Reseña
La voz y su huella, de Martin Lienhard1
Lienhard Martin. La voz y su huella. 2003. Chiapas. Casa Juan Pablo y Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas |
---|
Recepción: 15 Febrero 2017
Aprobación: 05 Abril 2017
La magia del libro es que aparece en el momento en que debe hacerlo. Para las disciplinas sociales no existe propiamente un libro actualizado como tal. En esta área del saber, la aparición del libro es lo que importa, porque ahí se encuentra un problema de conocimiento que se quiere descifrar. Para ejemplificar lo expresado, hay quienes rebuscan en fuentes históricas una historia que se reactualiza para hablar de la misma historia, hay quienes aún siguen discutiendo las enarboladas discusiones de Platón y Aristóteles, de los cuales no tenemos versiones corregidas y aumentadas, y siguen siendo autores de obras de actualidad. Por lo tanto, no hay libro añejo, ni libro nuevo, tan sólo existe el poder del saber en el milagro de la aparición de un libro, porque lo que interesa es la importancia del problema que nos inquiere.
Tal es el caso del texto de Martin Lienhard, intitulado La voz y su huella. Temporalmente hablando, este texto fue publicado en 2003, por lo que en una función temporal podemos considerar que esta obra no es tan vieja, ni tan nueva; sin embargo, la espacialidad de su contenido es de actualidad.
Esta investigación realizada por Lienhard, quien es profesor de literatura hispanoamericana de la Universidad de Zúrich, tiene la intención de demostrar la existencia de una narrativa latinoamericana que tiene como trasfondo un sustrato social y filosófico sustentado en la pregunta “¿Existe una literatura que hable de lo íntimo y nos permita establecer el sentido de lo propio del sentir y del ser latinoamerica- no?”. Esto genera un problema ante una pregunta complementaria: ¿existe un género literario latinoamericano que debe inscribirse como recurso de una literatura propia para el mundo? Y en contraparte, ¿cómo expresar, entonces, con métodos propios, nuestro ser y nuestro quehacer en el mundo latinoamericano?
No cabe duda de que para los pensadores del ser y del quehacer latinoamericano, nuestra humanidad y sociedad han sido y siguen siendo un gran enigma. Latinoamérica es en sí misma un problema complejo no resuelto por sus propios pensadores, debido a las complicaciones mismas que dan sentido al problema: un pasado lleno de gloria prehispánica, la devastadora conquista, un desatinado colonialismo, una necia dependencia, y una imperante esperanza de libertad, a la que se suma una necesidad de saberse como un ser con una emancipación propia.
Así, el autor de este libro emprende la búsqueda de la originalidad de la literatura latinoamericana, brindando, en principio, un aporte a la solución al problema, que consiste en romper con las interpretaciones de contenidos sincréticos de una ideología mestiza; así, se arriesga sin titubeos a establecer que nuestra literatura es producto de una asimetría de contenidos y sentimientos sustentados en condiciones sociohistóricas. Estas se fundamentan en la vivencia de la experiencia de lo propio, hasta obtener como resultado una literatura con autenticidad y originalidad, que sólo puede ser comprendida al momento de descifrar los contenidos de los procesos de las dinámicas sociales del pasado. Tales dinámicas devinieron obras literarias sustentadas en el fluir de la intermediación de la memoria oral del pueblo mesoamericano y andino (que mantuvo el interés de perdurar en el tiempo utilizando sus propios símbolos y significados de sus cosmovisiones) y el pueblo europeo (repleto de leyendas y seres imaginarios que impusieron su dominio de pensamiento a los pueblos mencionados, a través de una escritura con la que instauraron la justifica- ción del dominio colonial).
Aunque es común pensar que el resultado del proceso de dominación y sumisión dio como resultado una adecuación simbólica y simétrica de las relaciones socioculturales de los unos y de los otros para configurar el reordenamiento del conflicto social como síntesis de una conquista, sin embargo, por medio de este libro, podemos percibir que la relación de estos dos mundos no fue el resultado de una “pariedad” sociocultural de acuerdos sociales que se moldearan en lo que conocemos como “mestizaje”. Lienhard nos previene de ese error: “los textos nacidos en pleno enfrentamiento entre oralidad -especialmente indígena- y la tradición letrada de procedencia europea, revelan de diversas maneras la resistencia y la pujanza de los universos culturales… de la literatura occidental” (Lienhard,2003:54).
De esta manera, el autor nos permite releer el contenido de una literatura que tiene su nacimiento en dos visiones del mundo, en que el vencido y el vencedor interactúan en una dinámica de sucesos multiculturales producidos por su propia historia. Los procesos sociales desencadenaron textos españoles y textos indígenas. Cada texto cultural plasma las experiencias de la interacción social, por lo que cada uno de ellos tiene intencionalidades diferentes: unos resistían y otros dominaban; sin embargo, ambos producían sus propios discursos bajo el mismo contexto vi- vencial… de ahí que los dominantes deben buscarse en la escritura, y los vencidos intentarían rescatar los márgenes de la memoria en la resonancia de una voz escrita. Con estas condiciones históricas, el autor hace referencia al origen de la literatura latinoamericana: esta nace de la yuxtaposición de dos esferas narrativas que no son iguales en sus circunstancias, ya que los españoles impusieron a los indígenas un sistema de escritura como forma de control y dominio. Como una forma de conocer y reconocer la diferencia, surgen textos escritos por indígenas que relatan de manera occidental la historia de su pueblo, o los textos europeos tenían un contenido proveniente de informantes indígenas. Estos textos tenían la intención de reconocer la diferencia, mas no se realizaban como un rescate cultural, ya que la alteridad era pensada en términos de “el salvaje”, y, en una esfera religiosa, en términos de “lo demoniaco”. Así, la literatura era hecha para Occidente. En contraparte, los pueblos mesoamericanos y andinos tenían el sustento de una escritura gráfica, por lo que sus textos eran complementados con interpretaciones o improvisaciones de la memoria, por lo que el efecto de una escritura alfabética, que está por más decir que les era ajena, fue aprendida y utilizada como un recurso de una lucha contra la civilización europea: de esa manera hicieron un rescate del pasado y una nueva forma de comprender el nuevo contexto.
En esta literatura de resistencia, el vencido habla desde su intimidad y muestra una historia propia. El pueblo indígena transfigura la voz de la memoria, haciéndola útil para sí, en lo que el autor considera el surgimiento de una literatura alternativa, que tiene su principio en los procesos de relaciones étnico-sociales. Esto nos permite pensar que el origen de la literatura latinoamericana es la multiculturalidad e interculturalidad y que, durante su desarrollo, los indígenas encontraron en la escritura el valor social de su existencia para infiltrarse en los códigos de una historia oficial dominante.
Esta lucha contra el pensamiento europeo y una reconquista de la memoria por la escritura dan vitalidad al libro La voz y su huella, porque este nos deja entrever que el análisis de esa narrativa alternativa tiene un método literario propio para su estudio y una condición que dista del análisis literario de tipo europeo, dado que los fundamentos de esta alternativa de narración no se encuentran en la lectura de los textos por tipos y motivos, propuestos por Aarne y Thompson, y tampoco son textos que pueden ser comprendidos desde el análisis morfológico de Propp. Al contrario, la propuesta del autor consiste en entender el contexto vivencial en que se articula la historia, la cultura y las dinámicas sociales en la forma de una trama que reafirme el sentimiento de pertenencia mediante la palabra escrita.
El texto de Lienhard carece de conclusiones, por lo que nos brinda la oportunidad de reflexionar y pensar que el sincretismo narrativo alternativo es el que se da entre la oralidad y la escritura que subyace en la narrativa indígena, cuya utilidad es perpetuar, con la resistencia cultural, la propia identidad de los pueblos indígenas. La literatura indígena proviene de un sentimiento y de un quehacer histórico-cultural, por lo que no sólo es un conjunto de relatos con historia, o tan sólo una colección de historias -que tanto gustan a los antropólogos e intelectuales indígenas recuperar, transcribir y coleccionar-, sino que las acciones mismas de los textos indígenas llevan consigo el sentido de un constructor social como práctica de una estética verbal.
La literatura alternativa, por sus propias características, acrecienta el valor de la propuesta del método de análisis literario latinoamericano, porque nos hace cuestionarnos si la literatura indígena es un género literario que sustenta su acción textual en una “contracultura” (por aquello de la resistencia cultural), aspecto que Lienhard menciona, pero no aclara. Esto nos permite sugerir una pregunta más a su libro: ¿cuál sería la diferencia de este género literario alternativo con una literatura histórica o con la novela histórica?
Aunque el autor no contesta esta pregunta desde su investigación, sí nos abre los horizontes conceptuales para responderla, al partir de la idea general de que la literatura indígena es consecuencia de una relación de un proceso multiétnico e intercultural de resistencia, lo cual se aleja, por ejemplo, del estudio literario de los hermanos Grimm (que recopilaron cuentos fantásticos con la intención de encontrar en ellos los mitos perdidos en la memoria alemana: con ellos pretendían fundamentar una identidad nacional); y de la propuesta de Propp (que en Las raíces históricas del cuento fantástico pretende hallar rituales y mitos de un pasado “salvaje” occidental que se han mantenido como telón de fondo en los cuentos fantásticos).
La voz y su huella es claro en este sentido: no intenta proponer la reconstrucción de un pasado ni reencontrar el mundo latinoamericano con el mito y el rito, ya que para su autor la literatura alternativa de Latinoamérica lleva, en sí misma, el mito y el rito. Esta narrativa no debe ser considerada como textos aislados o sueltos de la vida social de nuestros pueblos. En este aquí latinoamericano, el mito refuerza nuestra historia. El drama de la trama es compañía constante en nuestras expresiones rituales, por lo que el acto comunicativo de este género literario debe ser estudiado por sus intenciones contextuales.
Por lo anterior, podemos decir que la literatura indígena y su consecuente literatura alternativa proviene de un sentir y un quehacer histórico-cultural que nos introduce al corazón del mundo social latinoamericano. El objetivo de este género literario no es expresar exclusivamente “lo indígena” de nuestras naciones, sino que es un trabajo social que ha sido retomado, según Lienhard, por literatos y antropólogos como Rulfo, Arguedas y muchos más, que han sabido transcribir las voces orales del pueblo indígena para hablar de nuestra realidad indígena y no indígena en el marco de la conformación de una nación pluricultural.
Al ser nuestras circunstancias el lugar cero de nuestra escritura, podemos afirmar, gracias a Lienhard, que este género de literatura alternativa no es un género histórico, porque su función no es mostrar y dar fe del pasado: es, más bien, una literatura performativa que tiene su razón de ser en rastrear las dolencias y virtudes que nos brindan identidad a través de los contextos sociales de una historia y una cultura.
De esta manera, el libro nos invita a pensar que en los tiempos contemporáneos, cuando Occidente se vislumbra en el vacío, existe un mundo latinoamericano vivo que está en la búsqueda y rebúsqueda de su contenido.
Para concluir, no resta decir que La voz y su huella no es un texto exclusivo para literatos; al contrario, es un trabajo ecléctico y transdiciplinario que puede ser útil a historiadores, antropólogos y filósofos interesados en estudios latinoamericanos que quieren desentrañar la huella de una identidad con voz propia.