Servicios
Servicios
Buscar
Idiomas
P. Completa
PORTOBELO Y EL SAN LORENZO DEL CHAGRES: PERSPECTIVAS IMPERIALES, SIGLOS XVI-XIX*
Allan J. Kuethe
Allan J. Kuethe
PORTOBELO Y EL SAN LORENZO DEL CHAGRES: PERSPECTIVAS IMPERIALES, SIGLOS XVI-XIX*
Tareas, núm. 163, pp. 135-138, 2019
Centro de Estudios Latinoamericanos "Justo Arosemena"
resúmenes
secciones
referencias
imágenes
Carátula del artículo

RESEÑA

PORTOBELO Y EL SAN LORENZO DEL CHAGRES: PERSPECTIVAS IMPERIALES, SIGLOS XVI-XIX*

Allan J. Kuethe
Texas Tech University., Estados Unidos
Tareas, núm. 163, pp. 135-138, 2019
Centro de Estudios Latinoamericanos "Justo Arosemena"

En general los historiadores entienden que durante el periodo colonial Panamá se desempeñó como una encrucijada de comercio, tanto legal como ilegal, entre el mundo Atlántico español y las costas del Pacífico sudamericano. Portobelo era la terminal española en el lado Caribe del sistema comercial, provisto, hasta 1717, por los galeones procedentes de Sevilla y después de 1717 desde Cádiz. Conectaba por tierra a la ciudad de Panamá en el Océano Pacífico. A lo largo de los años, cantidades masivas de plata peruana cruzaron el Istmo para financiar las ferias celebradas en Portobelo o para remitirlas directamente al tesoro real en España. Sin embargo, la historiografía referente a este vital puerto marítimo ha sido escasa, pese a su importancia en el imperio español y en el sistema económico mundial. Alfredo Castillero Calvo llena el vacío en este admirable y exhaustivo trabajo en dos volúmenes.

Castillero Calvo es la persona ideal para la tarea. Decano de los historiadores panameños, destaca entre los mejores en América Hispana. A lo largo de los años, ha aportado un gran servicio, esclareciendo el papel de Panamá en el sistema imperial español y en la economía mundial. Asimismo, en el plano local, ha abordado múltiples aspectos del pasado panameño, contribuyendo notablemente a definir la identidad nacional de su país. El presente trabajo avanza enormemente en nuestra comprensión de ambos aspectos.

Portobelo y el San Lorenzo del Chagres se encuentra dividido en dos volúmenes de nueve capítulos cada uno. El primer volumen explica por qué Portobelo, gracias a su magnífico puerto, reemplazó en 1597 la terminal original de Nombre de Dios. Continúa con la historia temprana de Portobelo, incluyendo una descripción contemporánea de la ciudad y su entorno natural en 1606-07. Luego, Castillero Calvo analiza los enemigos internos de Portobelo: tanto las comunidades cimarronas como los indios cuna. Los restantes cuatro capítulos abordan el tema de las defensas militares, su evolución, las reformas militares de los Borbones, y el establecimiento y mantenimiento del complejo y costoso sistema de las fortificaciones. El último estudia en profundidad el sistema de defensas tanto de Portobelo como de su cercano satélite, San Lorenzo, situado en la boca del estratégico río Chagres, la principal ruta de transporte fluvial en el Istmo. Aparte de defender el puerto, las fortificaciones de Portobelo protegían el camino a la ciudad de Panamá.

El volumen 2 aborda los costos militares y la financiación de la guerra, las ferias, el transporte transístmico y la vida urbana y, finalmente, ofrece un fascinante vistazo al sistema judicial en acción. Dado que Portobelo era un blanco privilegiado para invasores extranjeros, la sección dedicada a la guerra se extiende por tres capítulos, cubriendo el último episodio del período de la independencia. Castillero Calvo exhibe un agudo ojo sobre el entorno urbano. Es sorprendente su tratamiento detallado de la arquitectura de Portobelo, abarcando tanto las estructuras domésticas como las de Gobierno.

Este masivo estudio agrega mucha profundidad a nuestra comprensión sobre muchos aspectos de la experiencia portobeleña. Mientras que sus contribuciones son demasiado numerosas para enumerarlas individualmente, diversas perspectivas son de especial interés. En relación a las ferias, Castillero Calvo llama nuestra atención sobre su casi monótona continuidad. Excepto por su traslado a otra terminal en 1597, sus principales aspectos variaron poco a lo largo de los siglos. La ruta preestablecida y la sincronización de los galeones permanecieron esencialmente los mismos, así como las regulaciones y principales impuestos. Y mientras las mercancías enviadas desde España evolucionaron desde aceite de oliva, vinos, y harinas, para incluir luego textiles, las mercancías de retorno permanecieron mayormente metales preciosos. Cambios visibles sobrevinieron después de 1664, cuando decrece la frecuencia de las ferias y los convoyes son menores, anunciando la declinación del sistema. Muy pocos pensamientos originales aparcieron por doquier durante la colonia excepto al comienzo. Aunque los galeones no fueron abolidos oficialmente hasta 1754, la última feria se celebró en 1731.

Castillero Calvo abunda en detalles sobre el papel de la población local en el comercio transístmico, no solo como rentistas y abastecedores de las ferias, sino especialmente en el transporte local, ya sea mediante el servicios de las recuas de mulas o de los coloridos bongos y chatas empleados en el río. Estos mismos servicios fueron utilizados por el sombrío pero generalizado contrabando mercantil. Es sorprendente el número de hombres de negocios que participaron de manera prominente en el comercio de las ferias y que destacaron como notorios miembros de la élite panameña. Una vez las ferias desaparecieron, Portobelo pasó a depender mayormente de los gastos de defensa, que eran cubiertos por el situado procedente de Perú.

Castillero Calvo muestra que la vida cotidiana era difícil, aún para los estándares del Antiguo Régimen. Condiciones de vida insalubres, agravadas por deficiencias alimentarias, y especialmente enfermedades, mantuvieron alejados a todos, salvo a los que estaban aclimatados y a la soldadesca, excepto en tiempos de ferias, cuando el lugar recobraba vida. Pero después de 1637 las ferias tenían lugar solo cada 5.7 años y entonces se limitaban a entre 15 y 40 días, a fin de evitar la latente amenaza de la fiebre amarilla. La pequeña guarnición militar, sostenida por los situados enviados de Perú y los contrabandistas, constituían usualmente las únicas fuentes estables de ingreso. Las élites vivían en la más saludable, rica y segura ciudad de Panamá.Finalmente, Castillero Calvo relata el poco conocido rechazo al almirante Edward Vernon y su gran fuerza naval en 1742, tres años después de que había invadido y saqueado exitosamente a Portobelo. Esta vez los defensores se encontraban preparados. Los panameños reunieron impresionantes fuerzas para defender puntos estratégicos a lo largo del Chagres y para bloquear la ruta de tierra al Pacífico. Aunque la victoria careció del derramamiento de sangre y del drama que tuvo lugar en el histórico triunfo en Cartagena de Indias sobre las fuerzas británicas un año antes —no se disparó un tiro—, la altamente visible acción disuasoria preparada en Portobelo persuadió a Vernon, luego de retener el puerto por 17 días, de abandonar su plan de cortar el paso a los mares del Sur y Perú.

Durante toda la obra, Castillero Calvo sitúa su material en un esclarecedor y más amplio contexto hispanoamericano. Ambos volúmenes están lujosamente engalanados con láminas y mapas. Si bien el soporte bibliográfico es impresionante, la mayor parte de la información proviene de investigaciones originales, mayormente del Archivo General de Indias y otros repositorios españoles. Desafortunadamente los estragos del clima tropical hace tiempo destruyeron los archivos panameños locales, pero el Archivo General de la Nación, en Bogotá compensa parciamente esa pérdida. Castillero Calvo debería ser felicitado por su contribución sustancial.

Material suplementario
Notas
Buscar:
Contexto
Descargar
Todas
Imágenes
Visor de artículos científicos generados a partir de XML-JATS4R por Redalyc