Necrológica

Despedida al Dr. Juan Miguel Castagnino

Laura Pollio
Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires, Argentina
Marco A Pizzolato
Paractica Privdada, Argentina

Despedida al Dr. Juan Miguel Castagnino

Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana, vol. 53, núm. 1, pp. 7-8, 2019

Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires

Hoy las páginas de Acta despiden a quien fue su Director por más de cincuenta años, el Dr. Juan Miguel Castagnino.

Visionario como pocos, supo interpretar a la perfección uno de los objetivos institucionales que tuvieron quienes, en diciembre de 1960, sentaron las bases de la actual Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires: la jerarquización científica de la profesión.

Fue así que, junto a un reducido y entusiasta grupo de colegas, precisamente en septiembre de 1966, publicó el primer número de una revista de tapa verde y muy pocas hojas que por entonces se llamaría Bioquímica Clínica, paso trascendental en la vida científica de esta entidad.

Fueron comienzos difíciles, porque no se contaba con experiencia ni contactos, ni con un sólido comité de revisores, piedra fundamental de cualquier revista científica que pretendiese trabajar con seriedad.

Pero poco a poco, a través de su permanente gestión, se fueron estableciendo relaciones con las universidades nacionales, con la naciente Confederación Latinoamericana de Bioquímica Clínica (COLABIOCLI) y con la International Federation of Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (IFCC).

Con el apoyo, incondicional y permanente, que siempre recibió de la institución, la infatigable dedicación del Dr. Castagnino consiguió en marzo de 1976, transformar a aquella primera publicación en Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana, órgano de difusión de la COLABIOCLI y de la Confederación Unificada Bioquímica de la República Argentina (CUBRA). En 2004 el Dr. Castagnino cumplió su sueño de ver a la revista formando parte del Núcleo Básico de Revistas Científicas Argentinas –Categoría I– del CONICET e incluida en el proyecto SciELO.

El Acta no sería el Acta de no haber sido por él.

Resulta muy difícil, al ver una imagen de la revista, dejar de asociarla con la figura del Dr. Castagnino, presente en ella desde el primer número.

Su escritorio, en el segundo piso de la institución, fue su lugar en el mundo.

Quienes hemos tenido el privilegio de compartir largos e inolvidables años a su lado lo vamos a recordar siempre por su calidez humana, su generosidad e inmensa humildad, por el consejo oportuno y la presencia permanente, por su increíble capacidad de trabajo y por su incondicional compromiso con la profesión y la difusión de los conocimientos

Lo recordaremos como la persona que, con sus convicciones, su increíble perseverancia y su pasión por la revista, consiguió ubicar al Acta en un lugar de privilegio entre las publicaciones científicas de la Argentina y de esa manera jerarquizó a la institución.

Lo recordaremos como una fuente inagotable de conocimientos y como un permanente impulsor de ideas de avanzada.

Lo recordaremos cada vez que se escuchen los acordes del Himno al Maestro, que él siempre recitaba, orgulloso.

Lo recordaremos como una persona que nos enseñó a todos que los conocimientos no tienen dueño. Porque él, ante todo, fue un maestro, un maestro de alma. En realidad, un Maestro de Maestros y un ejemplo, en la profesión y en la vida.

Hoy, ante el profundo dolor de su partida, asumimos el compromiso de continuar su obra. Nos va a guiar su espíritu que vivirá por siempre en las páginas de su querida revista.

Aunque se fue el Gran Maestro, nos dejó entre otras muchas cosas, la que fue su pasión, su obra más importante, la revista ACTA BIOQUÍMICA CLÍNICA LATINOAMERICANA, de la que fue Director durante más de 50 años.

Era un docente nato. Antes de emprender su carrera en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, en su antigua sede de la calle Perú, en la que llegó a ser Profesor Titular en el Departamento de Química Biológica, se recibió de Maestro.

Gran parte de su actividad científico-profesional la dedicó al estudio de las proteínas en líquidos biológicos por medio de técnicas electroforéticas, en especial la electroforesis capilar. Su libro “Electroforesis”, de la Editorial Universitaria EUDEBA, en la década del 60, fue guía invalorable para muchos de los que ejercimos la especialidad.

Tuve el privilegio y la satisfacción de compartir con él numerosos cursos, jornadas, congresos y pude comprobar las cualidades no sólo científico-profesionales, sino también humanas del Dr. Castagnino, con quien cultivamos durante mucho tiempo una relación de amistad.

Su recuerdo permanecerá por siempre en los Bioquímicos del país y de Latinoamérica, por su valiosa contribución a la formación y actualización de los conocimientos, así como por su permanente defensa de la profesión.

Quiso la casualidad que unos días atrás se fuera para siempre quien le rindiera culto a la amistad, Alberto Cortez, justamente a través de las estrofas de su obra “Cuando un Amigo se va...”, con la que me siento plenamente identificado al evocar al Dr. Castagnino.

¡Arrivederci Dott. Castagnino!

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