EDITORIAL
Errores congénitos del metabolismo
Los errores congénitos del metabolismo se definen como defectos bioquímicos de causa genética que producen la alteración de una proteína. Esta proteína puede ser una enzima, una hormona, un receptor-transportador de membrana o un componente de una organela celular. De esta manera, se generan diferentes enfermedades de naturaleza variable (autosómico-recesivas, autosómica dominantes o ligadas al cromosoma X). Su reconocimiento precoz permite realizar tratamientos dietéticos y/o tratamientos con sustitución enzimática (1).
Estos trastornos pueden manifestarse con graves consecuencias clínicas, lo que los convierte en una causa importante de mortalidad y morbilidad, particularmente entre los recién nacidos y la población pediátrica en general (2).
A pesar de la rareza de estas enfermedades, en conjunto pueden representar más de 700 trastornos metabólicos hereditarios diferentes (3).
Muchas enfermedades metabólicas tienen presentaciones clínicas similares y el diagnóstico final sólo puede realizarse mediante el análisis de fluidos biológicos.
La orina humana contiene numerosos ácidos orgánicos y otras sustancias derivadas del metabolismo, en concentraciones muy variables. En la orina de un paciente con deficiencia de una enzima o cofactor hay un aumento pronunciado en la concentración de su sustrato o metabolitos relacionados debido a la activación de vías metabólicas secundarias. Así, los errores congénitos del metabolismo pueden diagnosticarse por la presencia o incrementos de estas moléculas en la orina mediante procedimientos no invasivos. Los ácidos orgánicos son sustancias que participan de numerosas vías metabólicas y por eso su estudio es de gran importancia para poder diagnosticar estas enfermedades “raras” (4).
Este estudio no está exento de complicaciones ya que su excreción es variable y depende de la edad, de la dieta, de las características genéticas, etc. Por eso debe encararse de forma multidisciplinaria, con métodos apropiados y con el empleo de puntos de corte que tengan en cuenta estas variables.
La aplicación de nuevas tecnologías como la cromatografía gaseosa acoplada a la espectrometría de masas (CG/EM) ha sido fundamental para el progreso en el diagnóstico de estas enfermedades metabólicas. Para llevar a cabo estos estudios y realizar una correcta interpretación de los resultados del cromatograma es necesario conocer los rangos de referencia de ácidos orgánicos urinarios en una población sana de la misma edad que la de los pacientes. Si bien son escasos los estudios que se enfocaron en determinar estos rangos de referencia, en un trabajo publicado en este número de ABCL se estableció el intervalo de confianza de ácidos orgánicos urinarios en la primera infancia y recién nacidos (4). Para ello se evaluaron 125 muestras de orina de pacientes sanos, con edades de entre 2 días y 13 años. Veintinueve ácidos orgánicos urinarios fueron identificados mediante CG/EM, algunos de los cuales son indicativos de enfermedades metabólicas. Los resultados fueron analizados teniendo en cuenta el grupo etario dado que las concentraciones de la mayoría de los ácidos orgánicos urinarios varían de acuerdo a la edad (4).
El último trabajo sobre la excreción de ácidos orgánicos urinarios fue realizado hace más de 20 años y en las últimas décadas hubo variaciones en los hábitos alimentarios y un aumento significativo en los alimentos procesados. Es destacable el estudio de Saavedra et al. ya que ofrece datos actualizados sobre individuos de nuestra región (4). Estos resultados ofrecen información valiosa para profesionales de la salud, bioquímicos e investigadores dedicados al estudio de los trastornos metabólicos congénitos.