Reseñas

Racismo en la formación inicial de los niños de Bogotá, Colombia

Jesús Segura De la merced
Universidad Veracruzana, México

Racismo en la formación inicial de los niños de Bogotá, Colombia

Diálogos sobre educación. Temas actuales en investigación educativa, vol. 7, núm. 13, pp. 1-5, 2016

Universidad de Guadalajara

Mena García María Isabel. Racismo e infancia: aproximaciones a un debate en el decenio de los pueblos negros afrodescendientes. 2016. Bogotá. Docentes editores

En el libro Racismo e infancia: aproximaciones a un debate en el decenio de los pueblos negros afrodescendientes, María Isabel Mena García, maestra en Investigación Social Interdisciplinaria, nos explica los tipos de racismo en el salón de clases de la educación inicial en Colombia y cómo los maestros por falta de formación pedagógica reproducen prácticas de racismo en el aula. La carencia de conocimientos y estudios de la diversidad cultural y antirracista agrava el racismo hacia la niñez afrocolombiana. Se apuesta aquí a generar un cambio de mentalidad y descolonizar el discurso de los docentes, así como aprovechar las diferencias culturales en el aula para un desarrollo integral de los estudiantes desde una pedagogía liberadora de las comunidades negras para las comunidades negras.

La profesora María Isabel Mena García es una intelectual afrodescendiente quien se identifica con la lucha y el compromiso de eliminar el racismo y la xenofobia en Colombia. Sus estudios se centran en los ambientes escolares que se despliegan con los niños y las niñas de la Comunidad Negra (CN) en el salón de clases (Mena, 2016). Con base en la experiencia fruto de su formación, nos presenta dos capítulos temáticos sobre racismo e infancia. El primero se refiere a las aproximaciones a este campo de estudio, en el cual desarrolla varios casos de racismo dentro del aula, como el lápiz color piel, la muñeca negra y la doble moral religiosa. El segundo contempla a la niñez y la negritud con los resultados de una encuesta aplicada en Bogotá, así como las propuestas para luchar contra del racismo y prevenirlo en las prácticas de los profesores y las profesoras en el salón de clases.

En el primer capítulo se muestran los antecedentes que llevaron a la realización de esta investigación, cómo el origen de la CN en América Latina y el deseo de explotar los recursos naturales por los colonizadores repercutió en los habitantes de la cultura cimarrona quienes fueron tomados como esclavos, como gente sin alma y considerados como animales (Mena, 2016). La lucha por las independencias de los pueblos de Latinoamérica estuvo compuesta de indígenas de las tierras del nuevo continente, los esclavos, mestizos y criollos. Con la Independencia, todos consiguieron libertad e igualdad como ciudadanos de Colombia. Sin embargo, para la CN, las ideas de menosprecio y los pensamientos de la esclavitud se siguieron reproduciendo. Las discriminaciones de la opresión española no cesan porque ahora son perpetradas por ciudadanos latinos, como menciona García Rincón (2015). Las falacias divulgadas en los textos de Ciencias Sociales de Colombia donde “se sigue promoviendo la idea de unos esclavos que pasaron alegremente la página de la historia cuando se firmó la abolición de la esclavitud” (Mena, 2016: 76) sólo ponen de relieve el racismo existente hacia la CN.

El racismo hacia la CN se reproduce en el salón de clase a través del discurso hegemónico, en el enfoque de las técnicas de enseñanza, en los recursos didácticos y en la formación de profesores y profesoras de Colombia. Un primer ejemplo de Mena es el lápiz color piel. La problemática aparece cuando una maestra de nivel preescolar solicita a los estudiantes que se autorepresenten en un dibujo. Una niña afrodescendiente pinta su piel con el “color chocolate” y no con el “color piel” reconocido por la mayoría de los educadores en Colombia. Cuando la maestra nota lo hecho por la pequeña le solicita rectifique su dibujo que no contiene los colores imaginarios comunes. Mena hace un análisis acerca de colorear “mal” lo humano y corregir a la estudiante porque se piensa que el ser humano es blanco y se reconoce como el único prototipo humano, categorizando lo negro o “color chocolate” como un subtipo o subtipo de humanos (Mena, 2016).

Atrás quedan varios problemas en términos de identidades para la niña de preescolar. La necesidad de representarse a temprana edad, reconocerse como negra, como diferente y expresarlo en el dibujo requiere de un trabajo de valorización de la identidad negra que la maestra está oprimiendo al irse generando muchos conflictos para la pequeña.

La formación de maestros en Colombia muestra sus límites y contradicciones en este sentido. Como menciona Mena, la maestra no tuvo la formación ni las bases pedagógicas para poder desarrollar y dar un enfoque enriquecedor a lo que había hecho la pequeña de preescolar. Además de poder explotar la diversidad cultural en la clase, al compartir la cultura, las formas de vida entre los diferentes pueblos y así enriquecerla, lo que provocó fue homogenizar y quebrantar la identidad de la CN.

Las maestras del nivel preescolar desarrollan actividades racistas cuando tratan de crear imaginarios en los niños y niñas utilizando recursos didácticos-pedagógicos como “los libros de texto, en la caja de colores, en el foami, en la ficha didáctica, en el currículo” (Mena, 2016: 77) con un enfoque en los colores piel y la cultura occidental; descuidando al final a los niños de la CN.

En un segundo caso, una niña solicita a su madre una muñeca negra. La insistencia de la niña hace que la madre emprenda la tarea de buscar una muñeca negra en un mercado de juguetes donde sólo existen muñecas blancas. Las dificultades de conseguir juguetes culturalmente pertinentes para la CN complicó la tarea de la madre que prefirió fabricar una muñeca negra para la niña. A partir del mercado de juguetes que impone los colores blancos excluyendo a la infancia de la CN, Mena nos presenta dos ideas que hacen reflexionar al lector sobre los tipos de juegos que utilizan los niños y niñas latinoamericanos:

Las niñas se personifican en los juguetes, pero si no existen juguetes pertinentes de donde saldrán los juguetes…

La muñeca representa un recurso estético que hacia el tiempo futuro pondrá en juego positivamente los rasgos genotípicos representados entre la muñeca y quien juega con ella (Mena, 2016: 63).

La falta de juguetes culturalmente pertinentes para la infancia negra y mestiza muestra el racismo existente en Colombia. Podríamos agregar que los medios de comunicación, la televisión principalmente, reproducen ideologías del racismo en buena parte de sus contenidos. La homogenización cultural del juguete tiene implicaciones e interrogantes para las infancias que son reflejadas en los niveles de autoestima del niño.

La religión también ha jugado un papel crucial en la propagación del racismo en Colombia, con la repetición de analogías o de prejuicios en los templos o iglesias que los fieles imitan en comentarios con niños y niñas colombianos como “las personas negras no son humanas, por lo tanto no entran al paraíso” (Mena, 2016: 53), refiriéndose a que la negritud es “mala” y la blancura “pureza”. Sin duda, el racismo resultó promovido por la Iglesia durante la época colonial y la explotación de la CN deja en claro la doble moral religiosa.

A consecuencia del racismo en las instituciones educativas de Colombia, la infancia y juventud de la CN presentan un alto nivel de deserción escolar además de los índices elevados de pobreza y marginación:

la comunidad negra registra los niveles más altos de pobreza y marginalidad. La dispersión política, los complejos de inferioridad, la baja autoestima, la negación de sí mismo, la aculturación y el blanqueamiento son males que parecen devenir en rezagos de la esclavización y se presentan como dificultades para la construcción de nuevos proyectos de sociedad (García, 2015: 73).

Sin duda la falta de políticas educativas ha dejado a la deriva a la CN en un país que le pertenece. Así como la falta de preparación de los maestros, los métodos, estrategias y técnicas pedagógicas aplicadas no son apropiados, los medios de comunicación y el mercado del juguete discrimina y agrava el racismo en Colombia.

En el segundo capítulo temático, Mena muestra los resultados de un instrumento aplicado en la capital, Bogotá para evaluar el nivel de racismo y posteriormente presentar propuestas contra el racismo y evitar la deserción de estudiantes pertenecientes a la CN. El instrumento de investigación está enfocado en instituciones educativas, pero la aplicación tuvo dificultades porque los discursos del Estado y de los profesores convergen en afirmar que el racismo no existe en el país, por lo tanto no sería necesaria la Cátedra de Estudios Afrocolombianos (CEA) y mucho menos la investigación especializada. Al preguntar a los profesores si existe racismo la respuesta fue negativa. No obstante, al preguntar sobre el buen desempeño por área de los niños y niñas de la CN, respondieron que se destacan en las áreas de danza, deportes y música. Mena menciona que es común en Bogotá catalogar a la CN en estas áreas y plantea algunos supuestos sobre qué pasaría en los resultados escolares si a los niños negros desde pequeños se les apoyara en otras áreas como ciencias, filosofía y literatura.

Mena propone para transformar la situación de la CN de su país desarrollar políticas públicas donde ésta participe, incentivar al sector educativo a investigar los tipos de racismos existentes en el material didáctico pedagógico dentro y fuera del aula, promover espacios para el diseño de juguetes pertinentes para la comunidad negra y dialogar con los profesores, que independientemente de que atiendan o no a estudiantes afrodescendientes, deben concientizarse de la realidad de la diversidad sociocultural que vive Colombia.

Además, es preciso buscar vías para descolonizar el discurso en las aulas, la mentalidad de maestras y maestros, las prácticas pedagógicas (García, 2015: 84), luchar por crear un nuevo discurso de los maestros y maestras de la CN, crear las bases para la pedagogía de la desobediencia analizando y renovando las oportunidades de educación pertinente a la diversidad cultural y crear un currículum para las escuelas de los afrocolombianos, donde se integre a los niños y niñas, los padres y madres de familia, los profesores y profesoras que integran la comunidad con base en el aprendizaje colectivo (ver en García Rincón, 2015).

La pedagogía de la desobediencia o de la insumisión está asociada a la construcción de identidad política de los pueblos afrodescendientes. Las luchas por Otra escuela dependen de los proyectos impulsados por la comunidad negra y deben recrearse desde ella, sin necesidad de esperanzarse en que el Estado cambie las políticas racistas que se implementan en el salón de clases y en las universidades para formar profesores desde un enfoque crítico y alternativo hacia la educación, la sociedad, los medios de comunicación, la religión y los juguetes con los que bombardeamos a la infancia negra, mestiza e indígena. Recomiendo por lo mismo ampliamente revisar el trabajo de la maestra Mena, quien nos invita a seguir investigando la cultura de la comunidad negra y sus luchas educativas.

Referencias

Mena García, M. I. (2016). Racismo e infancia, aproximaciones a un debate en el decenio de los pueblos negros afrodescendientes. Bogotá: Docentes editores.

García Rincón, J. E. (2015). “Educación propia, educación liberadora o pedagogía de la desobediencia en las comunidades afro del Pacífico sur colombiano”. En: P. Medina Melgarejo (coord.). Pedagogías insumisas. Movimientos políticos pedagógicos y memorias colectivas de educaciones otras de América Latina. México: Juan Pablos, Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica-UNICACH, pp. 73-91.

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