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“El río por asalto”. Conflictos territoriales, ambientalización y disputas por el espacio público en los proyectos de reestructuración urbana de la ribera rioplatense metropolitana. Los casos de Quilmes, Avellaneda y Vicente López (2004-2019)
“El río por asalto”. Conflictos territoriales, ambientalización y disputas por el espacio público en los proyectos de reestructuración urbana de la ribera rioplatense metropolitana. Los casos de Quilmes, Avellaneda y Vicente López (2004-2019)
QUID 16. Revista del Área de Estudios Urbanos, núm. 14, pp. 350-359, 2020
Universidad de Buenos Aires
Recepción: 15 Agosto 2020
Aprobación: 15 Octubre 2020
Palabras clave: ambientalización, renovación urbana, conflictos ambientales
Esta tesis enfoca en fenómenos que transcurren en áreas “intersticiales” de zonas centrales, ubicadas en el primer y segundo cordón del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), las cuales disponen de grandes extensiones de espacios verdes sobre las costas del Río de la Plata y con acceso al río.
En Vicente López, en 2004 se modificó el Código de Ordenamiento Urbano, lo que permitió la construcción de una avenida costera, edificios del doble de la altura permitida hasta entonces en las inmediaciones de la costa y la construcción de Al Río, un mega-complejo con torres de oficinas, viviendas y un centro comercial, todo lo cual representó la cesión de un total de 140 hectáreas para proyectos inmobiliarios, equivalente al 4% del territorio de Vicente López
En los municipios de Quilmes y Avellaneda, por otra parte, entre terrenos del relleno sanitario desactivado “Villa Domínico” y la selva marginal ubicada a la vera del Río de la Plata, el Grupo Techint propuso, en 2008, la construcción de Nueva Costa del Plata: un gran complejo urbanístico que se pretende erigir sobre un predio de 230 hectáreas con viviendas, restaurantes, áreas recreativas, comerciales y una sede universitaria. El proyecto promete destinar un 70% de la superficie a parques públicos, espacios verdes; y solo el 30% para la construcción. El emprendimiento está pausado por falta de articulación entre los municipios y por una medida cautelar interpuesta por grupos ambientalistas.
Objetivos de la investigación
El objetivo de mi investigación fue analizar los conflictos territoriales por la determinación de los usos legítimos del espacio, a partir de proyectos de renovación urbana en frentes costeros metropolitanos durante el periodo 2004-2019, atendiendo al proceso de ambientalización del conflicto; a la emergencia de distintos lenguajes de valoración y a las prácticas que despliegan los distintos actores en juego; así como al modo en el cual se reconfiguran las fronteras entre lo público y lo privado en el uso de estos espacios en disputa.
Marco conceptual
Esta investigación parte de una perspectiva crítica que concibe al conflicto como una dimensión constitutiva de lo social (Marx y Engels, 1974; Simmel, 1939). Por otra parte, considero que las dinámicas y formatos que adopta la conflictividad social contemporánea encuentran relación con el modo de acumulación dominante en cada época (Galafassi, 2014) que, en la época actual, correspondería a la consolidación en la región latinoamericana de un patrón de acumulación basado en la valorización financiera y en la exportación intensiva de commodities agrarios, es decir, un modelo extractivista (Katz, 2015; Svampa y Viale, 2014).
En este sentido, se observan nuevas formas de conflictividad. La megaminería a cielo abierto, el monocultivo de soja y los agrocombustibles, en el ámbito rural, así como el avance de la degradación ambiental y de los negocios inmobiliarios en la ciudad vienen transformando el territorio en lugar privilegiado de disputa y han incidido en el despertar de conflictos o movimientos sociales que presentan una dinámica territorial y movilizan a miembros de la comunidad afectada por obras que perjudican su entorno próximo (Mançano Fernandes, 2006).
Por otra parte, en la tesis repongo los estudios que han abordado la movilización social bajo el paraguas conceptual de los Nuevos Movimientos Sociales (Pereyra, 2009; Schuster, 2005), pues estos marcos conceptuales permiten estudiar tanto los conflictos sociales, en general, como aquellos relacionados con el medio ambiente, en particular.
La tesis aborda, también, la dimensión narrativa del conflicto, a partir de algunas herramientas de las disciplinas del lenguaje y del discurso, considerando los enunciados como respondiendo siempre a una multiplicidad de enunciados previos (Bajtín, 1998; Rennes, 2015) y, a la vez, la tarea de los actores de generalizar sus demandas y defenderlas en el espacio público, abordada por autores de la sociología pragmático pragmatistas como Latour (2008), Callon (2009), Boltanski y Thévenot (1999), entre otros.
Estos autores proponen analizar el surgimiento y seguimiento de las controversias. Focalizar en el conflicto en sí mismo –y no en un grupo social en particular– permite identificar los distintos actores sociales y los bienes ambientales involucrados en la disputa, analizando las reivindicaciones de cada grupo y sus diferencias de poder (Little, 2006). Esto permitió dar cumplimiento a uno de los objetivos de la tesis: el análisis del proceso de ambientalización del conflicto, es decir, entender cómo los actores incorporan la cuestión ambiental como parte de su repertorio de intereses y reivindicaciones. Para ello tuve en cuenta también la perspectiva del habitar de Ingold (2000), la cual focaliza en la actividad de los sujetos en contextos de involucramiento práctico con su entorno.
La tesis se nutrió, también, de teorías ya clásicas del espacio como la teoría unitaria del espacio de Lefebvre (1976), y su relación con los abordajes sobre los espacios públicos de la ciudad.
Abordaje
Esta tesis es el producto de un trabajo de investigación de campo que se desarrolló –con distintos ritmos– a lo largo de siete años, desde 2011 hasta 2018.
Tiene un abordaje etnográfico, que busca comprender los fenómenos sociales desde la perspectiva de sus protagonistas, desde las creencias, normas, valores y concepciones del mundo ” (Guber, 2014), así como las formas de ser y estar en él y las formas de aprehenderlo prácticamente (Ingold, 2000).
Además, busqué explicitar las condiciones en las que llevé a cabo la investigación para satisfacer criterios de validez etnográfica y someter mi posición como investigadora “al mismo análisis crítico al que se somete el objeto construido” (Wacquant, 2014: 70).
Por otra parte, tuve que abordar la distancia y la cercanía relativas que implicaba trabajar en dos sitios de la misma ciudad, uno que me era muy familiar y otro que apenas conocía. Tanto el distanciamiento como la familiarización se llevaron en el marco de un ejercicio comparativo y una etnografía multilocal (Marcus, 2001). Ello me permitió ver las particularidades de cada conflicto estudiado, así como características comunes y, en conjunto, iluminar la tendencia general presente en el AMBA –así como en muchas otras ciudades– a la consolidación de un orden político-económico basado en el aprovechamiento de entornos de alto valor paisajístico en zonas ribereñas para la comercialización de productos inmobiliarios, en los cuales la naturaleza se erige como un plusvalor.
Principales Hallazgos
Imposición de prácticas especulativas
La imposición de prácticas especulativas en las riberas de Quilmes, Avellaneda y Vicente López encuentran similitudes y diferencias.
Por empezar, se realizan a través de waterfronts, anglicismo de frentes de agua que refiere a Grandes Proyectos Urbanos que se vienen llevando a cabo en áreas costeras de las ciudades. Es un concepto en boga para describir procesos de gestión publico privada para reconvertir viejos puertos o áreas costeras relegadas en zonas iluminadas, modernas y eficientes.
A través de proyectos de waterfronts se busca atraer el capital extranjero, subas de plusvalías, creación de nuevas zonas de consumo y puestos de trabajo, entre otros (Bruttomesso, 2001).
Estos proyectos se desarrollan o se proyectan en zonas costeras del Río de la Plata cercanas a la ciudad, consideradas “infrautilizadas”, ya que presentaban precios de venta del suelo inferiores a otros barrios más valorizados de la ciudad. Estas zonas se transforman en áreas de oportunidad para desarrollos inmobiliarios.
Los procesos de valorización inmobiliaria son acompañados por un andamiaje discursivo basado en el desarrollo y el progreso, como recurso estratégico para legitimar los proyectos en danza, considerados “significantes flotantes” (Laclau, 2005), porque tienen una definición imprecisa, cuyo significado depende del resultado de una lucha hegemónica.
Una diferencia fundamental fue la velocidad con que la transformación urbana tuvo lugar en la zona costera de Vicente López, a diferencia del camino más errático que encontró en Quilmes y Avellaneda. En Vicente López se conformó un régimen urbano (Stone, 1993) basado en una coalición de diversos actores que influyeron en la gestión municipal, y que plantearon como imperativo el crecimiento urbano en la zona costera bajo criterios empresarialistas, es decir, conducidos por los mismos supuestos de generación de rentabilidad que las empresas (Harvey, 2007). Esta coalición trascendió el recambio de la administración municipal. Mientras los gobiernos nacional y provincial se abocaron a generar las condiciones propicias para la inversión inmobiliaria, como la infraestructura vial y la provisión de los servicios públicos necesarios, los desarrolladores se dedicaron a comprar tierras a bajo costo, las mantuvieron sin edificar –y tras conseguir los avales necesarios en 2006 y el cambio de los coeficientes constructivos– pudieron edificar y vender los nuevos inmuebles a un precio siete veces superior.
Entretanto, en la zona sur, con el proyecto Nueva Costa del Plata, el Grupo Techint estaría incursionando en el ámbito inmobiliario, facilitado por ser el propietario de los terrenos a edificar, los cuales –como dijimos– habían sido parte de pago de la gestión del relleno sanitario de Villa Domínico (a través de un contrato con el Estado cuya legalidad es impugnada por distintos actores opositores).
Los gobiernos municipales de Quilmes y Avellaneda asumieron la realización de este proyecto como objetivos de gestión a partir de 2008, a pesar de lo cual su construcción sigue paralizada. El gran tamaño del proyecto; el hecho de que sea interjurisdiccional; con un municipio como Quilmes, donde ningún intendente tuvo en las últimas décadas quorum propio; además de una situación ambiental compleja en el marco del proceso de debate y sanción de la ley provincial de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, limitaron las aspiraciones empresarias, y muestran que el sector empresarial concentrado no siempre tiene la capacidad de imponer sus proyectos sobre el territorio.
Al momento de proyección y construcción del Vial Costero y demás proyectos inmobiliarios, en Vicente López primaba un contexto de pleno crecimiento económico y la presión inmobiliaria para llevarlos a cabo era muy grande. Hoy, en un contexto económico por demás incierto, estas políticas urbanas neoliberales muestran su carácter cortoplacista, pues movilizaron espacios de la ciudad para el provecho inmediato del crecimiento económico y de las prácticas de consumo de las elites, pero las promesas de “derrame” o de reinversión para el beneficio de sectores más amplios de la sociedad nunca se efectuaron.
Otra característica sobresaliente de este modus operandi de proyectos de renovación urbana a través de waterfronts son los procesos inconsultos y la falta de democratización en la toma de decisiones sobre el territorio. Las voces de asambleas ambientalistas y vecinos que se oponen a las obras en las riberas no logran representar más que ruido, y deberán ensayar nuevas formas de legitimación, lenguajes y repertorios para poder tornarse audibles, en palabras de Rancière (1996).
El reverdecer del conflicto
Los conflictos analizados se presentaron como una oposición entre actores a favor de los desarrollos inmobiliarios en la costa (empresas del sector inmobiliario y agentes estatales) versus sectores ambientalistas movilizados contra su implantación.
En Vicente López, el verde y la naturaleza representaron un plusvalor dentro del sector inmobiliario para la comercialización de las torres de viviendas y oficinas. Esta naturaleza constituye más un objeto de consumo que un discurso que interpele al conjunto de la sociedad en función del bienestar colectivo o de un proyecto ecológico distinto, sino que apela al placer individual. Este discurso está presente también en la gestión municipal, en su Dirección de Responsabilidad Empresarial, y en programas y actividades que articula junto a las empresas del partido.
En Quilmes y Avellaneda, el Grupo Techint argumenta que, mediante el desarrollo de Costa del Plata, se mejoraría el entorno, rescatando algunos elementos seleccionados. El ecosistema local –de humedal– es considerado un espacio “vacío” y “sucio”, que debe ser saneado y “llenado” con el megaemprendimiento inmobiliario NCP.
Ahora bien, en los municipios estudiados fueron emergiendo formas de movilización vinculadas a la defensa de su entorno próximo. Unidos por el Río, en Vicente López, utilizó lenguajes de valoración más vinculados a la defensa del “espacio público y verde”, y No a la Entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda, a la conservación de la selva marginal.
Ambos presentan formatos, repertorios de movilización y estrategias argumentales parecidas, con características que los acercan a los llamados nuevos movimientos sociales: extracción social variada (con predominio de clase media); rechazo a la política partidaria; horizontalidad en la toma de decisiones; y una tendencia hacia la acción directa, con un repertorio de protesta amplio que incluyó impugnaciones prácticas (Carman y Pico, 2009) a las políticas urbanas en la costa y a su propuesta de relacionamiento con la naturaleza como una esfera separada del habitar.
Estas organizaciones buscaron generalizar sus demandas apelando a “lo ambiental”, frente a una opinión pública cada vez más sensible ante las cuestiones ambientales. En este sentido, la incorporación de lo ambiental fue estratégico, ya que la definición de su territorio y de su lucha en términos ambientales permitió dotar a sus reclamos de mayor generalidad (Chateauraynaud, 2009).
Pero no se podría decir que lo ambiental fue solamente una mera estrategia, sino que tuvo también una dimensión identitaria. Hablamos de dimensión identitaria porque fue resultado de un proceso de reflexividad territorial (Melé, 2003). Es decir, que con el inicio del conflicto se modificaron las formas en las que muchos miembros de las organizaciones experimentaban y significaban su territorio, que también fue producto de cierto efecto contagio con las luchas ambientales por la megaminería en Esquel en 2003 y por las papeleras con Uruguay en 2005.
Por otra parte, las asambleas estudiadas definieron su militancia como socioambiental, corriente que denuncia de los efectos tanto ambientales como sociales (y de desigualdad) frente a ciertas actividades extractivas y con impacto en el medioambiente, lo que la diferenciaría de otras corrientes que se limitan a exigir la conservación de ciertos tipos de ecosistemas o especies (Acselrad et al., 2009; Bebbington y Bebbington, 2009).
En este camino, tanto las asambleas de Quilmes y Avellaneda como las de Vicente López intentaron establecer vínculos con los habitantes de las riberas para unir fuerzas frente al avance de los megaproyectos inmobiliarios.
En ese encuentro surgió aquello que Descola llama malentendidos culturales (2012) o Viveiros De Castro conceptualiza como equívocos (2013), y que consiste en la incomprensión de “los diversos colectivos” hacia “las cuestiones fundamentales que impulsan a moverse a otros colectivos. En relación a esto, Gordillo (2018) señala que las personas de sectores populares que viven en las inmediaciones de bienes o seres valorados patrimonialmente suelen ser indiferentes al énfasis en la preservación, y rechazan las abstracciones de las clases medias o altas
Demandas y amparos como práctica de resistencia
Una de las vías a las que acudieron los actores movilizados para hacer valer sus reclamos, fue la judicial, motivados por la débil institucionalidad de las políticas participativas en la legislación argentina para contener las discusiones sobre proyectos con impacto ambiental.
Muchas de las demandas de los colectivos ambientales de Quilmes, Avellaneda y Vicente López –así como de una gran cantidad de asambleas ambientales de todo el país– tomaron la forma de enunciados jurídicos e, inversamente, figuras disponibles en distintas normativas terminaron influenciando las maneras de enunciar –y de pensar– las demandas ambientales para estos colectivos.
Si bien la justicia no es una estructura independiente del sistema político, en 2012 el amparo presentado por la asamblea de Quilmes y Avellaneda pidiendo “el cese y la recomposición del daño ambiental ocasionado al bosque ribereño por el proyecto NCP”, bajo el amparo de la Ley Nacional de Bosques, logró reconocimiento en la Justicia.
Este triunfo parcial hizo que, desde entonces, las demandas de esta asamblea se focalizaran en la necesidad de conservación del ecosistema ribereño y del humedal. Esto muestra que la protesta se apoyó, en parte, en las formas y lenguajes del andamiaje judicial y, en buena medida, en el lenguaje científico, históricamente definido como aquel epistemológicamente válido (Nygren, 1999).
En este sentido, podemos pensar este proceso como una estrategia de la asamblea de volver “audibles” (Rancière, 1996) sus reclamos, o bien, como el “marco común” (Roseberry, 2002) en el que puede tener lugar el disenso.
Principales aportes
La tesis realiza aportes al campo de los estudios urbanos, en primer lugar, en términos empíricos. Los estudios urbanos en ciencias sociales del ámbito local se centraron en el estudio de expresiones territoriales de reestructuración urbana neoliberal como la periurbanización (expansión de la ciudad sobre suburbios residenciales); gentrificación (o ennoblecimiento de barrios degradados a partir del reciclaje de edificios históricos y el desplazamiento de las clases populares residentes); y áreas de relegación de los sectores populares.
En esta tesis me centré, en cambio, en procesos situados en zonas intermedias, en espacios intersticiales del AMBA. Si bien estos grandes proyectos urbanos en waterfronts constituyen un modo de hacer ciudad muy parecido a otras expresiones territoriales de renovación urbana, se diferencia en que disponen de espacios públicos con amplias extensiones de verde que evitan un cierre arquitectónico –y simbólico– con el resto de la ciudad.
En este sentido, incorporan un discurso y unas prácticas más “progresistas” que las urbanizaciones cerradas que proliferaron en los 90, las cuales habían sido muy criticadas por la falta de continuidad con el resto del tejido urbano, por su cierre excluyente y la “privatización” del espacio sociourbano.
A diferencia de este cierre, los proyectos estudiados contienen o proyectan amplias extensiones de espacio público y verde, que convirtieron a la ribera de Vicente López en un lugar de recreación y de encuentro muy concurrido.
En este sentido, en esta tesis logré mostrar –a diferencia de lo que postula buena parte de la literatura sobre el deterioro de las funciones “públicas” de las ciudades en la posmodernidad (Low, 2005; Minton, 2006)– que las funciones públicas del espacio ribereño en Vicente López no se vieron afectadas de una forma unívoca. Más bien, las múltiples intervenciones en la costa de Vicente López generaron una ribera segura y más atractiva que expande las fronteras de lo público, porque convoca una cantidad creciente de visitantes de todo el AMBA. Pero, por otra parte, generan un espacio crecientemente programado y más reglamentado que es mantenido mediante dispositivos de vigilancia y seguridad que apuntan a crear, en términos de Foucault, “cuerpos dóciles” (1992) y controlar los usos desviados de las maneras “correctas” de disfrutar del espacio público, con lo cual terminan promoviendo un acceso desigual al espacio urbano.
Así, los procesos de reestructuración urbana en waterfronts consolidan las desigualdades espaciales y refuerzan una de las fracturas existentes en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores: aquella que separa una costa inspirada en Puerto Madero, con altos y suntuosos edificios que resultan excluyentes para el común de la sociedad (pero con espacios verdes potencialmente abiertos a todos, constituidos como “vasos comunicantes” que le dan un carácter más democrático) y, por otro lado, el resto de la ciudad, construida “de espaldas al río”, con espacios verdes insuficientes y con una crisis habitacional creciente (Baldiviezo y Sánchez, 2018).
A pesar de esto –y este constituye otro de los aportes de la tesis– es que los procesos de neoliberalismo urbano no introdujeron un quiebre radical en el uso del espacio público porque se hibridan con características preexistentes de la metrópolis de Buenos Aires y sus diferentes espacios. Si las intervenciones urbanas en la ribera de Vicente López no generaron una “privatización” del espacio público, sino que convocan una cantidad creciente de visitantes, esto se relaciona también con la existencia de una red de transportes y accesos urbanos que permiten la llegada de personas de toda el AMBA. Inversamente, la promesa de Nueva Costa del Plata de constituirse como un barrio abierto y de acceso a la ribera del Río de la Plata en la zona sur, si no incorpora un plan de conectividad de transporte público efectivamente va a reproducir el aislamiento y la fragmentación urbana, porque solo van a poder acceder quienes tengan vehículo particular.
Por último, el análisis sobre los modos en que estos procesos de reestructuración urbana en las riberas son problematizados en términos ambientales puede representar un aporte a los estudios tanto urbanos como ambientales, fundamentalmente gracias al modo de abordaje etnográfico.
Además de incorporar bibliografía sobre los movimientos sociales y territoriales –lo cual me permitió dar cuenta de cómo los distintos colectivos se volvieron agentes hábiles dentro del juego político– esta tesis profundizó en la trama de sentidos que hicieron al conflicto, a partir de un enfoque etnográfico. La posibilidad de haber “estado allí” por un largo período de tiempo, entrevistando, observando y participando, posibilitó comprender las formas particulares en que actores que –muchas veces– no existían como tales antes del conflicto, van ensayando estrategias a partir de su modo de ser y estar en el mundo, que también los ha llevado a equivocarse. Este enfoque me permitió entender, pues, los desencuentros y malentendidos culturales que ocurren cuando no hay consenso sobre el problema, ni sobre la solución de la problemática ambiental en cuestión.
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Información adicional
Tipo de investigación: Tesis de Doctorado
Palabras clave: ambientalización, renovación urbana, conflictos ambientales
Directora del trabajo de tesis: María Carman
Institución: Doctorado en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires
Fecha de aprobación: 29 de abril de 2020