INVESTIGACIÓN

INFOENTRETENIMIENTO Y POLÍTICA: EL CASO DE LAS ELECCIONES DE 2015 Y 2016 EN ESPAÑA

INFOTAINMENT AND POLITICS: THE CASE OF THE 2015 AND 2016 SPANISH PRESIDENTIAL CAMPAIGNS

INFOENTRETENIMENTO E POLÍTICA: O CASO DAS ELEIÇÕES DE 2015 E 2016 NA ESPANHA

Marián Alonso González
Universidad de Sevilla, Spain

INFOENTRETENIMIENTO Y POLÍTICA: EL CASO DE LAS ELECCIONES DE 2015 Y 2016 EN ESPAÑA

Revista de Comunicación de la SEECI, núm. 44, pp. 87-113, 2018

Universidad Complutense de Madrid

Recepción: 09 Mayo 2017

Aprobación: 27 Junio 2017

RESUMEN: Las campañas electorales de 2015 y 2016 en España han puesto de manifiesto una serie de transformaciones que afectan a la construcción del mensaje informativo y, por ende, a la práctica del periodismo político. La irrupción del infoentretenimiento en el medio televisivo, la rentabilidad económica de la política televisiva, y la versatilidad y juventud de los nuevos líderes han provocado que candidatos y asesores se concentren más en la competencia mediática que en la ideología que representan. Dar a conocer al candidato, empatizar con los votantes y llegar a públicos no interesados especialmente en política se ha convertido en la estrategia a seguir por las formaciones políticas. Su objetivo: llevar a cabo un intercambio entre el interés informativo y conseguir el minuto de oro capaz de mejorar su imagen.

PALABRAS CLAVE: política, televisión, infoentretenimiento, candidatos, elecciones, España, periodismo.

ABSTRACT: The 2015 and 2016 Spanish presidential campaigns have shown some transformations that affect the construction of the information message and, therefore, the practice of political journalism. The irruption of infotainment on television, the economic profitability of television politics and the versatility and youth of the new political leaders have caused candidates and advisors to be more focused on the media competition than on the ideology they represent. Publicizing the candidate, empathizing with voters and reaching audiences not interested especially in politics has become the strategy to be followed by political formations. Their objective: to carry out an exchange between the informative interest and to get the golden minute to improve their image.

KEY WORDS: politics, television, infotainment, candidates, elections, Spain, journalism.

RESUME: As campanhas eleitorais de 2015 e 2016 na Espanha puseram de manifesto uma serie de transformações que afetam a construção da mensagem informativa e, por tanto, a prática do jornalismo político. A irrupção do infroentretenimento nos meios televisivos, a rentabilidade econômica da política televisiva, e a versatilidade e juventude dos novos lideres fez com que candidatos e assessores se concentrem mais na competência mediática que na ideologia que representam. Fazer conhecer o candidato, empatizar com os votantes e atingir ao publico menos interessado em política se converteu na estratégia das formações políticas. Seu objetivo: levar a cabo um intercâmbio entre o interesse informativo e conseguir o minuto de ouro capaz de melhorar sua imagem.

PALAVRAS CHAVE: política, televisão, infoentretenimento, candidatos, eleições, Espanha, jornalismo.

1. INTRODUCCIÓN

La comunicación política es "el intercambio y la confrontación de los contenidos de interés público-político que produce el sistema político, el sistema de los medios y el ciudadano-elector" (Mazzoleni, 2010, p.36), de forma que la finalidad de la política es alcanzar e influir en un tercero (opinión pública) a través de un intermediario-canalizador que es el medio de comunicación, pues "lo que no trasciende a los medios no existe" (Lluch, 2015, p. 115).

Esta dependencia que tiene la política de los medios para trasladar su mensaje a la ciudadanía ha dado origen a lo que se conoce como "democracia mediática", un término acuñado por Muñoz-Alonso y Rospir (1999) para referirse a las relaciones que se establecen entre los sistemas democráticos y los medios de comunicación de masas, especialmente la radio y la televisión.

Los medios aparecen en este modelo como los responsables de la construcción y canalización de las agendas públicas y políticas, como los grandes mediadores entre los actores político-sociales y la opinión pública (Badillo y Marenghi, 2001). En esta misma línea afirma Viladot (2008) que los medios de comunicación son creadores de opinión y, por tanto, "su trascendencia es primordial, sobre todo en relación con la política durante las campañas electorales".

Hoy más que nunca los espectadores conocen multitud de hechos, acontecimientos, experiencias, y participan en ellos emotivamente, se sienten implicados, pero "únicamente sobre lo que han captado a través de los medios de comunicación de masas", dicen Abejón et al. (2013).

Pese a que las cibercampañas han puesto de manifiesto que la red tiene capacidad de influir de forma positiva en los resultados electorales y que los candidatos con mejor posicionamiento en los medios sociales pueden aventajar a sus oponentes, la televisión continúa siendo el medio óptimo para dar a conocer candidatos, consolidar partidos y amplificar sus mensajes.

En este sentido, afirma Fernández Torres (2005) que al ser la visión el sentido que proporciona una experiencia más directa de las cosas, la televisión desprende la sensación de que lo que en ella se ve es la realidad, y por esto, contribuye poderosamente a formar la opinión pública.

La imagen domina sobre la reflexión y convierte en caduco todo lo que no aparece en pantalla. Parece que no es posible imaginar nuestro mundo sin televisión, el medio difusor de mensajes audiovisuales más potente hasta hoy y la manera más fácil y cómoda de distribuir contenidos.

El año pasado los españoles vieron la televisión una media de 3 horas y 48 minutos al día (4 minutos menos que el año anterior), según datos de Kantarmedia (2016). La audiencia acumulada fue de 44.440.000, es decir, el 99,8% de los espectadores mayores de cuatro años vieron algún minuto de televisión, y sólo el 0,2% no sintonizaron su receptor en ningún momento (89.052). Como media diaria, la fue de 32.677.000, lo que significa que el 73,4% de la población ve la televisión a diario (Barlovento, 2016).

Los meses de enero y febrero fueron los de mayor consumo, con un promedio de 255 y 251 minutos, respectivamente. Las mujeres (243 minutos) y los mayores de 64 años (351 minutos) fueron los targets que más tiempo dedicaron al medio televisivo. Por cadenas, Telecinco fue la más vista por quinto año consecutivo, obteniendo el 14,4% de la cuota de pantalla y situándose por delante de Antena 3 (12,8%), TVE1 (0,1%), La Sexta (7,1%) y Cuatro (6,5%).

Los datos expuestos dan una idea de la fortaleza mediática que posee la televisión en el conjunto de los medios de comunicación en España, ello es debido al poder de la imagen, pero también a su incansable labor de entretenimiento.

1.1. Política y televisión

El vínculo entre políticos y televisión nació en Estados Unidos. Su concepción empresarial sobre una base privada y un espíritu eminentemente comercial, convirtió rápidamente a la televisión en el medio idóneo para desarrollar la campaña presidencial de Eisenhower en 1952. El spot televisivo que jugaba con su apodo "Ike" hasta convertirlo en el eslogan "Like Ike", con el que resultó vencedor de las elecciones, fue el punto de partida de una nueva forma de concebir la comunicación política.

Surgía pues una nueva manera de concebir la comunicación política:

A partir de entonces se desarrolla una nueva manera de entender la "democracia mediática" y, por ende, una nueva forma de estructuración del discurso público en el que la palabra deja de ser el único elemento constructor del mismo, tal y como acontecía en la prensa o en la radio, para apoyarse también en la imagen.

"El principal agente que ha transformado el camino de los políticos es la televisión" (Berrocal, 2005, p. 55) hasta convertirse "en uno de los grandes medios con los que cuenta la comunicación política para hacer llegar los mensajes a los públicos y para mejorar el posicionamiento de una acción de gobierno" (Costa, 2008, p. 259).

Uno de los primeros investigadores que sitúa a la televisión en el centro neurálgico de la relación entre política y comunicación es Cayrol quien, ya en 1970, avisaba que la televisión es el medio de masas preferido por los votantes, pues, ningún otro medio permite a los políticos un acceso mejor al universo de ciudadanos y, por ende, la televisión condiciona "fuertemente el uso de las demás formas de Comunicación Política, pues estas son diseñadas en función de su televisación" (Martínez Pandiani, 2006, p. 71)

La preponderancia de los formatos audiovisuales sobre los textuales ha provocado que "la televisión sea el espacio público más consultado por los ciudadanos a la hora de definir su conducta en las urnas" (Fernandez, 2015, p. 281) y, en virtud de ello, los distintos partidos tratan de construir una imagen del candidato en función de las preferencias de la audiencia:

Esta importancia de la televisión en el ámbito de la comunicación política provoca que el término "democracia mediática" dé paso a una "democracia visiva" o a la "telepolítica", un concepto que debe ser estudiado en un contexto sociológico más amplio y cuyos rasgos definitorios identifica Martínez Pandiani (2006) como:

El hecho de que la televisión unifique todas las variables del discurso político y las convierta en espectáculo, esparcimiento o entretenimiento, ha provocado que lo anecdótico ocupe el primer plano en aras de conseguir réditos electorales a través de esa humanización del candidato:

Dentro de este contexto, se ha dado un giro a las campañas de electorales de forma que donde primaba el contenido del programa ahora se opta por dar importancia al candidato, de manera que esta relación entre política e imagen "eleva a los gabinetes de comunicación y a los asesores de la imagen a un papel mucho más relevante. Una política mediática y más icónica" (Valencia, 2015, p. 27).

Esta nueva política, dice Valencia, es atractiva a los medios de comunicación porque tiene audiencia pero, sobre todo, porque el político "entra en el juego de los medios de comunicación, en particular, en la lógica del entretenimiento de masas" (2015:28) llegando a un nuevo estadio informativo que podría denominarse de entretenimiento en el que la política es:

La política como espectáculo ha provocado, como afirma Contreras (1990), que las campañas se planteen como meras promociones comerciales y que se estudie al espectador como un nuevo nicho de mercado, es por ello que la imagen del candidato es un espejo del poder en este mundo mediático.

El origen de aplicar la mercadotecnia a la campaña electoral lo encontramos en las elecciones norteamericanas de 1960 en las que Kennedy venció a Nixon durante un debate televisado en el que apareció maquillado, bronceado, sonriente y con un traje impecable frente a un Nixon sin afeitar y con el mismo traje después de todo un día de trabajo.

Decía Weber que los políticos son empresarios que movilizan recursos, financiación, afiliados y votantes, convirtiendo los partidos en burocracias (Álvarez y Pascual, 2002) y para ello no dudan en mediatizar la política y, en este sentido, nada más efectivo que reforzar el perfil más humano del candidato creando una "sensación de cercanía, compromiso, disponibilidad y don de gentes que puede contribuir a despejar las dudas del sector indeciso" (Quevedo et al, 2016, p. 101).

Es por ello que pese al auge de las redes sociales, los políticos siguen confiando en la televisión para llevar sus mensajes políticos, hasta el punto de reducir sus mítines y otros actos tradicionales para fomentar su presencia televisiva. Este es el caso de Pablo Iglesias quien, durante las pasadas legislativas, renunció prácticamente "a la mitad de los actos electorales para centrarse en sus apariciones en el medio que lo popularizó, pues los estrategas del partido consideran que es el escaparate más rentable e influyente para ganar votos" (Carvajal, 2016).

La imagen domina sobre la reflexión y convierte en caduco todo lo que no aparece en pantalla. Parece que no es posible imaginar nuestro mundo sin televisión, el medio difusor de mensajes audiovisuales más potente hasta hoy, capaz de generar vínculos personales con los ciudadanos al tiempo que consigue que los votantes consuman, de forma sencilla, los contenidos políticos (Wolton, 1995).

La fortaleza mediática que posee la televisión en el conjunto de los medios de comunicación en España es debido al poder de la imagen, pero también a su incansable labor de entretenimiento, lo cual ha propiciado la aparición de nuevos programas de contenido político pero orientados al show, privilegiando los contenidos informales, personalizados y espectaculares (Thusu, 2007).

La espectacularización de la información y la comercialización de los sentimientos ha provocado la disolución de fronteras entre los géneros y un mestizaje de contenidos que genera un cambio en el discurso de la televisión, que se aleja del modelo reproductor de la realidad para acercarse a un modelo productor de realidad.

Surge pues el hipergénero informativo, aquel que combina entretenimiento, variedades y ficción, y entre ellos destacan el infoshow y el infoentretenimiento, cuya principal diferencia reside en que en el primero prima el entretenimiento, mientras que en el segundo lo hace la información (Luzón y Ferrer, 2008).

El infoentretenimiento ocupa una posición destacada en las parrillas de programación de los principales canales generalistas de la TDT española. De hecho, "el tiempo semanal total dedicado a este género es de 153 horas y 58 minutos" (Berrocal et al., 2014, p. 94) siendo La Sexta (34,91%) y Telecinco (22,66%) las cadenas que encabezan el ranking de tiempo semanal dedicado este hipergénero.

La mezcla de infoentretenimiento y política es una tendencia que hemos importado de Estados Unidos en la que el mensaje político sucumbe a la cultura del espectáculo, de manera que el político ya no sólo piensa en los votantes, sino en los televidentes. Surge pues el politainment (Nieland; 2008; Sayre & King, 2010; Schultz, 2012), un término que está muy asociado a la política rosa y es consecuencia directa de la desafección política ciudadana (Ntutumu, 2015).

El politainment reúne dos funciones relativas a los medios de comunicación como son la información y el entretenimiento, dos objetivos que, en principio, podrían considerarse opuestos, pero que se dan la mano con bastante frecuencia.

Esta hibridación, "entendida como mezcla de ideas o formatos" (Alonso, 2017, p. 75), ha sido una de las herramientas básicas para crear e innovar en todos los ámbitos, es por ello que no podía faltar en televisión, un servicio público esencial cuya finalidad, tal y como recoge el ordenamiento jurídico español en su artículo 128 de la Constitución Española, ha de ser "la de satisfacer el interés de los ciudadanos y la de contribuir al pluralismo informativo, a la formación de una opinión pública libre y a la extensión de la cultura".

1.2. El caso español

Hasta las elecciones de noviembre de 2015 el modelo de campaña política en España se circunscribía al impuesto en 1940 por Winston Churchill quien, a través de la palabra, apelaba a las emociones e intentaba identificarse con el receptor a través del recurso retórico de las repeticiones. Sin embargo, las campañas electorales de 2015 y 2016 han puesto de manifiesto que a pesar de que los mítines todavía son una herramienta clave para la movilización, pues es capaz de generar credibilidad, confianza, liderazgo e ilusión; es la televisión el medio de comunicación que llega a la mayoría de los ciudadanos que ejerce su derecho al voto.

Su éxito reside en que la cercanía es una fuente de credibilidad, y la televisión influye a hacer más cercanos a los políticos, para lo bueno y para lo malo, y, por tanto, más creíbles o no. Gracias a esta cualidad, la televisión se ha convertido en la "reina de las herramientas de la Comunicación Política", según Micovic (2014), quien afirma que son más efectivos quince segundos en televisión que tres artículos de opinión, dos entrevistas en radio o muchas actividades comunicativas en la red, lo cual explicaría por qué la televisión, en sus diversos formatos, ha sido abrazada con fuerza por una nueva clase política que sabe de telegenia y cómo mirar a la cámara.

Con el reinado de la televisión en el mundo de la comunicación social la centralidad del líder frente a la organización es un hecho:

En la era del infoentretenimiento, las tres funciones básicas de la televisión: informar, divertir y formar (Bobo, 2005) se entremezclan para dar origen a nuevas narrativas y formas audiovisuales que trascienden los géneros que tradicionalmente conocemos.

En este sentido, y bajo la premisa de que una noticia ofrecida desde las técnicas del infoentretenimiento capta mejor la atención de la audiencia que otra presentada de una forma tradicional (Grabe et al. 2000), las dos últimas campañas electorales en España (noviembre de 2015 y junio de 2016) han puesto de manifiesto que la televisión se ha convertido en el objetivo prioritario de los candidatos a la presidencia española que siguen las pautas imperantes de los que algunos autores como Ramonet (2002) y Franco (2011) han denominado "americanización de la política".

Desde 1975 hasta los comicios del 26 de junio de 2016, se han celebrado 12 elecciones legislativas en España y tan sólo seis debates electorales televisados, una cifra que evidencia la escasa tradición de la confrontación política en televisión, de hecho, en sólo tres ocasiones hubo debates entre los candidatos a ocupar La Moncloa.

La posibilidad de realizar debates electorales se fue frustrando elección tras elección por motivos diversos. Dice Blanco (2015) que:

El nacimiento de la televisión privada en España supone un cambio en la tendencia y así, el 24 de mayo de 1993, se emite en Antena 3 el primer cara a cara entre Felipe González (PSOE) y José María Aznar (PP), mientras que el segundo, tuvo lugar una semana después en Telecinco. Moderado por el periodista Manuel Campos Vidal, fue visto por una audiencia de casi 10 millones de personas.

Habría que esperar 15 años a que se produjese un nuevo cara a cara televisivo entre los candidatos a la presidencia del Gobierno de España. De esta forma, ante las elecciones del 9 de marzo de 2008, José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) se vieron las caras en la Academia de Televisión, cuya señal fue ofrecida de forma gratuita a todos los canales interesados en emitirlo. Manuel Campos Vidal y Olga Viza fueron los encargados de moderar los dos debates que fueron seguidos por 13 millones de espectadores.

Con posterioridad, y en idénticas condiciones, es decir con Campos Vidal como moderador y organizado por la Academia de Televisión, en 2011 se produjo un único cara a cara entre los aspirantes a La Moncloa: Mariano Rajoy (PP) y Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE), seguido por 12 millones de espectadores.

2. OBJETIVOS E HIPÓTESIS

La hipótesis de partida del presente trabajo es que la televisión se ha convertido en el medio por excelencia utilizado por los candidatos para llegar a las emociones de sus votantes, y para ello no dudan en primar sus apariciones televisivas en formatos de infoentretenimiento a otros actos de campaña.

En base a nuestra hipótesis de partida, hemos definido un objetivo general que es identificar el grado de presencia que han tenido los políticos en la pequeña pantalla y el tipo de programas que constituyen su nicho de interés.

Para ello, nos hemos establecido los siguientes objetivos secundarios:

  1. 1. Cuantificar las apariciones televisivas de los políticos durante las campañas electorales de 2015 y 2016.
  2. 2. Identificar la cadena de televisión que más minutos les ha dedicado.
  3. 3. Identificar los programas a los que acuden los candidatos y determinar si se encuadran en el género informativo o del infoentretenimiento.

3. METODOLOGÍA

Para alcanzar los objetivos marcados, así como para verificar o refutar la hipótesis de partida del presente trabajo, hemos utilizado un método de investigación mixto que responde a una combinación de técnicas cuantitativas y cualitativas que conceden mayor rigurosidad y valor a la investigación ya que ambas se complementan.

En este sentido, hemos procedido al análisis de contenido del programa y un estudio cualitativo de los productos mediáticos siguiendo el análisis textual planteado por Casetti y Odin (1997, p. 249) para "poner de relieve la arquitectura y el funcionamiento de los programas analizados, la estructura teórica que los sostiene y las estrategias que despliegan".

De igual forma, hemos analizado los programas a los que han asistido los candidatos en términos de formato (informativos o híbridos) y género, para ello hemos recurrido al clasificación que establece Euromonitor, y que recogen Berrocal et al. (2014:93): Ficción, Información, Infoshow, Show, Concurso, Deportes, Infantil, Juvenil, Educación, Religión y Diversos. De ellas se han seleccionado los dos macrogéneros: Información e Infoshow que se relacionan con el infoentretenimiento y que aparecen recogidos en la Tabla 1.

Tabla 1
Géneros de Información e Info-show
Géneros de Información e Info-show
Fuente: Berrocal et al. (2014, p. 93)

Para un correcto estudio longitudinal hemos escogido los programas en los que los cuatro candidatos a la Presidencia del gobierno y sus primeros espadas han asistido en los periodos comprendidos entre el 27 de octubre y el 18 de diciembre de 2015 y del 3 de mayo al 24 de junio de 2016, es decir, desde el día en que se publica en el BOE y entra en vigor el decreto de disolución de las cortes y se convocan las nuevas elecciones hasta el fin de la campaña electoral. En total hemos analizado hasta un total de 116 intervenciones en programas emitidos en cinco cadenas de índole nacional, una pública (TVE 1) y cuatro privadas (Antena 3, Cuatro, Telecinco y La Sexta).

4. RESULTADOS

La irrupción de nuevos partidos ciudadanos en el espectro político español ha provocado el salto hacia la conversación y la movilización, al tiempo que las redes sociales se han colocado en una posición central dentro de la maquinaria de difusión de consignas políticas con el apoyo clave de la televisión y de los programas de debate política.

A ello también ha contribuido un cambio significativo en el perfil de los políticos que han concurrido a las dos últimas Elecciones Generales en España. Joven, dinámico y con experiencia laboral fuera del ámbito político, los candidatos a la Presidencia de España no superan los 45 años y pueden encuadrarse dentro de la Generación X, un término acuñado por el fotógrafo y periodista Robert Capa y popularizado por Douglas Coupland (1991) gracias a su novela Generation X:_ Tales for an Accelerated Culture.

Exceptuando a Mariano Rajoy, que supera los 60 años, el más veterano es Pedro Sánchez, con 44 años, seguido de Pablo Iglesias (37) y Albert Rivera (36). A todos ellos les une haber sido testigos de honor en la transición de lo analógico a lo digital y haber protagonizado el desarrollo tecnológico en el que ahora estamos sumergidos.

Este cambio de políticos, medios y candidatos ha provocado que durante las dos últimas campañas electorales (diciembre de 2015 y junio de 2016) los líderes de las principales formaciones políticas de nuestro país hayan participado en 116 espacios televisivos. De ellos, 48 tuvieron lugar en 2015 y 68 en 2016, lo que supone un 58,6% de apariciones más en televisión en tan sólo seis meses de diferencia.

Si en las elecciones de 2015 el número de apariciones televisivas es bastante similar en todas las formaciones políticas (Ver Figura 1), durante los comicios de 2016 el partido liderado por Pablo Iglesias (Podemos) ha sido el que más presencia ha tenido en televisión, casi duplicando la de 2015, apareciendo en un total de 29 emisiones (Ver Figura 2), mientras que el resto de partidos ha mantenido una tónica similar.

Presencia de los partidos en televisión Elecciones 2015
Figura 1
Presencia de los partidos en televisión Elecciones 2015
Fuente: Elaboración propia

Presencia de los partidos en televisión Elecciones 2016
Figura 2
Presencia de los partidos en televisión Elecciones 2016
Fuente: Elaboración propia

El grueso informativo durante las primeras elecciones se concentró en la quincena del 24 de noviembre al 7 de diciembre, donde se contabilizan el 56% de las apariciones televisivas. Esa misma quincena, a 10 días de las elecciones, vuelve a ser la preferida por los políticos durante las elecciones de 2016 para concentrar sus apariciones en televisión. Concretamente, del 31 de mayo al 13 de junio, se producen 30 de las 68 apariciones de estas segundas elecciones.

Durante la campaña de 2015 los candidatos asistieron a 17 programas televisivos diferentes, predominando los de La Sexta (6), seguidos de TVE (4), Antena 3 (4), Telecinco (2) y Cuatro (2) (Ver Tabla 3).

Tabla 3
Programas a los que han asistido los candidatos Elecciones 2015
Programas a los que han asistido los candidatos Elecciones 2015
Fuente: Elaboración propia

Como puede apreciarse en la Tabla 4, La Sexta vuelve a ser la emisora que más programas dedica a la información política en 2016 (5). En esta ocasión los candidatos acudieron a 19 programas televisivos repartidos por cadenas de la siguiente manera Telecinco (4), TVE (4), Antena 3 (4), Cuatro (2).

Tabla 4
Programas a los que han asistido los candidatos
Programas a los que han asistido los candidatos
Fuente: Elaboración propia

4.1. Programas informativos

Por tipología de formato, los candidatos presidenciales acudieron a 7 programas informativos durante las campañas electorales de 2015 y 2016. En términos porcentuales, y teniendo en cuenta el total de apariciones televisivas, los programas informativos puros representan el 44% de los programas de la campaña electoral de 2015 y el 37% de los de 2016.

Por cadenas, este tipo de formatos ha predominado en la cadena pública TVE1, donde se desarrollaron 7 de los 14 programas. En ambas elecciones Cuatro fue la única cadena en la que no se emitió ningún programa informativo (Ver Figura 3 y Tabla 5).

Número de programas informativos. Elecciones 2015 y 2016
Figura 3
Número de programas informativos. Elecciones 2015 y 2016
Fuente: Elaboración propia

Tabla 5
Programas informativos a los que asistieron los candidatos
Programas informativos a los que asistieron los candidatos
Fuente: Elaboración propia

A nivel de géneros prevalecen sobre todo la entrevista y el debate. La entrevista es "el formato más utilizado en nuestro país, y es el que cuenta con la presencia del líder político en televisión, respondiendo a las preguntas de uno o varios de los periodistas" (Berrocal, 2005, p. 4).

Durante 2015 se emitieron un total de 10 entrevistas, de las cuales 4 se realizaron en TVE, 4 en Telecinco y 2 en La Sexta. Tan sólo seis meses después, durante la campaña de 2016, el número de entrevistas aumentó a 18, liderando TVE (7), seguido de La Sexta (6) y Telecinco (5) (Ver Figura 4).

Entrevistas realizadas por cadenas.
Figura 4
Entrevistas realizadas por cadenas.
Fuente: Elaboración propia

Dentro del formato informativo hemos incluido las entrevistas que se enmarcaban en espacios informativos como los noticiarios, es el caso de las entrevistas realizadas por Pedro Piqueras en la edición noche de "Informativos Telecinco" y las de Ana Blanco en el "Telediario-2ª edición" de TVE, en las que se abordaron temas como la amenaza del terrorismo yihadista, las últimas noticias sobre el desafío soberanista en Cataluña y sus principales propuestas en el ámbito político, económico y social de cara a la próxima legislatura.

En el ámbito de las entrevistas políticas en profundidad caben destacar las realizadas por Ana Pastor en "El Objetivo" (La Sexta) a Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos) y por María Casado en "Los Desayunos de TVE" a los cuatro candidatos presidenciales, así como las llevada a cabo por Iñaki López en "La Sexta Noche".

Por su parte, el debate es el género preferido por los candidatos de la reciente historia democrática de España. Durante las últimas dos elecciones hemos asistido a un total de 5 debates políticos de corte tradicional y que, por tanto, puede enmarcarse en el formato informativo. De ellos, dos tuvieron lugar durante 2015, y los tres restantes en 2016. Por cadenas, TVE y el grupo Atresmedia, son los que lideran este tipo de formatos.

4.2. Programas de infoentretenimiento

El 56% y 63% de los programas emitidos con motivo de las campañas electorales de 2015 y 2016 pueden encuadrarse dentro del infoentretenimiento. Esto supone, 10 y 11 programas, respectivamente. Por cadenas, si durante 2015 empataron Antena 3 y La Sexta, con 3 programas cada una, durante 2016, se suma a esta terna Telecinco, mientras que TVE pasa de uno a ningún programa de estas características (Ver Figura 5).

Programas de infoentretenimiento por cadenas
Figura 5
Programas de infoentretenimiento por cadenas
Fuente: Elaboración propia

Por géneros, y atendiendo a las categorías identificadas por Euromonitor y recogidas por Berrocal et al. (2014, p. 93), dentro del ámbito del Info-Show prevalecen los Talk-show durante ambas campañas, seguidas de las entrevistas (Ver Figura 6 y Tabla 6).

Programas de infoentretenimiento. Elecciones 2015 y 2016
Figura 6
Programas de infoentretenimiento. Elecciones 2015 y 2016
Fuente: Elaboración propia

Tabla 6
Clasificación programas de infoentretenimiento. Elecciones 2015 y 2016
Clasificación programas de infoentretenimiento. Elecciones 2015 y 2016
Fuente: Elaboración propia

4.2.1. Talk shows

Dentro del grupo de los Talk shows se encuentran los programas que Gordillo et al. (2011, p. 104) denominan show de variedades y que basan en la figura del presentador estrella y colaboradores fijos que usando el modelo de magacín incluyen el tratamiento de la actualidad de forma superficial.

4.2.2. Entrevistas

En el ámbito de las entrevistas de infoentretenimiento hemos encuadrado aquellos programas que han ofrecido entrevistas de personalidad de los candidatos electorales aunando información y entretenimiento con claros elementos cercanos al infoshow y a la entrevista magacín.

4.2.3. Debate

4.2.4. Sátira de actualidad

4.2.5. Docuserie

5. CONCLUSIONES

Los políticos españoles han encontrado en la televisión un gran aliado para transmitir sus consignas políticas, pero, también ganar adeptos y votantes basándose en afinidades y simpatías.

Mostrar el lado humano del candidato se ha convertido en una nueva forma de conseguir popularidad entre los futuros votantes, enfoques cercanos que, como afirma Ortells (2012) "alejan el mensaje informativo de su finalidad original, contribuir al debate político y crear opinión pública"

En este sentido, resulta significativa la apuesta realizada por los candidatos presidenciales por aparecer en programas televisivos, hasta el punto de llegar a duplicar su presencia en el medio, como es el caso de Pablo Iglesias de Podemos, que entre ambas campañas electorales sumó hasta 40 intervenciones televisivas.

Si bien los candidatos siguen apostando por los formatos informativos puros en los que priman entrevistas y debates, durante las campañas electorales de 2015 y 2016 hemos asistido a un fenómeno nuevo en España, la espectacularización de la política televisiva.

Todas las cadenas, excepto Televisión Española, debido a su carácter de servicio público, han apostado por formatos que adaptan el infoentretenimiento a la política y en los que la frontera entre lo público y lo privado se disipa para dar paso a contenidos que muestran el lado humano del candidato con el objetivo de competir por el mayor número posible de telespectadores.

Ello ha sido posible gracias a la versatilidad y juventud de los nuevos líderes, que han hecho posible una nueva forma de hacer campaña, pero también a la consolidación de las cadenas privadas que han sabido ver la rentabilidad en la política.

Si antes había que acudir a los mítines para contagiarse de sus emociones, son ellos ahora los que no dudan en acudir a las televisiones para mostrar de forma directa, masiva y continuada su cara más humana, charlar de su vida personal, su familia y abordar los temas de interés de un modo más superficial.

Los políticos se han convertido en un producto y tanto ellos como los propios medios sacan partido. Gracias a la televisión, los candidatos pueden llegar y motivar al voto a un nicho de votantes ajenos al debate político. Su objetivo, transmitir informaciones políticas light de fácil consumo, cargadas de emoción y valiéndose de técnicas de storytelling para llevar a cabo un intercambio entre el interés informativo y conseguir el minuto de oro capaz de mejorar su imagen.

La política vende y la vida privada de los políticos más, es por ello que en las dos últimas campañas electorales hemos podido comprobar que ha habido un incremento de los programas de infoentretenimiento (más del 60% en la campaña de 2016) que han acogido a los políticos, formatos de contenido político pero orientados al show más interesados en dar a conocer al candidato que en difundir sus programas electorales hasta el punto de que las cualidades personales del líder pasan a estar en un nivel jerárquico superior a la ideología que representa; por lo menos en cuanto al interés mediático se refiere.

En este sentido, Missika (2006) afirma que los políticos muestran su cara más personal porque son conocedores de que los ciudadanos están interesados por conocer su vida. Aspectos como su familia, sus gustos y sus anécdotas del pasado posibilitan crear lazos afectivos con la audiencia y dejar al margen los debates ideológicos con la única intención de transformar dichos lazos en votos favorables.

"No somos nada más ni nada menos que lo que escogemos revelar de nosotros", afirma el personaje de Frank Underwood en House Card en un momento de la serie, y eso es algo que tienen bastante claro los candidatos presidenciales españoles que, conscientes del gran impacto que la televisión genera en sus audiencias, entienden, que, como también señaló Quinto Tulio, "la gente se deja llevar más por la apariencia que por la realidad".

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ANEXOS. Elecciones 2015. Programas a los que acudieron los candidatos


Elecciones 2016. Programas a los que acudieron los candidatos


Notas de autor

Cómo citar el artículo Alonso González, M. Infoentretenimiento y política: el caso de las elecciones de 2015 y 2016 en España (Infotainment and politics: the case of the 2015 and 2016 Spanish presidential campaigns) Revista de Comunicación de la SEECI; 44, 87-113 doi: http://dx.doi.org/10.15198/seeci.2017.44.87-113 Recuperado de http://www.seeci.net/revista/index.php/seeci/article/view/488
AUTOR Marián Alonso González Marián Alonso González es Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla (2008) con una Tesis Doctoral que versa sobre el cambio tecnológico de ABC de Sevilla. Técnico de Comunicación en la Dirección de Comunicación y Gabinete de Presidencia de ADIF, es miembro del Grupo de Investigación Análisis y Técnica de la Información de la Universidad de Sevilla donde desarrolla su labor docente como profesora asociada de la Facultad de Comunicación impartiendo clases de Redacción Periodística Audiovisual. http://orcid.org/0000-0003-2676-0449 https://www.researchgate.net/profile/Alonso_Marian https://scholar.google.es/citations?user=pTW9yp0AAAAJ&hl=es ResearcherID: S-2855-2016 https://www.mendeley.com/profiles/marin-alonso-gonzlez/

Correspondencia: Marián Alonso González malonsog@us.es

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