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Adjetivos e información: la intervención de la subjetividad en la prensa escrita digital de América Latina
Adjectives and Information: Subjectivity Intervention in Latin American Digital Written Press
Contratexto, núm. 29, pp. 49-63, 2018
Universidad de Lima

Dosier



Recepción: 05 Marzo 2018

Aprobación: 11 Abril 2018

Resumen: La prescripción ha aludido tradicionalmente a la noción de periodista como la figura capaz de reproducir en su discurso la realidad tal y como es, de manera objetiva, por medio de enunciados que la describen fielmente. Pero la subjetividad no está en absoluto ausente en los textos efectivamente produ- cidos por los periodistas de algunos países de América Latina. Si tomamos, por ejemplo, el empleo de los adjetivos calificativos —una de las vías privilegiadas para la inscripción de la subjetividad—, algunos estudios (Amado et al., 2016) enseñan que la prensa argentina y la chilena incluyen en sus notas informativas más adjetivos calificativos que cualquier otra prensa de la región, frente a la de Ecuador, que escasamente los introduce en sus notas. Luego de caracterizar y clasificar los adjetivos calificativos, y con el fin de confirmar —o refutar— esa descripción, estudiamos 490 notas informativas escritas aparecidas en tres diarios online argentinos y en cuatro medios diferentes de sendos países latinoa- mericanos. Nuestros resultados, que confirman parcialmente los hallazgos de esos estudios previos, son interpretados a la luz de una visión del periodismo como orientado a cumplir con una misión social, e investido de un compromiso individual con su audiencia.

Palabras clave: subjetividad, adjetivos, periodismo, periodismo digital, nota informativa.

Abstract: Prescription has traditionally referred to the idea of the journalist as the figure capable of reproducing reality in his or her discourse just as it is, objectively, by means of statements that describe it faithfully. But subjectivity is not absent in the texts effectively produced by journalists in some Latin American countries. If we take as an example the use of qualifying adjectives one of the privileged ways to register subjectivity—, some studies (Amado et al., 2016) show that the Argentine and Chilean press include, in their press releases, more qualifying adjectives than any other press in the region, such as that of Ecuador, which scarcely introduces them in their press releases. After characterizing and classifying the qualifying adjectives, and in order to confirm –or reject– that description, we studied 490 written press releases of three Argentine online newspapers and four different online media of Latin American countries. Our results, which partially confirm the findings of those previous studies, are interpreted by considering journalism as oriented to fulfill a social mission and invested with an individual commitment towards its audience.

Keywords: subjectivity, adjectives, journalism, digital journalism, press release.

Introducción

Entre otras condiciones, la compe- tencia pragmática de los autores profesionales se manifiesta en la habilidad de emplear los recursos retóri- cos propios de su campo de trabajo, en la medida en que, de ese modo, se alinean en lo discursivo con las propiedades identitarias de los roles construidos socialmente dentro de su comunidad. Desde esa perspectiva, no puede desde- ñarse el papel que cumple la prescripción en el campo específico. Así, por ejemplo, se enseña que el empleo de formas per- sonales debe ser evitado en la escritura académica (Hyland, 2002, p. 1095) o se “decreta” la orientación hacia un discurso objetivo —despojado de marcas de subjetividad—en la escritura periodistica.

En efecto —para concentrarnos en lo último—, es un lugar común afir- mar que la objetividad resulta ser una condición básica y esperable del perio- dismo de información. Así lo expresan innumerables —e históricos— manuales de escritura periodística, tanto en espa- ñol como en otras lenguas (Ross, 1911; Shuman, 1919; McCarthy, 1925; Boyd, 2001; Benavídez y Quintero, 2004; Serra y Ritacco, 2005; Rabatel y Chauvin- Vileno, 2006; entre muchos otros), y también estudios sobre la historia del periodismo y acerca de las percepciones de las prácticas periodísticas por parte de los mismos profesionales (Schudson, 2001; Hanitzsch, 2007; Mellado y Lagos, 2014; y otros). Más aún, esa propia con- dición es exigida en el ámbito de las redacciones, con el fin de evitar conflic- tos judiciales (Tuchman, 1999, p. 202).

Todas estas concepciones son exa- minadas por autores que estudian el rol del periodista en función de su inter- vención en cuanto sujeto que elabora informaciones (Himelboim y Limor, 2005; Hanitzsch, 2007; Mellado y Lagos, 2014). En concreto, la dimensión de ese intervencionismo aparece descrita como un continuumque expresa la medida en que el periodista implica sus conviccio- nes y sus juicios de valor al elaborar la información. Uno de los extremos del continuum contempla a quienes se conci- ben comprometidos con los hechos, con la objetividad y con la imparcialidad. El otro, a quienes se reconocen acreditados para interpretar la realidad que recons- truirán con su discurso. Los preceptos de los especialistas (y de las empresas de medios, que buscan protegerse de eventuales demandas), como se ha seña- lado, suelen quedar atados al primero de esos extremos.

Con todo, puede suponerse que las prescripciones tradicionales y las ideolo- gías que ellas proyectan no se condicen con las prácticas auténticas de los profe- sionales a la hora de producir sus textos.. Esa es la razón por la cual estudiar los productos escritos del periodismo infor- mativo puede orientar acerca de lo que está ocurriendo en este aspecto, más allá de lo que los propios actores crean que debería pasar. Con base en el pre- supuesto de que los adjetivos subjetivos son la marca más evidente y superficial es decir, de la superficie del texto— de la intervención de la subjetividad en el discurso (Mellado y Lagos, 2014, p. 2090), consideramos, en esta oportunidad, su ocurrencia en la prensa informativa escrita online de América Latina.

En primer lugar, caracterizamos y clasificamos los adjetivos calificativos como objetivos, no axiológicos, axioló- gicos y afectivos (Kerbrat-Orecchioni, 1986), y como descriptivos o evalua- tivos (Bosque, 1990; Di Tullio, 1997; Giammateo y Albano, 2009). En segundo lugar, estudiamos 490 notas informa- tivas escritas publicadas en diarios onliney seleccionadas por el método de semana construida.: 210 corresponden a la prensa argentina (clarín.com, lanacion. com.ar y pagina12.com.ar) y 280 pertene- cen a cuatro medios diferentes de sendos países latinoamericanos (elcomercio.pe, la-razon.com, latercera.com y el comercio.

Nuestro objetivo consiste en con- firmar —o refutar— la hipótesis de que los textos periodísticos informativos no reflejan las prescripciones orientadas a la objetividad, al menos en cuanto a evitar el uso de los adjetivos subjetivos.

Los adjetivos

El adjetivo es la clase de palabra que modifica al sustantivo o se predica de él. Recibe del propio sustantivo, por concordancia, el género y el número. En el plano sintáctico, el adjetivo admite la posición atributiva, es decir, como complemento del sustantivo dentro del sintagma nominal, tal cual ocurre en (1).

(1) impecable recorrido

Pero también admite la posición predicativa, o sea, como miembro del predicado, como se ve en (2).

(2)El acto fue considerado como inamistoso.

Existe bastante acuerdo en la clasifi- cación tripartita de los adjetivos (Bosque, 1990; Di Tullio, 1997; Giammateo y Albano, 2009; NGLE, 2009; entre otros): los adjetivos calificativos, los relacionales y los modales y deícticos (también llama- dos adverbiales). Los últimos dos grupos (relacionales y adverbiales) pueden carac- terizarse como “objetivos” desde una perspectiva semántica, y por eso no nos ocuparemos de ellos en este trabajo..

Los adjetivos calificativos suelen ser definidos como aquellos que indican par- ticularidades permanentes o transitorias—ya sea cualidad, ya sea propiedad— de los sujetos denotados por los sustantivos a los que delimitan. Dado que dichas pro- piedades o cualidades son normalmente incrementales, los adjetivos calificativos admiten ser determinados por un adver- bio de grado. Debe notarse, de todos modos, que algunos de ellos (como es el caso de excepcional, por poner un ejem- plo) señalan el grado extremo en la escala de la propiedad o la cualidad, por lo que no aceptan la gradualidad.

Siguiendo a Kerbrat-Orecchioni (1986), diremos que los adjetivos calificativos se clasifican, a su vez, en dos grandes grupos, con subdivisiones internas: los objetivos y los subjetivos. Los objetivos son aquellos que clasifican de manera no polémica, según alguna propiedad que se le adjudica al sustantivo como inhe- rente. Tal es el caso de los adjetivos de color, según se observa en (3).

(3) salón amarillo

Los adjetivos subjetivos, por su parte, y siempre siguiendo a Kerbrat-Orecchioni (1986), se dividen en evaluativos (no axio- lógicos y axiológicos) y afectivos. Los evaluativos no axiológicos, como el de (4), exigen algún tipo de ponderación cuali- tativa o cuantitativa, sin poner en juego una estimación positiva o negativa.

(4) vínculo fuerte

En efecto, decir de un vínculo que es fuerte, como se plantea en (4), implica desde luego ubicarlo en una escala graduada, pero no dice de él que sea con- cebido como positivo o negativo gracias a esa calificación.

Desde un punto de vista lógico, puede afirmarse que tanto los objetivos como los evaluativos no axiológicos pre- sentan el grupo nominal formado por sustantivo más adjetivo como que alude a una entidad representada en tanto integrante de la intersección de dos con- juntos. Así, en (3), se une el conjunto de los salones al de las cosas amarillas, y la entidad individual denotada por el sintagma salón amarillo se ubica en la intersección de esos dos conjuntos. En (4), los conjuntos activados por el sintagma vínculo fuerte son el de los vínculos y el de las cosas fuertes (NGLE, 2009, p. 925) y la entidad individual denotada por el sintagma vínculo fuerte queda localizada en la intersección de ambos.

Es pertinente señalar esta distinción porque, más allá de que los evaluativos no axiológicos aparecen definidos den- tro de los adjetivos que esta taxonomía reconoce como subjetivos, tanto los objetivos como los evaluativos no axio- lógicos se incluyen en la categoría que la NGLE(2009) denomina intersectivos por las razones presentadas en el párrafo anterior (p. 925). Ambos tipos evocan, en definitiva, conjuntos de entidades que se ponen en contacto.

No ocurre lo mismo con los adjetivos evaluativos axiológicos ni con los afecti- vos. En estos últimos dos casos, no puede hablarse ya de la alusión a la intersec- ción de dos conjuntos de entidades, sino, antes bien, de la caracterización que se hace de la entidad denotada por el sus- tantivo, pero solo en referencia a ciertos comportamientos o aspectos. O, para decirlo en otros términos, se convoca por medio de ellos una apreciación del hablante que resulta plasmada en esos adjetivos. De esa manera, no se evocan dos conjuntos de entidades para pun- tualizar la intersección entre ellas, sino, por el contrario, un solo conjunto —el evocado por el sustantivo— del que se expresa una cierta caracterización.

En esa línea, todo adjetivo evaluativo axiológico, como el de (5), manifiesta no solo que el hablante realiza una estima- ción, sino que esa estimación que se ha realizado encierra un juicio de valor.

(5) paz verdadera

Sin importar si lo que se enuncia coincide con la realidad extralingüís- tica denotada, el adjetivo verdaderaque se aplica al sustantivo paz en (5) refleja que el hablante concibe esa paz como algo positivo: verdadera nunca admite una interpretación negativa. Y es que los adjetivos axiológicos siempre le agregan al sustantivo una calificación que tiene una orientación determinada dentro de un sistema ideológico. Más aún, al hacerlo, también describen al hablante que los emplea; esa es la razón por la cual puede decirse de ellos que son doblemente subjetivos (Kerbrat- Orecchioni, 1986).

Los adjetivos afectivos, finalmente, como el de (6), enuncian una propiedad del objeto que solo puede entenderse en cuanto emergente de una reacción emo- cional del hablante:

(6) triunfo contundente

Es la visión del hablante la que define que la entidad denotada por el sustantivo admita esta calificación, difí- cil de definir si se la considera desde una perspectiva lógica o vericondicional. La “contundencia” del triunfo en (6) res- ponde, en concreto, a la impresión que el hablante proyecta sobre su enunciado.

Para decirlo una vez más, frente a los objetivos —que denotan alguna propiedad o cualidad como inmanente de aquello que el sustantivo evoca (manzana roja, mesa rectangular)— y los evaluativos no axiológicos (casa grande, café frío), los adjetivos que en este trabajo nombraremos como subjetivos presen- tan una carga de subjetividad creciente en el orden en que los hemos presentado: si los axiológicos son más subjetivos que los objetivos y los no axiológicos, los afectivos son los más subjetivos de todos.

Pero hay más aún. En la atribución (véase más arriba), esta clasificación se enriquece con la intervención de la sintaxis. Y es que, si bien los adjetivos calificativos admiten tanto la colocación prenominal como la posnominal, debe señalarse que cada una de esas posi- ciones provee al adjetivo de sentidos diferentes. La colocación posnominal ofrece un sentido descriptivo. Es decir, cuando el adjetivo está ubicado a la derecha del sustantivo al que modifica, opera “clasificando” o “describiendo” aquello que queda denotado por el sus- tantivo, tal como ocurre en (7).

(7) funcionario alto

Al igual que en (4), la calificación denota una condición —la de ser alto el funcionario en (7), la de ser fuerte el vínculo en (4)— que está presentada como si todos los sujetos hablantes pudieran acordar acerca de ella. Distinto es el caso de la colocación prenominal, que, como en (8), aporta un sentido de evaluación individual.

(8) alto funcionario

En otras palabras, cuando se encuen- tra a la izquierda del sustantivo al que modifica, el adjetivo queda representado como si el hablante se responsabilizara por esa evaluación. Esto significa que el adjetivo en posición prenominal brinda una calificación valorativa (a cargo del hablante) de algún aspecto de la entidad denotada por el sustantivo. En (8), por ejemplo, la altura se refiere a la jerarquía de la función que cumple la entidad calificada y no a la entidad en sí misma (en este caso, el funcionario).

Queda claro así que la posición preno- minal se concibe como más subjetiva, en el sentido de que no se presenta a modo de una calificación que debe entenderse como universal —como si fuese aceptada por todos—, sino, por el contrario, como una calificación individual —como si el enunciador exhibiese explícitamente su aporte personal en esa calificación—. Un ejemplo que clarifica esta diferencia es la oposición entre (9) y (10).

(9) militante viejo

(10) viejo militante

En (9), el adjetivo se relaciona estric- tamente con la edad. En (10), el adjetivo se asocia con alguna característica menos ponderable, como el compromiso con la militancia o la relevancia de la militancia; no se vería una contradic- ción, incluso, al afirmar que ese militante joven es un viejo militante.

Este segundo enfoque, desde luego, complejiza el esquema de adjetivos que tomamos de Kerbrat-Orecchioni (1986). Todo adjetivo que, clasificado aisladamente como objetivo, se ubi- que en posición prenominal subirá un grado en la escala de subjetividad y será catalogado como evaluativo no axio- lógico. Todo adjetivo que, clasificado aisladamente como evaluativo no axioló- gico, se ubique en posición prenominal subirá un grado en la escala de subjetivi- dad y será catalogado como axiológico. Todo adjetivo que, clasificado aislada- mente como evaluativo axiológico, se ubique en posición prenominal subirá un grado en la escala de subjetividad y será catalogado como afectivo (véase la tabla 1).

En el parágrafo siguiente, aplicare- mos esta clasificación a los textos reales de nuestro corpus.

Tabla 1
Clasificación de los adjetivos

Elaboración Propia

Análisis del corpus: el uso de adjetivos subjetivos en la prensa informativa

Nuestro corpus totaliza casi 240 000 palabras. Para conformarlo, seleccio- namos 70 notas de cada uno de los siete medios estudiados aplicando el método de semana construida (10 notas por día de la semana), que fueron tomadas de cada homepage, en algún momento del día: contando de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, se trataba de las primeras diez notas informativas. Una vez constituido el corpus, elabo- ramos una grilla de codificación en la que computamos la cantidad total de palabras de cada nota y registramos los adjetivos en cada una de ellas.

Dado que nuestra hipótesis se enfoca en la intervención de la subjetividad, tras haber realizado una codificación rigurosa de todos los adjetivos de la muestra —controlada por un codificador alternativo—, tomamos exclusivamente los adjetivos no intersectivos —esto es, los axiológicos y los afectivos, que, como queda dicho, son los que denominamos subjetivos en este trabajo— para reco- nocer la magnitud de su presencia en la prensa informativa escrita digital y para establecer luego comparaciones entre los medios que analizamos. Esa ocurrencia fue registrada porcentualmente: si, por ejemplo, consignamos 5 adjetivos subje- tivos no intersectivos en una nota de 500 palabras, el porcentaje que calculamos para esa nota fue del 1 %. Una vez ana- lizadas las 70 notas correspondientes al subcorpus de cada medio, obtuvimos el promedio de porcentaje de ocurrencia de estos adjetivos en él.

Para especificar mejor el procedi- miento, es necesario agregar que, en ningún caso, consideramos los adjetivos incluidos en citas directas (entrecomilla- das). Desde luego, es cierto que el propio locutor es quien selecciona la cita que va a introducir en su texto., pero no podría atribuirse a la intervención de su sub- jetividad el empleo de un adjetivo por parte de una voz que le corresponde a un sujeto distinto de él.

En cuanto a la cantidad de palabras que se tuvieron en cuenta en cada caso, siempre se trató del total efectivo, inclui- das las citas directas (entrecomilladas). Esta decisión tiene que ver con que algunas pocas notas del corpus estaban plagadas de citas directas, y extraerlas para hacer el cálculo correspondiente habría significado un desbalance sus- tantivo en este punto en relación con la media. El hecho de generalizar esta norma, de todos modos, pretende aminorar cualquier margen de error sig- nificativo al respecto.

En la tabla 2, ubicamos cada uno de los medios estudiados con el porcentaje promedio correspondiente de adjetivos subjetivos no intersectivos por total de palabras de la nota.

Tabla 2
Cálculo de ocurrencia de adjetivos subjetivos en medios de América Latina

Elaboración propia

Como se ve en la tabla 2, en la progre- sión que va de mayor a menor empleo de adjetivos subjetivos, La Tercera de Chile se ubica en primer lugar, seguida de dos medios de Argentina: Clarín . Página 12. A continuación, se encuentra un medio de Ecuador, El Comercio, seguido de El Comercio de Perú y La Razón de Bolivia. En la última posición está La Nación de Argentina.

Lo primero que se puede cons- tatar aquí es que estos hallazgos no concuerdan totalmente con los del equipo coordinado por la chilena Claudia Mellado (Mellado et al., 2016).. En efecto, estos autores afirman:

La cuantificación de indicadores per- mite analizar la presencia de la voz periodística en las historias analizadas, como surge de los datos descriptivos de la tabla 5.2 [figura 1]. Los resultados muestran que, en términos globales, el modelo intervencionista está más pre- sente en Argentina y Chile que en Brasil, Ecuador y México. Cuando se analizan los indicadores por separado, el uso de adjetivos, la interpretación y la opinión son los que más aparecen en todos los países. En el caso argentino, en más del 20 % de las noticias analizadas, el perio- dista presenta una opinión sobre el tema de la historia expresando un juicio de valor al respecto. El uso de adjetivos calificativos es particularmente alto en Argentina y en Chile, con presencia en dos tercios de las noticias. (p. 67)


Figura 1
Captura de los hallazgos de Mellado et al. (2016)
Mellado et al. (2016)

Nuestros resultados —admitiendo que no siempre tomamos los mismos medios— se contradicen parcialmente con los suyos. En primer lugar, no podemos afirmar que todos los medios en Argentina se comporten de manera similar. Es más, hay diferencias sustan- tivas en el uso de los adjetivos subjetivos no intersectivos entre Clarín. Página 12, que están entre los que más usan esta clase de adjetivos, por un lado, con La Nación, que es el medio que menos emplea estos adjetivos, por el otro.

En segundo lugar, nuestro análisis del medio ecuatoriano no coincide con la estimación que realiza el grupo de la académica chilena. La tabla 3 muestra el cotejo entre los resultados compara- bles (véase Mellado et al., 2016, p. 67, y la tabla 2) entre ambos estudios (para el caso argentino, nosotros hacemos un promedio).

Tabla 3
Resultados comparados con el trabajo de Mellado et al. (2016)

Comparación de los datos consignados en la tabla 2 y los del trabajo de Mellado et al. (2016)


Figura 2
Resultados de Mellado et al. (2016)
Mellado et al. (2016)


Figura 3
Nuestros resultados
Elaboración propia

Para que se vea más claramente el contraste, los normalizamos. entre sí y los comparamos con dos gráficos (figuras 2 y 3). Y esto mismo es lo que representamos en la tabla 4.

Tabla 4
Resultados comparados con el trabajo de Mellado et al. (2016), normalizados

Elaboración propia

Desde luego, es importante señalar que los autores con cuyo trabajo estamos contrastando el nuestro simplemente consideran el porcentaje de notas de su corpus con presencia de adjetivos calificativos: si de 100 notas se hallan adjetivos en 40, se registra un 40 % en la tabla correspondiente de Mellado et al. (2016, p. 67). Por nuestra parte, no solo hicimos una clasificación pormenori- zada del tipo de adjetivos para computar exclusivamente los subjetivos no inter- sectivos, sino que también —como ya se ha dicho—, numeramos y consignamos cada uno de estos adjetivos presentes en cada nota, para luego anotar porcentual- mente la cantidad de adjetivos sobre el total de palabras. De allí la notoria dife- rencia numérica de los porcentajes.

La perspectiva que guía nuestra tarea es que, más que la clase general de los calificativos, es el tipo específico de adjetivos presentes lo que revela la intervención de la subjetividad en los discursos. Para decirlo de otro modo, no es la presencia cruda de adjetivos cali- ficativos —como en la iglesia redonda . el vínculo fuerte— lo que pone de mani- fiesto la subjetividad, sino, antes bien, el empleo de adjetivos con carga subjetiva más ideológica, como es el caso de natu- raleza dudosa . panorama desolador.

A este análisis más cuantitativo debe agregarse uno más cualitativo. De hecho, en algunos casos, cantidad e intensidad de la carga subjetiva parecen correlacio- narse: los medios de nuestro corpus que proyectan más fuertemente la subjetivi- dad desde el punto de vista del contenido léxico —siempre tomando el caso de los adjetivos— son Página 12 de Argentina y La Tercera de Chile. También Clarín, aun- que en menor medida.

11. El perfil de los oradores marca claramente la politización: el fiscal Germán Moldes, un rabioso. adversario del kirchnerismo; el escritor Federico Andahazi, de los pocos intelectuales alineados con el PRO, y Luis Czyzewski, papá de Paola, muerta en el atentado contra la AMIA. (Página 12, 18 de enero del 2017)

12 La neolengua, como forma de con- trolar el pensamiento, está más viva que nunca, esterilizando el mundo de las ideas con odios infames y muros abyec- tos. (Página 12, 26 de enero del 2017)

13 Allí, el áspero mediocampista de Boca, Pablo Pérez, le tiró una patada al mexicano Hernández. (Clarín, 3 de fe- brero del 2017)

14 También dejó novelas y poesías de- liciosas, impregnadas de la más dura crítica de la época, pero también de con- fianza en la especie humana. (Página 12, 2 de enero del 2017)

15 Sin embargo, según la acusación, el verdadero propietario sería Lula, que lo habría recibido a cambio de “favores” he- chos desde el poder a esa constructora, una de las implicadas en la monumen- tal red de corrupción de Petrobras que investiga el juez Moro. (La Tercera, 10 de mayo del 2017)

Calificar a un adversario de rabioso o reputar a ciertos odios de infames y a ciertos muros de abyectos, como ocurre en (11) y (12), y usar una sinestesia para adjetivar a un jugador de fútbol, como en (13), o para describir la literatura, como en (14), no solo patentiza la condición fuertemente pasional de un texto, sino que también revela en él una vocación literaria. Y caracterizar como monumental una red de corrupción, tal cual ocurre. en (15), deja en claro que el texto se pre-senta como manifiestamente personal (esto último acentuado por la posición prenominal que adopta el adjetivo).

De cualquier manera, no son estos los únicos tipos de uso de los adjetivos subjetivos no intersectivos de este cor- pus. En algunos casos, de hecho, hay recurrencia de clichés.

16 La nueva política de Trump provocó airadas protestas en Nueva York, donde anoche mil personas se manifestaron en contra de su política. (Clarín, 26 de enero del 2017)

17 Estremecedor accidente en una práctica de bungee jumping se viraliza en las redes sociales. (La Razón, 24 de abril del 2017)

18 González llegó a presidir el club deportivo de pasado glorioso. (La Tercera, 25 de mayo del 2017)

19 La carrera Últimas Noticias 15K, que se realizó este domingo 4 de junio del 2017, tuvo un duelo emocionante entre los atletas Daniel Muindi de Kenia y Cristian Pacheco del Perú. (El Comercio, 4 de junio del 2017)

En efecto, airadas protestas, estreme- cedor accidente, pasado glorioso o duelo emocionante en (16) hasta (19) no son más que lugares comunes. Usualmente listadas y estigmatizadas por los espe- cialistas, estas frases repetidas suelen ser empleadas como comodines en la escritura periodística, aun cuando, por trilladas, ya se encuentren vacías de contenido.

En otros casos, en fin, el adjetivo subjetivo se utiliza en función de una exposición enfática.

20 La candidata es una ferviente militante de los valores religiosos, muy conservadora y defensora de la educa- ción privada. (La Nación, 3 de febrero del 2017)

21 Ecuador le pone fin al inusual ciclo político de Correa (La Nación, 19 de febrero del 2017)

22 En Caracas, el “plantón”, que los dirigentes opositores aclararon que no será un bloqueo de vías con barricadas, sino una concentración de personas, se realizará en una estratégica autopista de la ciudad, en el este, y en las princi- pales vías de cada estado. (El Comercio, 24 de abril del 2017)

23 Detrás está Guabirá, que suma 20, luego de lograr un heroico empate 3-3. (La Razón, 24 de abril del 2017)

Como se puede constatar de (20) a (23), la ocurrencia del adjetivo en posición pre- nominal o evaluativa parece convocada a enfatizar lo que se habría expresado con el mismo adjetivo pospuesto. Así, una ferviente militante parece más ferviente que una militante ferviente, un inusual ciclo parece más inusual que un ciclo inusual, una estratégica autopista es más estratégica que una autopista estratégica y un heroico empate es más heroico que un empate heroico.

En definitiva, lo que queda en evi- dencia es que, lejos de estar ausente en el discurso periodístico en función de las recomendaciones de la literatura prescriptiva y de los editores en cuanto garantes empresariales de la práctica profesional, los adjetivos no intersecti- vos que hemos llamado aquí subjetivos ocurren y enriquecen —la mayoría de las veces— el texto de la información.

En algún sentido, la ocurrencia de este tipo de adjetivos —seguramente en concurso con otras marcas— cola- bora con la construcción de un texto que palpita y que trasunta humanidad. No se trata del texto aséptico que pudieran producir los robots, sino, más bien, de un texto que deja traslucir en su géne- sis una presencia viva, que razona, pero que también siente.

No solo eso. La ocurrencia de estos adjetivos ofrece al lector una creden- cial patente de la orientación del texto: este revela así su postura ideológica de manera transparente. Ningún texto habla de un rabioso adversario si su con- tenido va a representar a ese adversario positivamente. Ni hablará de un heroico empate si su contenido hace referencia a un partido anodino. En tiempos de cuestionamiento de la credibilidad de los medios, un recurso como este puede ser interpretado en línea con la bús- queda de recomposición del contrato de confianza entre los lectores o usua- rios. y el texto periodístico: los adjetivos actúan como una advertencia que debe ser leída; el texto, también por medio de ellos, expone su orientación.

Conclusión

Beneficiaria del cogito cartesiano, la noción de sujeto constituye un tema de interés actual para diversos campos disciplinares, desde la lingüística hasta la sociología. El sujeto racional al que alude esa noción se instaura como la figura capaz de reproducir en su discurso, a modo de un espejo, la realidad tal y como es, sin distorsiones ni tergi- versaciones, por medio de enunciados que la describen fielmente. Se entiende así que es objetivo lo que pertenece al objeto del pensamiento y subjetivo lo que se asocia con el sujeto pensante. En esa misma línea, la mayoría de las prescripciones relativas a la escritura periodística suelen promover la produc- ción de discursos objetivos y objetar la intervención de la subjetividad. Sin embargo, nuestra hipótesis es que esa concepción queda en entredicho cuando se analizan las producciones concretas de los periodistas.

Para confirmar esta hipótesis, en este trabajo hemos caracterizado y catalogado los adjetivos calificativos subjetivos como no axiológicos, axioló- gicos y afectivos (Kerbrat-Orecchioni, 1986), y como descriptivos o evalua- tivos (Bosque, 1990; Di Tullio, 1997; Giammateo y Albano, 2009), para luego reconocerlos y contabilizarlos en 490 notas informativas escritas aparecidas en diarios online de Argentina, Chile, Ecuador, Perú y Bolivia.

Si se admite que el empleo de adje- tivos constituye una muestra de la presencia de la subjetividad en el texto, la ocurrencia de adjetivos con una alta carga de subjetividad —los axiológicos y los afectivos (Kerbrat-Orecchioni, 1986), que hemos categorizado como subjeti- vos no intersectivos (NGLE, 2009)— en la prensa escrita online pone en evidencia que el rol del periodismo informativo en América Latina no asume la objetividad en los términos definidos por las pres- cripciones tradicionales de este campo disciplinario.

Nuestros resultados muestran, en definitiva, que los productos concretos de la tarea periodística online se distan- cian en este aspecto de las prescripciones habituales. Y la interpretación que res- paldamos se asocia con una visión del periodismo como orientado a cumplir con una misión social, e investido de un compromiso individual con su audien- cia. Una visión, en suma, concordante con un concepto de sujeto ya no defi- nitivamente racional, sino más bien relacional y complejo.

Referencias

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Notas

1 No queremos decir que los periodistas hagan un uso consciente y deliberado de las mar- cas que evidencian la intervención de la subjetividad en el texto. En entrevistas informales con los propios redactores de algunas de las notas que estudiamos, de hecho, hemos registrado que la mayoría de ellos comulgan explícitamente con la ideología que prescribe la objetividad en el periodismo.
2 La semana construida consiste en elegir, por ejemplo, el lunes de la primera semana del pe- ríodo designado, luego el martes de la segunda semana y así consecutivamente hasta cumplir una semana calendario. Este modo de selección permite obtener una muestra aleatoria de la información y establece un rango de selección relativamente considerable (siete semanas) para la conformación de un corpus de análisis del discurso.
3 Además de los diarios argentinos Clarín, La Nación . Página 12 (seleccionados porque representan tres contratos de lectura complementarios: el contrato con un público general, el contrato con un público conservador, el contrato con un público progresista, respectivamente), estudiamos La Tercera de Chile, El Comercio del Perú, El Comercio de Ecuador y La Razón de Bolivia en sus versio- nes online. Estos últimos medios fueron seleccionados por razones de accesibilidad.
4 Los adjetivos relacionales vinculan al sustantivo del que se predica con un cierto ámbito, caracte- rizándolo como miembro de una clase. Normalmente, pueden ser parafraseados por un sintagma preposicional constituido por el sustantivo cuya base léxica se asocia a ese adjetivo (por ejemplo, provincial < de la provincia). Por esta misma condición clasificatoria, no admiten ser determinados por un adverbio de grado (*bastante provincial). Siempre adoptan la posición posnominal (legisla- ción provincial/.provincial legislación). Los adjetivos modales y deícticos, por su parte, cuantifican o ubican deícticamente el sustantivo del que se predican (por ejemplo, mero . próximo). Suelen adoptar la posición prenominal (la mera interrogación, el próximo resultado).
5 Por medio de las declaraciones de las fuentes, es claro que el periodista puede conseguir que se plasme lo que él mismo piensa (Tuchman, 1999, p. 206).
6 En buena medida, los resultados de Mellado et al. (2016) constituyeron el disparador para llevar adelante nuestra investigación. Debe señalarse, de todos modos, que ese trabajo abarca una serie de índices, en tanto que el nuestro se ocupa en esta oportunidad de uno solo.
7 La normalización consiste en tomar como totalidad la suma de los tres resultados y luego di- vidir el círculo en porciones según el porcentaje de ese total que corresponde a cada uno. Esto permite reconocer la magnitud del contraste entre los empleos de adjetivos por parte de los medios seleccionados de estos países.
8 En todos los casos, destacamos en negrita el adjetivo del que hablaremos a continuación.
9 Llamamos usuarios a los lectores en pantalla.


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