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Neoliberalismo: el secreto como estrategia

Neoliberalism: the secret as strategy

María Paula de Büren
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, Argentina

Neoliberalismo: el secreto como estrategia

RevIISE - Revista de Ciencias Sociales y Humanas, vol. 13, núm. 13, pp. 77-90, 2019

Universidad Nacional de San Juan

Recepción: 07 Agosto 2018

Aprobación: 06 Marzo 2019

Resumen: El escrito que presentamos a continuación retoma el lugar del secreto en lo que Michel Foucault (2008) denomina el arte de gobierno neoliberal y lo que Murillo (2015a) analiza, además, como un nuevo proyecto civilizatorio. Numerosas investigaciones, entre las que podemos señalar las de Michel Foucault (2008), Perry Anderson (2003), David Harvey (2007), Susana Murillo (2015b) y François Denord (2002), encuentran momentos organizacionales del movimiento neoliberal en la constitución del Coloquio Walter Lippmann (1938) y de Mont Pèlerin Society (1947). El trabajo que aquí presentamos busca relevar el lugar del secreto en la estrategia política desarrollada desde el interior de la mencionada Sociedad.

Palabras clave: Neoliberalismo, Mont Pèlerín Society, Secreto.

Abstract: The following paper retakes the place of secret in that what Michel Foucault calls the art of neoliberal government and in that what Murillo (2015a) calls a project of civilization new. Many research; among others, the work of Michel Foucault (2008), Perry Anderson (2003), David Harvey (2007), Susana Murillo (2015b) y Francois Denord (2002); find organizational moments of the neoliberal movement in the constitution of the Colloquium Walter Lippmann (1938) and Mont Pèlerin Society (1947). This work that we present here seeks to relieve the place of secret

Keywords: Neoliberalism, Mont Pèlerín Society, Secret.

Introducción

Si intentáramos hacer una especie de breve y grosera genealogía del concepto neoliberalismono podríamos dejar de remontarnos a 1922, a la obra de Ludwig von Mises, El Socialismo, donde diferencia un nuevo liberalismo respecto de un viejo liberalismo. Tras un grosero salto -para ser breves- en el tiempo podríamos reencontramos con tal neologismo en los documentos resultantes del Coloquio Walter Lippmann (1938) y de la organización que de él resulta, el Centre international d’études pour la rénovation du libéralisme (CIRL) posteriormente lo encontraríamos en lo que puede considerarse la historia oficial de Mont Pèlerin Society (1947), A History of the Mont Pèlerin Society (1995). Y, finalmente, en América Latina en 1991, lo hallaríamos en el documento El desafío neoliberal, el fin del tercermundismo en América Latina, compilación de integrantes latinoamericanos de dicha Sociedad.

En consonancia con lo anterior, diversas investigaciones han encontrado que el movimiento neoliberal halla algunos de sus momentos centrales de organización en el Coloquio Walter Lippmann y en la constitución de Mont Pèlerin Society, entre otros podemos brevemente mencionar los trabajos de Michel Foucault (2008), François Denord (2002), Perry Anderson (2003), David Harvey (2007), Pierre Dardot y Christian Laval (2007), Sergio Morresi (2008), Susana Murillo ( 2015b, 2012b), Paula de Büren (2013a, 2013b, 2014, 2015), Adán Salinas Araya (2016) y Héctor Guillén Romo (2018).

Se trata de una agrupación que tiene sus orígenes en 1947, en Suiza, que ha reunido a intelectuales, políticos, periodistas y empresarios -tal como lo hiciese en 1938 el mencionado Coloquio- interesados en escribir un nuevo liberalismo y difundirlo, como forma de enfrentar el avance del comunismo y la intervención estatal de la economía en sus distintas formas -Keynesianismo, Estado de Bienestar, etc.- en tanto comprenden la expansión de estos últimos se debe a la difusión de determinado tipo de ideas.

Sin embargo, quienes participan de tales asociaciones, niegan que el entramado conceptual que ellos se han encargado en desarrollar y difundir y las estrategias que han desplegado hayan estado destinadas a instaurar eso que hoy denominamos neoliberalismo.

Su participación y organización para tal empresa es secreta o, al menos, intenta serlo. Secreta es la vinculación que mantiene con la política. Secretas son sus intenciones y prácticas de injerencia política. Secretas son sus reuniones o, más bien, lo que allí se discute. Invitamos al lector a buscar en el espacio cibernético alguno de sus mettings pasados o los papersallí presentados; él podrá advertir que no es posible hallar registro. El sitio oficial ya ha sido borrado y las ponencias presentadas nunca estuvieron disponibles al acceso público.

Secretas son las vinculaciones interinstitucionales, su activa participación política y su estrategia o, al menos, intenta serlo.

Veamos, a continuación, más detalladamente los elementos que nos permiten evidenciar tal vinculación, esto es, entre los actores y tal proyecto político, las prácticas discursivas y extradiscursivas de ocultamiento, la funcionalidad política de tal ocultamiento.

Desarrollo

Del Centre international d’ études pour la rénovation du libéralisme . Mont Pèlerin Society.

Antes de adentrarnos en la exposición, se hace necesario presentar de manera más detallada la conformación de estos momentos que consideramos centrales en la organización del movimiento neoliberal, por un lado, el Coloquio Walter Lippmann (1938) que dio como resultado la conformación del Centre international d’ études pour la rénovation du libéralisme (CIRL) (1939-1940) y la conformación de Mont Pèlerin Society (1947 hasta la actualidad).

Ambas instancias reunieron a políticos, empresarios e intelectuales que encontraron necesario dar inicio a una reescritura del liberalismo con objeto de batallar, en el campo de las ideas, con las formas organizacionales antagónicas. Preocupación que surge en ellos frente a la crisis que el liberalismo económico había comenzado a evidenciar a fines de la década de 1920 y frente al avance del comunismo y de ciertas tendencias reformistas propias de la primera mitad del siglo XX.

El Coloquio Walter Lippmann tuvo lugar a fines de agosto de 1938 en París a partir de la convocatoria de Louis Rougier en torno a la traducción al francés de Good Society (obra de Walter Lippmann, personaje reconocido como uno de los fundadores de la publicidad norteamericana) con objeto de conformar una asociación internacional para la renovación y resurgimiento del liberalismo (Denord, 2002, Hartwell, 1995). Reunió a figuras como Louis Rougier, Walter Lippmann, Louis Baudin, Roger Auboin, Marcel Bourgeois, Auguste Detoeuf, Bernard Lavergne, Étienne Mantoux, Louis Marlio, Mercier y André Piatier; Wilhelm Röpke, Alexander Rüstow, Friedrich Hayek, Ludwig von Mises, Jacques Rueff, Marjolín y Raymond Aron (Foucault, 2008). Como resultado se creó en marzo de 1939 el Centre international d’études pour la rénovation du libéralisme (CIRL) mediante un acto donde la diseratación de su flamante presidente, Louis Marlio, giró en torno al neoliberalismo (Foucault, 2008). Durante su breve existencia (1939-1940) el CIRL reunió a más de setenta miembros provenientes de fracciones dominantes del ámbito económico (Auguste Detoeuf, dueño de Alsthom y Ernest Mercier, jefe de más de cincuenta empresas, entre otros), universitario (Joseph Barthélémy, Charles Rist y André Siegfried), administrativo (Roger Auboin, director del Banco de Reglamentación Internacional, y Jacques Rueff, director del Movimiento General de Fondos) y sindical de tendencia anticomunista (entre ellos René Belin, Robert Lacoste, Christian Pineau y Louis Vallon) (Denord, 2002).

Entre los participantes del CIRL y del Coloquio Lippmann se pueden distinguir integrantes provenientes de la Escuela de Friburgo, entre quienes se destacan Walter Eucken y Wilhelm Röpke, quienes, tras la II Guerra Mundial conforman la Economía Social de Mercado; de una escuela inglesa asentada en el London School of Economies donde enseñaban Friedrich Hayek y Lionel Robbins, espacio de enfrentamiento entre keynesianos y liberales en la década de 1930; de una escuela austríaca liderada por Ludwig von Mises, profesor de Oscar Morgenstern, Alfred Schutz y Friedrich Hayek y de la estadounidense Escuela de Chicago fundada por Frank Knight (Denord, 2002).

Según la historia oficial de Mont Pèlerin Society, el coloquio Walter Lippmann constituyó un intento de renovación del liberalismo acaecido fuera de su tiempo. La guerra abortó dicha posibilidad y los objetivos de su proyecto fueron revividos en 1944 cuando Friedrich Hayek expresó públicamente su intensión de conformar una sociedad para la posguerra en una reunión en el King’s College de la Universidad de Cambridge (Hartwell,1995). Tal empresa es emprendida en compañía de Wilhelm Röpke, miembro del Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de Ginebra, y Albert Hunold, un ejecutivo financiero suizo. Estos últimos, agilizan la cuestión financiera. En 1945, afirma Hartwell (1995), Hayek madura la idea de que lo que se necesita es una especie de Academia Internacional de Filosofía Política, algo que se encuentra a medio camino entre una institución académica y una sociedad política. Para 1946, dicha propuesta ha alcanzado una recepción satisfactoria entre empresarios suizos y representantes de la banca y los negocios de seguros, a los que, se ha ofrecido la formación de una sociedad internacional para la regeneración de las ideas del liberalismo clásico y la refutación del creciente peligro socialista. A fines de 1946 se cursan las invitaciones para el primer meeting a celebrarse en abril de 1947.

Entre el 1 y 10 de abril 1947 en el Hôtel du Parc de la localidad de Mont Pèlerin, cerca de Vevey, Suiza1, mediante la organización de Friedrich Hayek y Wilhelm Röpke y la financiación de banqueros y patronos de la industria suiza y de fondos norteamericanos así como mediante la asistencia de importantes empresas periodísticas de los Estados Unidos -Fortune, Newsweek . The Reader’s Digest se realiza el meeting fundador de Mont Pèlerin Society. Una asociación selecta, de ingreso y publicidad restringida, que reúne periódicamente a intelectuales, empresarios y políticos del todo el mundo a fin de discutir las economías y políticas estatales2 (Toussaint, 2010, Denord, 2002; Hartwell, 1995; Liberaal Archief, 1998).

La convocatoria consiguió reunir a 39 personajes del ámbito académico, periodístico, político y empresario de distintos lugares del mundo europeo y estadounidense y adherir a influyentes actores, entre los que se destacan para sus primeros años, el personal directivo de la Foundation for Economic Education, en particular Leonard Read y HC Cornuelle; representantes de revistas empresariales como Time and Tide; protagonistas como Ludwig Erhard, considerado el propulsor del milagro alemán; Jacques Rueff, defensor del patrón oro; Walter Lippmann; Karl Popper, cuya obra se concentró en la deslegitimación epistemológica del marxismo; Milton Friedman, consejero de la presidencia de los Estados Unidos, creador de la teoría monetarista de la Escuela de Chicago y asesor directo de Augusto Pinochet en lo que se constituyó el principal ingreso del neoliberalismo a la política pública latinoamericana; representantes de la Escuela Austríaca de Economía tal como lo eran el propio Friedrich Hayek, Ludwig von Mises y Henry Hazlitt; de la Escuela de Chicago como Milton Friedman, Frank H. Knight y G.J. Stigler, de la Economía Social de Mercado como Walter Eucken y Wilhelm Röpke (Liberaal Archief, 1998; Hartwell, 1995, Denord, 2002). El 10 de abril la asociación cobra oficialmente existencia. El 6 de noviembre de 1947 es registrada como persona jurídica o sociedad anónima con domicilio legal en la Law School de la Universidad de Chicago3.

Los miembros de esta sociedad instalarán, en todo el globo, centros de difusión de ideas destinados a influir en la opinión pública. Para dar tan sólo un ejemplo del rizomático entramado mencionaremos, para Argentina, el caso de la Fundación Libertad. Centro que tiene su localización geográfica en la ciudad de Rosario, que se encargó de la organización operativa del único mettings de la Sociedad celebrado en nuestro país en el año 2011 y que otorgó el Premio a la Libertad a Jorge Lanata a fines del 2015. Evento en el cual, el periodista fue honrado con las palabras del recientemente electo presidente de la Nación Argentina, Mauricio Macri. (Fundación Libertad, 2011; Macri, 2015)4

2- “Neo- liberalismo”: algunas emergencias nominales

A continuación intentaremos retomar distintos documentos que muestran que el término neoliberalismo ha sido acuñado en el seno del movimiento que emerge en el Coloquio Walter Lippmann (1938) y continúa en Mont Pèlerin Society (1947) o, más precisamente, que sus miembros se han nucleado en tales asociaciones con objeto de instaurar, tal como Murillo (2015b) lo denomina, un modelo civilizatorio5 que garantice los privilegios que ellos consideran amenazados frente al avance del socialismo y el estado de bienestar.

Uno de los primeros documentos que encontramos donde aparece la referencia a un nuevo liberalismo”, respecto de un viejo liberalismo son los trabajos de von Mises: El Socialismo (1922) y Liberalismo (1927). El mencionado miembro del Coloquio Walter Lippmann y de Mont Pèlerin Society redacta el primero para dar batalla a los acontecimientos que tienen como corolario la Revolución Rusa. Al respecto afirma:

Los viejos principios liberales deben hoy día revisarse en su totalidad. En los últimos cien años la ciencia ha sufrido una revolución completa, y en nuestra época es preciso buscar otros fundamentos sociológicos y económicos a la doctrina liberal. (von Mises, 2007 [1922], p. 464)

El concepto neoliberalismo será retomado posteriormente en el seno del Coloquio Walter Lippmann y de Mont Pèlerin Society, justamente porque este movimiento entiende que si el comunismo, el socialismo, el Estado de Bienestar, etc. han avanzado, se debe a la difusión de un conjunto de ideas, las cuales es preciso contrarrestar con otro entramado discursivo elaborado retomando, para ello, el viejo liberalismo, pero depurando de él aquellos elementos que habiliten deducciones conceptuales que faciliten, en algún grado, legitimaciones discursivas de los órdenes a los cuales el movimiento se enfrenta (de Büren, 2015; Murillo, 2015b, 2015a).

El término neoliberalismo aparece entonces en las actas del Coloquio Walter Lippmann, en Compte Rendu des seánces du colleque Walter Lippmann (26.30 août 1938) editadas por el Centre international d’ études pour la rénovation du libéralisme en 1939. Las actas retoman una discusión entablada en torno a la nominación de la doctrina que los participantes se proponen embanderar. Respecto de la misma, Louis Marlio afirma: Me gustaría que se diera a esta doctrina el nombre de ‘liberalismo positivo’, ‘liberalismo social’ o ‘neoliberalismo’ (citado de Foucault, 2008, p. 6).

Posteriormente, en 1995, cuando el Washington Consensus estaba en su pleno apogeo, la Sociedad edita su historia oficial, A History of Mont Pèlerin Society (1995), escrito de puño y letra por quien fue su presidente entre 1992 y 1994, Max Hartwell. Allí la Sociedad hace uso de la nominación neoliberalismo como término propio, que la describe, que reúne a sus miembros en tanto objeto de construcción propia. Más precisamente se emplea el término “neo-liberalisme” (p. 84), “neo-liberalism”(p. 195), “neoliberals” (p. 118), “the Society for Neo-Liberalism” (p. 208): Erhard had learned from the Nazi experience of the desirability of ‘a neo-liberal programme for a free, humane and efficient economic order that was neither central planning, nor laissez faire, nor shortsighted interventionism.’” (p. 214-215) y mencionan un trabajo no publicado de otro autor, G. Meijer, con el que Hartwell se siente en deuda por el estudio de la sección alemana de The History of Neo-Liberalism (p. 215-pie de pág. 13). En este trabajo, Hartwell asegura que muchos de los cambios acaecidos en el mundo -las desregulaciones, las privatizaciones, la descalificación y el derrocamiento del comunismo- son producto de la labor de los integrantes de Mont Pèlerin Society.

Si bien Hartwell no admite que la Sociedad, como tal, sea la que haya actuado, acepta que la misma ha estado conformada por personalidades influyentes y que ellas, sólo en su condición de individuos, lo han hecho. De modo que si la Sociedad ha actuado de alguna forma, lo ha hecho a través de sus miembros y no por sí misma. Tales individualidades, agregamos nosotros, son las que han arribado a las universidades, las que han formado instituciones para la difusión de ideas, las que se han vinculados a gobiernos como los de Augusto Pinochet, Margaret Thatcher, Ronald Reagan y a sectores empresarios (Murillo, 2015b).

En 1992 un grupo de montpelerineses publica una compilación de artículos que resultó de discusiones previamente entabladas en un seminario taller promovido por el Instituto para el Estudio de Cultura Económica de la Universidad de Boston en el otoño de 1991 bajo la financiación de la Fundación Lynde y Harry Bradley y la Fundación Sarah Scaife y bajo la dirección de Mario Vargas Llosa y Carlos Alberto Montaner. El libro resultante se publicó en español como El desafío neoliberal, el fin del tercermundismo en América Latina, compilación a cargo de Barry Levine y contuvo artículos de Mario Vargas Llosa, Octavio Paz, Plinio Apuelo Mendoza, Peter Berger, Carlos Alberto Montaner, Enrique Krause, Barry Levine, Hernán Echeverría Olázaga, David Gallacher, José Piñera Echenique, Carlos Ball, Eduardo Mayora, Arturo Fontaine Talavera, Enrique Ghersi, Luis Aguilar Villanueva, Miguel Rodríguez, Manuel Ayau, Miguel Sang Ben, Francisco Leme, Andrés van der Host, Alberto Benegas Lynch y Luis Bustamante Belaunde. Figuras, entre las cuales, destacamos a Mario Vargas Llosa y Octavio Paz, ambos reconocidos por la asociación como unas de las personalidades que Mont Pèlerin ganó para sus filas y sustrajo al ideario socialista (Hartwell,1995); Enrique Krause y Alberto Benegas Lynch, se cuentan entre los primeros difusores del ideario montpelerinés en el territorio argentino; Manuel L. Ayau, el único latinoamericano que ha alcanzado la Presidencia de la Sociedad hasta la actualidad, y fundador de la Universidad Francisco de Marroquín en Guatemala, entidad encargada de la difusión y reproducción del ideario montpelerinés y, finalmente, Enrique Ghersi, quien líneas atrás mencionamos como uno de los negadores de la participación de la Sociedad en la construcción del proyecto neoliberal.

Neoliberalismo, un proyecto sin mentores

Más actualmente, los miembros de esta asociación -y esto es lo que atañe de manera central a este artículo- han puesto todos sus esfuerzos en negar su vinculación al neoliberalismo y a la gestación del mismo: a mantenerla en secreto. Retomamos algunos documentos que lo evidencian. Uno de ellos lo constituye la ponencia El mito del neoliberalismo (2004) que el miembro de la asociación Enrique Ghersi, presentase en el Regional Metting de Mont Pèlerin Society desarrollado en Chattanooga entre el 18 y el 22 de septiembre de 2003, tal presentación niega que dicha organización así como sus miembros tengan algún tipo de implicancias en la construcción de aquello que conocemos como neoliberalismo. Ghersi retoma el texto El Socialismo (1922) de von Mises para aseverar que tal nominación sólo ha sido empleada por su autor para designar, sólo y exclusivamente, a las corrientes teóricas que reivindican la teoría subjetiva del valor que fuese iniciada por Carl Menger para enfrentarse a la teoría objetiva del valor forjada por los economistas clásicos. Asegura Ghersi que la calificación “neoliberal”, si les cabe a los montpelerineses, no se refiere a su participación en la construcción o ejecución de tal proyecto, sino que se reduce a la defensa de tal teoría subjetiva del valor6.

Autores que estudian el fenómeno, entre ellos Daniel Mato (2005), tras retomar trabajos de montpelerineses como Enrique Ghersi y Carlos Sabino, han decidido expresar el término neoliberalismo de manera entrecomillada, atendiendo al reclamo de los miembros de la Sociedad. Integrantes que, agrega, eligen autodenominarse liberales tras asegurar que el neoliberalismo es un híbrido entre el liberalismo y otros productos teóricos.

Otro ejemplo es Margaret Thatcher (Steinberg, 1995) cuya gestión contó con el asesoramiento directo del fundador de la Sociedad, Friedrich Hayek, quien recibió -juntos a otros miembros de Mont Pèlerin Society- títulos nobiliarios otorgados por la regente inglesa en agradecimiento a sus labores. También es el caso de Alberto Benegas Lynch hijo, miembro argentino de la Sociedad, quien ha declarado en su columna del matutino La Nación (6/6/2004): Menem fue un modelo de antiliberalismo7, y de la Fundación Konrad Adenauer, cuando intenta diferenciar su Economía Social de Mercado del neoliberalismo, siendo la misma y sus miembros, corrientes fundadoras y partícipes tanto del Coloquio Walter Lippmann como de Mont Pèlerin Society (Denord, 2002; Murillo, 2015b).

Al respecto, Pierre Dardot y Christian Laval (2007) aseveran que la nominación Economía Social de Mercado, desde sus inicios, está destinada a confundir y engañar. Los miembros de esta corriente intentan, mediante la incorporación del término “social”, diluir la defensa del mercado que su doctrina formula. Una institución que ya ha evidenciado, tanto en su historia efectiva como en los estudios y análisis que de ella se han formulado, su imposibilidad de garantizar condiciones mínimas satisfactorias de vida de la población.

Esto, en el momento en que tales críticas se han difundido en el conjunto de la población, un conjunto cuya adhesión necesitan conquistar para la instauración del ordenamiento que intentan consolidar. Con igual objetivo, Mont Pèlerin Society ha prohibido colocar su nombre a los centros de difusión que sus miembros han desplegado en el globo8 (Hartwell, 1995) intentado, de esta forma, invisibilizar su accionar y despliegue.

Retomando elementos del Modelo Hipotético Deductivo que formulase Karl Popper, miembro fundador de la Sociedad, podemos pensar que el secreto está destinado a intervenir en la mecánica de lo que dicho autor nomina como Reglas de Correspondencias9. Este modelo epistemológico sostiene que existe una distancia entre la base empírica y la zona teórica, entre en mundo empírico y los enunciados teóricos, entre realidad y modelo, lo que vincula uno y otros serían las reglas de correspondencia. Si tal distancia existe ¿cómo han de responder los montpelerineses a la pregunta que Lenin formulase con intereses antagónicos: ¿Qué hacer?? En términos de accionar político habrá que intervenir en la conformación de tales reglas de correspondencia. A modo de ejemplo, si entre “la pobreza”, entre “la desigualdad económica” -fenómenos de corte empírico- y la teoría que los explica y los conceptualiza hay una distancia, deberíamos hacer prevalecer ciertas reglas de correspondencia por sobre otras reglas; debemos hacer prevalecer ciertos “modelos” teóricos, ciertas interpretaciones del mundo empírico por sobre otras. De esto se deriva que si como organización política que nuclea intelectuales abocados a la elaboración de modelos civilizatorios, artes de gobiernos, ordenamiento sociales, modelos económicos o como el lector desee interpretar, destinados a hacer prevalecer intereses y privilegios de sectores dominantes en perjuicio de los intereses de grandes mayorías cuyo consenso político necesita alcanzar para poder gobernar; entonces, necesita intervenir en los marcos interpretativos de tales mayorías de la forma menos evidente posible, para que ellas acompañen en el sostenimiento del orden que se proponen hacer prevalecer.

Entiendo que, en un esfuerzo por comprender el ascenso de las derechas en América Latina y el creciente consenso que las mismas han alcanzado en grandes conglomerados poblacionales, se ha apelado -en los últimos tiempos- a la nominación de posverdad como un fenómeno novedoso. Frente a ello considero que si analizamos las prácticas discursivas y extradiscursivas de Mont Pèlerin Society hace tiempo los encontramos en tal empresa sólo que, por mecanismos que se escapan a la brevedad de este artículo, ella ha tomado en la actualidad otra dimensión.

Se trata, entonces, de un intento de impedir que su organización, los entramados conceptuales que sus escuelas pronuncian, los intereses que defienden, los privilegios de clase que defienden y los perjuicios que con esto ellos provocan a grandes conglomerados poblacionales sean percibidos: una forma eficiente de conseguir su efectivización.

Mont Pèlerin Society: sólo amigos reunidos en tardes de campo

No sólo niegan que sus prácticas discursivas estén destinadas a conformar la doctrina fundamental de lo que ellos mismos han dado en llamar neoliberalismo y su participación en la gestación de tal nominación en el momento en que tal proyecto ha mostrado sus perjudiciales consecuencias. Además, se rehúsan a reconocer su accionar político activo en la instauración del nuevo ordenamiento civilizatorio neoliberal.

El documento que consideramos constituye la historia oficial de Mont Pèlerin Society (Hartwell, 1995) niega que la Sociedad haya perpetrado acciones políticas destinadas a garantizar el ascenso del nuevo orden. Tras afirmar que el objetivo final que aúna a aquellos que se reúnen en Mont Pèlerin es detener el ascenso del socialismo, aseguran que la organización de ninguna manera buscó generar cambios mediante la intervención política directa, aseveran que -antes bien- han restringido su accionar exclusivamente al ámbito de las ideas.

El objetivo común de los que se reunieron en Mont Pèlerin fue, sin duda, detener e invertir las actuales tendencias políticas, sociales y económicas hacia el socialismo” (Hartwell, 1995, p. 34).

¿De qué forma la Sociedad Mont Pèlerin contribuyó al renacimiento del liberalismo? Recordemos que fue con objeto de cambiar las ideas que la Sociedad fue fundada no para intervenir directamente en política para cambiar las políticas [...] Los fundadores de la Sociedad quisieron cambiar estas tendencias y condiciones, revertir el sendero hacia el camino a la servidumbre y restaurar los valores liberales “con argumentos intelectuales y la reafirmación de los ideales válidos”. El objeto de la Sociedad es únicamente facilitar el intercambio de puntos de vista inspirados por ideales certeros y concepciones generales que tienen en común, contribuir a la preservación y mejora de la sociedad libre. (Hartwell, 1995, p.192, traducción propia)

Más aún, afirman que esta asociación tampoco tiene como objeto difundir una determinada doctrina ni se encarga de realizar las tareas prácticas necesarias para conseguir el apoyo de las masas. Antes bien se encomienda a reunir a los mejores intelectuales interesados en la conservación de la libertad para que ellos contribuyan en la construcción teórico-filosófica de los principios que aseguran la preservación de la libertad y formulen los programas que tengan la oportunidad de conseguir el apoyo general de la población:

Hayek propuso que dicha reunión pudiese “formular una declaración de principios comunes” sobre los cuales se basara el trabajo de la organización y que se utilizaría para invitar a unirse a los demás [...] El objetivo no es difundir una determinada doctrina, sino elaborar con esfuerzo continuo, una filosofía de la libertad, que pueda presumir de ofrecer una alternativa a los puntos de vista políticos hasta ahora ampliamente sostenidos.

Nuestra meta [...] debe ser la solución, no de la tarea práctica de obtener el apoyo de las masas para un determinado programa, sino de conseguir el apoyo de las mejores mentes para la formulación de un programa que tenga la oportunidad de conseguir el apoyo en general. (Hartwell, 1995, p. 32- la traducción es propia)

La sociedad tampoco busca hacer propaganda, ni crear una ortodoxia obstructora. Así lo expresa la “declaración de objetivos” oficial de Mont Pèlerin Society. Su Statement of Aims, sellada el 8 de abril de 1947 y mantenida hasta la actualidad:

El grupo no aspira a hacer propaganda. No trata de establecer una ortodoxia meticulosa y obstaculizante. No adhiere a ningún partido en particular. Su objetivo es, únicamente, facilitar el intercambio de opiniones. (Hartwell, 1995, p.42, traducción propia)

Ni siquiera tendrá como objeto la formulación de una doctrina propia, antes bien, priorizará la libre discusión y la pluralidad de opiniones.

¿Qué tienen en común los miembros de la Sociedad Mont Pèlerin? (Hartwell, 1995, p. 218)

No existe credo oficial. (Hartwell, 1995, p. 218)

En reuniones de la Sociedad no ha habido ningún intento de llegar a un acuerdo, el procedimiento es siempre análisis crítico seguido de un debate, sin votación. Individuos particulares han argumentado, a menudo con pasión, a favor de teorías o políticas específicas, no necesariamente alcanzando o esperando el acuerdo de los demás. (Hartwell,1995, p. 219, traducción propia)

Lejos de ser una organización financiada destinada a la propagación de una determinada concepción de mundo, se trata (aseguran) de una asociación internacional de académicos liberales con un amplio espíritu pluralista que se sienten movidos por intereses intelectuales y filosóficos y se reúnen periódicamente a debatir y a disfrutar unas tardes de campo, paseo, amistad y compañerismo.

La idea de Hayek fue que la Sociedad debía ser una sociedad académica -una academia y no una agrupación propagandística de fe-. Más que ello, Hayek quería una comunidad unida por intereses comunes, amistad y la búsqueda mutuamente ventajosa de las bases filosóficas de la sociedad libre. Ya en 1950 escribió: Se sentía firmemente que el objetivo de la Sociedad en la creación de una verdadera comunidad de académicos liberales se estaba logrando progresivamente y solo eso justificaba la existencia de la Sociedad y debía continuar siendo su propósito principal. La Sociedad ya era un foro donde liberales individuales podían juntarse a discutir y argumentar. Y continuó siendo una comunidad y un foro, un lugar de encuentro satisfactorio donde sus miembros son atraídos por el interés intelectual y filosófico, y [...] por la amistad y el compañerismo confortable. (Hartwell, 1995, p. 219-220)

Las reuniones brindaban, según de Graaff, un renacimiento espiritual y moral completo. Para Read, ellas eran un día de campo intelectual. (Hartwell, 1995, p. 231)

La Sociedad [...] existe principalmente en la mente y en los afectos de sus miembros. No tiene base institucional física. [...] No tiene, por tanto, una residencia fija o identificable (…) La Sociedad no recibe grandes donaciones ni tiene funcionarios remunerados. Tiene una cuenta bancaria con un saldo relativamente pequeño proveniente de las cuotas de los miembros y de donaciones ocasionales. (Hartwel, 1995, p. xxi, traducción propia)

Esta asociación, remarcan ellos, tiene un distanciamiento declarado de la acción política, no busca influir en ella, no actúa como grupo de presión, no es un tanque de pensamiento al estilo de Heritage Fundation10, carece de recursos financieros, no tiene una publicación oficial, no se dedicó a diseñar programas políticos. Es una agrupación privada que, sin ser secreta, se reúne a debatir entre amigos.

Mont Pèlerin Society nunca buscó tener influencia política, ni actuó como un lobista en la arena política. (Hartwell, 1995, p. 40)

... la Sociedad no emitió manifiestos ni ideó agendas políticas; no tuvo una publicación oficial (aunque se publicaron algunas actas y más tarde hubo un informe trimestral y un boletín de noticias para los miembros); no intentó institucionalmente ejercer influencia política [...] Y así, la Sociedad se convirtió en una academia, en una sociedad de aprendizaje y no en un grupo de presión. (p. 84)

Es importante enfatizar las ambiciones esencialmente intelectuales de la Sociedad, su distanciamiento declarado de la acción política, su política de no realización de publicaciones oficiales, su falta de secretaría desde la cual cualquier acción real podría ser lanzada, y sus recursos financieros pequeños. Nunca ha tenido ni la organización ni los recursos necesarios para ser un grupo de presión o interés exitoso, y, al ser internacional, no ha tenido un enfoque nacional particular. En efecto, la Sociedad como institución, es difícil de definir. Tiene una membresía relativamente homogénea y un sistema de admisión selectivo. Su única actividad declarada es reunirse para discutir y debatir. Es realmente un tipo especial de club, un club intelectual con un sesgo ideológico -ideológico sólo en el sentido de que sus miembros comparten los ideales y las concepciones de la sociedad libre, pero sin ninguna una definición oficial y acordada del concepto “libertad”. La Sociedad, de nuevo citando sus objetivos originales, “no busca establecer una ortodoxia meticulosa y obstaculizante”. Es además privada sin ser secreta, no tiene una manera formal de publicitar sus discusiones -por ejemplo, a pesar de que siempre ha tenido algún tipo de cobertura, la Sociedad ha sido cautelosa con la prensa, y no ha querido ahogar el debate franco en sus reuniones. (p.192-193)

La búsqueda de fondos y la formulación de documentos políticos seguramente habrían convertido a la Sociedad en un think tank antes que en una academia, sería más como una Heritage Foundation internacional que como a una academia internacional de filosofía política. (ibíd., p. 89)

Es difícil sacar conclusiones firmes sobre el papel de Mont Pèlerin Society en el resurgimiento del liberalismo. El carácter de la Sociedad es tal que ha sido siempre más una academia de filosofía política, como Hayek la concibió, que un grupo de presión política. Sus reuniones han sido seminarios, no encuentros políticos. Su función ha sido la educación, carente de proselitismo. Su objetivo ha sido generar ideas, no producir la revolución. Sin duda, sus miembros quisieron cambiar el mundo, pero a través del cambio de ideas y valores, no por medio de la acción directa. (p. 215)

Lo subrepticio en el despliegue neoliberal

Recordemos brevemente algunas de las participaciones de los miembros de la Sociedad en el asesoramiento de gestiones de gobierno estatal de corte claramente neoliberal. Tal es el caso de quien fuese presidente de la Sociedad desde 1971, Milton Friedman, y el seguimiento directo que efectivizase a la presidencia de Augusto Pinochet. También constituye un ejemplo significativo el accionar de Friedrich Hayek, quien se encargó de la instrucción de Margaret Thatcher y recibió, tras ello, títulos nobiliarios de la corona inglesa. Finalmente, mencionamos la media docena de montpelerineses ingleses que se trasladaron a los EEUU con el exclusivo objetivo de orientar la candidatura presidencial de Ronald Reagan, ex presidente que, agregamos, ha sido lector habitual de The Freeman, publicación periódica editada por la Foundation For Economic Education, es decir, por la institución que financió los pasajes de los montpelerineses estadounidenses a la primera reunión de la Sociedad (Hartwell, 1995, de Büren, 2015, Steinberg, 1995).

Si ellos niegan -por todos los medios- su accionar político activo, su vinculación con el neoliberalismo y sus prácticas discursivas y extradiscursivas destinadas al ascenso y la consolidación del ordenamiento neoliberal, entonces el secreto, el ocultamiento, la invisibilización. se torna uno de los elementos centrales de su estrategia política.

De este modo evitan, de ser posible, la exposición pública en política. Sin embargo, participan activamente en ella a través del asesoramiento a funcionarios. Tales son los ejemplos antes mencionados, a los que podríamos agregar el caso de Mauricio Macri, invitado a la tribuna de la Sociedad en su Regional Meeting: The Populist Challenge to Latin American Liberty celebrado en Argentina en 2011 (Fundación Libertad, 2011) y de los altos funcionarios de la dictadura pinochetista Rolf Lüders y Carlos, Ambos asistentes del General Meeting desarrollado por Mont Pèlerin Society entre el 2 y el 7 de septiembre de 2012 en Praga en calidad de expositores y/o moderadores. Privilegio, este último, que no revistió ningún otro participante latinoamericano (Mont Pèlerin Society, 2012).

Además, expanden en todo el globo instituciones encargadas de difundir su entramado discursivo en el conjunto de la población con objeto de generar nuevos consensos. No obstante, prohíben a tales instituciones llevar la nominación de la asociación con objeto de invisibilizar su articulación. Tal ha sido el caso en Argentina del Centro de Difusión de la Economía Libre (CDEL) instaurado en 1958 en vinculación, hacia afuera, con otros centros distribuidos en América Latina y el mundo para esa época, y hacia adentro, por un lado, con el diario La Prensa, que se encargaba de difundir para el público general los artículos ya publicados por el CDEL así como sus actividades y conferencias y, por otro lado, con funcionarios y empresarios locales. A modo de ejemplo, citamos el caso de la vinculación que realizase Benegas Lynch -fundador del CDEL- entre Hayek y Eugenio Aramburu, así como con las gestiones de su hijo para que empresarios de la Bolsa de Comercio financiasen la fundación del ESEADE, institución que intentará continuar las labores del CDEL desde fines de los años 70 (de Büren, 2015).

En tal sentido, si bien las investigaciones sobre el ingreso del neoliberalismo en tierra local abocan sus esfuerzos en estudiar el accionar de tanques de pensamiento a partir de los años 70, el desembarco de instituciones montpelerinesas de difusión se registra en América Latina desde el año 1958 mediante la creación del Instituto Venezolano de Análisis Económico y Social por Nicornedes Zuloaga, el Centro de Estudios Económico Sociales en Guatemala por Manuel Ayau (quien después fue presidente de la MPS y además creó la hasta ahora existente Universidad Francisco de Marroquín), el Instituto de Pesquisas Economicas e Socais en Brasil por P. Ayres, el Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas por Gustavo Velasco en México, el Instituto para la Libertad y la Democracia por Hernando de Soto en el Perú, el Centro de Estudios Sobre La Libertad, por Alberto Benegas Lynch en Argentina y el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales por E. Altamirano en El Salvador.

Estos institutos se dedicaban a la publicación de revistas, por lo general, con traducciones al español de artículos sobre temas liberales, y participaban activamente en la distribución y venta de obras de autores europeos y norteamericanos. J. R. Albiol, un miembro español y editor de textos liberales, tenía cerca de ochenta traducciones que desde hacía más de treinta años eran la principal provisión de libros sobre el liberalismo en América del Sur. Todos estos fundadores, a excepción de Soto, eran miembros de la Sociedad y sólo la integraban en calidad de representantes latinoamericanos antes de 1952: Carlos A. Benegas (Argentina), Luis Montes de Oca -traductor de la primera versión española para Latinoamérica de La cité libre de Walter Lippmann-, Gustavo R. Velasco (México) y Raúl Maestri-Arredondo (Cuba) (Hartwell, 1995).

Un relevo actual en Argentina incluiría la ESEADE, fundada en 1978 por Alberto Benegas Lynch (hijo) con ayuda financiera de empresarios vinculados a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (Benegas Lynch, 2007) y la Fundación Libertad. Esta última institución fue la encargada de organizar la reunión de Mont Pèlerin Society en Argentina en 2011 (Fundación Libertad, 2011) y otorgó su Premio Libertad a Jorge Lanata en su cena de fin de año de 2015. El homenaje brindado al periodista en dicha oportunidad contó con las palabras del recientemente electo Presidente de la Nación, Mauricio Macri (quien también había sido partícipe de la reunión que la Sociedad celebró en Buenos Aires en el año 2011) y de Mario Vargas Llosa, importante miembro de la Sociedad (Macri, 2015; Fundación Libertad, 2015)

Para el caso de América Latina, podemos encontrar una referencia más actual en la Universidad Francisco de Marroquín y en la Red Liberal de América Latina (RELIAL), organización que nuclea a centros pares de Fundación Libertad en América Latina. Su presidente, Ricardo López Murphy, por dar sólo un ejemplo, imparte conferencias desde enero de 2016, es decir, en un contexto de un intenso retroceso de las dirigencias progresistas y ascenso de gobiernos de corte neoliberal en el continente, tituladas Argentina ¿Cómo vencer al populismo? (RELIAL, 2016)

A tales prácticas políticas subrepticias se adicionan aquellas que el grupo destina a hegemonizar aquel discurso que detenta por excelencia -en nuestros días- de una presumida neutralidad valorativa, que nos habla de “lo que es”, que presume carecer de desviaciones subjetivas, valorativas, ideológicas y, al cual, la modernidad le ha otorgado mayor poder de verdad, esto es, el discurso científico. Recordemos, al respecto, la pregunta que Michel Foucault lanzase casi como una afirmación en Defender la Sociedad:

¿No hay que plantearse la cuestión, interrogarse sobre la ambición de poder que acarrea consigo la pretensión de ser una ciencia? (2006, p. 23)11

En tal sentido, no sólo expande su entramado discursivo a través del accionar de sus institutos de difusión, sino también mediante la introducción de sus miembros en los espacios que especializan su labor en la construcción del discurso científico, esto es, las universidades. Disputan la apropiación de la enunciación científica por dos vías o modalidades. En la primera, contemplamos el arribo de sus miembros a instituciones de educación superior, la generación de nuevos institutos de altos estudios como la ESEADE o La Universidad Francisco de Marroquín y la adjudicación de becas de formación en espacios de posgrados extranjeros a intelectuales orgánicos vernáculos12. En la segunda modalidad, advertimos las disputas que sus miembros lanzan en el espacio discursivo, más específicamente teórico y epistemológico. En este ámbito, sus prácticas se dirigen a deslegitimar a las opciones teóricas que sustentan alternativas organizativas que les son adversas. Retomemos algunos ejemplos. En el caso del marxismo podemos mencionar, en el campo epistemológico, la labor del montpelerinés Karl Popper (1967), destinada a privar de las credenciales de cientificidad al materialismo histórico y, en el campo teórico, los trabajos de von Mises (1920) abocados a señalar la imposibilidad del cálculo económico en sistemas económicos socialistas. En el caso del keynesianismo y los proyectos de planificación económica centralizada, en el campo epistemológico, Hayek (1964) intenta refutarlos mediante la noción de sistemas complejos y, en el campo teórico, von Mises (1927) señala la imposibilidad de órdenes económicos mixtos13.

Reflexiones finales

Este trabajo nos ha permitido observar que el secreto y su construcción pueden considerarse como una de las particularidades estratégicas de Mont Pèlerin Society una de las organizaciones políticas centrales que confluyeron en la organización de eso que hoy denominamos neoliberalismo.

Esto nos permite reflexionar en torno a ciertas interpretaciones populares que, en un intento de comprender el consenso y el ascenso alcanzado por las derechas en América Latina en estos últimos años, suelen señalar como posverdad14, la cual, si nos aferramos a un análisis empírico de la realidad, luego de lo anteriormente dicho, podríamos pensar que se reducen simplemente a lo que Aristóteles señalaría como ausencia de verdad en función de la definición que él mismo postula para distinguir entre lo verdadero y lo falso, esto es, una falta de correspondencia entre lo que se enuncia a través de proposiciones afirmativas y lo que se percibe de manera empírica o, en términos del Modelo Hipotético Deductivo que Popper construyese y se difundiese en nuestra tierras, una falta de correspondencia entre enunciados empíricos observacionales y sus observaciones pertinentes. Esto último, con una diferencia en el modelo hipotético deductivo, en tanto Karl Popper, miembro de Mont Pèlerin Society,ha reafirmado la existencia de una distancia entre lo que se enuncia y lo que se percibe con los sentidos, la cual propone resolver mediante reglas de correspondencia, a las que se llega por convención (Murillo, 2012b). Si hay una distancia entre los enunciados teóricos y el mundo material, entonces hay una distancia entre la interpretación de los hechos y los hechos: es ese el campo de disputa y para poder jugarlo es necesario velar la mirada a ciertos hechos, mantenerlos en secreto, de modo que, ciertos hechos, como la pobreza, la exclusión de grandes masas poblacionales y la apropiación de los recursos en pocas manos no puedan ser atribuidos a un modelo civilizatorio específico, a sus mentores, ni a las prácticas de quienes se benefician con su aplicación. El secreto juega en ello un rol decisivo, permite que la manipulación interpretativa se perpetúe atribuyendo otro contenido a las explicaciones de los hechos.15

Esta conclusión se reafirma cuando observamos la distinción que la historia oficial de la Sociedad (Hartwell, 1995) realiza entre lo que denomina micro y macro política, distinción que comprende que el devenir de la historia no se define en la micro política (esto es, la disputa legislativa, por la sanción de leyes), antes bien, ella es condicionada por la macro política, la cual abarca, según su definición, el conjunto de ideas que sobrevuelan y recortan el marco de discusión en un tiempo y espacio determinado. Por lo cual, si Mont Pèlerin se lanza a la contienda, sus esfuerzos se deberían dirigir a ganar la batalla en este campo.

Ya Ludwig von Mises había aprendido de Carl Menger que la clave para torcer los destinos de la sociedad no residía en ocupar cargos públicos; lo central consistía en hegemonizar la disputa discursiva en el campo académico. Eso explica, tal como lo relata el propio von Mises, su accionar activo en los seminarios universitarios en Viena en un momento donde el debate político no sólo se daba en las calles, sino también en la Universidad.

Entonces, si los destinos de la política y la sociedad ya no se debaten en el Congreso Nacional, ni en la Presidencia de la Nación, sino mediante la difusión de determinadas ideas, en la generación de nuevos consensos. Al parecer. luego de observar la estrategia montpelerinesa. el secreto viene a cumplir una función importante: facilitar la aceptación, y con ello la difusión, de ciertos discursos, ciertas interpretaciones de la realidad y la consolidación de nuevos consensos. Facilita la aceptación y el consenso en tanto parece neutral, no se identifica a una asociación política y a su organización, ni permite identificar los intereses materiales y clasistas que representa; el secreto permite que eso que está articulado centralmente aparezca a nuestros sentidos de manera atomizada y, en tanto socialmente difuminado, emergente de la pluralidad poblacional.

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Notas

1. Espacio que, salvando distancias, se podría asimilar en el imaginario local argentino a Punta del Este o ciertos lugares del Sur, en tanto espacio de descanso y distinción social.
2. Los Regional, Special y General Meetings que la sociedad ha celebrado periódicamente pueden consultarse en su página oficial: https://www.montpelerin.org/past-meetings/.
3. Esto nos permite comprender la relevancia histórica adquirida por la Universidad de Chicago en tanto centro elaborador, difusor y promotor de políticas neoliberales y de formación de economistas neoliberales. Tal como lo describen de forma generalizada Noami Klein (2007); de forma específica para el caso de la formación de algunos economistas argentinos como el fundador del CEMA, Roque Fernández, Mariana Heredia (2004), Gastón Beltrán (2004, 2005) y Sergio Morresi (2008), y para los análisis de políticas de corte monetarista aplicadas en este país a partir de la última dictadura militar de, entre muchísimos otros, Hirschman (1987), Canitrot (1983) y Basualdo (2006). A lo que podríamos agregar, en igual sentido, que Hayek, en 1948 -a un año de fundada Mont Pèlerin Society- obtiene un cargo en la Universidad de Chicago y que von Mises entendía que el capitalismo estaría garantizado en la escala mundial mientras el socialismo no llegara a Estados Unidos, por lo que, afirma, es desde allí desde donde se debe batallar.
4. Para quien desee profundizar el entramado gestado y el accionar de Mont Pèlerin Society y el Coloquio Walter Lippmann se recomienda revisar de Büren (2013a, 2013b, 2014, 2015), Murillo (2015b, 2012b), Grondona (2011); Denord (2002), Mato (2005), Dardot y Laval (2007), Salinas Araya (2016), Guillén Romo (2018) y Foucault (2008), así como adentrarse en las publicaciones oficiales de las instituciones que conforman el entramado articulado de estas asociaciones. Entre tantísimas otras, puede acudir a las paginas oficiales de Mont Pèlerin Society (https://www.montpelerin.org/), la Red Liberal de América Latina (http://relial.org/), Fundación Libertad (http://libertad.org.ar/web/) y Fundación Atlas (https://www.atlas.org.ar/).
5. Murillo caracteriza el neoliberalismo (2008, 2010, 2012a, 2012b, 2015a, 2015b, 2018) como un modelo civilizatorio con objeto de señalar que el mismo no se reduce a una doctrina económica con sus consecuentes políticas, como es de popular interpretación. Dicha autora retoma los aportes de Michel Foucault (2008) que lo señalan como un arte de gobierno, es decir, como una reflexión que no sólo procede del campo teórico destinada a pensar el gobierno de las personas. Más precisamente, cabría decir -en tanto tal gobierno no se reducen al accionar estatal- a indagar en torno a las formas más efectivas de dirección de las conductas. Lo retoma, entonces, para reafirmar -apoyada ahora en estudios que le son propios- que una de las características centrales del neoliberalismo es el moldeo de las subjetividades.
6. Para un estudio genealógico y arqueológico de esta teoría y las implicancias actuales de tal teoría en la construcción de subjetividades y en el gobierno de las conductas acorde al modelo civilizatorio que se pretende instaurar se recomienda la lectura de trabajo de Susana Murillo (2015a) y para revisar la connotación que tal formulación ha adquirido en el campo de la economía se recomienda el trabajo María Paula de Büren (2011).
7. Para quien quisiera profundizar en la trayectoria y formación de Domingo Felipe Cavallo, Ministro de Economía de Carlos Menem así como el devenir de Fundación Mediterránea en relación a las corrientes de pensamiento neoliberal recomiendo los trabajos de Hernán Ramírez (1997, 2003, 2013), Sergio Morresi (2008), Paula de Büren (2013b), Mariana Heredia (2004), Gastón Beltrán (2005).
8. Existe una excepción a este impedimento, se trata de un centro de difusión localizado en Japón. La sociedad habitó este permiso -afirman sus miembros- por motivos especiales (Hartwell, 1995).
9. Puede consultarse respecto de la formulación epistemológica del Modelo Hipotético Deductivo y las Reglas de Correspondencia en los trabajos de Murillo (2012b) y Klimovsky (1997).
10. Heritage Fundation, según señala en su página oficial https://www.heritage.org, constituye un tanque de pensamiento estadunidense fundado en 1973 abocado a formular y promover políticas públicas conservadoras basadas en los principios de la libre empresa, el gobierno limitado, la libertad individual, los valores norteamericanos tradicionales y la férrea defensa nacional. En dicho espacio se reconoce como el think tank que ha alcanzado el mayor impacto en la política pública, como una entidad que ha habilitado la conquista de los principios conservadores y que mantiene sus instalaciones en las proximidades de los espacios de gobierno estatal con objeto de lograr sus propósitos. Según Jeffrey Steinberg (1995) esta fundación fue lanzada en Washington DC por la propia Mont Pèlerin Society y llevó a sus tierras a media docena de montpelerines ingleses con objeto de abocarlos al asesoramiento de la Carrera presidencial de Ronald Reagan. Esto, en imitación de la victoria conseguida por Margaret Thatcher en Inglaterra por obra del consejo del Institute of Economic Affaire.
11. En consonancia con esto, Michel Foucault en La verdad y las formas jurídicas (2010) señalará, apoyado en formulaciones de Friedrich Nietzsche, la necesidad de hacer una historia política de la ciencia.
12. Constituye un ejemplo de ello, el conjunto de becas que el Centro de Difusión de la Economía Libre (CDEL) facilitó a sus miembros con objeto de que continuasen sus estudios en la Foundation For Economic Education y en Grove City College en los Estados Unidos (Editorial de ISL, N° 28).
13. Para el caso específico de las disputas efectivizadas tanto en la primera como en la segunda modalidad por Ludwig von Mises, el lector puede remitirse a de Büren (2019).
14. Me refiero a cierta circulación popular en las redes sociales a la hora señalar ciertas incoherencias, ciertas faltas de correspondencias entre la realidad y lo que se pronuncia de ella en enunciaciones gubernamentales oficiales o de medios hegemónicos de comunicación, sobretodo, en Argentina. Cito a modo de ejemplo aquellas que han sido sintetizadas a modo de parodia en un video de reciente elaboración https://www.youtube.com/watch?v=H1o7w2nUpOE.
15 Al respecto le puede interesar la vinculación entre giro lingüístico y neoliberalismo o epistemología y neoliberalismo presente en el trabajo Posmodernidad y neoliberalismo. Reflexiones críticas desde los proyectos emancipatorios de América Latina que escribiese Susana Murillo en colaboración con José Seoane, y el texto Prácticas científicas y procesos sociales. Una genealogía de las relaciones entre ciencias naturales, ciencias sociales y tecnologías (2012a).
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