Territórios e transições para a sustentabilidade
Relaciones entre política y realidad cafetera: estudio de caso en Pitalito (Huila-Colombia)
Relations between politics and coffee reality: case study in Pitalito (Huila-Colombia)
Relações entre política e realidade cafeeira: estudo de caso em Pitalito (Huila-Colômbia)
Relaciones entre política y realidad cafetera: estudio de caso en Pitalito (Huila-Colombia)
Redes. Revista do Desenvolvimento Regional, vol. 26, 2021
Universidade de Santa Cruz do Sul
Recepción: 30 Julio 2021
Aprobación: 08 Noviembre 2021
Resumen: Desde 2012 el Departamento del Huila y el municipio de Pitalito son los mayores productores de café en Colombia. Para 2018 Pitalito representaba el 2,2% de la producción cafetera nacional y el 12,7% de la departamental. Este artículo tiene como propósito caracterizar la cadena productiva del café en Pitalito y su conexión con las políticas cafeteras prevalecientes como insumo para plantear propuestas de mejoramiento de esa relación. Se aplicó un enfoque mixto de investigación que incluyó 3 etapas: precampo (información secundaria institucional), campo (aplicación de encuestas estructuradas por muestreo bola de nieve) y análisis de información. Los resultados muestran que el café de Pitalito tiene reconocimiento internacional de alta calidad, sin embargo, hay problemas de desarticulación en la cadena que influyen en precios, volúmenes y competitividad, que pueden ser corregidos con políticas ajustadas al contexto regional.
Palabras clave: Café, Cadena productiva, Competitividad, Política cafetera, Pitalito.
Abstract: Since 2012 the Department of Huila and the municipality of Pitalito are the largest coffee producers in Colombia. By 2018 Pitalito represented 2.2% of the national coffee production and 12.7% of the departmental production. The purpose of this article is to characterise the coffee production chain in Pitalito and its connection with the prevailing coffee policies as an input for proposals to improve this relationship. A mixed research approach was applied that included 3 stages: pre-field (institutional secondary information), field (application of structured surveys by snowball sampling) and information analysis. The results show that Pitalito coffee is internationally recognised for its high quality; however, there are problems of disarticulation in the chain that influence prices, volumes and competitiveness, which can be corrected with policies adjusted to the regional context.
Keywords: Coffee, Production chain, Competitiveness, Coffee policy, Pitalito.
Resumo: Desde 2012, o Departamento de Huila e o município de Pitalito são os maiores produtores de café da Colômbia. Em 2018, Pitalito representava 2,2% da produção nacional de café e 12,7% da departamental. O objetivo deste artigo é caracterizar a cadeia produtiva do café em Pitalito e sua conexão com as políticas cafeeiras vigentes, como um insumo para propor propostas para melhorar essa relação. Foi aplicada uma abordagem de pesquisa mista que incluiu 3 estágios: pré-campo (informações institucionais secundárias), campo (aplicação de pesquisas estruturadas por amostragem em bola de neve) e análise de informações. Os resultados mostram que o café de Pitalito tem reconhecimento internacional de alta qualidade, porém, existem problemas de desarticulação na cadeia que influenciam preços, volumes e competitividade, que podem ser corrigidos com políticas ajustadas ao contexto regional.
Palavras-chave: Café, Cadeia produtiva, Competitividade, Política do café, Pitalito.
1 Introducción
La comprensión de la realidad cafetera según los rasgos particulares de las zonas productoras resulta de interés para el diseño de políticas que interpreten las dinámicas territoriales. En el mundo cafetero, dominado por la globalización, se han impuesto condicionamientos de los mercados internacionales, frente a los cuales las políticas colombianas han venido avanzando en un proceso de ajuste en las últimas tres décadas, después de la terminación del Pacto Internacional del Café. Cambios orientados a mantener el posicionamiento de la calidad del café colombiano en el mercado mundial.
En ese escenario, el estudio de las especificidades territoriales adquiere relevancia. Las zonas cafeteras, por su diversidad, son fuente valiosa para el diseño de políticas que conjuguen las exigencias de los mercados internacionales con las prácticas locales. En el país parecieran estar ocurriendo dos fenómenos paralelos: las dinámicas de las políticas nacionales y las dinámicas territoriales. Mientras las políticas institucionales en materia cafetera se inclinan por adecuar el aparato productivo hacia mayor eficiencia en costos y logros en productividad, en las zonas productoras operan procesos de naturaleza social, institucional y cultural que trascienden lo económico. Por tanto, resulta del mayor interés la comprensión de estos procesos territoriales, dada su pertinencia frente a la aplicación de políticas. El estudio aquí presentado se inscribe en este propósito.
Una forma de examinar la complejidad de los procesos locales y su interacción con las políticas es mediante la caracterización de las cadenas productivas. Desde hace más de una década, la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) ha planteado la necesidad de conocer las cadenas productivas para identificar aquellos eslabones donde puede agregarse valor para ganar espacios en el mercado (Bitzer et al., 2009; Silva, 2008; Silva, 2006). Planteamiento coincidente con el reconocimiento de la importancia de la construcción continua de capacidades regionales para el desarrollo de la caficultura. En este aspecto entra en juego, no solo el aprovechamiento de las ventajas comparativas, sino ante todo la generación de ventajas competitivas en producción, comercialización, transformación, generación de valor, aplicación de controles de calidad y demás variables relativas a la aceptación del producto en los mercados internacionales (Lozano y Yoshida, 2008).
En la medida en que las estrategias de competitividad cafetera incorporen los elementos favorables de las regiones productoras, se lograrán avances sólidos en los mercados y el bienestar de la población. De ahí, la pertinencia de estudios que evidencien las ventajas comparativas y competitivas territoriales, así como las estrategias que conduzcan a su fortalecimiento. Siguiendo la argumentación de Krugman et al., (2012) de que “no son los países los que producen riqueza sino las ciudades y las regiones”, se espera que los análisis que respondan a esta perspectiva contribuyan al direccionamiento de políticas hacia una mayor solidez de las capacidades productivas regionales.
En este orden de ideas, este trabajo se propone indagar sobre la conexión entre las políticas cafeteras prevalecientes y las cadenas productivas de café en su realidad territorial, como insumo para plantear propuestas de mejoramiento de esa relación. Para ilustrar este análisis, se estudia la cadena productiva del café en Pitalito-Huila, principal municipio productor del país, y se da cuenta de las opciones de mejoramiento de precios al productor, de incremento de volúmenes comerciales y de garantía de calidad del producto al consumidor.
A continuación de esta introducción y una vez desarrollados el marco conceptual, la metodología y el marco de política, se presenta la caracterización de la cadena productiva en seis eslabones: aprovisionamiento, producción, comercialización, transformación, consumo y apoyo institucional. Finalmente, se pasa a la discusión de resultados y conclusiones sobre la conexión de las particularidades de la cadena productiva con la dimensión política.
2 Marco conceptual
La caficultura, entendida como las prácticas, técnicas y actividades vinculadas al cultivo, cosecha, beneficio, secado, comercialización y agregación de valor del café, invita a profundizar en el concepto de cadena productiva. Aunque este concepto es pertinente para comprender la dimensión productiva y comercial de la caficultura, habría que destacar que esta encierra una dimensión social con rasgos distintivos frente a otros productos, resultado de un proceso histórico que le dan una identidad territorial. Así, el conjunto de prácticas, técnicas y actividades propias del café, tienen además de sus rasgos productivos y económicos un contenido social y cultural muy particular. Esta noción de la caficultura es importante para explicitar diferentes aproximaciones al concepto de cadena productiva, relevantes para la discusión de resultados sobre el caso estudiado.
Según una primera aproximación, algunos autores definen la cadena productiva desde una perspectiva funcional en cuanto al papel de los actores involucrados: actividades, factores y agentes articulados en diferentes etapas para la producción, distribución, transformación y comercialización de un producto agropecuario, mediante un proceso que involucra recursos físicos, tecnológicos, económicos y humanos (DNP, 2004; Cano, 2004).
En concordancia, el marco legal colombiano sobre cadenas productivas destaca la importancia de la articulación de las etapas productivas y comerciales. Según la Ley 811 del 2003: “se entiende por cadena el conjunto de actividades que se articulan técnica y económicamente desde el inicio de la producción y elaboración de un producto agropecuario hasta su comercialización final. Está conformada por todos los agentes que participan en la producción, transformación, comercialización y distribución de un producto agropecuario”.
Además de su enfoque funcional y articulador, otra perspectiva más estratégica de la cadena productiva enfatiza en sus propósitos de eficiencia y en su naturaleza territorial y sectorial: integra una red de eslabones que se articulan activamente, mediante flujos continuos de relacionamiento económico derivados de la proximidad territorial y la concentración sectorial, con el objetivo de generar eficiencia, valor y utilidad para las partes involucradas (Nahuamel-Jacinto, 2013).
El concepto de cadena de valor ha sido introducido en la literatura con unas connotaciones que marcan diferencia frente a la cadena productiva, y que para los propósitos de este trabajo resultan de interés. Según esta tercera perspectiva, la cadena de valor es entendida como una alianza resultante de relaciones entre organizaciones de una cadena productiva, quienes reconocen una mutua interdependencia y disposición a colaborar entre sí. Se enfoca en la identificación de objetivos estratégicos comunes en el mercado, mediante un compromiso constante en torno a factores críticos como la producción, procesamiento, distribución y calidad (Lundy, 2012). Así, mientras la cadena productiva se basa en relaciones de mercado e intercambio, la cadena de valor se fundamenta en acuerdos alrededor de propósitos compartidos.
Al incorporar la construcción de acuerdos invita a la discusión de elementos de acción colectiva y construcción de capital social que entran en juego por su incidencia en el desempeño de actores a lo largo de las articulaciones productivas y comerciales. Estos conceptos se retroalimentan: al tiempo que la acción colectiva hace referencia a esfuerzos compartidos alrededor de propósitos comunes, el capital social se basa en vínculos regidos por la confianza y la reciprocidad que, a su vez, sirven de sustento para resolver problemas de acción colectiva (Poteete et al., 2012; Ostrom y Ahn, 2003).
Las cadenas productivas también adquieren relevancia por su conexión con otros conceptos como los Sistemas Productivos Localizados (SPL), que aportan elementos explicativos de las economías rurales competitivas, ubicadas en ámbitos territoriales (Parra-Peña et al., 2013). De acuerdo con Rendón y Forero (2014), los SPL constituyen aglomeraciones espaciales de empresas dedicadas a la producción y comercialización de uno o varios productos del mismo sector. Están constituidos en su mayoría por micro, pequeñas y medianas empresas; se destacan aquellas relacionadas con la comercialización; no hay poder de mercado concentrado (monopolios u oligopolios); y presentan dinámicas asociativas entre empresas para la competitividad e innovación.
El PNUD-DPS (2012) propone para el café una perspectiva basada en la identificación de aquellos procesos que dan lugar a la configuración de los eslabones que conforman la cadena, desde el aprovisionamiento de insumos hasta la transformación de la materia prima, para consumo interno o comercialización internacional. De acuerdo con ello, García y Olaya (2006) llaman la atención sobre una característica notoria de la cadena de agroindustrial del café, relacionada con su segmentación a nivel local y global, resultado del tipo de mercado, actores y procesos que intervienen.
Finalmente, es necesario considerar el referente de política. Históricamente el gremio cafetero se ha caracterizado por su relativa autonomía y poder frente al Estado, aunque ello ha representado cambios, resultado de las crisis de precios que ha enfrentado el sector en décadas recientes. Si bien en la definición de políticas participa el gobierno, su formulación corre principalmente por cuenta del gremio cafetero con base en su estructura institucional nacional, regional y municipal. Esos procesos se nutren de estudios especializados que proponen las pautas a seguir.
3 Metodología
Se utilizó el enfoque de métodos mixtos de investigación que conjuga lo cuantitativo y lo cualitativo. Se aplicaron 3 etapas: precampo (búsqueda información secundaria institucional), campo (aplicación de encuestas estructuradas y entrevistas semiestructuradas) y análisis de la información recolectada.
Es importante establecer que la visión metodológica de los métodos mixtos supone que el conocimiento es una construcción basada en la realidad que se experimenta y se vive, razón por la cual, para el investigador la importancia del conocimiento está en la capacidad de aportar respuestas, aplicaciones y funcionalidades que permitan contribuir con el desarrollo y la generación de bienestar social (Hernández-Sampieri et al., 2014).
La fase de precampo permitió recolectar información de diagnóstico mediante una investigación documental y el análisis de series estadísticas obtenidas en fuentes institucionales, buscando identificar los factores determinantes de la cadena productiva del caféen Pitalito. Se estudiaron sus 6 eslabones: aprovisionamiento, producción, comercialización, industria, consumo y apoyo institucional.
El cálculo del tamaño de la muestra tuvo en cuenta que los datos de la Federación Nacional de Cafeteros (CCH-FNC-SICA, 2019) para 2018 indican la existencia en Pitalito de 13.291 fincas cafeteras y 10.804 caficultores. Para la determinación del número de encuestas se utilizó el dato de “fincas cafeteras”, en virtud de que es el área cosechada la que determina la producción y no el número de caficultores registrados. Se obtuvo una muestra de 45 encuestados, aplicando la ecuación:
Sobre la muestra se aplicó una encuesta estructurada por muestreo bola de nieve que contenía 50 preguntas para productores subdivididas en 6 grupos de consulta (producción; uso de factores productivos; aprovisionamiento de insumos; técnicas de cultivo, cosecha y poscosecha; factores socioeconómicos del productor; y apoyo institucional y asistencia técnica).
Adicionalmente y de acuerdo con el enfoque cualitativo para obtener información de la cadena productiva en su conjunto, se realizaron encuestas estructuradas para aprovisionadores (9 preguntas), comercializadores (16 preguntas), transformadores (20 preguntas), almacenes de grandes superficies (11 preguntas), y tiendas especializadas en consumo de café en Pitalito (18 preguntas). No fue posible establecer un número exacto de población para esos actores, por lo que las encuestas se aplicaron mediante muestreo bola de nieve al mayor número posible de actores en cada eslabón en los tiempos que se realizó trabajo de campo.
Durante la etapa de campo, adelantada entre diciembre de 2018 y diciembre de 2019, se hicieron 7 visitas al municipio, de 4 días en promedio y con una frecuencia aproximada de un mes y medio entre cada una. Se aplicaron en total 78 encuestas: 46 a productores, 6 en almacenes de aprovisionamiento, 7 a comercializadores, 5 a transformadores, 7 a supermercados y grandes superficies, y 7 a tiendas especializadas en venta de café regional para el consumo. La información recolectada se analizó en Excel-Microsoft® Office.
4 Marco de política
A partir de los estudios adelantados en Colombia sobre la política cafetera es posible identificar un marco de política útil para el análisis de la cadena productiva del café en Huila y Pitalito.
El Índice de Competitividad Regional Cafetero (ICRC), construido por Lozano y Yoshida (2008) para la Federación Nacional de Cafeteros, clasificó los departamentos productores mediante un análisis estadístico de componentes principales que incorporó 51 variables, agrupadas en 9 pilares. Los resultados, con puntajes de 0 a 100, evidenciaron diferencias en competitividad. De los 16 departamentos de mayor producción cafetera, los más competitivos fueron Quindío (100), Valle (98) y Caldas (98), seguidos de Risaralda (85) y Antioquia (79). Muy por debajo, Huila se ubicaba en el puesto 11 (48 puntos).
Esta mirada de la competitividad regional se complementó con otro estudio sobre las principales problemáticas de la caficultura colombiana y sus factores explicativos. Según el informe “El mercado mundial del café y su impacto en Colombia” elaborado por Cano et al., (2012), la pérdida de participación del café colombiano en la economía mundial fue consecuencia de la caída en la productividad, la baja adopción de tecnologías y la lenta implementación de variedades resistentes. El informe concluyó que los costos crecientes de mano de obra, la baja producción, la deficiente educación y la pobreza de muchos caficultores, junto al rezago del cambio institucional, estaban frenando la eficiencia del sector. Por tal motivo, se recomendó modernizar la institucionalidad buscando integrar todos los eslabones de la cadena productiva.
La Misión de estudios para la competitividad de la caficultura en Colombia (Echavarría et al., 2015) es el estudio más reciente que propone estrategias de producción, productividad, comercialización, innovación, generación de valor agregado, empleo e ingresos. Propende por la consolidación de una caficultura competitiva y sostenible en términos sociales, económicos y ambientales, basada en el desarrollo tecnológico, el reconocimiento del capital social de las regiones cafeteras y la descentralización institucional.
Con esos antecedentes, en el marco del Congreso Nacional de Cafeteros de 2019 la FNC propuso la "Agenda Estratégica para el Sector Cafetero 2020-2030" denominada “Por la Sostenibilidad Cafetera” (FNC, 2019a), conformada por 6 ejes: i) Fortalecer la estrategia "Más agronomía, más productividad, más calidad"; ii) Consolidar la diferenciación por calidad del café colombiano; iii) Reducir costos de producción; iv) Reducir la volatilidad de los ingresos del caficultor; v) Implementar nuevas estrategias de comercialización y agregación de valor; vi) Posicionar el café como instrumento de legalidad y estabilización de los territorios (FNC, 2018).
5 Resultados: la cadena productiva del café en Pitalito
Las características geográficas de Pitalito han sido importantes, pero no suficientes, para explicar los determinantes como principal productor de café en Colombia, con rendimientos por encima del promedio nacional y con alta calidad. Aunque las condiciones naturales han sido la base para las ventajas comparativas del municipio, ha sido el esfuerzo de los productores y demás actores locales lo que ha generado ventajas competitivas, siendo la cadena productiva del café ejemplo de ello. De ahí la importancia de apreciar los atributos geográficos del municipio, así como el trabajo de sus gentes.
Pitalito es un municipio del departamento del Huila y desde hace varios años ambos lideran la producción cafetera nacional. Según la Federación Nacional de Cafeteros, en 2018 había 22 departamentos cultivando café, de los cuales 8 concentraban el 78,7% del área cultivada equivalente a 690.484 hectáreas: Huila (16,7%), Antioquia (13,8%), Tolima (12,7%), Cauca (10,6%), Caldas (7,5%), Valle del Cauca (6,3%), Santander (5,8%) y Risaralda (5, 3%) (FNC, 2019b). Así mismo, para 2018 la producción nacional alcanzó 13.5 millones de sacos de café verde de 60 Kg (12.75 millones exportados), de los que Huila aportó el 17,7% de la producción de la que, a su vez, el 91,5% fue exportada (FNC, 2019b). Para 2016 el rendimiento del Huila fue de 1,15 Ton/ha, superando el promedio nacional de 0,93 Ton/ha (Agronet, 2019).
5.1 Características geográficas de Pitalito
Históricamente, Pitalito ha sido reconocido desde la colonia como epicentro comercial y económico de la región, siendo en sus inicios una gran hacienda de 3.000 Km. (aprox), extendida entre los departamentos de Caquetá, Cauca y sur del Huila, reconocida con el nombre de “Finca de Laboyos” por su ubicación en el valle de Laboyos, donde actualmente se sitúa la cabecera municipal, lo cual dio origen al gentilicio de laboyano. Ubicado al sur del departamento del Huila, el municipio tiene una extensión de 666 Km2. Sus 8 corregimientos (Bruselas, La Laguna, Guacacallo, Criollo, Regueros, Charguayaco, Chillurco y Palmarito) con 137 veredas albergan gran diversidad de ecosistemas de clima frío y templado.
La figura1 muestra la división geográfica del municipio por corregimientos y veredas evidenciando que varios de ellos están distantes del casco urbano principal, lo que le imprime a la vida rural del municipio una marcada identidad con diferencias entre sus comunidades, al punto que tres corregimientos tienen casco urbano propio (Bruselas, La Laguna y Guacacallo). Más aún, el corregimiento de Bruselas, principal productor de café en Pitalito, viene solicitando autonomía político administrativa como municipio desde hace varios años.
La geografía física del municipio (figura 2) corrobora que, además de las variadas condiciones topográficas y altitudinales, la conectividad entre veredas y el acceso a centros poblados y urbanos se ve afectada por una baja cobertura vial de regular calidad.
En cuanto a la zonificación climática, la figura 3 demuestra la influencia de zonas de clima templado, con diferencias que van desde semiárido hasta superhúmedo, siendo en su mayoría una región predominantemente semihúmeda, siendo muy favorable para el cultivo de café. En efecto, según los registros históricos de temperatura media anual entre 1971 y 2000 zonificados en la figura 4, la mayor parte de Pitalito cuenta con un clima templado relativamente estable entre 18C° y 21C°, propio de alturas entre 1.000 y 1.900 msnm (AMPH, 2019). Estas condiciones naturales, muy adecuadas para el cultivo del café arábiga, son privilegiadas para la producción de alta calidad, cuyos niveles altitudinales ideales están entre los 1.400 y 1.900 msnm. Como se observa en la figura 5, en la diversidad de suelos del municipio predomina el uso agropecuario, junto con algunas coberturas boscosas y zonas con afectación legal.
Las figuras 1 a 5 han sido producto de un ejercicio de elaboración propia para aportarle al municipio una información espacial básica que contribuya con los procesos de planeación y ordenamiento territorial. Su construcción ha sido a partir de registros y fuentes oficiales disponibles.
5.2 La cadena productiva del café en Pitalito
La cadena productiva está conformada por 6 eslabones donde el apoyo institucional es transversal:
1. Aprovisionamiento: provisión de plántulas, fertilizantes, agroquímicos y maquinaria para el desarrollo eficiente de la actividad agraria. En Pitalito esa función es ejercida en más del 70% de los casos por los almacenes de la Cooperativa Departamental de Caficultores del Huila-Cadefihuila (4 puntos: Bodega pulmón, almacenes Centro, Galería y corregimiento de Bruselas), y la Cooperativa Multiactiva Agropecuaria del Huila-Coagrohuila. Los productores también encuentran almacenes de insumos en la cabecera municipal (50 distribuidores) y en el centro poblado de Bruselas (10 locales).
Prevalece la demanda estacional con un pico en diciembre, enero y febrero; volatibilidad de precios por las variaciones en la tasa de cambio y las temporadas de cosecha y mitaca; y pago en efectivo (más del 90% de los casos) con bajo uso de la tarjeta de crédito.
2. Producción: el café pergamino obtenido en finca, es la materia prima para elaborar el café tostado. Para el año 2018, Pitalito registraba 13.291 fincas cafeteras (13,1% del departamento), con una extensión total cultivada de 18.194 hectáreas (27,3% del municipio y 12,3% del área cultivada departamental), donde trabajaban 10.804 caficultores (13% de los caficultores del Huila) (CCH-FNC-SICA, 2019). Desde 2016, su producción alcanzó 307.338 sacos de café verde de 60 Kg (12,7% de la producción departamental y 2,2% de la nacional), lo que sumado a su alto rendimiento de 1,16 Ton/ha, ubicó a Pitalito entre los principales municipios cafeteros del país.
Para 2018 Pitalito tenía 5 variedades de café arábiga cultivadas en 18.194 ha, de las cuales el 41% (7.465,7 ha) eran Caturra, el 38,2% (6.955,9 ha) eran Castillo, el 19,9% (3.621,4 ha) eran variedad Colombia, el 0,7% (136,3 ha) eran Tabi y el 0,1% (14,7 ha) eran variedad Típica. Adicionalmente, se identificó que el 91,7% de los cafetales eran tecnificados (16.677,9 ha), 8,3% estaban envejecidos (1.511,9 ha) y 0,02% eran tradicionales (4,2 ha). Por edad del cultivo, los cafetales entre 0-2 años ocupaban el 18,5% del área total cultivada (3.366,4 ha); los de 2-7 años el 53,1% (9.659,4 ha); los de 7-9 años el 17,4% (3.168,1 ha), y los mayores de 9 años el 11% (2000 ha) (CCH-FNC-SICA, 2019).
El trabajo de campo evidenció que el 73% (aprox) de la producción de café en Pitalito se concentra en 3 corregimientos: Bruselas (44% aprox), Chillurco (15% aprox) y Criollo (14% aprox). Los demás corregimientos tienen producción entre 4% y 10% debido a condiciones geográficas de altura y temperatura: Charguayaco (8% aprox), Palmarito (6% aprox), Guacacallo (5% aprox), Regueros (4% aprox) y La Laguna (4% aprox). Además de las variedades de mayor aceptación por productividad (Caturra, Castillo, Colombia y Tabi), se identificaron cultivos de café Bourbon amarillo, Bourbon rojo, Bourbon rosado, Bourbon pimienta (en implementación), San Bernardo (Catimor), Geisha y Cenicafé I. Así sea en pequeña escala, estos datos sugieren un proceso de diversificación que muestra el surgimiento de nuevas perspectivas relacionadas con cafés especiales de microlote y la presencia de productores innovadores. En aspectos técnicos y de beneficio, el 95% de los cafeteros realizaba cosecha de granos únicamente maduros, el 91% tenía secadero tipo invernadero, el 65% hacía el cálculo de horas de lavado y el 58% seleccionaba el café pergamino por zarandeo.
3. Aspectos sociales de la caficultura del municipio: las fincas cafeteras son pequeñas con tamaño promedio entre 2 y 5 hectáreas, de las cuales 88% están cultivadas con café. La edad promedio de los productores y sus parejas es 49 años, quienes en el 95% de los casos derivan sus ingresos únicamente de la finca cafetera. El valor del jornal en 2018 fue COP$32.250 (sin alimentación).
Se destacan tres tipos de productores: 1) cafeteros enfocados en la producción de alta calidad como mecanismo de competitividad para obtener mejores precios en el mercado; 2) cafeteros que están implementando o están dispuestos implementar algún tipo de mejora tecnológica para incrementar calidad, competitividad y obtener mejores precios de venta del café pergamino seco; y 3) cafeteros que por diversas circunstancias venden el café cosechado como “café húmedo” (no pergamino) o como café pergamino con bajos niveles de mejoras técnicas en la cosecha y poscosecha.
La asociatividad juega un papel relevante para los productores que se enfocan en la producción con calidad como atributo diferencial para captar mejores precios. En especial, la asociatividad es un rasgo de las mujeres productoras de café. Lamentablemente, se identificaron problemas de delincuencia en los corregimientos de Bruselas y Criollo. Este fenómeno de “economía del crimen” (robos a productores) desestimula el interés por la producción de calidad y la adopción de tecnología, y conduce a comercializar “café húmedo” por el que se reconocen precios muy bajos.
4. Comercialización: proceso de intermediación mediante el cual el café pergamino es enajenado a empresas trilladoras para ser luego vendido a comercializadoras internacionales bajo el nombre de “café verde”. Aunque existen múltiples compradores locales de café húmedo (grano cosechado, despulpado, lavado y sin secado) y café pergamino, en Pitalito el comercio se concentra en 6 comercializadoras internacionales entre las que se encuentran Banexport SA, SKN Caribecafe Ltda, Virmax Caravela Coffee, Maruyama Coffee Visit, Azahar Coffee y Cadefihuila. Este café pergamino se exporta a Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Suiza, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia, y su precio está determinado por el factor de rendimiento y la prueba de taza.
5. Industria/transformación: etapa en la que el café verde es sometido a procesos de clasificación por tamaño de almendra, tostado, molido, liofilizado y extracción. En Pitalito se identificaron 13 transformadores de café quienes adelantan procesos de trillado, tostado, molido y/o empacado: Grupo Asociativo San Isidro, Naturcafé del Macizo, Procesadora Café Vital SAS, Tostadora de Café La Gaitana, Villa Molina Café SAS, Jeruel Inversiones SAS, Tolcafé SAS, Entre Aromas Und Kaffe SAS, Trilladora de la FNC, Trilladora Algrano SAS, Aromas del Huila SAS, Trilladora Cafecol y Trilladora de Pasilla Emmanuel “La Casa Amarilla”. No se identificaron procesos industriales de mayor tecnificación como la liofilización, descafeinado o extracción, pero si se evidenció una preferencia por el café procesado con tostión media y molienda fina.
Por otro lado, aunque un buen porcentaje de las fincas dispone de una proporción de su café para trillarlo, tostarlo, molerlo y empacarlo con fines de consumo propio y comercialización en pequeñas cantidades a turistas y visitantes, no se evidenció una tendencia hacia la creación de marcas propias de café tostado y molido, desarrollo de emprendimientos familiares o formalización de Pymes.
6. Consumo: etapa final de la cadena productiva en la que el consumidor adquiere el café procesado (tostado y molido) en tiendas y supermercados, o realiza su consumo en expendios especializados. Se identificaron 17 tiendas especializadas de café regional en taza (preparado), tostado o en grano: Café La Meca, Sensory coffe, Tienda Café Valenzuela, El mejor café, San Juan Boscafé, Tienda Ordoñez, San Isidro, Disfruta Café Pitalito, La Macarena "miel y café", Café Mall Pitalito, Diffiori café, Tienda de Jake, Tienda Mariana, Pitacoffe, Villa Molina, Lobby café bar y La tertulia café. No hay preferencia de los consumidores locales por el café procesado de la región, siendo las marcas comerciales tradicionales (Sello rojo, Águila roja, Nescafé, Colcafé) las de mayor aceptación. En esto parece incidir el precio como variable determinante de la decisión de compra en el consumo local.
Aunque se manejan presentaciones de 250 gr, 340 gr (Sensory coffe) o 500 gr, la mayor venta es de café tostado y molido de una libra (500 gr), cuyo precio para el café regional de alta calidad oscilaba entre COP$13.000 y COP$50.000 (diciembre/2019). Las mayores ventas ocurren en diciembre, enero y junio, y las menores en febrero, marzo y abril. Los clientes frecuentes son turistas nacionales y extranjeros, hoteles, restaurantes y, en menor número, los residentes y agricultores. Para el consumidor selectivo operan 5 tiendas especializadas en café regional de alta calidad con marcas propias y empleo entre 2 y 8 personas entrenadas en catación, barismo o gastronomía.
En relación con los supermercados, se aplicó una encuesta de 10 preguntas a los jefes/encargados de abarrotes en 7 almacenes: Metro, Éxito, Olímpica, SurtiPlaza, Supermercado Rubio, Supermercado Vargas (Bruselas) y Supermercado La Placita Campesina Superior (Bruselas). Según los resultados, la marca más vendida es Café Sello Rojo, seguida de Águila Roja y de las marcas propias de los almacenes, en bolsas de café molido de 500 gr a precio promedio de COP$8.314 (precios a diciembre/2019) y con un volumen de ventas mensual que oscila entre 96 y 2.250 libras, con un promedio de 942 libras mes.
7. Apoyo institucional: referido a políticas de educación, crédito, agremiación y administración municipal enfocadas en el café. En Pitalito la institución de educación y formación más relevante es la Escuela Nacional de la Calidad del Café (ENCC) administrada por el SENA a través del Centro de Gestión y Desarrollo Sostenible Surcolombiano. Ubicada en el Tecnoparque Agroecológico Yamboró, su objetivo es proveer formación técnica para el cultivo, análisis físico, trillado, tostado, empaque, almacenamiento, preparación y catación del café. Adicionalmente, en Pitalito hay sedes de la Universidad Surcolombiana (USCO) que ofrece la Maestría en Ciencia y Tecnología del Café, el Politécnico Grancolombiano, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP), la Corporación Universitaria del Huila (CORHUILA) y la Universidad Minuto de Dios (Uniminuto) que tiene 2 programas tecnológicos especializados en café (Tecnología en Gestión Sostenible del Café y Técnico Profesional en Producción de Café).
En cuanto al crédito agropecuario, el Banco Agrario es la institución preferida por el 85% de los caficultores para financiar, preferiblemente con recursos de Finagro, la renovación, zoca y compra de equipos. Otras entidades financieras utilizadas son: Bancolombia, Davivienda y Banco de Bogotá.
En torno a la agremiación, la Cooperativa Departamental de Caficultores del Huila (Cadefihuila), es la institución más importante para los caficultores de Pitalito. Suministra crédito e insumos, comercializa el café pergamino de los asociados y provee servicios de bienestar (créditos educativos, kits escolares, seguros médicos y mejoras de vivienda). En el municipio tiene 6 seccionales (Cadefihuila, 2019): Pitalito 1/Bodega pulmón (venta de fertilizantes y compra de café); Pitalito 2 (solo compra de café); almacenes Centro y Galería (almacenamiento y venta de fertilizantes); bodega de cafés especiales (solo compra de café); Bruselas (venta de fertilizantes y compra de café).
Adicionalmente, se destaca que el Comité Municipal de Cafeteros de Pitalito regula el servicio de extensión para la región. La Cámara de Comercio de Neiva-CCN (seccional Pitalito) brinda cursos y talleres sobre emprendimiento, formalización de pymes y planes de negocio. Se destacan los seminarios de exportación en convenio con Procolombia destinados a productores locales. Finalmente, como respuesta a la solicitud de los caficultores para acceder a mayor apoyo especializado, la administración municipal creó en 2019 la Secretaría de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural.
6 Discusión
Los resultados obtenidos dan una idea precisa de la estructura de la cadena productiva del café en Pitalito, siendo pertinente discutir los tipos de articulación prevalecientes y profundizar en las restricciones y oportunidades relacionadas con la competitividad y la producción de café de alta calidad. Las reflexiones conducen a la identificación de elementos favorables de políticas, coherentes con el desarrollo cafetero del municipio y sus perspectivas. Por tanto, la discusión utilizará como categoría de análisis de los resultados obtenidos “los procesos de relacionamiento e integración” de los eslabones que conforman la cadena productiva del café.
1. Enfoque de relacionamiento funcional: surge entre los actores de los eslabones impulsado principalmente por el intercambio y los precios del mercado, quienes enfatizan en la producción y comercialización por volumen. Esta situación incide en que los comercializadores y exportadores de café desempeñen el papel relevante por ser los primeros en identificar las señales del mercado en torno al comportamiento de la demanda y los precios del café. Esa cualidad hace que los comercializadores sean actores clave en el manejo y difusión de la información del mercado hacia los demás eslabones de la cadena, así como en la estructuración y condicionamiento de las dinámicas de su funcionamiento.
Complementariamente, la realidad municipal indica una segmentación de la cadena productiva del café en la que cada actor desempeña sus funciones de acuerdo con sus intereses. Si bien la segmentación responde a la naturaleza misma del funcionamiento de los mercados, lo importante a destacar es que desfavorece a los pequeños caficultores que conforman el segmento más atomizado. Sería deseable que la segmentación, resultado del tipo de actores y procesos que intervienen en la cadena, que evidencia desbalances en favor de los comerciantes, no agudice la fragmentación y el sesgo de los intereses individuales frente a los colectivos. Como los mercados no se autocorrigen, sino que por el contrario tienden a la concentración del dominio en aquellos segmentos más fuertes, se requieren de políticas territoriales que corrijan esas fallas y que conduzcan al fortalecimiento y organización de los segmentos más débiles y desorganizados.
De ahí, que es conveniente que en el trascurso del tiempo esa segmentación esté articulada en torno a la generación de nuevos lazos de relacionamiento que, no solo trasciendan las relaciones de intercambio, sino que también propicien acuerdos de mediano y largo plazo a partir de la concertación de intereses comunes entre los agentes interrelacionados. Así, se acogerían las recomendaciones del estudio "Mercado mundial del café y su impacto en Colombia” (Cano et al., 2012) que sugieren integrar los eslabones de la cadena productiva para resolver sus problemas de competitividad. Al respecto, los resultados permiten observar que la proximidad territorial entre los corregimientos con mayor producción de café representa una ventaja para el fortalecimiento de procesos socio económicos alrededor de la identidad cafetera municipal, la construcción de capital social y la acción colectiva.
2. Enfoque de relacionamiento estratégico: responde a criterios significativos e individuales de interés en la interrelación, definidos por los actores de la cadena productiva. Los resultados indican que los comercializadores están enfocados en la exportación y el mercado externo, donde la calidad del café de Colombia es reconocida con precios diferenciales dependiendo del puntaje de prueba en taza. Desde esta perspectiva, los productores entran a jugar el papel relevante. Con el propósito de elevar el puntaje en prueba de taza para mejorar sus ingresos vía precios del café pergamino, los productores implementan innovaciones para disminuir la acción de los compradores locales y captar la atención directa de comercializadores internacionales que adquieren la cosecha en la finca, aumentando así la eficiencia de la cadena. Esta tendencia incentiva la organización de asociaciones de productores y el establecimiento de acuerdos basados en procesos de acción colectiva.
Los resultados evidencian que las relaciones productivas y el papel de los comercializadores internacionales han contribuido significativamente al reconocimiento de la calidad del café de Pitalito. Adicionalmente, el apoyo institucional de la FNC, la consolidación de la Escuela Nacional de la Calidad del Café (ENCC) y la diversificación de las variedades de café arábiga cultivadas han promovido la articulación de la cadena productiva, el mejoramiento de las prácticas agrícolas y la valorización del territorio a partir de una identidad cultural cafetera que se inclina por la producción de alta calidad. De ahí que es primordial que las políticas cafeteras enfaticen en la construcción de capital social, la consolidación de las cadenas de valor, el fortalecimiento de la acción colectiva, la asociatividad y la generación de acuerdos, con el objeto de consolidar la calidad del café Laboyano.
Lo dicho sugiere que el concepto de territorio es valioso para entender el alcance estratégico de la cadena productiva del café. Entendiendo al territorio como un espacio socialmente construido, culturalmente marcado, institucionalmente regulado y administrativamente delimitado (López y Muchnik, 1997), sería coherente destacar su papel determinante en la competitividad de las actividades agropecuarias asociadas a una región específica (Muchnik, 2006). Además, constituye un recurso para una colectividad social. En efecto, el geógrafo francés Guy Di Meo, argumenta que el territorio es un espacio de apropiación colectiva (UChile, 2011).
En ese orden de ideas, es importante incorporar las premisas del Desarrollo Económico Local que privilegian el objetivo de crecimiento productivo mediante la creación de ventajas competitivas. Silva Lira (2005) argumenta que el Desarrollo Económico Local y la competitividad territorial son procesos endógenos que aprovechan las potencialidades territoriales para impulsar Sistemas Productivos Locales (SPL) que eleven las capacidades productivas, el empleo y la calidad de vida de la población. Desde esta perspectiva, sería válido enmarcar a la caficultura de Pitalito en el enfoque SPL, cuyo rasgo distintivo es su énfasis en estrategias de diferenciación mediante producción de alta calidad y su articulación en cadenas de valor. Esta mirada resulta útil para la definición de elementos de política, por cuanto entrarían en juego un conjunto de instrumentos a ser diseñados según las necesidades locales, tales como: acceso a financiamiento, formación de recursos humanos, innovación, mejoramiento de la calidad de productos y acceso a mercados, factores que hacen que un territorio pueda ser más competitivo que otros (Silva Lira, 2005).
En este escenario, la cadena productiva del café en Pitalito denota que este producto no solo está en la base de la economía municipal, sino que también explica la identidad regional construida desde la colonia alrededor del valle de Laboyos, como epicentro comercial y económico de la región. Es así como la cultura del territorio, definida por historias y formas del saber-hacer, incide de manera determinante en la organización económica y social, motivo por el cual sería deseable que las políticas de desarrollo productivo pudiesen aprovechar el capital social e histórico, asumiendo un marcado enfoque territorial. En tal sentido, el estudio de la cadena productiva del café en Pitalito brinda un mensaje relevante para el diseño de políticas cafeteras.
3. Enfoque de relacionamiento como cadena de valor: articulación enfocada en intereses comunes mediante la dinámica de 3 pilares: acción colectiva, capital social y capital humano. Sobre esos pilares se construyen acuerdos de cooperación entre los diferentes actores de la cadena. La prioridad es valorizar el café pergamino a través de la calidad, mejorar los precios de venta y disminuir la actividad de intermediación comercial. Esta situación evidencia que la cadena productiva del café en Pitalito ha sido permeada por procesos de transición (cada vez más fuertes), desde el enfoque funcional predominante hacia un enfoque estratégico en el que se impone la calidad del café como criterio de interrelación entre los productores y los comercializadores. En este enfoque, el protagonismo se comparte entre los productores, los comercializadores (nacionales e internacionales) y el consumo en mercados internacionales, donde se reconoce la calidad del café colombiano, en especial de la Denominación de Origen del Huila.
El desarrollo de este enfoque es complejo debido a la heterogeneidad de los productores que usualmente se clasifican en grandes, medianos y pequeños dependiendo del tamaño de la unidad productiva y el volumen producido. Sin embargo, en Pitalito se identifica una categorización de acuerdo con el nivel de innovación y adopción tecnológica para mejorar la calidad del pergamino seco, a saber: 1) cafeteros tecnificados; 2) cafeteros en proceso de adopción de tecnologías y mejoramiento de procesos; 3) cafeteros tradicionales. Los resultados también sugieren una relación directa entre la disposición a innovar y la asociatividad (a mayor asociatividad mayor nivel de innovación), aspectos que se encuentran permeados por un componente de género y de relevo generacional.
Esa heterogeneidad denota la existencia de condiciones propicias para desarrollar procesos de innovación que permitan impulsar políticas que estimulen la producción de café de alta calidad. Por lo tanto, la diversificación agrícola en Pitalito no debe consistir en el cambio de cultivos, sino en el cambio de variedades de café que respondan a los intereses de los productores innovadores y a las condiciones de los mercados alternativos que se inclinan por variedades exóticas como geisha o bourbon rosado. Por estos motivos, sería deseable crear políticas territoriales orientadas a la creación de condiciones para estimular la innovación y la diversificación dentro de la identidad cafetera del municipio.
De allí que la contribución de la extensión cafetera sea decisiva en el diseño e implementación de políticas, por su contacto directo con las necesidades y las nuevas dinámicas de los productores. Los procesos educativos también son fundamentales. No es casual la existencia de un entorno innovador del capital humano en la caficultura. Este obedece a una importante presencia de instituciones de nivel universitario, tecnológico y medio que, además, han incidido en el relevo generacional y en la identidad cultural.
Para finalizar, la FNC ha venido implementando la estrategia “Más agronomía, más productividad, más calidad, mejor rentabilidad” conducente a mejorar la competitividad de la caficultura colombiana. Dada la importancia de los cafés suaves de variedades arábigas con alto potencial de demanda en mercados especializados, el país se ha enfocado en la meta de continuar siendo el tercer productor mundial de café y el principal productor internacional de cafés suaves. En ese sentido, el 87 Congreso Nacional de Cafeteros celebrado en diciembre/2019 arrojó como resultado el compromiso del Gobierno Nacional y de la FNC de realizar esfuerzos conjuntos para consolidar la "Agenda Estratégica para el Sector Cafetero 2020-2030". Esta política enfatiza en la calidad, propia del café suave colombiano. Al respecto, es importante anotar que la calidad es una categoría indexada a la prueba de taza para la comercialización internacional como mecanismo para definir y diferenciar el precio por carga de pergamino seco. Por tanto, es relevante que la política nacional sea coherente con este criterio fundamental.
En este contexto, las enseñanzas de la cadena productiva de Pitalito adquieren un significado especial en términos de política. Refuerzan la oportunidad de fortalecer la acción colectiva, la asociatividad y el relevo generacional en las familias caficultoras, otorgando mayor importancia a las cadenas de valor y a la competitividad sistémica y no solamente a la idea tradicional de la cadena productiva, de comercialización por volumen y de competitividad basada en los intereses individuales empresariales. De esa forma, habría concientización de los actores sobre la importancia de la acción colectiva perdurable centrada en la calidad del café, que permita avanzar hacia la construcción de Sistemas Agroalimentarios Localizados (SIAL) que propendan por el capital social y humano, la cultura, y el saber-hacer, como categorías de generación de desarrollo endógeno.
Con base en los argumentos expuestos, se pueden establecer bases importantes para la formulación de políticas cafeteras con enforque territorial que deberían centrarse en la creación de condiciones estructurales para el fortalecimiento de los acuerdos, la creación de capital social y humano, la acción colectiva y la estructuración de cadenas de valor.
7 Conclusiones
La estructura y articulación interna de la cadena productiva del café en Pitalito está determinada por su inserción en el mercado internacional. En efecto, un rasgo distintivo de Pitalito es su carácter de región productora de cafés especiales de alta calidad, exportados en su casi totalidad a EE. UU, Canadá, Japón, Alemania, Australia, Nueva Zelanda, Suiza y Corea del Sur. Su producción, de bajo nivel de transformación y geográficamente concentrada, se adelanta en predios menores a 5 hectáreas, por productores heterogéneos, bien sea con visión de pequeños empresarios centrados en la calidad (para mejorar precios), o con enfoque tradicional de café pergamino seco por volumen (con mejoras en la etapa de beneficio y gestión colectiva de nuevos mercados), o con bajos niveles de tecnificación (sin mejoras en el proceso de beneficio). De ahí que los relacionamientos de los eslabones de la cadena también respondan a diferentes enfoques: centrados en mejorar el intercambio, o en propósitos estratégicos alrededor de logros en calidad, o en construcción de cadenas de valor basadas en la generación de acuerdos mediante procesos de acción colectiva. Estas particularidades ponen sobre la mesa la necesidad de políticas con sello territorial.
En Pitalito la competitividad del café no está determinada por la productividad, sino por sus características organolépticas de calidad, resultado de la variedad y de los procesos de mejoramiento en las etapas de cosecha y de beneficio. Así, un propósito estratégico de la cadena productiva es promover la innovación orientada a la competitividad por calidad, según los atributos diferenciales de la Denominación de Origen Café del Huila y la reputación del grano producido en Pitalito. Este hecho les imprime a los actores de la cadena productiva una exigencia mayor, en términos de definición de acuerdos y de procesos de acción colectiva, para garantizar crecientes niveles de calidad.
Para darle más solidez a un escalamiento continuo en calidad, resultaría conveniente una evolución de la cadena productiva hacia un enfoque de cadena de valor. Esto requeriría de una concientización de los actores innovadores, así como de la construcción de acuerdos y de procesos organizativos que sustenten interacciones de naturaleza más integral.
Las políticas territoriales deberían crear las condiciones para que los diferentes procesos mencionados tengan lugar, sin interferir en la iniciativa y autonomía de los actores.
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