Miscelánea
Aspiraciones de futuro de estudiantes de antropología en México
Future aspirations among anthropology students in Mexico
Aspiraciones de futuro de estudiantes de antropología en México
Cuicuilco. Revista de ciencias antropológicas, vol. 31, no. 90, pp. 11-33, 2024
Instituto Nacional de Antropología e Historia
Received: 29 June 2023
Accepted: 15 December 2023
Resumen: El objetivo de este artículo es responder a la pregunta ¿qué aspiraciones de futuro tienen los estudiantes de carreras antropológicas en México? Para ello se analizaron los resultados de la “Encuesta de estudiantes de Antropología 2019”, donde se investigan las expectativas de los estudiantes sobre su futuro, por medio de las cuestiones: “Al concluir la carrera te gustaría […]” y “Cuando seas profesionista, esperas […]”. Entre los resultados de este análisis destaca que las aspiraciones económicas, laborales y académicas de los estudiantes de carreras antropológicas no difieren radicalmente de las aspiraciones de otros estudiantes de educación superior, pero el significado que atribuyen a esas aspiraciones adquiere un sentido particular, debido a las experiencias vividas en el proceso de su formación antropológica.
Palabras clave: Estudiantes, aspiraciones, carreras antropológicas, Espacios Universitarios, desigualdad.
Abstract: The objective of this article is to answer the question: What future aspirations do students of anthropological careers in Mexico have? For this, the results of the “Encuesta de estudiantes de Antropología 2019” were analyzed, which investigates the expectations that students have about their future through the questions: “When you finish your degree, would you like to […]” and “When you are professional you expect […]”. Among the results of this analysis, it stands out that the economic, labor and academic aspirations of anthropological career students do not radically differ from the aspirations of other higher education students, but that the meaning they attribute to them acquires a particular meaning due to the experiences they live in the anthropological raining process.
Keywords: Students, aspirations, anthropological careers, University Spaces, inequality.
INTRODUCCIÓN. ASPIRACIONES DE FUTURO, JUVENTUDES Y EL CONTEXTO ESCOLAR
Las aspiraciones de futuro son representaciones construidas por los individuos y los grupos que dan cuenta de sus deseos para el futuro. Se distinguen de las expectativas, las cuales refieren a la creencia de qué ocurrirá en el futuro porque las aspiraciones apuntan hacia lo anhelado y qué se está dispuesto por hacer para ello [PNUD 2000]. La aspiración se relaciona también con las preferencias inmediatas y con los contextos culturales; incluidos los más amplios ya que la globalización, apoyada en los medios de comunicación y las redes, ha llevado a las personas a imaginarse a sí mismas y a sus mundos de formas nuevas y diferentes [Sellar et al. 2011]. Para Appadurai [2004] las aspiraciones pueden entenderse también como capacidades; es decir, como una aptitud posible para desarrollarse cuando hay una relación poderosa con el propio futuro y con el futuro colectivo más amplio. Como toda capacidad las aspiraciones se fortalecen con la práctica; a pesar que la modernidad permita a las personas imaginar distintos futuros posibles, la posibilidad de realizarlos no está equitativamente distribuida [Appadurai 2004].
En la actualidad, los estudios sobre las aspiraciones han buscado conocer las variables que intervienen en su construcción; en particular, destaca el interés por conocer las aspiraciones de ciertos grupos sociales, en especial de las juventudes. Así, para Figueroa, Padilla y Guzmán [2015] las aspiraciones entre las juventudes se construyen en relación con el sexo, la edad, el desempeño académico y otras variables relacionadas con la familia, como la escolaridad y la ocupación de los padres, la interacción entre padres e hijos y las expectativas y aspiraciones que en el entorno familiar se tiene hacia la educación superior. Por otro lado, Jiménez [2004] considera, además, otras variables, cuya intervención en la formación de los itinerarios asociados a las aspiraciones juveniles son: a) las condiciones sociales (contexto social o territorio económico, clase social, origen familiar y sexo); b) la oferta pública y privada de formación y empleo, así como los mecanismos y políticas de inserción a éstos; y c) las aptitudes, actitudes y estrategias del sujeto (microclima familiar, grupo de iguales, etc.). Estas últimas variables resultan significativas por el papel que juegan en la construcción de la autoimagen, el sistema de valores, actitudes y las expectativas de las juventudes. Otros autores, como Delgado et. al [2010], afirman que ciertos rasgos de la personalidad, por ejemplo, las experiencias, pueden incidir también en el tipo de orientación hacia el futuro.
La perspectiva que concibe las aspiraciones como capacidades ha enfatizado también en la importancia de las experiencias vividas, debido a que, al observar, las experiencias son clave porque evidencian las desigualdades que en sí mismas caracterizan a las aspiraciones; pues las desigualdades no sólo se encuentran en su posibilidad de realización, también están presentes en la propia construcción de las aspiraciones. Appadurai [2004] lo explica de la siguiente manera:
La aspiración es la capacidad desigualmente distribuida de los diferentes colectivos sociales para articular poderosamente sus visiones de la buena vida; para expresar, y hacer que otros reconozcan los valores, creencias y normas que dan textura a estas visiones; para acceder y utilizar los recursos necesarios para realizarlas. La capacidad de aspirar implica tanto la capacidad de realizar aspiraciones concretas, como el poder colectivo de conformar contextos culturales en los que se forman diferentes deseos y se valoran como aspirativos [2004: 69].
Las investigaciones sobre juventudes y educación superior ocupan igualmente un lugar importante en las investigaciones sobre la desigualdad, ya que, de acuerdo con Dubet [2020], en la articulación de aspiraciones, educación superior y juventudes se observa un valioso camino para entender las desigualdades modernas.
Así, en el examen de las perspectivas de futuro en el contexto escolar ha destacado la importancia que tienen para los estudiantes el obtener grados, alcanzar títulos, prepararse para la vida laboral y, de manera general, las pautas concebidas para el futuro y su cruce con la experiencia escolar [Gaeta et al. 2020; Barrera et al. 2018; Corica 2012]. Se han revelado, además, las actitudes y expectativas de estas poblaciones [Delgado 2010] y la manera en cómo culturalmente la educación superior se ha consolidado bajo una aspiración en sí misma [Sellar et al. 2011].
Finalmente, cabe resaltar que en otras investigaciones se ha estudiado incluso la influencia del tipo de establecimiento educacional en la definición de las aspiraciones de las juventudes, las posibilidades para alcanzar sus objetivos, los factores posibles a incidir en el logro o fracaso de sus planes y cómo se articulan la educación y el trabajo en los planes de su futuro [Sepúlveda et al. 2014]. Las emociones que experimentan las juventudes en la etapa de construcción de las aspiraciones han sido igualmente importantes debido a que la subjetividad y los roles de los sujetos son clave (sus proyectos personales, ambiciones o deseos) en la definición de itinerarios y trayectorias distintivas porque las aspiraciones pueden concebirse también como anhelos o sueños; en la medida en que son las representaciones hechas por los individuos y los grupos acerca del estado de cosas, personales o sociales, de lo deseado para el futuro, ya que para ellos caracterizan “lo mejor” [Sepúlveda et al. 2014].
METODOLOGÍA
La información base para analizar las aspiraciones de futuro de estudiantes en carreras antropológicas en México proviene de la encuesta ¿Quiénes son los estudiantes de Antropología en México? Esta encuesta se realizó en el año 2019 y forma parte del proyecto Perfil sociodemográfico y salud de los estudiantes de licenciatura en Antropología. Una perspectiva nacional, financiado por Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Red Mexicana de Instituciones de Formación en Antropología (Red MIFA). Esta encuesta tiene como objetivo conocer a los estudiantes de las disciplinas antropológicas. Se trata de una encuesta digital, difundida entre estudiantes de licenciatura de 21 escuelas públicas en México; participaron estudiantes de cualquier programa de las carreras antropológicas que se imparten en México,1 el período escolar fue indistinto y la colaboración fue voluntaria. Por esta razón, el muestreo de las respuestas es no probabilístico, aunque sí significativo de la realidad que viven los estudiantes de Antropología en el país. La encuesta se aplicó entre el 23 de septiembre y el 30 de noviembre de 2019, desde la plataforma QuestionPro. Además de recopilar información sociodemográfica, se indagó sobre las siguientes temáticas: condiciones de estudio, percepción de la carrera, uso de las tecnologías, cuidado de la salud, experiencias de violencia y tiempo de ocio de las y los estudiantes.
Respondieron la encuesta un total de 725 estudiantes: 261 hombres (34%) y 464 mujeres (64%). Como un dato importante, vale destacar que este alto porcentaje de mujeres participantes obedece a que, de acuerdo con el Anuario Estadístico de la Población Escolar en Educación Superior 2019-2020 de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior [ANUIES 2019], en este período hubo más mujeres que hombres estudiando carreras antropológicas en México.2 El promedio de edad de las y los participantes fue de 24.5 años. Aunque se consideraron todos los espacios universitarios del país donde se imparten estas carreras, las principales instituciones de adscripción fueron: la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México (EAHNM), la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y la Universidad Autónoma de San Luis (UASLP).
Para el análisis de los datos que reflejan las aspiraciones de futuro de los estudiantes, se agruparon en seis categorías las 21 opciones de respuesta de las preguntas “Q64. Al concluir la carrera te gustaría […]” y “Q65. Cuando seas profesionista esperas […]”. Dichas categorías y tipos de respuestas pueden observarse en el siguiente cuadro:
Debido a las características de los reactivos de la encuesta —los estudiantes tenían la posibilidad de elegir más de una respuesta por pregunta— y a la disparidad entre la proporción de hombres y mujeres que respondieron a ella, se optó por analizar los datos desde la perspectiva cuantitativa y tomando en cuenta, principalmente y de forma independiente, las variables de sexo y tipo de aspiración. Los resultados de esto se sintetizan en el siguiente apartado.
LAS PRINCIPALES ASPIRACIONES DE LAS Y LOS ESTUDIANTES
Entre las aspiraciones de futuro de los estudiantes de carreras antropologicas que participaron en este ejercicio resaltan aquellas ubicados en tres categorías: las económicas, las académicas y las laborales; es decir, las aspiraciones referentes a las propiedades e ingresos que se desea tener, al ejercicio de la profesión y al anhelo del tipo de empleo.
Considerando el sexo de los estudiantes al elegir las aspiraciones, podemos observar, en la gráfica 2, que para las mujeres, las económicas, las académicas y las ciudadanas son las más importantes; mientras que para los hombres, las aspiraciones académicas, las laborales, las económicas y ciudadanas son esenciales.3 Entre las aspiraciones ciudadanas resaltan el interés por ayudar a otros, contribuir a la mejora del mundo y militar políticamente, dato significativo debido a que elementos como la identidad, la diversidad, la otredad y las problemáticas sociales de los distintos grupos, entre otros, constituyen ejes de reflexión característicos de la formación en carreras antropológicas; así, el interés manifestado por los estudiantes, en este sentido, se corresponde con los valores y problemáticas sobre las que se reflexiona constantemente desde la disciplina.
En la categoría de las aspiraciones económicas podemos observar que para las y los estudiantes de carreras antropológicas, de acuerdo con el total de respuestas para cada pregunta, la más importante es la aspiración de trabajar en algo relacionado con la carrera que se estudia; en segundo lugar, destaca el anhelo de ganar un buen suelo, y en tercero la aspiración de tener casa propia. En esta categoría la aspiración menos importante es la de tener un carro propio, tal y como puede observarse en la gráfica 3 que se presenta a continuación.
Al hacer una distinción de las aspiraciones económicas elegidas y el sexo de las y los participantes, podemos observar que existe coincidencia en cuanto a que, para los hombres y las mujeres que participaron en este ejercicio, trabajar en algo relacionado con su carrera, ganar un buen sueldo y tener casa propia es igualmente significativo; debido a que, si separamos las respuestas según el sexo, el orden de prioridad entre estas es similar.
Entre las aspiraciones académicas, por otro lado, resalta entre las mujeres la de cursar un posgrado. Como puede observarse en la gráfica 4, a esta aspiración le sigue la de ser investigador(a) de una universidad, y finalmente el interés de ser docente.
Para los hombres, por otro lado, resulta primordial la aspiración de ser docente. A ello le sigue el anhelo de ser investigador de una universidad y, finalmente, el cursar un posgrado.
Ahora bien, entre las aspiraciones laborales, trabajar en el sector privado es la aspiración más importante entre los hombres. A ello le siguen el anhelo de trabajar en una Organización no Gubernamental (ONG) y, finalmente, en el sector público, tal y como puede observarse en la gráfica 5 que se presenta a continuación. Esta información resulta reveladora porque da cuenta que los estudiantes ven a estos sectores como los espacios idóneos para aplicar las habilidades y conocimientos adquiridos en sus carreras. Esto se vincula, además, con el anhelo de trabajar en algo relacionado con la carrera, que como vimos es la aspiración económica más importante para las y los estudiantes.
Entre el conjunto de las aspiraciones laborales, podemos observar que para el caso de las mujeres el trabajar en una ONG o trabajar en el sector privado es casi igual de importante. En esta categoría, además, destaca que trabajar en el negocio de la familia, o bien poner un negocio, es una aspiración más importante para los hombres que para las mujeres. En contraste, en la aspiración de dedicarse a una actividad no relacionada con la carrera, resalta el mayor interés de las mujeres que de los hombres.
En la gráfica 2 pudimos observar que las aspiraciones sociales y familiares, así como las aspiraciones experienciales son consideradas por las y los estudiantes como menos relevantes que las anteriores. No obstante, si analizamos las respuestas relacionadas con las categorías de aspiraciones que refieren de manera particular a concepciones sobre la ciudadanía y el vínculo con la sociedad y la familia podemos observar situaciones significativas.
En la gráfica 6, por ejemplo, puede notarse que entre las aspiraciones ciudadanas destaca el interés de los estudiantes por ayudar a servir a los demás y hacer algo para mejorar el mundo. El militar políticamente, empero, es una de las aspiraciones que, incluso en términos generales, resulta poco atractiva para el estudiantado.
Se observó antes, en la gráfica 2, que las aspiraciones ciudadanas fueron, en términos generales, un tanto más significativas para las mujeres que para los hombres; en dicha gráfica vimos que para ellas estas aspiraciones son las terceras más importantes, mientras que los hombres ordenan en este sitio a las aspiraciones económicas y ciudadanas .Ahora bien, en la gráfica 6, puede observarse que, entre las aspiraciones ciudadanas, para las estudiantes es particularmente importante el ayudar a servir a los demás, mientras que para los hombres es de forma semejante l ayudar a servir a los demás y el hacer algo para mejorar al mundo.
En cuanto a las aspiraciones experienciales destaca el interés de viajar, tal como puede observarse en la gráfica 7.
En este caso, tanto para los hombres como para las mujeres la aspiración de viajar es la más importante, mientas que irse a vivir a otro país se prefiere en segundo lugar.
Finalmente, entre las aspiraciones sociales y familiares, podemos observar la relevancia que tiene para el estudiantado el apoyar a los padres. Las respuestas en torno al interés de tener muchos amigos y tener hijos es, finalmente, muy parecida en ambos casos, pues es una de las respuestas menos elegidas tanto entre las mujeres como entre los hombres. Esto lo podemos observar en la gráfica 8 que se presenta a continuación.
Entre las aspiraciones sociales y familiares podemos observar que para las mujeres y hombres el tener hijos es la tercera aspiración más importante y para los hombres el tener muchos amigos tiene similar importancia a la aspiración de ser una persona famosa e importante.
ASPIRACIONES EN EL CONTEXTO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Un ejercicio de análisis similar sobre las aspiraciones de estudiantes universitarios se realizó anteriormente en un artículo titulado “Los anhelos a futuro de estudiantes de maestría en espacios universitarios asimétricos de la Ciudad de México y Guadalajara” [Camacho 2022].6 En este análisis se estudiaron también las aspiraciones de estudiantes pero en el grado de maestría, analizaron el papel que juegan en su construcción y caracterización variables tales como el programa de posgrado por estudiar o cursando, los Espacios Universitarios Asimétricos (EUA), la región donde se ubican estos espacios y el sexo de los encuestados.7 Los resultados observados en este trabajo permiten considerar cuatro situaciones clave para responder a la cuestión sobre si las aspiraciones de los estudiantes de carreras antropológicas son diferentes a las de otros estudiantes: la diferencia entre los programas de estudio, la asimetría de los Espacios Universitarios, la región donde se ubican y el sexo de los estudiantes.
En primer lugar, podemos observar que los programas de estudio en los cuales se forman los estudiantes en la educación superior conllevan concepciones diferenciadas de los que significa ser universitario, sobre todo, profesionista. Algunas investigaciones demuestran que la formación en esta etapa conlleva valores y significados precisos del ser un profesional en determinado campo y de lo que los estudiantes egresados de cada programa deben aportar a la sociedad [Hirsch 2005; Luna et al. 2010], por tanto, se muestra la existencia de cualidades y sentidos diversos que caracterizan la formación de los estudiantes universitarios.
En segundo lugar, de acuerdo con Villa, Canales y Hamui [2017], los Espacios Universitarios en México son espacios asimétricos que funcionan como estructuras de desigualdad porque ofrecen condiciones distintas a sus estudiantes: experiencias y recursos que remarcan las desigualdades con las que ingresan a este nivel de estudios. Los Espacios Universitarios pueden ser, además, catalogados como consolidados y en vías de consolidación, de acuerdo con los planes de estudio, los programas de posgrado, la infraestructura, las redes de conocimiento, el prestigio de las instituciones, la historia, el reconocimiento de los docentes, etcétera.
En los Espacios Universitarios Consolidados (EUC) se otorga un papel preponderante a la investigación y al intercambio nacional e internacional de conocimientos científicos y tecnológicos, tanto de profesores como de estudiantes. Ofrecen estudios de posgrado, publican los resultados de sus investigaciones en editoriales de prestigio; pertenecen, incluso forman redes en distintas áreas de conocimiento. En los Espacios Universitarios denominados en Vías de Desarrollo (EUV) se prioriza la atención de la demanda local de educación superior y la atención se centra en la formación de nivel licenciatura. En esta categoría se concentra una oferta educativa en áreas de conocimiento rentables, se observa una disparidad en cuanto a los recursos financieros, institucionales y académicos que se poseen. Ambos tipos de Espacios Universitarios Asimétricos, consolidados y en vías de desarrollo, pueden ser públicos o privados.
En tercer lugar, resalta la región en la que se ubican los Espacios Universitarios, pues constituye un elemento más a la asimetría entre los Espacios Universitarios, debido a que las instituciones con mayor presupuesto, reconocimiento e infraestructura suelen ubicarse en regiones desarrolladas; en contraste, algunas instituciones universitarias ubicadas en regiones con condiciones desfavorables no sólo reciben menor presupuesto, sino que suelen verse atravesadas por problemáticas en el acceso, seguridad y violencia que atraviesan las y los estudiantes que se forman en ellas.8
Finalmente, es un hecho ya reconocido que en los últimos años se observa un aumento en la matrícula en educación superior, y en el número de mujeres con el deseo de ingresar a esta. No obstante, algunos estudios, al respecto resaltan que en los roles, en el tipo de carreras, las temporalidades para egresar, incluso el acceso a los programas de posgrados entre hombres y mujeres siguen siendo latentes las distinciones de género [Ángeles 2016]. Estos contextos, altamente imbricados, no sólo dotan de experiencias diferenciadas a los estudiantes en la educación superior, sino que contribuyen a significar de manera distinta las experiencias vividas por los estudiantes en esta etapa. Como vimos anteriormente, las desiguales son muy importantes porque juegan un rol en el desarrollo de la capacidad de aspirar, sobre todo en la posibilidad de los estudiantes para alcanzar sus aspiraciones. Por esta razón, las recuperaremos como ejes para acercarnos a las particularidades que se observan en torno a las aspiraciones de los estudiantes de Antropología en México. En este apartado, además, utilizaremos algunos datos del informe final de la encuesta de 2014 ¿Quiénes son los estudiantes de Antropología en México? [Peña et al. 2014].
Podemos afirmar que, para los estudiantes de carreras antropológicas en México, los valores y significados, fomentados en estos programas de estudio y los imaginarios sobre la profesión de antropólogo, son significativos en su vida porque constituyen momentos paradigmáticos. Así, ante la pregunta sobre si estudiar antropología ha cambiado la vida de los estudiantes —también planteada en esta encuesta— podemos observar el predominio de la respuesta afirmativa.
Llama la atención en qué aspectos se identifica este cambio, pues, tanto para mujeres como para los hombres la influencia principal de esta carrera es la intelectual. En ambos casos le sigue un cambio en la forma en cómo se ve a la sociedad y al mundo. Las áreas donde ubican un menor impacto por estudiar antropología son el aumento del prestigio y la mejora de los ingresos. Considerar el impacto que ha tenido esta experiencia en la vida de los estudiantes permite entender, además, por qué en sus aspiraciones de futuro, las aspiraciones ciudadanas (ayudar a servir a los demás, hacer algo para mejorar el mundo, militar-políticamente) tienen un papel importante. Aunque aún son relativamente pocos los trabajos que se han realizado para comparar los valores, orientaciones y aspiraciones entre los estudiantes de carreras categorizadas, como sociales, humanas, formales y naturales, en algunos de ellos se resalta y concuerda con lo antes expuesto; en las carreras humanísticas y sociales hay una baja orientación hacia aspiraciones de poder, dominación social y mantenimiento de jerarquías; hay incluso una menor valoración por la meritocracia y es más probable encontrarnos con posturas políticas identificadas como de izquierda, en contraste con aquellos estudiantes de carreras técnico-económicas que se posicionan en el polo opuesto [Zubieta et al. 2008].
Las condiciones de los Espacios Universitarios donde se forman los estudiantes de Antropología quienes participaron en esta encuesta, en efecto, son desiguales y es posible caracterizarlos como espacios universitarios asimétricos consolidados y en vía de consolidación.9 No obstante, debido a que en la encuesta se consultó a los estudiantes por el equipamiento, infraestructura y calidad de la formación recibida es fundamental considerar principalmente la percepción que tiene el estudiantado sobre ellos.
En este aspecto destaca que, de manera general, los Espacios Universitarios son evaluados negativamente en aspectos tales como la carencia de software especializado en la escuela, no tienen talleres, reportan problemas para el uso de bibliotecas, de equipos de sonido, de soporte técnico en informática, acceso a internet en aulas o bien, equipos de audio y videos. La condición de los servicios de salud, cafetería, salones, espacios recreativos y deportivos, además de las bibliotecas y espacios para estudiar son considerados como regulares. Este panorama abre la reflexión sobre si, dadas estas condiciones de formación, los estudiantes las conciben como insuficientes o precarias, sumadas, además, a otras provenientes de las condiciones socioeconómicas particulares que estos tienen; se denota el significado contextual de las aspiraciones económicas —tener carro propio, tener casa propia, ganar un buen sueldo, trabajar en algo relacionado con tu carrera— que reportan los estudiantes y dan cuenta de su interés por alcanzar aquello que puede mejorar sus condiciones de vida.10
Ahora bien, si reflexionamos sobre la importancia de la región en la que se ubican los Espacios Universitarios y el género de los estudiantes, podemos pensar en otros elementos que caracterizan las condiciones socioeconómicas de los estudiantes de Antropología, comenzando por su adscripción de clase. En este contexto, fue notable observar que una importante proporción de los estudiantes se consideraron de clase media (37.2%) y media baja (31.6%). Los hombres, en este caso, se consideraron en mayor proporción como parte de la clase media y las mujeres de la clase media baja, asimismo, vale la pena observar que 10.3% de los estudiantes de este estudio se consideró perteneciente a un grupo étnico y 3.2% se consideró negro/a, afromexicano/a o afrodescendiente. Los estudiantes que reportaron esta adscripción se concentran en Espacios Universitarios de la región sur (Chiapas y Guerrero) y en la región centro (Estado de México, Hidalgo y Puebla). Este grupo de estudiantes también manifestó vivir bajo condiciones socioeconómicas precarias que se articulan con problemas de violencia e inseguridad, lo revisaremos posteriormente.
Ante condiciones como las mencionadas en el párrafo anterior, la familia es clave para los estudiantes. Los padres son el principal apoyo que tienen y se manifiesta en diversos sentidos; económicamente son el principal soporte para solventar los gastos y poder continuar estudiando, por ello, se consultó sobre los ingresos y gastos familiares, reparando que el ingreso promedio de sus familias fue de $11 580 mensuales y los hombres fueron quienes más reportaron habitar en familias con ingresos superiores a este promedio. El dinero, en sus hogares, se usa principalmente para comprar comida, pagar el transporte y los útiles escolares de quienes estudian. Sin embargo, hay diferencias en el gasto en la comida porque las familias de las mujeres gastan más en este rubro y en el pago de las cuentas, mientras los estudiantes hombres reportan mayor gasto en reparaciones en el hogar, ropa, útiles escolares y entretenimiento. Por ello y por el impulso emocional brindado por los padres a los estudiantes, se entiende que apoyarlos en un futuro sea una aspiración importante.
La escolaridad y profesión de los padres es un componente relevante para percibir la importancia que tienen las aspiraciones académicas de los estudiantes de Antropología. Las madres de este estudiantado cuentan principalmente con una formación a nivel bachillerato (30.3%) y licenciatura (26.6%), los padres cuentan con licenciatura (29.9%) y bachillerato (25.9%). Las madres se dedican principalmente al hogar (37.8%), son empleadas del sector público (17.1%) y del sector privado (10.5%), los padres tienen como principal ocupación ser empleados del sector público (18.6%), ocuparse en algún oficio (17.2%) y empleados del sector privado (15.4%). Este asunto es relevante porque algunos estudios, como el de Hamui [2022], dan cuenta de la importancia que tiene para los jóvenes universitarios la movilidad social intergeneracional respecto a la posición socioeconómica familiar, el empleo y la educación, sobre todo, cuando los estudiantes son los primeros en sus familias en acceder a la educación superior. En este contexto no es fortuito entonces que los estudiantes de Antropología deseen ejercer la profesión y que esto no suceda sólo como parte de un anhelo común entre quienes acceden a la educación superior y formarse profesionalmente, sino como resultado importante de alcanzar movilidad social.
Por último, es importante resaltar que los estudiantes de carreras antropológicas reportan situaciones de violencia física, simbólica e inseguridad que día a día experimentan en su vida cotidiana; se ubican no sólo en las relaciones interpersonales, también se experimenta en el espacio público y también en el entorno escolar; situación muy importante porque, junto con la salud física y emocional, se constituyen otras condiciones de vida que influyen en las aspiraciones de los estudiantes. Esto ha quedado comprobado, por ejemplo, en distintos estudios realizados sobre el impacto de la pandemia por COVID-19 en la educación [Mercado et al. 2022; Castañeda et al. 2021; López et al. 2021], situación ante la cual vale la pena preguntarnos de manera especial cómo el confinamiento impactó en la formación de aquellos jóvenes para quienes el contacto con el otro, el trabajo de campo, tiene una vital importancia.
La violencia interpersonal, vividas por los estudiantes, no es un asunto menor, pero tampoco son las situaciones de violencia pública —relacionadas con la pobreza y el narcotráfico— que afectan la vida de estudiantes en regiones como la sur y centro del país. Este dato fue un tema importante dentro de la encuesta, resultó un factor importante que dificultó el contacto con estudiantes de instituciones como la Universidad Autónoma de Guerrero y resaltó el hecho de que ésta es una de las instituciones donde se alberga una de las menores matriculas de estudiantes de Antropología.
CONCLUSIONES
Las aspiraciones de futuro de los estudiantes de Antropología en México se ubican en tres categorías clave: aspiraciones económicas, académicas y laborales, las cuales se construyen en marcos diferenciados y estructuras de desigualdades que significan la importancia de estas aspiraciones mediante aspectos como las condiciones socioeconómicas de origen, las experiencias en los espacios universitarios y los valores propios de las disciplinas antropológicas. En este contexto, si bien los estudiantes de Antropología viven experiencias similares a las de otros estudiantes en el país, la formación en antropología es un factor especial porque les dota de herramientas, conocimientos e intereses que dan un sentido distinto a las aspiraciones laborales, económicas, académicas y ciudadanas, en la medida en que las prácticas asociadas a estas aspiraciones tienen en un sentido social más que individual. Esto se reafirma, por ejemplo, cuando entre las aspiraciones relacionadas con ser una persona famosa e importante o tener experiencias como viajar o vivir en otro país tienen menor peso. O bien, cuando se le da una importancia clave al alcanzar mejores condiciones, para mejorar la propia vida y la de los padres, quienes son, en la trayectoria escolar, considerados la principal red de apoyo y motivación.
Este estudio plantea, además, la importancia de conocer de manera cercana los significados de las aspiraciones para los estudiantes de carreras antropológicas desde un acercamiento cualitativo, debido a que en ellos se podrá notar, de manera cercana, las concepciones en cuanto a la vida, el futuro o la sociedad construida en apoyo de los saberes y métodos de las carreras antropológicas.
Es en esta área, la del significado de los saberes y métodos de la disciplina, es donde podemos encontrar una ruta para localizar las características distintiva de las y los estudiantes de Antropología; debido a que, como mencionamos anteriormente, la relación con la sociedad y los problemas sociales en este proceso formativo resulta particular. Para poder determinar con mayor precisión en qué aspectos resalta esta particularidad, resulta importante acercarse a las aspiraciones de otros estudiantes de disciplinas de las ciencias sociales, incluso a aquellos que se forman en otras profesiones de carácter humanista.
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Notes