Entrenamiento deportivo

Entrenamiento en deportes de equipo: el entrenamiento estructurado en el FCB

Training in Team Sports: Structured Training in the FCB

J. R. Tarragó
Futbol Club Barcelona, España
Marcel·lí Massafret-Marimón
Universidad de Barcelona, España
Francisco Seirul·lo
Futbol Club Barcelona, España
Francesc Cos
Universidad de Barcelona, España
New York City Football Club, Estados Unidos

Entrenamiento en deportes de equipo: el entrenamiento estructurado en el FCB

Apunts Educación Física y Deportes, vol. 35, núm. 137, pp. 103-114, 2019

Institut Nacional d'Educació Física de Catalunya

Recepción: 10 Diciembre 2018

Aprobación: 22 Abril 2019

Resumen: Aunque las ciencias que estudian la actividad física y el deporte son relativamente jóvenes, en las últimas décadas han evolucionado notablemente, y en este sentido las metodologías que estudian el entrenamiento deportivo no son una excepción. En este contexto parece que gran parte de las metodologías conocidas, como por ejemplo la periodización clásica, no dan respuesta a todas las necesidades que presentan los llamados deportes de equipo, caracterizados por competiciones que se mantienen durante largos periodos de tiempo, sometiendo al deportista a un gran estrés competitivo. El entrenamiento estructurado nace con la voluntad de adaptarse a las necesidades específicas de los deportes de equipo, basándose en la especificidad, la individualización, el abordaje global y el aprendizaje diferencial, respetando las diferentes estructuras que conforman al ser humano deportista. Este artículo explica los fundamentos y las características principales del entrenamiento estructurado desde un abordaje holístico.

Palabras clave: entrenamiento estructurado, deportes de equipo, metodología entrenamiento, entrenamiento optimizador, entrenamiento coadyuvante, capacidades físicas.

Abstract: Although the sciences that study physical activity and sports are relatively young, they have evolved considerably in recent decades, and the methodologies that study sports training are no exception. In this context, it seems that most of the known methodologies, such as classical periodization, do not meet all the needs of team sports, which are characterised by competitions that go on for long periods of time which subject the players to extraordinary competitive stress. Structured training was devised with the aim of adapting to the specific needs of team sports based on specificity, individualisation, a global approach and differential learning, while respecting the different structures that comprise human athletes. This article explains the fundamentals and main characteristics of structured training using a holistic approach.

Keywords: Structured training, team sports, training methodology, optimiser training, coadjuvant training, physical capabilities.

Introducción

El año 2014, el Fútbol Club Barcelona (FCB) creó el área de Rendimiento Deportivo con la voluntad de cubrir diferentes objetivos: primero, ofrecer apoyo desde el conocimiento y la innovación, a todos los profesionales que tienen que dar servicio a los diferentes equipos de los 5 deportes profesionales; segundo, estar a la vanguardia en cada una de las áreas de conocimiento para poder liderar la innovación y el desarrollo en el mundo del deporte, y, finalmente, contribuir al crecimiento sostenible del club.

En este contexto de máxima exigencia, en la búsqueda constante para la mejora del rendimiento deportivo, el aprendizaje motor y la prevención de lesiones entre otros, el área de rendimiento ha desarrollado una metodología de trabajo conocida y reconocida como entrenamiento estructurado (EE). Siendo conscientes que todas las metodologías enriquecen y mejoran el rendimiento, el FCB ha ido desarrollando a lo largo de los años una metodología que considera óptima para la preparación de un ser humano deportista que tendrá que rendir en un deporte de equipo. Las teorías de los sistemas dinámicos complejos aparecen como una forma de observar los juegos-deportes. Comprender la organización jerárquica de los sistemas vivos y la interacción dinámica que los lleva a la autorregulación representa la base teórica para construir una ciencia de entrenamiento específica para los deportes de equipo (Kelso,1994), inspirada en buena medida en las propuestas del profesor Seirul·lo (Seirul·lo, 2003). En estos sistemas, la integración es dinámica y no lineal (Plsek y Greenhalgh, 2001), y la interacción entre sus subsistemas comporta la aparición de nuevos componentes y nuevas propiedades que no pertenecen a ningún subsistema (Coffey, 1998).

El área de rendimiento del FCB hace años que decidió apostar firmemente por un entrenamiento basado en la especificidad, la individualización, la variabilidad, el abordaje global y el aprendizaje diferencial, siendo hoy día plenamente vigente y aceptado por todos los equipos de profesionales responsables de la preparación física del club.

El entrenamiento estructurado

El entrenamiento estructurado (EE) es una propuesta de entrenamiento deportivo fundamentada en el interés por el ser humano deportista (SHD), mujeres y hombres que están implicados en un juego/deporte, compartiendo con otros el interés común de ganar, de superar a los contrarios con el fin de obtener la compensación al esfuerzo y dedicación que requiere este objetivo. El entrenamiento se presenta como una trama dinámica específica, realizada con variabilidad y continuidad, respetando los episodios del juego, adoptando el nombre de entrenamiento estructurado porque se fundamenta en las estructuras del ser humano que realiza deporte y en su expresión en la acción motora. Las relaciones que existen entre las diferentes estructuras y su organización facilitan las relaciones con el entorno competitivo específico de cada deporte. En la figura 1 se representan las diferentes áreas que contempla el EE.


Figura 1

Se entiende el SHD como un sistema biológico dinámico complejo, en el que las partes del sistema y las diferentes aplicaciones en el movimiento se interrelacionan, teniendo todas ellas una importancia relevante, respetando la premisa fundamental que el todo es mejor que la suma de las partes (Aristóteles, 384 ac). La consistencia entre sus interrelaciones determina la eficiencia optimizadora del SHD hacia sus prácticas. Así, pues, se construyen prácticas holísticas y ecológicas basadas en la teoría general de los sistemas dinámicos complejos, que se centran en el SHD.

Bajo esta perspectiva los seres vivos son estructuras complejas que se autoorganizan, y se caracterizan por la capacidad de reproducirse continuamente mediante una organización autopoiética (Valera, Maturana y Uribe, 1974).

El EE se contempla y se organiza desde dos áreas de actuación:

Por una parte, hay el entrenamiento optimizador, es decir, “aquel que se ocupa de la planificación, diseño, ejecución y control de las tareas de su deporte, cuyo objetivo es optimizar el rendimiento de SHD en todas las competiciones en las que participe a lo largo de su vida deportiva” (Romero y Tous, 2010, prólogo de Seirul·lo, párrafo 1); se podría decir que este entrenamiento, fundamentalmente, prepara para competir y por lo tanto requiere que las tareas de entrenamiento se realicen en un entorno y unos elementos del todo específicos al juego.

Por otra parte, tan necesario como el entrenamiento optimizador, está el entrenamiento coadyuvante formado por todas aquellas prácticas que permiten al deportista no solo disfrutar de un estado del bienestar y protección de la salud, que le permitan realizar diariamente las tareas que propone el entrenamiento optimizador (Seirul·lo, 1986), sino también potenciar aquellos elementos, estructuras y sistemas que exige cada especialidad deportiva y que hacen que el deportista alcance el nivel de rendimiento deseado (Cos, 2017); se podría decir que prepara fundamentalmente para poder entrenar y al mismo tiempo también para mejorar las estructuras y sistemas que permitirán construir el rendimiento, a partir de elementos y entorno que en parte o en su totalidad no son específicos del juego.

El EE se anticipa a las necesidades que la competición crea en los SHD, procurando fundamentalmente que la secuencia temporal de los estímulos hacia el SHD sea la guía de la evolución del deportista en su práctica y que los objetivos se ajusten a la dinámica conformadora de cada uno de ellos en función de su evolución.

En el EE se habla de la autoconformación y optimización de todas las estructuras, suponiendo la interacción, cooperación y sinergia entre la totalidad de sistemas que conforman cada una de las estructuras del SHD.

Estructuras que conformanal ser humano

El ser humano está formado por estructuras hipercomplejas configuradas por interactivos y retroactivos entre diferentes sistemas; utiliza estos sistemas y la relación entre ellos para definir una serie de estructuras que se pueden identificar en la acción motora. Cada estructura que se consigue identificar durante la práctica del deporte está conformada, al mismo tiempo, por procesos de diferentes sistemas y subsistemas, muchos de ellos compartidos por varias estructuras.

A continuación se presentan y definen, resumidamente, las diferentes estructuras identificables en la “performance” de los deportes de equipo:

Estructura bioenergética: está relacionada con las vías energéticas; aporta y renueva la bioenergía haciendo posible el desarrollo de todas las estructuras incluyendo la propia.

Estructura cognitiva: es responsable del proceso de percepción-acción; su funcionalidad se manifiesta en la eficiencia para captar, identificar y tratar aquella información relevante, relacionada con el entorno del juego-deporte.

Estructura coordinativa: está relacionada con la movilidad, lateralidad y disociaciones; su funcionalidad se manifiesta con la posibilidad de ejecutar el movimiento sean cuales sean las condiciones del entorno en las que deba realizarse; pretende eficiencia y eficacia.

Estructura condicional: tiene relación con las capacidades motrices; su funcionalidad se manifiesta por medio de la capacidad para generar tensión intramuscular (bastante), y las diferentes manifestaciones relacionadas con el espacio-tiempo de velocidad y resistencia.

Estructura creativa: está relacionada con la capacidad expresiva y las relacionas interpersonales que aparecen en la competición y el entrenamiento; esta estructura construye las formas de comunicación que son útiles, necesarias e identificadoras del juego y su forma de vivirlo e interpretarlo (el yo hacia nuestro equipo).

Estructura socioafectiva: tiene que ver con la relación e identificación con los compañeros y el rol que ocupa cada uno. Su funcionalidad se manifiesta con la calidad y la estabilidad de las relaciones interpersonales fundamentadas en los sentimientos y afectos, que se producen durante las prácticas específicas del grupo-deporte.

Estructura emotivo-volitiva: está relacionada con los sentimientos propios y los estados de ánimo (niveles de ansiedad, cansancio, estrés, liderazgo, etc.). Identifica, regula y encausa todas las emociones y deseos que impulsan a moverse o no hacerlo; estructura relacionada con el esfuerzo y la dedicación necesarios para obtener los objetivos deseados.

Estructura mental: está relacionada con la autoorganización que el jugador tiene con las estructuras. Combinación y recombinación de facultades cognitivas que posibilita la autoconciencia y el razonamiento evolutivo de todos “los mundos” de nuestro existir.

Hay que considerar que cada una de las estructuras es una forma de manifestación de procesos de interacción entre los diferentes sistemas que se pueden encontrar en la práctica de cualquier acción deportiva. La evolución del SHD se conseguirá cuando se optimicen equilibradamente todas las estructuras descritas. Si se interpreta así, el SHD desarrollará, además, la capacidad de construir estructuras multinivel de sistemas dentro de sistemas.

Es así como la optimización del EE supone la interactividad, cooperación y sinergia entre la totalidad de los sistemas que conforman las diferentes estructuras, de tal manera que este todo global les otorga una capacidad funcional diferente que ninguna de estos dispone por separado. Se entiende que todo tiene la misma importancia, nada es tan determinante que requiera ser practicado antes para alcanzar una base imprescindible hacia las demás, y por lo tanto no es necesario entrenar un aspecto por encima de los otros sino que hay que favorecer las interacciones inter e intrasistémicas, que son las causantes de la optimización.

Bases para la práctica de las EE

A continuación se presentan diferentes fundamentos de los EE.

Optimizar

Según Solé (2002), hay dos grandes tendencias ideológicas sobre el entrenamiento: la biológica o analítica y la holística, que estudia al deportista de forma global, como un producto de interacciones de los diferentes aspectos que conforman el rendimiento deportivo.

Un signo característico que predispone a la adaptación del SHD es la inestabilidad en el intercambio de energía, materia e información. Los cambios facilitan adaptación y en consecuencia la optimización. A causa del continuo intercambio con el entorno, las capacidades funcionales “fluctúan” en un cierto rango de inestabilidad dinámica, y cuando este se modifica superando las posibilidades de los sistemas de referencia, el estado inicial desaparece y se accede a un nuevo estado de funcionalidad diferente al anterior que persiste durante un tiempo como una solución subyacente. Estos cambios no son unidireccionales sino que son multidireccionales, intra e intersistémicos, interconectándose en forma de redes.

La teoría de sistemas dinámicos complejos argumenta que todo sistema se optimiza cuando se provocan inestabilidades (Varela et al. 1974). Todos los intercambios de energía, materia e información en el entorno de los SHD suceden en una secuencia temporal concreta, que no tiene marcha atrás y por lo tanto es “irreversible”. De hecho, el mundo real es irreversible, y solo si se pueden identificar los signos del tiempo vivido, o los procesos de presentación de estos acontecimientos, se podrá acumular la experiencia necesaria para revivir hechos similares y resolverlos de forma más eficiente.

El EE entrena aquello que es específico del deporte que se practica, entendiendo optimizar como el proceso de planificación, diseño, ejecución y control de una actividad para obtener los resultados deseados.

Variabilidad

Otro fundamento del EE es la práctica variable. Desde hace décadas, varias autorías han defendido otras formas de afrontar el aprendizaje motor, como por ejemplo la hipótesis de la variabilidad de Schmidt (1975), que supone un enfoque radicalmente opuesto a las propuestas tradicionales de aquella época. Esta teoría defiende que la práctica abundante y variable es la vía más adecuada para favorecer el aprendizaje motor infantil. Para Schmidt i Lee (2005), el aprendizaje deportivo supone la toma de contacto por parte del aprendiz con un mundo de acciones diferentes que tienen que estar ajustadas y adaptadas a las demandas de las numerosas y variables situaciones del juego; variar representa provocar nuevos parámetros de respuesta, adaptados a las necesidades específicas de velocidad, trayectoria, amplitud, fuerza, etc., que demande la nueva situación. En consecuencia, todo el esquema motor se reforzará gracias a la variabilidad de la práctica (Torrents, 2005).

Aunque los enfoques del aprendizaje tradicional se basan normalmente en una comprensión lineal (Balagué y Torrents, 2013), en los últimos años ha aumentado el interés sobre la complejidad de la naturaleza y los fenómenos vivos, con conocimientos significativos proporcionados por los modelos de cambio que se fundamentan en una comprensión no lineal de la causalidad, donde pequeñas causas pueden generar grandes efectos y viceversa, como el conocido efecto mariposa (Higgins, 2002; Hilborn, 2004; Gleick, 1987). En este sentido, los procesos de aprendizaje parecen tener más éxito induciendo un cambio de comportamiento cuando los procesos de enseñanza se desvían de un enfoque lineal (Schöllhorn, Mayer-Kress, Newell y Michelbrink, 2009). El enfoque del “aprendizaje diferencial” o “differential learning”, aprovecha las fluctuaciones de un sistema complejo aumentándolas a través de la “no repetición” y el “cambio constante” en las tareas de movimiento que añaden “perturbaciones estocásticas” (Frank, Michelbrink, Beckmann y Schöllhorn, 2007;Schöllhorn, Hegen y Davids, 2012).

Se defiende la variabilidad como medio, asumiendo que la repetición de tareas en las mismas condiciones no provoca las fluctuaciones necesarias en los sistemas implicados para modificar su estado. Solo la variación en las condiciones de ejecución provoca las fluctuaciones necesarias que ocasionan un cambio de funcionalidad en los sistemas comprometidos. Posteriormente, por medio de la introyección, es decir la apropiación psíquica de los objetos o personas del mundo exterior, y, retroacciones, es decir la regulación de las respuestas dentro de un sistema, molécula, célula, organismo o población que influyen en la actividad o la productividad del sistema, constituido por elementos interactuantes, cada uno de los cuales puede presentar muchos estados diferentes, en función de los estados de los otros (Holland, 1995; Rickles, Hawe y Shiell, 2007) se podrá optimizar la totalidad de las estructuras que conforman el SHD.

La variación y la variabilidad provocan interactividad dinámica en el conjunto de sistemas. Cuando se entrena partiendo de la variabilidad se estimula la interactividad dinámica entre el total de los sistemas que constituyen el SHD, y cada uno de los sistemas formará parte de una forma más o menos prioritaria de una de las estructuras. En función de las necesidades y voluntad de optimización de las diferentes estructuras hará falta desarrollar una determinada consistencia e intención de la actividad prescrita.

Especificidad

Otra de las bases de la práctica del EE es que el entrenamiento tiene que ser específico para cada deporte, entendiendo como específico la calidad que distingue una especie del resto. Con respecto al fútbol, la pelota se conduce con los mismos segmentos con los que nos desplazamos, mientras que los brazos se utilizan para equilibrarse, protegerse, o anticiparse del adversario. Tener que realizar la tarea de desplazamiento asociada al control de la pelota hace que el fútbol sea uno de los deportes que exige más a la motricidad humana. En el baloncesto, por ejemplo, el desplazamiento se hace con las piernas, mientras que la capacidad de relación interpersonal se hace con la pelota que se coge con las manos, lo que comporta una expresión motriz diferente, y en consecuencia el entrenamiento de estos deportes también lo tiene que ser. El EE tiene en cuenta estas diferencias, entrenando los SHD desde el inicio basándose en las necesidades de la especialidad deportiva practicada.

Entendiendo el SHD como un ser complejo, con unas estructuras hipercomplejas, hay que construir las tareas en otra dimensión, lo que requiere un entrenamiento específico para los deportes de equipo. Estos ajustes e interacciones entre sistemas y estructuras se mantienen en un desequilibrio constante para poder estar en predisposición optimizadora y, por eso, las situaciones de entrenamiento no pueden ser analíticas, pero tampoco cerradas ni homogéneas, lo que obliga a los entrenadores a construir un tipo de situación de entrenamiento que también es específica a cada deporte.

Para integrar los diferentes elementos del entrenamiento, como cualidades o capacidades específicas de los deportes de equipo, hace falta, por una parte, describir como estos se manifiestan en cada deporte o especialidad de referencia y, por otra, ver el valor subjetivo que cada sujeto otorga a esta calidad dentro de la configuración del propio rendimiento

La planificación en el EE

El EE propone ajustar las cargas y los contenidos a las necesidades del SHD, y para conseguirlo se deben identificar las condiciones de instauración del renombre “vida deportiva” del jugador. Esta tarea es compleja puesto que cada atleta ha vivido una vida deportiva diferente y única y por lo tanto presenta unas condiciones iniciales diferentes en función de lo que ha vivido y optimizado anteriormente. Así pues, su autoconformación depende totalmente de las vivencias que condicionan las prestaciones iniciales.

Situaciones simuladoras preferenciales

El modelo cognitivo de funcionalidad sinergética del profesor Seirul·lo se organiza partiendo de las unidades microestructurales por medio de las situaciones simuladoras preferenciales (SSP) (Peñas, Acero, Lalin y Seirul·lo, 2013; Seirul·lo, 2001, 2003).

Se trata de generar acontecimientos y conjuntos de situaciones que predispongan a un estado de acción y respuesta en un entorno creado que invite a la imitación de comportamientos que serán simuladores del juego-deporte, y que inciden, de forma preferencial, en los diferentes sistemas según la intención de la tarea, dirigida por medio de reglas, espacios y número de jugadores participantes. Estas situaciones se definirán y se extraerán del análisis e interpretación del juego real entre el entrenador y cada jugador.

Las SSP tienen que ser optimizadoras para el SHD, y se deben construirse por medio de tareas globales, preferentemente en grupo, y no con el objetivo de aprender el ejercicio sino el juego; se construyen los diferentes episodios del entrenamiento según la orientación central de la sesión, pudiendo ser relativamente independientes en una misma sesión.

El uso de estas tareas motoras que integran elementos esenciales del juego facilita el desarrollo de habilidades técnicas y patrones de ejecución variadísimos que la propia competición exigirá (Peñas et al., 2013). Cada SSP requiere la intervención de diferentes sistemas o estructuras del SHD que el entrenador deberá identificar. Cada deportista debe activar aquellos sistemas que mejor respondan a la situación creada de acuerdo con el propio proceso de autoorganización a lo largo de su vida, de manera que cada jugador lo afrontará de forma diferente. Estas actuaciones, generadas por las situaciones creadas, serán las que lleven al jugador a otro nivel de autoorganización de los diferentes sistemas y estructuras implicadas en la “performance” o ejecución (Arjol, 2012).

Las características y capacidades de los SHD serán la guía de su proceso de entrenamiento por medio del EE y fundamentalmente a través de las SSP, las cuales no serán jerarquizadas sino que únicamente priorizarán una determinada situación de entrenamiento que permita una atención e intención preferente (una prioridad), pero sin desatender el resto de elementos que conforman las diferentes estructuras.

La bioecología sostiene que el SHD tiene una alta sensibilidad por la calidad, de manera que la modificación de estímulos, por pequeños que sean, pueden ocasionar grandes cambios inter e intrasistémicos, cambiando su diseño estructural, optimizando su funcionalidad y dando acceso a un nivel diferente. Por lo tanto, aumentar lo que es bueno no siempre es la mejor opción, sino que hay que priorizar variabilidad y especificidad en los estímulos a fin de que el SHD los pueda gestionar, entendiendo este como el medio y el fin.

Planificación, ciclo de entrenamiento estructurado y microciclo estructurado

Una característica común a todos los deportes de equipo que se desarrollan en el FCB es que las ligas regulares implican competiciones que se producen durante largos periodos de tiempo. Estas competiciones incluyen, al menos, una competición cada 7 días, y a menudo dos o tres competiciones semanales, sometiendo al deportista a un estrés competitivo muy grande durante prolongados periodos de tiempo. Esta carga tiene que ser asumida como una carga altamente específica y queda recogida y considerada como tal dentro de la planificación de la microestructura del EE.

De esta manera el EE desarrolla una forma de organización del entrenamiento llamada “microciclo estructurado” (ME), y que se convierte en la estructura más pequeña de la programación que acepta y considera la competición como una carga que modifica y condiciona las diferentes estructuras del periodo de entrenamiento que va de competición a competición. Por lo tanto, ME es el tiempo que transcurre entre competiciones, y el CEE representa la planificación de entrenamiento a tres semanas.

El ME debe conseguir el mejor entrenamiento posible y considerar las cargas de las competiciones dentro de la dinámica de la carga semanal, considerándolo el elemento más importante que condiciona el resto de sesiones. Por lo tanto, se aplicarán cargas de intensidad alta, media, baja y de recuperación cuando haga falta.

El CEE debe permitir planificar a corto plazo, tres semanas con más o menos ME, según las competiciones existentes en este periodo, y siempre planificando la cuarta semana cuando ya se acabe la primera, y así sucesivamente.

El FCB sigue investigando en relación con su metodología de entrenamiento, fundamentalmente a través de sus profesionales, con el objetivo de seguir mejorando y evolucionando el modelo de EE.

Conflicto de intereses

Las autorías no han comunicado ningún conflicto de intereses.

Referencias

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