artículo.
Tercer autor: recolección y análisis de datos, sistematización de la información y redacción del artículo.
Cuarto autor: recolección y análisis de datos, sistematización de la información y redacción del artículo.
Quinto autor: dirección del estudio, diseño metodológico, análisis de datos y redacción y elaboración del manuscrito.

