Investigación en Educación
Educación y desarrollo social
Yachay achkapkunap wiñaywan
Education and social development
Educação e desenvolvimento social
Educación y desarrollo social
Horizonte de la Ciencia, vol. 8, núm. 14, pp. 113-121, 2018
Universidad Nacional del Centro del Perú
Recepción: 17 Marzo 2017
Corregido: 18 Agosto 2017
Aprobación: 02 Diciembre 2017
Resumen: Educación y desarrollo social permite la reflexión acerca del papel transcendental de la educación en el desarrollo de una sociedad y que en definitiva la calidad de la educación no sólo es responsabilidad del docente, también es responsabilidad política del Estado, así como de las condiciones económicas, sociales y culturales de los pueblos; todo ello se reflejan en los resultados obtenidos en la evaluación internacional, lo cual merece un análisis crítico y toma de decisiones adecuadas de los responsables directos e indirectos del proceso educativo. Para poder formar ciudadanos íntegros y comprometidos con el cambio y responsabilidad social.
Palabras clave: educación de calidad, desarrollo social.
Abstract: Education and social development allows reflection on the transcendental role of education in the development of a society and that ultimately the quality of education is not only the responsibility of the teacher, it is also the political responsibility of the State as well as the economic, Social and cultural rights of peoples; All these are reflected in the results obtained in the international evaluation, which deserves a critical analysis and appropriate decision making of the direct and indirect responsible of the educational process. To be able to form citizens who are whole and committed to change and social responsibility.
Keywords: quality education, social development.
Resumo: A educação e o desenvolvimento social permitem refletir so- educação de qualidade, bre o papel transcendental da educação no desenvolvimento desenvolvimento social. de uma sociedade e que, definitivamente, a qualidade da educação não é apenas responsabilidade do docente, é também responsabilidade política do Estado, bem como das condições econômicas, direitos sociais e culturais dos povos; Tudo isso se revela nos resultados obtidos na avaliação internacional, que merece uma análise crítica e a tomada de decisão adequada pelos responsáveis diretos e indiretos do processo educativo. Para poder formar cidadãos íntegros comprometidos com a mudança e responsabilidade social.
Palavras-chave: educação de qualidade, desenvolvimento social..
Palabras clave Allip yachay, achkakunap wiñaynin
Introducción
Nuestra reflexión crítica constituye un acercamiento a la realidad de la educación en nuestros tiempos y de nuestros pueblos, que de manera consciente y responsable debemos asumir los que tenemos compromiso y vocación en esta digna tarea de ser maestros y maestras para el desarrollo y la transformación de nuestra sociedad.
Una educación con calidad e integridad debe ser la aspiración de los pueblos en estos tiempos de la integración, globalización y modernización de la educación, que tanto demandan nuestras comunidades para su desarrollo. Como asevera Edwards (2015), que una educación de calidad requiere entornos de enseñanza y aprendizaje de calidad y esta se puede medir centrándonos en las tasas de culminación y abandono, de inclusión frente a exclusión, de pertinencia frente a dogma, y la colaboración, la creación de conocimiento y de pensamiento crítico que permite a los/as estudiantes saber dónde encontrar respuestas y formular preguntas.
Sin embargo, nuestro sistema educativo no está respondiendo a las necesidades de los educandos, así como las exigencias y demandas actuales de los padres de familia quienes no son conscientes que juegan un rol fundamental en el logro educativo de sus hijos; pues de los 200 días del calendario escolar los padres de familia se acercan al centro escolar, en 4 ocasiones y es para asistir a festivales, ceremonias a festivales, ceremonias y fiestas cívicas.
Enfatizar en la importancia del impacto de la educación en el desarrollo de la sociedad, el despertar crítico de la educación y el rol del docente generador de cambio y promueva políticas educativas, que deberían plantear mejores estrategias para modelar y fomentar la participación de los padres de familia, de manera que esta pueda contribuir a mejorar el aprendizaje y el rendimiento de niñas y niños sólo así la educación de hoy promoverá cambios profundos en la conciencia del ser humano elevar la calidad de vida y el actuar con compromiso social.
Impacto de la educación en el desarrollo de la sociedad
No hay cambio sin sueño, como no hay sueño sin esperanza. La educación como un proceso para el desarrollo integral del ser humano, tiene un impacto significativo social en la transformación de los pueblos y esta se ve reflejada en la calidad de vida, porque contribuye en el proceso de trasformación, evolución de la conciencia humana. Naturalmente, la educación formal y no formal que se da a través de las instituciones educativas en todos sus niveles, así como en la familia y la sociedad está fuertemente influenciados por factores económicos, políticos y culturales, los que de alguna manera generan diferencias en la calidad de educación que reciben y por ende marcan diferencias en los niveles de vida en cada uno de los pueblos de nuestra sociedad. Por tanto, la situación actual de un pueblo está determinada por la integridad y calidad de la educación que reciben para que puedan gozar o padecer en el quehacer cotidiano de la vida; así también se verá influenciada por los valores que asuman y la actitud reflexiva respecto a su situación actual, como manifiesta Freire (1972, p.17) que todos son actores de su destino así como generadores de cambio y además deben estar convencidos “que sus posibles rumbos de ese proceso son proyectos posibles y, por consiguiente, la concienciación no sólo es conocimiento o reconocimiento, sino opción, decisión, compromiso.”
Nuestra calidad de vida requiere de un compromiso consigo mismo y ello se logra a través de una adecuada educación recibida en las instituciones educativas, donde los actores del proceso educativo asuman su verdadera misión a partir de una visión de la educación para el desarrollo integral de los educandos; por ello es importante comprender que la educación de calidad como manifiesta Farro (2001, p.49) hace referencia a una educación pertinente, que socialmente coadyuve al desarrollo humano de los estudiantes, sus padres, maestros y familia; que a su vez eleve el grado de desarrollo de la sociedad en aras de una mejor calidad de vida de todos los miembros de una nación; pero
…cuando hablamos de calidad educativa también, tenemos que hablar necesariamente de competitividad; es decir, elevar el sentido de competencia y esto es legítimo y adecuado porque si hay una relación de solidaridad también debe haber una relación de competencia y responsabilidad social que estimule el crecimiento y desarrollo humano.
Sabemos también, que “la calidad en educación está íntimamente ligada al tema de la equidad. Todos tienen derecho a una educación de calidad, más aún, se ha señalado que, en la práctica, resulta muy difícil distinguir entre calidad de la educación e igualdad de oportunidades” (OCDE, 1991).
Necesitamos tener una política educativa que termine con las grandes brechas que genera nuestro sistema educativo a través de las instituciones educativas públicas y privadas respecto a las diferencias que existen en el manejo de la disponibilidad del potencial humano y de apoyo: infraestructura, aulas, laboratorios, biblioteca debidamente equipados y tecnología que escasamente ofrecen las instituciones educativas estatales; por ello, es urgente generar la igualdad de oportunidades para recibir un servicio educativo de calidad que permita el desarrollo integral y permanente de los estudiantes, así como también las mismas posibilidades de progreso, desarrollo y las condiciones socio-económicas de los pueblos. Al respecto Caro(2012) menciona que los resultados muestran que las diferencias en rendimiento entre centros educativos públicos y privados pueden atribuirse, principalmente, a la composición socioeconómica del alumnado que se atiende en estos dos grupos de centros educativos.
La generación de cambios en el sistema social organizativo de nuestro país y américa latina es un reto y unir fuerzas docentes, padres, instituciones y ciudadanos comprometidos y sobre todo convencidos que la clave para un futuro mejor, más justo y equitativo, está en una educación pública de calidad.
Fraire (1972) comprendió que la educación pública se impuso de forma violenta al buscar la homogeneidad intentó de educar con una pedagogía bancaria, con la excusa que esto ayudaría a construir una mejor nación. Asimismo plantea una noción intercultural, el respeto a la diversidad y que dentro de esta es posible educar alejándose de una educación autoritaria, pues propuso tener espacios libres para la creación del conocimiento. Mostró preocupación por el alto índice de analfabetismo, donde tuvo una participación activa gracias a una pedagogía con inserción crítica de las personas, creando en ellas conciencia respecto a cómo viven y la forma de actuar con una perspectiva de inclusión social. Según Fukuyama (1995) la democracia educativa surge del esfuerzo consciente del hombre por reflexionar acerca de su situación en la sociedad y crear reglas e instituciones que, de algún modo, vayan de acuerdo con su propia naturaleza esencial. Por lo que, actualmente es inconcebible pensar que educar es la transmisión de información y que sólo la calidad educativa se puede medir a través de una evaluación final en Matemática, Comunicación y Ciencia, como la evaluación tomada en el 2015, ocho países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú y Uruguay) participaron en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés)—una prueba que evaluó lo que los jóvenes de 15 años saben y pueden hacer en matemática, lectura y ciencia en 65 sistemas educativos; dando continuidad a la política educativa que gira alrededor de la evaluación estandarizada, en vez de un desarrollo integral, el cual se le confunde con desarrollo cognitivo, donde los resultados muestran una trillada queja del bajo rendimiento estudiantil con la finalidad de convencer a la sociedad para dar más de lo mismo, lejos de aceptar una educación que permite el desarrollo de la persona a través de todas sus dimensiones (Corporal, social, cognitiva, emocional, estética y espiritual), sin dejar de lado la influencia que ejerce el capital social en la formación y resultados en la educación, pues darle una excesiva atención a estos resultados de pruebas estandarizadas como producto de la eficacia escolar es una visión sesgada, pues si bien es cierto las instituciones educativas pueden mejorar las oportunidades educativas, satisfacer demandas sociales. Para Coleman (1987, p.35) existe otro aliado para mejorar los resultados educativos igualmente importante proviene del entorno más cercano, íntimo al estudiantes y en definitiva es la familia, pues es quien ayuda a moldear las actitudes, el esfuerzo y el concepto del yo de los niños.
Entendemos también que la inteligencia matemática y lingüística pues no define la brillantez de una persona, pues Gardner (2003) define la inteligencia como la capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una cultura, reconoce lo que se sabía intuitivamente; que la brillantez académica no lo es todo. Sin embargo, nuestro sistema educativo está centrado en el enfoque pedagógico socio-cognitivo, dando prioridad el entrenamiento de las habilidades cognitivas y la sociabilización de los educandos, sabiendo que en un currículo por competencias se debe enfatizar la vivencia de un conjunto de experiencias que permita el desarrollo de las capacidades y con ello lograr competencias en los educandos. Tiene razón Vaquero (2009) cuando nos dice que a la hora de desenvolverse en la vida no basta con tener un gran expediente académico. Hay gente de gran capacidad intelectual pero incapaz de, por ejemplo, elegir ya bien a sus amigos; por el contrario, hay gente menos brillante en el colegio que triunfa en el mundo de los negocios o en su vida personal. Triunfar en los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en cada campo se utiliza un tipo de inteligencia distinta. No mejor ni peor, pero sí distinto. El desarrollo de la sociedad depende de su educación, así como las grandes desigualdades que existen en el acceso a la buena educación, ello implica a la vez a las grandes desigualdades en las condiciones de vida de las personas que habitan en los distintos pueblos y comunidades de nuestro país. Como lo manifiesta Machado, directora de la OCDE para América Latina, citada por Herrera (2003), detrás de los bajos resultados arrojados por el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos PISA (Programme for International Student Assessmenten las pruebas de desempeño escolar en América Latina, se asoman dos problemas centrales de la región: la desigualdad social y la creciente diferenciación entre escuelas de públicas y privadas. Mientras la política educativa es indiferente, estas diferencias no se reducirán mientras que el estado garantice una educación de calidad gratuita a la que todos tengan igualdad de oportunidades.
Existe un gran descuido al plantear una política educativa que coadyuve a reducir las brechas de desigualdad creando instituciones educativas de ricos y pobres pese al impacto de la educación en el desarrollo de la sociedad es fuerte, decisivo y determinante; las condiciones en las que se educan las personas y brindan las oportunidades o limitaciones para su desarrollo integral. Tal como asumimos en las instituciones educativas la concepción de la educación, lo concretamos en las aulas, si asumimos una educación mecanicista a través de trasmisión de información académica donde los educandos sólo acumulan información para el examen y obtener un calificativo aprobatorio, termina en ello el mal aprendizaje nada significativo donde no se desarrollan capacidades ni se logran competencias. Bajo esta perspectiva si se busca el desarrollo integral, esta forma de medir la calidad educativa dista mucho de sólo medir que tan bueno es un estudiante bajo estos criterios que plantea PISA, aunque no se desmerece que sea un indicador que da una referencia promedio sobre las capacidades mínimas que debe tener un estudiantes a sus quince años de edad, acaso no nos preguntamos que quizá que dentro de ellos, hay un artista que no tiene que ser bueno en matemática, un empresario que no tiene que disfrutar de la ciencia tanto como el ingeniero ambiental o médico o un excelente artista que no tiene que entender de literatura y dominar los números tanto como los ingenieros, si además pueden sacar buenas notas excelentes, pero no los comparemos porque cada uno de ellos es único e inteligente, lastimosamente la sociedad y muchos docentes aún no comprenden esto y están preocupados por demostrar al mundo que ellos también pueden cambiar a los niños y jóvenes para obtener buenos resultados sin importar que en ese proceso ellos pierdan su identidad y la confianza de creer que son buenos y que siendo ellos pueden cambiar el mundo y ser plenamente felices conquistando sus sueños sobre todo siendo ellos mismos.
Despertar crítico de la educación
La educación permite crear una conciencia crítica, desde la forma de interpretar el mundo, comprender la situación en que viven y actuar sobre él para lograr la transformación social. Pues como manifiesta Freire (1972) el alumno que piensa, se va creando a sí mismo en su interior y crea su pensamiento para transformar el entorno y librarse de la enseñanza tradicional; es formar entonces una conciencia crítica liberadora de un sistema educativo que va generando brechas de desigualdad, donde sólo quien tiene una favorable condición económica puede acceder a una educación de calidad y en algunos casos ni eso, pues no hay quien garantice las condiciones básicas que generen el desarrollo integral y sea una fuente de cambio en servicio de la sociedad con una formación íntegra y ética con responsabilidad social.
Gracias a una educación comprometida con cada uno de los ciudadanos de un pueblo se puede tener acceso a una sociedad abierta, democrática, que genere el diálogo y desarrollo de sus pueblos, esto será posible si se tiene un compromiso político que permita a cada uno apropiarse de su realidad para transformarla en una sociedad más humana.
Es importante reconocernos ser únicos con la capacidad de razonar, generar conocimientos y por consiguiente con potencialidades para conseguir nuestras aspiraciones e ideales con todo lo que conlleva el proceso de la instauración, un estado con igualdad de oportunidades que posibilite buscar un mejor sentido humano y no de poder.
Las instituciones de educación superior tienen esta gran responsabilidad en el desarrollo del pensamiento crítico reflexivo que permita fortalecer el desarrollo de los pueblos, pues la declaración sobre la educación superior en el siglo XXI, elaborada por la conferencia mundial de la (UNESCO, 1998) en París, refuerza dicha posición y expone que: “Las instituciones de educación superior deben formar a los estudiantes para que se conviertan en ciudadanos bien informados y profundamente motivados, provistos de un sentido crítico y capaces de analizar los problemas de la sociedad, buscar soluciones, aplicarlas y asumir responsabilidades sociales”
Bajo esta perspectiva para Marqués (2004) el aprender es una actividad individual, pero también es una actividad social. Cuando las actividades se realizan cooperativamente la inteligencia y las capacidades que se aplican están distribuidas entre todos, los estudiantes aprenden unos de otros, negociando los significados al construir el conocimiento de manera personal a partir de los diversos puntos de vista de los demás (construcción social del conocimiento, con un enfoque dialéctico aceptando diversas verdades y conciliador ante los conflictos). Se desarrolla un aprendizaje significativo, más centrado en la negociación y el debate que en la transmisión, que a menudo trasciende de los muros de los centros. Por tanto, es imperante que los maestros comprometidos con un cambio profundo y sustancial de la realidad de los pueblos, logre generar la construcción de conocimientos desde una mirada crítica de su realidad y forme personas íntegras con esperanza de formar una nueva sociedad.
Gros y Adrián (2004) también consideran que para una educación comp rometida con el cambio necesita de un cambio sustancial en las metodologías tradicionales de enseñanza. El aprendizaje se concibe como el resultado de una construcción activa y social del conocimiento compartida con otros iguales. Las actividades de aprendizaje, por tanto, requieren de permanentes interacciones, de un proceso de diálogo construido entre todos los actores, donde el profesor deja de ser el centro de la actividad para convertirse en un participante más del grupo con funciones de orientación, moderación y liderazgo intelectual. El desarrollo del pensamiento crítico del estudiante no se da de manera espontánea, mucho menos dentro de una sesión de aprendizaje de corte expositiva bajo la visión de un enfoque academicista, donde el docente no activa la percepción sensorial con estrategias básicas como la atención, emoción, organización, novedad y relevancia para poder mediante preguntas abiertas; el generar un dialogo critico apoyan a un trabajo intelectual de análisis, síntesis, colaboración, construcción, de las destrezas mentales y las actitudes que son parte del pensamiento crítico. Lo anterior nos obliga a repensar nuestro rol docente.
Rol del docente generador de cambio
Como educadores debemos brindar la clarificación de las conciencias para que los individuos se asocien, se movilicen, se organicen para transformar el mundo en uno deseable teniendo que formar parte de la solución de los conflictos políticos, sociales y morales, pues enfatiza que los problemas educativos no son sólo producto de actividades pedagógicas. También Freire (1972), nos presenta a una educación como fuente de cambio, pero que este cambio debe darse a partir del respeto a la persona. Educar a cada persona en su contexto como ser única, tener respeto por sus habilidades en busca del desarrollo integral a través de esto lograr una trasformación definitiva que sólo es posible con el amor que brinda al desarrollar las actividades educativas generadoras de cambio, pues se siente comprometido y toma un compromiso con su pueblo.
Para muchos docentes es difícil y complicado dejar la práctica pedagógica tradicional, es como estuvieran atrapados en un ambiente donde las cosas funcionan sólo bajo la perspectiva de un autoritarismo, condicionamiento e imposición; sin embargo, la verdadera esencia de la docencia radica en amar lo que se hace a conciencia, es despertar esa vocación de servicio y contagiarnos con ese sueño de cambiar esta sociedad en caos. Por eso se debe enseñar a leer y escribir con palabras que reflejen la realidad de las personas, así comenzarán a releer y a comprender que estamos en un mundo de desigualdades, que esto debe y puede ser transformado.
Es importante que el docente sea consciente de su rol dentro de la sociedad y la responsabilidad que tiene en su práctica educativa, buscar en sus estudiantes otras competencias, transformar los espacios de aprendizaje, hacer que el estudiante sea participe de su proceso de desarrollo y buscando en ellos el desarrollo de capacidades, el pensamiento crítico, la comunicación, la autonomía y el diálogo.
Es cierto que nadie por si sólo puede lograr objetivos transcendentes, es importante la educación dentro de una política educativa que responda a interés de equidad y desarrollo integral así generar igualdad de oportunidades en una sociedad más justa y humana, así como asevera Freire (1972), si bien " (...) la educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo." Para tener una pedagogía comprometido con el ser humano preocupados no sólo por su desarrollo cognitivo que demanda la sociedad, sino también lograr una sensibilidad humana y social así lograr el mejor acto de crecimiento personal inmerso en una práctica de valores que tanto espera la sociedad para formar un mundo mejor, en esta dimensión se debe entender que: "La educación es un acto de amor, por tanto un acto de valor." Dicho acto de valor requiere de un compromiso del docente con cada uno de sus educandos quienes son generadores de cambio.
Conclusiones
A manera de conclusión podemos afirmar el papel trascendental de la educación en el desarrollo de la sociedad, pero a la vez, la sociedad demanda y exige el tipo de educación que se requiere para la nueva generación, porque de alguna manera las decisiones en las políticas del Estado determina el modelo educativo que se pretende concretizar en las instituciones educativas, donde la responsabilidad no es sólo de los docentes, necesita de un apoyo de padres y demás miembros que formen parte del proceso y responsables de los resultados educativos.
La educación tiene un impacto significativo social en la transformación de los pueblos y esta se ve reflejada en la calidad de vida de las personas. Para ello la educación en las instituciones educativas debe ofrecer al estudiante entornos de enseñanza y aprendizaje de calidad para su realización de todas sus dimensiones humanas.
La integridad y calidad educativa en las instituciones educativas promueve el desarrollo de una conciencia crítica, desde la forma de interpretar el mundo, comprender la situación en que viven y actuar sobre él promoviendo el diálogo y desarrollo de los pueblos de manera sustentable y sostenible, gracias a una educación pública de calidad.
El rol del docente es imprescindible en la formación integral de los educandos, lo cual permite al docente asumir nuevos roles en concordancia a las nuevas demandas educativas de la sociedad actual; siendo el docente generador de cambios profundos en la conciencia del educando y la transformación social.
Referencias bibliográficas
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Notas de autor
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