Resumen: La Universidad Nacional de Cuyo experimentó desde fines de 1972 y hasta 1975, un movimiento curricular instituyente, colectivo y transversal, dentro y fuera de sus aulas. Este movimiento instituyente produjo cambios curriculares y surgimiento de nuevas carreras. El presente artículo tiene como propósito analizar las dinámicas socio institucionales que operaron en la producción y emergencia de dichos cambios, específicamente el caso del primer Profesorado en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Para llevar adelante este acercamiento, se recurre al enfoque teórico metodológico del Análisis Institucional. Se trabajó con fuentes primarias -testimoniales y documentales- de la Universidad Nacional de Cuyo. Parte de estas fuentes son entrevistas institucionales a las/os protagonistas de este momento histórico institucional. Una de las conclusiones a las que arriba este trabajo es la existencia de un vínculo curricular entre las propuestas de los setenta y la actualidad.
Palabras clave: Profesorado, instituyente, currícula, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad.
Abstract: The National University of Cuyo experienced, from the end of 1972 until 1975, an instituting, collective and transversal curricular movement, inside and outside its classrooms. This instituting movement produced curricular changes and the emergence of new careers. The purpose of this article is to analyze the socio-institutional dynamics that operated in the production and emergence of these changes, specifically the case of the first Profesorado en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. To carry out this approach, the theoretical methodological approach of Institutional Analysis is used. Primary sources - testimonial and documentary - from the National University of Cuyo will be taken. Part of these sources are institutional interviews with the protagonists of this institutional historical moment. One of the conclusions reached in this work is the existence of a curricular link between the proposals of the seventies and today.
Keywords: Teacher training, instituting, currícula, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, University.
Dossier
Movimiento curricular instituyente del 73. Inicios del Profesorado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo
Instituting curricular movement of 73. The beginnings of teacher training in the Facultad de Ciencias Políticas y Sociales of UNCuyo
Recepción: 29 Abril 2024
Aprobación: 24 Julio 2024
Este artículo se inscribe en el tipo de análisis de los enfoques institucionales, que comprende la existencia de lo institucional como operación que ocurre en dos niveles simultáneamente: por un lado el nivel simbólico de la vida social, sus representaciones y significados, y por otro, la incorporación de estas representaciones y significados culturales en los niveles inconscientes de la vida, operando sobre la intimidad de las/os sujetos.
Estos dos niveles de complejidad, son puntos de partida para abordar las dimensiones y características de las instituciones, y utilizadas en este escrito para el análisis del movimiento curricular instituyente del 73 en el que emerge, en tanto dato de existencia constatada, el primer Profesorado en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo.
A este modo analítico, se le suman los aportes de las corrientes institucionalistas francesas, que entienden a las instituciones en un juego siempre permanente de instituido-instituyente.
…han añadido el punto de vista dialéctico a la consideración de la dinámica de lo institucional, y proponen discriminar en la operación concreta de las instituciones –como dimensiones complementarias siempre presentes– lo instituido (lo fijo, lo estable) y lo instituyente (el cuestionamiento, la crítica y la propuesta opuesta o de transformación) (Fernández, 2009:36).
Las instituciones representan por consiguiente, siguiendo a Lidia Fernández, “aquellos custodios del orden establecido que dan al individuo la protección de una lógica con la cual organizar su mundo, de otro modo, caótico y amenazante” (2009:36). Las fuerzas instituyentes son las que producen los cambios de esos instituidos, sin embargo, como se trabajará en este escrito sobre el devenir socio institucional, los instituidos tienden a perpetuarse aún contra de los contextos, los deseos y los movimientos innovadores.
El foco del análisis se sitúa en un tiempo acotado, entre 1973 y 1975, temporalidad en la que se dio una dinámica en donde se jugaron deseos personales, proyectos colectivos, conflictos políticos e intereses contrapuestos, que resultaron en una novedosa currícula donde surge la formación docente jerarquizada como nueva carrera.
Lucia Garay diferencia temporalidad institucional de tiempo institucional. La temporalidad institucional es, para la autora, la forma en cómo los colectivos y los sujetos perciben y se ubican en ese tiempo institucional. Siguiendo a la autora “la vida institucional está marcada por el tiempo. En las instituciones educativas el tiempo subjetivo es una dimensión pregnante” (2000: 26).
Estos pocos años de experiencia instituyente concluyeron abruptamente en 1975. Sin embargo, este periodo significó para las personas una temporalidad institucional en el sentido que señala Lucía Garay, puesto que marcó sus vidas, tal como dan cuenta las entrevistas realizadas.
Nuestra pregunta de investigación, entonces, a cincuenta años de aquella experiencia curricular se refiere a cuál es el potencial instituyente que continúa emergiendo como huella en la vida institucional de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo.
A partir de los pocos documentos de archivo que pervivieron a la dictadura y al silencio institucional que solapó la existencia de ese Plan de Estudios, es conveniente acudir a las voces de quienes protagonizaron y guardaron en sus memorias aquella posibilidad de cambios, aun cuando su final significó cierres para la institución, y exilio y exclusiones para las/os sujetos.
El abordaje de la memoria, entonces, es otro modo complementario que permite comprender los procesos, desde la construcción de las fuentes testimoniales, la relación pasado, presente y futuro en las que, que como Patricia Chaves expone, el espesor temporal, la distancia entre esas tres temporalidades, es mucho más cercana, e interpela directamente al modo de entender el presente (2013:59).
Este estudio, basado fundamentalmente en fuentes primarias, testimoniales y documentos de archivos, no pretender hacer estudio histórico. Hace uso de la delimitación del tiempo con fechas e hitos para situar la temporalidad institucional del movimiento curricular instituyente del 73. Además, se propone analizar las dinámicas institucionales que operaron en la producción y emergencia de cambios curriculares, y la posibilidad de existencia del primer Profesorado en Ciencias Sociales y su vínculo con el actual profesorado.
En el presente artículo se utilizan doce entrevistas institucionales realizadas en tres momentos. Las entrevistas realizadas en 2008, corresponden al proyecto de investigación “La historia de la Sociología en Mendoza: institucionalización, autonomía y política de una ciencia de la crisis a una ciencia en crisis”, dirigido por el Dr. Javier Ozollo, y fueron cedidas para este artículo. Las entrevistas realizadas en 2013 y 2016 fueron realizadas por la autora del presente escrito. Por otra parte, cabe consignar que se cuenta con la autorización de las/os entrevistadas/os para su publicación.
En el periodo que va desde finales del 1972 y hasta el 1975, íntimamente relacionado a los acontecimientos nacionales y provinciales de la época, la Universidad Nacional de Cuyo, en particular la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y la carrera de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras, fueron protagonistas de lo que en este artículo se ha decidido llamar movimiento curricular instituyente. Este movimiento, colectivo y transversal, produjo cambios curriculares, incorporación de nuevas líneas de pensamiento, novedosos formatos de trabajo pedagógico y la creación de carreras.
Las y los entrevistadas/os lo recuerdan como laboratorio, usina y taller curricular. Para Enrique Dussel (2016) “un espacio donde nos animamos a imaginar” (Enrique Dussel, entrevista institucional, Ana Marcela Ficcardi y Víctor Martín Elgueta, 22 de febrero de 2016).
El Cordobazo del 1969, como acontecimiento político que fue seguido por numerosas pobladas los años venideros, visibilizó las condiciones sociales, económicas y de organización política del país, y reveló la oportunidad de cambios en la sociedad y contribuyó a generar un clima de posibilidad dentro de las instituciones.
Seguidamente en la provincia de Mendoza, las jornadas de abril de 1972, llamadas Mendozazo, se convertirían en un catalizador de la ya movilizada Universidad por los exámenes de ingreso restrictivos que se pretendió establecer a principios de los 70. En ese contexto, las y los estudiantes protagonizaron una serie de movilizaciones dentro y fuera de la Universidad (Bravo, Nazareno y otras/os, 2014).
María Lourdes Murri (2022), en su estudio sobre el movimiento estudiantil en Mendoza para ese período, analiza cómo este fue confluyendo y constituyéndose en la movilización en las calles, junto con las organizaciones.
…hubo una convergencia de espontaneidad y organización que sirvió como impulso para que estudiantes que ya participaban en organizaciones estuvieran el día de la movilización como integrantes de las mismas, mientras que un número importante de estudiantes independientes, se autoconvocara y se sumara a la movilización dentro de las columnas obreras y vecinales (…) Resulta importante destacar la participación del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (CECPYS), ya que según testimonio de Roberto Vélez (1999), este centro fue el único que participó como tal no sólo en el juicio a Gómez Rueda, sino durante todo el proceso del Mendozazo. Si bien hubo agrupaciones estudiantiles identificadas tanto del comunismo como peronistas, como órgano gremial estudiantil el CECPYS habría sido una excepción (Murri, María Lourdes, 2022:14-15).
Un proceso de politización creciente. A medida que las jornadas del Mendozazo avanzaban, lo hacía también la represión del Estado.
En la Facultad de Filosofía y Letras, el movimiento instituyente alcanzó a la Carrera de Filosofía, con alta participación de estudiantes y profesoras/es y el liderazgo de Arturo Roig y Enrique Dussel se escribe una nueva currícula para la carrera, que luego del 76, correrá la misma suerte de invisibilización institucional que el Profesorado generado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Es oportuno priorizar la voz, la memoria, desde el relato de algunas/os protagonistas de este movimiento curricular instituyente del 73, que se presentará como un hilo consecutivo de testimonios que contribuyen a dar sentido a la exploración de causas, deseos y condiciones que se dieron en este corto periodo de tiempo y que, en clave del análisis institucional, consciente o parcialmente consciente (Fernández, 2009:39) ayudaron a constituir este movimiento curricular como una producción institucional singular de una temporalidad institucional vivida como propia por las/os sujetos.
A mí el Cordobazo me shockeó, realmente, como te digo siempre tenía esas orientaciones más bien contraculturales, vanguardista o bohemias, digamos, no era una persona conservadora, pero el Cordobazo me transformó realmente, políticamente fue un shock para mi generación. Había un profesor, que se llamaba Ander-Egg, que nosotros llegábamos… era la primera materia que veíamos, él era una persona muy motivada, muy apasionada (...) se hablaba del deterioro de los términos del intercambio, la pobreza (…) [pero] no de llegar a las causas profundas del Imperialismo, de la explotación de clases… pero en el 69 sí, ahí en el 69 fue una cosa así, un clima que se generó que realmente nos atrapó a todos y ahí es donde realmente empezamos a ver la cuestión política (Graciela Cousinet, entrevista institucional, Cintia Alfaro, s/r de 2008).
A todos nos unía esta cosa progresista cristiana, que hay que entender el contexto, el Concilio del Vaticano II, el movimiento de los curas del tercer mundo, todo eso se junta con Castro, con la Revolución Cubana (…) ese es el clima intelectual político en el que nosotros nos desarrollamos (…) nuestra oposición era el viejo reformismo, que era una mezcla de frondizismo, algunos ex comunistas, eran los reformistas y nosotros que teníamos un movimiento que llamaba Movimiento Innovador Universitario Cuyano. Entonces peronistas no había. Ahí el peronismo de los 70 es una construcción que se da en un proceso que va del 68 que yo me fui (Emilio Tenti, entrevista institucional, Jazmín Jiménez, s/r de febrero de 2008).
El tema de la Liberación surgió ahí. Yo claro me movía por toda América Latina, porque llegando a Resistencia [Chaco, Argentina] me invitaron a hacer un curso en Quito cada dos semanas, para reciclar gente… yo empecé a tener como 400 alumnos de toda América Latina, incluyendo latinos de Estados Unidos, y yo les daba la visión histórica filosófica, y le impactaba a la gente, cambiaba la cabeza. Empezaron hacer invitaciones de toda América, del 67 al 73 habré hecho 50 viajes por América Latina, estando en Mendoza [Argentina] y sin que la gente lo supiera mucho, lo que yo hacía, pero yo salía, compraba libros, hablaba con gente en Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, hasta el Caribe, en México, Chicago, fue una época muy, muy activa, y practicaba lo que enseñaba, Filosofía de la Liberación, y era ideal porque Mendoza es suficientemente chica para no perder tiempo. Entonces cuando salía en avión, iba a dos lugares y después trabajaba en mi garaje [en Mendoza] que era mi escritorio, no más grande que esto, pero intensivamente. Era ideal, yo me hubiese quedado toda la vida en la provincia, no necesitaba ir a Buenos Aires (Enrique Dussel, entrevista institucional, Ana Marcela Ficcardi y Víctor Martín Elgueta, 22 de febrero de 2016).
Toda esta generación habíamos militado en el mismo movimiento estudiantil (…) ahí se fue gestando una, digamos, una… aparte de una perspectiva común desde el punto de vista político ideológico, en ese momento una especie de social cristianismo progresista, pero desde el punto de vista académico nuestra principal preocupación era la modernización de las ciencias sociales, esa era la consigna. Pero ya, que empiezan a hacer esta demanda, desde la etapa de militancia estudiantil, y [que] luego se refuerza y se constituye una solidaridad de lazos, amistades y toda una acción colectiva concertada de conquistas de la Facultad (…) la primera salida masiva [a realizar formaciones fuera del país] (…) regresamos, seguimos actuando a pesar de que no había e-mail, nosotros seguimos en contacto vía postal, por carta, y era… la cosa era, volver a la Facultad con el objetivo de la renovación académica de esa Facultad (Emilio Tenti, entrevista institucional, Jazmín Jiménez, s/r de febrero 2008)
Estábamos construyendo un plan de estudios junto con los profesores, que en su mayoría eran de varias vertientes progresistas. Me acuerdo de Emilio Tenti, que era el Decano, [Francisco] Paco Martín, Aldo Isuani. Se formaron varias comisiones de estudiantes y yo me incorporé a la de publicidad. Escribíamos comunicados para las revistas progresistas, que apoyaban la transformación de la Facultad en una institución al servicio de las clases populares, el hombre y la mujer nueva, el socialismo, toda esa onda revolucionaria. Íbamos a las escuelas secundarias del interior a despertar vocaciones (…) Había talleres, prácticas, análisis de la realidad. Era un clima de efervescencia. Corría el año 1973. El fin de la dictadura de Onganía, Levingston, Lanusse (Rolando Lazarte, entrevista institucional, Ana Marcela Ficcardi, 18 de febrero 2013).
Cuando se produjo el triunfo democrático del Justicialismo en las elecciones del 73, se intervienen las universidades nacionales y acá el interventor va a ser el ingeniero Carretero. El ingeniero Carretero era un hombre muy prestigioso que había sido cesanteando en el 55 (…) hubo decanos normalizadores o interventores en todas las unidades académicas, donde hubo de hecho una discusión y negociación con el movimiento estudiantil que tuvo mucho que ver en este proceso (…) se produjo todo un movimiento muy participativo de discusión (…) hubo una discusión profunda del Plan de Estudios de hacia dónde íbamos… (Graciela Burgardt, entrevista institucional, Vanina Giraudo, s/r de 2008).
Volvimos en el 69, Emilio [Tenti] se hace cargo en el 73 y bueno, estaba Carretero de Rector, Roig de Secretario Académico (Eduardo Bustelo, entrevista institucional, Ana Marcela Ficcardi, s/r de febrero de 2013).
…trabajamos juntos [con Arturo Roig], y cuando cambiamos realmente la Facultad, un espacio donde nos animamos a imaginar. El programa de estudios que hicimos para la carrera de filosofía en Mendoza, ese mismo, lo hemos llevado a cabo aquí, en la Universidad de la Ciudad de México, la misma que nosotros proyectamos en esos años para Mendoza se está cumpliendo en México, tal cual (…) El 73, 74, hicimos una reforma completa, y un grupo muy distinto de alumnos… tuvimos muchísimos alumnos en filosofía, como 50, en el primer semestre de la especialidad, y debo decir que eran hijos de familias pequeño burguesas, de formación que normalmente hubiese seguido medicina, y se metieron porque sabían que había un grupo de gente muy interesante (Enrique Dussel, entrevista institucional, Ana Marcela Ficcardi y Víctor Martín Elgueta, 22 de febrero de 2016).
El cambio para nosotros pasaba por el cambio de los Planes de Estudios, ese era el cambio, no sólo ser profesor. Hacer cambios de currícula y dar en Ciencias Políticas y en Sociología todas las corrientes modernas importantes (Francisco Martín, entrevista institucional, Vanina Giraudo, s/r de agosto de 2008).
En el año 73 y hasta el año 76 [la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales] se transformó en una usina, en el laboratorio más impresionante que tuvo la provincia en cuanto a renovación de Planes de Estudio, y en cuanto a esa experiencia de la juventud en el poder, toma el poder un Decano que se llamaba Emilio Tenti, acompañado por dos personas más, Aldo Isuani y Ernesto Bustelo, y esa triada más un grupo de personas de las juventudes hacen un experimento de co-gobierno entre estudiantes y autoridades (Carlos La Rosa, entrevista institucional, Jazmín Jiménez, s/r de septiembre de 2008).
Lo que se deja entrever en los fragmentos de estas entrevistas institucionales, son algunas de las causas que operaron activamente para que sujetos institucionales constituyeran un proyecto instituyente de cambio. Estas son: los estudios de posgrado en el extranjero de egresadas/os de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, y la relación entre ellas/os como grupo de pensamiento para un proyecto de cambio; el regreso a Mendoza con ese objetivo; la gestión de Carretero como Rector interventor y Roig como Secretario Académico con perspectivas pedagógicas críticas; la politización creciente del colectivo de estudiantes que tenían inscripciones y militancias diversas en organizaciones como la iglesia y organizaciones políticas de base; la movilización de la sociedad luego de años de dictadura en puebladas como el Cordobazo y el Mendozazo; y la demanda socio-institucional de acercar la Universidad a los desafíos de la patria con el regreso del peronismo al poder con el presidente Cámpora, entre otros.
Los Decanos de la Facultad entre 1972 y 1975 fueron tres egresados de la Escuela de Estudios Políticos y Sociales: Orlando Molina Cabrera, Emilio Tenti Fanfani y Daniel Peña.
En los apartados que siguen analizaremos la nueva currícula para la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, y la emergencia del Profesorado en Ciencias Sociales.
Un año de trabajo marcado por la suspensión de actividades de cursado normal, según los relatos de sus protagonistas, reunió a estudiantes, docentes y equipos de gestión, en comisiones y talleres para la producción de la nueva currícula: “…el 20 de diciembre de 1973, el nuevo director de Servicio de Planeamiento del Rectorado, Francisco Tarantuviez, elevó al Rector la propuesta del nuevo Plan de Estudios de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales” (Ficcardi, 2013:62).
A continuación se presenta dicha propuesta, homologada el 29 de diciembre de 1973 por el Rector Interventor de la UNCuyo, Ing. Agr. Roberto Carretero, mediante la Ordenanza 41/73-R.
Carreras Básicas
Carreras Intermedias
Carrera de Post-Grado
Junto con la propuesta de Plan de Estudios se presentó el Informe de Evaluación de la Dirección de Servicio de Planeamiento, que se llamará en este escrito Informe de Evaluación Tarantuviez.
¿Qué reflexiones permiten estas dos fuentes, Informe de Evaluación y Ordenanza 41/73-R? En ambos documentos se encuentran definidos y evaluados aspectos categorizados de la propuesta, y se constituyen así en documentos de valoración ineludible para analizar. En esta oportunidad se propone avanzar en el análisis particular de algunas de sus dimensiones que se entrecruzan con el relato de las y los protagonistas vertidos en este artículo.[1]
En el Informe de Evaluación Tarantuviez se destacan y valoran elementos del Plan de Trabajo que se dio en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en 1973. Por un lado el esfuerzo conjunto del proceso curricular, la “Detección de los requerimientos del medio social” y por otro, la “Elaboración, discusión y adopción de un proyecto de transformación adecuado” (Informe de Evaluación Tarantuviez, 1973).
El Informe de Evaluación destacó además, como indicadores positivos, el respaldo en la participación para la elaboración del Plan y el modo en que se enmarcaría el trabajo de gestión curricular futuro: “Documentos doctrinarios u orientadores ofrecidos (…) con el objeto de enmarcar el trabajo a realizar; por otro, la participación de distintos grupos de profesores y alumnos en diferentes momentos del proceso” (Informe de Evaluación Tarantuviez, 1973).
Una estudiante del último año y luego profesora de la Facultad involucrada en las comisiones de trabajo, dice:
Yo me recibí en el 73, en diciembre, en el 74 empecé a trabajar como Jefa de Trabajos Prácticos (…) eran dos áreas porque en ese momento habíamos hecho… Todo el año 73 estuvimos sin dar clases, asumió como Decano Emilio Tenti, que tenía 28 años en ese entonces, y se decidió hacer, cambiar, el Plan de Estudio para readecuarlo a las necesidades del pueblo y de la patria. Entonces estuvimos todo el año diseñando un Plan de Estudio, íbamos a buscar información a la Casa de Gobierno, éramos una comisión de 3 profesores y 3 alumnos, y yo fui elegida en la Asamblea Estudiantil como una de las alumnas. Nosotros estuvimos todo un año, los estudiantes, debatiendo (…) Emilio Tenti, Aldo Isuani, Eduardo Bustelo, armaron la propuesta (Graciela Cousinet, entrevista institucional, Cintia Alfaro, s/r de 2008).
Por su parte, la nueva currícula establecida en la Ordenanza 41/73-R, incluyó dos carreras de tecnicatura (carreras intermedias), dos de grado (Licenciatura en Ciencias Sociales, con las especialidades de Ciencia Política y Sociología, Licenciatura en Administración Pública) y una de posgrado (correspondiendo al Profesorado en Ciencias Sociales), esta última formación como culminación de un proceso de formación. El Informe da cuenta del ordenamiento en ciclos curriculares que “garantizarían el proceso de especialización creciente” y, en relación al Profesorado, dice algo que se desea destacar: “responde a una real necesidad” (Informe de Evaluación Tarantuviez, 1973).
De la Ordenanza 41/73-R, se observa también la novedosa organización del Plan Curricular, que integró todas las propuestas que se dictarían en la Facultad: un Ciclo Básico de dos años de duración, para las dos licenciaturas y las dos tecnicaturas; un Ciclo Orientado de dos años de duración, diferenciado para cada una de las dos licenciaturas; y un Ciclo de tecnicatura de un año de duración, correspondiente al tercer y último año de cursado, diferenciado para las dos tecnicaturas; y por último, un Ciclo de Especialización, taller final de un año de duración diferenciado para las dos licenciaturas con sus especialidades. Las Licenciaturas recorrían entonces, cinco años de formación, con tres Ciclos organizados en cursos y talleres.
El Profesorado, por su parte, quedó definido como una propuesta destinada a egresadas y egresados de las dos Carreras Básicas en el campo de las Ciencias Sociales.
En cuanto a los formatos curriculares, las asignaturas fueron sustituidas por cursos, también para el Profesorado. En relación a este formato elegido, el Informe dice:
La designación de “curso” proviene de la tradición universitaria de Estados Unidos, donde la organización curricular por “cursos de estudios” está vinculada directamente a la obtención de un crédito. Este sistema de créditos hace que cada curso tenga un sentido y valor en sí mismo, además del que pueda adquirir por la combinación con otros a los efectos de la graduación (Informe de Evaluación Tarantuviez, 1973).
El taller del tramo final del Ciclo de Especialización, ubicado en el último ciclo de las dos licenciaturas con sus especialidades, tenían el objetivo de integración y especialización de las experiencias profesionales al término de la carrera e incluían los siguientes contenidos fijos:
Para Licenciatura en Ciencias Sociales, especialización en Ciencia Política:
Desarrollo teórico metodológico de la Ciencia Política, correspondiente a la problemática planteada; Técnica de Investigación avanzada; Actividades de campo, como parte del proceso de investigación – aprendizaje; Elementos de política social y planificación involucrados en la problemática; Elementos para el Desarrollo de una Doctrina Nacional (Ordenanza 41, 1973).
Para Licenciatura en Ciencias Sociales, especialización en Sociología:
Desarrollo teórico metodológico de la Sociología, correspondiente a la problemática planteada; Técnica de Investigación avanzada; Actividades de campo, como parte del proceso de investigación – aprendizaje; Elementos de planificación, específicos al problema y no desarrollados en el Ciclo de Orientación para el Desarrollo de una Doctrina Nacional (Ordenanza 41, 1973).
Para Licenciatura en Administración Pública:
Confrontación de marcos de análisis y perspectivas del trabajo referido a los aspectos específicos de la Administración Pública; Insumos técnicos correspondientes al análisis administrativo; Actividades de campo, como parte del proceso de investigación – aprendizaje; Elementos de planificación y programación desde el punto de vista de la Administración Pública; Elementos para el Desarrollo de una Doctrina Nacional (Ordenanza 41, 1973).
Por último, se destaca lo ingente y explícito de este proceso instituyente situado, presente en los considerandos de la Ordenanza 41/73-R, que reflejan las preocupaciones, temáticas y objetivos del cambio propuesto:
Que, como señala la Secretaría de Asuntos Académicos, muy pocas veces en la historia de esta Casa de Estudios se ha llevado a cabo un debate pedagógico de la extensión y profundidad que ha tenido el realizado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, lo cual es una prueba muy elocuente del nivel que nuestra Universidad ha alcanzado en materia de pedagogía universitaria.
Que además los frutos de dicho debate, concreta en el Plan de Estudios propuesto, son asimismo valiosos y por varias razones. En primer lugar, por la transformación de las estructuras educativas que supone necesariamente, tendientes a superar los viejos esquemas formales y muchas veces meramente administrativos, que habían vaciado al acto educativo de real contenido. En segundo lugar, por la integración que supone el Plan propuesto, de la docencia, con la investigación y la prestación de servicios, finalidades esenciales de la Universidad, que no habían encontrado una cohesión suficiente y orgánica y que habían hecho de los estudios un saber desvitalizado y sin espíritu social. En tercer lugar, por la claridad con que todos estos aspectos aparecen incorporados claramente como objetivos expresos, todo lo cual hace que el Plan propuesto, se convierta en algo más que en un curriculum o lista de materias, y sea un proyecto, respecto del cual no se encuentran ajenos los altos objetivos de la Nación. En cuarto lugar, por el nivel de eficacia en el que se colocarán los estudios políticos y sociales, con el consecuente beneficio respecto de las posibilidades laborales de los egresados, problema éste que aquejaba fuertemente la Facultad” (Ordenanza 41, 1973: 1-2)
La Facultad arbitró los medios para iniciar el cursado de la nueva propuesta inmediatamente después de su aprobación, para el ciclo lectivo de 1974. Para esto se emitieron dos Ordenanzas referidas a Área de Conocimiento y Organización de los 49 cursos en cada área y Reglamentación para el funcionamiento de las Áreas, Objetivos y Atribuciones, ambas de 1974.
Se destaca la voz de uno de los protagonistas principales del nuevo Plan, en tanto valoración del mismo como del proceso que se desencadenó luego:
Ese Plan era un Plan modernizante, se introducía a la escuela estructural funcionalista… pero fue visto como marxismo, fuimos expulsados como si fuéramos trostkistas. En ese momento venia la idea del Departamento, con la idea de la academia norteamericana… la Internacional Sociology Association lo publicó como un buen Plan de Estudio, y a mí me echan por marxista. Caímos también en la lucha nacional, y esa parte constructiva de la gente que había luchado por la Facultad y los saberes novedosos abiertos al proyecto de las ciencias sociales ¡Fuerte! acá, acá eso se frustró (Eduardo Bustelo, entrevista institucional, Ana Marcela Ficcardi, s/r de 2013)
A quienes se han ocupado de investigar la historia curricular de la Universidad Nacional de Cuyo, y en particular de las Ciencias Sociales en ella (Fares, 2011, 2013; Ficcardi, Elgueta y Pessino, 2012; Ficcardi y Elgueta, 2012; Ficcardi, 2013), no les es extraño hallar la temática de la formación y titulación de profesorado para la enseñanza de las ciencias sociales. En algunos momentos como necesidad del sistema educativo local, en otros como demanda curricular de estudiantes, y también de egresadas y egresados para mejorar su inserción laboral.
Por su lado, además, desde la problematización de campos de conocimiento que se vinculan, atraviesan y que generan fronteras con sus consecuentes luchas de poder, se reconocen algunos hitos que, sumado a lo expuesto hasta el momento, contribuyen a comprender la emergencia del primer Profesorado en Ciencias Sociales.
Por un lado, el origen de la Facultad estuvo relacionado directamente con la formación política ciudadana para las y los estudiantes universitarios ingresantes a partir de 1950 en la Universidad Nacional de Cuyo. Con ese objetivo, se crea el Instituto de Estudios Políticos[2], protohistoria de la institución, que en 1952 se convertirá en la Escuela de Estudios Políticos y Sociales y en 1967 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad.
Por otro lado, egresadas y egresados de la Escuela de Estudios Políticos y Sociales se incorporan como docentes de las escuelas, institutos y bachilleratos de la provincia en las áreas de sociales. En 1965, con motivo de las gestiones que se venían haciendo desde la Escuela Superior de Estudios Políticos y Sociales con el Rectorado para convertirla de Escuela a Facultad, se eleva una nota con argumentos que lo justifican y, entre los argumentos utilizados, se destaca la inserción de egresadas y egresados de la Escuela hasta ese momento. Entre el listado de inserciones laborales que presentó el documento analizado, la docencia e investigación universitaria y la docencia Secundaria, figuraban como de alto impacto en esa inserción, entre otras como, asesoría de empresa públicas o privadas; cargos públicos o de gobierno; sindicatos, gremio y/o cooperativas; y servicio exterior (Ficcardi, 2013:37).
Sin embargo, como ya se fue señalando en el recorrido de este artículo, fue hasta el movimiento curricular instituyente de principios de los 70 que se materializará como carrera universitaria. El Profesorado, entonces, surge vinculado a un plan curricular innovador, transversal, integral y a un nivel estratégico notable, convirtiéndose en el primer profesorado en la historia de la Facultad.
A partir del análisis de documentos de archivos, se advierte que existieron dos anteproyectos de profesorado, anteriores a la propuesta final de 1973. El primer anteproyecto, presentado a fines de 1972 a la Dirección de Planeamiento Integral de la Educación Universitaria no fue encontrado en la pesquisa, aunque sí el Informe que envía la Directora de Planeamiento al Rector el 9 de marzo de 1973. El Informe da cuenta que esta primera propuesta también estuvo pensada como carrera de posgrado, y que la presentación era completa en todos los requerimientos de la institución para una nueva carrera. Sin embargo, las sugerencias de la Dirección en aquel informe fueron:
a) el título, el informe de evaluación propone que no sea Profesor en Ciencias Políticas y Sociales y que sea Profesor en algunas de las especialidades de Licenciaturas que se dictan en la Facultad (Sociología y Ciencia Políticas y Administración Pública); b) la dependencia, se considera conveniente, dice el informe, que se creara un organismo dentro de la Facultad destinado específicamente a la Formación Docente; y c) ubicación de asignaturas por cuatrimestre, se propuso una reestructuración (Ficcardi, AM 2013:61).
Se analizó también un segundo documento denominado “Anteproyecto Plan de Estudios para la Carrera de Profesorado de Enseñanza Media y Superior en Ciencias Políticas y Sociales”, que contiene en detalle el Plan de Estudios, y que tiene en cuenta la evaluación de la Dirección comentada en párrafo anterior. De su fundamentación, se cita:
Las ciencias pedagógicas se fundan en las disciplinas humanísticas-filosóficas e históricas y modernamente reciben un gran desarrollo científico-técnico. Desde ambos puntos de vista, la formación que obtienen los egresados de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales los prepara convenientemente para realizar estudios pedagógicos de post grado, en vistas a la habilitación docente de nivel medio y superior. Esta circunstancia ha permitido elaborar un anteproyecto de Plan de Formación Pedagógica, destinado a los licenciados en las dos carreras que actualmente se cursan en la Facultad (Sociología y Política y Administración) así como para las anteriores Licenciaturas en Ciencias Políticas y Sociales (Segundo Anteproyecto, 1973:1).
No se ha recuperado información que indique que este segundo anteproyecto haya sido evaluado con la devolución correspondiente a la Facultad. Sí se recupera, por los relatos de las y los protagonistas, que durante todo el ciclo lectivo de 1973 la Facultad se avocó a la construcción de una novedosa currícula integrada que alcanzó a todas las carreras y generó nuevas, como fueron las tecnicaturas y el Profesorado.
Posiblemente el Profesorado se haya gestado en una demanda anterior al movimiento curricular instituyente de 1973. En su relato, Francisco Martín da cuenta de los “Diez puntos claves para la transformación de la Facultad” escritos por el entonces Decano Orlando Molina Cabrera, y de la gestación del “famoso profesorado” que puede estar indicando un proyecto anhelado y trabajado por lo menos un año antes al 73, y que éste haya sido un conducto donde se pudo canalizar, al fin, la formación pedagógica existente hasta momento para Licenciadas/os en Sociología y en Ciencia Política y Administración Pública.
Cuando Orlando [Molina Cabrera], a fines del 72, es Decano, ya había un grupo más amplio. En ese grupo está Triviño, está Farré, Esteban [Onofri], Orlando [Molina Caberera], Isuani, yo… Entonces cuando le toca el decanato en el 72, antes de las elecciones del 73, Orlando Molina Cabrera hace un Plan, que por ahí está escrito, de transformación de la Facultad que tenía unos diez puntos. Nosotros colaboramos ahí, era la transformación de la Facultad, lo dirigía Orlando, el Decano, transformación de la Facultad, un Plan de diez años. Uno de los puntos era el famoso profesorado, que después lo creamos, lo creamos con Emilio [Tenti], primero Licenciatura y después Profesorado (Francisco Martín, comunicación personal a Vanina Giraudo, s/r de agosto de 2008).
La carrera de posgrado, al fin aprobada en su tercera versión[3], fue el Profesorado en Ciencias Sociales. Tenía un año de duración y seis espacios curriculares. Eran aceptados para el ingreso en la misma, egresadas y egresados con títulos que la Escuela y la Facultad habían emitido anteriormente, incluido el nuevo título de Licenciatura en Ciencias Sociales con sus especialidades en Ciencia Política y en Sociología.
Inició su corto recorrido en 1974. A partir de la reconstrucción de datos institucionales, las inscripciones de títulos en la Dirección General de Escuelas de Mendoza y los relatos ofrecidos en comunicaciones personales, se estima que no fueron más de 20 personas quienes lo finalizaron.
La currícula instituyente aprobada sufrió una primera embestida en 1975, a partir de la Misión Ivanissevich[4], con cambios y retrocesos en la propuesta original, para desaparecer definitivamente con la intervención violenta provocada por la dictadura de 1976. El Profesorado, con su primera cohorte en 1974, y la Licenciatura en Sociología, que nació en 1968, fueron las dos carreras de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales que fueron cerradas. Eliminadas de la propuesta curricular de la Facultad durante la dictadura, el Profesorado pareció desaparecer también de la memoria de la institución hasta el nuevo siglo.
El 28 de febrero de 1975, el nuevo rector de la UNCUYO, que correspondió al periodo Misión Ivanissevich, Prof. Otto Burgos (…) derogó la Ordenanza N° 41/73 del Rectorado, mediante la cual se homologó el Plan de Estudios (…). Los considerandos expuestos para dicha decisión se resumen en que la reforma introducida fue inspirada en “imitación a modelos foráneos”; la “impracticabilidad del mismo, hasta el punto de haber llevado a ese organismo a un desorden del cual es imprescindible sacarlo”; que la educación universitaria debe apuntar a una formación integral “dentro de un contexto tradicional e innovador, personalista y comunitario, crítico y creador” (Ficcardi, 2013:69).
En la Universidad Nacional de Cuyo, como en tantas otras Universidades, en los años posteriores a 1975 se sucedieron cierre de carreras, estudiantes y profesoras/es expulsadas/os, listas, persecuciones, exilios, reclusión en ámbitos privados como modo de protección. Se instauró el terror y el silencio de la dictadura.
…nos liquidaron a nosotros y a los alumnos (…) el fracaso de mucha gente, una persecución terrible, 17 profesores nos echaron, y todavía no hemos hecho la historia y yo espero que se haga porque fue una persecución ideológica de gran significado (Enrique Dussel, entrevista institucional, Ana Marcela Ficcardi y Víctor Martín Elgueta, 22 de febrero de 2016).
Entre 1976 y 1983, estas fueron las carreras vigentes la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales: Licenciatura en Administración Pública y Ciencias Políticas, de 5 años de duración; Tecnicatura en Administración Pública y Procurador Administrativo, carrera intermedia de 3 años; Asistente Social[5] de 3 años, con apertura en 1981.
El siguiente cuadro resume las propuestas de Profesorado trabajadas en este artículo.
Fuente: Elaboración propia, en base a Ficcardi, 2013 y fuentes documentales.
El primer Profesorado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se gestó en los primeros años de la década del 70. Su versión final como Profesorado en Ciencias Sociales, carrera de posgrado, fue aprobado por la Ordenanza 41 de Rector, el 28 de diciembre de 1973, junto a la reforma y creación de las demás carreras.
La Ordenanza 41/73-R constituyó una propuesta curricular pedagógica integrada, que relacionaba a través de ciclos, áreas y cursos, todas las propuestas formativas ofrecidas: carreras de grado; carreras intermedias, tecnicaturas; y carrera de posgrado. Permitía entonces, la especialización creciente y la elección de cursos a lo largo del recorrido formativo.
Esta propuesta curricular contenía, además, el trabajo en áreas y/o departamentos, incluía a profesores y estudiantes en procesos de decisiones de enseñanza y aprendizaje con el objetivo de democratizar y superar el sistema conservador de cátedras, y la inclusión de los talleres de las Licenciaturas que suponían investigación en trabajo de campo, diseño y planificación de políticas sociales. El último curso y en escalón de posgrado, permitía a las y los licenciadas/os, la especialización pedagógica en el Profesorado.
Por los relatos de las y los protagonistas ofrecidos en este artículo, y sin pretender exhaustividad, inferimos que las y los profesores que intervinieron en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en el proceso de gestación y concreción de la Ordenanza 41/73-R fueron: Orlando Molina Cabrera, Esteban Onofri, Luis Triviño, Juan Farres Cavagnaro, Aldo Isuani, Emilio Tenti, Eduardo Bustelo, Daniel Peña, todos ellos egresados de la institución. Junto a ellos, el movilizado colectivo de estudiantes, entre quienes se encontraban Graciela Cousinet, Graciela Burgardt, Carlos La Rosa, Rolando Lazarte y Carmelo Cortese, que fueron entrevistadas/os, y Cristina Romagnoli, Adriana Vilapriño, Roberto Vélez, Aldo Vacs, Juan Carlos Nieva, que fueron nombradas/os en las entrevistas. No se desconoce que este proceso, casi con seguridad, ha sido llevado adelante por muchas y muchos otros, que no han sido alcanzados todavía.
Por el Rectorado de la Universidad Nacional de Cuyo, y a partir del análisis de documentos históricos, quienes intervinieron en el proceso de renovación pedagógica fueron Roberto Carretero, Rector Interventor; Arturo Roig, Secretario Académico; Francisco Tarantuviez, Director de Planeamiento Integral de la Educación Universitaria.
De acuerdo a lo compartido por profesoras que recorrieron la formación del primer Profesorado, se sabe que María Inés Abrile fue la primera profesora de Pedagogía, uno de los seis espacios curriculares de la formación.
Se cuenta con una base de datos completa de egresadas y egresados de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Sociales (1952 hasta 1968) y de la Licenciatura en Sociología (1968 - 2013), construida por diversos equipos de investigación. Sin embargo, se encuentra incompleta la base de datos de quienes cursaron el primer Profesorado, ya que no existen Libros de Egreso de Carreras de Posgrado para esa época en la Facultad.
Entre quienes se inscribieron y cursaron en la primera y única cohorte que hubo en 1974, se sabe que: Julieta Pojomovsky, María Ester Álvarez, Beatriz Sevilla, Graciela Cousinet, Alicia Cobos y Gladys Schiaroli, fueron estudiantes. De estas licenciadas, no todas pudieron recibir su título en este profesorado debido al cierre abrupto en la dictadura.
Fue recién en los 2000, luego de 30 años de silenciamiento sobre el primer Profesorado, cuando nuevas demandas en otros contextos, motivaron a que un nuevo movimiento instituyente concretara una nueva carrera de profesorado. Tal vez el deseo detrás de esa primera gestación, no había fenecido definitivamente en la Facultad. Estudiantes y egresadas y egresados de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales que se dedicaban a la docencia en el nivel medio y superior, con el apoyo de algunas profesoras que conocían las condiciones de nuestras disciplinas en el sistema educativo mendocino, fueron quienes lideraron el proceso. Así es como, en el 2003, se aprueba en Consejo Superior la actual propuesta de Ciclo de Profesorado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales para sus cuatro titulaciones de Licenciatura. Las Profesoras Alicia Cobos y Gladys Schiaroli, mencionadas como estudiantes del primer Profesorado, fueron docentes en los inicios de esta nueva formación docente.
Finalmente, este artículo sirve como devolución y agradecimiento a las personas que brindaron sus testimonios, a quienes formaron parte del movimiento curricular instituyente del 73, y un homenaje a quienes ya no están presentes físicamente, pero forman parte de la historia institucional que hoy son objeto de este Dossier: Enrique Dussel, Francisco Paco Martín y Eduardo Bustelo.