Artículos

Violencia en el noviazgo en jóvenes colombianos: Análisis de la prevalencia según género y aportes para su intervención bidireccional

Dating violence among Colombian youth: Analysis of prevalence by gender and contributions to bidirectional interventions

Natalia Pérez-Ruíz
Colombia, Colombia
Milgen Sánchez-Villegas
Colombia, Colombia
Efraín Javier De la hoz-Granadillo
Colombia, Colombia
Lizeth Reyes-Ruiz
Colombia, Colombia
Farid Alejandro Carmona Alvarado
Colombia, Colombia

Violencia en el noviazgo en jóvenes colombianos: Análisis de la prevalencia según género y aportes para su intervención bidireccional

Archivos Venezolanos de Farmacología y Terapéutica, vol. 39, núm. 4, pp. 526-532, 2020

Sociedad Venezolana de Farmacología Clínica y Terapéutica

Derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de todo el material contenido en la revista sin el consentimiento por escrito del editor en jefe

Recepción: 28 Mayo 2020

Aprobación: 15 Junio 2020

Publicación: 07 Julio 2020

Resumen: Mundialmente la violencia en las relaciones de noviazgo entre jóvenes se considera una problemática de salud pública debido a su alta prevalencia. El objetivo de esta investigación fue detectar la prevalencia de violencia en las relaciones de noviazgo en relación con el género en (n=1044) jóvenes universitarios con edades entre 18 y 27 años (M=19.73 años y DT=1.9 años). Los resultados muestran que el 96.9% de los participantes han cometido al menos un comportamiento violento o de maltrato en sus relaciones de pareja durante los últimos doce meses y el 93,2% refieren haber recibido comportamientos violentos por parte de sus parejas. El 94.8% expresó haber cometido violencia verbal-emocional hacia su pareja con diferencias estadísticas significativas para el género femenino. El 51.1% manifestó victimización física frente al 62.2% que expresó haberlo ejecutado. Se concluye que existe alta prevalencia de la violencia o maltrato dentro de las relaciones de noviazgo motivando su intervención bidireccional.

Palabras clave: Violencia de Pareja, Abuso Físico, Adulto Joven, Prevalencia.

Abstract: Worldwide, dating violence among young people is considered a public health problem due to its high prevalence. The aims of this study were to detect the prevalence of dating violence in relation to gender in a sample (n=1044) of university students with ages between 18 and 27 years (M=19.73 years and DT=1.9 years). The results show that 96.9% of the participants have committed at least a violent behavior in their relationships during the last twelve months and 93.2% have received a violent behavior from their partners, 94.8% expressed having committed verbal-emotional violence towards their partner with statistical differences specific to the female gender. 51.1% manifested physical victimization compared to 62.2% who expressed having carried it out. A high prevalence of committed and suffered dating violence was found. These data can be used to support the development of bidirectional interventions.

Keywords: Intimate Partner Violence, Dating Violence, Physical Abuse, Young Adult, Prevalence.

Introducción

El término violencia en el noviazgo (Dating Violence) generalmente se refiere a la violencia de pareja (Intimate Partner Violence) en el contexto de las relaciones de los jóvenes1 y se considera como un tipo de violencia de pareja2 que afecta a adolescentes y jóvenes en relaciones con diferente grado de formalidad3. Cabe resaltar que una pareja íntima podría ser un novio, novia, pareja o pareja sexual actual o anterior4. Según Straus & Gozjolko5 este tipo de violencia, tiene una frecuencia dos a tres veces superior a la registrada en parejas adultas, aunque generalmente de menor gravedad. En este sentido, Muñoz y Echeburúa6 clasifican la violencia de pareja en tres tipos: violencia psicológica, física y sexual; mencionando que la violencia física y sexual van de la mano del tipo psicológico, debido a que este último es como empieza la violencia, tiene consecuencias más graves y es más difícil de detectar debido a que son comportamientos que pasan desapercibidos, se muestra de diferentes maneras y hasta se puede confundir con expresiones de “amor”, por ejemplo: control de redes sociales, celos, control de la otra persona, violencia verbal, aislamiento, confusión emocional, sometimiento económico, acoso, etc.

Se considera que, la violencia de pareja es un grave problema de violación de los derechos humanos, de trascendencia mundial con repercusiones sociales, familiares, económicas y judiciales7, puesto que, experimentar o perpetrar violencia dentro de las relaciones de pareja tiene repercusiones en la salud mental lo que se evidencia en la presencia de baja autoestima, bajo rendimiento académico, sintomatología ansiosa y depresiva acompañada de ideas e intentos suicidas, consumo problemático de bebidas alcohólicas y sustancias ilegales8-12. También, practicar conductas sexuales de riesgo, cometer violencia interpersonal y/o abuso en futuras relaciones o contextos, lo que puede afectar la salud física producto de lesiones o golpes. Finalmente, la calidad de vida de las personas que reciben estos actos violentos puede afectarse negativamente13-16.

La presencia de conductas violentas dentro de parejas jóvenes ha despertado el interés científico para brindar un campo de trabajo en relación a factores de riesgo, problemas asociados y acciones para la prevención de este fenómeno17,18. No obstante, la mayor parte de la investigación sobre la violencia en las relaciones de pareja ha girado en torno a la agresión física y después de más de una década de investigación, se ha confirmado que la violencia psicológica en cualquiera de sus formas (agresión verbal, dominación y celos) es mucho más frecuente en la población joven19-26. Si bien, en estos estudios pueden existir variaciones según el muestreo y la metodología utilizada, llama la atención que aproximadamente el 50% de los jóvenes encuestados manifiesta haber experimentado malos tratos en su relación de noviazgo por parte de su pareja27 como también se ha reportado la presencia, en la misma proporción de violencia bidireccional dentro de las relaciones de noviazgo entre jóvenes28,29. En Colombia, Martínez Gómez, Vargas Gutiérrez y Novoa Gómez30 reportaron que un 70.9% de adolescentes y jóvenes universitarios, en su relación de noviazgo habían experimentado alguna conducta de maltrato por parte de su pareja. Estos hallazgos van en concordancia según lo planteado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses 31 que dictaminó 49.699 casos de violencia en la relación de pareja, de los cuales el 49.24% (24.456) de los casos correspondía a personas entre los 10 y 29 años de edad, lo cual confirma que este tipo de violencia podría afectar a un número significativo de adolescentes y jóvenes colombianos. En este sentido, los departamentos con un mayor número de casos de violencia de pareja registrados fueron Bogotá D.C. 12.493; Antioquia 5.542; Cundinamarca, 3.985; y Valle del Cauca, 3.765 y los municipios más afectados fueron Medellín con 3.065; Cali 2.103; Soacha 1.40; Villavicencio 1.350 y Barranquilla con 1.286 casos.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, el objetivo que orientó el presente estudio fue analizar la prevalencia o proporción de jóvenes universitarios que incurren y son víctimas de actos violentos dentro de sus relaciones de noviazgo. Aportando a la discusión científica y entendimiento de la violencia dentro de las relaciones de noviazgo en el contexto colombiano, dando sustento y evidencia para la creación de modelos de intervención que puedan enfocarse en la disminución de comportamientos violentos desde la concepción bidireccional del fenómeno y teniendo a su vez, en cuenta que en la actualidad existen otras formas relaciones que no están tipificadas o reconocidas dentro de la categoría de noviazgo, donde se evidencia la presencia de relaciones emergentes en el contexto contemporáneo.

Metodología

Tipo de estudio

La investigación realizada presenta un enfoque cuantitativo, con diseño no experimental de corte transversal con alcance descriptivo y transversal32, ya que busca describir los principales comportamientos violentos y las experiencias de victimización asociadas al maltrato en el noviazgo.

Participantes

Para realizar este trabajo se llevó a cabo un muestreo incidental no probabilístico cumpliendo los criterios de inclusión: a) Rango de edad entre 18 y 27 años. b) Estar o haber tenido una relación de noviazgo con duración mínimo de un mes durante los últimos seis meses. c) Aceptar participar de manera voluntaria e informada en el estudio. Los jóvenes que estuvieran o hayan estado casados y/o cohabitando con una pareja fueron excluidos. La muestra utilizada fue de 1044 estudiantes de las diferentes facultades de la Universidad Simón Bolívar en Barranquilla, conformada por 417 estudiantes del género masculino (39.9%) y 627 estudiantes del género femenino (60.1%). Las edades de los estudiantes oscilaban entre 18 y 27 años con media de 19.73 años y desviación típica de 1.9 años.

El presente estudio, según la declaración de Helsinki33y la Resolución 8430 de 19932934, es de riesgo mínimo, ya que «se trataron aspectos sensibles del comportamiento, no representó un riesgo importante para la integridad de los participantes, en tanto no se realizó ninguna intervención física o psicológica». Además, se les indicó que la participación en el estudio no traería un beneficio directo. No obstante, los participantes podrían pedir retroalimentación de los resultados de las pruebas a los correos electrónicos de los investigadores.

Procedimiento

Se contactó a los posibles participantes en su salón de clases y se les informó verbalmente de los propósitos del estudio enfatizando en el anonimato de cada participante y en la confidencialidad en el uso de la información. Posteriormente se le entregó a cada estudiante de los grupos el cuestionario que describe en la parte inicial los propósitos de este, el aviso de confidencialidad y anonimato y el consentimiento para contestarlo o no de manera voluntaria. Posteriormente se procedió a la aplicación solo con quienes desearon participar. Una vez que se aplicaron los cuestionarios a la muestra del estudio, se procedió a su captura y análisis utilizando para ello el programa SPSS, versión 24 de Windows. En este sentido, fueron realizados estadísticos descriptivos y se utilizó la prueba chi cuadrado para comparar si había algún tipo de relación entre el género de los estudiantes y la realización de las conductas de maltrato y victimización.

Instrumentos

El Conflict in Adoslescent Dating Relationship Inventory – CADRI Wolfe et al.35 fue originalmente elaborado para detectar la existencia de actos violentos en las relaciones de pareja entre jóvenes durante los últimos doce meses. Es una escala de valoración tipo Likert de cuatro alternativas (mínimo =0 y máximo =3) donde 0 se corresponde con la opción de respuesta nunca (esto no ha pasado en nuestra relación); 1, con rara vez (únicamente ha sucedido en 1 o 2 ocasiones); 2 señala a la categoría a veces (ha ocurrido entre 3 y 5 veces) y 3 hace referencia a la categoría con frecuencia (se ha producido en 6 o más ocasiones). Se evalúan tanto los comportamientos violentos contra la pareja (17 ítems) como la victimización (17 ítems). Estas subescalas se agrupan en 6 factores: Violencia/victimización Relacional:(ítems: 1, 8, 17) que se refiere a las agresiones que se realizan a través del entorno social, Violencia/victimización verbal-emocional:(ítems: 2, 3, 5, 6, 7, 9, 10, 11, 13, 15) se refiere al uso de la palabra para hacer sentir a una persona que no hace nada bien, ridiculizarla, insultarla o humillarla, ya sea en la intimidad o ante familiares, amigos o desconocidos. Violencia/victimización física:(ítems: 4, 12, 14, 16) son aquellas conductas que cuando se realizan tienen el potencial de ocasionar algún daño físico a otro sujeto, independientemente del alcance real de la lesión. Para esta investigación se utilizó la adaptación española de Fernández-Fuertes, Fuertes Martín, & Fernández Pulido36, que ha sido utilizado en población colombiana37,38. Para evaluar la consistencia interna del instrumento, se realizó un análisis alfa de Cronbach a partir de las dos subescalas. Así, la subescala de violencia cometida hacia la pareja registró un Alfa de Cronbach de 0.895. En cuanto a subescala de violencia sufrida o victimización, el valor de Alfa de Cronbach fue de 0.865. Estos resultados son consistentes con los alcanzados originalmente36 quienes registraron un Alfa de Cronbach de 0.83 para la subescala de violencia cometida y 0.86 en la subescala de violencia sufrida. Los resultados anteriores, califican con fiabilidad buena el instrumento utilizado según lo expuesto por diversos autores39,40.

Resultados

Los resultados se presentan de manera descriptiva, caracterizando la prevalencia de violencia entre los jóvenes. Así mismo, se realiza un análisis comparativo entre géneros, a partir del cual se evaluó si existía diferencia significativa en la prevalencia de comportamientos violentos o maltrato en las relaciones de noviazgo de los jóvenes objeto de estudio. Para lo anterior, se utilizó una prueba de Chi Cuadrado.

Presencia e Incidencia de violencia cometida y sufrida en las relaciones de noviazgos entre jóvenes

En relación con comportamientos violentos cometidos hacia la pareja, los resultados de la tabla 1, evidencian que del total de jóvenes (n=1044) participantes en este estudio el 96.9% (n=1012) han cometido al menos un comportamiento violento en sus relaciones de pareja durante los últimos doce meses, de los cuales el 58.6% (n=612) corresponde al género femenino y el 38.3% (n=400) al género masculino, por lo que se observa la mayor prevalencia de este comportamiento en la población femenina. Así mismo, respecto a la presencia de violencia sufrida, la tabla 1 muestra que el 93,2% (n=973) manifiestan haber sufrido comportamientos violentos por parte de su pareja convirtiéndolas en víctimas. En donde el 55,5% son de género femenino (n=579) y el 37,7% (n=384) corresponden al género masculino, observándose mayor prevalencia como víctimas en la población femenina.

Tabla 1.
Presencia de violencia cometida y sufrida en jóvenes discriminada por género
Tabla 1. Presencia de violencia cometida y sufrida en jóvenes discriminada por género
Violencia CometidaViolencia Sufrida
AusenciaPresenciaAusenciaPresencia
GéneroF%F%F%F%
Femenino151.461258.6484.657955.5
Masculino171.640038.3232.239437.7
Total323.1101296.9716.897393.2

En la figura 1, se muestran los resultados individuales de la frecuencia de violencia cometida y sufrida por género para cada uno de los indicadores violencia relacional, verbal-emocional y física. Los resultados muestran que existe una mayor prevalencia de la violencia verbal-emocional en las relaciones de noviazgo de los jóvenes universitarios tanto cometida como sufrida en ambos géneros. Los participantes reportaron con mayor frecuencia las siguientes conductas en el instrumento utilizado: “hizo o hice algo para ponerme/lo celoso/a”, “sacó o saqué a relucir algo malo que había ocurrido en el pasado”, “me dijo o dije algo solo para hacerme/lo enfadar”, “me habló o hablé en un tono fuerte u ofensivo”, “me insultó o insulté con frases de desprecio”, “me ridiculizó o me burlé frente a otros”, “me siguió o seguí para saber con quién y dónde estaba”, “me culpó o culpé por el problema”, “me acusó o acusé de ligar o coquetear con otro/a” y “me amenazó o amenacé con terminar”.

Así mismo, acciones como apartar o ser apartado del grupo de amigos, decir cosas para poner a los amigos en contra y extender falsos rumores, hicieron parte de la violencia relacional cometida y recibida, la cual hace referencia a los actos que se dirigen a provocar un daño en el círculo de amistades de otra persona o bien en su percepción de pertenencia a un grupo. Finalmente, los actos de violencia física recibidos o cometidos tuvieron alta incidencia, por ejemplo, el lanzar o ser lastimado con objetos, golpes, patadas, puñetazos, cachetadas o halones de pelo y empujones o zarandeos.

Incidencia de tipos de violencia por género
Figura 1
Incidencia de tipos de violencia por género

Porcentaje promedio por género según comportamiento violento y experiencia de victimización

En la tabla 2, se presentan los resultados de la prueba chi-cuadrado para evaluar la hipótesis de diferencia significativa en los indicadores de violencia por género. Los resultados muestran que el 63.5% de los participantes reconoció haber cometido violencia relacional observando esta conducta en las mujeres con un 35.3% y 25,2% en los hombres. La prueba chi-cuadrado, muestra que no existe diferencias estadísticamente significativas en la violencia relacional por género (χ² [1, 234] =0.057, p=0.811), lo que indica que el nivel de violencia relacional es igual en hombres y mujeres. Respecto a la violencia verbal-emocional cometida, el 94.8% expresó haber cometido este tipo violencia con su pareja (57.8% mujeres frente a 37.1% hombres). Encontrándose diferencias estadísticamente significativas respecto al género femenino en la violencia verbal-emocional cometida (χ² [1, 234] =5.787, p=0.016). A partir de los resultados anteriores, se establece que el nivel de violencia verbal-emocional cometida es mayor en las mujeres.

En relación con la violencia física cometida, el 62.2% de los estudiantes expresó haber llevado a cabo algún tipo de violencia física con el 37.1% en las mujeres y el 25.1% en los hombres. Los resultados de la prueba Chi-cuadrado, muestran que no existe diferencia estadísticamente significativa en el nivel de violencia física entre hombres y mujeres (χ² [1, 234] =0.131, p=0.718).

Al analizar la experiencia de victimización, se encontró que el 58.6% de los participantes sufrió de victimización relacional compuesta por un 36.1% de mujeres y 22.5% de hombres). Los resultados de la prueba chi-cuadrado (χ² [1, 234] =1.469, p=0.225) muestran que no existe diferencia significativa en la victimización relacional por género. Por otra parte, el 90.3% de los jóvenes manifestaron haber experimentado victimización verbal-emocional, siendo de esta cifra el 53.5% mujeres y 36.8% hombres. Los resultados de la prueba chi-cuadrado muestran que no existe diferencia significativa en la violencia verbal-emocional (χ² [1, 234] =2.463, p=0.117), por lo que se demuestra que no existe prevalencia de este tipo de violencia en uno de los géneros. Con relación a la violencia física recibida, se observa que el 51.1% de los jóvenes universitarios manifestó victimización física en las relaciones de noviazgo (30.4% en mujeres y 20.8% en hombres). Comparativamente, la prueba Chi-Cuadrado mostró que no existe diferencia significativa en los niveles de violencia física por género (χ² [1, 234] =0.220, p=0.639), valorando la igualdad en la frecuencia de este tipo de violencia en hombres y mujeres.

Tabla 2
Porcentaje según comportamientos violentos y experiencias de victimización respecto al género y significancia
Tipo de comportamientoGéneroNPorcentajeχ²P
Violencia relacional cometidaFemenino Masculino Total400 263 66338.3 25.2 63.50.0570.811
Violencia verbal-emocional cometidaFemenino Masculino Total603 387 99057.8 37.1 94.85.7870.016*
Violencia física cometidaFemenino Masculino Total387 262 64937.1 25.1 62.20.1310.718
Violencia relacional recibidaFemenino Masculino Total377 325 61236.1 22.5 58.61.4690.225
Violencia verbal-emocional recibidaFemenino Masculino Total559 384 94353.5 36.8 90.32.4630.117
Violencia física recibidaFemenino Masculino Total317 217 53430.4 20.8 51.10.2200.639
* Relación estadísticamente significativa

Discusión

El objetivo de esta investigación fue detectar la presencia de violencia en la pareja en una muestra de jóvenes estudiantes de la Universidad Simón Bolívar en Barranquilla, comparando por género con las posibles formas de violencia ejercidas, así como la experiencia vivida ante estas. A partir de los resultados, se concluye que existe prevalencia de la violencia verbal-emocional tanto en el contexto de violencia cometida como sufrida, al considerarse culturalmente que con estas acciones no están maltratando y no están siendo maltratados41-44. Por su parte la violencia física, aunque en menor proporción que la violencia verbal-emocional también se presenta, coincidiendo con los estudios que evidencian que la agresión psicológica (emocional) se presenta en mayor prevalencia que la agresión física tanto en víctimas como en victimarios44-48.

Adicionalmente, se concluye que el maltrato de pareja en la adolescencia y la juventud es un fenómeno con una presencia importante en las relaciones interpersonales de noviazgo con comportamiento bidireccional y graves consecuencias de tipo físico, emocional e incluso trastornos del comportamiento en sus víctimas49-52 y que está muy desarrollado en la población colombiana53,54 afectando tanto a varones como a mujeres en proporciones similares, tal como se evidencia en algunos estudios realizados en otros países23,55-58. Así mismo, es necesario mencionar que la violencia en las relaciones de noviazgo se caracteriza por ser simétrica, o bidireccional, este tipo de violencia mutua evidencia la prevalencia en que los miembros de una pareja se atacan física, sexual o psicológicamente manera recíproca59. Desde tal concepción, se considera un modelo bidireccional de la violencia que aplica pruebas especializadas a hombres y mujeres por igual, arrojando muchas veces en sus conclusiones niveles similares de agresiones cometidas y sufridas para ambos sexos, haciendo hincapié en la simetría de género y la violencia mutua60-62, por lo tanto, independientemente del género, los adolescentes y jóvenes son susceptibles de recibir y al mismo tiempo ejercer violencia en su noviazgo63-66. Cabe destacar el aporte de Hernández Hidalgo67 que plantea que el reconocer el fenómeno de la violencia de pareja bidireccional no debe entenderse en ningún caso como un intento de negar, ocultar, o minimizar, la existencia de la violencia contra la mujer. Por lo anterior es necesario conocer los factores biológicos y psicológicos como sociales, culturales y políticos que intervienen en este fenómeno social. Reconociendo como bien expone, Cienfuegos-Martínez68,69 que la violencia se manifiesta también en otras formas de relación como las relaciones extramaritales, en las parejas poliamorosas y en un sinnúmero de vínculos afectivos y/o sexuales con etiquetas y dinámicas diversas. Implicando siempre abuso de poder, independientemente de la forma en que las relaciones de pareja sean nombradas.

Teniendo en cuenta estos resultados, es de vital importancia ampliar la comprensión de la violencia dentro del noviazgo con la finalidad de generar nuevas contribuciones epistemológicas enfocadas en el abordaje investigativo del fenómeno social70. Si bien, existen intervenciones que promueven el desarrollo de habilidades de resolución de conflictos, de comunicación y de autocontrol emocional, con evidencias en el mejoramiento en la interacción positiva de la pareja y una disminución del malestar en la relación71-75. Se hace necesario desarrollar propuestas de mayor complejidad que enmarquen la necesidad de estudiar el ambiente externo e interno, considerando el progreso tecnológico e integración del sector público y privado76, la identificación y configuración de elementos de un sistema, recursos con los que funcionan77. Motivando al uso y creación de estrategias de prevención que desafíen las normas sociales y de género dañinas, al tiempo que aumenten las habilidades de los jóvenes para interrumpir los comportamientos irrespetuosos, violentos y perjudiciales dentro del noviazgo78, orientados a la mirada bidireccional o de reciprocidad que se encuentra en la evidencia científica79. Puesto que, este fenómeno, sustentado en trayectorias y evolución, reconoce que las relaciones violentas de noviazgo a temprana edad pueden relacionarse con otros crímenes o violencia intrafamiliar en el futuro de no ser tratadas80,81.

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Notas de autor

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