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MARCO GANDASÉGUI, h. CONSTRUCTOR DE PENSAMIENTO Y MILITANTE
Tareas, núm. 166, pp. 129-134, 2020
Centro de Estudios Latinoamericanos "Justo Arosemena"

TAREAS SOBRE LA MARCHA



Introducción

Cuando la revista Tareas No 163 fue dedicado a rendir un merecido homenaje al inolvidable Ricaurte Soler tuve una conversación con Marco manifestándole la importancia de este tipo de tributo, que permitía recoger su legado para las nuevas generaciones. Incluso intercambiamos la idea de hacer algo parecido con el pensamiento de ese otro gigante que fue José de Jesús Martínez, el entrañable Chuchú.

Lejos estaba la idea de que pronto nos veríamos en la necesidad de realizar un homenaje póstumo al compañero y amigo Marco A. Gandásegui, hijo. Se trata de una tarea difícil de realizar en el caso de un autor que, como afirmó el Dr. Eduardo Flores Castro, fue “uno de los intelectuales más prolíficos del país”. Pero no solo fue un intelectual, también fue un decidido y práctico militante, que, con decisión, disciplina y humildad, realizó las tareas en las que su pensamiento se hacía concreto y efectivo. En él se cumplió la exigencia propuesta en el editorial del primer número de la revista Tareas, en el que, refiriéndose a las transformaciones necesarias en nuestro país, se afirma que “tales objetivos no serán alcanzados sino sobre la base de una teoría que simultáneamente surja de la práctica y la oriente”.

Teniendo esto en cuenta resulta útil no solo recordar algunos de los elementos en que Marco aportó al esclarecimiento de nuestra realidad. También es en el caso de quien justamente ha sido calificado como indispensable, recordar algunas vivencias de quienes tuvimos la suerte de militar en función de abrir nuevas posibilidades en el campo de la política guiada hacia la trasformación de la sociedad, buscando un nuevo modelo de desarrollo que lleve a la consolidación de la Nación, con una democracia profunda, un alto sentido de equidad y justicia social, en el cual se de el pleno respeto a la naturale

El intelectual comprometido

Intentar enumerar los diversos campos en los que Marco Gandásegui, hijo aportó al conocimiento resulta todo un reto de por sí, por lo que se tiene que admitir que sería inútil intentar hacerlo de manera exhaustiva. Sin embargo, lo importante, a nuestro juicio, es destacar que en su tarea científica siempre se observa el esfuerzo por investigar aspectos básicos de la realidad, cuya comprensión resultaran útiles para orientar las acciones que buscaran el cambio social. Es así como, solo para mencionar algunos, podemos recordar sus trabajos sobre el Canal de Panamá, los problemas de la democracia en Panamá, las tendencias hacia la militarización del país, la problemática centroamericana, la búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo, la situación internacional y su significado para Panamá, y la problemática de la seguridad social.

De hecho, Marco fue el pionero en la investigación sobre la alta concentración del poder económico en nuestro país y su significado. Fue un tema que nunca abandonó, tal como lo demuestra un artículo publicado en 2015 en el diario La Estrella de Panamá bajo el título “Los nuevos (o los mismos viejos) dueños de Panamá.”

Su deseo de aportar al entendimiento de los problemas concretos que aquejan al país lo llevó, poco antes de su desaparición física, a enfocar tempranamente la atención sobre algo que ahora es evidente: la necesidad de contar con una efectiva organización de la población para atender los problemas de la pandemia del COVID-19. Es así como un artículo fechado el día 9 de abril de 2020, publicado en la Estrella de Panamá, afirmaba que: “El trabajo comunitario a nivel de la salud se abandonó hace varias décadas. No existe – con pocas excepciones- una estructura que le permite al Gobierno coordinar con la gente a esos niveles. Los comités de salud, creados por el doctor Esquivel en la década de 1970, fueron destruidos por los Gobiernos de turno y las juntas locales son inoperantes. Esta coyuntura creada por el coronavirus es un momento propicio para recrear los comités de salud, en cada calle, cada comunidad rural o urbana. Hay que organizar y movilizar a los jóvenes, mujeres y familias de todas las comunidades del país para derrotar al coronavirus.”

Pero Marco no solo aportaba con su propio trabajo, también promovía el de otros. Vale aquí recordar que Tareas, de la que le tocó ser el Director hasta su fallecimiento, siempre ha servido para que el pensamiento crítico tenga una vía de expresión abierta. Más aún, bajo su dirección se siguió la tradición introducida por Ricaurte Soler, que fue el Director Fundador de la revista, de asegurar un espacio para el pensamiento de los jóvenes investigadores, promoviendo así la continuidad de dicho pensamiento crítico. Abrirse hacia el futuro también implicaba para él valorar la historia de las luchas sociales. Esto explica no solo sus reflexiones en torno a la gesta del 9 de enero, sino la importancia que por medio de diversos artículos de varios autores se le ha dado a este tema.

Además, dedicó parte de su tiempo a organizar seminarios sobre temas importantes para el devenir nacional. El último que puedo recordar fue el realizado con el título “El futuro de las relaciones entre Panamá y la República Popular de China”, realizado en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá, durante la semana del 10 al 14 de septiembre de 2018. El resultado de este interesante intercambio de ideas fueron varios artículos sobre el tema que luego fueron publicados en el número 161 de Tareas (enero – abril de 2019).

De hecho, intercambiar ideas con Marco siempre fue no solo fructífero. También fue placentero, dado su carácter abierto y amable. Cuando Tareas pasó a ser una revista indexada, personalmente solicitaba que se sirviera de árbitro a los artículos a ser publicados. En esas circunstancias uno no solo terminaba comentando el artículo, sino intercambiando con Marco referencias y puntos de vista sobre el tema en cuestión, lo que resultaba ser enriquecedor.

El militante

Marco Gandásegui, hijo, no solo fue un brillante científico social, que a decir del Dr. Flores Castro podemos “catalogar como indispensable”, también fue un actor comprometido en las luchas sociales concretas, así como en la construcción de caminos para el avance de nuevas formas de hacer política en favor de los menos favorecidos. No era extraño, por ejemplo, verlo en las diversas manifestaciones que, por diversos motivos, realizaban los sectores populares.

Me tocó interactuar con Marco durante la campaña electoral de las elecciones generales del 2014. En ese tiempo algunos compañeros habíamos decidido retar al sistema electoral vigente con la idea de una candidatura presidencial independiente. Fue tarea que tomó varios años, la que un magistrado de Tribunal Electoral vinculado al partido que hoy gobierna el país llegó a tratar de descalificar llamándola “espectáculo político”. Esta lucha prolongada, que tuvo en Marco un militante decidido, culminó con un fallo favorable de la Corte Suprema de Justicia, un par de días antes de las elecciones del 2009, por lo que hubo que esperar hasta el 2014 para intentar culminar con lo que nos habíamos propuesto.

Debo decir que Marco mostró un alto nivel de compromiso, que lo llevaron a cumplir importantes tareas, que siempre, según recuerdo, asumió no solo con satisfacción, sino que con alegría. Fue estrictamente puntual en las diversas reuniones en que se programaban las actividades.

Sin recursos financieros para recoger las firmas para lograr la postulación, esta tarea recayó sobre los compañeros que voluntariamente salían a recogerlas. Puedo recordar una vez en que fuimos recolectar firmas a la Avenida Central con varios compañeros, entre los que estaba Marco. Ninguno teníamos experiencia en cómo hacerlo, solo teníamos la decisión de hacerlo. Ahí estaba el profesor Marco A. Gandásegui, hijo con un bolígrafo, unas hojas de recolección de firmas y un cartoncito para apoyar a los potenciales firmantes. El mismo pronto se acercó a un punto en el que había detectado que tenía bastante afluencia. Al rato volvió con un gran número de firmas y una expresión de felicidad que siempre tendré que recordar.

Pero no fue lo único que hizo, cuando detectamos que ya desde entonces existía el intento de desprestigiar las candidaturas independientes con el auspicio del propio Tribunal Electoral, se decidió pasar a la protesta. En estas siempre estuvo presente Marco con su espíritu combativo, resultado de su convicción de la importancia que tenía la lucha política. Así mismo, participó activamente en las protestas que se realizaron para exigir la participación de los candidatos independientes en los debates presidenciales. Cuando se dio la posibilidad de participar en el debate organizado por la Cámara de Comercio, en que solo permitían un número muy reducido de personas que sirvieran de asesores a los candidatos, la decisión del grupo fue obvia: Marco Gandásegui tenía que ser parte de esa representación.

En el momento mismo de las elecciones las candidaturas tenían el derecho a una representación en el conteo de los votos. Una era en la propia junta que contaba los votos reflejados en las actas de la mesa, ese papel le fue asignado al compañero Luis Chen, quien lo ejerció con un gran sentido de responsabilidad. La representación era la de una persona que fuera la relación entre la Junta Electoral y las candidaturas, tanto de partidos como independientes. En este caso la responsabilidad recayó sobre Marco, quien, desde luego tomó muy en serio su tarea. Un hecho que desconocíamos es que por algún motivo a la persona que hace esta función se reconocía como el Capitán de la candidatura. Cuando Marco, con el sentido del humor que lo caracterizaba le contó al resto del grupo su nuevo título, todos gozamos de la anécdota. El profesor Gandásegui, doctor en sociología y profesor titular de la Universidad de Panamá había ostentado, aunque fuera temporalmente, el grado de Capitán. En esa unión que debe existir entre la construcción del conocimiento y la acción concreta, Marco, luego de la campaña, realizó una profunda reflexión sobre la misma y los resultados de las elecciones. Estas fueron publicadas en el número 157 de Tareas (septiembre – diciembre de 2017). En una reflexión crítica no recomienda dejar la práctica política, simplemente llama la atención sobre la necesidad de hacerla más eficiente.

El mejor homenaje

No queda duda que la vida del profesor Marco A. Gandásegui, hijo, debe ser celebrada. Es también evidente que el homenaje que hoy le brindamos por sus cualidades humanas, intelectuales y de militante son importantes. Sin duda su pensamiento seguirá como faro que alumbra el camino.

Sin embargo, el mejor homenaje que se le puede hacer es no desmayar en la lucha por la transformación de nuestro país. Marco cumplió a cabalidad con esta tarea, nos toca a los que quedamos seguir avanzando.

julio de 2020



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