Misceláneo
Dossier “Patrimonio hidráulico: paisaje, memoria e identidad”
“Reivindicar el agua como patrimonio mundial y como un derecho humano fundamental” es una propuesta incluida en la Directiva-Marco del Agua del año 2000 de la Unión Europea y que nos sirve de motivación en la presentación de esta editorial, destacando el carácter patrimonial del agua asociado a la cultura de los pueblos. Para abordar el tema del agua desde el punto de vista patrimonial como un bien material e inmaterial y con manifestaciones culturales derivadas de su uso y aplicación por los pueblos, se requieren grandes esfuerzos para la conservación y difusión de dicho elemento.
El patrimonio cultural asociado al agua es inmenso. Son innumerables los objetos relacionados a él y cuantiosos los oficios de aquellos que trabajan con este recurso en ocupaciones tradicionales, que tan sólo quedan en la memoria de los más ancianos que mantienen vivas sus tradiciones y culturas. A lo largo de los siglos, la intervención humana ha aprovechado los recursos y los ambientes naturales relacionados con el agua que resultan en diversos elementos patrimoniales de gran calidad y que contienen importantes valores culturales, ambientales, paisajísticos y socioeconómicos.
La consideración del agua como patrimonio incluye tanto la cultura material (objetos, tecnologías, lugares, infraestructuras, etc.), como la cultura inmaterial. El agua es parte del territorio: determina los llamados “paisajes del agua”, definidos por la fisionomía del territorio con sus elementos naturales y antropogénicos vinculados a las emociones que despiertan su contemplación. Los paisajes del agua adquirieren notoriedad y, en determinadas ocasiones, un protagonismo espacial exclusivo, dado que se constituyen en tendencias culturales presentes en muchos de los municipios de los países iberoamericanos (poco conocidos aún y no considerados como patrimonio por los colectivos sociales).
Es fundamental el desarrollo de una conciencia cívica sobre la conservación del patrimonio y la cultura del agua, que presione para declarar estos bienes como de interés comunitario. El concepto de patrimonio experimentó en los últimos treinta años una evolución en su concepción y comprensión, que unida al creciente interés social y político relacionado con las marcas de identidad de cada territorio, favorece el reconocimiento colectivo de los valores patrimoniales con iniciativas destinadas a su gestión y conservación.
En el caso específico de Iberoamérica, el patrimonio hidráulico resulta en un paisaje cultural trabajado por el ser humano siglo tras siglo, donde se superponen la herencia de los diferentes pueblos. El agua es, aquí, un elemento de diferenciación paisajística y por ello es una marca distintiva del territorio y la memoria local.
Los trabajos aquí reunidos tienen como eje central el patrimonio hidráulico, visto desde los conceptos de paisaje, memoria e identidad. Además, alcanzan diferentes áreas geográficas (Brasil, España y México), y nos permiten conocer los diferentes patrimonios, su estado de conservación y las políticas públicas dirigidas a ello. Estos estudios, aunque tengan como punto de partida materias específicas — arqueología, historia, antropología, geografía— deben ser vistos como un desafío, una vez que se piensen desde una perspectiva interdisciplinar
En el artículo de Armando Méndez Zárate se habla de los cambios y arraigos al paisaje del Valle de Ameca, en Jalisco, México, relacionados con el río; en tales fenómenos intervienen cuestiones políticas, económicas y sociales. Méndez Zárate constata por medio del análisis de las concesiones de agua, que las alteraciones realizadas en el curso del río son un fenómeno complejo, y que reflejan las condiciones sociales y económicas al mismo tiempo que evidencian las diferentes estructuras agrarias presentes en el valle.
Los grandes proyectos como el Corredor Hidroeléctrico Mesoamericano, estudiado por Catalina García Espinosa, generan no sólo impactos ambientales, sino, sobre todo, sociales, imponiéndose una pauta de olvido y abandono de las tradiciones hidráulicas en un amplio territorio. La autora hace una reflexión respecto al derecho al “buen vivir” como forma de resistencia a las frecuentes desapropiaciones sufridas por las gentes que tienen sus tierras comprometidas con estos grandes proyectos.
El potencial turístico del canal Campos-Macaé, importante patrimonio hidráulico en la región del norte fluminense, en Río de Janeiro, es analizado por Jéssica de Oliveira Monteiro y Simonne Teixeira. El canal, construido en el siglo XIX, fue reconocido como patrimonio cultural en el año 2002, pero la ausencia de acciones para su preservación y manutención perjudica su utilización como elemento turístico.
En su artículo, Santiago Montero-Cruzada, María Teresa Aguilar-Miranda y Antonio Luis Díaz-Aguilar analizan las consecuencias del uso abusivo e incontrolado de los acuíferos en un pueblo español de la provincia de Jaén, en Andalucía, que se abastecía abundantemente con el agua manantial. Los autores describen los problemas enfrentados por el pueblo a partir de una lectura ecocosmológica, buscando comprender las relaciones entre la gente y su medio, más allá de la idea de una gestión útil de los recursos hídricos.
Finalmente, los artículos que componen este dossier representan un gran abanico de abordajes sobre el tema del patrimonio hidráulico y vienen a reiterar la importancia de estos estudios en Iberoamérica para el conocimiento de las dinámicas asociadas a tal patrimonio. Esperamos que los artículos aquí presentados sirvan como incentivo para la investigación en este campo interdisciplinar.