Resumen:
La formación docente en ciencias sociales se encuentra atravesada por múltiples tensiones y desafíos, tales como la necesidad de promover una articulación más estrecha entre los conocimientos académicos y los saberes que educadores/as construyen en su práctica cotidiana. La documentación narrativa de experiencias pedagógicas emerge como una modalidad potente para visibilizar, reconstruir y resignificar estos saberes y generar procesos de reflexión crítica sobre la propia práctica. Este artículo presenta los resultados de un proyecto de investigación cualitativa que exploró los modos en que un grupo de docentes y estudiantes avanzados de un profesorado en educación primaria participaron en un dispositivo de documentación narrativa. El objetivo principal fue indagar en los sentidos y saberes pedagógicos y disciplinares que estos sujetos ponen en juego al momento de narrar y reflexionar sobre sus prácticas, y comprender en qué medida esta modalidad favorece el desarrollo de una posición reflexiva y la construcción de conocimientos profesionales significativos. Se utilizó un enfoque interpretativo y se recurrió a diversas fuentes e instrumentos, como los relatos de experiencia escritos por los/as participantes y entrevistas en profundidad. Mediante el análisis cualitativo, se identificaron núcleos de sentido recurrentes y se construyeron categorías interpretativas. Esto permitió objetivar y poner bajo análisis los principios, supuestos y formas de actuación que los sujetos sostienen en sus prácticas, así como los dilemas y desafíos específicos que enfrentan. Entre las principales conclusiones, se destaca que la documentación narrativa constituye un aporte significativo para la formación inicial y continua de los/as docentes en ciencias sociales, permite recuperar y legitimar sus saberes profesionales, a la vez que generar procesos de indagación y transformación de los mismos. En este sentido, se trata de una modalidad con un fuerte potencial epistémico y político, que apuesta por resignificar la formación y la investigación educativa desde una perspectiva participativa y emancipadora.
Palabras clave: Documentación narrativa, Indagación, acción pedagógica.
Abstract:
Teacher education in social sciences is affected by multiple tensions and challenges, such as the need to foster a closer integration between academic knowledge and the practical expertise that educators develop in their daily practice. The narrative documentation of pedagogical experiences emerges as a powerful modality to make this expertise visible, reconstruct it, and re-signify it, while generating processes of critical reflection on one's own practice. This article presents the results of a qualitative research project that explored how a group of teachers and advanced students from a primary education teaching program participated in a narrative documentation tool. The main objective was to investigate the pedagogical and disciplinary meanings and expertise that these individuals employ when narrating and reflecting on their practices, and to understand to what extent this modality promotes the development of a reflective stance and the construction of meaningful professional knowledge. An interpretative approach was utilized, drawing on various sources and instruments, such as written experience narratives by the participants and in-depth interviews. Through qualitative analysis, recurring cores of meaning were identified and interpretative categories were constructed. This allowed us to objectify and put under analysis the principles, assumptions, and modes of action that the subjects uphold in their practices, as well as the specific dilemmas and challenges they face. Among the main conclusions, it is highlighted that narrative documentation constitutes a significant contribution to the initial and ongoing education of social science teachers. It enables the recovery and legitimization of their professional expertise while generating processes of inquiry and transformation. In this sense, it is a modality with strong epistemic and political potential, aiming to redefine educational training and research from a participatory and emancipatory perspective.
Keywords: Narrative Documentation, Inquiry, pedagogical action.
Dossier
Las narrativas como modalidad de indagación en torno a la enseñanza y aprendizaje de las ciencias sociales
Narratives as a mode of inquiry regarding the teaching and learning of social sciencesing of social sciences
Recepción: 26 Abril 2024
Aprobación: 24 Julio 2024
La formación docente en ciencias sociales enfrenta el desafío de superar la brecha entre teoría y práctica, entre los saberes académicos y los saberes prácticos que se construyen en la experiencia cotidiana de enseñar. En este contexto, la documentación narrativa de las prácticas docentes emerge como una modalidad de indagación y acción pedagógica con un gran potencial transformador.
La documentación narrativa se inscribe en el campo de la investigación interpretativa en ciencias sociales y se nutre de diversas perspectivas teóricas que reconocen el valor de la experiencia, la reflexión crítica y la construcción situada del conocimiento. A través de la escritura, la lectura y la conversación en torno a relatos pedagógicos, esta modalidad permite a los/as docentes y estudiantes reconstruir sus trayectorias, poner en circulación sus saberes y generar procesos reflexivos individuales y colectivos.
Las narrativas, entendidas como relatos que dan vida a experiencias y conocimientos, representan una poderosa modalidad de indagación en el ámbito de la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias sociales. Al explorar las historias individuales y colectivas, las y los estudiantes y las y los docentes, pueden comprender mejor los contextos, procesos y dilemas sociales que moldean su realidad. Estas narrativas no solo transmiten información, sino que también fomentan la empatía y la reflexión crítica. Al integrar narrativas en el aula, se crea un espacio donde los estudiantes pueden explorar, cuestionar y construir significados de manera activa, contribuyendo así a un aprendizaje más profundo y significativo en el campo de las ciencias sociales.
Así, la documentación narrativa se distancia de los enfoques tradicionales de investigación que conciben a los/as docentes como meros objetos de estudio o aplicadores de teorías externas. Por el contrario, los reconoce como sujetos de conocimiento, portadores de saberes valiosos construidos en la experiencia, capaces de nombrarlos, problematizarlos y recrearlos.
En la formación del profesorado, la creación de narrativas se ha utilizado para examinar qué conceptos y conocimientos se consideran o pasan desapercibidos, así como para determinar qué temas reciben mayor énfasis.
Las narrativas permiten a las y los estudiantes no solo entender los eventos históricos y los conceptos abstractos, sino también relacionarse con ellos a un nivel humano y emocional. Al sumergirse en relatos personales, testimonios y obras literarias, pueden desarrollar una comprensión más completa de las complejidades sociales y culturales que dan forma al mundo que los rodea. Además, al contar sus propias historias y compartir sus perspectivas, las y los estudiantes se convierten en participantes activos en la construcción del conocimiento, fortaleciendo así su proceso educativo. En resumen, las narrativas enriquecen la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias sociales al brindar una plataforma para la exploración profunda, el diálogo significativo y el desarrollo de habilidades críticas y creativas.
Desde esta perspectiva, este artículo presenta un proyecto de investigación desarrollado en el Instituto de Educación Superior 9-029 de Luján de Cuyo, Mendoza, Argentina, que se propuso explorar los sentidos y significaciones que docentes y estudiantes del Profesorado de Educación Primaria construyen en torno a sus prácticas educativas, a través de procesos de documentación narrativa.
El proyecto parte del supuesto de que, al participar en espacios de escritura, lectura, comentario e interpretación de relatos de experiencia pedagógica, los sujetos pueden apropiarse de su trayectoria, resignificarla y construir nuevos saberes. De este modo, la documentación narrativa posibilitaría generar una memoria pedagógica de la formación, a la vez que favorecería el desarrollo de la identidad profesional y la construcción de comunidades de práctica y discurso pedagógico.
La relevancia de esta indagación radica en que permite, por un lado, visibilizar y legitimar los saberes pedagógicos producidos por docentes y estudiantes, frecuentemente invisibilizados o desvalorizados frente al conocimiento académico. Por otro lado, aporta a la comprensión de los procesos de construcción de sentidos sobre la práctica docente en el campo de las ciencias sociales, un aspecto clave y a la vez poco explorado en la investigación educativa.
En un contexto en el que se reclama una formación docente más situada, reflexiva y articulada con las necesidades de la práctica, este proyecto busca aportar conocimiento sobre las potencialidades de la documentación narrativa como modalidad de desarrollo profesional. Al mismo tiempo, pretende abrir un debate sobre la necesidad de repensar los modos de producción, validación y circulación del saber pedagógico, hacia formas más horizontales, colaborativas y emancipadoras.
En los siguientes apartados se desarrollará con mayor profundidad la problemática abordada, se explicitarán las hipótesis y objetivos que orientaron el trabajo, se describirá el proceso metodológico y se presentarán los principales resultados y conclusiones alcanzados. Se espera que este recorrido aporte a visibilizar el potencial de la documentación narrativa para recrear la formación docente en ciencias sociales y contribuya a fortalecer una agenda de investigación educativa más atenta a los saberes y experiencias de los sujetos.
La relación entre teoría y práctica, entre conocimiento académico y saber experiencial, constituye una tensión histórica en el campo de la formación docente. Especialmente en el área de las ciencias sociales, donde los objetos de enseñanza son especialmente complejos, multidimensionales y controvertidos, esta tensión se manifiesta con particular intensidad.
Por un lado, desde la investigación educativa se producen conocimientos, modelos y propuestas para la enseñanza y el aprendizaje de lo social. Sin embargo, muchas veces estos aportes no logran permear las prácticas escolares, ya sea porque no tienen en cuenta las condiciones reales de trabajo docente, porque se presentan en formatos poco accesibles o porque entran en contradicción con las creencias y supuestos de los/as educadores.
Por otro lado, los/as docentes construyen en su hacer cotidiano un conjunto de saberes prácticos, fuertemente contextualizados, que les permiten afrontar la complejidad y la inmediatez de la acción educativa. Estos saberes, sin embargo, suelen permanecer implícitos, poco sistematizados y escasamente legitimados frente al conocimiento experto.
Esta distancia entre saberes académicos y prácticos se expresa también en los dispositivos tradicionales de formación docente, basados en la transmisión de conocimientos teóricos y en una lógica aplicacionista. Así, los/as docentes en formación transitan una experiencia escindida entre lo que aprenden en el profesorado y lo que efectivamente hacen en las escuelas, lo que genera tensiones y frustraciones.
En este contexto, distintas voces han planteado la necesidad de construir una epistemología de la práctica docente (Schön, Donald, 1998) que reconozca el valor de los saberes experienciales y promueva una formación más articulada con los desafíos de la enseñanza real. Desde esta perspectiva, se han desarrollado enfoques como el conocimiento didáctico del contenido (Shulman, Lee, 2005), la investigación-acción docente (Elliott, Jhon, 2000) y la documentación narrativa de experiencias pedagógicas (Suárez, Daniel Hugo, 2007).
Esta última modalidad, foco del presente artículo, se basa en la idea de que a través de la escritura, la lectura, la conversación y la publicación de relatos de experiencia, los/as docentes pueden reflexionar sobre su práctica, poner en circulación sus saberes y participar en la construcción de una memoria pedagógica de la escuela. Así, la documentación narrativa permitiría generar conocimientos más pertinentes y legitimados por los propios actores escolares.
Si bien existen valiosos trabajos que han explorado las potencialidades de la documentación narrativa en distintos contextos formativos (Suárez, Daniel Hugo, 2007; Alliaud, Andrea y Suárez, Daniel Hugo, 2011), son aún escasas las indagaciones que se centran específicamente en el campo de la formación en ciencias sociales. Este campo presenta particularidades que interpelan fuertemente la tarea docente, como la multiplicidad de disciplinas de referencia, la historicidad y provisionalidad de los contenidos, la carga ideológica y valorativa de los temas sociales (Pagès, Joan, 1997; Siede, Isabelino,2010).
En este sentido, cabe preguntarse: ¿Qué sentidos construyen los/as docentes y estudiantes de ciencias sociales sobre sus prácticas de enseñanza? ¿Qué saberes movilizan para afrontar la complejidad de formar en la comprensión y participación social? ¿Cómo se posicionan frente a las tensiones entre prescripciones curriculares, tradiciones disciplinares y necesidades formativas de los sujetos? ¿De qué modo la participación en procesos de documentación narrativa puede contribuir a problematizar y recrear estos sentidos y saberes?
Abordar estos interrogantes supone resignificar la formación docente como un proceso de desarrollo profesional centrado en la reflexión sobre la práctica y en la construcción colectiva de conocimientos. Implica también reconocer a los/as educadores/as como actores claves en la producción de saberes legítimos sobre la enseñanza, capaces de articularlos con los aportes de la investigación académica.
Desde esta mirada, este trabajo se propone indagar en las experiencias de un grupo de docentes y estudiantes de un profesorado en el área de ciencias sociales que participaron en un proceso de documentación narrativa, con el fin de comprender los sentidos y saberes pedagógicos que construyen y los modos en que esta modalidad favorece la reflexión y transformación de sus prácticas. Se espera así aportar conocimiento sobre las potencialidades y desafíos de esta modalidad en la formación docente inicial, así como abrir nuevas preguntas e hipótesis para futuras indagaciones.
La formación docente en ciencias sociales enfrenta múltiples desafíos en el contexto actual. Por un lado, debe responder a las demandas de una sociedad cada vez más compleja, diversa y cambiante, que requiere de ciudadanos/as capaces de comprender críticamente la realidad social, participar activamente en la vida democrática y convivir en la diferencia (Pagès, Joan, 2002; Siede, Isabelino, 2010). Por otro lado, debe superar la brecha entre la teoría y la práctica, entre los conocimientos académicos impartidos en la formación y los saberes prácticos que los/as docentes movilizan en su labor cotidiana (Davini, María Cristina, 2015).
Estos desafíos interpelan fuertemente los modelos tradicionales de formación docente, centrados en la transmisión de conocimientos disciplinares y pedagógicos abstractos, y la aplicación posterior en las prácticas. Diversos estudios han señalado las limitaciones de este modelo: la fragmentación y descontextualización de los saberes, la escasa articulación con las necesidades de la práctica real, la reproducción de rutinas escolares naturalizadas, la falta de reflexión crítica sobre el sentido de la enseñanza (Vezub, Lea, 2007; Tardif, Maurice, 2009).
Frente a esta situación, en las últimas décadas se han desarrollado enfoques alternativos que buscan recuperar el valor de los saberes experienciales de los/as docentes y generar una mayor articulación entre la formación y la práctica profesional. Entre ellos, la documentación narrativa de experiencias pedagógicas se presenta como una modalidad potente para visibilizar, reconstruir y poner en diálogo los saberes prácticos de los/as educadores/as, a través de la escritura, lectura e interpretación de relatos de experiencia (Suárez, Daniel Hugo, 2007; Alliaud, Andrea y Suárez, Daniel Hugo, 2011).
Sin embargo, aún son escasas las investigaciones que indagan específicamente en los procesos de construcción de sentidos y saberes que se movilizan cuando los/as docentes y estudiantes de ciencias sociales participan en dispositivos de documentación narrativa. Considerando las particularidades de este campo disciplinar, cabe preguntarse: ¿Qué experiencias y saberes pedagógicos priorizan los actores al momento de narrar sus prácticas? ¿Qué tensiones y dilemas identifican en su quehacer y cómo los abordan? ¿Cómo se posicionan frente a las prescripciones curriculares, las tradiciones disciplinares y las necesidades formativas de sus estudiantes? ¿Qué aspectos problematizan y qué alternativas de acción imaginan?
Abordar estos interrogantes implica asumir una perspectiva epistemológica que reconoce la validez de los saberes docentes como fuente legítima de conocimiento sobre la enseñanza. Supone distanciarse de los enfoques positivistas que conciben a los/as educadores/as como meros ejecutores de teorías o técnicas diseñadas por expertos, para reposicionarlos como sujetos reflexivos, capaces de construir y resignificar sus propios saberes profesionales en diálogo con otros (Edelstein, Gloria, 2011).
Implica también considerar las potencialidades de la narrativa como modo de conocimiento y como dispositivo de formación (McEwan, Hunter y Egan, Kieran, 1998; Delory-Momberger, Chistine, 2009). Al narrar sus experiencias pedagógicas, los sujetos ponen en juego un conjunto de saberes corporalizados, emociones, valoraciones e intencionalidades, que dan cuenta de sus modos singulares y situados de habitar la docencia. Al mismo tiempo, la escritura y la reflexión compartida sobre los relatos posibilita tomar distancia de la propia práctica, desnaturalizar supuestos y generar nuevas comprensiones e intervenciones.
Se parte así del supuesto de que la participación en procesos de documentación narrativa permite a los/as docentes y estudiantes de ciencias sociales explicitar, sistematizar y problematizar los saberes que construyen en su experiencia, y articularlos con otros conocimientos provenientes de la formación académica y la investigación educativa. Esto favorecería el desarrollo de una práctica reflexiva y situada, capaz de responder a los desafíos específicos de la enseñanza de lo social en cada contexto.
Al mismo tiempo, se conjetura que la puesta en circulación de estos relatos en comunidades de atención mutua (Connelly, F. Michael y Clandinin, D. Jean, 1995) propicia la construcción colaborativa de una memoria y un saber pedagógico en torno a la formación en ciencias sociales, que trasciende las experiencias individuales y nutre la profesionalidad docente colectiva. Esto supone un desplazamiento del tradicional lugar del saber experto hacia formas más horizontales y recíprocas de producción de conocimientos entre formadores y docentes.
Desde estos supuestos, el presente artículo se propone explorar los procesos de construcción de sentidos y saberes pedagógicos que se movilizan en un grupo de docentes y estudiantes de un profesorado en el área de ciencias sociales, a partir de su participación en un dispositivo de documentación narrativa. Interesa comprender qué dimensiones de su práctica priorizan al momento de narrar y reflexionar sobre sus experiencias, qué problemas y desafíos identifican, y qué conocimientos profesionales ponen en juego para afrontarlos.
Asimismo, se busca indagar en qué medida y de qué modos la participación en este dispositivo favorece la problematización y recreación de sus saberes prácticos, la articulación con conocimientos académicos y la construcción de una reflexión sistemática sobre sus propias trayectorias formativas y profesionales en la enseñanza de las ciencias sociales.
Se considera que abordar estos objetivos puede aportar conocimiento relevante para repensar las propuestas de formación docente en el área, en una perspectiva que reivindique la agencia y el saber de los sujetos, y que a la vez potencie la construcción de un conocimiento profesional específico, situado y emancipador. Al mismo tiempo, se espera que el trabajo contribuya a fortalecer líneas de investigación educativa que, desde enfoques interpretativos y participativos, apuesten por otras formas de producir y hacer circular el saber pedagógico.
El ejercicio de la escritura, la lectura y la conversación sobre los relatos habilita una mirada más distanciada sobre la propia experiencia, capaz de interrogar lo naturalizado y proyectar alternativas de acción más fundamentadas. Asimismo, el dispositivo favorece el intercambio de saberes entre pares y la construcción colaborativa de conocimientos sobre la enseñanza del área, fortaleciendo así el desarrollo de la identidad y la autonomía profesional de los/as participantes.
Los hallazgos del proyecto de investigación presentado invitan a revisar y profundizar en algunas categorías conceptuales clave para comprender los procesos de construcción de sentidos y saberes pedagógicos que se movilizan en la formación docente en ciencias sociales, cuando los sujetos participan en dispositivos de documentación narrativa.
En primer lugar, los relatos y conversaciones de los/as docentes y estudiantes nos remiten a la noción de saber pedagógico como un conjunto de conocimientos, habilidades, valores y actitudes que los/as educadores/as construyen y recrean en su experiencia profesional, y que orienta su práctica en contextos específicos (Tardif, Maurice, 2009). Este saber, a diferencia del conocimiento académico formalizado, tiene un carácter situado, corporeizado y provisorio; se nutre de diversas fuentes (disciplinares, curriculares, biográficas) y se valida en función de su efectividad para resolver los problemas de la práctica.
En el caso de las ciencias sociales, este saber pedagógico está atravesado por las particularidades epistemológicas, metodológicas y axiológicas del campo. Enseñar lo social implica tomar decisiones sobre qué recortes de la realidad abordar, desde qué enfoques disciplinares, con qué estrategias didácticas y con qué finalidades formativas. Supone tensionar representaciones sociales naturalizadas, abordar temas controvertidos y asumir un posicionamiento ético-político. Todo ello configura un conjunto de desafíos específicos para los/as docentes del área, que requieren ser reconocidos y trabajados reflexivamente en su formación.
Se conoce que existen varios métodos para recolectar narrativas pedagógicas, y la elección depende del contexto de investigación y de los objetivos del estudio. En este caso se realizaron las siguientes:
Entrevistas semiestructuradas a docentes, mediante las cuales las y los investigadores formularon una serie de preguntas abiertas que permitieran a los participantes compartir sus experiencias, reflexiones y prácticas pedagógicas. Las preguntas se centraron en eventos significativos en la carrera de las y los docentes, desafíos y éxitos en el aula, estrategias de enseñanza utilizadas, relaciones con las y los estudiantes, entre otros temas relevantes. Las entrevistas fueron individuales, y los horarios dependieron de la disponibilidad de los participantes.
Además, se solicitó a las estudiantes que escribieran diarios o registros reflexivos en los que escribieran sobre sus experiencias en el aula, sus reflexiones sobre la enseñanza y el aprendizaje, y los desafíos que enfrentan. Posteriormente, se realizó análisis documental de las narrativas de las estudiantes, lo cual proporcionó una visión de las experiencias y prácticas pedagógicas de las estudiantes.
Es importante mencionar que se garantizó la confidencialidad y se obtuvo el consentimiento informado de las y los participantes.
Una vez recolectadas las narrativas pedagógicas, el procesamiento de la información fue crucial para extraer conocimiento significativo y comprender las experiencias y perspectivas de los participantes.
Tanto en el caso de las Narrativas obtenidas a través de las entrevistas como en el caso de las Narrativas obtenidas de las estudiantes, se identificaron y codificaron los temas, patrones y elementos recurrentes en las narrativas, creando un sistema de codificación que permitiera etiquetar fragmentos de texto relevantes de acuerdo con los temas o conceptos emergentes.
A partir de esto, se realizó el análisis temático para identificar y explorar los temas principales que surgieran de las narrativas, agrupando los fragmentos de texto codificados en categorías temáticas y busca relaciones y conexiones entre ellas.
En un primer momento de Análisis narrativo, se examinó la estructura narrativa de las historias, incluyendo elementos como el inicio, el desarrollo y la conclusión, poniendo énfasis en el análisis de la voz narrativa, el punto de vista y otros aspectos formales. Por otra parte, se compararon y contrastaron las narrativas obtenidas de diferentes fuentes para identificar convergencias y divergencias en las experiencias y perspectivas de las y los participantes.
Se pautó un segundo momento de interpretación y reflexión, sobre el significado y la importancia de los temas identificados en las narrativas, poniendo en tensión cómo las experiencias compartidas en las narrativas pueden informar la teoría y la práctica educativa.
Al procesar la información de las narrativas pedagógicas, es importante mantener un enfoque reflexivo y estar abierto a nuevas interpretaciones y perspectivas que puedan surgir durante el análisis.
Los relatos analizados muestran que estos desafíos son significados de modos diversos por los sujetos, en función de sus trayectorias biográficas, sus inserciones institucionales y sus supuestos sobre la enseñanza y el aprendizaje. Así, mientras algunos priorizan la transmisión de contenidos disciplinares actualizados, otros ponen el foco en el desarrollo del pensamiento crítico y la participación ciudadana. Mientras algunos reproducen estrategias didácticas tradicionales, otros ensayan propuestas innovadoras que promueven la problematización y la construcción de conocimientos. Estas variaciones dan cuenta del carácter plural, heterogéneo y muchas veces contradictorio del saber pedagógico.
Ahora bien, más allá de esta diversidad, los relatos también permitieron identificar algunas dimensiones comunes que estructuran el saber de los/as docentes de ciencias sociales. Una de ellas refiere a la centralidad de la experiencia como fuente de aprendizajes profesionales. Los sujetos señalan que es a través de la práctica concreta, de la reflexión sobre la acción y del intercambio con colegas y estudiantes que van construyendo su conocimiento sobre cómo enseñar lo social en contextos particulares.
Esto nos lleva a retomar el concepto de práctica reflexiva (Schön, Donald, 1998) como un proceso que implica explicitar, analizar y resignificar los propios modos de pensar y actuar, en función de las consecuencias que generan.
Cuando los/as docentes narran sus experiencias pedagógicas, ponen en juego esta reflexión y pueden tomar conciencia de sus supuestos implícitos, sus rutinas naturalizadas, sus logros y dificultades. La escritura favorece un distanciamiento de la propia práctica que habilita nuevas miradas y cursos de acción alternativos.
Otra dimensión que cobra relieve en los relatos es la importancia de los vínculos intersubjetivos en la construcción del saber docente. Tanto en las entrevistas como en las conversaciones sobre los textos, se advierte que las relaciones con estudiantes, los colegas y otros actores de la comunidad son claves para definir el sentido y el abordaje de lo social en la enseñanza. Estas relaciones están atravesadas por afectos, conflictos, identificaciones y disputas de poder que configuran la trama de la experiencia escolar.
En este sentido, recuperamos el concepto de vínculo pedagógico (Núñez Pérez, Violeta, 2003) para pensar la centralidad de los lazos sociales en la transmisión y producción de conocimientos. Los/as docentes construyen su saber no solo en relación con un campo disciplinar o un currículum prescripto, sino fundamentalmente en el encuentro con las historias, necesidades y deseos de sus estudiantes. Y es en el interjuego entre lo individual y lo colectivo, lo subjetivo y lo institucional que se va tramando una ética y una política de la enseñanza.
Un tercer aspecto que surge como significativo en los hallazgos refiere al valor de la narrativa como modo de conocimiento y de formación (McEwan, Hunter y Egan, Kieran, 1998). Al contar historias sobre sus prácticas, los sujetos ponen en juego un pensamiento narrativo (Bruner, Jerome, 2003) que les permite organizar la experiencia en una trama con sentido, implicarse subjetivamente y abrirse a múltiples interpretaciones. La narrativa opera como una forma de estructuración de la realidad que es a la vez cognitiva y sociocultural; permite comunicar quiénes somos, cómo vivimos y convivimos con otros.
En el campo educativo, diversos autores (Suárez, Daniel Hugo, 2007; Delory-Momberger, Christine, 2014) han destacado el potencial epistémico y formativo de la documentación narrativa, en tanto habilita otros modos de nombrar, comprender y recrear la experiencia pedagógica. Al escribir, leer, comentar y publicar relatos de experiencia, los/as educadores/as pueden objetivar sus saberes prácticos, ponerlos en diálogo con otros conocimientos y generar procesos de reflexión individuales y colectivos.
Desde esta mirada, la documentación narrativa se distancia de los dispositivos tradicionales de formación docente centrados en la transmisión unidireccional de conocimientos teóricos o técnicos, para apostar por una construcción participativa de saberes pedagógicos situados. Se trata de una modalidad de desarrollo profesional horizontal y colaborativo, en la que se entrelazan la investigación, la formación y la acción.
Los conceptos de saber pedagógico, práctica reflexiva, vínculo pedagógico y pensamiento narrativo resultan potentes para analizar e interpretar los sentidos y conocimientos que se movilizan en las experiencias de documentación narrativa en la formación docente en ciencias sociales. Asimismo, contribuyen a fundamentar esta modalidad como una alternativa epistémica y política para revalorizar el protagonismo de los/as educadores/as en la producción de saberes legítimos sobre la enseñanza.
Seguir profundizando en estas líneas conceptuales, en diálogo con evidencias empíricas situadas, puede aportar a la construcción de una agenda de investigación y formación que reconozca y potencie el saber profesional de los/as docentes, en articulación con el conocimiento académico y los desafíos emergentes del campo de las ciencias sociales y su enseñanza. Un desafío que implica no solo robustecer la formación inicial, sino también generar espacios sistemáticos de reflexión sobre la práctica, escritura pedagógica e intercambio entre pares como parte constitutiva del desarrollo profesional docente.
A lo largo de este artículo, se ha presentado un proyecto de investigación que exploró los procesos de construcción de sentidos y saberes pedagógicos de un grupo de docentes y estudiantes de un profesorado en el área de ciencias sociales, a partir de su participación en un dispositivo de documentación narrativa. A través del análisis de los relatos escritos y de las conversaciones reflexivas suscitadas, se pudo generar una aproximación a los modos singulares y situados en que estos sujetos significan su experiencia formativa y profesional.
Los hallazgos muestran que la documentación narrativa constituye una modalidad potente para visibilizar, reconstruir y resignificar los saberes que los/as educadores/as del área movilizan en su práctica cotidiana, y que muchas veces permanecen implícitos o naturalizados. Al escribir y poner en diálogo sus relatos, los/as participantes pudieron explicitar sus supuestos, interrogar sus certezas, problematizar sus desafíos e imaginar alternativas de acción.
Así, la documentación narrativa se revela como un dispositivo de formación e investigación que habilita una relación más horizontal y colaborativa entre los conocimientos académicos y los saberes experienciales, entre la teoría y la práctica educativa. Favorece el desarrollo de una práctica reflexiva y situada, capaz de responder a la complejidad y las demandas específicas de la enseñanza de lo social en cada contexto.
Al mismo tiempo, la creación de una comunidad de atención mutua en torno a los relatos posibilita trascender las vivencias individuales y construir una trama colectiva de sentidos en torno a la profesión. Los/as docentes y estudiantes se reconocen en las palabras de sus colegas, encuentran recurrencias y diferencias, tejen una memoria y una identidad compartida como profesores de ciencias sociales. Esto fortalece su agencia y su autonomía profesional, a la vez que promueve una cultura de trabajo colaborativo.
La documentación narrativa constituye una apuesta epistémica y política por otras formas de producir y legitimar el saber pedagógico, más democráticas y emancipadoras. Supone reconocer a los/as educadores/as como sujetos de conocimiento, capaces de problematizar la realidad educativa y asumir un compromiso ético-político con su transformación. Y a la vez, implica generar condiciones institucionales y colectivas para sostener estas experiencias como parte de la formación y el trabajo docente.
Desde esta mirada, los resultados del proyecto abren nuevos interrogantes y desafíos para seguir pensando la formación docente en ciencias sociales. ¿Cómo articular los dispositivos de documentación narrativa con otras instancias curriculares e institucionales del trayecto formativo? ¿De qué modos promover la circulación de los relatos producidos, dentro y fuera de la comunidad académica? ¿Qué condiciones materiales y simbólicas se requieren para sostener estas experiencias en el tiempo, más allá de iniciativas puntuales? ¿Cómo impacta esta modalidad en los aprendizajes y las trayectorias de estudiantes?
Se quiere destacar que apostar por la documentación narrativa en la formación docente no implica desconocer la relevancia de otros saberes y estrategias formativas, sino articularlos en una perspectiva amplia e integral del desarrollo profesional. Se trata de crear espacios híbridos y polifónicos donde se encuentren y dialogue una pluralidad de voces, experiencias y conocimientos en torno a la enseñanza de lo social.
Se considera que seguir indagando en esta línea puede contribuir a robustecer el campo de la investigación y la formación en didáctica de las ciencias sociales, al tiempo que aporta a la construcción de una pedagogía emancipadora. Una pedagogía que, retomando las palabras de Henry Giroux (1990), asuma a los/as educadores/as como intelectuales públicos, capaces de participar activamente en la producción cultural y en la transformación social.
Desde este lugar, se aportan evidencias y reflexiones valiosas para repensar la formación y la profesionalización de los/as docentes del área desde una mirada que reivindique su agencia y su saber. Una formación que, en lugar de prescribir modelos ideales y universales, reconozca la centralidad de los sujetos y sus experiencias situadas en la construcción siempre abierta y provisoria del conocimiento profesional. Y que, en ese movimiento, contribuya a fortalecer el compromiso ético-político de los/as educadores/as en la transmisión de una mirada crítica y transformadora de lo social.
Así, los resultados invitan a profundizar en esta línea de trabajo y a generar condiciones institucionales para expandir experiencias de documentación narrativa como parte de los trayectos formativos sistemáticos de los profesorados en ciencias sociales. Al mismo tiempo, abren nuevos interrogantes acerca de los modos en que esta modalidad puede contribuir a revisar las propias tradiciones y prácticas de producción de conocimientos en el campo de la didáctica de las ciencias sociales, hacia formas más democráticas y comprometidas con la realidad educativa y social.
En tiempos de creciente desigualdad, polarización y amenazas a la democracia, fortalecer el compromiso político y la capacidad reflexiva de los/as docentes del área resulta un imperativo ético insoslayable. Se espera que este trabajo sea un aporte en esa dirección y anime nuevos proyectos e iniciativas que profundicen este camino. La formación docente en ciencias sociales está llamada a ser un espacio estratégico para imaginar y construir otros mundos posibles.