Arbitrada

Recepción: 18 Diciembre 2020
Aprobación: 22 Marzo 2021
DOI: https://doi.org/10.46840/ec.2020.14.05
Resumen: El objetivo del trabajo es presentar un panorama sobre el tema de la Innovación Social (IS), como un primer paso en la futura integración de un estado del arte. La IS se ha conformado como un campo multidisciplinario, sin un consenso académico para una sola definición. Aquello dificulta la integración del concepto de IS en iniciativas de participación social. Ante ello, surge la pertinencia de esta investigación, la cual consiste en una revisión sistemática de artículos científicos obtenidos de Web of Science. La revisión consta de dos fases: una descripción estadística y un análisis de contenido, a partir de Excel y Atlas.Ti. Los hallazgos ofrecen un panorama integral de la IS con elementos cuantitativos y cualitativos que permiten explorar la actualidad del campo. Esto abre una futura agenda de investigación que posibilite la conformación de un estado del arte sobre la IS.
Palabras clave: Innovación social, Revisión sistemática, Estado del arte, Campo de estudio, Análisis.
Abstract: The objective of the work is to present a panorama on the subject of Social Innovation (SI), as a first step in the future integration of a state of the art. The SI has been shaped as a multidisciplinary field of study, without academic consensus for a single definition. This makes it difficult to integrate the concept of SI into social participation initiatives. Given this, the relevance of this research arises, which consists of a systematic review of scientific articles obtained from the Web of Science database. The review consists of two phases: a statistical description and a content analysis, based on Excel and Atlas.Ti. The findings offer a comprehensive overview of the SI with quantitative and qualitative elements that allow to explore the current situation on the field. This opens a future research agenda that enables the formation of an art state on SI.
Keywords: Social Innovation, Systematic Review, State of the Art, Field of Study, Analysis.
Introducción
El discurso de la innovación social (IS) ha reverberado en los últimos años. En México, el gobierno ha enfatizado la importancia de considerar modelos de IS exitosos de otros países para impulsar una economía social y solidaria, a través de políticas públicas que incluyan la participación activa de las comunidades a través del Proyecto Alternativo de Nación, 2018-2024 (Plataforma Electoral y Programa de Gobierno, 2018). Ante escenarios como este, la IS cobra relevancia social, gubernamental, económica y académica, lo que explica el creciente interés en su estudio y el incremento en la producción de literatura sobre el tema (Calderón, 2017).
La variedad en la investigación sobre el tema ha originado múltiples definiciones (Baregheh et al., 2009; Calderón, 2017), fenómeno que no ha sido acompañado de un marco holístico para su estudio. Al contrario, en la medida que el concepto ha tomado protagonismo y se realizan más investigaciones, la IS ha incrementado la ambigüedad y diversidad en sus definiciones, pues cada una resalta aspectos distintos incluso contradictorios (van der Have & Rubalcaba, 2016). Ante esa situación, Hernández-Ascanio et al. (2016) aseguran que el concepto está en construcción, por ello, difícilmente puede llegarse a un consenso académico. Así, la IS se presenta como un campo con incremento de estudios y diversidad de definiciones que contribuyen a la ambigüedad del concepto.
Si bien, lo anterior da cuenta de un campo del conocimiento en construcción, también expone la dificultad de incorporar el concepto de IS en la elaboración de políticas públicas, programas gubernamentales o iniciativas de la sociedad civil. Para Guadarrama y Acosta (2017), los límites y posibles aportes de la IS son desdibujados al tener estudios que sugieren distintas definiciones, formas, enfoques y clasificaciones sobre un mismo concepto. Esto puede llevar a que los responsables de hacer políticas públicas y/o los emprendedores sociales, no identifiquen con claridad estas distintas nociones de participación social (Edwards-Schachter & Wallace, 2017).
A partir de la revisión sistemática de literatura, podemos señalar que son pocos los estudios que han establecido un panorama sobre el tema de la IS, pues de 1403 artículos encontrados en una búsqueda realizada en octubre de 2019 en la base de datos Web of Science (WoS) y, cuyos títulos contienen el término social innovation, solo cuatro realizaron revisiones sistemáticas de literatura (Adams et al., 2006; Crossan & Apaydin, 2010; Edwards-Schachter & Wallace, 2017; Lettice & Parekh, 2010). Dichas investigaciones muestran que este tipo de estudios resultan ser un método útil para la conformación de un panorama sobre un tema tan diverso como éste.
Mont et al. (2014) argumentan que la diversidad del campo se relaciona con su estado emergente; de la misma forma, para Hernández et al. (2016) la IS es un campo que se encuentra en construcción y Calderón (2017) afirma que a esto se debe que últimamente se haya registrado un aumento en la publicación de literatura sobre el tema. Dicho argumento de Calderón (2017) se confirma sobre todo en los últimos diez años, ya que WoS muestra que el número de publicaciones sobre la IS a incrementado de veinte publicaciones en 2010 hasta 175 en 2019, pasando por 241 trabajos publicados en 2017 y 177 en 20181. Ante aquel aumento en la literatura y los pocos estudios de revisión sistemática que fueron encontrados, se considera pertinente aumentar ese tipo de estudios sistemáticos, ya que contribuyen a mantener un panorama actualizado sobre el conocimiento que se ha generado acerca de este tema.
En la misma búsqueda realizada en octubre de 2019 en WoS, se encontró que el último trabajo publicado donde se utiliza la revisión sistematizada para analizar el tema de la IS es el estudio de Edwards-Schachter y Wallace (2017); quienes identifican cómo ha ido evolucionando el concepto de IS, a través de diversas definiciones encontradas en literatura publicada en los últimos sesenta años. Sin embargo, dicho estudio se concentra en las definiciones y no aborda otros tópicos, como los tipos y diseños de estudios hechos sobre el tema, orígenes de las iniciativas de IS, alcance de los casos de IS, problemas que se han buscado solucionar con la IS, disciplinas que la han abordado, formas en que se implementa, tipologías que existen, factores que posibilitan o inhiben la IS y actores que intervienen en ella. Ante ello, resulta necesario un estudio que aborde las nuevas definiciones, pero también los elementos que no fueron abordados en ese y otros trabajos (Adams et al., 2006; Crossan & Apaydin, 2010; Lettice y Parekh, 2010).
Así, la presente investigación busca conformar un panorama que exprese cómo ha sido el estudio de la IS en los últimos años (Calderón, 2017). Para ello, la revisión sistemática de literatura es oportuna, ya que permite mantener un análisis actualizado sobre un tema en específico y exponer los aportes recientes de un campo de conocimiento (Crossan & Apaydin, 2010). A pesar de la utilidad de este tipo de estudios, en México no se ha realizado el ejercicio de la revisión sistemática para analizar el estado en que se encuentra el campo de la IS; si bien se han realizado investigaciones recientes que dan cuenta de las contribuciones hechas por algunas iniciativas de IS y de sus condiciones de posibilidad (Guadarrama y Acosta, 2017; Guadarrama, 2018; Guadarrama et al., 2018).
Ante ello, resulta oportuno desarrollar un panorama actualizado y de utilidad para quienes hacen políticas públicas, emprendedores sociales, estudiantes e investigadores. Esto contribuiría a una mejor comprensión sobre el tema y a la apreciación de los aportes teóricos o conceptuales que el campo puede hacer en iniciativas de participación social. En ese sentido, el objetivo del trabajo es realizar una revisión hemerográfica que permita determinar un panorama exploratorio sobre la IS. Esto con la intención de dar un primer paso en la futura conformación de un estado del arte sobre el tema.
Para ello, el documento se divide en cinco apartados: en el primero se establecen los aspectos metodológicos seguidos para recolectar y analizar los artículos revisados. En el segundo se muestran los resultados de la revisión en su fase de la descripción estadística y, en el tercero, se exponen los resultados sobre la fase del análisis de contenido. En el cuarto se presenta una discusión acerca de los resultados obtenidos. A manera de conclusión, se mencionan las posibles implicaciones derivadas del estudio.
Metodología
El estudio consiste en una revisión de literatura sistemática, basada en una búsqueda y revisión de material bibliográfico con métodos que permiten documentar y justificar la búsqueda, inclusión, exclusión y evaluación de los trabajos analizados (Crowther et al. 2010). Esta exploración documental refrenda la transparentación del procedimiento y la obtención de un panorama científicamente construido sobre temas tan amplios y multifacéticos como la IS (Crossan & Apaydin, 2010). Para Crowther et al. (2010), resulta fundamental clarificar los métodos de revisión utilizados, estableciendo los medios y pasos seguidos para obtener la literatura y la metodología utilizada para llegar a los resultados finales. En ese sentido, se muestra el proceso de búsqueda, la recuperación, la revisión y el procesamiento de la información requerida para el estudio.
Selección de los artículos
En esta etapa se procedió a la búsqueda de artículos científicos relacionados con el tema de IS en la colección principal de WoS. Esta base de datos fue seleccionada por su amplia colección de información y la calidad científica de su contenido. En WoS se hizo una búsqueda básica del término social innovation por tema, campo que habilita la búsqueda por título, abstract, palabras clave y KeyWords Plus.2
Debido a que las publicaciones de WoS datan de 1980, se consideraron los artículos publicados entre ese año y el 8 de octubre de 2019, fecha en que se realizó la búsqueda. Esto arrojó un universo total de 2,060 trabajos, descartando capítulos de libro, materiales de la editorial, reseñas de libro y documentos de acceso temprano; pues el objetivo del trabajo es realizar una revisión de artículos científicos. Así, resultó una selección inicial de 1,403, organizada por áreas temáticas para identificar las disciplinas donde se han realizado los trabajos. Esto resultó pertinente porque, al ser un campo multidisciplinario (Hernández et al., 2016), aunque todos los trabajos abordan el tema, lo hacen desde varios enfoques.
Al organizar los 1,403 artículos por disciplina, WoS los ordenó automáticamente en 30 categorías temáticas. Sin embargo, las primeras 15 concentraron casi el 70% de las publicaciones, por lo que éstas fueron seleccionadas como una primera muestra, dado que representan un amplio panorama de las distintas disciplinas que estudian el tema. En primer lugar, Administración con un total de 209, seguido de Negocios con 170 trabajos, Estudios Ambientales aportando 167. En Ciencias Sociales Interdisciplinarias se encontraron 123, Economía con 121, Planificación Urbana Regional con 101, en Tecnología De Ciencia Sostenible Verde un total de 93, Estudios Urbanos con 90, Ciencia Ambiental con 88, Arte con 76, Sociología con 75, Trabajo Social con 65, Administración Pública con 63, Geografía con 60 e Investigación Educacional con 59. Algunos artículos estaban clasificados en más de una categoría, por lo cual se tuvo que aplicar un filtro para eliminar estas repeticiones; quedando un resultado real de 1,082 artículos.
Obtenida la selección de los 1,082 artículos, se procedió a dividirla en tres estratos para conseguir un muestreo aleatorio estratificado. De acuerdo con Otzen y Manterola (2017), este consiste en dividir la población o selección objetivo en estratos para seleccionar y extraer de ellos una muestra representativa. Los autores argumentan que esta división permite obtener un muestreo integral y representativo de una población o de una selección bastante variada. Si bien esta investigación no consiste en un estudio demográfico que requiera representatividad, se considera pertinente retomar el fundamento de la división por estratos, pues ayuda a obtener una muestra por asignación óptima que apela al valor de la muestra y no a su tamaño (Otzen y Manterola, 2017), puesto que reconoce que su representatividad depende de varios factores, como su importancia o trascendencia para el objetivo de la investigación y no únicamente la proporcionalidad (López, 2004). Entonces, con la selección óptima, “el tamaño de la muestra de cada estrato, [es] definid[a] por quien hace el muestreo” (Otzen y Manterola, 2017, p. 228).
Así, los tres estratos fueron definidos por su pertinencia para el objetivo de la investigación: los más citados, los más relevantes y los más recientes. En el primer estrato, los 1,082 artículos fueron ordenados descendentemente por las veces que han sido citados. Esto permitió considerar los de mayor calidad y aportación, pues han sido sometidos a revisión crítica por investigadores y utilizados para enriquecer los estudios sobre IS. Con base en los criterios de la selección óptima se eligieron los 50 trabajos más citados, tomando una muestra si no extensa sí representativa.
Para el segundo estrato, la selección de artículos obedeció a la relevancia del documento. Para ello, se tomaron 1,082 trabajos y se organizaron considerando el mayor nivel de relevancia. Este orden se refiere a las veces que más se menciona el término social innovation en los escritos seleccionados. Después de ordenarlos descendentemente y también siguiendo los criterios de la selección óptima, se eligieron los primeros 50.
Por último, para el estrato de los más recientes se seleccionaron los artículos pertenecientes a los últimos cinco años (2015-2019), ya que durante este período se encontró un mayor desarrollo de investigaciones referentes al tema de la IS. La Figura 1 muestra esta tendencia.

De aquel período resultaron 832 artículos: 101 publicados en el año 2015, 138 en 2016, 241 en 2017, 177 en 2018 y 175 en el transcurso del 2019. Para obtener una muestra de asignación óptima, se tomaron los 10 artículos más citados de cada año, obteniendo un total de 50 artículos. Esta muestra de 50 artículos por cada estrato se basó en una asignación óptima a conveniencia, lo que permitió obtener una muestra conjunta y total de 150 artículos, más del 10% de los 1,082 artículos encontrados. La selección de los 150 artículos por asignación óptima y no por asignación proporcional, se debió a que éste es un trabajo exploratorio cuyo objetivo es hacer la revisión de una muestra representativa, no tanto en términos de su proporcionalidad con respecto a los 1,082 artículos encontrados, sino en términos de la calidad, relevancia y actualidad de los estudios seleccionados.
Revisión de los artículos
Después de obtener los 150 artículos de los tres estratos, se descartaron 13 que estaban duplicados en más de un estrato. Resultaron 137 artículos que fueron sometidos a una primera revisión con base en el título, resumen y palabras clave; para identificar los artículos que tuvieran como temática central a la IS.
La revisión de esos 137 artículos se realizó a partir de una codificación abierta, lo cual permitió a las autoras familiarizarse con el contenido de los artículos y rescatar elementos clave para poder ofrecer un panorama del tipo estudios, metodologías y temáticas que se abordan en los estudios actuales sobre IS. A partir de esa codificación abierta, se configuró el primer grupo de categorías de análisis que se enlistan a continuación:
País de la institución de adscripción del investigador.
Año de publicación.
Origen: referido a dónde se origina la innovación social (Ejemplo: academia, empresa, comunidad, gobierno).
Tipo de investigación: estudio de caso, reflexión teórica, revisión de literatura u otro.
Diseño de investigación: cualitativo, cuantitativo o mixto.
Alcance o impacto: empresarial, local, nacional.
Tipo de problema que busca solucionar: político, cultural, ambiental, entre otros.
Disciplina desde la que se aborda la IS.
Esta primera revisión también generó una serie de preguntas en las autoras, las cuales fueron asociadas a categorías que permitieron una segunda revisión de los documentos completos, a partir de una codificación cerrada. Las preguntas y categorías son:
¿Qué es la IS? (Definiciones)
¿Cómo se implementa la IS? (Formas de IS)
¿Cuáles son los factores que habilitan o inhiben las iniciativas de IS? (Habilitadores e Inhibidores)
¿Cuáles son las diferentes tipologías de IS? (Tipologías)
¿Cuáles son las etapas de la IS? (Etapas)
¿Cuáles son los actores que participan en casos de IS? (Actores)
Debido a que el objetivo del trabajo consiste en realizar un panorama exploratorio, se consideró pertinente realizar la segunda revisión en dos fases: una fase de descripción estadística con base en el primer grupo de categorías encontradas, y una fase de análisis de contenido a partir de las diferentes definiciones, formas, tipologías, etapas y actores que conforman a la IS como un campo diverso y ambiguo (van der Have & Rubalcaba, 2016). Se debe mencionar que durante la primera revisión se descartaron 53 artículos que, a pesar de hacer referencia a la IS, tenían otra temática central; por lo cual quedó una muestra final de 84 publicaciones para la segunda revisión.
Procesamiento de la información
Para procesar la información obtenida de los 84 artículos de la muestra final, en la fase de revisión destinada a la descripción estadística, se utilizó una matriz en el programa Excel. Ésta permitió la cuantificación de los datos conforme a las categorías establecidas, así como la elaboración de los gráficos correspondientes.
Por otro lado, para el procesamiento de la información en la fase del análisis de contenido, los mismos 84 artículos fueron sometidos a una codificación cerrada, a través del software de Atlas.Ti (2018). Los códigos utilizados fueron las categorías asociadas a las preguntas surgidas de la primera revisión. La codificación cerrada permitió asociar el contenido de los artículos con las categorías de análisis propuestas por cada pregunta; obteniendo los fragmentos y citas de los artículos que responden a cada pregunta planteada. A continuación, se presentan los resultados obtenidos de ambas fases de la revisión.
Resultados de la primera revisión
Este apartado presenta los resultados obtenidos de la primera fase de revisión, la cual ofrece un panorama estadístico descriptivo del estudio actual sobre la IS: países donde se ha investigado, años más publicados, dónde suele originarse, qué tipos y diseños de investigación se realizan, el alcance de las iniciativas de IS, tipos de problemas que se intentan solucionar con la IS y disciplina desde las cuales se estudia. Esto permite obtener una imagen de cómo ha sido el estudio reciente del tema.
Países
De los 84 artículos analizados, en la categoría País se obtuvo un total de 108 países de donde provienen las investigaciones; considerando el país de la institución de adscripción de los investigadores. La mayor representación la ocupa el Reino Unido con un total de 26 aportaciones. Consecutivamente, se encuentra Estados Unidos representado por 10 autores. En tercer lugar, están igualados España y Canadá, con un aporte de 8 textos. En el caso de Alemania, Francia, Países Bajos y Suecia, cada uno muestra un total de 6 trabajos. En países como China, Corea del Sur, Latvia, entre otros, solo existió un trabajo relacionado con IS. Dentro del contexto continental, Europa realiza el mayor aporte al estudio de la IS, representado por: Alemania, Bélgica, Reino Unido, Dinamarca, España, Holanda, Latvia, Finlandia, Polonia, Portugal, Suecia y Suiza.
Año de publicación
Al considerar el Año de publicación de artículos comprendidos en la revisión, el período abarca entre los años 1999 al 2019, reflejando un rango de tiempo que enmarca las últimas dos décadas de investigación. La figura 2 refleja que más de la mitad de los artículos publicados corresponden al último quinquenio.

Origen de la IS
La categoría Origen de la innovación social define desde dónde surge la iniciativa de IS analizada en el artículo. La figura 3 muestra que las empresas generan el 40% de las ideas relacionadas con la IS. La comunidad y el gobierno tienen una participación semejante con una representación de 28% y 21%, respectivamente. La academia tiene una participación del 11% y su contribución consiste mayormente en un aporte teórico, el cual busca delimitar y esclarecer las diferencias de criterios existentes en la literatura en cuanto a IS.

Tipo de investigación
Respecto al tipo de investigación que mayormente emplean los investigadores para indagar sobre la IS, el estudio arrojó que en el 43% de las ocasiones utilizan el estudio de caso, para describir cómo se ha desarrollado e implementado la IS en un contexto específico. La figura 4 señala este resultado y también muestra que la reflexión teórica representa el 34% y la revisión de literatura el 19% del total de textos analizados. Respecto a esta última, los autores reflejan la necesidad de este tipo de investigación debido a la diversidad de contenido que existe referente a la IS. Para agrupar el resto de las investigaciones que no se pueden clasificar en las categorías mencionadas anteriormente, se definió la subcategoría Otro, integrada por tres artículos. Uno de ellos describe la creación de una metodología para conocer la participación de la sociedad en los procesos de IS y el resto dedicado a la creación de modelos teóricos.

Diseño de la investigación
El diseño de las investigaciones está fuertemente marcado por la presencia cualitativa, siendo elegida por los autores en el 83% de los artículos publicados. El tipo cuantitativa o mixto tiene una representación del 9% y 8% de las ocasiones respectivamente. Esta relación se muestra en la figura 5.

Alcance
La variable Alcance establece hasta dónde impacta la iniciativa que analizan los investigadores. La figura 6 muestra que los estudios realizados impactan positivamente casi en la misma medida al contexto local (41%) que al nacional (39%). En cuanto al entorno empresarial, las aportaciones abarcan un 20%.

Tipo de problema que desea solucionar
El tipo de problema que desea solucionar se puede definir como el más variable de todos los analizados en este documento. Los resultados obtenidos en el estudio de la IS, le han convertido en una opción viable de solución de problemas y necesidades sociales.3 Aquello se ve reflejado en el incremento de la producción científica relacionada con el tema, no solo desde las ciencias sociales sino también en otras ramas del conocimiento. Por lo que se refleja en la figura 7, las diversas esferas de análisis son: político, ético, de desarrollo urbano, laboral, empresarial, de género, de emprendimiento, de salud, educativo, ambiental, económico, entre otros.
Dentro de los temas citados, lo más frecuente es encontrar el tema de la IS relacionado con factores empresariales, ambientales, políticos, educativos, de desarrollo urbano y de desarrollo sostenible.

Disciplina
Esta categoría hace referencia al área de estudio desde la cual se realizó cada artículo. Como muestra la figura 8, las áreas del conocimiento más influyentes en este estudio son la Administración, la Interdisciplinariedad de las Ciencias Sociales, la Sociología y la Administración Pública.

En seguida, a estos resultados se suman los obtenidos en la segunda fase de la revisión.
Resultados de la segunda fase
En este apartado se presentan los resultados obtenidos del análisis cualitativo sobre el contenido. Con ello, el análisis estadístico es complementado con las definiciones, formas, habilitadores e inhibidores, tipos y etapas, y principales actores referentes al tema de la IS. Estas categorías fueron asociadas a las preguntas surgidas de la primera revisión con codificación abierta, y utilizadas como códigos para la segunda revisión con codificación cerrada. Dichos elementos ayudan a conformar un panorama exploratorio e integral sobre el estado actual de la IS. Los resultados obtenidos del análisis de contenido están ordenados en una serie de categorías que dan respuesta a las preguntas planteadas en la metodología.
Definiciones de IS
Las definiciones de IS hacen referencia a los significados que los diversos autores otorgan al concepto. Por tanto, esta categoría responde a la pregunta ¿qué es la IS?. A continuación se expone en qué consiste cada definición encontrada, haciendo referencia a los argumentos de los autores consultados.
La IS es una idea, iniciativa o acción. La IS es definida como nuevas ideas, iniciativas o acciones generadas e implementadas para satisfacer las necesidades sociales (Hillgren et al., 2011; Lettice & Parekh, 2010; Phillips et al., 2014). Aquellas pueden ser impulsadas desde la sociedad o la empresa (Chin et al., 2019) y sus objetivos son resolver problemas sociales (Weerawardena & Sullivan, 2012), crear valor social (Baltazar, 2015), cumplir objetivos importantes para la sociedad (Angelidou & Psaltoglou, 2017), conformar nuevas relaciones de colaboración (Bock, 2016), crear nuevas formas de organización social (Maclean et al., 2013), cambiar las relaciones de poder o mejorar las capacidades humanas (Ziegler, 2017).
La IS es una solución. Algunos autores argumentan que el concepto no consiste sólo en generar ideas e iniciativas, sino que es indispensable implementarlas de forma exitosa para que se conviertan en soluciones. Ante ello, la IS también es definida como soluciones nuevas (Huq, 2018; Tracey & Stott, 2017), soluciones novedosas (Baker & Mehmood, 2015; Unceta et al., 2016), soluciones mejoradas (Neumeier, 2011) o soluciones efectivas, eficientes y sostenibles (Carberry et al., 2017; Dufays, 2018). Dichas soluciones deben resolver viejos problemas (Adams & Hess, 2010), como la exclusión social (Gerometta et al., 2005), pero también deben responder a los actuales retos sociales (Olsson et al., 2017), como la preservación del sistema ecológico para las futuras generaciones (Alijani et al., 2016).
La IS como solución surge a partir de la aplicación de conocimientos alternativos (Silva y Pedroza, 2018), nuevas perspectivas que reconsideran lo social (Sensoy, 2017) y la incorporación de actores sociales comprometidos con su entorno (Maruyama et al., 2007). Surgen también ante la insuficiencia de las organizaciones o instituciones mercantiles y gubernamentales encargadas de atender las necesidades sociales (Kropp, 2017; Vézina et al., 2018). La IS vista como solución tiene la responsabilidad de beneficiar a la sociedad en su conjunto y no a grupos particulares (Dufays, 2018; Murphy et al., 2012).
La IS es un proceso. Para varios autores, la IS es un proceso abierto de participación, intercambio y colaboración (Voorberg et al., 2015); emprendido para generar un cambio social e impulsado por empresas socialmente responsables en colaboración con la comunidad y otras organizaciones (Kanter, 1999). Desde un enfoque de economía social, sustentabilidad y desarrollo (Ardill & Lemes de Oliveira, 2018; Martin et al., 2015), dichos procesos de cambio dependen de las condiciones contextuales en que suceden (Novy & Leubolt, 2005).
Así, la IS también se entiende como un proceso de identificación de oportunidades y de aprovechamiento de éstas, por parte de emprendedores para generar un bien con valor social (Perrini et al., 2010). Es un proceso de aprendizaje colectivo (Edwards-Schachter & Wallace, 2017) e interactivo que sucede de forma ascendente (Rao et al., 2017). A partir de aquel pueden surgir nuevas estrategias de desarrollo de recursos, estructuras organizativas, políticas públicas o prestación de servicios (Pitt-Catsouphes & Cosner, 2015)
De esa forma, la IS es un proceso impulsado por relaciones humanas que, con base en la moralidad y la capacidad creativa, rompen obstáculos que surgen en el cambio (Martinez et al., 2017). Por ejemplo, a través del proceso de IS se busca mejorar determinadas situaciones contextuales como el cuidado y la preservación del medio ambiente (Biggs et al., 2010), o el desarrollo de planes y objetivos para la resiliencia de los sistemas urbanos (McPhearson et al., 2014).
Entonces, la IS se constituye como un proceso complejo que cambia rutinas básicas, flujos de recursos y autoridad o las creencias del sistema social; por lo cual debe estudiarse en escalas micro, meso y macro (Westley et al., 2014). Incluso, algunos autores señalan que la IS no es solo un proceso sino consiste en un conjunto de procesos, interrelacionados a partir de la combinación de nuevos recursos, ideas o capacidades que buscan beneficios o reducir costos para la sociedad (Le Ber & Branzei, 2010).
La IS es un producto o servicio. Para otros autores, la IS no sólo radica en el proceso sino también en el producto o servicio resultantes (Voorberg et al., 2015). En ese sentido, se define como un producto o servicio obtenido exitosamente para generar un beneficio social (Selsky & Parker, 2010), a través de nuevas prácticas sociales y tecnológicas dentro de contextos de apoyo (Seyfang & Haxeltine, 2012). También son consecuencia de redes sociales impulsadas por emprendedores institucionales (Moore & Westley, 2011), que tienen por objetivo resolver problemas sociales (Castro-Spila, 2018) a partir de colaboraciones intersectoriales en escenarios de co-producción (Ardill & Lemes de Oliveira, 2018). Asimismo, se define como cualquier producto o servicio que contribuye a cambiar estructuras o instituciones de un sistema social (Giuliano et al., 2018), generando impactos transformadores capaces de escalarse, empoderar a personas (Avelino et al., 2017; Swyngedouw, 2005) e impulsar el mejoramiento de la vida de las personas (Slimane & Lamine, 2017).
La IS es una estrategia o herramienta. Otra definición establece que la IS es una estrategia o herramienta. Como estrategia busca la integración social y la disminución de la exclusión social (Gerometta et al., 2005) a partir de la gestión simbólica de los valores sociales (Dacin et al., 2011). Asimismo, es una estrategia alternativa de desarrollo para los barrios pobres, con la que se busca establecer nuevas relaciones de gobernanza entre dichos barrios, comunidades más grandes y un gobierno democrático (Moulaert et al., 2005) para la satisfacción de sus necesidades (Hebinck et al., 2018). También es vista como una estrategia del Estado para gobernar de una mejor forma por medio de una red de actores sociales (Massey & Johnston, 2016).
Como herramienta, la IS sirve para mejorar el bienestar social (Dawson & Daniel, 2010), lograr un crecimiento económico más rápido, aumentar la productividad de los servicios públicos (Oganisjana et al., 2018) y reformar las políticas desgastadas de los Estados (Sabato et al., 2017).
Otras definiciones. Algunos autores proponen otras definiciones de IS. Por ejemplo, Cajaiba-Santana la definen como “un cambio en las actitudes, comportamientos o percepciones resultado de nuevas prácticas sociales” (2013, p. 3); aquellos cambios en una red o grupo conducen a nuevas formas de colaboración (Neumeier, 2017; Soma et al., 2017). Por otra parte, Feola y Nunes (2014) proponen que la IS es un medio de resistencia de los nichos locales ante la segregación por las estructuras globales.
Otros autores enfatizan a la IS como relaciones sociales establecidas entre individuos o comunidades que buscan el desarrollo social (Moulaert y Nussbaumer, 2005). Ante ello, hay quienes mencionan que la IS es un fenómeno social que establece prácticas sociales alternativas (Jaeger-Erben et al., 2015). Finalmente, Unceta et al. (2016) argumentan que la IS es un enfoque de superposición para examinar problemas sociales contemporáneos.
En suma, la tabla 1 sintetiza las definiciones encontradas en la literatura.
Tabla 1. Definiciones de IS encontradas en la literatura.

Formas de IS
Si las definiciones responden a ¿qué es la IS? las formas de la IS responden a la pregunta ¿cómo se implementa la IS? En ese sentido, esta categoría se refiere a las diferentes formas en las que se entiende su ocurrencia. En seguida se exponen las formas identificadas.
Movimientos sociales. Los movimientos sociales pueden considerarse una forma de IS (Swyngedouw, 2005), ya que son procesos que se gestan y desarrollan en comunidades donde existen problemáticas sistémicas no resueltas por el Estado (Unceta et al., 2016); como la no cobertura de las necesidades básicas, el escaso progreso social y la insuficiencia de las estructuras institucionales (Moulaert et al., 2005). Entonces, ante el descontento social, la comunidad decide manifestarse, reclamar y presionar para que se atiendan sus demandas o necesidades (Carberry et al., 2017; Dufays, 2018). Durante este proceso, los integrantes del movimiento generan, asimilan e interpretan nuevos conocimientos, los cuales integrarán a sus demandas. Así, se van innovando las formas en que se exige justicia social (Baker & Mehmood, 2015).
Emprendimiento social. Para algunos autores el emprendimiento social es una forma de IS, ya que es una estrategia o solución impulsada para abordar un problema social a través de la integración de contextos diferentes (Dacin et al., 2011). El emprendimiento social ocurre cuando se emprenden proyectos sociales diseñados y gestionados, con los únicos fines de ayudar a los sistemas sociales a resolver sus problemas (McPhearson et al., 2014) y crear valor social sobre la ganancia empresarial (Phillips et al., 2014).
La IS ocurre cuando emprendedores sociales deciden implementar ideas creativas para generar un beneficio social (Martin et al., 2015), por medio de cambios en algún producto, servicio o modelo (Lettice & Parekh, 2010). Pero también cuando se alienta a las comunidades a ser innovadoras para resolver sus propios problemas y ser autosuficientes (Massey & Johnston, 2016), especialmente en las economías emergentes (Rao et al., 2017).
Emprendimiento empresarial. Es una forma de IS cuando el sector social presiona a las empresas a que se comprometan (Le Ber & Branzei, 2010) o, a que apliquen sus capacidades para generar beneficios comunitarios y no solamente comerciales (Kinder, 2010). En dichas demandas, las empresas identifican áreas de oportunidad que deciden aprovechar (Perrini et al., 2010), por lo que se comprometen e intervienen en la solución de las necesidades sociales (Lubberink et al., 2019; Selsky & Parker, 2010).
Así, las empresas imprimen el mismo esfuerzo que a cualquier otro de sus proyectos, utilizando sus mejores estrategias, habilidades y personal (Kanter, 1999); para desarrollar nuevos productos, procesos o servicios relacionados a tal oportunidad (Vézina et al., 2018). De ese modo, las empresas aprenden de su entorno e integran a sus propios negocios el conocimiento generado en el exterior (Murphy et al., 2012), lo cual es relevante especialmente para las empresas jóvenes que se encuentran en proceso de aprendizaje (Zulazli et al., 2017). La IS se da cuando las empresas logran generar soluciones novedosas y creativas a una necesidad social (Westley et al., 2014).
Transformaciones sociales o institucionales. La IS sucede mediante cambios a nivel local o global, surgidos como retos a las prácticas tradicionales que no funcionan frente a nuevos problemas (Jaeger-Erben et al., 2015). Durante esos cambios, los pueblos o comunidades pueden gestionar sus expectativas (Seyfang & Haxeltine, 2012) y lograr un proceso de aprendizaje colectivo (Bock, 2016). Se transforman relaciones sociales (Giuliano et al., 2018), estructuras institucionales (Huq, 2018), formas de organización (Kropp, 2017), redes, sistemas, estructuras (Feola & Nunes, 2014; van der Have & Rubalcaba, 2016), actitudes, comportamientos, percepciones (Rover et al., 2016), pensamientos, ideas y acciones (Adams & Hess, 2010).
Colaboración gobierno-sociedad-mercado. Otra forma en que sucede la IS es a través de la colaboración entre organizaciones o actores del gobierno, la sociedad y el mercado (Chin et al., 2019; Edwards-Schachter & Wallace, 2017; Sabato et al., 2017). Ocurre cuando estas organizaciones o actores deciden unirse para desarrollar soluciones integrales que respondan a un problema social (Biggs et al., 2010), generar un mayor bienestar social (Dawson y Daniel, 2010) o lograr un cambio sustentable (Neumeier, 2011).
Cada organización o actor aporta ideas, competencias y energías diferentes que se complementan (Martinez et al., 2017), logrando así un proceso de co-creación de valor compartido (Baltazar, 2015). Entonces, la IS sucede cuando, a través de aquella colaboración, se establecen relaciones entre diversos actores que intervienen en diferentes etapas (Moore et al., 2018) y que desempeñan funciones específicas (Angelidou & Psaltoglou, 2017). Así, se conforma una infraestructura en forma de red dinámica (Hillgren et al., 2011) que busca cambios de fondo y no solo mejoras incrementales (Grimm et al., 2013). Esa forma de colaborar atrae a nuevos participantes que se integran a la red, la cual se mantiene unida por creencias, valores y términos compartidos (Toivonen, 2016).
Empoderamiento social. Es una forma de IS que sucede cuando se le otorga poder a la comunidad, para que actúe en la búsqueda e implementación de soluciones que puedan resolver sus problemas sociales y ambientales (Maruyama et al., 2007). Se desarrolla por medio de las condiciones y recursos necesarios (Novy & Leubolt, 2005) que brindan a los grupos más desfavorecidos las capacidades vitales para liderar procesos catalíticos de cambio social (Weerawardena & Sullivan, 2012). De esa forma, se va integrando una cadena de valor que promueve las relaciones inclusivas entre individuos, considerando especialmente a quienes han sido olvidados por procesos políticos, sociales, económicos o culturales previos (Marques et al., 2017).
Así, esta forma de IS ocurre cuando los menos favorecidos son dotados de capacidades para promover la transformación, desarrollo y articulación de respuestas a problemas determinados (Silva y Pedroza, 2018). A través de su involucramiento en la toma de decisiones, asignación de recursos, propuesta y desarrollo de ideas, entre otras (Vasques et al., 2018). En resumen, la figura 9 esquematiza las principales formas encontradas y esbozadas en este apartado.

Habilitadores e inhibidores
En esta categoría, los habilitadores refieren a los elementos que, de acuerdo con los autores, posibilitan e impulsan a la IS. Los inhibidores son elementos que impiden o dificultan que la IS se lleve a cabo. A continuación se mencionan los principales habilitadores e inhibidores identificados en la revisión que, dadas sus características, pueden agruparse en tres ámbitos: empresariales, sociales y políticos.
Habilitadores. Los habilitadores de la IS propiciados por las empresas consisten en su responsabilidad social (Dacin et al., 2011), capacidades (Kanter, 1999), disposición financiera de las partes interesadas (Oganisjana et al., 2018), vinculación con otros sectores (Pitt-Catsouphes & Cosner, 2015), prestigio empresarial (Murphy et al., 2012), orientación empresarial (Slimane & Lamine, 2017), empresas híbridas (Alijani et al., 2016), alineación estratégica y claridad de intención (Baltazar, 2015) y liderazgo (Vasques et al., 2018).
Los habilitadores surgidos de la sociedad son las capacidades de los emprendedores sociales (Perrini et al., 2010), alianzas entre diversos actores sociales (Adams & Hess, 2010; Silva & Pedroza, 2018; van der Have & Rubalcaba, 2016), cohesión grupal (Seyfang & Haxeltine, 2012), resiliencia de las comunidades (Moore & Westley, 2011), inconformidad con el status quo (Dufays, 2018), iniciativa y participación ciudadana (Maruyama, et al. 2007; Voorberg et al., 2015), conocimientos e iniciativas locales (Feola & Nunes, 2014), áreas de oportunidad y compromiso a largo plazo (Hillgren et al., 2011), consciencia social y capacidades colectivas (Dawson & Daniel, 2010), inclusión social (Bock, 2016).
Los habilitadores generados por el gobierno son asociaciones en red, dinámicas económicas fuertes, descentralización en la toma de decisiones (Swyngedouw, 2005), preocupación genuina para resolver problemas sociales y procurar un mejor uso de recursos escasos (Avelino et al., 2017). También está una infraestructura gubernamental adecuada, actitud positiva de los funcionarios (Voorberg et al., 2015), gobierno democrático (Moulaert et al., 2005; Novy & Leubolt, 2005), gobernanza (Swyngedouw, 2005) y políticas públicas sociales (Grimm et al., 2013).
Inhibidores. Entre los inhibidores causados por las empresas están la falta de interés de los mercados (Moulaert et al., 2005), privilegio al valor económico (Dacin et al., 2011; Moulaert y Nussbaumer, 2005), altos costos para las empresas (Kanter, 1999), falta de consenso o control en la toma de decisiones dentro de los grandes equipos de trabajo (Dufays, 2018), falta de experiencia para la elaboración de proyectos (Oganisjana et al., 2018), fracaso prematuro (Le Ber & Branzei, 2010), presión coercitiva de las mismas empresas (Martin et al., 2015), conflictos internos y contradicciones entre el personal administrativo (Slimane y Lamine, 2017).
Los surgidos de la sociedad son el conflicto entre los actores de una comunidad (Seyfang y Haxeltine, 2012), largos períodos de asimilación del cambio (Kinder, 2010), pasividad en la sociedad (Voorberg et al., 2015), baja apertura a la colaboración, incapacidad para acceder a la información necesaria y poco apoyo de las partes interesadas (Oganisjana et al., 2018). Aunado a la fragmentación social (Gerometta et al., 2005), disputas ideológicas (Feola & Nunes, 2014), cultura patriarcal y desigualdad de género (Hillgren et al., 2011), pocos ingresos del emprendedor social (Dufays, 2018), falta de habilidades organizativas para desarrollar iniciativas (Jaeger-Erben et al., 2015).
Algunos inhibidores en el ámbito del gobierno son las arenas de poder (Swyngedouw, 2005), barreras institucionales (Westley et al., 2014), barreras administrativas y burocráticas, falta de financiamiento (Vézina et al., 2018), ausencia de políticas públicas sociales y falta de marcos legales (Oganisjana et al., 2018), la no creación de redes de difusión (Macke et al., 2018), uso del discurso social solo para obtener legitimidad (Marques et al., 2017) y la reducción de servicios básicos o intervención estatal mínima para garantizarlos (Massey y Johnston, 2016).
En síntesis, la tabla 2 enumera los habilitadores e inhibidores encontrados.
Tabla 2. Habilitadores e inhibidores de la IS

Principales tipologías y etapas
En esta categoría las tipologías hacen referencia a las diferentes clasificaciones de IS que pudieron identificarse en la literatura revisada. En esta primera parte del apartado se exponen las tipologías ubicadas en la literatura.
Tipologías. La tipología de IS más referida en los textos es la clasificación incremental o continua y la radical o disruptiva; mientras la primera hace referencia a un cambio social benéfico concretado de forma paulatina, la segunda consiste en la mejora significativa o la transformación total de un producto, servicio o mercado (Mehmood, 2016; Perrini et al., 2010; Selsky & Parker, 2010; Seyfang & Haxeltine, 2012; Weerawardena & Sullivan, 2012; Westley et al., 2014; Wolfram, 2016). El tipo incremental o continuo es el que los autores más relacionan con la IS, pues aseguran que ésta tiene una naturaleza más compleja que otros tipos de innovación, por lo que requiere de más tiempo para lograr llegar al objetivo (Biggs et al., 2010; Dacin et al., 2011; Gerometta et al., 2005; Kanter, 1999; Maruyama et al., 2007; Moore & Westley, 2011; Swyngedouw, 2005; Voorberg et al., 2015). Aunque también hay otros autores que rescatan el tipo radical o disruptivo que puede tener la IS, al darse innovaciones locales no previstas que surgen como producto de los cambios en los contextos internacionales (Dufays, 2018; Grimm et al., 2013; Martin et al., 2015; Le Ber & Branzei, 2010; Salim y Ellingstad, 2016).
Otra tipología es la que identifica a la IS no como un proceso de cambio social sino como la generación de nuevos productos, servicios, formas de organización, modos de producción (Phillips et al., 2014; Zulazli et al., 2017) o modelos de negocios (Lettice & Parekh, 2010). Éstas describen a la IS como el resultado final generado y no como el desarrollo del proceso en sí. También está la clasificación de las IS como estructurales, complementarias e instrumentales, las cuales hacen hincapié en la meta específica de las iniciativas de IS: las que intentan reformar una estructura, complementar otro proceso de cambio y las que pretenden generar mecanismos que sirvan para alcanzar un objetivo social (Marques et al., 2017). Por otra parte, hay una que clasifica a la IS como tecnoeconómica, regulatoria o legal y cultural (Giuliano et al., 2018). Otra clasificación son las innovaciones intra grupales, intergrupales y las extragrupales o de macro nivel (Baker & Mehmood, 2015). Éstas últimas se enfocan en los ámbitos en los cuales suceden los procesos de IS, pues aseguran que el ámbito en el que se lleva a cabo determina sus características y naturaleza.
Dichas tipologías muestran las diferentes dimensiones que puede tener la IS, ya que la conciben desde un proceso que se implementa de manera paulatina durante un período, hasta un cambio que sucede de un día para otro. Aunque, ante la naturaleza participativa y colaborativa de la IS, diversos autores argumentan que ésta difícilmente puede ocurrir de manera disruptiva, ya que es un proceso que se va configurando de manera incremental (Biggs et al., 2010; Dacin et al., 2011; Gerometta et al., 2005; Kanter, 1999; Maruyama et al., 2007; Moore & Westley, 2011; Swyngedouw, 2005; Voorberg et al., 2015). Aunado a ello, puede verse que las tipologías no sólo hacen referencia al tiempo en el que la IS puede producir un cambio, sino también a los diferentes ámbitos en los cuales se puede generar dicho cambio. Así, se identifica a la IS de productos, servicios, modos de organización y de producción; pero también abarcan diferentes ámbitos como el económico, legal y cultural, o se menciona el nivel micro o macro que puede tener. De este modo, estas tipologías reflejan las diversas definiciones y ambigüedades que hay en el concepto de IS, ya que hacen referencia a elementos un tanto diferentes. La tabla 3 enlista las tipologías encontradas en la revisión.
Tabla 3. Tipologías de la IS.

Por otro lado, las Etapas se refieren a las fases por las que atraviesa la IS. En esta segunda parte del apartado, se exponen las etapas encontradas.
Etapas. Algunos autores identifican sólo dos etapas de la IS, implementación a escala local e implementación a mayor escala (Murphy et al., 2012). Sin embargo, otros reconocen diversas etapas: la invención o ideación, la implementación o conversión de ideas y la difusión (Dufays, 2018). Mientras que Ardill y Lemes de Oliveira (2018) ubican seis: réplicas, inspiraciones y diagnósticos, propuestas e ideas, prototipos y pilotos, confirmación, ajuste y difusión, y cambio sistémico.
Para Oganisjana et al. (2018), las etapas de la IS son la generación de ideas destinadas a problemas sociales urgentes, el diseño de un protocolo o piloto, la implementación y la escalada del impacto. Pitt-Catsouphes y Cosner (2015) consideran que las etapas son el entendimiento del problema, oportunidad y analizar la causa raíz, especificar alternativas, diseñar un prototipo y una prueba piloto, implementar y sostener, evaluar y rediseñar.
Otra secuencia de etapas se integra por inspiración y contexto social, propuestas e ideas, construir prototipos y experimentos, confirmar la innovación, organizar y promover el crecimiento y la expansión del experimento, y cambios estructurales (Rover et al., 2016). Aunque también se mencionan la motivación, identificación, diseño local del modelo de innovación y crear alianzas estratégicas (Slimane & Lamine, 2017). Aunado a la evaluación, diseño, desarrollo, sistematización, institucionalización y ampliación (Baltazar, 2015). Así como la exploración, experimentación, explotación y evaluación (Alijani et al., 2016; Castro-Spila, 2018).
Si bien dichas etapas difieren en la secuencia en que se implementa la IS, todas tienen en común que la consideran un proceso que abarca desde la generación del proyecto, su diseño, la implementación, la evaluación y una mejora al diseño inicial. Esta concepción procedimental de la IS se ajusta más al tipo incremental que al disruptivo, tal como se argumentaba anteriormente. Cabe destacar algunos elementos que agregan las etapas identificadas, como la capacidad de especificar alternativas (Pitt-Catsouphes & Cosner, 2015) y la creación de alianzas estratégicas (Slimane & Lamine, 2017). Estos factores resultan valiosos a la hora de analizar a la IS como un proceso donde intervienen diferentes tipos de actores, quienes tienen que participar y colaborar para conseguir objetivos particulares, pero también un objetivo en común. La figura 10 muestra las principales etapas de la IS propuestas en la literatura revisada.

Actores que intervienen
Esta categoría hace referencia a los actores (personas, grupos, organizaciones o instituciones) que intervienen en la IS. Con base en la revisión se identificaron actores sociales, políticos y económicos, los cuales se desglosan a continuación.
Actores sociales. Entre ellos se encuentra la sociedad civil (Gerometta et al., 2005) y las redes de activistas (Seyfang & Haxeltine, 2012). Las organizaciones voluntarias (Feola & Nunes, 2014), con doble misión (Phillips et al., 2014) o sin fines de lucro (Selsky & Parker, 2010). También están los emprendedores sociales (Grimm et al., 2013; van der Have & Rubalcaba, 2016), emprendedores institucionales (Dacin et al., 2011; Moore & Westley, 2011) y ciudadanos (Maruyama et al., 2007; Voorberg et al., 2015). Asimismo, están los grupos sociales (Cajaiba-Santana, 2013), comunidades originarias (Biggs et al., 2010), profesionistas (Moulaert & Nussbaumer, 2005), movimientos populares (Novy & Leubolt, 2005), activistas (Martin et al., 2015), investigadores (Vézina et al., 2018), universidades (Chin et al., 2019; Unceta et al., 2016), profesores y estudiantes (Pitt-Catsouphes & Cosner, 2015) y organizaciones de consumidores (Rover et al., 2016).
Actores políticos. Se encuentran el Estado (Swyngedouw, 2005), los gobiernos federales (Mcphearson et al., 2014) y locales (Moulaert, et al., 2005) u otros servidores públicos (Voorberg et al., 2015), tomadores de decisiones (Mont et al., 2014), instituciones u organizaciones municipales (Oganisjana et al., 2018).
Actores económicos. Están el mercado (Moulaert, et al., 2005), empresas privadas (Kanter, 1999), empresarios institucionales (Moore & Westley, 2011), socios o accionistas (Lubberink et al., 2019) y redes de emprendedores (Le Ber & Branzei, 2010). Aunque también intervienen gerentes corporativos (Carberry et al., 2017) y los trabajadores (Hillgren et al., 2011).
Los diferentes tipos de actores que intervienen denotan la complejidad de la IS, ya que cada uno participa y colabora, pero desde su propia lógica, posibilidades, valores e intereses. De ese modo, la IS se configura como un proceso diverso y hasta caótico, el cual debe irse adaptando a las concepciones, necesidades y posibilidades de los actores que participan para poder conseguir los objetivos planteados. Los actores mencionados se sintetizan en la figura 11.

Discusión de los resultados
En la introducción del trabajo se mencionó que la IS es un campo emergente (Mont et al., 2014), por lo que se ha integrado como un concepto multidisciplinario que puede definirse conforme a sus medios o a sus fines (Grimm et al., 2013). Ante ello, se ha integrado como un concepto ambiguo con diversas definiciones y elementos (Domanski et al., 2020; van der Have & Rubalcaba, 2016). Dicho argumento se comprobó con esta revisión de textos, a partir de la cual se pudo vislumbrar a la IS como un campo que está en construcción de un marco teórico propio. Ante ello, es comprensible que el tipo de problemas que más se aborda en los artículos revisados es de tipo conceptual. También explica que el 34% de los artículos sean reflexiones teóricas, solo por debajo de los estudios de caso que tienen un 43%. La diversidad en el concepto de IS se debe, entre otras razones, al interés que el tema ha despertado en los investigadores en años recientes. Esto puede verse en el año de publicación de los artículos consultados, donde se aprecia cómo en los últimos cinco años ha incrementado la publicación de literatura respecto al tema.
Una limitación de esta investigación es que ofrece un panorama basado en una muestra de artículos que resulta sesgada, pues la mayoría son investigaciones realizadas en el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. A excepción de cuatro trabajos realizados en contextos de países latinoamericanos: tres que abordan casos de Brasil (Macke et al., 2018; Rover et al., 2016; Vasques et al., 2018) y uno de México (Silva y Pedroza, 2018). Esto también ofrece una razón para realizar en futuros estudios una revisión sistemática de las publicaciones hechas en México sobre el tema de la IS. El interés del presente trabajo era presentar un primer panorama general, por lo que se recurrió a la base de datos WoS; sin embargo, dado que en esta búsqueda solo se encontró un trabajo realizado en México, se considera conveniente realizar una revisión de los artículos locales para mostrar los aportes al tema de la IS desde esta región.
Asimismo, resulta pertinente integrar las investigaciones que se están haciendo en toda Latinoamérica. Aquello para considerar la concepción que se tiene de la IS en zonas con profundos problemas sociales como la pobreza, la exclusión y la desigualdad. Al incorporar a la revisión los estudios sobre IS realizados desde la región del sur, varios de los resultados obtenidos en este trabajo serían complementados. Por ejemplo, en el 40% de los artículos consultados se encontró que la IS se origina en la empresa y el 41% considera que tiene un alcance local. Habrá que analizar si en Latinoamérica la IS también es generada en su mayoría por las empresas e identificar qué otros actores están participando en iniciativas de IS.
Así como el trabajo tiene esa limitación, también tiene hallazgos importantes. El primero consiste en que se obtuvieron datos cuantitativos y cualitativos que ofrecen una imagen de cómo se estudia la IS en la actualidad. Aquello se complementa con un análisis de contenido cualitativo que permitió rescatar definiciones, formas, habilitadores e inhibidores, tipologías y etapas, y principales actores que son parte importante del campo de la IS. Con base en ello, pudo integrarse un panorama exploratorio e integral que ofrece un acercamiento al estado actual de la IS, el cual se presenta de manera esquemática (ver figuras 12 y 13).


Conclusión: posibles implicaciones
Ante los hallazgos referidos, se abre una futura agenda de investigación que considere un mayor volumen de literatura y otras categorías de análisis, que permitan tanto afinar los criterios para una segunda búsqueda y revisión, como ampliar el alcance de la investigación con la posibilidad de identificar otros elementos que contribuyan a la configuración de un estado del arte de la IS. Aunado a ello, es conveniente profundizar los diferentes elementos identificados en esta investigación. Por ejemplo, es pertinente ahondar en el estudio del emprendimiento social, de la colaboración sociedad-gobierno-mercado y de los movimientos sociales como formas de IS. Aquello implica incorporar a su estudio los aportes de la ciencia política, los cuales ayudan a explicar los vínculos establecidos entre la sociedad civil, las estructuras estatales y los procesos de IS (Gerometta et al., 2005). En ese sentido, las teorías estructurales permiten concebir al ciudadano como un ser co-diseñador y co-iniciador de IS (Cajaiba-Santana, 2013; Dacin et al., 2011; Voorberg et al., 2015). Con base en ello, pueden abordarse temas elementales para el campo de la IS como la gobernanza (Swyngedouw, 2005), el comportamiento de los actores, la formación de grupos y su identidad (Seyfang & Haxeltine, 2012).
Un elemento importante observado en esta investigación es que, de todos los casos de estudio, solamente uno abordó el tema del fracaso de la IS. Es necesario estudiar las iniciativas sin éxito y las descontinuadas, así como la injerencia de los entornos locales y las condiciones estructurales. Aquello para analizar los casos que no han sido de éxito y lo que podría aprenderse de ello (Feola & Nunes, 2014). Asimismo, es pertinente ahondar en el estudio de otros elementos como las tensiones generadas y sus consecuencias en los procesos de IS (Dufays, 2018). De ello también puede obtenerse conocimiento valioso que contribuya a una comprensión realista del campo.
Se considera recomendable la realización de estudios comparativos sobre diversos casos que permitan mostrar el alcance que tienen las distintas influencias del sistema local en los procesos de IS (Ardill & Lemes de Oliveira, 2018). Aquello permitiría prestar atención explícita a los contextos culturales, geográficos, políticos y sociales de las iniciativas de transformación social (Avelino et al., 2017). Dichos estudios deben basarse en el desarrollo de mediciones adecuadas para la IS, las cuales ayuden a responder varias interrogantes, entre ellas ¿cómo la turbulencia ambiental afecta la capacidad de desarrollo y las estrategias primarias de los innovadores sociales? (Weerawardena & Sullivan, 2012). Tales recomendaciones surgen al observar el panorama exploratorio obtenido a partir de esta primera revisión.
De esa forma, puede considerarse que la principal aportación del presente estudio es que ofrece un primer paso para conformar en México un estado del arte sobre IS. Si bien en este país se han generado estudios que abordan el tema a partir de casos específicos en iniciativas de IS (Guadarrama y Acosta, 2017; Guadarrama, 2018; Guadarrama et al., 2018), no se había hecho el ejercicio de la revisión sistemática para configurar una sinopsis que mostrará el estado en que se encuentra el mencionado campo de conocimiento. En ese sentido, los aportes de este trabajo ayudan a rescatar elementos analíticos que pueden ser de utilidad para quien pretende estudiar iniciativas de IS en México. Las diversas definiciones, formas, habilitadores e inhibidores, tipologías, etapas y actores que han sido identificados ayudan a configurar un campo que es emergente (Mont et al., 2014), multidisciplinario (Grimm et al., 2013) y ambiguo (Domanski et al., 2020; van der Have & Rubalcaba, 2016). Al ser considerado un campo dotado de diversidad, ambigüedad y heterogeneidad, los interesados en el tema pueden pensar que es difícil tener un primer acercamiento al campo. Ante ello, la ilustración sobre IS que aquí se ofrece, resulta conveniente especialmente para estudiantes que intentan acercarse por primera vez a este campo de estudio; también para quienes hacen políticas públicas y que buscan integrar los conceptos de la IS al diseño o análisis de política pública.
Asimismo, este trabajo es de utilidad para los emprendedores sociales que planean generar e implementar iniciativas de IS, pero que no tienen presentes los aportes teóricos y conceptuales que integran este campo; los cuales pueden ser de gran apoyo para dar forma y sustento a sus iniciativas. Muestra de ello, son los emprendedores de las industrias creativas, quienes buscan desarrollar sus ideas y proyectos, pero también generar un cambio social, cultural o artístico; contribuyendo al desarrollo económico, la generación de empleos y la inclusión social. Las iniciativas de estos emprendedores bien pueden idearse e implementarse con iniciativas de IS, para lo cual este trabajo puede ser de utilidad.
Al ser este un primer ejercicio realizado a partir de una sola base de datos, quedan pendientes varias cuestiones: por ejemplo, la ya mencionada necesidad de hacer una revisión de los trabajos publicados en revistas nacionales, así como integrar al estudio otro tipo de literatura, como capítulos de libro, recopilaciones, ponencias, etc. Aquello contribuirá a la conformación de un estado del arte sólido y preciso sobre la IS, que facilite la consideración de sus conceptos e integración de sus aportes en las iniciativas de participación social. También ayudaría a integrar un estado del arte a partir de los aportes específicos que se han realizado desde Latinoamérica en materia de IS.
Contribuciones de los autores
ACL: Conceptualización, curación de datos, metodología, análisis formal, supervisión, redacción del borrador original, revisión y edición.
EJC: Curación de datos, metodología, análisis formal, redacción del borrador original.
DLM: Curación de datos, metodología, análisis formal, redacción del borrador original.
Referencias
Adams, D., & Hess, M. (2010). Social innovation and why it has policy significance. The Economic and Labour Relations Review, 21(2), 139–156. https://doi.org/10.1177/103530461002100209
Adams, R., Bessant, J., & Phelps, R. (2006). Innovation management measurement: A review. International journal of management reviews, 8(1), 21–47. https://doi.org/10.1111/j.1468-2370.2006.00119.x
Alijani, S., Luna, A., Castro-Spila, J., & Unceta, A. (2016). Building capabilities through social innovation: implications for the economy and society. Finance and Economy for Society: Integrating Sustainability, 11, 293–313. https://doi.org/10.1108/S2043-905920160000011016
Angelidou, M., & Psaltoglou, A. (2017). An empirical investigation of social innovation for sustainable urban development. Sustainable Cities and Society, 33, 113–125. https://doi.org/10.1016/j.scs.2017.05.016
Ardill, N., & Lemes de Oliveira, F. (2018). Social innovation in urban spaces. International Journal of Urban Sustainable Development, 10(3), 207–221. https://doi.org/10.1080/19463138.2018.1526177
Atlas.ti. ATLAS.ti Scientific Software Development GmbH. Qualitative Data Analysis. Versión 8.0. Berlin, 2018. https://atlasti.com/
Avelino, F., Wittmayer, J., Pel, B., Weaver, P., Dumitru, A., Haxeltine, A., Kemp, R., Jørgensen, M., Bauler, T., Ruijsink, S., & O'Riordan, T. (2017). Transformative social innovation and (dis)empowerment. Technological Forecasting & Social Change, 145, 195–206. https://doi.org/10.1016/j.techfore.2017.05.002
Baker, S., & Mehmood, A. (2015). Social innovation and the governance of sustainable places. Local Environment: The International Journal of Justice and Sustainability, 20(3), 321–334. https://doi.org/10.1080/13549839.2013.842964
Baltazar, M. E. (2015). Creating competitive advantage by institutionalizing corporate social innovation. Journal of Business Research,68(7), 1468–1474. https://doi.org/10.1016/j.jbusres.2015.01.036
Baregheh, A., Rowley, J., & Sambrook, S. (2009). Towards a multidisciplinary definition of innovation. Management Decision, 47(8), 1323–1339. https://doi.org/10.1108/00251740910984578
Biggs, R., Westley, F., & Carpenter, S. (2010). Navigating the black loop: fostering social innovation and transformation in ecosystem management. Ecology and Society, 15(2), 9. https://www.ecologyandsociety.org/vol15/iss2/art9/
Bock, B. (2016). Rural marginalisation and the role of social innovation; a turn towards nexogenous development and rural reconnection. Sociologia Ruralis, 56(4), 552-573. https://doi.org/10.1111/soru.12119
Cajaiba-Santana, G. (2013). Social innovation: moving the field forward. A conceptual framework. Technological Forecasting & Social Change, 82, 42–51. https://doi.org/10.1016/j.techfore.2013.05.008
Calderón, R. (2017). Una primera mirada de la sociedad jalisciense sobre la innovación social. RICSH Revista Iberoamericana de las Ciencias Sociales y Humanísticas, 6(11), 1–24. https://doi.org/10.23913/ricsh.v6i11.102
Carberry, E., Bharati, P., Levy, D., & Chaudhury, A. (2017). Social movements as catalysts for corporate social innovation: environmental activism and the adoption of green information systems. Business & Society, 58(5), 1083–1127. https://doi.org/10.1177/0007650317701674
Castro-Spila, J. (2018). Social Innovation Excubator: Developing transformational work-based learning in the Relational University. Higher Education, Skills and Work-Based Learning, 8(1), 94–107. https://doi.org/10.1108/HESWBL-11-2017-0094
Chin, T., Yang, Y., Zhang, P., Yu, X., & Cao, L. (2019). Co-creation of social innovation: corporate universities as innovate strategies for Chinese firms to engage with society. Sustainability, 11(5), 1–13. https://doi.org/10.3390/su11051438
Crossan, M., & Apaydin, M. (2010). A Multi-Dimensional Framework of Organizational Innovation: A Systematic Review of the Literature. Journal of Management Studies, 47(6), 1154–1191. https://doi.org/10.1111/j.1467-6486.2009.00880.x
Crowther, M., Lim, W., & Crowther, M. A. (2010). Systematic review and meta-analysis methodology. Blood, The American Society of Hematology Journal, 116(17), 3140–3146. https://doi.org/10.1182/blood-2010-05-280883
Dacin, T., Dacin, P., & Tracey, P. (2011). Social Entrepreneurship: A Critique and Future Directions. Organization Science, 22(5), 1203–1213. https://doi.org/10.1287/orsc.1100.0620
Dawson, P., & Daniel, L. (2010). Understanding social innovation: a provisional framework. International Journal of Technology Management, 51(1), 9–21. https://doi.org/10.1504/IJTM.2010.033125
Domanski, D., Howaldt, J., & Kaletka, C. (2020) A comprehensive concept of social innovation and its implications for the local context – on the growing importance of social innovation ecosystems and infrastructures. European Planning Studies, 28(3), 454–474. https://doi.org/10.1080/09654313.2019.1639397
Dufays, F. (2018). Exploring the drivers of tensions in social innovation management in the context of social entrepreneurial teams. Management Decision, 57(6), 1344–1362. https://doi.org/10.1108/MD-01-2017-0089
Edwards-Schachter, M., & Wallace, M. (2017). ‘Shaken but not stirred’: Sixty years of defining social innovation. Technological Forecasting & Social Change, 119, 64–79. https://doi.org/10.1016/j.techfore.2017.03.012
Feola, G., & Nunes, R. (2014). Success and failure grassroots innovations for addressing climate change: The case of the Transition Movement. Global Environmental Change, 24, 232–250. https://doi.org/10.1016/j.gloenvcha.2013.11.011
Gerometta, J., Haussermann, H., & Longo, G. (2005). Social innovation and civil society in urban governance: strategies for an inclusive city. Urban Studies, 42(11), 2007–2021. https://doi.org/10.1080=00420980500279851
Giuliano, M., Fracassi, E., Maiolini, R., & Carnini, S. (2018). Exploring social innovation components and attributes: A taxonomy proposal. Journal of Social Entrepreneurship, 9(2), 94–109. https://doi.org/10.1080/19420676.2018.1448296
Grimm, R., Fox, C., Baines, S., & Albertson, K. (2013). Social innovation, an answer to contemporary societal challenges? Locating the concept in theory and practice. Innovation: The European Journal of Social Science Research, 26(4), 436–455. https://doi.org/10.1080/13511610.2013.848163
Guadarrama, V. H, y Acosta, A. (2017). Ecosistema de Innovación Social en México. Foro Consultivo y Tecnológico, A. C. – CONACYT.
Guadarrama, V. H. (coord.) (2018). Propuestas para el desarrollo de la Innovación social en México. Colección Innovación Social. Foro Consultivo y Tecnológico, A. C.
Guadarrama, V. H., Calderón, R. y Nava, J. M. (coords.) (2018). Innovación social: desarrollo teórico y experiencias en México. Foro Consultivo y Tecnológico, A. C.
Hebinck, A., Galli, F., Arcuri, S., Carroll, B., O’Connor D., & Oostindie H. (2018). Capturing change in European food assistance practices: a transformative social innovation perspective. Local Environment, 4(25), 1-16. https://doi.org/10.1080/13549839.2017.1423046
Hernández-Ascanio, J., Tirado-Valencia, P. y Ariza-Montes, A. (2016). El concepto de innovación social: ámbitos, definiciones y alcances teóricos. CIRIEC-España, Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa, (88), 164–199. https://ojs.uv.es/index.php/ciriecespana/article/view/8849
Hillgren, P., Seravalli, A. & Emilson, A. (2011). Prototyping and infrastructuring in design for social innovation. CoDesign, 7(3–4), 169–183. https://doi.org/10.1080/15710882.2011.630474
Huq, J. (2018). Conditioning a professional exchange field for social innovation. Business & Society, 58(5), 1047–1082. https://doi.org/10.1177/0007650318758321
Jaeger-Erben, M., Rückert-John, J., & Schäfer, M. (2015). Sustainable consumption through social innovation: a typology of innovations for sustainable consumption practices. Journal of Cleaner Production, 108(Part A), 784–798. https://doi.org/10.1016/j.jclepro.2015.07.042
Kanter, R. (1999). From Spare Change to Real Change: The Social Sector as Beta Site for Business Innovation. Harvard Business Review, 77(3), 122-132. https://hbr.org/1999/05/from-spare-change-to-real-change-the-social-sector-as-beta-site-for-business-innovation
Kinder, T. (2010). Social innovation in services: technologically assisted new care models for people with dementia and their usability. International Journal of Technology Management, 51(1), 106–120. https://doi.org/10.1504/IJTM.2010.033131
Kropp, C. (2017). Research on Social Innovation at a Crossroads. Gaia - Ecological Perspectives for Science and Society, 26(4), 309 – 312. https://doi.org/10.14512/gaia.26.4.5
Le Ber, M. J., & Branzei, O. (2010). (Re)Forming strategic cross-sectors partnerships. Relational Processes of Social Innovation. Business & Society, 49(1), 140–172. https://doi.org/10.1177/0007650309345457
Lettice, F., & Parekh, M. (2010). The social innovation process: themes, challenges and implications for practice. International Journal of Technology Management, 51(1), 139–158. https://doi.org/10.1504/IJTM.2010.033133
Lindberg, M., Forsberg, L., & Karlberg, H. (2016). Gender dimensions in women’s networking for social innovation. The European Journal of Social Science Research, 14(46), 1–13. https://doi.org/10.1080/13511610.2016.1166037
López, P. L. (2004). Población muestra y muestreo. Punto cero, 09(08), 69–74.
Lubberink, R., Blok, V., van Ophem, J., & Omta, O. (2019). Responsible innovation by social entrepreneurs: an exploratory study of values integration in innovation. Journal of Responsible Innovation, 6(2), 179–210. https://doi.org/10.1080/23299460.2019.1572374
Macke, J., Rubim, J., Domeneghini, J., & Silva, K. (2018). Where do we go from now? Research framework for social entrepreneurship. Journal of Cleaner Production, 183, 677–685. https://doi.org/10.1016/j.jclepro.2018.02.017
Maclean, M., Harvey, C. E., & Gordon, J. (2013). Social innovation, social entrepreneurship and the practice of contemporary entrepreneurial philanthropy. International Small Business Journal, 31(7), 247–263. https://doi.org/10.1177/0266242612443376
Marques, P., Morgan, K., & Richardson, R. (2017). Social innovation in question: The theoretical and practical implications of a contested concept. Environment and Planning C: Politics and Space, 36(3), 496–512. https://doi.org/10.1177/2399654417717986
Martin, C., Upham, P., & Budd, L. (2015). Commercial orientation and grassroots social innovation: insight from the sharing economy. Ecological Economics, 118, 240–251. https://doi.org/10.1016/j.ecolecon.2015.08.001
Martinez, F., O’Sullivan, P., Smith, M., & Esposito, M. (2017). Perspectives on the role of business in social innovation. Journal of Management Development, 36(5), 681–695. https://doi.org/10.1108/JMD-10-2016-0212
Maruyama, Y., Nishikido, M. & Iida, T. (2007). The rise of community wind power in Japan: Enhanced acceptance through social innovation. Energy Policy, 35(5), 2761–2769. https://doi.org/10.1016/j.enpol.2006.12.010
Massey, A., & Johnston, K. (2016). Governance: public governance to social innovation? Policy & Politics, 44(4), 663–675. https://doi.org/10.1332/030557314X14042230109592
McPhearson, T., Andersson, E., Elmqvist, T., & Frantzeskaki, N. (2014). Resilience of and through urban ecosystem services. Ecosystems Services, 12, 152–156. https://doi.org/10.1016/j.ecoser.2014.07.012
Mehmood, A. (2016). Of resilient places: planning for urban resilience. European Planning Studies, 24(2), 407–419. https://doi.org/10.1080/09654313.2015.1082980
Mont, O., Neuvonen, A., & Lähteenoja, S. (2014). Sustainable lifestyles 2050: stakeholder visions, emerging practices and future research. Journal of Cleaner Production, 63, 24–32. https://doi.org/10.1016/j.jclepro.2013.09.007
Moore, M., & Westley, F. (2011). Surmountable Chasms: Networks and Social Innovation for Resilient Systems. Ecology and Society, 16(1), 5. http://www.ecologyandsociety.org/vol16/iss1/art5/
Moore, M., Olsson, P., Nilsson, W., Rose, L., & Westley, F. (2018). Navigating emergence and system reflexivity as key transformative capacities: experiences from a Global Fellowship program. Ecology and Society, 23(2), 38. https://doi.org/10.5751/ES-10166-230238
Moulaert, F., Martinelli, F., Swyngedouw, E., & Gonzalez, S. (2005). Towards alternative model(s) of local innovation. Urban Studies, 42(11), 1969-1990. https://doi.org/10.1080/00420980500279893
Moulaert, F., & Nussbaumer, J. (2005). The social region: beyond the territorial dynamics of the learning economy. European Urban and Regional Studies, 12(1), 45–64. https://doi.org/10.1177/0969776405048500
Murphy, M., Perrot, F., & Rivera, M. (2012). New perspectives on learning and innovation in cross-sector collaborations. Journal of Business Research, 65(12), 1700–1709. https://doi.org/10.1016/j.jbusres.2012.02.011
Neumeier, S. (2011). Why do social innovations in rural development matter and should they be considered more seriously in rural development research? – Proposal for a stronger focus on social innovations in rural development research. Sociologia Ruralis, 52(1), 48-69. https://doi.org/10.1111/j.1467-9523.2011.00553.x
Neumeier, S. (2017). Social innovation in rural development: identifying the key factors to success. Geographical Journal, 183(1), 34–46. https://doi.org/10.1111/geoj.12180
Novy, A., & Leubolt, B. (2005). Participatory budgeting in Porto Alegre: social innovation and the dialectical relationship of State and civil society. Urban Studies, 42(11), 2023–2036. https://doi.org/10.1080=00420980500279828
Oganisjana, K., Surikova, S., Kozlovskis, K., & Svirina, A. (2018). Financial, organizational and informative involvement of the society in social innovation processes in Latvia. The International Journal of Entrepreneurship and Sustainability Issues, 6(1), 456–471. https://doi.org/10.9770/jesi.2018.6.1(28)
Olsson, P., Moore, M., Westley, F., & McCarthy, D. (2017). The concept of the Anthropocene as a game-changer: a new context for social innovation and transformations to sustainability. Ecology and Society, 22(2), 31. https://doi.org/10.5751/ES-09310-220231
Otzen, T., y Manterola, C. (2017). Técnicas de muestreo sobre una población de estudio. International Journal of Morphology, 35(1), 227–232. https://doi.org/10.4067/S0717-95022017000100037
Perrini, F., Vurro, C., & Costazo, L. (2010). A process-based view of social entrepreneurship: from opportunity identification to scaling-up social change in the case of San Patrignano. Entrepreneurship & Regional Development, 22(6), 515–534. https://doi.org/10.1080/08985626.2010.488402
Phillips, W., Lee, H., Ghobadian, A., O’Regan, N., & James, P. (2014). Social innovation and social entrepreneurship: a systematic review. Group & Organization Management, 40(3), 428–461. https://doi.org/10.1177/1059601114560063
Pitt-Catsouphes, M., & Cosner, S. (2015). Teaching Note- Incorporating Social Innovation Content Into Macro Social Work Education. Journal of Social Work Education, 51(2), 407–416. https://doi.org/10.1080/10437797.2015.1012947
Plataforma Electoral y Programa de Gobierno (2018). Plan Alternativo de Nación 2018 - 2024. Gobierno de México - INE. https://repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/bitstream/handle/123456789/94367/CG2ex201712-22-rp-5-2-a2.pdf
Rao, R., Vorley, T., & Khan, Z. (2017). Social innovation in emerging economies: A National Systems of Innovation based approach. Technological Forecasting & Social Change, 121, 228–237. https://doi.org/10.1016/j.techfore.2017.03.01
Rover, O. J., Corrado de Genaro, B., & Roselli, L. (2016). Social innovation and sustainable rural development: the case of a Brazilian agroecology network. Sustainability, 9(3), 1-14. https://doi.org/10.3390/su9010003
Sabato, S., Vanhercke, B., & Verschraegen, G. (2017). Connecting entrepreneurship with policy experimentation? The EU framework for social innovation. Innovation: The European Journal of Social Science Research, 30(2), 147–167. https://doi.org/10.1080/13511610.2017.1282308
Salim, B., & Ellingstad, P. (2016). Social innovation model for business performance and innovation. International Journal of Productivity and Performance Management, 65(2), 256–274. https://doi.org/10.1108/IJPPM-10-2015-0147
Selsky, J., & Parker, B. (2010). Platforms for cross-sector social partnerships: prospective sensemaking devices for social benefit. Journal of Business Ethics, 94, 21–37. https://doi.org/10.1007/s10551-011-0776-2
Sensoy, O. (2017). A promising partnership: uncovering the middle ground between social innovation and social work: response to Dr. Marilyn L. Flynn’s remarks. Research on Social Work Practice, 27(2), 131–133. https://doi.org/10.1177/1049731516658769
Seyfang, G., & Haxeltine, A. (2012). Growing grassroots innovations: exploring the role of community-based initiatives in governing sustainable energy transitions. Environment and Planning C: Politics and Space, 30(3), 381–400. https://doi.org/10.1068/c10222
Silva, M., y Pedroza, A. R. (2018). Innovación social: Una competencia social compartida. Education in the Knowledge Society, 19(2), 47–62. https://doi.org/10.14201/eks20181924762
Slimane, K. B, & Lamine, W. (2017). A transaction-based approach to social innovation. The international journal of entrepreneurship and innovation, 18(4), 231–242. https://doi.org/10.1177/1465750317741879
Soma, K., Van der Burg, S., Hoefnagel, E., Stuiver, M., & van der Heide, M. (2017). Social innovation – A future pathway for Blue growth? Marine Policy, 87, 363–370. https://doi.org/10.1016/j.marpol.2017.10.008
Swyngedouw, E. (2005). Governance innovation and the citizen: The Janus face of governance-beyond-the-state. Urban Studies, 42(11), 1991–2006. https://doi.org/10.1080=00420980500279869
Toivonen, T. (2016). What is the social innovation community? Conceptualizing an emergent collaborative organization. Journal of Social Entrepreneurship, 7(1), 49–73. https://doi.org/10.1080/19420676.2014.997779
Tracey, P., & Stott, N. (2017). Social innovation: a window on alternative ways of organizing and innovating. Innovation: Organization & Management, 19(1), 51–60. https://doi.org/10.1080/14479338.2016.1268924
Unceta, A., Castro-Spila, J., & García, J. (2016). Social innovation indicators. Innovation: The European Journal of Social Science Research, 29(2), 192-204. https://doi.org/10.1080/13511610.2015.1127137
van der Have, R. & Rubalcaba, L. (2016). Social innovation research: An emerging area of innovation studies? Research Policy, 45(9), 1923–1935. https://doi.org/10.1016/j.respol.2016.06.010
Vasques, A., João, M. y Vieira, K. (2018). Social innovation: what do we know and do not know about it. International Journal of Innovation and Learning, 24(3), 301–326. https://doi.org/10.1504/IJIL.2018.094711
Vézina, M., Ben, M. & Malo, M. C. (2018). Exploring the social innovation process in a large market based social enterprise: a dynamic capabilities approach. Management Decision, 57(6), 1399–1414. https://doi.org/10.1108/MD-01-2017-0090
Voorberg, W., Bekkers, V., & Tummers, L. (2015). A systematic review of co-creation and co-production: embarking on the social innovation journey. Public Management Review, 17(9), 1333–1357. https://doi.org/10.1080/14719037.2014.930505
Web of Science – WoS. (2021). Colección principal de Web of Science. Clarivate Analytics. https://clarivate.com/webofsciencegroup/solutions/web-of-science/ (Acceso el 21 de septiembre de 2019).
Weerawardena, J. & Sullivan, G. (2012). Competitive Strategy in Socially Entrepreneurial Nonprofit Organizations: Innovation and Differentiation. Journal of Public Policy & Marketing, 31(1), 91–101. https://doi.org/10.1509/jppm.11.034
Westley, F., Antadze, N., Riddell, D. J., Robinson, K., & Geobey, S. (2014). Five configurations for scaling up social innovation: case examples of nonprofit organizations from Canada. The Journal of Applied Behavioral Science, 50(3), 234–260. https://doi.org/10.1177/0021886314532945
Wolfram, M. (2016). Cities shaping grassroots niches for sustainability transitions: conceptual reflections and an exploratory case study. Journal of Cleaner Production, 173, 11–23. https://doi.org/10.1016/j.jclepro.2016.08.044
Ziegler, R. (2017). Social innovation as a collaborative concept. Innovation: The European Journal of Social Science Research, 30(4), 388–405. https://doi.org/10.1080/13511610.2017.1348935
Zulazli, H., Raja, R. K., Zainudin, R., Abang, A., & Mokhtarrudin, A. (2017). The Impact of Social Innovation on an Enterprise Success: Item Validation. Pertanika Journal of Social sciences & humanities, 25, 99–110.
Notas
Notas de autor
aydecadena@gmail.com