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Proyecto de vida: ¿proceso, fin o medio en la terapia psicológica y en la intervención psicosocial?
Life project: process, purpose or means in psychological therapy and psychosocial intervention?
Proyecto de vida: ¿proceso, fin o medio en la terapia psicológica y en la intervención psicosocial?
Archivos Venezolanos de Farmacología y Terapéutica, vol. 37, núm. 5, pp. 505-511, 2018
Sociedad Venezolana de Farmacología Clínica y Terapéutica
Palabras clave: Proyecto de Vida, Plan de Vida, sentido de vida, proyecto vital, curso de vida
Keywords: Life Project, Life Plan, sense of life, life Project, life course
Introducción
El Proyecto de Vida es un concepto que en su trayectoria histórica ha sido descrito y caracterizado por autores con diferentes abordajes y enfoques1 y ha estado vinculado a la necesidad del ser humano de superar sus deficiencias y carencias en su vida2 y buscar su bienestar3, satisfaciendo su capacidad de amar y trabajar, disminuyendo su malestar y sufrimiento., a través de la organización de planes que le ayuden a solventar estas vicisitudes4. Los estudios proponen que es producto de procesos intrasubjetivos y motivacionales5,6 de procesos intersubjetivos y de potencialidades para la reconstrucción individual y social7, en los que la integralidad, la pluridimensionalidad y la condición del sujeto desde lo histórico-contextual juegan un papel importante en la permanente reinvención que debe hacer ante las circunstancias sociales y culturales que se le presenten8.
La aparición del concepto de “proyecto de vida” se halla a mediados del siglo XX -en el auge del Estado de Bienestar- alrededor de acciones propias del fin de la adolescencia, como la salida del hogar parental mediante la independencia económica lograda con un empleo o profesión, y la formación de una familia propia; sin embargo, el concepto de “Proyecto de Vida” puede rastrearse desde las más antiguas filosofías y normalmente se encuentra implícito en cualquiera de ellas, “relacionándose con los conceptos de felicidad y bienestar, que en principio son motivos básicos del ser humano.”5,9.
Lo anterior, establece, posturas conceptuales, teóricas y metodológicas, que se vienen dando, en especial como constructo psicológico y que, en las condiciones sociopolíticas del siglo XXI, hacen que el estudio de este tema se potencialice e invite a las ciencias sociales y, en especial, a la Psicología, a revisarlo, estudiarlo y asociarlo con variables psicológicas, que lo configuran. Sin embargo, esta necesidad, no sólo se basa en las metas o logros que la sociedad capitalista-neoliberal, nos exige que se consigan, en la cotidianidad, o los aspectos racionales y cognitivos, asociados a la planeación y organización, sino a la necesidad de mirar al ser humano desde sus diversas dimensiones y trabajar en los diversos contextos, incluyendo y promoviendo el conocimiento y la comprensión de sí mismo y de los otros, a través de la construcción de Proyectos de Vida como necesidad para formar integralmente a la persona10 o elaborar proyectos de vida alternativos11.
Bajo este panorama, se busca responder a la pregunta: ¿Qué propuestas ontológicas, se han dado en la historia, para estudiar el constructo Proyecto de Vida? ¿Ha sido concebido, como un proceso, un fin o como un medio, en el marco de la intervención psicosocial?
La revisión documental permite abordar el concepto desde cuatro perspectivas que ayudan a esclarecer cómo se aborda el concepto y en una línea de tiempo visibilizar, como ha evolucionado en concepto desde lo teórico y los elementos y autores que se asocian a cada tendencia.
¿Qué es Proyecto de Vida? Aspectos ontológicos
Desde una perspectiva amplia se puede decir que todo ser humano de manera explícita o implícita realiza un Proyecto de Vida, que consiste en darle un sentido a su vida e integrar aspectos vocacionales y laborales, económicos, sociales, afectivos y de proyección vital que hacen que este evaluando y corrigiendo este Proyecto a partir de una enunciación de metas que se suman e integran en este proyecto vital, y que permiten llegar a cada etapa buscando el logro que le proporcione bienestar y satisfacción para así continuar a una etapa siguiente6.
Sin embargo, la revisión histórica, permite comprender el concepto y la esencia del mismo y en este camino, la Filosofía, tiene representantes que buscan aportar sobre la concepción de Proyecto de Vida, considerándolo, como una estrategia y unos objetivos para ubicar al individuo en la perspectiva de su desarrollo, planteando una condición temporal enfocada en el futuro, desde el pasado y el presente según Heidegger, 1951, citado por Fernández Sessarego12, desde la autogestión personal, como necesidad de gestionarse a uno mismo y revolucionar las relaciones humanas y valorando las circunstancias en las que el sujeto habita y las acciones que puede desarrollar para conocerlas, aceptarlas, subordinarlas, manejarlas, y tomar decisiones, según la conveniencia del sujeto13. Los puntos claves a resaltar en estos autores, son la importancia de las metas propuestas para alcanzar, las acciones o dinámicas generadas para lograrlo (responsabilidad personal) en una dimensión temporal14.
Proyecto de vida, desde una visión administrativa-estratégica (como medio/fin)
La Psicología, también ha aportado a la conceptualización sobre Proyecto de Vida con autores, que describen el proyecto de vida, como una estrategia que el sujeto implementa, con sus objetivos, para ubicarse en el camino de su desarrollo humano y la búsqueda de sus metas. La integración de los conceptos de desarrollo vital para el bienestar individual y de la planeación de las organizaciones ha generado los conceptos de “Proyecto de vida” que se hacen importantes para el estudio del individuo en su proceso de desarrollo.
En 1950, Tolman citado por Reeve15, propone una visión que supera el conductismo tradicional y propone causas iniciantes del comportamiento, como las capacidades del sujeto, los determinantes inmanentes y los ajustes que un sujeto puede hacer de su conducta, lo que significa que hay sucesos mentales, que motivan la acción y desde esta plataforma, se puede estructurar una ruta, plan o acción, cuyo soporte está en la motivación producto de la interacción entre el ambiente y las variables internas del sujeto. Muy asociado a la búsqueda de metas, producto de una cadena de necesidad-intención-tensión y acercamiento o evitación16.
Desde la perspectiva humanista, Abraham Maslow, se aproxima a una visión eudaimónica del sujeto, cuando en su pirámide de necesidades, plantea un proceso dinámico de búsqueda de satisfacción, orientando las acciones del hombre hacia el vértice, en el que propone las necesidades de autorrealización; en esta dirección y asociándolo con Proyecto de vida, el autor, planteó: “… el futuro también existe actualmente en la persona, bajo la forma de ideales, esperanzas, deberes, tareas, planes, objetivos, potencialidades no realizadas, misión, hado, destino” citado por Vargas-Trepaud..
Sin embargo, no todos los autores, hacen el énfasis en lo filosófico. Hay otros que enfatizan en lo operativo e instrumental del Proyecto de vida, es decir, los recursos y tareas, estructuran la identidad del ser. Estos recursos personales, en el marco de la formulación de los proyectos de vida en los jóvenes, son “entendidos como los medios y cualidades con que cuentan para alcanzar sus fines, así como las acciones que desarrollan, la manera como ocupan su tiempo en el presente para concretar el futuro deseado y la definición de planes de acción para lograr sus metas”17. Desde este panorama, el concepto de Proyecto de vida, puede ser entendido como un propósito a corto o mediano plazo, para cuya realización el individuo está enfocando sus actividades o dedicando sus esfuerzos totales o parcialmente a estrategias de supervivencia, desde dimensiones de la experiencia, identidad y percepciones7,18. El proyecto de vida es una forma de planeamiento estratégico de la personalidad, que en el plano pedagógico permite desarrollar las acciones en la dirección del proceso docente educativo, el que se erige en filosofía de trabajo, del día a día, del presente y del futuro.. El término clave se refiere a “planeamiento estratégico”, como nivel administrativo que exige, objetivos, recursos y oportunidades del entorno, en donde la vida es vista como una empresa.
La palabra Proyecto Plan de Vida o Proyecto de Vida, es considerado como resultado del proceso realizado de analizar el entorno, evaluar las fortalezas y debilidades de la organización, analizar el medio externo para determinar oportunidades y amenazas, identificar las ventajas competitivas de la persona y está integrado por definición de objetivos y de estrategias y una forma de accionar para lograr los objetivos de la misma.” (16, p. 214). Se hace énfasis en las variables externas, contextuales, locativas, que determinan las debilidades, oportunidades, amenazas y fortalezas de la persona para conseguir un objetivo. Se asemeja a la visión empresarial en el uso racional de recursos de cualquier organización19. Sin embargo, Rojas-Otálora, en el 201520, agrega, que este análisis personal para la construcción de su plan de vida, se fundamenta en un modelo mental que se convierte en una estructura motivacional compleja que orienta el funcionamiento del psiquismo del individuo. El gran avance que se observa es la búsqueda de la complejización del concepto, llevándolo desde lo instrumental-operativo, a un espacio psicológico de motivación intrínseca, que valora el entorno psíquico del humano.
Proyecto de vida, como sistema y proceso psicosocial.
También se encuentran autores que hacen conceptualizaciones directas y claras sobre lo que es Proyecto de vida y lo conciben desde una perspectiva filosófica de la persona, como un sistema o proceso esencial como parte de su vida, asociado a su contexto y bajo una base axiológica existencial y de sentido ideal de sí mismo. En este grupo está Ovidio D´Angelo21, quien ha estudiado y estructurado el tema de Proyecto de vida y una de sus definiciones más estructurada dice: “El Proyecto de Vida se comprende entonces como un sistema principal de la persona en su dimensionalidad esencial de vida, un modelo ideal-real complejo de la dirección perspectiva de su vida, de lo que espera o quiere ser y hacer, que toma forma concreta en la disposición real y las posibilidades internas y externas de lograrlo; define su relación hacia el mundo y hacia sí mismo, su razón de ser como individuo en un contexto y tipo de sociedad determinada.” (1999, p. 32)
La fuerza que se coloca en la relación entre el mundo interno (individual) y el externo (social), es reforzado por otros autores, cuando empoderan la escala de valores del ser humano, como elemento valioso para el buen vivir, y la justifican como parte de la existencia el sentido, la razón de ser, del existir y de la estructuración de su identidad12,22. En las definiciones, se encuentra que el concepto, se vincula con el curso temporal de la existencia de una persona, como un conjunto de ideales, de aspiraciones, de expectativas y valores propias del ser existente, que llevan al desarrollo personal del individuo12,17.
Se aprecia que el Proyecto de vida, se relaciona con el desarrollo humano individual, como proceso de maduración afectiva e intelectual23, entendiéndose como el núcleo central del sujeto, el cual manifiesta la calidad de la vida que la persona persigue como un bien necesario o en gran manera útil, es decir, constituido “por el conjunto de cosas o realidades que son importantes para la persona, por sus valores y por su forma de vida”22.
Casullo23, supone, que el Proyecto de vida, estimula al sujeto a “aprender a crecer”, buscando complementar cuatro tareas básicas para su desarrollo maduracional:
1- Que sea capaz de orientar sus acciones en función de determinados valores, vivir es esencialmente una empresa ética.
2- Que aprenda a actuar con responsabilidad: significa básicamente hacerse cargo de las consecuencias de las propias decisiones, reconocer que no se está solo, y que hay otros con los que puedo convivir.
3- Que desarrolle actitudes de respeto: ser capaces de compartir y aprender a aceptar las diferencias, esperar del otro y de uno mismo lo que realmente podemos dar, aceptando las posibilidades y limitaciones individuales y grupales.
4- Que la construcción de proyecto de vida debe estar basado en el conocimiento y en la información: sobre el propio sujeto, sus intereses, aptitudes y recursos económicos; sobre las posibilidades y expectativas del núcleo familiar de pertenencia; y sobre la realidad social, económica, cultura l y política en la que se vive.
La mirada procesual del Proyecto de vida, lo enlaza con funciones y contenidos de la personalidad, en los campos de situaciones vitales de la persona, la interrelación de los aspectos físicos, emocionales, intelectuales, sociales y espirituales del individuo en la perspectiva de la configuración del campo de las situaciones vitales bajo el prisma crítico-reflexivo, creativo de su acción en las diferentes esferas de la vida social24 y como ejercicio metacognitivo o de funciones superiores en las que se mezclan las funciones ejecutivas, tanto cognitivas, como emocionales25.
Se amplía la visión del constructo, reconociendo que el sujeto no tiene un único o singular proyecto de vida, sino que es capáz de construir múltiples proyectos de vida (pluralidad), con fundamentos críticos, reflexivos y orientados a la autorrealización personal y creativa en un contexto de dignidad y plenitud ciudadanas24,26. Entonces, se ensancha el panorama teórico, pasando el concepto, desde una concepción psicológica a la incorporación de lo social, integrando acciones y relaciones, tanto materiales como espirituales, de existencia, entre el sujeto y la sociedad que lo contiene, lo transforma y lo dinamiza, apreciándose una al sujeto como ente histórico-contextual.
Esta visión del Proyecto de vida, lo coloca en una condición dinámica, única, preforme, que se configura, de configura y reconfigura, de acuerdo a diferentes peculiaridades históricas, contextuales, de clase, de creencias, de edades, pasando desde un proto-proyecto de vida hasta llegar a proyectos concretos en las que se inserta el individuo en un entramado de interrelaciones reales con los otros24y sobre la base de su experiencia, posibilidades, necesidades y aspiraciones surgidas anteriormente, adoptando una posición objetiva que ocupa en la vida y la que desea ocupar27.
Según lo anterior, los Proyectos de vida, incluirían las dimensiones y esferas de la vida del ser humano (personal, emocional, espiritual, socio-política, cultural, recreativa, profesional, familiar) y se van constituyendo desde la dependencia (influencias externas), hasta la autonomía y fin de último de la personalidad (independencia y conciencia)28,27. Preparar al hombre para la vida es hacerlo capaz de elaborar sus proyectos de vida y de realizarlos teniendo en cuenta las raíces propias, el contexto de su cultura y del movimiento social que dan sentido a su propia actividad, a través de la libertad como dimensión de la posibilidad creadora coherente con los sentidos que construye el conocimiento de la necesidad y las posibles vías convenientes21,29.
Estas reflexiones encontradas en los autores, abren un nuevo escenario frente a dos posibles proyectos de vida: unos individuales y otros colectivos. Los individuales, son producto de la persona y de sus interacciones entre lo que desea y lo posible por lograr, de manera integral, creativa y autónoma. Un proyecto de vida colectivo (de grupo, de institución, de comunidad o de nación) cuando es realmente integrado no es más que el fruto de esta concertación construida desde el sentir, el pensar y el actuar, (dialogada, razonable y basada en el respeto) en el campo de los valores esenciales, las expectativas, aspiraciones, metas y programas de acción de los diferentes grupos sociales, expresa, de esta manera, las coincidencias básicas, dentro de la diversidad, de aquellas expresiones de lo imaginario y lo real social que orientan las perspectivas de desarrollo en diferentes campos30,31.
Lo anterior coloca al sujeto, frente a la vida, a lo cotidiano, para darle a cada hecho o drama, su propio significado y valor, asumiéndola con complejidad y diversidad. Manteniendo los rumbos o direcciones esenciales en que se conectan los dramas vitales y sociales, con flexibilidad y apertura a las nuevas alternativas. Entonces, los Proyectos de vida, son construídos en un marco de subsistemas y procesos psicológicos y sociales, sustentados reflexivamente con coherencia, autonomía integradora, ética y valorativa, que los hace flexibles, abiertos, creativos y críticos, según el contexto en que se encuentren y las necesidades y capacidades para preformarlos, ajustarlos, retomarlos o abandonarlos.
Proyecto de vida, como proceso intra e intersubjetivo
Ahondando en la tendencia teórica encontrada en esta revisión bibliográfica, se identifica que el Proyecto de vida, ha sido considerado como campo de indagación de las representaciones sociales, los imaginarios y la construcción de subjetividades, en el que se articula lo conceptual y lo metodológico, resultando los avances científicos, desde investigaciones cualitativas, con apoyo de instrumentos de recolección de información, que potencialicen a las personas, sus sentires, pensares, a través de sus discursos, como por ejemplo, los relatos de vida, autobiografías entre otros32,33. Los autores, enlazan el concepto con la vida misma de los sujetos y poblaciones y con los hechos vividos (positivos o negativos), en cuanto a movilidad, trayectorias sociales, crisis, procesos de cambios, constitución de sujetos y subjetividades sociales y aspiraciones para el futuro.
Se planea que el Proyecto de vida abre perspectivas hacia el futuro en términos de esperanzas y propuestas articuladas entre sí, tanto en los individuos como en las colectividades sociales. Este conjuga, entonces, una intención, una voluntad de superación, alguna planificación y, sobre todo, cierta capacidad de controlar el curso de la vida cotidiana. Conecta las experiencias pasadas con la situación presente, y de allí fluye a las esperanzas del futuro, convirtiéndose éstas en proyectos de vida. Si bien va más allá de las estrategias de supervivencia, requiere cimientos materiales y posibilidades de anclarse en la realidad. Se mancomuna, entonces, el Proyecto de vida, con procesos de reconstrucción identitaria34, tanto en su sentido de hacer (actividades concretas en aras de supervivencia y pequeñas iniciativas para el futuro) como en el sentido de ser (en el caso de la población en situación de desplazamiento: sobrellevar y superar esa sensación de estar fuera de lugar), dándole un gran peso a los social y político (experiencias previas), lo que hace que se revise como un factor diferenciador, para la forma en que cada sujeto afronta su vida, sus proyectos y la reconfiguración de su tejido social. y las redes solidarias y de apoyo en los proyectos vitales.
Se aprecia entonces, que el concepto Proyecto de vida, puede ser entendido como un campo de confluencia complejo: en éste se integra, de un lado, tiempo, identidad y subjetividad; de otro, las acciones del sujeto frente a las estructuras de la sociedad; también, los sueños, deseos y formulaciones de un futuro del sujeto frente a las posibilidades de hacerlos realidad; y por último, se integran los diversos ámbitos espaciales, donde tiene lugar la vida del sujeto. Se plantea también un vínculo entre proyecto y sentido de vida.. Este último formado en la inserción de la persona en las diferentes relaciones que se tienen con la sociedad33,35.
Destacan los autores, dos tipos de variables, inherentes al ser humano, en cuanto al Proyecto de vida y su construcción intra e intersubjetiva: el tiempo y el espacio. Es un ámbito de producción intersubjetiva, donde confluyen coordenadas de tiempo, planos espaciales, diversidad de saberes a los que el sujeto tiene alcance y diferentes nucleamientos (individuales o colectivos) en los que él o ella desarrollan su existencia36, planos de realidad que en la confluencia de las coordenadas mencionadas constituyen a los sujetos. Meertens. considera que el Proyecto de vida, se constituye en el campo de confluencia entre los lugares de existencia del pasado y del presente con aquellos en los que se quisiera vivir (es decir el futuro).
Sin embargo, no se puede reducir, solo a condiciones temporo-espaciales, sino que se debe pensar en que el Proyecto de vida es, además, una representación social, un campo de confrontación donde se expresan las relaciones de poder al que dicho sujeto es sometido. Estas relaciones, ubican al sujeto en su propia realidad o cotidianidad. Se toma la cotidianidad como el ámbito donde decantan las determinaciones y destilan e incorporan en el sujeto los influjos de los múltiples mundos que entran en relación con él. Por lo que se entiende entonces, que el proyecto de vida, son construcciones sociales del sujeto en su cotidianidad37, lo que hace que estos sean irrepetibles, irremplazables y únicos, de acuerdo a las características de cada contexto. Según Frankl (1946), citado por Rozo38, toda persona tiene una vocación o misión específica en la vida, de acuerdo a sus necesidades, valores y preferencias, es decir tiene la necesidad de agenciarse39, para buscar la felicidad, englobando tanto el bienestar subjetivo como la satisfacción vital40.
Sin embargo, Gómez y Royo34, plantean que el proyecto de vida es una construcción de la función reflexiva del yo, y que la meta del sujeto es garantizar su futuro, desde los imaginarios, la valoración que hace de la realidad y las preferencias personales, es decir, que se categoriza como estructura psicológica y a través del cual se expresa la persona en su contexto social, de acuerdo a las determinantes que la sociedad coloca.
Metodología
El artículo es una revisión tipo descriptiva, en la que se presenta una pregunta y se busca responder desde tres ejes de análisis, con la intencionalidad de ofrecer información precisa, analizada y articulada sobre Proyecto de Vida, como tema de interés en contextos diferentes. Se analizaron artículos científicos, asociadas al tema, a lo largo del tiempo, para poder analizar la trayectoria del concepto y la forma de abordaje desde su concepción y sus explicaciones. Las fuentes de información, predominantemente, fueron primarias, combinadas con secundarias, que presentaban posturas de autores clásicos y consultados en Scopus, Ebsco, Scielo, Redalyc y Google Académico. Los criterios de selección fueron asociados a los motores de búsqueda: proyecto de vida, proyecto vital, plan de vida y la organización y análisis de los datos, se hizo a través de una matriz de análisis de Investigación (MAI), con los datos claves del documento y el autor, elementos teóricos esenciales y las referencias, para extraer los conceptos, explicaciones y resultados de investigación.
El análisis permitió generar categorías ontológicas sobre el concepto; analizar los enfoques teóricos asociados al concepto y determinar las variables o categorías que se han investigado asociado a Proyecto de Vida.
Resultados
El análisis documental, frente a los aspectos ontológicos del constructo proyecto de vida, permitió dos aproximaciones o líneas de análisis:
Una de ellas es la tendencia teórica que agrupa autores y corrientes, desde el uso del concepto y el significado que se asigna a Proyecto de vida.
La segunda de ella es la clasificación de autores y corrientes, desde la conceptualización y explicación de que es y cómo se configura, deconfigura y reconfigura los proyectos de vida en las personas.
Desde la primera categoría, la revisión del concepto, muestra dos líneas: una, que recoge autores y corrientes que utilizan la denominación Proyecto de vida o similar12,16,6,41,37,34,33,18,4,42,29,7,31,21,24,30,23 y dos, una corriente que se nutre de propuestas, en las que no se denomina, directamente, proyecto de vida, pero que, en el contenido del discurso, se asocia con la referencia estudiada3,15,2,26.
Desde la segunda categoría, se organiza en 4 subcategorías de análisis, en la que se aprecia el concepto desde una:
Visión Administrativo-estratégica / en el que el proyecto de vida es asumido como medio o fin, dándole relevancia a las metas, las fortalezas y debilidades de la persona, así como el manejo de los recursos externos para la consecución de ellas.
Una visión humanista/eudaimónica, en la que el Proyecto de vida, se asume como una categoría teórica en el que el ser humano es el eje central y el desarrollo del mismo, estaría enfocada en la búsqueda del bienestar y de la autorrealización del ser humano.
En estas dos miradas, se hace el énfasis en lo individual y la consecución de las metas, dependerían del propio sujeto.
Una visión sistémica y psicosocial, en la que los autores colocan el Proyecto de Vida, como producto de un sistema que se dinamiza, desde lo interno y que se potencializa en un contexto social. El gran avance en esta categoría es que se integra lo social a lo psicológico, como escenario para desarrollar el proyecto de vida.
Una visión procesual intra e intersubjetivo, en la que los autores asumen el proyecto de vida, como un proceso activo, reflexivo, de autodecisión, en el que internamente se reconocen procesos internos psicológicos, de percepción e interpretación de su propia realidad. Estos procesos se conectan con los procesos de redes interconectadas, relacionales y de interacción permanente entre el sujeto y las condiciones ambientales (externas o intersubjetivas).
Estas dos últimas posturas teóricas, conciben el Proyecto de vida como proceso intra e intersubjetivo que evoluciona y que se construye desde las condiciones del contexto.
Conclusiones
El proyecto de vida es un constructo psicológico utilizado permanentemente en los discursos académicos y de intervención psicosocial43, pero poco estudiado por la Psicología a lo largo del tiempo.
Los hallazgos muestran la evolución del concepto, donde los autores lo conciben desde una visión administrativa/instrumental/empresarial44 a una visión integrada, reflexiva, sistémica y en la que se valoran los procesos inter e intrasubjetivos. Al inicio se aprecia la tendencia a valorar el proyecto de vida, como resultado de la consecución de metas o como medio para alcanzar los planes propuestos, frente a tiempos y estrategias para lograrlos, dándole una connotación netamente individualista en el que el único responsable era la persona.
Hoy en día esta categoría de análisis ha evolucionado en el tiempo y el abordaje no solo se queda en la forma instrumental (como fin o medio; usado para conseguir algo), sino que evoluciona a considerarlo como eje central y permanente del ser humano en todas las etapas y dimensiones de su vida. Esta apreciación, motiva a otros autores a investigar de manera más profunda para llegar a considerarlo como necesidad del ser humano, que se desarrolla desde procesos intra e intersubjetivo y como una categoría motivacional que impulsa para la consecución de las metas que un sujeto tenga.
La necesidad de hacer revisión teórica de este constructo (todos hablan de él, pero no se tiene claridad en su concepción), apunta a fundamentar teóricamente para argumentar las propuestas de intervención psicosocial, que muchas veces son asumidas en el discurso, desde lo que es proyecto de vida, pero no tienen un soporte teórico para poder analizar como concibe al ser humano y la multidimensional dad que lo cobija. El presentar a la comunidad académica y social, esta revisión, permite establecer y visibilizar posturas conceptuales, que sean fundamentos teóricos de programas de intervención psicosocial.
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