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EDITORIAL DE LA REVISTA TAREAS N°1
Tareas, núm. 163, pp. 5-7, 2019
Centro de Estudios Latinoamericanos "Justo Arosemena"

HOMENAJE A RICAURTE SOLER



EDITORIAL DE LA REVISTA TAREAS N°1 1 de octubre de 1960

La aparición de la presente revista expresa una realidad y una aspiración: la realidad de un grupo de intelectuales — término que empleamos sin eufemismos— que interpreta los problemas nacionales a través de coincidentes supuestos y categorías, y la aspiración a cancelar esos mismos problemas a través de un pensamiento que a la vez derive e incida sobre lo concreto. Lo expresado sugiere que se trata de una revista cultural. En este sentido pretende superar —tarea nada modesta— publicaciones que nos antecedieron. En todo caso, entre aquellas publicaciones y la presente podemos señalar, desde este primer número, una diferencia fundamental; TAREAS conlleva una interpretación expresa —trataremos de ponerla de relieve— de la cultura, de la función social del pensamiento, de las "tareas" y responsabilidades del intelectual panameño, La realidad histórica hispanoamericana, y la panameña en particular, ha diferenciado, en efecto, entre sus intelectuales, características nada comparables con las del europeo. Emergiendo de un contexto social e histórico definido por la inusitada aceleración de su devenir, por la ruptura constante de las estratificaciones sociales, por la superposición ininterrumpida de las formas políticas —en siglo y medio Hispanoamérica ha debido «resumir» cuatro siglos de modernidad europea- la inteligencia americana no ha podido desentenderse de realidad tan apremiante. Tal circunstancia explica su fecundidad y eficacia pretéritas. Hoy, nuevas condiciones económicas, políticas y culturales, plantean problemas inéditos. Pero, frente a estos problemas, sectores importantes de intelectuales hispanoamericanos —y panameños- evaden el compromiso y rehúyen la eficacia invitándonos a la contemplación de «problemas intemporales» y a la aprehensión de «esencias eternas». Otras son, sin embargo, nuestras premisas.

TAREAS interpreta que pensamiento y cultura no constituyen compartimientos estancos diferenciados, como tales, estáticamente de la realidad. TAREAS considera, por el contrario, que el espíritu y la realidad —económica, social, política— configuran una totalidad dinámica dentro de las cuales hay variables condicionantes y condicionadas. El espíritu es, por cierto, una variable condicionada, pero dinámica. Cultura y pensamiento son, pues, reflejos de coyunturas históricas y sociales; en cuanto reflejos correctos, concretos y eficaces.

De tales consideraciones deriva el programa que en el plano del pensamiento se propone realizar nuestra revista. Sin defecto de acoger en nuestras páginas artículos no compatibles con in orientación general indicada, daremos desde luego prioridad a los estudios que permitan estructurar una concepción de la nacionalidad, a efecto de que sobre la base de tal concepción puedan sentarse los fundamentos de una política nacional —en sentido amplio— tanto cultural como económica y social.

Si en un sentido general y positivo consideramos que tales son las «tareas» del intelectual panameño, desde miradores más particularizados estimamos que su función social no alcanzará plena eficacia si un proceso previo de autocrítica no le revela con clara conciencia su alienación, en tanto que grupo social, y en tanto que portador de ideologías, reactoras por su contenido, si bien muchas veces «progresistas» en cuanto a su forma. Desde el punto de vista de la alienación social del intelectual panameño consideramos reveladora su resignación de paquidermo frente a las condiciones materiales — económicas— en, que se desenvuelve su actividad. Desde el punto de vista de su alienación ideológica estimamos sintomático el escapismo que de parte de tantos sugiere el tema reiterado del «asombro» frente a los «problemas» y la actitud extática que supone la exaltación de la «pregunta» por la «pregunta» misma. Pareciera que tal evasión del compromiso, tal reserva frente a la «solución», hubiera de conducirnos a un nirvana ideológico donde toda tensión es proscrita y toda contradicción escamoteada. Ha escrito un pensador contemporáneo, refiriéndose a tan beatifica actitud, que «a menudo también la filosofía de cátedra no es otra cosa que un film, con Happy-End, transportada en conceptos».

Lo expresado no implica la exaltación de romanticismo revolucionario alguno. El martirio infecundo merece una calificación moral pero no una calificación social o política. Nuestra realidad exige transformaciones radicales; nuestra cultura revisiones substantivas. Tales objetivos no serán alcanzados sino sobre la base de una teoría que simultáneamente surja de la práctica y la oriente. En esta forma será posible superar la etapa actual de romanticismo revolucionario, de desorientación política y de improvisación cultural. En la seguridad de que hay un público panameño, culto y responsable, que siente, como nosotros, la necesidad de acometer "tareas", ofrecemos a su consideración esta revista. Su éxito no solo sería nuestro, sino también de ese público al cual hoy nos dirigimos. (R. S.)

Panamá, octubre de 1960.



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