Pedagogía deportiva

Efecto de la edad relativa en jugadores adolescentes de balonmano

Effect of Relative Age on Teenage Handball Players

MANUEL GÓMEZ-LÓPEZ
Universidad de Murcia, España
ANTONIO GRANERO-GALLEGOS
Universidad de Almería, España
LUCÍA CORDO CABAL
Universidad de Murcia, España
VICTORIA RUIZ SÁNCHEZ
Universidad de Murcia, España

Efecto de la edad relativa en jugadores adolescentes de balonmano

Apunts Educación Física y Deportes, vol. 33, núm. 130, pp. 73-83, 2017

Institut Nacional d'Educació Física de Catalunya

Recepción: 03/06/2016

Aprobación: 26/01/2017

Resumen: El presente estudio pretendió analizar el efecto de la edad relativa en jugadores adolescentes de balonmano. Para ello, fueron analizados los datos de sexo, fecha de nacimiento y puesto específico de 149 jugadores cadetes y juveniles, pertenecient es a diferentes equipos de la temporada 2015-16, realizándose comparaciones y estudiándose las diferencias mediante pruebas χ2 y Z y el método de Bonferroni. El análisis de resultados según el trimestre de nacimiento reveló la inexistencia de diferencias estadísticamente significativas en cuanto al sexo y puesto específico de juego. Asimismo, el análisis según el año de nacimiento impar o par reveló que aunque tampoco se hallaron diferencias estadísticamente significativas en cuanto al puesto específico, si se halló según el sexo del jugador. Por tanto, no parece confirmarse un efecto de la edad relativa en los jugadores analizados, considerando los puestos específicos, pero si en relación al sexo del jugador si lo analizamos según el año de nacimiento impar o par. Con lo cual, parece confirmarse que en las categorías analizadas, participan todos los jóvenes, independientemente del grado de madurez que presenten.

Palabras clave: efecto relativo de la edad, balonmano, adolescencia, Maduración.

Abstract: This study analyses the relative age effect on teenage handball players. To do this data on the gender, date of birth and specific position of 149 under-15 and under-17 players from various teams in the 2015-16 season were analysed by making comparisons and studying the differences using χ2 and Z testing procedures and the Bonferroni method. The analysis of results by birth quarter revealed the absence of statistically significant differences in terms of gender and specific playing position. Likewise, analysis by odd or even year of birth showed that although there were no statistically significant differences in the specific playing position, there were according to the player’s gender. Therefore a relative age effect in the players analysed does not seem to be confirmed considering specific positions, but there is one in relation to the player’s gender if this is analysed based on odd or even years of birth. This would confirm that all the young people in the categories examined participate regardless of their degree of maturity.

Keywords: relative age effect, handball, adolescence, maturation.

Introducción

Actualmente, el sistema de agrupación en el ámbito deportivo se realiza de manera cronológica. En este ámbito, donde la participación de los niños y jóvenes en la mayor parte de las actividades deportivas es voluntaria, la finalidad de este sistema de organización es la búsqueda de un desarrollo apropiado, una competición justa y la igualdad de oportunidades (Musch & Grondin, 2001; Gutiérrez, 2013). En la mayoría de los países, este corte se produce el día 1 de enero de cada año, por lo que quedan agrupados en las categorías deportivas todos los niños nacidos en el mismo año natural, intentando evitar de este modo diferencias en su proceso de formación deportiva (González, 2007). No obstante, siempre existirán diferencias de edad y por lo tanto potencialmente de maduración y experiencia entre los integrantes de la categoría (Gutiérrez, 2013). Se ha demostrado que, al distribuir a los deportistas por grupos de edad, se producen diferencias entre ellos a nivel físico (Delorme & Raspaud, 2009b), cognitivo (Bisanz, Morrison, & Dunn, 1995), motivacional (Dixon, Horton, & Weir, 2011) y vivencial (Musch & Grondin, 2001), llegando a tener los jugadores nacidos en los primeros meses del año una gran ventaja tanto en el deporte de base (Sherar, Baxter-Jones, Faulkner, & Russell, 2007) como en la élite (Carling, Le Gall, Reilly, & Williams, 2009) y mayores posibilidades de llegar al deporte profesional (Baker, Schorer, & Cobley, 2010; Musch & Grondin, 2001; Nolan & Howell, 2010) que aquellos nacidos más tarde en el año de competición (González, 2007). Hay que resaltar que el proceso de crecimiento y maduración del deportista no es totalmente paralelo a su edad cronológica, por lo que debería de considerarse siempre la diferencia existente entre la edad cronológica y la edad biológica (Baxter-Jones, 1995). A esta diferencia de edad cronológica entre los integrantes de un mismo grupo se la conoce como edad relativa (Relative Age, RA), y a las consecuencias que de ella derivan efecto de la edad relativa. Aunque en muchas publicaciones de ámbito nacional, aparece el término “efecto relativo de la edad”, siguiendo a Gutiérrez (2013) y a Prieto, Pastor, Serra y González (2015) hemos decidido emplear el término “efecto de la edad relativa” y no el anterior debido a que esta es una traducción incorrecta de la expresión inglesa Relative Age Effect (RAE).

Estas diferencias mencionadas anteriormente, pueden llegar a ser determinantes en el proceso de selección de los deportistas (García & Salvadores, 2005), sobre todo en el deporte de competición y, especialmente en los deportes colectivos, donde la necesidad por obtener una plaza en el equipo condiciona al deportista. Dicho proceso selectivo mediatizado por el RAE en edades inferiores, sobre todo como señala Cobley, Baker, Wattie y McKenna (2009), en la adolescencia (15-18 años), donde son más patentes las diferencias físicas, desencadena una mayor presencia de jugadores nacidos en los primeros meses del año. Este hecho, tendrá un reflejo en categorías superiores, como así ha llegado a demostrarse en uno de los deportes más estudiados en España, el fútbol (Salinero, Pérez, Burillo, Lesma, & Herrero, 2014). Raramente el RAE aparece antes de los 12 años en equipos que no son de alto nivel (Helsen, Starkes, & Van Winckel, 1998) y tiende a disminuir a medida que aumenta la edad de los deportistas, probablemente debido a la importancia del nivel técnico y de la experiencia en detrimento de las cualidades físicas.

Por otro lado, y como consecuencia de que los entrenadores tiendan a completar los equipos con jugadores más maduros tanto física como emocionalmente, los deportistas nacidos en los últimos meses del año, al no ser seleccionados, abandonan el deporte en edades tempranas (Barnsley & Thompson, 1998; Helsen et al., 1998). Otro factor es que estos deportistas con un crecimiento y maduración más tardía, tienen que competir con otros deportistas más desarrollados, lo que les hace perder la motivación y desarrollar una baja autoestima (Jones, Hitchen, & Stratton, 2000). En cualquier caso, tal y como afirma González (2007), aquellos jugadores nacidos en estos últimos meses del año pueden lograr sin dificultad un puesto en un equipo gracias a otros factores como el genético, la motivación y las habilidades innatas o adquiridas que hagan que las cualidades deportivas sean excelentes.

Diferentes estudios han demostrado que el RAE es más pronunciado en deportistas masculinos, en deportes muy practicados o populares y en lugares con una población infantil mayor (Cobley et al., 2009; Helsen et al., 1998; Helsen, Starkes, & van Winckel, 2000; Helsen, Hodges, Van Winckel, & Starkes, 2000). Aunque la mayoría de los estudios realizados han analizado únicamente el caso de los deportistas masculinos, en aquellos donde se ha incluido también a las mujeres, se ha demostrado, con independencia del deporte, una menor presencia o incluso ausencia del RAE (Gutiérrez, Saavedra, Contreras, & Fernández, 2012).

Son muy numerosas las investigaciones que demuestran una posible relación entre la RAE y las posibilidades de participación en el deporte. Entre estas, destacamos por su semejanza con el balonmano, las realizadas en diferentes deportes de equipo (Nakata & Sakamoto, 2011; Prieto et al., 2015; Salinero et al., 2014).

En cambio, en el ámbito del balonmano escasean los estudios. Entre los realizados, hay que resaltar los más recientes llevados a cabo por Schorer, Cobley, Büsch, Bräutigam y Baker (2009), Schorer, Baker, Büsch, Wilhelm y Pabst (2009), Schorer, Baker, Lotz y Büsch (2010), Nakata y Sakamoto (2011) y Schorer, Wattie y Baker (2013) en el ámbito internacional, y los realizados en España por Gutiérrez et al. (2012) y Sánchez-Rodríguez, Yáñez, Sillero y Rivilla-García (2012).

Además, en el deporte donde existe una especialización de los jugadores y sobre todo en esta especialidad deportiva, es muy importante el RAE para la determinación del puesto específico del jugador. Los estudios de Schorer et al. (2009), determinaron que los puestos de lateral y central son los que mayor RAE tienen, presentando más jugadores comprendidos cronológicamente en el primer trimestre del año, debido a las exigencias antropométricas de estos puestos. Los pivotes y centrales se encuentran en su mayoría en los trimestres intermedios, y el portero en el primer y en el cuarto trimestre. En otros deportes similares como el fútbol, también se ha señalado que las diferencias físicas son muy importantes para la selección de los jugadores, siendo las posiciones de portero y defensa donde más se percibe (Gil, Gil, Ruiz, Irazusta, & Irazusta, 2007; Reilly, Bangsbo, & Franks, 2000). Sin embargo, Gutiérrez, Pastor, González y Contreras (2010) concluyen que no existen diferencias en la presencia de RAE entre posiciones de jóvenes jugadores de fútbol.

Debido a la escasez de estudios en el ámbito del balonmano español, el objetivo de este estudio es determinar la influencia de la RAE sobre el sexo y el puesto específico de juego, en jugadores cadetes y juveniles de balonmano.

Material y métodos

Participantes

El diseño de este trabajo es seccional, descriptivo y no experimental. Han participado un total de 149 jugadores de balonmano (n = 87 hombres, 58.4%; y n = 62 mujeres, 41.6%), con edades comprendidas entre los 14 y 17 años, pertenecientes a diferentes equipos de la Región de Murcia de las categorías cadete y juvenil (98 y 51 jugadores, respectivamente). Para este estudio, y con objeto de analizar el efecto relativo de la edad, se ha tenido en cuenta el trimestre de nacimiento de cada participante, tanto de año par (n = 77; 51.7%) como de año impar (n = 72; 48.3%) de nacimiento.

Procedimiento

Para la recogida de datos se obtuvieron los permisos de la Federación de Balonmano de la Región de Murcia (FBMRM), así como de los entrenadores de los diferentes equipos. Las variables registradas fueron el sexo, el año de nacimiento y el puesto específico de juego. En balonmano, el sistema de adscripción de los jugadores en las distintas categorías de las competiciones hace que los grupos estén compuestos por jugadores nacidos en dos años consecutivos. Generalmente las investigaciones sobre la RAE que hemos consultado realizan una distribución de la fecha de nacimiento de los jugadores en trimestres del año, aunque nosotros también hemos empleado el agrupamiento en función de año par e impar como también realizaron Gutiérrez et al. (2012) y Sánchez-Rodríguez et al. (2012). Por lo tanto, se calcularon y recodificaron las variables teniendo en cuenta el trimestre de nacimiento de cada jugador (1º, 2º, 3º y 4º trimestre), su año de nacimiento (impar o par) y la posición de cada jugador: 1 (portero), 2 (pivote), 3 (extremo), 4 (lateral) y 5 (central).

Análisis de datos

Se calcularon los estadísticos descriptivos y frecuencias mediante el software SPSS 22.0. El análisis de las diferencias de distribución de porcentajes en cada trimestre y año (impar o par) de nacimiento, según sexo y puesto específico, se calculó con la prueba de chi-cuadrado (χ2), comparándose las proporciones de las columnas mediante pruebas Z y utilizando el método de Bonferroni para la corrección de los valores “p” de las pruebas.

Resultados

Análisis según trimestre de nacimiento

En primer lugar, indicar que existe cierta igualdad en la distribución de los nacidos en los tres primeros trimestres del año, mientras que son menos los nacidos en el último trimestre (fig. 1). Se puede decir que solo uno de cada cinco jugadores de balonmano en las categorías cadete y juvenil son nacidos en el último trimestre del año. En cualquier caso, no se hallaron diferencias estadísticamente significativas (χ2(3)= 0.168; p = 0.682).

Distribución de la muestra en función del trimestre del año en que han nacido
Figura 1
Distribución de la muestra en función del trimestre del año en que han nacido

Los resultados del test chi-cuadrado mostraron que no existen diferencias significativas entre hombres y mujeres según el trimestre de nacimiento para formar parte de los equipos. Tampoco se hallaron diferencias estadísticamente significativas en función del puesto específico de juego; no obstante, conviene reseñar algunos porcentajes. La proporción más alta entre los del primer trimestre corresponde a los extremos, seguidos de los laterales, mientras que apenas si hay pivotes. Entre los nacidos en el segundo trimestre, los porcentajes de laterales doblan ampliamente al resto de puestos específicos. También se puede decir que los porteros son nacidos principalmente en el primer trimestre, al revés que los pivotes, que apenas si presentan nacidos en los primeros meses del año. Entre los extremos, predominan los de los últimos meses del año, y entre los laterales, los nacidos en el segundo trimestre. Finalmente, los centrales son nacidos, sobre todo, en los primeros seis meses del año. (Tabla 1)

Tabla 1
Porcentajes del total de jugadores según sexo y puesto específico en función del trimestre de nacimiento. Diferencias según la prueba de chi-cuadrado
Porcentajes del total de jugadores según sexo y puesto específico en función del trimestre de nacimiento. Diferencias según la prueba de chi-cuadrado

Análisis según año de nacimiento impar o par

En la figura 2se pueden comprobar las proporciones de los jugadores que componen los distintos equipos en función del año de nacimiento, impar o par. Aunque la proporción es mayor entre los de años impares, no existen diferencias estadísticamente significativas (χ2(1) = 0.168; p = 0.682).

Distribución de la muestra en función del año de nacimiento, impar o par
Figura 2
Distribución de la muestra en función del año de nacimiento, impar o par

En la tabla 2se observa que los resultados de la prueba chi-cuadrado en función de la variable sexo, según año impar o par de nacimiento, presentó diferencias estadísticamente significativas. Son más las mujeres nacidas en el año impar, mientras que la proporción entre los varones en mucho mayor entre los nacidos en el año par. En relación al puesto específico de juego no se encontraron diferencias significativas, aunque también en este caso se pueden comentar algunas proporciones que llaman la atención, como la de pivotes y laterales, con porcentajes más altos en el año impar, mientras que en extremos y centrales es mayor la proporción en el año par.

Tabla 2
Porcentajes del total de jugadores según sexo y puesto específico en función del trimestre de nacimiento. Diferencias según la prueba de chi-cuadrado
Porcentajes del total de jugadores según sexo y puesto específico en función del trimestre de nacimiento. Diferencias según la prueba de chi-cuadrado

Discusión y conclusiones

El objetivo del presente estudio fue identificar, en función del trimestre del año de nacimiento y del año impar o par de nacimiento la influencia de la RAE sobre el sexo y el puesto específico del jugador de balonmano. Los resultados de ambos análisis demuestran que existe cierta igualdad en la distribución de los nacimientos tanto si los agrupamos por trimestres como si lo hacemos en función de año par e impar. No se han encontrado diferencias significativas en ninguno de los dos análisis. Si es cierto que el análisis por trimestres muestra que existe un menor número de seleccionados del cuarto trimestre, que son los menores. Si repasamos la bibliografía consultada, debemos afirmar que estos resultados contradicen a los encontrados en multitud de deportes diferentes al balonmano, y que son también modalidades deportivas de equipo (Prieto et al., 2015; Salinero et al., 2014). Por otro lado, y más concretamente en balonmano, tampoco coincidimos con investigaciones que han sido realizadas con jugadores de la élite tanto en España (Gutiérrez et al., 2012; Sánchez-Rodríguez et al., 2012) como fuera de ella (Schorer et al., 2009, 2010, 2013). Tal y como afirman Sánchez-Rodríguez et al. (2012) estos resultados que contradicen hasta el momento a la mayoría de los estudios pueden deberse al tamaño de la muestra analizada o al nivel competitivo de la liga donde compite la muestra analizada, lo que lleva a considerar que esta muestra es muy diferente a las de los otros estudios. Resaltar que este estudio sí coincide en la falta de diferencias significativas con los trabajos realizados en Japón por Nakata y Sakamoto (2011) con una muestra de 4318 deportistas practicantes de diferentes modalidades deportivas tanto individuales como de equipo, entre las que se encontraba también 131 jugadores amateurs de balonmano y la llevada a cabo por Côté, MacDonald, Baker y Abernethy (2006) en Estados Unidos y Canada con jugadores de Hockey sobre hielo, baloncesto, baseball y golf. En este último estudio tan solo se hallaron diferencias significativas en baseball y Hockey sobre hielo. Igualmente, en nuestro país, en el estudio realizado por Gutiérrez et al. (2012) se resalta que va desapareciendo la influencia de la RAE en los jugadores junior hasta llegar a desaparecer entre los jugadores de la categoría senior. Esta tendencia donde se demuestra que el efecto de la RAE es sobre todo propio de las etapas de formación ha sido demostrada en multitud de estudios, entre los que destacamos los realizados por Sáenz-López, Feu e Ibañez (2006), Vaeyens, Philippaerts y Malina (2005), Feu, Ibañez, Sáenz-López y Giménez (2008) y Gutiérrez et al. (2010).

Estos resultados son un hallazgo novedoso y sugiere una ventaja para aquellos adolescentes más jóvenes. Hemos encontrado casos similares en estudios donde la madurez de los atributos físicos y el retraso de la pubertad es muy ventajoso para la práctica deportiva, como es el caso de actividades como la danza o la gimnasia (Delorme & Raspaud, 2009a). Por otro lado, este hallazgo refleja una posible concienciación de los agentes responsables de la detección y selección de jugadores de balonmano en estas categorías inferiores de formación, que intentan poner remedio a este sesgo de selección en la Región de Murcia. Para estos entrenadores, en igualdad de condiciones de práctica y entrenamiento, la variable mes de nacimiento no es determinante sobre el rendimiento de los jugadores. De este modo se ha comprobado que un entorno de formación de calidad contribuirá al desarrollo de los factores inherentes al rendimiento (Prieto et al., 2015).

En cuanto a la variable sexo, se ha demostrado a través de los diferentes estudios que la RAE afecta tanto a hombres como a mujeres. Aun así, la mayoría de ellos han analizado esta variable por separado. Hay que señalar la escasez de estudios sobre la RAE donde la muestra estuviera compuesta por hombres y mujeres al mismo tiempo. Los resultados reflejan que mientras que el análisis estadístico realizado por trimestres no aportó diferencias significativas, si lo hizo el realizado en función del año de nacimiento impar o par, ya que se demuestra que entre los nacidos en el año impar destacan más las mujeres y entre los nacidos en el par, los hombres. Estos resultados contradicen los hallados por Gutiérrez el at. (2012) con jugadores de balonmano juveniles y junior y el de Gutiérrez et al. (2010) en fútbol.

Finalmente, el análisis de la variable puesto específico tampoco mostró diferencias significativas, coincidiendo de este modo con el estudio de Gutiérrez et al. (2010) realizado en el fútbol. En cambio, los resultados contradicen otros estudios realizados en fútbol (Prieto et al., 2015; Salinero et al., 2014) y sobre todo los que se llevaron a cabo con jugadores de balonmano (Schorer et al., 2009; Sánchez-Rodríguez et al., 2012). Como dato a resaltar, según estos últimos estudios, los jugadores primeras líneas (laterales y centrales) tienen mayores jugadores nacidos en los primeros meses del año. Dicho dato coincide con los resultados de este estudio, donde la mayor distribución de laterales se encuentra en el segundo trimestre y de centrales en los dos primeros. Por otro lado, se aprecia claramente como también este criterio es aplicable en la selección del portero, ya que la mayor distribución se encuentra en el primer trimestre. Este resultado va en consonancia con el estudio de Sánchez-Rodríguez et al. (2012) pero no con el desarrollado en Alemania por Schorer et al. (2009), en el que el portero se encontraba sobre todo en el último trimestre.

De acuerdo a los resultados obtenidos se ha demostrado que en la muestra estudiada no existe un desequilibrio significativo entre los trimestres de nacimiento (RAE) de los jugadores. Se confirma que no existe un significativo efecto de la edad en los jugadores cadete y juvenil de balonmano de la Región de Murcia. Asimismo, no existen diferencias significativas entre el trimestre de nacimiento y el sexo o el puesto específico de juego. Por tanto, se constata que la fecha de nacimiento no es un factor relevante en el balonmano practicado por jugadores de estas categorías en la Región de Murcia. En este sentido, parece confirmarse que actualmente la identificación y selección de talentos en balonmano en la Región de Murcia sigue un paradigma que no se basa exclusivamente en factores físicos, antropométricos y de rendimiento, sino que también se considera el desarrollo integral del deportista. Se deberían realizar más estudios con una mayor muestra y que además pertenezcan a las distintas selecciones autonómicas con el fin de poder acercarse a la excelencia de este deporte en estas edades de formación. Así mismo, en posteriores estudios se intentará incluir otros factores de rendimiento como los relacionados con el éxito de los equipos en diferentes campeonatos.

Agradecimientos

Se agradece la colaboración de la Federación de Balonmano de la Región de Murcia, cuyo apoyo prestado permitió realizar esta investigación.

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Notas de autor

Correspondencia: Manuel Gómez-López (mgomezlop@um.es)

Información adicional

Conflicto de intereses: Ninguno.

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