HOMENAJE PÓSTUMO

Recordando a Regina. Ejemplo de vida

Nilda E. Fink
Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana, Argentina

Recordando a Regina. Ejemplo de vida

Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana, vol. 58, núm. 1, pp. 3-4, 2024

Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires

La Dra. Regina Luisa Wigdorovitz de Wikinski nació el 10 de agosto de 1930 en la Ciudad de Buenos Aires, aunque su familia procedía de la provincia de Santa Fe. Sus padres eran de una localidad cercana a Rafaela, donde se instaló una colonia judía integrada por familias que venían de Rusia huyendo del antisemitismo y las persecuciones en la época de los zares. A finales del siglo diecinueve llegaron al puerto de Buenos Aires y después de penosas peripecias se instalaron en la población de Moisés Ville que cuenta, hoy en día, con algo más 2000 habitantes. Hace unos años tenía calles, edificios y monumentos detenidos en el tiempo, donde con imaginación, uno seguramente podría ver a Regina adolescente caminando por esas calles, cuando iba a visitar a sus familiares. Su padre fue un prominente ciudadano que aportó con su trabajo a la educación promoviendo la creación de una escuela técnica y a la cultura de la comunidad allí instalada. Su madre fue una maestra muy reconocida, muy lectora, que seguramente fue un ejemplo a seguir para Regina.


Concluyó sus estudios primarios en la Ciudad de Buenos Aires, en la escuela Presbítero Alberti Número 14, que está ubicada en el barrio de Once, y cursó la escuela secundaria en el Liceo 2, del barrio de Caballito. Entrando en aspectos más personales de Regina, en esa época conoció a Jaime, un nombre que pronunciaba frecuentemente en sus conversaciones, de quien luego sería su esposa. El Dr. Jaime Wikinski fue un médico anestesiólogo muy reconocido en su especialidad, tanto en el país como en el exterior, con muchos premios, libros y trabajos publicados, algunos de autoría en común con su esposa. En una conversación que tuvimos habló sobre la época en que conoció a su vecino Jaime, comentó que vivían en el mismo edificio y con mucha admiración, recuerdo como si fuera ayer, refirió al estilo tan europeo que él tenía.

Luego eligió estudiar las carreras de Farmacia y Bioquímica. Al momento de decidirse por una carrera estaba motivada por temáticas muy variadas ya que se interesaba por la biología, la química, la física y por ciencias blandas como la filosofía y la literatura. Como suele suceder hubo alguien motivador, una profesora bioquímica la estimuló, y junto a otros factores, la guiaron a esa elección.

En cuanto a su trayectoria como profesional, docente e investigadora, la Profesora Titular Emérita Regina Luisa Wigdorovitz de Wikinski obtuvo sus títulos de Farmacéutica (1952) y de Bioquímica (1959) en la Facultad de Farmacia y Bioquímica-FFyB de la Universidad de Buenos Aires-UBA. Comenzó su tarea docente y de investigación básica, aplicada y clínica, desde el inicio de su carrera, en el entonces denominado Departamento de Análisis Clínicos de esa Facultad.

Hizo su tesis de doctorado en el Instituto de Medicina Experimental, Facultad de Medicina de Caracas, Universidad Central de Venezuela; sin embargo, su Doctorado en Bioquímica fue obtenido en la UBA en 1983, con el advenimiento de la democracia.

En la Cátedra de Análisis Clínicos de la Facultad de Farmacia y Bioquímica inicialmente se interesó por temas de medio interno y del estado ácido-base. En la década del sesenta fundó el Laboratorio de Lípidos y Lipoproteínas, con una gran visión de futuro, por cuanto se abría un nuevo capítulo de la era moderna en la investigación, clínica y tratamiento de las dislipemias; la línea de Lípidos y Aterosclerosis fue su área de investigación más destacada, evidenciada en las numerosas tesis y publicaciones en revistas con referato de elevado índice de impacto y por los recursos humanos formados que ocupan al presente posiciones destacadas.

Participó en la inserción de las Cátedras de Análisis Clínicos en el Hospital de Clínicas “José de San Martín”, en la instalación dentro del mismo de un laboratorio de avanzada que luego dio lugar al actual Departamento de Bioquímica Clínica. Posteriormente, después de 25 años, impulsó la reformulación de ese Departamento compatibilizando el aspecto docente con la optimización de la tarea asistencial actual, lo cual terminó de consolidarse en el año 2010.

Promovió la creación de las Carreras de Especialización en Bioquímica Clínica en diferentes áreas (Química Clínica, Bacteriología, Hematología, Endocrinología y Citología). Estas Carreras se dictan desde el año 1994 en forma continua y están acreditadas con categoría A por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU). Fue Directora del Área Química Clínica y continuó hasta su fallecimiento como Directora Emérita. Este trabajo sirvió de base para el reconocimiento de las especialidades por el Ministerio de Salud de la Nación (2014), que contaron con su intervención permanente en debates que culminaron en la Resolución ministerial nº 1341/13.

En los años noventa, como otro ejemplo de su capacidad para promover cambios, introdujo en el grado Elementos de Gestión en el Laboratorio Clínico y creó la Carrera de Especialización en Gestión de la Calidad y Auditoría en Bioquímica Clínica.

Participó en la gestión universitaria como Directora del Departamento de Bioquímica Clínica, y como Consejera Directiva titular en numerosas comisiones asesoras. En 1992 fue designada Vicedecana y desde 1998 a 2006 fue electa Decana de la FFyB-UBA desde donde impulsó el crecimiento y la calidad de las Carreras de la Facultad y la actividad de transferencia y extensión a la comunidad. En 2007 creó el Instituto de Fisiopatología y Bioquímica Clínica (INFIBIOC) de la UBA, del que fue designada Directora por concurso en el año 2011. Dicho Instituto está conformado por numerosos grupos de investigación del Departamento de Bioquímica Clínica, como así también por los grupos de Fisiopatología, Histología y Farmacología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica que, entre otros logros, permitieron reafirmar el rol del bioquímico clínico en la investigación.

Hace unos años, en un reportaje le preguntaron sobre qué actividad le había resultado más motivadora y le había dado más satisfacciones, las desarrolladas en el Departamento de Bioquímica Clínica o sus actividades en la Facultad. Regina respondió que estaba orgullosa de las dos, pero que en la Facultad, donde los logros fueron muchos, no le pertenecían porque fueron muchas personas las que habían colaborado con esa tarea. Haciendo referencia al Departamento mencionó que en ese momento, 2007, tenía más de veinticinco tesis, proyectos de investigación aprobados con calificaciones altas, un número muy importante de publicaciones científicas, las carreras de especialistas, que con todos esos recursos entendía que tenía las condiciones necesarias para crear un Instituto de Bioquímica Clínica y se anticipaba a la creación del INFIBIOC. Me consta su preocupación permanente por obtener logros en el Departamento, que pude comprobar cuando en una breve conversación que tuvimos comentaba que en ratos de insomnio, cuando no se permitía que su mente descansara, hacía recuentos del número de tesis, de proyectos, de publicaciones y de toda otra actividad en el mismo.

La Dra. Wikinski publicó numerosos trabajos, muchos de ellos premiados; prueba de su enorme producción es que en los registros de PubMed, al día de hoy, figuran 77 artículos de su autoría. En relación a trabajos publicados, y siguiendo con nuestras conversaciones, recuerdo que en una oportunidad comentó que era una pena que no se hubieran dado las condiciones para que publicáramos un trabajo en conjunto. Pero el tiempo hizo su contribución y se dio que, siguiendo sus pasos en la Sociedad Argentina de Investigación Clínica (SAIC), donde integró el Comité de Ética y bajo su guía, generáramos un Comité de Ética en la Confederación Unificada Bioquímica de la República Argentina (CUBRA). También, luego con Regina y la Dra. Silvia Benozzi pudimos publicar un trabajo sobre Ética y Laboratorio Clínico en Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana. Es así que, misión cumplida.

Fue Miembro Titular de la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica y más recientemente fue designada Académica Titular Emérita. En la misma, tuvo participación activa en distintas oportunidades, coordinó la Sección Bioquímica y creó y presidió la Comisión de Ética y Enseñanza.

Ha sido acreedora de numerosos premios en su actividad específica, como el de la Academia Nacional de Medicina en dos oportunidades (años 1975 y 1996) y en otras áreas que trascienden esta actividad profesional. Fue uno de los 6 Grandes Maestros de la UBA en el año 2010 y en 2012; obtuvo el Premio Nacional para Mujeres Destacadas de la Salud 2005, categoría científica, otorgado por el Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación; una Distinción de la Biblioteca Nacional y de PAMI en reconocimiento a las mujeres hacedoras de la Cultura Argentina, en mayo de 2007, y una Distinción de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires a mujeres “Sin Moldes ni Patrones” como Científica y Docente Universitaria, en mayo de 2008. Recientemente, en 2021, había tenido otra satisfacción cuando formó parte del libro que publicó la UBA al cumplir el bicentenario de su fundación. Fue seleccionada e integró el grupo de las 200 personalidades destacadas, distinción que ella comentaba con mucha alegría y orgullo.

Regina partió el 28 de noviembre de 2023 a la edad de 93 años. Nuestro anteúltimo contacto que, como otros, quiero conservar en mi recuerdo, fue una conversación telefónica, una hermosa charla, donde nos estimulamos mutuamente y donde tuve en claro el significado importante que esas comunicaciones tenían para ella. Para quienes tuvimos el privilegio de su amistad siempre será un espejo donde mirarse y una lección para no dejar de repetir la experiencia de brindar acompañamiento o, como se ha definido, de apoyar al otro con afecto en el encuentro consigo mismo.

La Dra. Wikinski fue una persona de bien, que supo ser hija, esposa, madre y amiga, que con calma pronunciaba comentarios y opiniones importantes sin necesidad de levantar la voz. En lo profesional, fue una Maestra, docente, investigadora, autoridad académica que supo impulsar la profesión y, seguramente, así será recordada por muchas generaciones de colegas y discípulos.

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