Reseñas

Los mapas del multiculturalismo y la interculturalidad

Fortino Domínguez Rueda
Universidad de Guadalajara, México

Los mapas del multiculturalismo y la interculturalidad

Diálogos sobre educación. Temas actuales en investigación educativa, vol. 7, núm. 13, pp. 1-3, 2016

Universidad de Guadalajara

Dietz Gunther. Multiculturalismo, interculturalidad y diversidad en educación. Una aproximación antropológica. 2012. México. Fondo de Cultura Económica. 279 pp.

El relativismo cultural, magistralmentedefendido por Geertz (1984) comoun recurso heurístico y métodoindispensable para el estudio de la diversidadcultural, paulatinamente adquiere maticesde un recurso ideológico empleado para“camuflar” todo tipo de desigualdades bajoel “manto” de la cultura.

Gunther Dietz, p. 97.

Durante los últimos treinta cinco años, en México se ha registrado la aparición de un número elevado de movimientos sociales que no sólo reivindican el derecho al reconocimiento de su diferencia étnica, sino que al mismo tiempo han denunciado la persistencia de relaciones coloniales de poder en el proceso de construcción de la nación mexicana. Desde la activa movilización de pueblos y comunidades indígenas en la década de los ochenta que demandaban una ciudadanía más plena (De la Peña, 1995), hasta las organizaciones indígenas, que se aglutinaron en torno al debate político sobre la celebración de los 500 años del mal llamado “descubrimiento de América” en 1992 y al levantamiento indígena del EZLN en 1994, se puso en evidencia que la perspectiva homogeneizadora, de despojo y exterminio hacia los pueblos indígenas no había cesado en los tiempos del Estado-nación mexicano, antes bien se constataba la agudización de la desigualdad y el racismo.

A la par, el Estado mexicano ha desarrollado diversos mecanismos para estructurar su relación con los pueblos indígenas de este país. Por ejemplo, en 1992 se modificó el artículo 4o constitucional para reconocer el carácter pluricultural del país, pero al mismo tiempo se reformuló el artículo 27 constitucional, referido a los derechos sobre la tierra y en el cual se permitió la posibilidad de privatizar tierras comunales y ejidales en el país. De ahí que podamos decir que en México en tanto se enarbolaba por primera vez un discurso político sobre la diversidad, de manera simultánea se legislaba en contra de uno de los bastiones claves para la reproducción de las comunidades indígenas en el país: el territorio. De igual forma, se registra la implantación de políticas multiculturales e interculturales –mismas que han tenido un impacto significativo sobre todo en el espacio educativo–, ejemplo de ello es la fundación de la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB) de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 2001, así como la implantación del enfoque intercultural en la educación superior del país, mismo que se materializa en el proyecto de las universidades interculturales.

Es justo en este contexto donde la aparición del libro de Gunther Dietz se convierte en una lectura obligada para encarar los actuales debates del reconocimiento cultural, la diversidad, el multiculturalismo y la interculturalidad. Dietz es un antropólogo alemán con varios años de residencia en México y que actualmente labora en el Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana, sede Xalapa, Veracruz. Además, ha desarrollado trabajos etnográficos en diversas partes de Europa y América. Esto último es significativo, en el sentido de que la primera línea escrita por Gunther Dietz en su libro es: “La ‘culpa’ no es de los inmigrantes”. Ésta es una afirmación muy reveladora en más de un sentido. Por un lado, describe a cabalidad la historia personal del autor y, por otro, nos ayuda a entender eso que los estudios subalternos de la india designan como el locus de enunciación. Ya que sin tomar en cuenta las características del emigrante en Gunther Dietz no podremos entender su apuesta teórico-práctica dentro de los debates de la multiculturalidad e interculturalidad.

Cabe señalar que el libro está conformado por cuatro capítulos, mismos que se encuentran atravesados por diversas discusiones teóricas de la academia anglosajona y europea en relación a los temas de los movimientos sociales, la educación multi e intercultural, así como de la elaboración de propuestas teóricas para repensar la diversidad que caracteriza a las aulas en la actualidad.

En el primer capítulo, el autor describe la articulación de los nuevos movimientos sociales –afroamericanos, indígenas, chicanos, feministas, gay-lésbicos, “tercermundistas”, etc.–, mismos que para él tienen como característica el nacer de la coyuntura histórica de 1968. El autor muestra cómo la perspectiva posestructuralista francesa y el feminismo académico y político han desempeñado un papel destacado en la reformulación del universalismo y del esencialismo subyacentes en las nociones occidentales del análisis social, para ello hace hincapié en la faz identitaria (Dietz, 2012). Aborda las identidades proyecto y muestra las tensiones entre liberales y comunitaristas. Asimismo, explica cómo los miembros de grupos subalternos que logran asentarse en los espacios académicos del norte están generando procesos de deconstrucción de las gramáticas de la homogeneidad cultural.

En el segundo capítulo el autor aborda el tránsito desde el multiculturalismo a la interculturalidad. Este capítulo no sólo es un mero recuento histórico de acontecimientos, ya que el texto se ve fortalecido por la discusión teórica que se ha generado en estos contextos de militancia y de recreación institucional en torno al tema de la diversidad; al mismo tiempo muestra cómo la perspectiva de la interdisciplinariedad es clave para entender los cambios culturales en la sociedad actual. Pone en evidencia cómo los estudios étnicos y los estudios culturales han explorado los límites disciplinares y cómo estos ejercicios pueden ayudarnos a superar la segmentación del conocimiento.

La tercera parte del libro da cuenta de la apuesta teórica del autor, quien propone una antropología de la interculturalidad. Para ello nos señala que es necesario partir de una visión crítica sobre el esencialismo tan imperante en los actuales debates de la interculturalidad y del mismo modo se hace necesario que esta apuesta de la antropología de la interculturalidad no diluya su propio perfil en el creciente concierto transdiciplinario sobre la interculturalidad (Dietz, 2012).

De igual manera, aborda los aportes teóricos elaborados en las discusiones sobre el primordialismo étnico, el constructivismo, la etnicidad, el parentesco, la diversidad, la diferencia, la desigualdad, la nación, los procesos de etnogénesis, la intracultura y la interculturalidad. Aquí basta señalar dos cosas, por un lado, reconocer que la discusión teórica del capítulo es muy erudita, pero al mismo tiempo se constata que el autor se ciñe en su gran mayoría a las discusiones euroamericanas de la antropología. Por tanto, sería interesante ver cómo estas discusiones teóricas son recibidas, recreadas, criticadas y reformuladas desde el ejercicio de la antropología mexicana, misma que cuenta con una larga trayectoria disciplinar.

En el último capítulo el autor muestra su propuesta de una etnografía de la educación intercultural. Para ello, sostiene que la etnografía puede contribuir a superar la esencialización tan en boga y con ello se pueda analizar la dialéctica entre los discursos de lo pedagógico-intercultural y la praxis educativa cotidiana (Dietz, 2012). Esta apuesta teórico-metodológica es identificada por el autor como una “Etnografía doblemente reflexiva”, donde actor y sujeto reflexionan constantemente en un diálogo de ida y vuelta. Esta apuesta es muy pertinente y personalmente creo que en este nuevo contexto intercultural mexicano es más que necesaria. Pienso que es imprescindible someter a un escrutinio crítico y exhaustivo a la interculturalidad generada desde el Estado mexicano a partir del 2001, al igual como lo hicimos con el indigenismo integrador del INI.

El libro de Gunther Dietz muestra de buena manera los aportes teóricos, metodológicos y apuestas políticas del multiculturalismo y la interculturalidad durante los últimos años. Por ello el texto es de consulta imprescindible para rastrear los nuevos discursos y las acciones que tanto movimientos sociales y Estados nación han desarrollado a lo largo de su tensa historia, pero ahora bajo el manto discursivo de la diversidad. En ese sentido, el libro es una excelente invitación para el debate.

Bibliografía

De la Peña, Guillermo (1995). “La ciudadanía étnica y la construcción de los indios en el México contemporáneo”. Revista Internacional de Filosofía Política. Núm. 6, pp. 116-140.

Dietz, Gunther (2012). Multiculturalismo, interculturalidad y diversidad en educación. Una aproximación antropológica. México: Fondo de Cultura Económica.

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