Artículos
Recepción: 07 Febrero 2020
Aprobación: 02 Marzo 2020
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.4068522
Resumen: Las habilidades sociales son las conductas o destrezas sociales específicas requeridas para ejecutar competentemente una tarea de índole interpersonal. La etapa de la infancia y la adolescencia, son esenciales para aprender y practicar las habilidades sociales, la comunidad científica ha considerado que estas etapas son privilegiadas para el desarrollo de estos comportamientos habilidosos y para el funcionamiento social, académico y psicológico. La agresividad es una cualidad asociada a la violencia o destrucción hacia los demás o hacia sí mismo. El objetivo principal fue realizar una revisión sobre las definiciones, las teorías y los instrumentos de evaluación, tanto de las habilidades sociales como de la agresividad. Se realizó una revisión bibliográfica. En este estudio precisaremos la definición y teorías de habilidades sociales y agresividad, así como los instrumentos de evaluación.
Palabras clave: Habilidades Sociales, Agresividad, Instrumentos Psicométricos.
Abstract: Social skills are the specific behaviors or social skills required to competently execute a task of an interpersonal nature. The stage of childhood and adolescence, are essential to learn and practice social skills, the scientific community has considered these stages are privileged for the development of these skilled behaviors and for social, academic and psychological functioning. Aggressiveness is a quality associated with violence or destruction towards others or oneself. The main objective was to review the definitions, theories and assessment instruments for both social skills and aggression. A literature review was conducted. In this study we will specify the definition and theories of social skills and aggressiveness, as well as the assessment instruments.
Keywords: Social Skills, Aggressiveness, Psychometric Instruments.
Introducción
Monjas1 señala que las habilidades sociales (HHSS) son las conductas o destrezas sociales específicas requeridas para ejecutar competentemente una tarea de índole interpersonal (hacer amigos, negarse a una petición).
Goldstein2, son el conjunto de hábitos – conductas, pensamientos y emociones - que disponemos para relacionarnos con los demás. Aunque existen factores personales constituyentes (temperamento, género, atractivo físico) y psicológicos (cognitivos, afectivos, conductuales) que determinan en gran medida la conducta social de un individuo, ésta se modela y actualiza: son aprendidas gradualmente, con la educación, las vivencias cotidianas y la experiencia que dan los años.
Las habilidades sociales son comportamientos aprendidos de tipo social que favorecen las capacidades sociales, contribuyendo las interacciones de una persona con los demás3. En algunos estudios se afirman que las habilidades sociales inciden en la autorregulación del comportamiento, adopción de roles, autoestima y rendimiento académico, entre otros, tanto en la niñez como en la adultez1,4,5,6.
En la etapa de la infancia y la adolescencia, las cuales son fundamentales para aprender y practicar las habilidades sociales, la comunidad científica ha constatado que estos periodos son privilegiados para el desarrollo de estos comportamientos habilidosos y para el funcionamiento social, académico y psicológico7. Por lo tanto, las habilidades sociales están relacionadas positivamente con el desarrollo evolutivo8. En la primera infancia, es importante iniciar y mantener un contexto de juego, a medida que avanza la edad del niño, son esenciales las habilidades verbales y la interacción entre sus pares (adaptación psicosocial).
En el contexto preescolar, las relaciones entre pares son fundamentales, ya que permiten el desarrollo general mediante las primeras manifestaciones prosociales9: exploraciones de reglas, comprensión de emociones entre otras. Las interacciones entre los compañeros del aula de clases suelen ser más duraderas y frecuentes a partir de actividades lúdicas. El infante realiza una transición que va desde un juego en paralelo o solitario hacia otro juego más cooperativo e interactivo, donde el ejercicio de roles le permite al infante la superación del egocentrismo y la comprensión del mundo social10.
Harch11 analizó algunas investigaciones sobre el desarrollo de las competencias sociales infantiles, y encontró que a los cuatro años los niños suelen tener una definición de sí mismos. Por lo tanto, posibilita que los infantes desarrollen interacciones entre los compañeros, especialmente con los pares que saludan, sonríen, juegan, tiene mayor contacto físico. En la etapa preescolar, una de las primeras manifestaciones prosociales consiste en compartir un alimento o un juguete.
En la actualidad los estudios sostienen que estos comportamientos se producen en el contexto familiar y aparecen a los dos años. Razón por la cual, Ikeda y col.12, enfatizan la importancia de la prevención sobre las conductas agresivas o violentas.
La interacción no tiene sólo un papel socializador para el niño, sino que promueve el desarrollo cognitivo, sobre todo a partir de la manipulación de un sistema de signos13. En síntesis, un indicador tanto de aspectos cognitivos como sociales es la comprensión que el infante hace de las emociones. El desarrollo de las emociones surge aproximadamente a los tres años de vida del infante, emociones que son dirigidas hacia sí mismo, pero confunde los diferentes cambios emocionales al mismo tiempo14.
En los años de la etapa escolar, los infantes participan con mayor frecuencia en las interacciones interpersonales debido a la integración en los contextos escolares y extraescolares. En esta etapa, Monjas15 menciona que las habilidades sociales son necearías para adquirir las destrezas tales como hacer críticas, saludar, expresar opiniones, entre otras. La integración del infante en el contexto escolar establece un segundo periodo de la socialización18. Efectivamente, en la educación se produce en un ámbito social, donde las actuaciones sociales de los maestros y alumnos, así como la interacción entre ambos, da resultados positivos para el proceso de enseñanza y aprendizaje, así como para el desarrollo de las habilidades sociales Infantiles.
Por otra parte, la adolescencia es una etapa crítica para la adquisición de las habilidades sociales14,19. El adolescente presenta comportamientos desafiantes con respecto a las normas sociales y manifiesta roles decisivos para conformar su propia identidad. Según Garaigordobil20, en el periodo de la adolescencia la formación de grupos permite las relaciones sociales mediante la producción de ideas, los diversos puntos de vista, el enamoramiento y el desarrollo de la amistad.
En el Ecuador específicamente en la ciudad de Cuenca, los adolescentes crean grupos (jorgas) que son integrados por el sexo masculino, en edades entre 13 a 17 años, los cuales se reúnen casi todos los días después de la culminación de la jornada escolar y los fines de semana. En ocasiones estas reuniones son perjudiciales ya que en ellas se produce consumo de alcohol o sustancias psicotrópicas, que muchas veces trae como consecuencia agresiones entre los adolescentes o agresiones a otras personas. Lo antes mencionado afirma que, lo grupos de pares no definen el interés, identidad y habilidades sociales. Por lo contrario, promueven interacciones negativas, orientadas a comportamiento agresivos que, si no son tratados a tiempo, pueden transformarse en psicopatológicos21.
Las habilidades sociales en los adolescentes juegan un papel fundamental para la aceptación social22. La aceptación social es la condición personal que se relacionan con las habilidades liderazgo, compañerismo, el respeto, entre otras. Silva Moreno y Martorell Pallás23,24 afirman que la conducta social de los adolescentes manifiesta las siguientes dimensiones: retraimiento social, autocontrol de las relaciones sociales, consideración con los demás, liderazgo y ansiedad social o timidez. Estas descripciones de las habilidades sociales, tanto en la niñez como la adolescencia, se fundamentan en dos ejes: uno conductual y otro cognitivo. Efectivamente, Trianes y col.25 indican que la habilidad es una rutina conductual o cognitiva concreta que forma parte de una estrategia más amplia.
El objetivo de la presente investigación es realizar una revisión sobre las definiciones, las teorías y los instrumentos de evaluación, tanto de las habilidades sociales como de la agresividad.
A lo largo del texto, está dividido en dos partes: la primera, se analiza aspectos acerca de las habilidades sociales (HHSS) y la segunda, sobre la agresividad. En ambas partes, se establecieron las definiciones, teorías e instrumentos de evaluación.
Fundamentación Teórica
Definición de Habilidades Sociales
Al momento de definir a las habilidades sociales (HHSS) o conductas socialmente habilidosas se han presentado grandes problemas. Se han dado muchas definiciones, pero no se ha llegado a un acuerdo explícito sobre lo que constituye las HHSS26. Meichenbaum y col.27 mencionan que es imposible establecer una definición consistente sobre la competencia social, dado que está depende parcialmente del contexto, que está en constante cambio.
Por otra parte, al definir las habilidades sociales en necesario tener presente la etapa evolutiva, debido que las exigencias del entorno o ambiente no poseen la misma significancia para la niñez, adolescencia o adultez13,28,29.
A continuación, algunos autores definen a las habilidades sociales:
Para Caballo26 define las habilidades sociales como un conjunto de conductas que permiten al individuo a desarrollarse en un contexto interpersonal o individual, que le permite expresar sentimientos, deseos, actitudes, derechos u opiniones de un modo acorde a la situación, generando una solución ante problemas actuales o futuros.
Enfatizando la solución de problemas en situaciones individuales, León y Medina28 definen a la habilidad social como la capacidad de ejecutar aquellas conductas aprendidas que cubren nuestras necesidades de comunicación interpersonal y/o responden a las exigencias y demandas de las situaciones sociales de forma efectiva. Del concepto antes mencionado se desglosan cuatro aspectos fundamentales de las habilidades sociales: la interdependencia del otro individuo, su carácter aprendido, la especificidad situacional y la eficacia de la conducta interpersonal. En cambio, Zavala-Berbena y col.22 definen a las habilidades sociales como conductas observables, aprendidas y utilizadas en los intercambios sociales para obtener fines concretos.
Por otro lado, Kelly29 conceptualiza a la habilidad social como un conjunto de conductas aprendidas, que utilizan las personas en situaciones para mantener el refuerzo del ambiente. En este concepto, está presente tres características centrales: el comportamiento implicado en refuerzos del ambiente, tener en cuenta las situaciones interpersonales en la que expresan las habilidades sociales y descripción de las habilidades sociales de forma objetiva. De esta forma, Kelly29sustenta que las habilidades sociales son medios que tiene un individuo para conseguir sus objetivos.
Teorías sobre las Habilidades Sociales
Las habilidades sociales adquieren una importancia insospechada en la vida de las personas. La experiencia personal indica que se pasa un alto porcentaje del tiempo cotidiano en alguna forma de interacción social, ya sea familiar o en grupos de amigos o compañeros de estudio o trabajo y se tiene experiencia de que las relaciones sociales positivas son una de las mayores fuentes de autoestima y bienestar personal30.
Se plantean dos abordajes teóricos sobre las habilidades sociales: el Modelo Jerárquico de la Socialización23 y el Modelo basado empíricamente de Achenbach16.
El modelo Jerárquico de la Socialización23plantea dos dimensiones explicativas sobre los comportamientos sociales: conducta prosocial versus antisocial, y sociabilidad versus baja socialización. La primera, dimensión contiene el polo positivo (consideraciones con los demás y autocontrol en las relaciones sociales), y en el polo negativo se ubica la agresividad. En la segunda dimensión se incluye al liderazgo. En el liderazgo están incluidos en los comportamientos agresivos y la conducta prosocial, se localizan en el bajo control (polo antisocial) en las relaciones sociales. Mientras que en la baja socialización se localizan las problemáticas internas, la ansiedad social y el retraimiento.
Por otro parte, en el modelo basado empíricamente de Achenbach16 es un modelo taxonómico que contiene dos extensiones dentro de las habilidades sociales: externalizante y internalizante16. La primera extensión, engloba los comportamientos relacionados a la expresión de problemas emocionales hacia fuera, es decir, la expresión manifiesta exteriormente con la agresividad, conductas desorganizadas, hiperactividad y déficit de atención. Y, el segundo, la internalización presenta un modo desadaptativo para la solución de problemas, es decir, interiorizan el retraimiento, depresión y ansiedad31,32.
Instrumentos de evaluación de las Habilidades Sociales
Se describirán los Instrumentos de evaluación de las habilidades sociales: Batería se socialización para adolescentes23, Escala de Habilidades Sociales33, Cuestionario de Habilidades de Interacción Social., Cuestionario de Matson para la evaluación de las habilidades sociales en los jóvenes34.
La Batería se socialización para adolescentes23, consta de 75 ítems, de autoadministración, aplicación en edades de 11 a 19 años, con dos opciones de repuestas (si-no). Este cuestionario evalúa un perfil de la conducta social, mediante cinco dimensiones: Consideraciones con los demás (14 ítems), Autocontrol en las relaciones sociales (14 ítems), Retraimiento social (14 ítems), Ansiedad social/timidez (14 ítems) y Liderazgo (12 ítems). A las 5 escalas se socialización se incluye a la sinceridad (10 ítems).
La Escala de Habilidades Sociales33, consta de 33 ítems, aplicación de manera individualizada para adolescentes y adultos (a partir de 12 años y adultos), contiene 6 factores: autoexpresión en situaciones sociales,defensa de los propios derechos como consumidor, expresión de enfado, decir "no" y cortar interacciones, hacer peticiones e iniciar interacciones positivas con el sexo opuesto.
El Cuestionario de Habilidades de Interacción Social., consta de 60 ítems, versión autoinforme, contiene seis subescalas: habilidades sociales básica, habilidades para hacer amigos, habilidades conversacionales, habilidades relacionadas con los sentimientos y emociones, habilidades de solución de problemas interpersonales y habilidades para relacionarse con los adultos. Este cuestionario es utilizado para intervención que refieren al programa de habilidades de Interacción social (PEHIS).
Y, por último, el Cuestionario de Matson34 para la evaluación de las habilidades sociales en los jóvenes34, consta de 62 ítems, con una versión autoinforme y otra heteroinforme, aplicable a niños y adolescentes, contiene cinco factores: agresividad/conducta antisocial, habilidades sociales apropiadas, amistad, sobreconfianza/soberbia/celos y ansiedad social/soledad. Y la versión para docentes contiene 64 ítems agrupados en tres factores: sobreconfianza/soberbia/celos, agresividad/conducta antisocial y habilidades sociales apropiadas.
Definición de Agresividad
Pearce35 afirma que la agresividad implica que alguien decidido a imponer su voluntad a otra persona u objeto incluso si ello significa que las consecuencias podrían causar daños físicos o psíquica36.
Buss37 define a la agresividad como la conducta violenta y destructiva que con todo propósito se dirige con otras personas o contra el ambiente. Buss quien menciona que la agresividad es la conducta violenta y destructiva que con todo propósito se dirige hacia otras personas o contra el ambiente.
En la teoría comportamental de Buss, La agresividad es el hábito de atacar. Un hábito o sistema de hábitos, Buss le agrupa de acuerdo a las características y estilos como: físico-verbal, activo-pasivo, directo-indirecto, siendo estas las formas y maneras como se puede expresar la agresión.
La agresividad es una cualidad asociada a la violencia o destrucción38, ya sea dirigido hacia los demás o hacia sí mismo39, para algunos autores la agresividad es un mecanismo de defensa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Salud (CIE-10) subdividen a la agresividad en: agresiones socializadas y agresiones no socializadas. La primera, agresiones socializadas son las siguientes: consumo de sustancias (alcohol y/o drogas), estafa, robos, entre otras. Y la segunda, son las peleas, la intimidación, explosiones, etc. En la mayoría de ciudades del Ecuador se registrado en los adolescentes agresiones socializada, es decir, consumo de sustancias psicotrópicas y coger dinero a escondidas.
Existen varias definiciones de Agresividad, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1996 declara a la violencia asociada a la agresividad como uno problema de salud pública en todo el mundo. Desde esta declaración, la agresividad ha ido en ascenso. En algunos países como Estados Unidos de América este fenómeno es considerada una epidemia, que es debido al impacto negativo que tiene la comunidad y familia40.
La definición de este constructo empezó bajo la polaridad innato-aprendido, en la actualidad se observa un giro conceptual que considera interdependientes múltiples factores tales como los personales, familiares, educativos y sociales32. El comportamiento agresivo es más evidente en los ámbitos sociales y estos ámbitos generan mayor preocupación por parte de los padres o cuidadores41.
Teorías sobre el origen de la conducta agresiva
Las teorías explicativas generales sobre el origen de la conducta agresiva/violenta en el ser humano, pueden aplicarse para tratar de entender el comportamiento agresivo del adolescente en el colegio, partiendo de la base de que todas ellas pueden agruparse en: Activas o innatistas y reactivas o ambientales.
Las teorías activas o innatistas consideran que la agresividad es un componente orgánico o innato de la persona, elemental para su proceso de adaptación; desde esta perspectiva se considera que la agresión tiene una función positiva y que la labor de la educación consiste fundamentalmente en canalizar su expresión hacia conductas socialmente aceptables.
Las teorías reactivas o ambientales resaltan el papel del medio ambiente y la importancia de los procesos de aprendizaje en la conducta agresiva del ser humano42.
Existen varias teorías sobre la agresividad: perspectiva psicobiológica43y la mirada de psicoanálisis44.
La perspectiva psicobiológica, el comportamiento de un individuo no está basado en lo biológico, pero es fundamental mencionar que, es un factor influyente en la aparición de conductas o comportamientos agresivos. La psicobiológica es una rama de las neurociencias que está encargada de estudiar la relación entre el funcionamiento cerebral y el comportamiento43. Existe diferencia entre agresión y agresividad. En primer lugar, la agresión compone un comportamiento, mientras que, la agresividad es la actitud que siente un sujeto a realizar hechos violentos. Según la psicobiología, la violencia puede tener su comienzo por factores: neurobiológicos (comportamientos de defensa), etológicos (comportamiento social), endocrinológicos (hormonas de reproducción) y genéticos-neuroquímicos (dopamina, noradrenalina y serotonina).
Por otra parte, desde la mirada del psicoanálisis, el término agresividad se plantea como la tendencia o conjunto de tendencias que se actualizan en la conductas reales o fantásticas dirigidas a dañar al otro, a destruirlo, a humillarlo, etc. Lo agresivo puede adoptar modalidades distintas de la acción motriz violenta o destructiva44. Los textos freudianos sobre la agresividad afirman que se presente tempranamente en el individuo, en el juego de la desunión y unión con la parte sexual. La agresividad ha evolucionado de tal forma en Freud45 denomina base pulsional (pulsión de la muerte). Muchos investigadores consideran que la teoría de la agresividad, se hallan indicios metapsicológicos en el texto freudiano titulado, Las pulsiones y sus destinos. Las pulsiones agresivas, para Klein47 se manifiestan en la primera infancia (etapas sádico-oral y sádico- anal). Freud46 considera que la pulsión de la muerte, presenta dos orientaciones: una interna (pulsión autodestructiva) y otra externa (pulsión destructiva). La pulsión agresiva es una manifestación de destrucción hacia el exterior48.
Instrumentos de Evaluación de la agresividad
Los instrumentos de evaluación de la agresividad son los siguientes: Cuestionario de Conducta Antisocial49, Cuestionario de Personalidad para adultos (EPQ-A) y niños y adolescentes (EPQ-J)50 y Escala de Evaluación de la Psicopatía de Hare – Revisada51.
El cuestionario de Conducta Antisocial49, consta de 34 ítems, aplicable para niños y adolescentes (10 a 17 años), contiene de cuatro respuestas (siempre, muchas veces, alguna vez y nunca), no tiene tiempo de duración y valora tres dimensiones del comportamiento social: aislamiento, agresividad y ansiedad/retraimiento.
El cuestionario de Personalidad50 para Adultos (EPQ-A), consta de 94 ítems, en cambio el cuestionario de personalidad para niños y adolescentes (EPQ-J), consta de 81 ítems. Estos cuestionarios evalúan la Inestabilidad o emocionalidad, Extraversión y Sinceridad. Presenta una duración de 30 minutos para el EPQ-A y de 20 minutos para el EPQ-J. Y, por último, la Escala de Evaluación de la Psicopatía de Hare – Revisada51, consta de 20 ítems, contiene tres opciones de respuesta (0,1,2) que refieren a cuatro facetas: Interpersonal, afectiva, estilo de vida y antisocial. Estos ítems se organizan en dos factores: Interpersonal/afectivo y desviación social. Y posteriormente, se aplica una entrevista semiestructurada.
Conclusión
Se realizó una revisión de las definiciones, las teorías y los instrumentos, tanto de las habilidades sociales como de la agresividad. En cuanto, a las habilidades sociales (HHSS) definen varios autores, indican que las HHSS son un constructo que presenta muchas dificultades a la hora de realizar una definición, debido que las competencias sociales dependen del contexto, que está constantemente en cambio. Este cambio constante, es la principal problemática al momento de dar una definición empírica sobre las HHSS. Pero el autor, Caballo26 afirma que las HHSS son conductas que el individuo desarrollo en un contexto interpersonal, que permite expresar deseos, sentimientos, opiniones y hasta generar soluciones. Para León y col.28 mencionan que las HHSS contienen cuatro aspectos principales: interdependencia del otro, carácter aprendido, especificidad situacional y eficacia. Por otra parte, Zavala-Berbena y col.22 indican que son comportamientos observados, aprendido y con fines concretos. Al igual que, Kelly29afirma que son medios para conseguir algún objetivo. En conclusión, las HHSS son conductas aprendidas y observables, que favorecen las interacciones con los demás y tiene la finalidad de alcanzar sus objetivos u metas. Para las habilidades sociales existen diversas teorías, entre ellas tenemos: Modelo Jerárquico de la Socialización (conducta prosocial vs. antisocial y la sociabilidad vs. baja socialización) y Modelo basado empíricamente de Achenbach16.17 (externalizante y internalizante). Para medir las HHSS se debe aplicar los siguientes instrumentos: Batería se socialización para adolescentes, Escala de Habilidades Sociales, Cuestionario de Habilidades de Interacción Social y Cuestionario de Matson para la evaluación de las habilidades sociales en los jóvenes.
Por otra parte, algunos investigadores mencionan que la agresividad es una cualidad relacionada con la violencia. Al igual la OMS, clasifica a la agresividad en socializadas (consumo de sustancias, estafa, robos, etc.) y no socializadas (peleas e intimidación). Contini32 afirma que las conductas agresivas se evidencian en los ámbitos sociales. Se analizó las siguientes teorías acerca de la agresividad: a) la perspectiva psicobiológica (neurobiológicos, etológicos, endocrinológicos, genético-neuroquímicos) y b) la mirada del psicoanálisis (base pulsional). Por ultimó para evaluar la agresividad existen varios instrumentos, entre ellos tenemos los siguientes: Cuestionario de Conducta Antisocial, Cuestionario de Personalidad para adultos (EPQ-A) y niños y adolescentes (EPQ-J) y Escala de Evaluación de la Psicopatía de Hare – Revisada.
Los instrumentos de evaluación mencionados anteriormente sobre las Habilidades sociales (HHSS) y la Agresividad no se encuentran validados a la población ecuatoriana, por tal razón sería de suma importancia realizar futuras investigaciones. También, como perspectiva de investigaciones futuras se tendrían que, enfocar estudios en diversos ámbitos en la niñez52, 53 y la adolescencia,54,55.
Conflicto de Interese
Los autores no reportan conflictos de intereses.
Agradecimientos
Agradecimientos
Laboratorio de Psicometría del Centro de Investigación, Innovación y Transferencia de Tecnología de la Universidad Católica de Cuenca (CIITT) y a la carrera de Enfermería de la Universidad Católica de Cuenca sede Azogues.
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Notas de autor
andres.ramirez@ucacue.edu.ec