Introducción

La juventud es una etapa crucial en el devenir del desarrollo humano. Aquí se define la identidad y el logro de inquietudes y esperanzas, en cierta medida la construcción personal del individuo; la importancia que adquiere en la actualidad la comprensión de la adolescencia y la juventud como proceso de autonomización, a pesar del impacto de numerosos problemas que enfrenta, como la desigualdad social, económica y educativa, la situación disfuncional de varias familias, la creciente violencia ocasionada, la inseguridad ciudadana que condiciona el surgimiento en adolescentes y jóvenes, con manifestaciones de conducta antisocial, antiambiental, incluso delictiva, deserción universitaria, son situaciones y problemas que gravitan en el desarrollo psicológico y social de los jóvenes en la sociedad contemporánea, así ¿cuántos jóvenes pueden concluir satisfactoriamente su carrera profesional?

Considerando, los cambios socioculturales y ambientales que atraviesa el país y de manera concreta Huancayo, tiene mucha trascendencia, orientar los esfuerzos científicos hacia el grupo de jóvenes para explicar y entender mejor sus niveles de bienestar subjetivo (BS) o satisfacción con la vida (SV), el apego con la institución (AI) y la existencia de comportamientos antisociales-antiambientales y proambientales (CA-AP), que contribuirían a la adopción de medidas tendentes a “concienciar”, en el marco de la vida universitaria sus comportamientos, su salud psicológica y sus actitudes pro-ambientales o antiambientales presentes y, buscar alternativas futuras, que permitan diseñar programas para que los propios usuarios pueden asumir medidas de autocontrol y mejoramiento de su validad de vida personal, social y ambiental.

¿Cómo se presenta en los jóvenes la satisfacción con la vida, el apego institucional y los comportamientos antisocial-antiambiental y proambientales?

Estudios precedentes confirman aspectos positivos en adolescentes en cuanto al autoconcepto académico favorable, bajo nivel de conductas antisociales, conductas proambientales y apego institucional favorable en Huancayo (Cornejo et al, 2011); y en otro contexto, en niños y adolescentes de Ica, se observó niveles promedio de resiliencia (Cornejo, 2009). Si esto ocurre en dichos grupos, es probable que los universitarios se orienten en dicha dirección.

Hallazgos e ideas de esta naturaleza, son estimulantes para asumir una postura diferente al del malestar (desajustes, trastornos, etc.) por el del desarrollo o del bienestar, que la ciencia ofrece hace dos décadas y, brindar un enfoque desde el “bienestar subjetivo”, de la “felicidad objetiva”, del “optimismo aprendido”, es decir a partir de la psicología positiva (Salanova y López-Zafra, 2011; Laca et al., 2005; Alarcón, 2009) es un alternativa nueva, y en esta investigación, un camino desde una perspectiva psicosocial positiva y pro-ambiental.

En el ámbito nacional y local, se advierte, durante estos últimos años, el incremento de actos antisociales y antiambientales en la población que afectan la calidad de vida (CV) en general de los ciudadanos en los diferentes tramos de edad y en diferentes escenarios, siendo más notorio en adolescentes, pero tampoco escapan los jóvenes, en acciones antisociales y antiambientales.

Las ciudades en Perú, son los espacios donde se advierte la presencia de actos de violencia social como resultado del desarrollo de la urbe, el incremento de la población, los procesos migratorios, la pobreza, la contaminación ambiental, el estrés, la aparición de pandillas, la ola de secuestros, la corrupción, etc., que se da en muchos contextos (Jiménez, 1991; Levy y Anderson, 1980). Estos hechos se asocian con varios factores externos (social, cultural, económico, político, ambiental, educativo, etc.) e internos (características personales) y los medios de comunicación, acentúan estos problemas negativos de la sociedad.

Como parte de la violencia, se encuentra los actos antisociales y conductas delictivas en adolescentes, en esta década, se advierte, el fenómeno del hostigamiento o agresión intimidatoria, o acoso, “bullying” entre escolares (Olweus, 2005).

La presencia de conductas antisociales caracterizadas por robos, provocación de incendios, vandalismo, holgazanería y en general el quebrantamiento de las normas en el hogar y en la escuela, indican pelearse, enojarse, desobedecer, maltratar, hostigar; también implica actos dirigidos contra la propiedad, contra el ambiente. Los que se puso en evidencia en un estudio, que los pobladores de Ica muestran conducta ecológica irresponsable o conducta antiambiental por debajo de la media (Cornejo et al., 2004). Corral-Verdugo et al. (2006) sugieren que los rasgos de la conducta antisocial lo son también de las personas que cometen actos anti-ambientales.

Estos problemas sociales señalados, en alguna medida estarían vinculados con situaciones psicosociales como la percepción, actitudes y rasgos conductuales con un nuevo constructo como es el apego al lugar. Se sabe por los aportes de Amérígo (1995); Aragonés y Amérigo, (1988, 1989); Aragonés et al. (1994), Hidalgo (1998,2000) en la psicología ambiental, es el interés actual que suscita la idea de apego hacia el lugar, la vivienda, la ciudad y la institución universitaria. Por su relevancia temática, es significativo plantear el apego a la institución educativa en general, para asumir desde la perspectiva psicosocial-ambiental.

En España, Fernández - Ballesteros (1994), confirman que la valoración general de la ciudad es moderadamente positiva, más del 55 % de los participantes afirman que les gusta bastante o mucho la ciudad y el 60% se encuentran satisfechos de vivir en ella. En nuestro país, figuran varios estudios, en especial en grupos poblacionales de Huancayo, así Cornejo (1999), presentó dos trabajos, en uno de ellos, indagó la relación entre satisfacción residencial y actitudes ambientales en conjuntos habitacionales de Lima Metropolitana, observó asociación entre las variables estudiadas y verificó en dichos pobladores actitudes proambientales y se sienten satisfechos con las residencias que habitan; y en otro, reportó la ausencia de conducta antisocial-delictiva en adolescentes varones y mujeres de Huancayo y Ayacucho (Cornejo et al.(2001).

Cornejo (2000b) en 06 conjuntos habitacionales de la ciudad de Huancayo en 224 participantes, corrobora los mismos resultados obtenidos en Lima. En otro aporte realizado el mismo año, informó un estudio sobre la estructura de la familia y desajustes psicosociales. En los adolescentes de zona rural y urbana de Huancayo se halló desajustes psicosociales en los factores social, familiar y desarraigo nacional, la variable género y zona geográfica no indican diferencias de las variables analizadas y se observa la presencia de conducta antisocial en el 12% de dichos adolescentes. Cornejo et al. (2004) revelan puntuaciones por debajo de la media de conducta ecológica irresponsable en pobladores de Ica, siendo similar en varones y mujeres.

Para Tarazona (2005) la autoestima, la SV y las condiciones de habitabilidad en adolescentes, donde los varones alcanzaron niveles más altos de SV que las mujeres y las condiciones de habitabilidad fueron mejores en escuelas privadas y peores en la escuela pública.

Cornejo y Pérez (2007), en 500 habitantes de la ciudad de Huancayo reportaron identidad favorable con la ciudad y baja puntuación de percepción de incivilidad. Y, en otro estudio, niveles entre regular y alto de la identidad con la ciudad y percepción de incivilidad en pobladores de la ciudad de Cajamarca (Cornejo et al. 2008). Cornejo (2010), en moradores de vivienda de Ica, halló actitudes proambientales de satisfacción residencial y afecto ambiental por la vivienda.

Cornejo, Pérez y Quispe (2013) estudiaron 1052 adolescentes, varones y mujeres de instituciones educativas de zona rural-urbana de Huancayo y Jauja identificaron BS satisfactorio y altos niveles de metas.

Con base en estos planteamientos, se pretende indagar en jóvenes universitarios de Huancayo, ¿cómo se relaciona los niveles de bienestar subjetivo, el apego a la institución y la presencia de comportamientos antisociales-antiambientales y proambientales en jóvenes universitarios de ciencias de la salud de Huancayo-UNCP?

Formulación del problema

¿Qué relación existe entre los niveles de BS, apego a la institución e indicadores de comportamiento antisocial-antiambiental y proambiental en jóvenes universitarios de ciencias de la educación de Huancayo?

Objetivos de la investigación

General: Describir y analizar las relaciones del BS, apego a la institución y comportamiento antisocial-antiambiental y proambiental en jóvenes de Huancayo.

Específico: Establecer el grado de confiabilidad de tres instrumentos de medida en Huancayo.

Justificación e importancia

La inquietud de indagar el grado de BS o la satisfacción con la vida (SV), el AI y los CA-AP que exhiben en la realidad sociocultural relacionados con variables género y tipo de escuela profesional, etc., sugieren en qué medida ellos son capaces de adoptar dichos tipos de comportamientos por encima de situaciones externas que vulneran sus posibilidades personales en esta etapa de sus vidas. Así, por la dimensión del problema, parece interesante, realizar una investigación de carácter empírico de acuerdo con el paradigma cuantitativo, con el fin de indagar los constructos que exhiben los jóvenes universitarios andinos.

Es relevante el problema en las dimensiones: científica (teórica-metodológica), social y contemporánea. Según el primero, se pretende verificar 3 variables psicosociales y ambientales que poco se relacionaron en la investigación nacional y se intenta establecer los grados de confiabilidad de los instrumentos de medida: desde este punto de vista, incluso tendría una relevancia contemporánea y; desde el punto de vista social, con base en los hallazgos, se sugerirá estrategias de intervención psicosocial, educativa y ambiental.

Marco Teórico

Se revisa los conceptos y planteamientos teóricos asociados con las ideas de BS, AI y CAAP en los jóvenes universitarios.

Bienestar subjetivo

El Diccionario de la Lengua Española (2001) define bienestar como el conjunto de cosas necesarias para vivir bien y/o el estado de la persona en el que se le hace sensible el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica; en tanto que, satisfacción como la razón, acción o modo con que se sosiega o responde enteramente a una queja, sentimiento o razón contraria. Cumplir con los requerimientos establecidos para obtener un resultado con agrado.

La satisfacción, es entendida como una valoración cognitiva personal que realiza una persona de su vida y de los dominios de la misma; atendiendo a la calidad de su vida (CV), a las expectativas y aspiraciones, se basa en los propios criterios de la persona que se realiza de manera favorable (Clemente, Molero y González, 2000).

Yasuko y Watanave (2005), estiman que la satisfacción con la vida es una evaluación cognitiva de la calidad de las experiencias propias y proponen un nuevo planteamiento, la satisfacción es mediada por el sistema homeostático del participante que crea un sentido positivo de bienestar personalizado. En esta investigación se considera la satisfacción personal o el BS como componente de la CV.

El BS o la SV, está constituida por valoraciones de distinto dominios de la vida de las personas, que involucran las propias posibilidades personales, satisfacción con la realidad personal actual, influencia del trabajo o estudio en el desarrollo psicológico personal, las posibilidades de mejora concreta y la satisfacción afectivo y social, además del concepto global con la vida (Clemente et al., 2000).

Desde los presupuestos de la Psicología positiva, el BS, es una orientación que tiene mayor vigencia actual y amplitud en la investigación contemporánea, al extremo de convertirse en un aspecto central de la psicología (Salanova, 2011); de ahí aparecen numerosas explicaciones, así por ejemplo Alarcón (2000, 2009), postula la idea de felicidad como la visión del ser humano en tanto unidad inseparable de lo subjetivo y lo objetivo, lo define como “un estado de satisfacción, más menos duradero, que experimenta subjetivamente el individuo en posesión de un bien deseado “ (p.139), así cataloga la psicología positiva, como un repertorio de fortalezas o potencialidades psíquicas, sean cognitivas, emocionales, afectivas y conativas, que contribuyen a la realización del ser humano.

Un planteamiento novedoso desde una perspectiva social cognitiva, es ofrecido por Bandura (2011), quien sugiere una diferenciación entre la búsqueda de felicidad y la consecución a través de actividades significativas realizadas por los individuos, estima que el bienestar y la satisfacción percibidos se derivan de cómo uno vive la vida, y no tan sólo de buenas experiencia episódicas o transitorias, sino de experiencias desfavorables. La teoría social cognitiva plantea dicho constructo, en términos del compromiso personal con el futuro valioso y la capacidad de asumir todas las medidas necesarias para lograrlo. El nivel de bienestar y la satisfacción, están condicionados por las relaciones sociales y no tan sólo por las condiciones objetivas de vida. Para Bandura, la autosatisfacción y el BS se asocian con las comparaciones que se establecen entre si la vida actual es mejor o peor respecto del pasado y, así mismo, si está comparación es favorable o desfavorable con la vida de otros individuos; en igual medida lo es con las comparaciones de los aspiraciones entre el estatus propio y sus ambiciones vitales.

Por otro lado, de acuerdo con Hidalgo (2000), un idea que se asocia con el presupuesto del bienestar es la noción de apego, que está ligado con patrones de afectos, emociones, sentimientos, creencias, pensamientos, conocimientos, acciones, conductas, etc., dirigidos al lugar, con actores (en el sentido individual, grupal y colectivo), en las relaciones sociales, vínculos y redes sociales, a través del lugar y el tiempo (lineal como pasado, presente y futuro, además de cíclico, con significado y actividades recurrentes) y constituye una visión colindante con el concepto de apropiación del espacio que subyace, de algún modo con la noción de BS.

Se define el concepto de BS, de manera operacional, como los niveles de satisfacción con la vida que se expresa por los puntajes obtenidos en la Escala de bienestar subjetivo (EBS).

Estudios previos

Alarcón (2000), evalúa la felicidad en estudiantes universitarios e indica que la “satisfacción con la vida” y “frecuencia de hábitos positivos” guarda una correlación alta y positiva. Y en otro estudio (2001), en 100 estudiantes universitarios varones y mujeres de 18 a 24 años, aplicó una batería de 171 ítems y una escala de SV, reportó que no existen diferencias significativas entre las puntuaciones medias de felicidad de varones y mujeres, ambos géneros son igualmente felices y las personas casadas más que los solteros. En 2006, diseña la Escala de felicidad de Lima (EFL), una escala factorial para medir la felicidad.

Con base en estudios previos (Espinoza, 2011, Harlem et al, 2009; Linbomirsky et a., 2006), cit. por Espinoza y Tapia (2011) confirman que la identidad colectiva tiene efectos positivos en el BS en un grupo de estudiantes universitarios de Lima, cuyos resultados muestran relaciones moderadas pero significativas entre los distintos componentes de la identidad nacional peruana con el indicador SV, que corresponde al componente cognitivo de BS; de modo específico, el componente de identidad nacional predice el BS y es un atributo más asociado con el mundo identitario de pertenencia, sus resultados reflejan el efecto favorable de la identificación con el Perú en el BS en general, siendo el efecto mayor en el caso del BS.

Cornejo (1997) en jóvenes de Lima y Huancayo confirma conceptos de nacionalismo favorable y la variable zona geográfica no incide en configurar diferencias entre esta variable.

Sánchez y Castro (2000) estudiaron los objetivos vitales y la satisfacción autopercibida en estudiantes universitarios, al menos en ellos la percepción del BPS y la calidad general de vida está más relacionada con el logro actual de los objetivos vitales y las áreas vitales más relacionadas con la satisfacción general con la vida, son la salud física y psicológica. Clemente et al (2000) en participantes de 18 a 65 años demuestran que en los tramos de edad estudiado, la satisfacción de las personas disminuye conforme la edad es mayor.

Yasuko y Watanave (2005), examinaron 106 adultos para medir la satisfacción por la vida personal y por la localidad donde se habita es favorable, sus resultaron fueron congruentes con la teoría homeostática del bienestar.

En Colombia, Cardona y Agudelo (2007) consideran relevante incorporar lo subjetivo, la percepción y la valoración de la propia vida en cada persona como componente fundamental en la valoración individual de la CV. La mayor satisfacción de los pobladores se asocia con las capacidades y habilidades, las menores fueron la situación económica y la seguridad social, no observaron diferencias significativas según sexo en la satisfacción personal con los diferentes aspectos de la vida. En 2008, Montoya y Landero en 140 estudiantes universitarios, hallaron diferencias significativas entre la SV y autoestima en jóvenes de familias monoparentales y biparentales.

Cornejo y Pérez (2011) en jóvenes universitarios de Huancayo presentan índices en el nivel medio de satisfacción personal-nacional e inseguridad ciudadana. Limonero et al. (2012), en 254 estudiantes universitarios verifican altos niveles de bienestar y correlación entre resiliencia y SV, en tanto predictores de satisfacción con la vida y en forma de afrontar las situaciones adversas. Berríos-Martos et al. (2012) en Jaén (España) estudiaron 113 jóvenes cuyos resultados sugieren que la creación, apreciación y uso del humor en el afrontamiento de problemas, predicen el BS, así como el sentido del humor y la inteligencia emocional predicen el bienestar material y subjetivo, Este estudio mostró que el sentido del humor y inteligencia emocional influyen en el BS y aportó pruebas empíricas acerca del efecto diferencial de los componentes del sentido del humor y de la inteligencia en el BS y material.

Chau y Saravia (2014) en 281 universitarios de Lima, hallaron relación positiva entre salud percibida y adaptación universitaria, siendo más significativa en el área personal. En suma, llegaron a evidenciar la relevancia de la habilidad para adaptarse a la vida universitaria y la percepción de salud favorable de los alumnos.

Yamamoto (2015) con un grupo de investigación de la PUCP, presentó un mapa de la felicidad peruana y reportó que uno de los lugares más felices del Perú es el Valle del Mantaro según 3 motivos: a) los huancas tienen equilibrio entre el trabajo y la diversión, b) como cholos power, tienen orgullo, no son acomplejados ni alardean y, c) tiene elevado sentido meritocrático, respeto a las tradiciones, ayudan a vecinos, trabajan mucho y tienen afán de éxito. Cornejo, Pérez y Santiago (2015) en 905 jóvenes de la UNCP y UPLA de Huancayo, verificaron la asociación significativa entre niveles altos de BPS, metas de estudio e identidad institucional favorables.

Carballeira, González y Marrero (2015), analizaron el BS en 346 estudiantes universitarios pertenecientes a dos culturas: colectivista (México) e individualista (España). Los resultados indican que los estudiantes mexicanos puntúan más alto que los españoles en todos los indicadores de BS, para ambas culturas dan mucha importancia a la satisfacción sentimental con la felicidad, además en la predicción del BS global, la satisfacción con la salud para los mexicanos y la satisfacción con el ocio para los españoles. Estos hallazgos apoyan el efecto diferencial de la cultura en el bienestar, y como predictor a través de la satisfacción en ciertos dominios específicos.

Apego al lugar

El significado que tiene el lugar está en razón de las emociones y los afectos dirigidos a estos. El apego al lugar (AL), denominado por Hidalgo (2000), es una asociación afectiva positiva entre el individuo y su ambiente residencial y su característica principal, es la tendencia a permanecer próximo al objeto de apego. Hidalgo, define AL como un tipo de respuesta afectiva o emocional que una persona o animal conforma entre el mismo y un determinado lugar, un nexo que le impulsa permanecer junto a ese lugar en el espacio y en el tiempo y, esta tendencia a lograr y mantener proximidad se basa en el objeto de apego.

Para entender el apego es preciso tener una visión holística, de este modo, el apego está más ligado con patrones de afectos, emociones, sentimientos, creencias, pensamientos, conocimientos, acciones, etc., dirigidos al lugar, con actores (en el sentido individual, grupal y colectivo), en las relaciones sociales, vínculos y redes sociales, a través del lugar y el tiempo (lineal como pasado, presente y futuro, además de cíclico, con significado y actividades recurrentes), constituye una visión colindante con el concepto de apropiación del espacio.

En el análisis del AL domina conceptos que describen el vínculo de las personas con los lugares a partir de la evaluación de sus relaciones afectivas. Su característica más destacada es el vínculo de lograr y mantener cierto grado de proximidad hacia lo que se siente apego, que puede ser la comunidad, el lugar urbano, una vivienda, una institución que conformaría luego la identidad urbana o la entidad social urbana.

A partir de esta noción, es pertinente definir el apego a la institución o apego institucional (AI) educativa en el nivel universitario, como el vinculo entre el estudiante y la institución en la que se forma como profesional en los años de duración del estudio. El apego supone la expresión de emociones-afectos y cogniciones, en suma la identidad con el ambiente dirigido a una institución en tanto lugar físico y social.

Mc Andrew, 1993 (cit. por Amérigo, 1998) distingue 2 tipos de apego:

a) Un individuo con una dependencia genérica del lugar, puede estar satisfecho tanto tiempo en diferentes ubicaciones como esos lugares posean las características adecuadas.

b) La dependencia geográfica del lugar, se refiere a un poderoso apego a un determinado pueblo, barrio, casa muy concreta, siguiendo a Rubinstein describe niveles de la intensidad del apego:

1. Nivel Bajo conocer un lugar y pensar en el sin experimentar ningún sentimiento o recuerdo personal.

2. Apego personalizado, la persona tiene recuerdos del lugar inseparables de su experiencia personal.

3. Apego intenso, cuando los lugares estimulan recuerdos altamente emotivos, es como una ampliación de sí mismo.

4. Nivel intenso de apego, el apego personificado empaña los niveles entre el Yo y el ambiente, para ellos la identidad personal y la identidad del lugar se fusionan en una sola.

Los sentimientos intensos que desencadena el AI, origina consecuencias positivas en los individuos que lo poseen. Los participantes están enraizados y menos motivados a cambiarse de lugar y más satisfechos donde residen o estudian, pero también una desvinculación con el lugar para aquellas personas fuertemente apegadas, puede generar consecuencias negativas. Frieds (1963, cit. por Hidalgo, 1998), encontró que la reubicación forzosa en el 73% de mujeres produjo síntomas físicos como nauseas, depresión, desordenes intestinales y vómitos.

En tanto que, Hidalgo (2000), clasifica dos tipos de apego: una dimensión dipolar, seguro-evitativo y otra de carácter ansioso, que genera 3 estilos de apego:

Apego seguro. Es la forma ideal de apego, se caracteriza por relaciones afectivas, fluidas y espontaneas, sin preocuparse por la dependencia y abandono, las personas que se identifican con este tipo de apego confían en la accesibilidad y disponibilidad de dichos afectos.

Apego evitativo, Se caracteriza por negar la importancia que las personas y ambientes tienen para uno mismo, que mayormente se expresa en rechazo.

Apego ansioso, Adopta la estrategia contraria, busca incesantemente la intimidad con personas y lugares, desconfiando que sus sentimientos sean recíprocos.

Existen otras formas de apego: infantil, y adulto, que señalan indicios para pensar que tanto el apego adulto (el ser humano establece vínculos afectivos sólidos con personas determinadas a través de la vida), dicho apego se organiza como patrones de pensamientos, memorias, percepción y sentimientos acerca de las relaciones cercanas y sirve de guía para futuras relaciones interpersonales significativas (Garrido et al., 2009), como el apego al lugar, pudiendo ser clasificado en 2 tipos: una representada por los polos seguro - evitativo y otro de carácter ansioso. Se comprobó que el ámbito de apego para las personas, es primero la casa, seguido por la ciudad y en último lugar, el barrio (apego a la vivienda, apego a la ciudad, apego al barrio). El AI se dirige tanto hacia la dimensión social de los lugares como también a los componentes físicos del lugar (Hidalgo, 1998).

Hidalgo (2000), a partir de sus investigaciones, expresa que el estilo de apego seguro al lugar, queda definido como el deseo de permanecer en lugar de apego (casa, ciudad, barrio), pero sin preocuparse excesivamente por alejarse. El AL de estilo ansioso implica un alto nivel de malestar e inquietud cuando la persona se aleja y que solo desaparece cuando vuelve a él y, el AL de estilo evitativo, supone rechazo, evitando permanecer mucho tiempo en su lugar.

Se define, de manera operacional, el concepto de AI como la emoción de agrado que despierta una institución determinada y se expresa por las puntuaciones obtenidas en los factores que mide la nueva Escala de Apego a la Institución (EAI).

Estudios previos

Cornejo, Lazo y Baltazar (2012) presentaron los resultados de una investigación en adolescentes de la ciudad de Huancayo y reportaron la presencia de apego al lugar o apego institucional. Checcllo (2012) en una tesis, informa en trabajadores de salud del Hospital Socorro de Ica, altos niveles de identidad institucional, asociados con bajos niveles de síndrome de burnout y niveles moderados de satisfacción laboral.

Comportamientos antisocial-antiambiental-proambiental

El término antisocial es un adjetivo que significa contrario, opuesto a la sociedad, al orden social, aplicado a personas (RAE, 2011). Es una definición denotativa, que en el campo de la psicología adquiere un significado connotativo, asociado con el concepto de conducta.

El comportamiento antisocial (CAS), descrita líneas arriba, es un factor no expresamente delictiva ni un rasgo de personalidad antisocial (Rodríguez, 2008), que alude a comportamientos característicos como “llamar a la puerta de alguna casa y salir corriendo”, “ensuciar las calles y aceras rompiendo botellas o volcando cubos de basura”, “coger fruta que no es suya de un quiosco, un jardín o huerto”, etc., tal como describe Seisdedos (1995).

El CAS es, a final de cuentas, un tipo de acciones con los que los individuos se apropian o disfrutan de recursos naturales a expensas de otros; robar, defraudar, asesinar, difamar o mentir supone menoscabar el acceso de otro al disfrute de recursos naturales (Corral-Verdugo et al., 2006). En la misma dirección, contaminar o desperdiciar recursos naturales es siempre negativo para otros y también para el depredador. El CAS manifiesta acción egoísta y se opone al altruismo, condición fundamental para el despliegue de actos prosociales y proambientales. Sin embargo, no está muy claro que todas las acciones antiambientales sean producto de la antisocialidad, incluso la conducta preecológica requiere de análisis.

El comportamiento antiambiental (CAM) puede ser definido como la intención de afectar de manera negativa al entorno y, por ende, a la sociedad. En un estudio de Corral Verdugo et al. (2003), manifiestan que sólo las conductas antiambientales que eran sancionadas por la norma social se correlacionaron con la conducta antisocial.

Para este estudio, por un lado, surge la inquietud de explicar la relación entre conducta antisocial y antiambiental y por otro, relacionar estos conceptos con el apego que sienten los participantes por la institución donde habitan gran parte de su vida diaria.

Más adelante, podría ser materia de un examen teórico la naturaleza conceptual de las variables en estudio, pero con todo, aquí se intenta brindar una aproximación operacional para definir conducta antisocial, como los rasgos de conducta agresiva que exhiben los adolescentes y/o jóvenes que son expresados en niveles de comportamiento antisocial y delictivos medidos por la Escala de rasgos de conducta antisocial y actos antiambientales en la versión de Corral-Verdugo et al. (2006).

El comportamiento proambiental (CPA), está asociado con las ideas, emociones-afectos y comportamientos que dirigen las personas hacia el ambiente de manera favorable. El ambiente es catalogado con expresiones axiomáticas, las personas cuidan y conservan el lugar donde habitan, no la maltratan ni destruyen, expresan comportamientos saludables.

Estudios previos

Garín et al. (2013), estudiaron la relación entre actitudes implícitas hacia la violencia, comportamiento antisocial y consumo televisivo, informaron la presencia significativa en varones de conductas antisociales que en mujeres.

Guevara y Rodríguez (2002), en 343 participantes de un universo de 1,600 familias de una población de 8,000 ciudadanos del Estado de Tlaxcala, México, evaluaron las actitudes con respecto a la basura y al servicio de recolección, identificaron actitudes orientadas ambientalmente pero de baja intensidad, No encontraron diferencias significativas según atributos de la población y de las comunidades.

Cornejo, Pérez y Flores (2001) indican que los adolescentes de Huancayo y Ayacucho no presentan conductas antisociales ni delictivas, el autoconcepto académico favorable y las variables sociodemográficas, no son diferenciadoras. En el 2012, Cornejo, Lazo y Baltasar presentaron los resultados de una investigación en adolescentes de la ciudad de Huancayo y reportaron la presencia de apego al lugar y bajos indicadores de conducta antisocial y antiamabiental. Para un conocimiento más exhaustivo, se puede revisar en Cornejo et al. (2012) varios aportes tanto en el ámbito nacional e internacional.

Sánchez et al (2014), analizaron la percepción y conducta ambiental en 471 universitarios de una universidad pública mexicana, cuyos resultados indicaron la existencia de una clara percepción sobre el cambio climático y comportamientos acordes con la problemática ambiental.

Palacios et al. (2015), en una muestra de 7000 jóvenes mexicanos, determinaron la influencia de los factores socioculturales en el comportamiento proambiental. Los resultados indican que la adaptación sociocultural y el colectivismo tienen efecto directo en la conservación ambiental y en las acciones prosociales, e indirecta sobre acciones prosociales para conservar el ambiente.

Hipótesis y variables

Hipótesis general: Los niveles de bienestar subjetivo guardan relación positiva con el apego a la institución y al comportamiento antisocial-antiambiental y proambiental. Siendo, así a mayor nivel de BS, mayor AI y ausencia de CA-A y CP favorable en los jóvenes de la Facultad de Educación.

Estrategia metodológica

Tipo, nivel y diseño de investigación

Investigación correlacional de diseño no experimental, transversal, descriptivo correlacional-comparativo.

Población y muestra

Del universo de 937 estudiantes de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional del Centro del Perú de la ciudad de Huancayo, se tomó toda la población, distribuidos en 07 EAP, integrado por jóvenes varones (293) y mujeres (644), cuya edad fluctúa entre 20 a 30 años, de los ciclos académicos IIº a Xº: Educación inicial (229), Educación física y psicomotricidad (134), Ciencias naturales y ambientales (32), Ciencias matemáticas e Informática (93), Literatura, español y lenguaje (169) y Ciencias sociales, filosofía y relaciones humanas (110).

De acuerdo con los criterios de inclusión, se admitieron todos los jóvenes de 20 a 30 años, de las EAP, y por criterios de exclusión: no formaron parte del grupo investigado, los alumnos menores de 19 años y mayores de 31 años. Figuran mayor porcentaje los alumnos de las: Escuelas de Educación inicial (24.4%), Educación primaria (18.14%), Lengua, literatura y comunicación (18.03%) y Educación física y psicomotricidad (14.30%); y los de menor proporción Ciencias naturales y ambientales.

Instrumentos de recolección de información

Para la recopilación de datos se utilizaron tres instrumentos. Cada instrumento fue sometido a tratamiento estadístico de confiabilidad mediante la prueba alfa de Cronbach para determinar sus consistencias internas.

Escala de satisfacción con la vida (ESV). Es un instrumento traducido por Laca et al. (2005) de la versión de Diener (1908). Contiene 5 ítems, indicadores de bienestar subjetivo.

Escala de apego a la institución (EAI). Es un instrumento diseñado por el primer autor con base en la en una versión de la Escala Apego al Lugar de Hidalgo (2000). Contiene 15 ítems y 15 respuestas. Mide el apego a la institución.

Escala de rasgos de conducta antisocial, actos antiambientales y proambientales. (ERCAA-P). En la versión de Corral-Verdugo et al. (2006). Un instrumento de 27 ítems, mide rasgos de conducta antisocial, conducta antiambiental y proambiental; comprende cinco factores: Tendencia al riesgo, falta de autocontrol, conducta antisocial, conducta antiambiental y conducta proambiental.

Previo al examen cuantitativo de los instrumentos, los ítems se sometieron a un estudio de validación semántica. Los dos primeros, no requirieron cambios en este aspecto; solo el ERCAP-P, en los ítems 1, 2, 14, 16 y 27 demandó ajustes de adaptación. La nueva versión de este instrumento incorpora los siguientes cambios: 1. Tener amigos extremadamente inesperados, 2. Mantenerme en cosas nuevas no imaginables o impredecibles, 14. Tengo problemas para concentrarme, 16. Tengo dificultad para dejar de pensar en algo, 27. Lavo mis dientes sin dejar correr el agua.

Los instrumentos, fueron sometidos a análisis estadístico en una muestra piloto de 50 alumnos de la Facultad de Educación mediante al estadístico alfa de Cronbach. Los resultados cuantitativos indican para cada uno de los instrumentos: Escala de satisfacción con la vida (ESV) de Diener (1908), r = 0,78; Escala de apego a la institución (EAI) de Hidalgo (2000), adaptado por Cornejo (2011-2012), r = 0,76, y Escala de rasgos de conducta antisocial, actos antiambientales y proambientales (ERCAAP-P), r = 0,78.

Técnicas de análisis e interpretación de datos

Para la selección del grupo representativo se utilizó la técnica estadística no probabilística de grupo finito por criterio de juicio para determinar el tamaño de la muestra. Los instrumentos fueron procesados por análisis psicométrico de confiabilidad mediante técnicas de correlación con el estadígrafo alfa de Cronbach. Los tres instrumentos se aplicaron (con la participación de alumnos). Los datos obtenidos, se calificaron e ingresaron en una base de datos para ser evaluados por tratamiento estadístico inferencial a través del estadístico no paramétrico de Spearman al 0.01 y 0.05 de significación estadística, mediante la versión 21 del SPSS.

Resultados

En este capítulo se expone la descripción de los hallazgos empíricos obtenidos según el análisis de los datos cuantitativos. Para probar la hipótesis general se aplicó la prueba estadística indicada que determina la relación entre dos variables en una escala de medición ordinal. Se presentan en forma de tablas, según la correlación de las variables controladas.

Bienestar subjetivo, apego institucional y comportamiento antisocial-antiambiental y proambiental en jóvenes universitarios de educación.

Se verifica las hipótesis: A mayor bienestar subjetivo, mayor apego a la institución y ausencia de comportamiento antisocial-antiambiental, pero proambiental favorable en los jóvenes universitarios de la EAP de Educación.

1. Ho: ρ = 0, No existe relación entre el bienestar subjetivo y el apego institucional

H1: ρ ≠ 0, Si existe relación entre el bienestar subjetivo y el apego institucional

2. Ho: ρ = 0, No existe relación entre el bienestar subjetivo y el comportamiento antisocial-antiambiental y proambiental

H1: ρ ≠ 0, Si existe relación entre el bienestar subjetivo y el comportamiento antisocial-antiambiental y proambiental

3. Ho: ρ = 0, No existe relación entre el apego institucional y el comportamiento antisocial-antiambiental y proambiental

H1: ρ ≠ 0, Si existe relación entre el apego institucional y el comportamiento antisocial-antiambiental y proambiental, Nivel de significancia (α) = 0,05

Por los resultados obtenidos se observa: Para la primera hipótesis, se rechaza la hipótesis nula (valor p= 0 <α = 0,05) por lo tanto, si existe relación positiva entre el BS y AI y en la medida que el nivel de BS aumenta existe mayor AI. Para la segunda hipótesis, se rechaza la hipótesis nula (valor p= 0 <α = 0,05) por lo tanto, sí existe relación negativa entre el BS y la CAS-AB-PA, además si aumenta el nivel de CS hay mayor ausencia de CAS-AM y, Para la tercera hipótesis, se rechaza la hipótesis nula (valor p= 0 <α = 0,05), por lo tanto, si existe relación positiva entre el AI y la CAS_AB-PA, además a mayor AI y ausencia de CAS-AM. Con estas tres contrataciones, es posible verificar la hipótesis general planteada. Esta hipótesis es aceptada.

Discusión

El hecho de evidenciar la asociación positiva entre el BS y AI, era de esperar puesto que los jóvenes universitarios de las 7 Escuelas profesionales de la Facultad de Educación, por la misma naturaleza de la carrera, humanista están más involucrados con ellos mismos y con las demás personas, gozan de un estado de normalidad que les permite disfrutar de la vida y mostrarse satisfechos y encontrarse más identificados con su alma mater, ante la cual perciben y tiene apego institucional, que repercute y repercutirá en su desempeño como estudiantes y futuros profesionales. También se confirma la ausencia de comportamientos antisociales y antiambientales, debido a su praxis personal y socioambiental, ellos fácilmente no son proclives a la expresión de conductas que afectan la integridad personal-social y el ambiente del cual forman parte, por esa razón incluso en ellos es significativo el comportamiento biofílico y actitudes proambientales y conductas ecológicas responsable y saludable.

Una investigación como la que se expone hace alusión al significado de los hallazgos empíricos que permitieron verificar la hipótesis propuesta y explicar su asociación con las ideas teóricas expuestas y los estudios previos reseñados en el contexto nacional e internacional.

Los resultados empíricos en estos jóvenes universitarios del ande, revelan hechos que los identifican como participantes que gozan de BS o satisfacción vital con puntuaciones altas, indicadores de índices altos de felicidad, tal como verificó Yamamoto (2015) en los pobladores de Huancayo, como la ciudad más feliz de Perú.

Los hallazgos señalados en la variable BS o SV, respalda los encontrados por muchos investigadores en los contextos, internacional y nacional (Fernández- Gles, 1999; Tarazona, 2005, Cornejo, Pérez y Quispe, 2013; Alarcón, 2000, 2001; Cornejo, 1995; Yasuko y Watanave, 2005; Limonero et al., 2012; Cornejo, Pérez y Santiago , 2015; Arellano, 2011; Espinoza yTapia, 2011; Mikelsen y Ranella, 2009, y Cornejo y Pérez, 2011); del mismo modo, apoya los estudios de Carballeira et al. (2015) que el BS depende el tipo de cultura, más colectivista como el Valle del Mantaro donde prevalece estilos de vida más societarios orientados a la felicidad y el bienestar social.

En lo concerniente al apego institucional, los 3 escasos estudios nacionales realizados en una población adolescente de Huancayo y Jauja (Cornejo, Lazo & Baltasar, 2012, Cornejo et al., 2011-2012) y en trabajadores de salud de Ica (Checcllo, 2012) apoya la presencia favorable del AI y la teoría sobre el AI.

Los hallazgos sobre el comportamiento antisocial son indicadores de su manifestación en el 10% de adolescentes en Lima (Orellana y García (1996), el 12% de conducta antisocial no difiere en adolescentes de Huancayo y Ayacucho (Cornejo et al., 2000), cuyo rasgo es más significativo en varones (Garin et al., 2013) y la conducta antisocial-antiambiental significativos (Corral-Verdugo, 2006) y la ausencia de conductas antisociales y delictivas en adolescentes de Huancayo e Ica (Cornejo et al., 2001), un indicador significativo de la calidad de vida de dichos grupos.

En cuanto al comportamiento antiambiental, respalda estudios precedentes en los que se hallaron conductas antiambientales por debajo de la media y bajo nivel de incivilidad en adolescentes y jóvenes de Huancayo (Cornejo, 2004; Cornejo & Pérez, 2007; Cornejo et al., 2011), pero percepción de incivilidad por encima del promedio en pobladores de Cajamarca (Cornejo et al., 2008). Hechos que explican también, en el primer caso, el respeto y cuidado por el ambiente, por la ciudad, sus habitantes y sus instituciones.

Varias investigaciones nacionales evidenciaron comportamientos proambientales, afecto por la vivienda en Lima e Ica en pobladores adultos, adolescentes y jóvenes de la zona andina (Cornejo, 1999, 2000b, 2010; Cornejo et al,, 2001, 2011) y el de Sánchez et al., 2014) la percepción del cambio climático y el comportamiento proambiental. No existe duda, que diferentes tramos de edad, de preferencia en la zona andina, muestran comportamiento proambientales, indicadores de simbiosis satisfactoria del comportamiento con el ambiente que les sirve de escenario, en especial los jóvenes universitarios.

La praxis de la investigación empírica confirma los planteamientos teóricos vinculados con el bienestar subjetivo, el apego institucional y los comportamientos antisociales, antiambientales y proambientales y fortalece la perspectiva psicosocial-ambiental positiva, como una de las alternativas promisorias en la investigación científica peruana.

Estudios como el presente, pueden servir de estímulo para que otros investigadores en otros contextos en el Perú, pudieran replicar y realizar otros estudios que se relacione con factores cognitivos (conciencia ambiental) factores psicosociales culturales, valores normas y creencias y dar una nueva mirada en un área que poco se está trabajando

Hoy aparecen nuevos planteamientos sobre la psicología ambiental como las desarrolladas por Puertas y Aguilar (2015), que asumen un punto de vista psicosocial para definir el comportamiento y la actitud ambiental por medio del “nuevo paradigma ecológico”, incluso para explicar la conducta ecológica responsable o comportamiento proambiental, propuesta a la cual nos adscribimos para entender mejor las dimensiones del comportamiento ambiental. Nuestro reconocimiento a los estudiantes de la EAP de Educación de la UNCP por ser partícipes en esta investigación.

En conclusión, Se establece los niveles de confiabilidad de la ES V de Diener (1908) en r = 0,78; de la EAI de Hidalgo (2000), adaptado por Cornejo (2011-2012) en r = 0,76; y de la Escala de rasgos de conducta antisocial, actos antiambientales y proambientales (ERCAAP-P) en r = 0,78.

De los hallazgos empíricos, es posible deducir algunas recomendaciones que pueden tener utilidad para los participantes estudiados y para el desarrollo de la psicología social positiva educativa y ambiental: Se sugiere llevar a cabo investigaciones de replicación en otros contextos del Perú y participantes como niños, adolescente y adultos, con nuevas temáticas y de manera interdisciplinaria. Realizar programas de fortalecimiento de las características favorables del bienestar subjetivo, apego institucional y comportamientos antisociales-antiambientales y proambientales en los jóvenes universitarios.

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Notas de autor