INVESTIGACIÓN

LA PUBLICIDAD Y SU RESPONSABILIDAD SOCIAL

ADVERTISING AND ITS SOCIAL RESPONSIBILITY

A PUBLICIDADE E SUA RESPONSABILIDADE SOCIAL

María-Teresa Pellicer-Jordá
Universidad de Murcia, Spain

LA PUBLICIDAD Y SU RESPONSABILIDAD SOCIAL

Vivat Academia, núm. 139, pp. 43-51, 2017

Forum XXI

Recepción: 08 Marzo 2016

Aprobación: 12 Mayo 2016

RESUMEN: El poder de la publicidad es cada vez mayor en una sociedad donde el consumo es ya una costumbre. Su poder radica, no sólo en su capacidad persuasiva, sino también en su amplia presencia en la vida de los ciudadanos, que visionan cada día cientos de anuncios, aunque no siempre sean conscientes de ello. Por eso, por una innegable influencia en la sociedad, la publicidad debe trabajar en el desarrollo de su responsabilidad social. Sobre este tema, ofreciendo argumentos de diversos autores, reflexionamos en este artículo.

PALABRAS CLAVE: Publicidad, ética, responsabilidad, sociedad.

ABSTRACT: The power of advertising is increasing in a society where consumption is already a habit. Its power lies not only in its persuasive capacity but also in its wide presence in the lives of citizens, who envisage hundreds of advertisements every day, although they are not always aware of it. Therefore, for an undeniable influence in society, advertising must work in the development of its social responsibility. On this issue, offering arguments from different authors, we reflect on this article.

KEYWORDS: Advertising, ethics, responsibility, society.

RESUMO: O poder da publicidade é cada vez maior em uma sociedade onde o consumo já é um costume. Seu poder radica, não só em sua capacidade persuasiva, como também em sua ampla presença na vida dos cidadãos que visionam cada dia centos de anúncios, apesar de que nem sempre são conscientes disso. Por isso, por uma inegável influência da sociedade, a publicidade deve trabalhar no desenvolvimento de sua responsabilidade social. Sobre este tema, oferecendo argumentos de diversos autores, reflexionamos neste artigo.

PALAVRAS CHAVE: Publicidade, ética, responsabilidade, sociedade.

1. INTRODUCCIÓN

Como veremos a lo largo de este artículo, la publicidad se ha convertido, de esta manera, en una de las herramientas fundamentales de comunicación tanto para las empresas (carácter económico) como para la propia sociedad a través de la transmisión de valores (carácter social) y esa cualidad es destacada por diversos autores:

2. DISCUSIÓN

La publicidad responde a la tercera necesidad establecida en la pirámide de Maslow, que es la social o de pertenencia, referida a la "necesidad de relacionarnos con otras personas, tanto amigos y familiares como colegas profesionales (Vives, 2005, p. 17)", pero también satisface la cuarta, que es la "necesidad de estima, autoestima, respeto y sentirse bien con uno mismo". Esto, por supuesto, ocurre en los países desarrollados solamente, ya que están cubiertas las necesidades básicas y fisiológicas y las de seguridad y "de allí deriva en gran parte su poder de atracción y éxito, ya que penetra en lo más sensible de nuestro ser (Vives, 2005, p. 18)". El autor añade que:

Todos somos también, en mayor o menor medida, vendedores de una imagen personal que aspiremos que alguien compre. Todos tenemos algo que vender, aunque no sea más que nuestra propia persona. Volviendo a la pirámide de Maslow, esa necesidad de pertenencia nos obliga a mostrar una forma de ser que queremos que sea aceptada por los demás. Cada persona es una marca en sí misma" (Vives, 2005, p. 19).

La publicidad conoce ese gran poder que tiene y también sabe perfectamente cómo utilizarlo. Conoce las estrategias necesarias, unas estrategias que pasan por hacer de la publicidad una emoción, un sentimiento, para lograr el éxito de un anuncio y, por tanto, de un producto. Para ello es muy frecuente recurrir a bebés, niños - está demostrado que "observar la sonrisa de un niño es una de las acciones que producen más gratificaciones a los seres humanos (Vives, 2005, p. 93)" -, animales-ya sean tiernos o atemorizantes- y más comúnmente a modelos (Vives, 2005, p. 93)". Ahora bien, la publicidad ha cambiado su paradigma y, por tanto, su estrategia, ya que, como explica Eguizábal, "con el paso de los años, la publicidad fue abandonando sus planteamientos racionales, tan decimonónicos por otro lado, para ofrecer otro tipo de beneficios de carácter más emocional. (...) Al mismo tiempo, los anuncios comenzaron a hablar menos de las mercancías y más de las personas (Eguizábal, 2009, p. 20)". Era, como añade el autor, el "salto desde la publicidad d objeto a la publicidad del sujeto (Eguizábal, 2009, p. 20)". Acorde a la burguesía - que dio lugar a la publicidad- la apariencia se convierte en protagonista, hasta el punto de que, como dice Moliné:

"Nuestra sociedad vive sustentada, como dice Herbert Marcase, sobre falsas necesidades que le son impuestas por los intereses de unos grupos determinados. Necesidades, comportamientos, impulsos, diversiones y consumo de productos no obedece ya al hombre, sino que le son creados y, en este sentido, impuestos. La gente se reconoce a sí misma en sus comodidades: encuentra su alma en su automóvil, en su aparato de alta fidelidad, en su casa, en su equipo de cocina. No obstante, frente a esta visión negativa de la publicidad y del papel del publicitario en la sociedad contemporánea existe una visión positiva (...) la publicidad como un servicio que orienta al consumidor. Esta visión positiva parte de que la vida no es perfecta y, por lo tanto, a la hora de decidir cuales son los productos que hay que adquirir se necesita un tipo de actividad orientadora. (1973, p. 127)".

Esa publicidad del sujeto es la que le permite crear una actitud nueva, consolidar una actitud acerca de un producto o servicio y cambiar una actitud hacia la marca (Bassat, 1994: 66)" o, como explica Eguizábal, le permite definir "quienes son los triunfadores, los que han penetrado en el universo de los consumidores. Son los que saben o los decididos. Son los que valen (2009, p. 21). Aunque bien es cierto que la publicidad también refleja los valores ya presentes en la sociedad. Sociedad y anuncios realizan un intercambio muy efectivo en lo que a creación y mantenimiento de cultura se refiere. En este sentido, encontramos opiniones de diversos autores que lo corroboran:

Publicidad, cultura y sociedad conviven y estrechan lazos hasta convertirse en un equipo perfecto para crear, consolidar y hasta eliminar valores. La cuestión ahora es ¿cuáles son los valores de la sociedad actual? Pérez Gómez (Correa, Guzmán y Aguaded, 2000, pp. 79-82) establece un listado con los valores presentes en las sociedades occidentales actuales. Estos serían:

A estos valores, Hellín (2006, p.73) suma los siguientes:

Todos estos valores de los que hablan Pérez Gómez y Hellín, los podemos ver en cualquier anuncio actual. Como dice Bonete, "seguramente, a no pocos lectores de estas páginas, les parecerá que esta crisis moral es una ficción, que los hombres son tan morales o inmorales como siempre y que los medios audiovisuales no están para moralizar a sus receptores y consumidores, sino sobre todo, como empresas que son, para ganar dinero e influencia en el mercado de los productos materiales y culturales (1994, p. 24)". A este respecto- acerca de la moralidad- se hace la siguiente afirmación en el libro titulado 'De la miseria humana en el mundo publicitario':

"La miseria humana en el medio publicitario es a la vez esta vida empobrecida que exalta una publicidad omnipresente, y la miseria de los propios medios publicitarios, que ilustran de forma caricaturesca el empobrecimiento moral que padece la sociedad de mercado (...) En sociedades como las nuestras donde las desigualdades son moneda corriente, esta lógica obedece a una voluntad de ascenso social. Por lo general, los individuos aspiran a ascender en la jerarquía social y quieren resaltar el estatus adquirido mediante la posesión de objetos que lo simbolizan. La aspiración de los menos favorecidos es acceder al mismo nivel de consumo que los más favorecidos, y la preocupación de los ricos es mantener un tipo de consumo que les distinga de los pobres (Grupo Marcuse, 2006, p. 23)".

Resumiendo un poco lo visto hasta ahora - y al margen de si estamos viviendo una crisis moral o no- podemos decir que la publicidad tiene una gran responsabilidad social porque influye - con los valores y modelos de conducta que transmite en sus anuncios- en la vida de la gente. Así lo plasma Cardús cuando dice que "un obstáculo para la adolescencia es el exceso de estímulos a los que están sometidos chicos y chicas. No me refiero a estímulos de todo tipo, sino al excesote un tipo particular de estímulos. Especialmente, de los que abundan en los canales de la cultura popular de masas, es decir, fomentados por la cultura del ocio y que, lógicamente, son de carácter consumista. Pero el exceso de estímulos apaga el deseo. Y, paradójicamente, nuestros hijos, la generación más estimulada de la historia, pueden llegar a ser los más desmotivados que han existido (Cardus, 2001, p. 150).

3. CONCLUSIONES

De esa responsabilidad social que tiene la publicidad que creemos demostrada, se deriva la necesidad de una ética, de una conciencia por parte de anunciantes y publicistas, dada la responsabilidad social que tienen y las grandes y demostradas influencias en la sociedad. López muestra la necesidad de unos valores éticos, cruciales, "porque con un baúl lleno sólo de conocimientos, el hombre se puede ir a pique (2008, p. 274)". Benavides (2012) también habla de este asunto cuando dice que "hasta hace relativamente poco tiempo, cuando se comentaba la ética de la publicidad, su referente eran siempre los contenidos de los anuncios; era una ética puramente instrumental, basada en la contextualización de los contenidos de un relato. Sin embargo, los nuevos compromisos parece que apelan a contenidos más estructurales y, por ello, hablar de ética o de responsabilidad social de la publicidad conduce a pensar irremediablemente en la estructura del mercado, sus objetivos y sus posibilidades de cara a la consecución de una sociedad más equilibrada, equitativa y justa. (...) La publicidad debe ayudar al anunciante a gestionar su marca y hacer posible y viable un modelo de negocio, dándole transparencia y legitimidad social. Y si se trasladan estas preocupaciones a la comunicación política- donde normalmente hay una ausencia casi absoluta de ética- deberían abandonarse todo ese conjunto de viejas rutinas que la han convertido en una comunicación dañina para la sociedad y vergonzosa para el político".

De esta forma y para concluir, podemos decir que es no necesaria, sino imprescindible la necesidad de una ética publicitaria real y eficaz, debido a la creciente y demostrada influencia en la sociedad que ésta tiene, hasta convertirse en uno de los principales canales de comunicación de valores y modelos de conducta. Sólo si la publicidad - y todos los agentes que la componen- se conciencia de la gran responsabilidad social que tiene, podremos conseguir una publicidad que satisfaga sus dos facetas, la económica y la social. Sólo así conseguiremos unos anuncios respetuosos con los individuos que componen la sociedad. La publicidad puede seguir siendo eficaz aunque sea ética y eso es lo que debemos fomentar.

REFERENCIAS

1. Alberto-Pérez R, Martínez-Ramos E (1981). La estrategia de la comunicación publicitaria. Madrid: Instituto Nacional de Publicidad.

2. Bassat L (1994). El libro rojo de la publicidad. Barcelona: Ediciones Folio.

3. Benavides J (2012). Questiones Publicitarias, I, nº 17, 71-93.

4. Bonete E (1999). Ética de la comunicación audiovisual. Madrid: Tecnos.

5. Cardus S (2001). El desconcierto de la educación. Barcelona: Ediciones B.

6. Costa J (1992). Reinventar la publicidad. Reflexiones desde las Ciencias Sociales. Madrid: Fundesco.

7. Eguizábal R (2009). Industrias de conciencia, Barcelona: Península.

8. Ferrer-Roselló C (1990). Los otros leones de la publicidad. Madrid: Dossat.

9. González JA (1986). Publicidad y consumo simbólico. Infancia y aprendizaje, 35-36, 99-108.

10. Grupo Marcuse (2006). De la miseria humana en el medio publicitario. Barcelona: Melusina.

11. Guaita C (2008). Contigo aprendí. Madrid: San Pablo.

12. Hellín P (2006). Publicidad y valores posmodernos. Madrid: Miranda Comunicación.

13. Madrid-Cánovas S (2006). Semiótica del discurso publicitario. Murcia: Universidad de Murcia.

14. Moliné M (1973). La publicidad. Barcelona: Edit. Salvat.

15. San-Nicolás C (2003). Aspectos de la comunicación y creatividad publicitaria. Murcia: Universidad Católica San Antonio.

16. Vives A (2005). ¡Maldita publicidad! Barcelona: Edición Península.

Notas de autor

Correspondencia: María Teresa Pellicer Jordá maite.pellicer@um.es

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