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CATARINO ERASMO GARZA RODRÍGUEZ ¿REVOLUCIONARIO O BANDIDO?
Virgilio Periñán Hernández
Virgilio Periñán Hernández
CATARINO ERASMO GARZA RODRÍGUEZ ¿REVOLUCIONARIO O BANDIDO?
Tareas, núm. 167, pp. 135-141, 2021
Centro de Estudios Latinoamericanos "Justo Arosemena"
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RESEÑA

CATARINO ERASMO GARZA RODRÍGUEZ ¿REVOLUCIONARIO O BANDIDO?

Virgilio Periñán Hernández
Tareas, núm. 167, pp. 135-141, 2021
Centro de Estudios Latinoamericanos "Justo Arosemena"

López Obrador, Andrés Manuel (2016) Catarino Erasmo Garza Rodríguez ¿Revolucionario o bandido?, Editorial Planeta Mexicana S.A.

Cómo y por qué Catarino Erasmo Garza Rodríguez

Camino a casa escuché de un monitor la voz ya familiar del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y se refería a una obra escrita por él poco antes del triunfo electoral, en la cual hacía el relato de un héroe mexicano enterrado en una fosa común del panteón de un puerto en el Caribe, en Bocas del Toro, Panamá. Oír aquello fue suficiente para quedar prendido del relato, palabra por palabra. Enseguida, imágenes y preguntas asaltaron mi mente: ¿héroe mexicano en suelo istmeño?; 1895 en Bocas del Toro; preludio de la Guerra de los Mil Días; fin del siglo XIX; separación de Panamá de Colombia; Victoriano Lorenzo vilipendiado y fusilado, héroe de la Guerra de los Mil Días en Panamá. Desde ese momento me sentí comprometido como panameño con ese héroe Catarino E. Garza R., que yace en nuestra tierra, y vino de lejos a pelear y a morir por mi país.

México, cuna y pasión

En su libro, el autor Manuel López Obrador repasa una parte olvidada de la historia mexicana y, sobre todo, rinde homenaje a la trayectoria nacionalista-revolucionaria de Catarino Erasmo Garza Rodríguez contra la dictadura de Porfirio Díaz y la ocupación de más de la mitad del territorio mexicano por parte de los Estados Unidos. Catarino Garza nació un 24 de noviembre de 1859 en un rancho cerca de Matamoros, Tamaulipas, hijo de María de Jesús Rodríguez y Encarnación Garza. Es parte de la generación mexicana del siglo XIX, aquella que vivió los agravios del despojo estadounidense, la discriminación, el racismo, la pérdida de soberanía y la independencia, un tiempo que dio lugar a la pasión y valentía de Garza Rodríguez, quien nace sólo14 años después del agravio yanqui.

El autor resalta el significado de la relación familia–sociedad en la formación del individuo y en el caso de Garza Rodríguez, de la enseñanza familiar, de la escuela, y la experiencia de vida nacen su amor profundo a México y la conciencia social que induce a “hacer el bien, sin mirar a quién”, y hace posible su actuar como comerciante, editor, tipógrafo, impresor, periodista, masón y revolucionario. Como dice a su padre: “No olvido que nací en un rancho. Me eduqué y me crié en él; pero sin embargo la humildad de mi cuna es probable que sea una estrella precursora que más tarde me guíe al punto que ambiciono”. (pág.17)

En 1890, casado con Concepción González, enfrenta la confabulación entre los estadounidenses y la dictadura de Díaz. Herido y acosado, Garza Rodríguez se ve obligado a incursionar en Centroamérica mientras espera un mejor momento de la lucha armada en México. Lo que al final resultó el escamoteo yanqui de una real situación revolucionaria, sofocada con crueldad genocida no sólo a los rebeldes, sino a los pueblos en general del Valle de Texas, escenario de la gesta fronteriza en las riberas del rio Bravo.

De ahí su reflexión de “…que fue la intervención gringa y no el poder de Porfirio Díaz… En esa actitud estuve por muchos meses, hasta que consideré que las cosas se complicaban de tal manera, que más tarde la historia, ese Juez de la conciencia humana, me presentaría como factor responsable de un conflicto internacional. Esa circunstancia y la de haber salido gravemente herido, me privaron de continuar en la lucha justa y franca que emprendí el año de 1891”. (pág.95)

El libro de López Obrador destaca la importancia de la prensa alternativa en las luchas patrióticas del siglo XIX. A pesar que la barbarie de la dictadura obligaba a emigrar se contó siempre con el arma eficaz del periódico, entre otros El hijo del Ahuizote, El Mundo, El Comercio Mexicano. Así, Catarino E. Garza de ser un crítico de la carencia de democracia del gobierno se convierte en férreo opositor de la dictadura de Porfirio Díaz. Al mismo tiempo conoce a su suegro, Alejandro González, en el rancho Palito Blanco, sede de la imprenta y centro organizador de la guerrilla. También conoció al General Ignacio Martínez González, líder político militar, liberal masón, considerado, al momento, jefe de los alzados; las publicaciones de su periódico El Mundo golpearon con fuerza al porfiriato de traicionar los planes de La Noria y Tuxtepec, dentro y fuera de México. El infame crimen del general Martínez en 1890, por parte de Díaz, provocó el alzamiento armado de Catarino Garza y el auge de la rebelión que fue sofocada años más tarde con la alianza del porfirismo y el gobierno estadounidense.

López Obrador se apoya en la biografía y en el propio libro de Garza Rodríguez, La era de Tuxtepec en México, o Rusia en América (1893), así como en la historia e historiografía mexicana, para hurgar a fondo en las circunstancias y características más significativas que resultan de la contradicción histórica entre liberalismo y conservadurismo en México desde el siglo XIX hasta nuestros días. De este modo, el autor traza una trayectoria de la política mexicana que permite comprender la metamorfosis del porfirismo en neoporfirismo y sus extraordinarias semejanzas con el neoliberalismo actual.

Garza Rodríguez en Centroamérica, combatiente de la Internacional Liberal Revolucionaria

Según López Obrador, a Garza Rodríguez, que decía “desterrado, pero no vencido”, le surgió la disyuntiva de regresar y seguir la lucha o, de ayudar a otros pueblos liberarse y después, le ayuden liberar a México. Y optó por la segunda opción.

¿Por qué Costa Rica? Saldadas las razones del destierro. Catarino Garza emprende periplo por el Caribe y luego de sortear ingentes escollos, por gestión solidaria de sus hermanos masones liberales cubanos, llega ileso en 1893, a Matina, Costa Rica. País que consagra el derecho de asilo se convierte en anfitrión ideal del liberalismo revolucionario. Allí convergen líderes liberales masones de países del continente, entre ellos Cuba y Colombia; parecen convocados a un proyecto continental inspirado en una Internacional Liberal Revolucionaria, con tareas y planes expedicionarios y objetivos liberadores, tales como la independencia de Cuba, reconstituir la Gran Colombia, la integración regional de Centroamérica, y derrocar a la dictadura de México, entre otros. Catarino Erasmo Garza encontró un ambiente de vida fraternal, en dos años y dos meses realiza varias labores y escribe su libro ya mencionado La era de Tuxtepec en México, o Rusia en América. En esa fraternidad conoció a históricos personajes, de los cuales Antonio Maceo, Máximo Gómez, Enrique Loynaz Del Castillo, de Cuba; Avelino Rosas, Rafael Uribe Uribe, Francisco Pereira Castro, Juan de Dios, y Luis E. Uribe, Abraham Acevedo, Juan Coronel, Alfredo Greñas, Modesto Garcés, de Colombia; Eloy Alfaro, de Ecuador, Belisario Porras, Adolfo Peña Rodríguez, de Panamá, entre otros.

López Obrador, reflexivo, apunta que se podría haber pensado en un posible encuentro histórico entre Catarino Garza Rodríguez y José Martí, Apóstol de la independencia cubana; aunque no existe registro de ello, pudo suceder por circunstancias de tiempo, lugar, y objetivos de lucha.

Expedición a Cuba: Los cubanos dirigidos por José Antonio Maceo y Grajales y Máximo Gómez fundaron en Nicoya, Costa Rica, una colonia agrícola conocida como La Mansión, donde había más de 500 refugiados cubanos. El 25 de marzo de 1895, zarpó de Puerto Limón la expedición de “Mambises” liderada por Antonio Maceo, la cual tuvo días de atraso por el atentado al mismo “Titán de Bronce”, quien recuperado reemprende la misión expedicionaria para liberar a Cuba. De acuerdo a López Obrador, el panameño Adolfo Peña Rodríguez “se unió a Maceo en la expedición Costa Rica-Cuba en 1895”. (p. 107)

Expedición colombiana: En 1894, Garza Rodríguez fue invitado por la jefatura colombiana a participar en la campaña como miembro del Directorio de Guerra Liberal Colombiano, y nombrado Comandante en jefe de las Fuerzas Restauradoras Federales en la Costa Atlántica. Si bien es cierto, el mexicano logra una estrecha amistad con el general Maceo, sin embargo, existió una empatía peculiar con el general colombiano Avelino Rosas y su hombre de confianza Francisco Pereira Castro, que lo llevará aceptar la expedición a Colombia, en ese entonces, en el Departamento de Panamá, puerto de Bocas del Toro, sitio donde pierde la vida.

El Plan del General Rosas y el Código Maceo. En las filas colombianas pese a divergencias y celos prevaleció la prestancia y autoridad del General Rosas quien asume la decisión de emprender la guerra como principal impulsor del “Código Maceo”, un manual didáctico de procedimiento de guerra de guerrillas capaz de enfrentar a un ejército regular, elaborado por Antonio Maceo. En principio, la idea de atacar Barranquilla por la vía del Bajo Magdalena se frustra por un nefasto imprevisto. Rosas y Garza Rodríguez, deciden variar hacia el puerto de Bocas del Toro, de previo envían a Francisco Pereira en misión al puerto. El objetivo es asaltar el cuartel, obtener pertrechos y dirigirse a alta mar para despistar al enemigo, rumbo hacia la Bahía de Riohacha (Colombia)… sin saber que el destino jugaba a la fatalidad.

El asalto a Bocas del Toro en Panamá, entonces Departamento de Colombia. El 20 de febrero 1895, Catarino Garza inicia el asalto rebelde en este puerto importante del Caribe situado entre Isla Colón y la Laguna de Chiriquí, allí grandes vapores llegan de diversos puntos del orbe, donde anidan fincas bananeras de la “Mamita Yunai” estadounidense. Para López Obrador, el libro, del año 1896 de Donaldo Velasco, comandante conservador de los puertos de Bocas del Toro y Colón, es la mejor narración. De acuerdo a Velasco, el espionaje conservador sabía del asalto, y lo presentía el pueblo de mayoría liberal. Catarino Erasmo, clandestino al extremo, es buscado vivo o muerto. De Puerto Limón (Costa Rica) pasa a Bluefields en Nicaragua, hasta llegar ocultos a Cahuita (Costa Rica), entrada la noche viajan en condiciones muy precarias un puñado de hombres en el cayuco “favor de Dios” hacia el archipiélago del puerto de Bocas del Toro. En el asalto, Garza y Pereira irrumpen apoyados del factor sorpresa; Velasco reconoce que fueron sorprendidos, se vieron vencidos, pensó en huir, y no habiendo manera lo dejó al azar. Hasta la escena de muerte inesperada del comandante rival, tan seguro, diestro y dominante, todo cambió. Pensativo dijo, el error de Catarino Garza de usar arma de fuego, en vez de arma blanca al inicio, decidió la contienda a favor. Enterados de la tragedia, hubo duelo en Bocas del Toro.

El 8 de marzo de 1895, reciben sepultura en un panteón a orilla de la costa de Bocas del Toro, en sendas fosas reposan Catarino Erasmo Garza Rodríguez, Francisco Pereira Castro, y otros dos camaradas. Mientras el eco de los hechos recorre fronteras, en Curazao el General Rosas enterado, ve frustrado el citado Plan, que desde aquella perspectiva pasaba de Maracaibo a Zulia, hasta el norte de Santander o la Guajira y penetrando (por la Bahía de Riohacha) al Valle de Upar (punto de encuentro de los combatientes). El 15 de octubre, el General Rosas acepta invitación del General Antonio Maceo a la campaña emancipadora de Cuba, y en la misma misiva realiza homenaje póstumo a sus hermanos masones: “¡Francisco Pereira Castro, Catarino E. Garza, y Antonio Gaona serán en el Templo de la Posteridad las tres columnas simbólicas de la libertad asesinada!”. (p.124)

Desde la óptica de quienes sitúan a Garza Rodríguez como bandido, el 11 de marzo 1895 Porfirio Díaz, es enterado por Matías Romero desde Washington; basado en cablegrama desde Colón (Panamá) el capitán Cromwell del vapor de guerra estadounidense “Atlanta”, anuncia la muerte de Catarino Garza enfrentado a fuerzas colombianas. Un periódico de Monterrey publicó “Muerte del bandido Catarino Garza” el 23 de marzo, luego la confirma el día 30 de marzo y ofrece como prueba la declaración del ministro de Estados Unidos en San José, Sr. Baker. Sin embargo, la confesión de un testigo de valor, como es la del conservador Donaldo Velasco, quien citado por López Obrador, asombrado se expresa de Catarino Erasmo Garza: “No era, en mi concepto el bandido vulgar que retratan los norteamericanos… aún después de muerto, inspiraba respeto.” (p.125)

López Obrador nos recuerda que estamos en la época, donde el monstro del norte abre sus fauces imperiales a través de la mal llamada Doctrina Monroe, para engullirse al continente y al mundo. ¿Que hubiese esperado a Garza Rodríguez y camaradas de haber coronado el asalto al puerto de Bocas del Toro?... “la armada de Estados Unidos certifica que hubo “un desembarco en Bocas del Toro, Colombia, el 8 de marzo de 1895 para proteger vidas norteamericanas y propiedades amenazadas por una revuelta del Partido Liberal y de la actividad de filibusteros”. Los 284 marinos yanquis del Atlanta no actuaron, pero estaban a la caza (p.126).

López Obrador cierra su libro-homenaje a Garza Rodríguez, recordando la invitación que le hace el presidente de Ecuador en 1894, para ir a su país a luchar, a lo que Garza Rodríguez responde: “como hombre de ideas universalistas que soy, mi espada está siempre a la disposición de los pueblos, que gimen con el pesado yugo de las tiranías, no importa de la nacionalidad que sea”. Su nombre está unido a un largo listado de héroes, heroínas, mártires anónimos y reconocidos de caudillos y revolucionarios, “hombres de alma guerrillera como Ernesto Che Guevara”, que han ofrendado sus vidas por la dignidad, el decoro y la libertad de todos los pueblos en América Latina. (p.105)

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