Investigación en Educación
Recepción: 12 Marzo 2016
Aprobación: 16 Mayo 2016
DOI: https://doi.org/10.26490/uncp.horizonteciencia.2016.10.212
Resumen: El estudio describe y compara estadísticamente las conductas sexuales adolescentes de riesgo bajo el modelo multisistémico propuesto por Kotchick B.; Shaffer A. y Forehan R; de la universidad de Georgía (2001). Ellos han propuesto, a par r del análisis de 10 años de literatura académica y científica al respecto, un modelo en el que tres factores serían los que generan influencia en este comportamiento: El auto-sistema; el sistema familiar y el sistema extrafamiliar. Nuestro grupo de investígación ha elaborado una encuesta que apunta a medir conductas sexuales tempranas de riesgo; así como las variables propuestas dentro de los sistemas mencionados. La encuesta ha sido aplicada en poblaciones adolescentes en tercero a quinto de secundaria en zonas urbanas de la provincia de Huancayo, y espacios aledaños. Encontrándose que la mayoría de conductas sexuales de riesgo, en la población adolescente de la provincia de Huancayo y zonas aledañas, alcanzan o sobrepasan, por mucho, el 20 % de incidencia. No todas las variables del modelo sistemático de Georgia tienen una correlación parcial media significa va o mayor (>,05) con respecto a las conductas sexuales de riesgo estudiadas. Algunas de ellas han tenido correlaciones significa vas (positivas y negativas) entre ,025 y ,06. Lo que nos permite determinar variables específicas de estudio posterior.
Palabras clave: estudio sistemático, adolescencia, conductas sexuales de riesgo.
Abstract: The study describes and compares stadistically teenagers risk sexual behavior under the multi-systemic model proposed by Kotchick B.; Shaffer and A. Forehan R; University of Georgia (2001). They have proposed, based on the analysis of 10 years of academic and scientific about it, a model in which three factors would influence those who generate this behavior literature: The selfsystem; the family system and extra-family system. Our research group has developed a survey that aims to measure early sexual risk behaviors; as well as the proposed variables within these systems. The survey has been implemented in adolescent populations in third to fitih high in urban areas of the province of Huancayo, and surrounding areas. Finding most risky sexual behavior in the adolescent population of the province of Huancayo and the surrounding areas, meeting or exceeding by far the 20% incidence. Not all variables of systematic model of Georgia have a significant or greater average par al correla on (> 05) with respect to risky sexual behaviors studied. Some of them have had significant correla ons (positive and negative) between 025 and 06. Allowing us to determine specific variable further study.
Keywords: systematic study, adolescence, risky sexual behaviors.
Introducción
Siendo la sexualidad, según Instituto de Desarrollo Psicológico (INDEPSI), la actividad física de carácter erótico entre organismos humanos, que propende potencialmente al contacto genital, aceptada voluntariamente y con la capacidad de obtener gratificación y placer conducente a una mutua satisfacción, con ausencia de daño o lesión física y/o psicológica. Tendríamos que las conductas sexuales tempranas de riesgo serian, en principio, aquellas conductas problemáticas del periodo de la adolescencia que amenazan la construcción de esta sexualidad sana.
El siguiente cuadro nos permite observar la multi-dimensionalidad en la que las conductas sexuales de riesgo se producen:

adolescentes
Cortez (2010) investigó sobre el “Acto sexual contranatura en varones menores de edad en Huancayo – Junín”. Llegó a encontrar 71 casos de 552 Certificados Médico Legales realizados en Víctimas de Delito Contra la Libertad Sexual (DCLS). De los 71 casos se encontró que el mayor porcentaje de casos fue entre los 8 a 15 años de edad con un porcentaje de 77,46%.
Chipana, Allauja, Arbizu y Huachos (2010) investigaron sobre los “Conocimientos, actitudes y prácticas sobre derechos sexuales y reproductivos en adolescentes puérperas en el Hospital El Carmen – Huancayo”. Estudiaron a 50 puérperas a las cuales se les aplicó un instrumento compuesto de 20 ítems para evaluar diferentes aspectos sobre métodos anticonceptivos y planificación familiar, y se encontró que el 72% de las puérperas iniciaron sus relaciones sexuales antes de los 15 años.
Modelo multi-sistémico de las conductas sexuales tempranas de riesgo
Al respecto de la carencia de un enfoque sistemático correlacional para el estudio de las conductas sexuales tempranas de riesgo, Kotchick B.; Shaffer A. y Forehan R; de la Universidad de Georgía (2001), mencionan que, a pesar de que el cúmulo de las investigaciones ha acumulado información importante, aún quedan algunos puntos por cubrir. El primero de ellos señala que la literatura académica existente apunta a todos los comportamientos sexuales como problemáticos, dando poca atención empírica al proceso de convertirse en un adulto sexualmente sano; segundo, mucho de los procesos empíricos se han centrado en factores auto-orientados; brindado poca atención a los factores familiares y del contexto. Tercero, a pesar de que las últimas investigaciones han expandido esta atención al incluir factores personales, familias, sociales y culturales que contribuirían a la toma de riesgo sexual adolescente. Se ha hecho poco esfuerzo para integrar en un marco conceptual que simultáneamente considere múltiples sistemas de influencia y a complexidad de sus efectos combinados en la conducta adolescente. Kotchick y otros han propuesto, en consecuencia, un modelo multi-sistémico de las conductas sexuales tempranas de riesgo en tres sistemas:
El auto-sistema, se refiere a la constelación de factores, incluido cualidades, habilidades, conocimientos, actitudes y comportamiento que pertenecen a la persona como individuo y que ejercen una influencia directa o indirecta en la conducta sexual temprana de riesgo. Los autores dividen este sistema en correlatos biológicos, psicológicos y comportamentales.
El sistema familiar que abarca las influencias familiares en la vida sexual adolescente pueden ser divididas en dos categorías primarias: Las variables de la estructura familiar y las variables del proceso familiar. En la estructura familiar, se consideran el vivir con uno o más padres; así como el divorcio de los mismos como correlatos de las conductas sexuales tempranas de riesgo; en tanto el proceso familiar se considera las conductas de imitación bajo el modelo del aprendizaje social, transmisión parental de actitudes de riesgo, la monitorización por parte de los padres, la comunicación parental sobre sexo y la calidad tanto como la percepción de la relación
Y finalmente, el sistema extra-familiar, debido a que los adolescentes que están en medio de desarrollar sus propias identidades y establecer redes sociales más complejas; el punto de referencia por el cual se guían oscila de la familia al medio ambiente social. Se considera en este sistema, la conducta sexual de los pares; o la pertenencia a un grupo social que está envuelto en el uso de alcohol, drogas o delincuencia; como elementos relacionados a prácticas sexuales de alto riesgo. El barrio y la comunidad en la que el adolescente vive también servirían como influencia para los comportamientos de riesgo en los que ella o él se vean envueltos.
Método
El método de investigación elegido fue el no experimental de observación sistémica, el cual está dirigido a modelar el objeto mediante la determinación de sus componentes, así como las relaciones entre ellos. Esas relaciones determinan por un lado la estructura del objeto y por otro su dinámica. Así, buscamos recabar información acerca de las conductas tempranas sexuales de riesgo, así como de las variables mencionadas en el
marco teórico pertenecientes a los sistemas recomendados por el grupo de investigación de la universidad de Georgia; de esta forma, buscamos obtener estadísticos descriptivos consistentes sobre dichas conductas de riesgo, así como, correlaciones y comparaciones de las variables sistémicas con cada una de ellas.
La población estuvo conformada por todos los adolescentes de 12 a 18 años de la provincia de Huancayo que estén cursando el 3ro, 4to y 5to de secundaria. Nos basamos en el documento producido por el INEI: Es maciones y proyecciones de población departamental por años calendario y edades simples 1995-2025; siendo el total 166 636 personas. A un nivel de 95% de confianza, con error máximo de 5% el número muestral brindado por el programa STATS, a partir de la población ya mencionada fue de 1060 personas. En un muestreo probabilístico adecuado los componentes del muestro tienen la misma posibilidad de ser elegidos; por lo que enviamos solicitudes a la mayoría de colegios particulares y estatales, del área rural y estatal, de la provincia de Huancayo. Respondiéndonos afirmativamente 16 centros educa vos listados, en los que se encuestaron un total de 2388 alumnos (M: 15,39 DE: ,098)
Hipótesis general
H1: El índice porcentual de cada conducta sexual de riesgo, evaluada independiente, en los adolescentes, obtendrá un porcentaje no mayor a 20%
Hipótesis específicas
H2: Cada variable del modelo sistemático de Georgia tendrá una correlación parcial media significa va o mayor (>0,05) con respecto a cada una de las conductas sexuales de riesgo estudiadas
H3: el grupo de adolescentes que ya ha mantenido relaciones coitales difiere significativamente (razón F) del grupo de aquellos que aún no las han iniciado, en cuanto a las medias y varianzas de las variables del modelo sistemático de Georgia.
Procedimiento
La técnica de recolección de datos elegida fue la encuesta, por lo que se procedió a la elaboración de un instrumento de medición que recoja información; por una parte, acerca de las conductas sexuales tempranas de riesgo y, por otra parte, información de las variables que tendrían relación causal (bajo el modelo multi-variable de la universidad de Georgia) con dichas conductas. Empleando como pruebas de fiabilidad: chi cuadrada ,000; binomial ,000; alfa de cronbach (interna) ,677.
Análisis de datos
Realizamos la descripción y análisis descriptivo, tanto de las conductas sexuales de riesgo como de las variables del modelo sistémico de Georgia para luego realizar procesos de correlación parcial de dichas variables (Sampieri 2010) con cada una de las conductas sexuales de riesgo, para encontrar aquellas a considerar para cada una de estas.
Finalmente hemos realizado un análisis unidireccional de varianza (ANOVA) (Sampieri 2010) para analizar si ambos grupos, los que han iniciado una vida coital y aquellos que no, difieren significativamente entre sí en cuanto las varianzas y medias obtenidas en cada uno de las variables del modelo sistemático de Georgia
Resultados
Descriptivos de las conductas sexuales de riesgo
Dentro de nuestros resultados de 2388; 508 adolescentes manifestaron haber sostenido relaciones coitales, lo que representa un 21,3%; mientras que 1862 alumnos manifestaron no haber sostenido, a la fecha de la evaluación, relaciones coitales, lo que representa un 78,7% y el mayor porcentaje de los encuestados La media de la edad de inicio coital: 14,4 D.E: 1,373. El porcentaje de personas de género femenino que han sido entrevistadas y que ya ha iniciado actividades coitales es de 9,54%, En contraste, el porcentaje de personas de género masculino es de de 30,72%.
De los encuestados que manifiestan haber sostenido relaciones coitales, 37,6% informan haber hablado, alguna vez, sobre las relaciones sexuales con sus padres antes de llevar a cabo su primera relación; 28,5% informan haber hablado de ese tema con otros familiares y un 33,9 % finalmente manifiesta que en su casa no se habla de ese tema. La desviación estándar (,846) nos muestra que lo “estándar” es que los adolescentes hablen sobre relaciones coitales con sus padres u otros familiares o que no se hable de esos temas en la casa.
De los encuestados que manifiestan haber sostenido relaciones coitales, 83,9% informa haber sostenido voluntariamente su primera relación coital con su enamorado o enamorada, 12,7 % informa haber sostenido voluntariamente su primera relación coital con un amigo, extraño o una prostituta y finalmente, 3,4 % manifiesta haber sido víctima de abuso sexual. La desviación estándar (476,) nos muestra que lo “estándar” es que los adolescentes inicien su vida coital de forma voluntaria y con una pareja sen mental (enamorado o enamorada)
De los encuestados de género masculino 60,8% manifiesta habérselo pedido a su pareja y ella haber aceptado; mientras que 37,3 % manifiesta que alguien se lo pidió y ellos aceptaron. De las encuestadas de género femenino 24,3% manifiestan habérselo pedido a su pareja y el haber aceptado; mientras que 72,1% manifiesta que alguien se lo pidió y ellas aceptaron. Sobre el lugar donde se llevó a cabo su primera relación coital: 162 personas manifestaron que esta se llevó a cabo en una casa, 80 en un hospedaje u hotel; y finalmente 47 personas manifestaron otro lugar.
Del total de encuestados, 33,5% personas manifestaron haber sostenido su primera relación coital debido a sentirse excitado; 61,2% a sentirse enamorado(a); 4,7% por sentirse presionados por su pareja, amigos u otra persona; y 0,6 % debido a necesitar algo material a cambio (celular, ropa, etc.) La desviación estándar (,576) nos muestra que lo “estándar” es que los adolescentes oscilen a motivarse a iniciar sus actividades coitales por sentirse excitados o enamorados. Del total de encuestados, 14,7 % manifestaron haber consumido alcohol o drogas antes de su primera relación coital; mientras que 85,3% no lo hizo. Del total de encuestados que han iniciado actividades coitales; 64,0% manifestaron haber usado un método anticonceptivo durante su primera actividad; en tanto que 36, 0 % manifestaron no haberlo hecho.
Del total de encuestados, 10,3% mencionaron que los primeros que se enteraron que habían sostenido su primera actividad coital fueron sus padres 38, 9% manifestaron que, luego de sostener su primera relación coital, los primeros que se enteraron fueron sus amigos; 40,1%% manifiesta que nadie sabe hasta el momento de la evaluación que ellos han sostenido relaciones coitales.
Del quienes han iniciado actividades coitales, 57,1 % manifiestan haberlas vuelto a mantener y 42,9% manifiestan no haberlo vuelto a hacer. La desviación estándar (495,) nos muestra que lo “estándar” es que los adolescentes continúen teniendo relaciones coitales posterior a su actividad inicial.
El mayor porcentaje de encuestados, 39,8%, mencionó haber tenido solo una pareja coital posterior a su actividad inicial; después los porcentajes van descendiendo de acuerdo a la elevación del número de parejas. Los porcentajes mayores a cinco suman 7,5 % del total de la muestra. La media, es de 2 parejas promedio después de la iniciación coital en el rango de edades de 12 a 18 años. La desviación estándar (1,991) nos muestra que lo “estándar” es que los adolescentes hayan tenido de 1 a 4 parejas coitales en ese rango de edades. Del total de los encuestados, 60,0% cree que deberían haber esperado un poco más antes de iniciar su vida coital; 40,0% cree que el momento fue el apropiado.
Descripción de las variables sistémicas relacionadas a las conductas sexuales tempranas de riesgo

Factor psicológico (actitud hacia el amor): La mayoría y en promedio, los encuestados piensan que una pareja coital debería amarse, conocer y compartir las virtudes y defectos de ambos). La desviación estándar (,485) nos muestra que los adolescentes piensen de esa manera. Con respecto a la higiene y erotismo, en promedio, los adolescentes piensan que basta que un lugar sea cómodo y privado para sostener una relación coital; otro grupo piensa que debe ser en un lugar bonito, con velas, flores, buena música y otros detalles. Finalmente, la mayoría y en promedio, los encuestados piensan que antes de sostener una relación coital, una pareja debería conocerse mínimo un año.
Factor psicológico (grado de conocimiento): Con respecto al rendimiento académico, la mayoría y en promedio, los encuestados piensan que son un alumno promedio. Con respecto al conocimiento de las probabilidades de embarazo en una iniciación coital sin métodos de protección, la mayoría y en promedio, los encuestados piensan que probablemente una mujer quedaría embarazada si esto sucediera. Con respecto a conocimiento de métodos anticonceptivos, la mayoría y en promedio (La desviación estándar (,478)), los encuestados saben lo que son los métodos anticonceptivos y mencionan uno de ellos, siendo el de mayor frecuencia el preservativo). Finalmente, con respecto al conocimiento sobre las ETS, la mayoría y en promedio (desviación estándar (,355)), los encuestados saben lo que son las ETS y mencionan una de ella siendo la de mayor frecuencia el VIH).
Factor psicológico (Autoeficacia): Con respecto a la autoeficacia, la mediana y moda es de 3: la mayoría responde que si una persona insiste mucho para sostener relaciones sexuales, es muy impulsiva y deberían alejarse de ella. En promedio (la media es de 2) los adolescentes opinan que si una persona insiste mucho para sostener relaciones sexuales no le interesa la opinión de su pareja pero puede cambiar. Con respecto al autoestima, la media, la moda y la mediana es 3: en promedio y la mayoría, los adolescentes opinan que si alguien se molesta porque no desean tener relaciones coitales es una estrategia de manipulación. Finalmente, con respecto al autocontrol, la media, la moda y la mediana es 2: en promedio y la mayoría, los adolescentes opinan que si se quedan a solas con el chico o chica que les gusta, se pueden besar y acariciar porque ellos saben controlarse aunque saben del “peligro” pues cualquier cosa puede pasar.
Factor comportamental: Con respecto al consumo de pornografía, la mediana y moda es de 2: la mayoría responde no haberlo hecho. Sin embargo, La desviación estándar es de ,540 este valor sumado a la media nos muestra que lo “estándar” es que los adolescentes oscilen entre el consumo y no consumo de pornografia. Con respecto a la masturbación, la media y moda es 5: la mayoría de los encuestados menciona nunca haberse masturbado. La desviación estándar es de 1,611 este valor sumado a la media nos muestra que lo “estándar” es que los adolescentes oscilen entre nunca haberse masturbado a masturbarse una o dos veces al mes.
Sistema familiar
Con respecto al grado de monitorización parental, la mediana y moda es de 1: la mayoría manifiesta pasar el tiempo libre en casa con sus padres o hermanos; la media es 2: en promedio, los adolescentes encuestados manifiestan pasar el tiempo libre fuera de casa con otras personas. Con respecto al nivel de comunicación, la moda es 1: la mayoría ha respondido que cuando tuvo la espermaquía o menarquía habló con uno de sus padres. Con respecto a la percepción de la figura paterna la moda ha sido 1: La mayoría de los encuestados manifiestan admirar a su padre por ser un ejemplo a seguir, la media ha sido 2: En promedio los adolescentes manifiestan que su padre tienen defectos pero nada grave. Con respecto a la percepción de la figura materna la moda, la mediana y la media ha sido 1: La mayoría y en promedio, los adolescentes manifiestan admirar a su madre por ser un ejemplo a seguir. Con respecto al comportamiento de la figura materna, la moda, la mediana y la media ha sido 1: La mayoría y en promedio, los adolescentes manifiestan el comportamiento de su madre como una persona talentosa, trabajadora e independiente. Finalmente, con respecto a la estructura familiar la moda, la mediana y la media ha sido 1: la mayoría y en promedio, los adolescentes manifiestan que sus padres están casados y viven juntos.
Sistema extra-familiar
Con respecto a frecuentar lugares de pares, la media, mediana y moda es 3: la mayoría y en promedio, manifiesta nunca haber salido a lugares donde se consuma alcohol cigarrillos o drogas. La desviación estándar es de ,607 este valor sumado y restado a la media nos muestra que lo “estándar” es que los adolescentes salgan unas cuantas veces a estos lugares o no hayan salido nunca. Con respecto a la percepción de oportunidades futuras, la media, mediana y moda es 1: la mayoría y en promedio, ene como plan estudiar una carrera universitaria.
Inferenciales
Correlaciones parciales de las variables sistémicas con el inicio de la vida coital: Las correlaciones significa vas a un nivel de 0,05%; y con un grado, por lo menos, de debilidad, son las siguientes: Existe una correlación positiva media entre el consumo de material pornográfico y la actividad coital; ,459 con nivel de significación ,000: A mayor consumo de material pornográfico mayor probabilidad de ejercer actividad coital. Existe una correlación positiva débil entre la práctica de la masturbación y la actividad coital; ,341 con nivel de significación ,000: A mayor práctica de masturbación, mayor probabilidad de ejercer actividad coital. Existe una correlación negativa débil entre la opinión de la frecuencia, con la que debería conocerse una pareja antes de tener una actividad coital, y la actividad coital, -290 con nivel de significación ,000: A menor tiempo que debería conocerse una pareja mayor probabilidad de ejercer actividad coital. Existe una correlación negativa débil entre la opinión sobre el grado de erotismo y la actividad coital; -251 con significación ,000: A menor grado de elaboración eró ca para un encuentro romántico mayor probabilidad de ejercer actividad coital. Existe una correlación negativa media entre la edad de ocurrencia de la espermaquía y la actividad coital; -589 con significación ,000: A menos edad en que ocurre la espermaquía mayor probabilidad de ejercer actividad coital. Existe una correlación positiva media entre la edad de ocurrencia de la menarquía y la ac vidad coital; ,534 con significación ,000: A mayor edad en que ocurre la menarquía mayor probabilidad de ejercer actividad coital. Existe una correlación negativa media entre el grado de comunicación con los padres y la actividad coital; -590 con significación ,000: A menor comunicación con los padres, mayor probabilidad de ejercer actividad coital. Finalmente, existe una correlación positiva débil entre la autoestima experimentada y la actividad coital; 292 con significación 000: A mayor autoestima manifestada mayor probabilidad de ejercer actividad coital.
Correlaciones parciales de las variables sistémicas con el consumo de alcohol o drogas durante la primera actividad coital: Las correlaciones significa vas a un nivel de 0,05%; y con un grado, por lo menos, de debilidad, son las siguientes: Existe una correlación posi va media entre el consumo de material pornográfico y el consumo de alcohol o drogas durante la primera actividad coital; ,496 con nivel de significación ,000: A mayor consumo de material pornográfico mayor probabilidad de consumir alcohol o drogas durante la primera actividad coital. Existe una correlación positiva débil entre la práctica de la masturbación y el consumo de alcohol o drogas durante la primera actividad coital; ,361 con nivel de significación ,000: A mayor práctica de masturbación, mayor probabilidad de consumir alcohol o drogas durante la primera actividad coital. Existe una correlación negativa débil entre la opinión de la frecuencia, con la que debería conocerse una pareja antes de tener una actividad coital, y el consumo de alcohol o drogas durante la primera actividad coital, -356 con nivel de significación ,000: A menor tiempo que se opina debería conocerse una pareja mayor probabilidad de consumir alcohol o drogas durante la primera actividad coital. Existe una correlación negativa débil entre la opinión sobre el grado de erotismo y el consumo de alcohol o drogas durante la primera actividad coital; -301 con significación ,000: A menor grado de elaboración eró ca para un encuentro romántico mayor probabilidad de consumir alcohol o drogas durante la primera actividad coital. Existe una correlación negativa media entre la edad de ocurrencia de la espermaquía y el consumo de alcohol o drogas durante la primera actividad coital; -589 con significación ,000: A menos edad en que ocurre la espermaquía mayor probabilidad de consumir alcohol o drogas durante la primera actividad coital. Existe una correlación positiva media entre la edad de ocurrencia de la menarquía y el consumo de alcohol o drogas durante la primera actividad coital; ,544 con significación ,000: A mayor edad en que ocurre la menarquía mayor probabilidad de consumir alcohol o drogas durante la primera actividad coital. Existe una correlación negativa media entre el grado de comunicación con los padres y el consumo de alcohol o drogas durante la primera actividad coital; -608 con significación ,000: A menor comunicación con los padres, mayor probabilidad de consumir alcohol o drogas durante la primera actividad coital. Existe una correlación positiva débil entre la autoeficacia experimentada y consumir alcohol o drogas durante a primera actividad coital; 353 con significación 000: A mayor autoeficacia manifestada mayor probabilidad de ejercer actividad coital. Existe una correlación positiva débil entre la autoestima experimentada y consumir alcohol o drogas durante la primera actividad coital; ,319 con significación 000: A mayor autoestima manifestada mayor probabilidad de ejercer actividad coital.
Correlaciones parciales de las variables sistémicas con el uso de anticoncep vos durante la primera actividad coital: Las correlaciones significa vas a un nivel de 0,05%; y con un grado, por lo menos, de debilidad, son las siguientes: Existe una correlación positiva media entre el consumo de material pornográfico y el uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital; ,496 con nivel de significación ,000: A mayor consumo de material pornográfico mayor probabilidad de uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital. Existe una correlación positiva débil entre la práctica de la masturbación y el uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital; ,359 con nivel de significación ,000: A mayor práctica de masturbación, mayor probabilidad de uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital. Existe una correlación negativa débil entre la opinión de la frecuencia, con la que debería conocerse una pareja antes de tener una actividad coital, y el uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital, -349 con nivel de significación ,000: A menor tiempo que se opina debería conocerse una pareja mayor probabilidad del uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital. Existe una correlación negativa débil entre la opinión sobre el grado de erotismo y el uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital; -293 con significación ,000: A menor grado de elaboración eró ca para un encuentro romántico mayor probabilidad del uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital. Existe una correlación negativa media entre la edad de ocurrencia de la espermaquía y el uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital; -583 con significación ,000: A menos edad en que ocurre la espermaquía mayor probabilidad de uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital. Existe una correlación positiva media entre la edad de ocurrencia de la menarquía y el uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital; ,548 con significación ,000: A mayor edad en que ocurre la menarquía mayor probabilidad de uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital. Existe una correlación negativa media entre el grado de comunicación con los padres y el uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital; -604 con significación ,000: A menor comunicación con los padres, mayor probabilidad de uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital. Existe una correlación positiva débil entre la autoeficacia experimentada y el uso de preserva vos; 350 con significación 000: A mayor autoeficacia manifestada mayor probabilidad de uso de anticonceptivos. Existe una correlación positiva débil entre la autoestima experimentada y el uso de anticonceptivos durante la primera actividad coital; ,314 con significación 000: A mayor autoestima manifestada mayor probabilidad de uso de preservativos.
Correlaciones parciales de las variables sistémicas con el bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital: Las correlaciones significa vas a un nivel de 0,05%; y con un grado, por lo menos, de debilidad, son las siguientes: Existe una correlación positiva media entre el consumo de material pornográfico y el bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital; ,496 con nivel de significación ,000: A mayor consumo de material pornográfico mayor probabilidad de bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital. Existe una correlación positiva débil entre la práctica de la masturbación y el bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital ,358 con nivel de significación ,000: A mayor práctica de masturbación, mayor probabilidad de bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital. Existe una correlación negativa débil entre la opinión de la frecuencia, con la que debería conocerse una pareja antes de tener una actividad coital, y bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital, -352 con nivel de significación ,000: A menor tiempo que se opina debería conocerse una pareja mayor probabilidad de bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital. Existe una correlación negativa débil entre la opinión sobre el grado de erotismo y el bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital; -297 con significación ,000: A menor grado de elaboración eró ca para un encuentro romántico mayor probabilidad de bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital. Existe una correlación negativa media entre la edad de ocurrencia de la espermaquía y el bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital; -578 con significación ,000: A menos edad en que ocurre la espermaquía mayor probabilidad de bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital. Existe una correlación positiva media entre la edad de ocurrencia de la menarquía y bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital; ,557 con significación ,000: A mayor edad en que ocurre la menarquía mayor probabilidad de bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital. Existe una correlación negativa media entre el grado de comunicación con los padres y el bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital; -606 con significación ,000. A menor comunicación con los padres, mayor probabilidad de bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital. Existe una correlación positiva débil entre la autoeficacia experimentada y el bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital; 350 con significación 000: A mayor autoeficacia manifestada mayor probabilidad de bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital. Existe una correlación positiva débil entre la autoestima experimentada y el bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital; ,317 con significación 000: A mayor autoestima manifestada mayor probabilidad de bajo nivel de comunicación y apertura sobre la primera actividad coital.
Análisis unidireccional de varianza (Anova)
Comparación significa va entre el grupo que ha sostenido actividad coital y el grupo que aún no, según las variables sistémicas
Género: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es muy abultado; (165,327) al realizar la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no; por género, encontramos que en aquellos que aún no han iniciado dichas actividades la distribución por género es casi equitativa (48,9% masculino; 50,9% femenino); en contraste, la distribución en el grupo de aquellos que han iniciado la actividad la distribución es desigual (79,5% masculino; 19,7% femenino). Esto nos quiere decir que hay una desigualdad favorable al género masculino que se puede deber a vergüenza del género femenino por afirmar su iniciación, o por una evidente ventaja o permisividad del género masculino para explorar estas conductas, en desdén del otro género.
Edad de inicio de la espermaquía: Los grupos no difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es mayor a 0,05 y el factor F es muy reducido (1,848); no es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variables
Edad de inicio de la menarquía: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es abultado (13,966); es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variables pues existen diferencias significa vas entre ellos. Al centrar nuestra atención en el porcentaje acumulado podemos encontrar una acumulación más rápida de porcentajes en el grupo de adolescentes que ha iniciado actividad coital (lo que nos permite inferir un inicio más temprano, edad más temprana de menarquía) en comparación con las adolescentes del grupo que aún no ha iniciado actividad coital donde la acumulación se torna más lenta (lo que nos permite inferir un inicio más tardío) Rendimiento académico: Los grupos no difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es mayor a 0,05 y el factor F es muy reducido (0,059); no es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable.
Actitud sobre el amor: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es abultado 323,684; es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variables pues existen diferencias significa vas entre ellos. al realizar la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no; por opinión acerca del tiempo de conocerse antes de sostener una relación coital, encontramos que aquellos que han iniciado actividades coitales y creen que una pareja debería frecuentarse por lo mínimo un año es de 38,6% en comparación a un 76,7% de encuestados que aún no han iniciado su vida coital y tienen la misma creencia. Al otro extremo, el porcentaje de encuestados que ya han iniciado su vida coital y que creen que no importa conocerse es de 12,6% en comparación con un 2,1% de encuestados que aún no han iniciado su vida coital y tienen la misma creencia. Por lo menos en el primer indicador encontramos una gran diferencia que podría responder a que aquellas personas que inician actividades coitales se construyen cognitivamente para incentivarse y auto-motivarse a la ocurrencia de nuevos contactos coitales. Pensar que se debería conocer a alguien por lo menos un año iría en contra de esta búsqueda.
Actitud de higiene y erotismo: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es abultado (159,266); es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variables pues existen diferencias significa vas entre ellos. al realizar la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no, por actitudes de higiene y erotismo, encontramos que el porcentaje de encuestados que ya han iniciado su vida coital y que opinan que una relación sexual debe ser en un lugar bonito, con flores, velas, buena música y otros detalles es de 26,0% en comparación a un 55,1% que aún no han iniciado su vida coital y tienen la misma creencia; al otro extremo, el porcentaje de encuestados que ya han iniciado su vida coital y que opinan que no importa el lugar para sostener una relación sexual es de 15,2% en comparación con un 6,5 % de encuestados que aún no han iniciado su vida coital y que tienen la misma creencia. De forma similar a la variable previa, los adolescentes se construirían cognitivamente para reforzar la recurrencia de actividades coitales aún esto sacrifique el ero smo y la higiene, elementos fundamentales para la salud mental y sica.
Opinión sobre intimidad psicológica: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es abultado (143,360); es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable pues existen diferencias significa vas entre ellos. la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no, por grado de intimidad psicológica, encontramos que el porcentaje de encuestados que ya han iniciado su vida coital y opinan que una pareja sexual debe amarse, compartir y conocer las virtudes y defectos de ambos es de 76,0% en comparación a un 93,2% que aún no han iniciado su vida coital y tienen la misma creencia. Al otro extremo, el porcentaje de iniciados en la vida coital que opinan que una un pareja sexual ni siquiera debe gustarse, sino basta tener ganas de hacerlo es de 4,5% en comparación a un 0.4% que aún no se han iniciado en la vida coital y tienen la misma creencia. Si bien la diferencia no es tan evidente como en los dos casos, el fenómeno que produce esta diferencia vendría a ser el mismo; la actividad coital tendría efectivamente una relación inversa con las variables de actitudes sobre el amor.
Conocimiento de ETS: Los grupos no difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es mayor a 0,05 y el factor F es muy reducido (0,221); no es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable.
Conocimiento sobre métodos anticonceptivos: Los grupos no difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es mayor a 0,05 y el factor F (,097) es muy reducido; no es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable.
Autoeficacia: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es abultado (113,250); es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable pues existen diferencias significa vas entre ellos. Al realizar la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no, por grado de autoeficacia, encontramos que el porcentaje de encuestados que ya han iniciado una vida coital y piensa que si una persona les insiste mucho para sostener relaciones sexuales es porque los (las) quieres de 28, 9% en comparación al 10,6% de personas que aún no han iniciado su vida coital y tienen la misma creencia. Al otro extremo El porcentaje de encuestados que ya han iniciado una vida coital y piensan que si una persona les insiste mucho para sostener relaciones sexuales es muy impulsiva y deberían alejarse de ella es 46,3 % en comparación a 70,7% de personas que aún no han iniciado su vida coital y sostienen la misma creencia. Las personas que ya han iniciado actividades coitales podrían cometer el error de prevenir una disonancia cognitiva dejándole el control de esta decisión a la pareja, en lugar de tomar decisiones autónomas acerca de su sexualidad.
Autoestima: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F (56.515) es abultado es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable pues existen diferencias significa vas entre ellos. Al realizar la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no, por grado de autoestima, encontramos que el porcentaje de encuestados que ya ha iniciado su vida coital y considera que si una persona se molesta porque el o ella no desea sostener relaciones sexuales es porque lo o la quiere es de 20,9% en comparación con un 10,0% de personas que aún no han iniciado su vida coital y sostienen la misma creencia. Al otro extremo, el porcentaje de encuestados que ya ha iniciado su vida coital y considera que si una persona se molesta porque el o ella no desea sostener relaciones sexuales es porque está utilizando una estrategia de manipulación es de 58,5% en comparación con un 76,2% de personas que aún no han iniciado su vida coital y sostienen la misma creencia. Esta diferencia porcentual recaería en el sacrificio del propio valor y estima, del grupo que habría establecido lazos con otra persona a par r, se presume, de la ac vidad coital.
Autocontrol: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 pero el factor F no es abultado (4,737); es posible el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable pero no existirían diferencias significa vas.
Masturbación: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es abultado (38,587); es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable pues existen diferencias significa vas entre ellos. Al realizar la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no, por actividades de masturbación, encontramos que el porcentaje de encuestados que ha iniciado su vida coital y que afirma masturbarse más de 3 veces a la semana es de 6,5% en comparación a 4,1% de personas que aún no han iniciado su vida coital y afirman tener el mismo comportamiento. Al otro extremo, el porcentaje de encuestados que ha iniciado su vida coital y que afirma nunca haberse masturbado es de 27,0% en comparación con un 56,7% de personas que aún no ha iniciado su vida coital y afirma nunca haber realizado dicho comportamiento. Esta diferencia radicaría en que aquellos iniciados en actividades coitales tendrían más apertura para explorar y aceptar actividades de masturbación.
Pornografía: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es abultado (179,333); es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable pues existen diferencias significa vas entre ellos. Al realizar la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no, por consumo de pornografía, encontramos que el porcentaje de encuestados que ha iniciado su vida coital y que afirma ver películas o imágenes pornográficas es de 72,3% en comparación con el 37,7% de personas que aún no ha iniciado su vida coital y que manifiesta tener este comportamiento. En el extremo, el porcentaje de encuestados que ha iniciado su vida coital y afirma no haber visto películas o imágenes pornográficas es de 26,3% en comparación a un 60,9%. Esta diferencia puede responder, al igual que la variable, anterior a la apertura con las que aquellos que han iniciado actividades coitales abordarían este tema; aunque también podrían responder a la estimulación de las imágenes pornográficas como motivación para el inicio coital.
Estructura familiar: Los grupos no difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es mayor a 0,05 y el factor F (0,868) es muy reducido; no es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable.
Monitorización parental: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es abultado (27,614); es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable pues existen diferencias significa vas entre ellos. al realizar la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no, por grado de monitorización parental, encontramos que el porcentaje de encuestados que han dado inicio a su vida coital y que manifiestan pasar la mayor parte de su tiempo libre en casa con padre o hermano es de 46,2% en comparación con 65,2% de personas que aún no han dado inicio a su vida coital y que manifiestan invertir la mayor parte de su tiempo libre de la misma forma; en el extremo, el porcentaje de encuestados que han dado inicio a su vida coital y manifiestan encerrarse en su cuarto para estar solo la mayor parte de su tiempo es de 13,6% en comparación con 14,1% de personas que aún no han dado inicio a su vida coital y que manifiestan invertir la mayor parte de su tiempo libre de la misma forma. La monitorización parental sería una variable externa a considerar.
Calidad y percepción de las relaciones parentales: Los grupos no difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es mayor a 0,05 y el factor F es muy reducido; no es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable.
Frecuentar lugar de venta de alcohol o drogas: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es abultado (211,783); es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable pues existen diferencias significa vas entre ellos. al realizar la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no, por grado de salida a lugares de consumo de alcohol o drogas, encontramos que el porcentaje de encuestados que han dado inicio a su vida coital y que manifiestan salir casi siempre a lugares donde se consume alcohol, cigarrillos o drogas es de 10,4% en comparación a 2,4% de personas que aún no han dado inicio a su vida coital que manifiestan salir a los mismos pos de lugares, al otro extremo, el porcentaje de encuestados que han dado inicio a su vida coital y que manifiestan nunca haber salido a lugares donde se consume alcohol, cigarrillos o drogas es 31,3% en comparación a 65,8% de personas que aún no han dado inicio a su vida coital y que manifiestan nunca haber salido a ese tipo de lugares. El control a la salida hacia estos lugares sería una variable externa a manejar.
Aspiraciones académicas: Los grupos difieren en cuanto sus medias y varianzas; el nivel de significación es menor a 0,05 y el factor F es abultado (36,138); es recomendable el análisis de ambos grupos por separado tomando como punto esta variable pues existen diferencias significa vas entre ellos. Al realizar la comparación entre el grupo de aquellos iniciados en actividades coitales y aquellos que no, aspiraciones académicas, encontramos que el porcentaje de encuestados que ha dado inicio a su vida coital y que desea estudiar una carrera universitaria es de 75,2% en comparación con 88,6% que aún no ha dado inicio a su vida coital y que tienen las mismas aspiraciones; al extremo, el porcentaje de encuestados que ha dado inicio a su vida coital y que no sabe sobre sus aspiraciones es de 1,2% en comparación al 0,5% que aún no han dado inicio a su vida coital y tienen las mismas dudas.
Discusión

La primera hipótesis expuesta fue que el índice porcentual de cada conducta sexual de riesgo, evaluada independiente, en los adolescentes, obtendría un porcentaje no mayor a 20%; a continuación se muestra un resumen de los resultados obtenidos.
En la tabla anterior podemos observar conductas sexuales de riesgo como consumir alcohol o drogas antes de su primera relación coital o ejercer actividades coitales por presión, las cuales no alcanzan el 20 % de incidencia, lo que descarta nuestra hipótesis; sin embargo, podemos concluir que, alternativamente, la mayoría de conductas sexuales de riesgo, en la población adolescente de la provincia de Huancayo y zonas aledañas, alcanzan o sobrepasan el 20 % de incidencia. A con nuación una discusión por cada una de ellas:Actividad coital: Que adolescentes, en promedio de 14 años, en un porcentaje mayor a 20 % ya hayan iniciado actividades coitales, podría discutirse como una conducta de riesgo puesto que esta edad no reflejaría el grado de responsabilidad que conlleva este ejercicio. (Desde el punto de vista legal, y psicosocial)
Actividad coital por género: Que exista una diferencia mayor al 20%, entre los adolescentes y las adolescentes, que en promedio, ya han iniciado actividades coitales. Refleja una clara preferencia hacia el género masculino para la exploración de estas actividades. Preferencia que puede aparecer desde un estereotipo cultural que necesita ser revisado. Se podría interpretar que el género femenino se encuentra “a salvo” de los peligros de una conducta sexual de riesgo; sin embargo, este estudio apunta a la salud sexual antes que a la inhibición del ejercicio sexual. El género femenino debería tener la misma preferencia y oportunidad para comenzar a ser consciente de su sexualidad y ejercerla con libertad y responsabilidad.
Grado de información previa: Si bien el mayor porcentaje de encuestados manifiesta haber hablado con sus padres alguna vez sobre temas relacionados a la vida sexual; aún un número por encima de 20% manifiesta que en su casa no se hablaba de ese tema; si bien el desarrollo de la internet y otros medios de comunicación permite a los jóvenes adquirir información, es importante que estos crezcan sin mitos ni ideas fantasiosas, las mismas que se previenen en el hogar durante los primeros años de crianza, los cuales son irremplazables.
Grado de voluntariedad: Al respecto, si bien el grado de voluntariedad es alto aún es preocupante la presencia de abuso sexual (3,4%) No ha de existir un límite estadístico permitido, categóricamente este fenómeno debería dejar de existir.
Tipo de motivación: Si bien el mayor número de encuestados mencionaron haber sostenido su primera relación coital debido a sentirse enamorados; se ha de precisar que se requiere mayor investigación para analizar el fenómeno del enamoramiento en adolescentes el cual podría confundirse con la excitación, o podría ser una forma de no aceptar la excitación y “disfrazarla” de enamoramiento.
Consumo de alcohol o drogas: Aún se registran altos porcentajes de consumo de alcohol o drogas que podrían haber conllevado a los adolescentes a sostener su primera relación coital de forma involuntaria (14,7%)
Uso de anticonceptivos: Se registran porcentajes muy por encima de 20% de adolescentes que manifiestan no haber utilizado un método anticonceptivo durante su primera relación coital, así como en actividades posteriores. Exponiéndose, de esta manera, a los peligros que esto conlleva
Comunicación: Llama la atención el bajo porcentaje de adolescentes que hablaron con sus padres luego de sostener su primera relación coital (12%) y que sea contárselo a los amigos o simplemente no contarlo, ambos indicadores muy por encima de 20%, las decisiones de retroalimentación y comprensión del fenómeno que acaban de vivir. Malas decisiones si lo que se busca es mejorar esas conductas para evitar riesgos futuros.
Reflexión: El porcentaje de adolescentes, que creen que deberían haber esperado un poco más antes de iniciar su vida coital se encuentra muy por encima de 20 %.
Sobre las hipótesis específicas
Habiéndose probado el alto grado de incidencia de conductas sexuales de riesgo en la población adolescente de Huancayo y zonas aledañas; nos preguntamos sobre las variables con las que se relacionarían. Esperamos entonces que cada variable del modelo sistemático de Georgia tendría una correlación parcial media significa va o mayor (>0,05) con respecto a cada una de las conductas sexuales de riesgo estudiadas. Correlacionamos la información de los adolescentes referida a las variables del modelo sistemático con cuatro conductas de riesgo: La iniciación coital en sí, el consumo previo de alcohol o drogas previo al acto inicial; el no uso de métodos anticonceptivos y el bajo nivel de comunicación y apertura acerca de la propia actividad coital. No continuamos correlacionando las variables con las demás conductas puesto que comenzamos a notar un patrón de variables correlacionadas que a continuación se detalla:
Correlaciones positivas medias:
Consumo de pornografía: A mayor consumo de pornografía, mayor probabilidad de ejercer conductas sexuales de riesgo. Dado que la pornografía es una ficción que aliena la sexualidad de los adolescentes y “genitaliza” sus deseos. Exacerbando el deseo que, bien podría tornarse en ansiedad por consumir el acto coital en si mismo para satisfacer una sed fisiológica, negando la práctica del erotismo que brinda un alimento psicólogo.
Edad ocurrencia menarquía: A mayor la edad de la menarquía, mayor probabilidad de ejercer conductas sexuales de riesgo. Este dato correlacional podría apuntar a observar la relación con las pares de las adolescentes y las interacciones interpersonales que tienen como mediador a este símbolo de “madurez”
Correlaciones positivas débiles:
Masturbación: A mayor conductas de masturbación, mayor probabilidad de ejercer conductas sexuales de riesgo. Este dato podría reforzar ciertas ideas “puritanas”, sin embargo este, así como los dos próximos tienen que ser entendidos, desde el concepto de “encubrimiento”; el adolescente tendería a mostrar una cierta imagen para reforzar su identidad en construcción. Así menciona una conducta de masturbación de fachada, la que sería, realmente, la que se correlacionaría con las conductas sexuales de riesgo. De todas maneras, se requeriría mayor investigación al respecto en próximos estudios.
Autoeficacia: A mayor conductas de autoeficacia, mayor probabilidad de ejercer conductas sexuales de riesgo. Como en el caso anterior, hemos de leer esta correlación de la siguiente manera: A mayor opinión de fachada sobre la propia autoeficacia, mayor probabilidad de ejercer conductas sexuales de riesgo.
Autoestima: Igualmente, a mayor “aparente” autoestima, mayor probabilidad de ejercer conductas sexuales de riesgo. De lo contrario, no se explicaría que, en promedio, los adolescentes puedan reconocer a una persona impulsiva o manipuladora; sin embargo, terminan cometiendo errores ingenuos muy grandes. Pueden manifestar auto-eficacia, autoestima y hasta control de su propia exploración sexual; pero esto no lo garantiza.
Correlaciones negativas media:
Edad ocurrencia de espermaquía: A menor edad en la que ocurra la espermaquía, mayor probabilidad de ejercer conductas sexuales de riesgo. Al igual que el fenómeno de la menarquía; se requieren estudios interpersonales con pares para entender esta posible relación.
Comunicación con los padres: A menor comunicación con los padres, mayor probabilidad de ejercer conductas sexuales de riesgo. Esta variable es clara y contundente con respecto a acciones de prevención
Correlaciones negativas débiles:
Actitud favorable amor (frecuencia): A menor frecuencia de tiempo de conocer a una persona y tener un contacto coital con esta, mayor probabilidad de ejercer una conducta sexual de riesgo. Este dato es importante debido a que la actitud favorable hacia el amor ha sido uno de los elementos dejados de lado a partir del progreso capitalista y de una pseudo- libertad de amar sin preámbulos ni cortejos, tan importantes para fortalecer los lazos de intimidad psicológica.
Actitud favorable amor (erotismo): A menor intención eró ca, mayor probabilidad de ejercer una conducta sexual de riesgo. Este dato nos recuerda que en el plano erótico, el acto coital no es imprescindible. El acto erótico se construye lo que permite prevenir el propio acto amoroso y satisfacer a ambas partes.
Se concluye entonces que si bien, no todas las variables del modelo sistemático de Georgia tendrá una correlación parcial media significa va o mayor (>,05) con respecto a las conductas sexuales de riesgo estudiadas. Algunas de ellas han tenido correlaciones significa vas (positivas y negativas) entre ,025 y ,06.
Finalmente, se ha comprobado que el grupo de adolescentes que ya ha mantenido relaciones coitales difiere significativamente (razón F) del grupo de aquellos que aún no las han iniciado, en cuanto a las medias y varianzas de algunas de las variables del modelo sistemático de Georgia. Esta comparación nos ha permitido entender mejor las correlaciones ya mencionadas y comprender que ambos grupos son diferentes en variables que abarcan cada uno de los sistemas:
Un estudio sistemático de las variables que determinan, sostienen y producen conductas sexuales tempranas de riesgo, es una alterna va adecuada pues, se infiere, que cada población tendrá índices diferentes pero siempre en múltiples sistemas, así se pueden construir perfiles sociales (en poblaciones carcelarias, amas de casa, artistas, cientificos, etc.) según las variables relacionadas a las conductas tempranas sexuales de riesgo y proponer programas específicos en consecuencia
Así concluimos que, en la población adolescente de Huancayo y zonas aledañas, la que hemos estudiado, se haría necesaria la construcción de programas para la ruptura del machismo en relación al ejercicio sexual, la enseñanza del amor en las escuelas secundarias, por supuesto, al objetivar y darle operatividad a dicho constructo (en dimensiones como frecuencia, cuidado del otro, erotismo, etc.) Incluir talleres para incrementar la autoestima y la autoeficacia como método de prevención y no como una fachada. Apertura y naturalización de estos temas de conversación en las escuelas para evitar el consumo de pornografía e introducir al ejercicio sano de la masturbación; generalizar esta apertura a las familias, para incentivar una comunicación preventiva entre los miembros de la misma y establecer programas cognitivo conductuales para mejorar el nivel de monitorización de los padres y el control de salidas a lugares donde se consumiría alcohol. De la misma manera, buscar la asistencia del gobierno para incentivar mayores aspiraciones académicas en los adolescentes.
Conclusiones
Se han descrito las conductas tempranas sexuales de riesgo en índices porcentuales a partir de una muestra conformadas por alumnos de 3, 4 y 5 de secundaria en instituciones educa vas de la ciudad de Huancayo – 2015. Encontrándose que la mayoría de conductas sexuales de riesgo, en la población adolescente de la provincia de Huancayo y zonas aledañas, alcanzan o sobrepasan, por mucho, el 20 % de incidencia. Esto significa que, al 95% de seguridad, de 5 adolescentes que tengan contacto coital, 1 cometerá una conducta sexual de riesgo.
Se han correlacionado dichas conductas con las variables propuestas por el método multi-sistémico de investigación de la universidad de Georgia para las conductas tempranas sexuales de riesgo Se concluye que si bien, no todas las variables del modelo sistemático de Georgia tienen una correlación parcial media significa va o mayor (>,05) con respecto a las conductas sexuales de riesgo estudiadas. Algunas de ellas han tenido correlaciones significa vas (positivas y negativas) entre ,025 y ,06. Lo que nos permite determinar variables específicas de estudio posterior.
Finalmente, se han comparado los resultados de incidencia de dichas variables entre el grupo de aquellos que han iniciado una vida coital y aquello que no. Se ha comprobado que el grupo de adolescentes que ya ha mantenido relaciones coitales difiere significativamente del grupo de aquellos que aún no las han iniciado, en cuanto a las medias y varianzas de muchas de las variables del modelo sistemático de Georgia.
Si bien el modelo de Georgia no nos ha permitido obtener correlaciones muy elevadas, nos ha permitido realizar un diseño sistemático diferencial para la población de estudio. El cual podría servir para posteriores construcciones de programas para la prevención de las conductas sexuales de riesgo en los adolescentes de la región.
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Notas de autor
midua30@hotmail.com