Estado y Movimientos Sociales

Trayectorias educativas y laborales de los trabajadores rurales del sistema productivo en la región pampeana en la actualidad

Educational and labor trajectories of the workers of the productive system in the Pampas region today

Maria Eugenia Vicente
IdIHCS, CONICET, UNLP, Argentina

Trayectorias educativas y laborales de los trabajadores rurales del sistema productivo en la región pampeana en la actualidad

Millcayac, vol. X, núm. 18, 2023

Universidad Nacional de Cuyo

Recepción: 20 Octubre 2022

Aprobación: 24 Febrero 2023

Resumen: La investigación se enmarca en el campo de estudio sobre educación y trabajo, y tiene el objetivo de analizar las trayectorias de los trabajadores a través de reconstruir sus prácticas y elecciones que constituyen sus recorridos socio educativos y laborales en el marco del sistema productivo pampeano rural en la actualidad. Para recabar datos primarios, se utilizó la entrevista en profundidad y semi- estructurada realizada a trabajadores rurales que desarrollan distintas actividades en el sistema productivo. Como conclusión, se reconoce que el concepto de trayectoria remite a un proceso que no sólo contiene pasos o etapas vitales, sino que refleja relaciones, intereses y estrategias de participación en el territorio, donde los capitales juegan un papel fundamental y diferencial en las trayectorias de los trabajadores rurales.

Palabras clave: trayectorias, educación y trabajo, trabajadores rurales.

Abstract: The research is part of the field of study on education and work, and has the objective of analyzing the trajectories of the workers through reconstructing their practices and choices that constitute their socio-educational and labor trajectories within the framework of the rural Pampas productive system in the present. To collect primary data, an in-depth and semi-structured interview was used with rural workers who carry out different activities in the productive system. In conclusion, it is recognized that the concept of trajectory refers to a process that not only contains vital steps or stages, but also reflects relationships, interests and strategies of participation in the territory, where capitals play a fundamental and differential role in the trajectories of rural workers.

Keywords: trajectories, education and work, rural workers.

Introducción

El conjunto temático de preocupaciones que animan a la presente investigación se enmarca en el campo actual de discusión sobre educación y trabajo. En las últimas décadas, este debate ha pasado de un enfoque económico a una mirada más crítica, social y pedagógica que guían el proceso de profesionalización y las determinaciones estructurales de la inserción profesional (De Ibarrola, 2010; Novick, 2008, Herger, 2013, Spinosa, 2006). La concepción de trabajo, se aleja de aquella que entiende a este proceso de formación de valor (Marx, 1974) en términos cuantitativos, en el que se concibe el tiempo durante el cual se gasta la fuerza de trabajo, y las mercancías cuentan únicamente como cantidades determinadas de trabajo objetivado, el trabajo efectivo que produce valores de uso. Por el contrario, esta investigación reconoce al trabajo en tanto proceso de formación de valor en términos cualitativos, según su objetivo y contenido. En este sentido, abordando el trabajo en términos particulares y contextuales, las distribuciones de las posiciones sociales no se explican únicamente por el crecimiento económico. Más bien, desde un enfoque integral, se reconoce los intereses y características heterogéneas de los trabajadores, cuyas estrategias socio productivas e intergeneracionales constituyen un aspecto clave que define y redefine la forma en que participa de su proceso de trabajo.

En este marco, el estudio de las trayectorias permite el análisis de los fenómenos sociales (tales como la educación y el trabajo) a través del tiempo, reconociendo su entramado a través de considerar las distintas esferas de la vida de los sujetos. De esta manera, cada sujeto no constituye una sola historia, sino que su recorrido social se ancla a partir de variadas historias: residencial, familiar, profesional y de formación; las cuales se articulan de manera tal que permiten explicar las biografías. En el estudio de las trayectorias suelen conjugarse los aspectos más objetivos y “medibles” y las concepciones y percepciones más subjetivas, en articulación con la dimensión temporal. Así, toda trayectoria está compuesta por tres ejes: en primer lugar, por la estructura de oportunidades del mundo externo, entendida como las probabilidades de acceso a bienes, servicios o el desempeño de actividades con las que el sujeto se encuentra; en segundo lugar, el conjunto de disposiciones y capacidades de los sujetos puestas en juego en la vida cotidiana (sus saberes, disposiciones culturales, lógicas que orientan su acción, habilidades, proyectos de vida, etc.) y en tercer lugar, la variable del tiempo que traspasa los dos ejes y define su mutua relación en el pasado y el presente, y la proyecta hacia el futuro (Frassa y Muñiz Terra, 2004; Briscioli, 2017).

El presente artículo se centra en mostrar ciertas lógicas socio laborales constituidas por reproducciones familiares y elecciones educativas que, ancladas en recorridos meritocráticos y de reproducción familiar, influyen en las tendencias de los recorridos educativos. En este punto, la investigación aquí presentada tiene el objetivo de analizar las trayectorias de los trabajadores rurales a través de reconstruir sus prácticas y estrategias socio educativas y laborales en el marco del sistema productivo en la actualidad.

En este marco, a continuación, el artículo organiza su recorrido en los siguientes apartados: el encuadre conceptual, orientado a describir la posición teórica desde donde abordar la relación entre educación y trabajo en orden a comprender las trayectorias socio educativas en contexto productivo. Posteriormente, se presenta un apartado dedicado a la metodología, que explica la estrategia para lograr resolver el objetivo planteado, a través de exponer el diseño metodológico y el tipo de análisis desarrollado. Ello incluye una descripción socio territorial del cuerpo empírico con el que se trabajó, y se presentan las dimensiones analíticas. Luego, se presenta el desarrollo del análisis, organizado en torno de las trayectorias educativas y laborales de los trabajadores rurales. Finalmente, se arriban a las conclusiones, que permiten esgrimir una respuesta plausible al objetivo planteado inicialmente, a través de comprender las dinámicas y lógicas de apropiación territorial y socio productivas, que evocan ciertos modos de configurar las trayectorias educativas y laborales de los trabajadores.

Encuadre conceptual

Los fundamentos teóricos del concepto de trayectorias se inscriben en los aportes bourdeanos (Bourdieu, 1979; 1989; 1997) como superadores de las discusiones del campo sociológico en torno a la dicotomía entre determinismo social y voluntarismo. Las diferentes tradiciones han ponderado uno de los dos términos, en cambio, en los estudios más recientes, el análisis de las trayectorias intenta lograr una compleja articulación entre ambos niveles. En este sentido, la noción de trayectorias remite a una serie de las posiciones sucesivamente ocupadas por un mismo agente (o un mismo grupo) en un espacio jerarquizado y sometido a incesantes transformaciones. Por lo tanto, desde esta perspectiva, a un volumen determinado de capital heredado corresponde un haz de trayectorias que conducen a unas posiciones más o menos equivalentes. En consecuencia, el concepto de trayectorias representa la tendencia sociológica y ciertas disposiciones con respecto al porvenir (el recorrido longitudinal más probable que hará un sujeto en el espacio social), claramente condicionada en este análisis por la posición social de origen.

En este marco, las trayectorias individuales pueden comprenderse a condición de haber elaborado previamente los estados sucesivos del campo en el que estas se han desarrollado. Asimismo, el espacio social se compone de tres dimensiones fundamentales: el volumen del capital, la estructura del capital y la evolución en el tiempo de estas dos propiedades. Por tanto, la posición de origen no es otra cosa que el punto de partida de una trayectoria (de un individuo o grupo) en función del volumen y la estructura del capital definidos puntualmente, y en su evolución para comprender la trayectoria pasada y potencial en el espacio social.

Concomitantemente, si bien existe una correlación entre las prácticas y disposiciones de los diversos sujetos, y el origen social, no se debe soslayar el elemento de construcción que cada actor (sujeto, familia, comunidad) desarrolla a lo largo de su experiencia vital. Con lo cual, en la construcción de las trayectorias se ponen en juego un conjunto de factores que cada sujeto o grupo toma en cuenta, de modo consciente o inconsciente, en su accionar. En este punto, a los fines de comprender aquellos aspectos que resultan relevantes en el proceso de producción y reproducción social, el análisis de las trayectorias no pretende poner el énfasis ni en el condicionamiento social ni en el voluntarismo de los sujetos, sino que intenta lograr una compleja articulación entre ambos niveles (Frassa y Muñiz Terra, 2004; Lera, et. al, 2007).

Sobre la base estos fundamentos se asienta el análisis de la investigación aquí desarrollada, en la que se profundizará en las conceptualizaciones sobre trayectorias educativas y laborales particularmente, a lo largo del análisis.

Metodología

El enfoque metodológico adoptado es de tipo cualitativo, orientado a encontrar vinculaciones y significaciones entre fuentes de datos primarias y aportes conceptuales en torno de la formación en el sistema educativo y las características socio familiares de los trabajadores del sistema productivo. En la investigación cualitativa, los datos se producen a partir de conceptos teóricos básicos generales y sustantivos, apoyados en una consistente argumentación, los cuales se van nutriendo a medida que el estudio avanza. A partir del razonamiento inductivo se realizan observaciones de casos particulares, de instancias, o situaciones que llevan a enunciar conceptos o ideas, lo que a su vez guía la subsecuente búsqueda de datos (Wainerman y Sautu, 2001). En función de ello, la técnica de análisis es del contenido, constituido por la categorización, fragmentación y vinculación de los datos. Las vinculaciones analíticas están guiadas por las siguientes dimensiones de análisis: la relación entre educación y trabajo a lo largo de las trayectorias, en términos generales, y la relación entre estrategias socio familiares y la inserción en el espacio productivo; y las elecciones educativas en relación a los saberes y posiciones en el trabajo, en particular.

Para recabar datos primarios, se utilizó la entrevista en profundidad y semi- estructurada. Se trata de un proceso comunicativo por el cual un investigador extrae información de una persona. Dicha información se encuentra contenida en la biografía del actor y refiere al conjunto de representaciones asociadas a acontecimientos vividos por él. En este sentido, la información que le interesa al investigador ha sido experimentada e interpretada por el entrevistado, ésta forma parte de su vida –antes tácito, dado por descontado- y ahora pasa a ocupar el centro de la reflexión, siendo problematizado y narrado. En este punto, la entrevista se caracteriza por tener un importante grado de subjetividad, con lo cual, la información que provee no debe apreciarse en términos de veracidad- falsedad, sino como el producto de un individuo en sociedad cuyos relatos deben ser contextualizados y contrastados. En la entrevista en profundidad no se expresa simplemente una sucesión de acontecimientos vividos sino la verbalización de una apropiación de la vida colectiva (Marradi, Archenti y Piovani, 2007).

En relación a la estrategia de análisis, la investigación mantiene un enfoque cualitativo, en tanto conjunto de prácticas y herramientas, que no son concebidos como un “método” sino más bien como una forma particular de articular la experiencia de campo y el trabajo analítico (Rockwell, 2009). Para ello, se utilizó la Técnica de análisis del contenido (Miles y Huberman, 1994), orientada a categorizar y fragmentar, en una primera instancia, para luego, vincular los datos, en una segunda instancia, ambas de modo recursivo. La categorización fue de tipo mixta: las dimensiones principales se establecieron antes de comenzar la investigación (como, por ejemplo, las características del trabajo realizado, las trayectorias educativas, elecciones generacionales) y durante el análisis de los datos (en esta instancia se profundizaron datos referidos a relaciones y posiciones laborales, hitos en las trayectorias).

Característica socio territorial del cuerpo empírico y dimensiones de análisis

En los últimos 20 años y a la actualidad, el peso del sector productivo rural argentino en la economía nacional es relevante. El sector agropecuario argentino aporta el 15% del PBI, porcentaje que sube al 36% si se toma en cuenta el conjunto de la agroindustria. Particularmente, la región pampeana genera el 60% de la producción agropecuaria nacional (Iscaro y Verón, 2017). La región pampeana abarca las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos (desmembrada de la histórica región mesopotámica), Santa Fe (fundamentalmente el centro y sur), Córdoba (principalmente el sudeste) y La Pampa (especialmente el sector oriental).

La región se ha caracterizado, a lo largo del tiempo, por presentar subjetividades relativamente independientes del gran capital, sobre todo al tener la propiedad de la tierra o el dominio sobre algunos recursos productivos clave (como la maquinaria o el saber local), fueron durante décadas obstáculos al avance de grandes empresas capitalistas en la esfera de la producción agrícola propiamente dicha. Es por eso que el proceso de concentración requirió quebrar estas voluntades independientes y construir subjetividades que aceptaran poner sus recursos productivos en función de la valorización del gran capital. Al mismo tiempo, la propia práctica económica de los pequeños y medianos productores contribuye a mantener un núcleo de sentido resistente a la discursividad de los agronegocios porque se les hace evidente que sus propuestas van contra sus intereses más básicos. Al mismo tiempo, nuevas generaciones, en general hijos o hijas de chacareros, están retornando al campo con actitudes renovadas, con nuevas formas de vivir la ruralidad, mayor capacidad de explorar mejores inserciones en los mercados, fuerte conectividad gracias a las nuevas tecnologías (Balsa, 2017). No obstante, su población evidencia menor grado de regionalismo o de localismo que el de otras regiones de la Argentina, probablemente por la relación de hegemonía ejercida por sectores sociales privilegiados de la región pampeana respecto del sistema nacional, esto es particularmente notorio en la Provincia de Buenos Aires (Velázquez, 2007).

En este punto, la presente investigación se inserta de modo conceptual, social y territorialmente en el análisis de las trayectorias laborales y educativas teniendo en cuenta que, si bien la región ha disputado sentidos y apropiaciones a los grandes capitales, ello, de algún modo se ancla en procesos internos hegemónicos de formas de apropiación y producción del territorio. En otras palabras, la investigación intentará dar cuenta de los modos de organización social de la producción, de las posiciones en dicho espacio y su incidencia en la configuración de las trayectorias educativas y laborales.

De este modo, se realizaron 21 entrevistas en profundidad a trabajadores rurales de la zona noroeste de la Provincia de Buenos Aires. Atendiendo a la configuración económica de producción, la muestra se encuentra constituida por actores sociales representativos del trabajo rural en cantidades equilibradas: productores dueños de campos, encargados de estancias, dueños de empresas de transporte de hacienda y cereal, tamberos y choferes de transporte. Las trayectorias laborales, en años, presentan un rango mínimo de 12 años y máximo de 45 años. Tal como se planteó al inicio del artículo, la investigación tiene como objetivo el de analizar las trayectorias de los trabajadores rurales a través de reconstruir sus prácticas y estrategias socio educativas y laborales en el marco del sistema productivo en la actualidad. Para ello, las dimensiones de análisis se orientaron a indagar:

  1. 1. hitos de inserción laboral;
  2. 2. prospectivas escolares y laborales de las generaciones;
  3. 3. características sociales del trabajo realizado
  4. 4. vínculos sociales en el esquema productivo
  5. 5. el rol de la dimensión familiar en las elecciones laborales y educativas

Resultados

Trayectorias educativas: tendencias y (des) vinculaciones

Las trayectorias por el sistema educativo no son lineales, sino que se constituyen en el seno de diversos recorridos heterogéneos entre trayectos de vida, y variables aún en un mismo recorrido de vida. En este sentido, el concepto de trayectoria, en general, no es solamente una línea o una carrera que se configura mirando el pasado, sino para su comprensión se enriquece con conceptos como el de transiciones y turning points. El concepto de transiciones hace referencia a los pasajes y cambios en el estatus o rol de las personas, mientras que los turning points son momentos de ruptura que modifican un curso o recorrido de forma puntual, tal puede ser el caso de un accidente negativo o un evento particularmente positivo (Miranda, 2016). Este abordaje conceptual reconoce las variedades y variabilidades entre y dentro de cada trayectoria, como se puede apreciar en el caso de las trayectorias educativas. Al respecto, en tanto mirada superadora del binomio estar/no estar escolarizado, más bien, se atiende a un conjunto amplio de situaciones vinculares entre el estudiante y la escuela que incluyen varios fenómenos que van desde el “desenganche”, referido a la forma itinerante de transitar hoy el paso por la escuela (Enguita, 2011); la “escolarización de baja intensidad” referida al proceso acumulativo, dinámico y progresivo de alejamiento de la escuela (Kessler, 2002), y el efecto colador, por el cual las escuelas contienen a unos y expulsan a otros (Krichesky y Benchimol, 2008); hasta fenómenos que se reconocen como trayectorias teóricas (Terigi, 2007), que marcan o definen la edad que debería tener un sujeto que transita por determinado curso, siendo que la trayectoria real de los estudiantes coinciden con las trayectorias esperables y definidas institucionalmente (acordes a años y grados).

En este marco, a continuación, se presentan los relatos de los entrevistados que ofrecen información acerca de sus trayectorias por el sistema educativo, particularmente en el nivel secundario y universitario, que, como veremos, aún en un mismo grupo que trabajan y viven en el mismo sector, se presentan trayectorias disímiles, variadas y variables, con marcas de desvinculación, en algunos casos, o que representan trayectorias teóricas, en otros casos.

Para el caso de las trayectorias por el nivel secundario, las narrativas de los entrevistados reconocen:

Terminé la primaria, dejé un año y empecé el secundario, hice un año y medio de secundario con orientación Ciencias Naturales. (JC, chofer. 23 de junio de 2021).

A los 13 años comencé a trabajar, por necesidad, porque la plata en ese tiempo faltaba, hace 55 años. No hice secundario. (CV, dueño transporte hacienda y cereal. 26 de junio de 2021).

Yo no tengo secundario terminado. La escuela te sirve obviamente, es muy importante, yo no pude terminarla por motivo de que me fui a laburar de pibe, en el campo, yo laburé a la par de mi viejo, con lo que es campo, el tema caballo, doma, hacienda, ganadería. (MC, encargado de estancia, 2 de junio de 2021)

Estuve pupilo seis años, egresé con el título de Agrónomo General y con una educación de primer nivel y aprendíamos muchísimo, donde hacíamos reuniones que íbamos a otros colegios, donde disertábamos, hacíamos planes de siembra. Yo estuve en un colegio Agrotécnico que tenía campo, un nivel educativo muy muy alto, la verdad es que era espectacular el nivel (MP, productor. 4 de junio de 2021).

Hice el secundario sin ningún problema. Lo terminé a los 18. Y me sirvió mucho lo que aprendí, sobre todo, lo referido a cuestiones de orden de las cuentas, de la organización para el trabajo (MZ, productor. 16 de junio de 2021).

Respecto del paso por la escuela secundaria, existen diversas trayectorias que evocan diversas formas de vincularse con la institución acordes con las posiciones ocupadas en el espacio socio económico. Se reconocen trayectorias teóricas o ideales (Terigi, 2009), que se conjugan con las condiciones culturales que ofrece la escuela y permiten el tránsito por la escuela secundaria “de nivel” en el caso de los productores; otras trayectorias se encuentran con marcados signos de intermitencia y posterior abandono en las que se transitó por los primeros años de las escuelas agrarias o bachilleres y conjugaban estudio y trabajo, en el caso de los encargados de estancia, algunos tamberos y choferes de transporte.

Otra dimensión relevante y necesaria para analizar los procesos y tránsitos escolares, refiere a las propias características de la matriz organizacional de las instituciones educativas. Sus dimensiones constitutivas, tales como los procesos de anualización, la gradualización y las estrategias de promoción, conforman un modo de procesar las diferentes trayectorias que, en su tradición homogeneizante, convoca y legitima a ciertas trayectorias por sobre otras. Es de advertir, asimismo, que en los últimos años se han realizado importantes avances en materia de política pública educativa que intentan responder a las discontinuas trayectorias educativas y a los índices de escolarización nacional.

Sobre ello, durante el 2003 y 2007, la legislación[1] se constituyó en una herramienta necesaria para sostener modelos de sostén e inclusión de los ciudadanos en etapa de escolarización. Las políticas educativas de formación, desde la Ley de Educación Nacional y desde la Ley de Educación Técnico Profesional, reconocen que el trabajo constituye ciudadanía y, con ello, se juegan dimensiones culturales, identitarias, sociales, territoriales, no solamente económicas, alrededor de este concepto de trabajo. Además, se constituye en una estrategia de inclusión social que todos los estudiantes del nivel secundario puedan tener acceso a un conjunto fundamental de saberes, más allá de su elección posterior en sus trayectorias. Las políticas públicas educativas acentúan saberes tan esenciales para todos los ciudadanos en formación, como lo son los saberes del mundo del trabajo, que no queden relegados en una modalidad únicamente.

De todos modos, se reconoce que estos avances se institucionalizan en escenarios socio educativos aún marcados por tradiciones de origen. Mientras para algunos aquello que se transmite en las instituciones educativas (tanto a nivel moral como cognitivo, a nivel instrumental y expresivo) coincide, es reconocido, respetado y amplificado por lo que ocurre en sus entornos familiares y extraescolares, para otros supone un choque, una renuncia y/o una lucha constante. Mientras para algunas familias hay continuidades, materiales y simbólicas, entre las instituciones educativas y la vida, para otras son dos mundos aparte y, hasta opuestos. Con lo cual, las brechas de desigualdad se explican por brechas de sentidos, por distancias de las condiciones para que la escuela y la universidad pueda ejercer su rol de formación ciudadana, de transmisión de conocimiento y de competencias relevantes para todos (Tarabini, 2020).

En este escenario, se reconoce que las familias construyen y despliegan estrategias en un entramado institucional entre escuelas, capital cultural y económico para sus hijos en función de la conservación de las posiciones sociales consolidadas (Villa, 2011). Dichos entramados se amalgaman de diferentes modos anudando y consolidando posiciones con mayores ventajas y privilegios por sobre otras. En este sentido, se ha podido observar en las entrevistas que aquellos trabajadores que poseen mayores capitales y posibilidades de acceso cultural y económico a viajes, estadías y universidades en el exterior, como los productores, visualizan claramente la relevancia de que sus hijos asistan a la universidad.

Yo soy muy reconocido en el ambiente, estuve en la universidad de Bergin en Estados Unidos formándome y lo apliqué y sirve. Hice girasoles para Estados Unidos, para Rumania, para Francia, para España. Mi hija se recibió de la universidad, trabaja conmigo y está haciendo una maestría en la actualidad. Si las familias no insertan a los hijos en el momento, van a hacer cualquier cosa (MP, productor. 4 de junio de 2021).

Pero en la realidad ellos copian, ellos se fijan y al ver que ellos están pegados a mi trabajo, lo que nosotros hacemos es tratar de darle, de colaborarle para que ellos tengan más desarrollo, más conocimiento. De hecho, en el sector agropecuario, ya tengo dos hijos que están insertos en la universidad. Mi hijo mayor se iba a ir a Australia, Nueva Zelanda, no pudo por la pandemia, pero quiere copiar las maneras de los funcionamientos de los tambos en esos países (MZ, productor. 16 de junio de 2021).

Mis hijos fueron a la universidad a perfeccionarse y que puedan volver a seguir nuestro trabajo en el campo. También hicieron intercambios en universidades del exterior para poder ver otras prácticas y mejorar las que tenemos (SF, productor. 30 de junio de 2021)

En este marco, se comprenden los criterios de elección escolar como una estrategia familiar, una elección efectuada en el seno de la familia con el objetivo de dar unidad a un conjunto de acciones que definen el ethos, la forma de vivir y comprender el universo social por parte de cada familia (Villa, 2011). En este caso, la mayor apuesta por la formación, principalmente universitaria, se presenta en las posiciones de los trabajadores que sustentan mayor poder económico, cultural y educativo, correspondiente a los productores dueños de tierras y quienes son “patrones” en sus espacios sociales. Mientras que quienes se encuentran en posiciones de menor toma de decisiones, son empleados dependientes y sus propias trayectorias educativas se caracterizan por interrupciones escolares, no hay una apuesta clara a que sus hijos continúen estudios universitarios:

A mí me educaron para respetar. A mi hija meterle en la cabeza los valores, valorar las cosas, valorar las personas, la educación es algo que siempre trato de taladrarle en la cabeza, que tiene que estudiar, que tiene que educarse, para el futuro de ella, para el bien de ella. Que tenga lo que uno no tuvo o no supo aprovechar en ese momento (MB, chofer. 30 de junio de 2021).

Yo siempre le hago charlas largas, yo siempre le digo “vos hacé la tuya”, vos a la larga como yo llegué que me lo gané trabajando y, gracias a dios, yo tengo este lugar porque me lo gané, y la confianza, nunca tocar nada ajeno, siempre ser de palabra. Y todas esas cosas que me las enseñó mi vieja, que siempre hay que ser de palabra, que hay que ser responsable, de confianza, nunca tocar nada ajeno, ser sincero. Todo llega, con esfuerzo, todo llega (MC, encargado de estancia. 2 de junio de 2021).

Yo les di todas las herramientas que tuvimos a mano. Pero tienen valores que hacen que sean lo que son hoy, que tenga mi hija tenga un buen matrimonio, una hermosa bebé. Y a mi hijo también, le dimos todo lo que pudimos darle, todas las oportunidades, todo lo que quiso hacer y no fue, fue por propia voluntad de él, no lo obligamos a nada (AZ, tambero. 2 de julio de 2021).

No quisieron seguir estudiando, pero que tengan secundario para mí está bien. Al final decidieron formar su familia o acompañar a sus parejas en sus trabajos, que también trabajan en el campo de empleados, como yo. Les va bien por suerte (CM, tambero. 31 de julio de 2021)

En este punto, es de advertir que el acceso a la universidad se constituye en un bien que refuerza los demás capitales sociales, económicos y culturales que ya poseen quienes detentan posiciones de mayor privilegio y poder. Por otro lado, quienes se encuentran en posiciones sociales y económicas vinculadas con trabajos de fuerza, con trayectorias educativas desvinculadas de la escuela secundaria y siendo empleados, no visualizan ni explicitan la necesidad de que sus hijos asistan a la universidad. No obstante, es en este grupo que, al hablar de futuros y de trayectorias generacionales, la idea de trabajo, esfuerzo/sacrificio, respeto por la tradición, atender a las lecciones de los padres, la humildad, el respeto, la honestidad, la responsabilidad, la voluntad, el sacrificio, conforman “valores de clase” que tienen como sustrato a la familia como lugar de integración (Villa, 2011). Estos valores se mencionan en las entrevistas con los encargados de estancia, los tamberos, y choferes del transporte de hacienda y cereal:

El trabajo siempre está primero, me parece, tenés que estar siempre al pie del cañón y después a la hora que sea, solucionar problemas, y ser sincero, de confianza, no tocar nunca nada ajeno, las cosas como son, y eso a la larga te da frutos. Yo siempre fui de esa ideología, mi vieja siempre me aconsejó así, después aprendí con mi viejo lo mismo, y bueno, siempre hay que ser sobresaliente en el trabajo, por más que ganés lo mismo que los demás (MC, encargado de estancia. 2 de junio de 2021).

Yo vengo de una familia que toda la vida ha trabajado en el campo, sobre todo en los tambos, es familia de tamberos. Yo perdí a mi papá de muy chico, y tenía como referencia a mi hermano mayor y yo lo veía y me encantaba andar con las herramientas en el campo, con los tractores. Me guié mucho por lo que él hacía (JS, chofer. 27 de junio de 2021).

Mi viejo siempre me inculcó ser independiente, que uno se gane lo de uno, que tenga decisión, que tenga empuje, te van formando desde chico, como que vas adquiriendo un carácter y te vas formando como persona (CD, encargado de estancia. 15 de julio de 2021).

Mi papá me enseñó y yo se las digo a mis hijos. Las cosas hay que hacerlas bien o no hacerlas. Eso es fundamental. Y con el esfuerzo de la misma familia, producto de la enseñanza de aquella familia base de mi viejo, hicieron que yo pueda darme lujos que jamás me hubiese imaginado (BP, tambero. 2 de julio de 2021).

Un punto para rescatar es que tantos los trabajadores con mayores capitales económicos, presentan mayores accesos a los bienes educativos y culturales; mientras que los trabajadores con menores capitales económicos, presentan menores accesos a las instituciones educativas, a los viajes, a los bienes culturales. De todos modos, un pensamiento que nuclea a los entrevistados, es la meritocracia en su discurso y el esfuerzo en sus prácticas, sin atender a cuestiones de orden estructural y social que privilegian a ciertas trayectorias por sobre otras. Estas formas de apropiación y sentido en las trayectorias se encuentran presentes en las lógicas de formación, en los vínculos entre el territorio y el actor, al erigirse las posiciones individuales por sobre las sociales, los valores individuales por sobre valores socio comunitarios.

Trayectorias laborales: estrategias de (re) producción

El trabajo no es simplemente lo que hacemos, sino quiénes somos, puesto que el trabajo forma el carácter y constituye la identidad. Así lo demuestran Sennett (2005), Castel (1997) y Bauman (1999) de cuyos aportes se desprende que para analizar el trabajo es fundamental remitir a las subjetividades, las identidades, las trayectorias de los sujetos, los valores, las creencias sostenidas y compartidas, en los marcos estructurales e históricos. En este marco, al reconocer que el empleo es solamente una de las formas del desempeño laboral, que además tiende a desaparecer en su concepción tradicional, y que en América Latina una parte importante de la población económicamente activa se localiza en el sector informal de la economía, conviene entonces distinguir entre dos principales puntos de discusión. Desde el punto de vista económico, las demandas laborales acotadas a las que se desprenden de las estructuras de empleo históricamente consolidadas en la región tienden a reproducir la desigualdad en los ingresos y condiciones de vida de la población. Pero desde un punto de vista integral, la inserción laboral responde a múltiples necesidades de un desarrollo económico, social y cultural equitativo, sustentable donde la acción laboral del sujeto permita no sólo identificar problemas y de solucionarlos sino, incluso, que los pueda diseñar o crear (Doeringer y Piore, 1971;Bidart y Brochier, 2010; Miranda, 2016).

En este escenario, se reconoce que la dinámica de acumulación dominante y el sistema político institucional vigente impacta en los procesos de trabajo, de fragmentación social y de emergencia de formas de segregación generando ciertas tendencias que contribuyen a la reproducción socioeconómica (Salvia, 2007). En este sentido, las trayectorias laborales son definidas como el resultado de la relativa dureza de las estructuras de segmentación del mercado de trabajo junto con un proceso de interpretación y evaluación por parte de los individuos de su situación y aprovechamiento de sus posibilidades para delinear estrategias futuras más o menos deseables. Esta definición convoca a reconstruir las alternativas que los sujetos tuvieron ante sí y los recursos subjetivamente evaluados (prácticos y de conocimiento) con los que contaban para llevar adelante sus propósitos (Davolos, 2001). El concepto de trayectoria laboral permite, entonces, conjugar las biografías de los sujetos con los condicionamientos estructurales incluyendo en el análisis tanto la toma de decisiones de los trabajadores, determinadas por características individuales, como los determinantes socioeconómicos existentes en un momento histórico y un espacio social determinado (Pries, 1999).

De todos modos, aportes recientes sobre el tema de estudio, advierten la existencia de biografías rotas, de saberes y capacidades truncados que difícilmente puedan reconstruirse dadas las condiciones imperantes en el mercado de trabajo actual. Las transformaciones estructurales acontecidas en las últimas décadas han impuesto límites bien precisos a las elecciones individuales. Si bien se reconoce una concepción no determinista de las trayectorias laborales, es posible observar que, a pesar de las distintas estrategias puestas en práctica por los trabajadores, las condiciones estructurales parecen haber prevalecido por sobre los deseos e intereses individuales (Frassa, 2007).

En este marco, acorde a lo reconstruido en las entrevistas, el trabajo en contexto familiar, donde acontecen procesos de reproducción es un punto nodal al hablar de las trayectorias en el sistema productivo rural. Al respecto, en el trabajo, en tanto espacio determinante de reproducción social, es el sentido de proyecto común de ascensión o manutención de status social lo que define la lógica de funcionamiento de las estrategias sociales adoptadas por las familias (Villa, 2011). Respecto del trabajo y su relación con los contextos familiares, Garner y Medá y Senik (2006) señalan que la importancia o el lugar relevante del trabajo en la identidad de los sujetos está relacionada con el costo de oportunidad de éste, y disminuye en cuanto entra en competencia con otras actividades, sobre todo las familiares, otro componente esencial de identidad. De esta manera, el valor otorgado al trabajo depende de variables socio profesionales y del entorno familiar. Mientras más alta es la categoría profesional y no se poseen cargos familiares, el trabajo se convierte en una fuente de realización o desarrollo personal, siendo un componente de identidad fuerte.

En el caso del sector rural, Villulla (2011) señala la segmentación laboral del sector y llama la atención a la reproducción familiar en el trabajo que constituye uno de los grupos sociales que conforman el espacio socio laboral rural. Al respecto, se señala que, junto con las tareas, escalafón, ciclo laboral y salario, conviven otras diferencias que pueden crear intereses inmediatos distintos entre compañeros, tales como el origen y el tipo de trabajador que ocupa cada puesto. En este sentido, existe un sector, muy específico, de trabajadores jóvenes, hijos o sobrinos de los dueños de los capitales que también suelen coincidir con los planteles permanentes, pero por diferentes motivos que los primeros. Comparten su condición de asalariados con los otros dos grupos de trabajadores, pero la experimentan como una situación transitoria, en el camino a heredar la propiedad y/o la dirección de la empresa familiar, o progresar por su cuenta. Esto reviste una diferencia cardinal en cuanto a la construcción de su identidad y su conducta cotidiana, incubando y/o desarrollando así una contradicción de clase con sus compañeros de tareas.

En este marco, en las entrevistas realizadas, se puede notar una reproducción familiar y laboral concentrada en las posiciones de mayores capitales. Es en este grupo donde los productores o dueños de los bienes, intervienen en las elecciones laborales de sus hijos y los socializan para dichos trabajos a través de estrategias vinculadas a otorgarles cargos de relevancia dentro de la empresa y a llevarlos a viajes de trabajo al exterior para que aprendan las mejores prácticas a ser trasladadas al campo o a los procesos de producción familiares.

Mi hijo terminó el secundario y se quedó a trabajar en mi empresa desde hace unos años. Por supuesto que es muy compañero con los empleados, pero él sabe cuál es su lugar, porque él va a heredar esta empresa y debe saber cómo liderar el trabajo. Viaja conmigo mucho al exterior porque exportamos la producción (RP, productor. 10 de julio de 2021).

A los 18 decidí entrar a la empresa de mi papá. Hoy, yo hoy tomo el 90 % de las decisiones de la empresa. Yo decido quién va o quien no va a un viaje, yo decido qué pagar y qué no pagar, yo decido qué comprar y qué no comprar, yo decido a qué cliente mandar una jaula y a cuál no, yo organizo según mi criterio a los choferes, las tarifas las decido yo (MV, dueña transporte hacienda y cereal. 16 de Julio de 2021).

Yo iba a Estados Unidos y llevaba a mis hijos a Estados Unidos, los llevaba a ver cosas. A Arturo lo llevé a Sudáfrica a ver el centro de investigación más grande del mundo. Fuimos siete veces, sobre el océano índico, donde hay 177 briders, los que trabajan en genética, y donde había mil variedades de sorgo, mil quinientas variedades de maíz, y el maíz es lo que más se consume en el mundo (MP, productor. 13 de julio de 2021).

Ellos ya están conmigo viajando al exterior, viendo las experiencias de otros lados, para copiar lo que otros países más adelantados o más avanzados, a ver cómo y cuánto han hecho con las mismas actividades. Hemos ido con mis hijos dos veces a Estados Unidos, estuvimos en California, San Francisco. A mis hijos no les alcanzaba las cámaras, los teléfonos, los drones para filmar porque se querían copiar todo (MZ, productor. 16 de junio de 2021).

Mientras tanto, las estrategias laborales de quienes detentan menores posiciones en el espacio rural no prevén su continuidad en los hijos, sino que ellos mismos consideran, a través de los valores de clase mencionados anteriormente, que deben ser personas responsables, honestas y atender a los requerimientos de los patrones para poder tener éxito en el trabajo. En este punto, los empleados con menores capitales construyen estrategias personales e individuales- sin ánimo de mantener el estatus que los caracteriza, en próximas generaciones- y de mayores vínculos de subordinación respecto de los clientes y patrones:

Es muy importante cumplir con lo que te piden, hacer bien tu trabajo. De eso depende nuestro trabajo y dinero. Y ser muy disciplinado y llevarte bien con el dueño, eso es muy importante (CM, tambero. 31 de julio de 2021)

Es cumplimiento. No solamente tenés que estar con respeto, hasta tenes que cumplir con el horario, la llegada tarde se toma como una falta de respeto al encargado, al dueño de la estancia. Uno tiene que ir a trabajar (JC, chofer. 15 de julio de 2021).

A veces hay relaciones más conflictivas que otras, cuando el chofer no quiere viajar a tal lugar porque le tiene miedo al contexto del frigorífico, pero tiene que ir. Si vos sabés manejar al cliente, como el cliente te maneja a vos, porque es así, te doy y me das, esto es un canje (MV, dueña de transporte de hacienda y cereal. 16 de Julio de 2021).

Algunas relaciones son más fáciles y otras más difíciles. Con los clientes tenés que hacer el buen trabajo, tenés que cumplirles, tenés que ser de palabra, tiene que valer la palabra tuya. Con los empleados siempre tuve buena relación porque los supe llevar bien (CV, dueño de transporte de hacienda y cereal. 26 de junio de 2021).

Yo aprendí mucho de los productores. La organización y el buen manejo del campo lo aprendí de ellos. Muchas empresas de insumos agropecuarios o de tambos daban cursos que nos iban actualizando. Todos los tamberos son por lo general sumisos, como que tienen miedo de repreguntar, nunca te enterás si comprendieron o no lo que le dijo el instructor en ese momento (AZ, tambero. 2 de julio de 2021).

Tal como se ha mencionado, el trabajo se concibe en términos particulares y contextuales, las mercancías que ingresan al proceso social de formación de valor ya no cuentan como factores materiales, funcionalmente determinados, de una fuerza de trabajo que opera con arreglo al fin asignado. Sino, más bien, el trabajo es un organizador identitario que nuclea procesos de socialización, subjetividad y comunión, aunque segmentada, en territorios determinados. En este sentido, los saberes del trabajo se constituyen en un elemento indispensable para el funcionamiento de los procesos de trabajo que, al mismo tiempo, legitiman estructuras de poder. Tal como se puede advertir en las entrevistas, las capacidades de influencia, de satisfacción y consciencia de intereses propios y los privilegios se presentan con mayor precisión en las posiciones de mayores capitales económicos donde a los demás trabajadores se los nuclea en función del interés propio. Mientras que aquellos trabajadores en posiciones de menor privilegio y capital económico, las relaciones de dependencia no se manifiestan sólo en el plano económico, sino también social e identitario, donde el trabajo y los sentidos de los vínculos se nuclean en torno a los intereses de los dueños de los capitales, en procesos de relaciones subordinados en el territorio.

Conclusiones

El artículo tuvo como objetivo analizar las trayectorias de los trabajadores rurales a través de reconstruir sus prácticas y estrategias socio educativas y laborales en el marco del sistema productivo rural en la actualidad. Luego del recorrido analítico, sostenemos que el concepto de trayectoria remite a un proceso que no sólo contiene pasos o etapas vitales, sino que refleja relaciones, intereses y estrategias de participación en el territorio. En este marco, los capitales y el territorio juegan un papel fundamental y diferencial en las trayectorias de los trabajadores rurales.

Por un lado, hemos de reconocer que las posiciones que concentran mayor poder de decisión, económico, cultural y educativo, apuestan a la formación universitaria, a la formación en buenas prácticas en el extranjero para aplicar a los bienes y desarrollos propios. En tanto que en las posiciones que concentran menor poder decisional, caracterizado por relaciones de dependencia y subordinación, la apuesta a la formación universitaria no es clara y las estrategias de reproducción generacionales se concentran en valores individuales, tales como el esfuerzo, la honestidad y hacer el buen trabajo. Por otro lado, el territorio también juega un papel clave, ya que se trata de espacios compartidos que al mismo tiempo resaltan singularidades, con significados propios construidos por la experiencia vivida de los grupos. Esto en el marco de territorios que implican diferentes escalas, diferentes procesos (de expropiación, de extracción, de reivindicación, de expropiación, de apropiación). Estas escalas y procesos que configuran los territorios permiten adoptar en él diversos sentidos: civilizatorios, ocupacionales, pacificadores, reparatorios (Villa, 2020).

Si bien, como se ha podido analizar, las estrategias y sentidos construidos en las trayectorias evocan procesos y elecciones meritocráticas vinculadas al esfuerzo, a la individualización de los procesos socio laborales, a logros personales, y donde no hay una clara consciencia de las posibilidades estructurales de vida; en realidad, no dejan de ser valores sociales compartidos en el grupo que caracterizan y definen los trayectos de los trabajadores rurales. Con lo cual, las formas de apropiación del trabajo en el territorio a lo largo de las trayectorias son compartidas por el grupo social, aunque no implica que sean apropiaciones socio territoriales colectivizadas y comunitarias. Esta es una diferencia clave para poder comprender la configuración de los sentidos, prácticas y valores en el espacio rural que, sin constituirse en estrategias de apropiación socio comunitaria del territorio, comprenden un hábitus compartido por el grupo que, manifestados en el discurso, representan modelos similares de procesar y desarrollar las trayectorias.

De igual modo, adherimos a lo sostenido por Jacinto (2010) quien señala que si bien, las instituciones (como las educativas) han sido a lo largo de la modernidad no sólo dispositivos de control y socialización, también se han constituido en espacios de subjetivación. Ello implica que cumplen la función social de ser organizadoras de los tiempos y dinámicas en las trayectorias, al mismo tiempo que se constituyen en recursos que permiten orientar las estrategias y decisiones. En este punto, se reconoce la necesidad de las instituciones como espacios de articulación de pasajes, experiencias y prácticas que constituyen las trayectorias. Como así también, el papel fundamental que juegan al momento de intervenir en estos trayectos en tanto dispositivos de apoyo que permitan la construcción de puentes entre los jóvenes y los espacios de inserción laboral, y promueva estrategias de participación social activa.

En este punto, las implicancias para las políticas educativas presentan el desafío en la actualidad de formar una ciudadanía consciente de su contexto y con capacidad de intervenir significativamente en los procesos productivos. Consolidando una concepción de estudiante y de trabajador que excede a los meros puestos laborales y a una lógica adaptativa, ni que, en una mirada de ajuste, las instituciones educativas deban adelantar lo que necesitaría el mercado. Sino que se hace hincapié, también, en las posibilidades que la propia Pedagogía Crítica ofrece, la emancipación. De esta manera, los ciudadanos en formación puedan no sólo insertarse al mundo laboral, sino que lo hagan de forma consciente de sus intereses, del contexto territorial y de la historia familiar, y comprendan la posibilidad de transformar colectivamente, desde su participación, la realidad.

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Notas

[1] Al respecto, La Ley de Educación Técnico Profesional (n. 26.058, año 2005), regula y ordena la Educación Técnico Profesional en el nivel secundario y superior, área que fue relegada en la legislación de la anterior década, y concibe que concibe a los empleos de calidad como aquellos que permiten compatibilizar la promoción social, profesional y personal con la productividad de la economía nacional, regional y local. La Ley de Financiamiento Educativo (n. 26.075, año 2005) que estableció el incremento de la inversión en educación, ciencia y tecnología en forma progresiva, hasta alcanzar en el año 2010 una participación del 6% en el PBI. Esta Ley se orientó a compensar las desigualdades de los salarios docentes. Ley de Educación Nacional (n. 26.206, año 2006) que tiene como uno de sus objetivos principales, el de formar sujetos responsables, que sean capaces de utilizar el conocimiento como herramienta para comprender y transformar constructivamente su entorno social, económico, ambiental y cultural, y de situarse como participantes activos en un mundo en permanente cambio. Particularmente, otro objetivo es el de vincular a los estudiantes con el mundo del trabajo, la producción, la ciencia y la tecnología.
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