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Paisajiando ando la arquitectura y cultura cafetera
NOVUM, revista de Ciencias Sociales Apliacadas, vol. I, núm. 6, pp. 123-135, 2016
Universidad Nacional de Colombia

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Recepción: 01 Marzo 2016

Aprobación: 30 Octubre 2016

Resumen: El presente artículo tienen como finalidad presentar la experiencia vivencial, de una nueva pedagogía para la enseñanza de temas relacionados con el Patrimonio y con el Paisaje Cultural Cafetero Colombiano Patrimonio de la Humanidad, desarrollada con el apoyo del grupo de investigación en Estudios Regionales: Cultura y Sociedad.

Se espera por medio de éste, mostrar cómo por medio de la sensibilización fuera del aula, el alumno hace parte del proceso en el que se construye conocimiento a partir del relacionamiento y comunicación con otras personas que hacen parte del territorio cafetero declarado.

Palabras clave: Enseñanza, paisaje, patrimonialización, vivencia.

Abstract: The present article have as purpose to present the existential experience, of a new pedagogy for the teaching of related subjects with the Heritage and with the Colombian Coffee Cultural Landscape Heritage of the Humanity, developed with the support of the research group in Regional Studies: Culture and Society.

It is expected by this one, to show how by the sensitization went of the classroom, the pupil is part of the process in which knowledge is built from the communication with people who are part of the declared coffee territory.

Keywords: Teaching, landscape, heritage, experience.




Introducción

A diferencia de la catedra tradicional enfocada hacia la memorización de conceptos emitidos por el profesor como centro del acto pedagógico, los cuales debe repetir el alumno y sobre los que se basa la calificación; se diseña una nueva experiencia pedagógica. Con el apoyo del grupo de investigación Estudios Regionales: Cultura y Sociedad[1] y bajo el título “Paisajiando ando la Arquitectura y Cultura Cafetera”, se crea esta nueva pedagogía basada en la sensibilización, y en la vivencia experiencial por parte del alumno, tomado siempre a este como centro del proceso; y se privilegia el ejercicio práctico vivencial de los participantes bajo una experiencia directa de aprendizaje, no ya en el aula, sino en el espacio mismo del tema, para este caso el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia –PCCC[2]- inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Los paisajes culturales vistos más allá de un área transformada por actividades humanas, empiezan a asumirse como un producto cultural, como sistema de significados que pretende comunicar y reproducir un orden social. Por lo tanto, su conocimiento, interpretación y análisis implican una postura pedagógica que supera estudiar el paisaje para estudiar con el paisaje, y principalmente en el paisaje y desde el paisaje; solo la experiencia sensitiva, vivencial y practica permitirá cumplir este propósito pedagógico que tiene como fin y objetivo, más que la acumulación de un conocimiento, un recuerdo de una vivencia espacio temporal que los geógrafos modernos han sabido llamar “El espacio vivido” (Raffenstein 2011).

El paisaje y su conocimiento, es un proceso que incluye los planos histórico, morfológico, socioeconómico, político y cultural, las relaciones de estos y el análisis de sus transformaciones, de sus percepciones tanto por el visitante como por la población que lo habita. Que el estudiante participe, conozca y practique tres aspectos centrales del PCCC como lo son, la arquitectura, la cultura y gastronomía cafetera; son los propósitos pedagógicos a alcanzar.

Este programa académico se enfoca en entender, valorar y aprender a relacionarse con cada paisaje, tomando como referencia el PCCC. Este paisaje por sus diferentes actividades, usos, costumbres y tradiciones, asociadas al café visto como producto económico y como práctica agro-cultural, constructora de identidad; es una actividad que ha generado, de una parte, impacto en la economía, en los aspectos políticos e históricos de la región, y de otra parte, constituye principalmente el capital social construido alrededor de esta actividad agrocultural. Por lo anterior y gracias a las diversas expresiones culturales características de este paisaje, es que podemos conocer su singularidad y excepcionalidad.

1. Paisaje Cultural Cafetero de Colombia

El PCCC reúne en su zona principal áreas específicas de 47 municipios y 411 veredas y en su área de amortiguamiento, cuatro municipios y 447 veredas de los departamentos de caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca[3], ubicadas en las ramificaciones central y occidental de la cordillera de los Andes. Sobre estos sistemas montañosos se han desarrollado representativas zonas de producción de café que constituyen un conjunto reconocido por sus atributos, las relaciones entre los habitantes y su herencia cultural.

Por sus condiciones de “localización, relieve, clima y suelos, esta región presenta un elevado número de hábitats de interés estratégico para la conservación de la diversidad biológica[4]”. Cuenta con una gran presencia de bosques nativos y corredores biológicos considerados indispensables para la conservación de la biodiversidad mundial. El PCCC puede ser visto como ejemplo de un paisaje centenario agrocultural, cuyo esfuerzo colectivo de varias generaciones de familias campesinas forjo excepcionales instituciones sociales, culturales y productivas, que ha generado al mismo tiempo practicas innovadoras en el manejo de los recursos naturales, en un paisaje de condiciones extremadamente difíciles.

El PCCC, como paisaje cultural productivo y como bien patrimonial agrario, contiene elementos naturales, económicos y culturales caracterizados por un alto grado de homogeneidad expresado en la geografía predominante montañosa y en la forma y función de las plantaciones de café, en donde se articulan la geomorfología y el diseño del paisaje con bienes materiales e inmateriales generados y/o aprovechados por la práctica cafetera a lo largo de la historia reciente. Las comunidades residentes lograron en su interacción con el producto y por su dinámica, crear y conservar una identidad singular, rica en manifestaciones culturales y en representaciones de los distintos niveles estéticos y de memoria colectiva, que lo hacen singular y generador de un capital cultural y social de máxima importancia. Un ejemplo de apoyos comunitarios a nivel municipal, es el acuerdo Nro. 010 17 de julio de 2012, del municipio de Sevilla Valle "Por medio del cual se crea el Comité municipal interinstitucional y cívico de observación, seguimiento y protección al Paisaje Cultural Cafetero, como Patrimonio cultural de la nación y de la humanidad- CIPCC", en él se dice que, la arquitectura de las fincas cafeteras y de la mayor parte de los edificios urbanos ha integrado en su evolución el uso de materiales locales, en particular la especie nativa conocida como guadua angustifolia. El PCCC representa una armoniosa integración del proceso productivo, de la organización social y de la tipología de la vivienda que es única en el mundo y necesaria para el desarrollo de la cultura del café en un área rural tan difícil (Consejo Municipal, Sevilla Valle del Cauca, 2012). Es pues así, el capital social y cultural, el principal valor del PCCC.

Según los criterios de evaluación para declarar un bien de Valor Universal Excepcional, propuestos por la UNESCO mediante su Comité de Patrimonio Mundial; el PCCC fue propuesto bajo los criterios de evaluación V y VI[5], en los cuales se inscribe la justificación de su valor universal. Los cuatro valores que hacen parte de la declaración presentados en el documento de nominación del sitio son:

1. Esfuerzo humano, familiar, generacional e histórico para la producción de un café de excelente calidad, en el marco de un desarrollo sostenible. 2. Cultura cafetera para el mundo. 3. Capital social estratégico construido alrededor de una institucionalidad y 4. Relación entre tradición y tecnología para garantizar la calidad y sostenibilidad del producto (Mincultura, 2011).

Además, son importantes los atributos por medio de los cuales se solicitó y otorgó su valoración, caracterización y que permitieron definir su delimitación, es decir, el área principal y de amortiguamiento[6] (Mincultura, 2011). Los municipios vinculados, sus áreas tanto principales como de amortiguamiento (cuadro 1), permiten conocer la espacialización del PCCC.

Cuadro 1.
Municipios y áreas principales y de amortiguamiento del PCCC

Fuente. Rincón, F (2016) Elaboración propia, con base en Mincultura 2011.

1.1 Principales factores que afectan el bien

Para caracterizar los principales retos en la sostenibilidad de este paisaje, se definieron los siguientes factores: 1. Presiones generadas por el desarrollo[7], 2. Presiones Medioambientales (contaminación de recursos naturales y pérdida de micro-cuencas) 3. Catástrofes naturales y atención de desastres (Gestión del riesgo) y 4. Presiones generadas por el turismo (prácticas de turismo no sostenibles). Lo anterior, da cuenta de la fragilidad, apuesta y reto a que se ve abocado la apropiación, gestión y sostenibilidad del PCCC. A continuación dada la multiplicidad de significaciones del termino paisaje cultural, abordamos dicho concepto.

1.2 Definición de paisaje cultural

El paisaje puede ser conceptualizado bajo diferentes formas, siempre dependiendo de la perspectiva de estudio a la que se refiera, por lo tanto es muy difícil lograr una definición o conceptualización a ser aceptada por todas las profesiones que lo estudian.

El paisaje, más que objeto es un recurso y construcción simbólica. Es una parte del territorio con una carga cultural y de representación, en el que se resaltan sus características propias o carácter. Es por ello que en la vivencia de un paisaje se requiere distinguir los componentes o dimensiones ecosistémica, histórica, sociocultural, económica y de acción política (entendida esta como las relaciones de poder para la toma de decisiones)

Se podría hablar de un “genoma del paisaje”, para su apropiación y el reconocimiento de su singularidad; acción que, frente a la globalización y las visiones hegemónicas o de implantación de un modelo exógeno, permite hablar más específicamente de un “carácter” del paisaje. Entendido como, el que resulta de la percepción y miradas a las formas del territorio, al cual su atribución de valor, estará siempre cargada de imágenes, de filtros culturales y de memorias que evolucionan en el tiempo y en el espacio (Meer Lecha et al, 2013).

Según la legislación colombiana el paisaje cultural hace parte del patrimonio cultural de la nación referido en el artículo 4 de la ley 1185 de 2008[8]; es por ello, que puede incluirse en todos los programas de valoración, caracterización, uso y disfrute del patrimonio nacional. Un paisaje cultural es una parte del territorio, resultado de la acción humana y su influencia sobre factores naturales. El paisaje es el resultado de un proceso histórico natural y cultural de relaciones de una comunidad con un medio ambiente determinado.

Según la UNESCO, se entiende por paisaje cultural el resultado de las actividades humanas en un territorio concreto[9]. Los componentes que lo identifican son:

El sustrato natural (orografía, suelo, vegetación y agua).

Acción humana: modificación y/o alteración de los elementos naturales y constructores para una finalidad concreta.

Actividad productiva: (componente funcional relacionado con la economía, formas de vida, creencias, cultura) (Convención del Patrimonio Mundial 1972).

Según esta convención, los paisajes culturales son bienes culturales y representan las “obras conjuntas del hombre y la naturaleza”

Para el Convenio Europeo del Paisaje del año 2000 (CEP) “todo territorio es paisaje y cada lugar se manifiesta en la especificidad de su paisaje, independiente de su calidad y del aprecio social que merezca”. Paisaje según el convenio es “cualquier parte del territorio, tal como lo percibe la población cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos”[10]. Podríamos anexar el “como lo vive o lo habita” una población determinada puesto que el paisaje obligatoriamente contiene una sociabilidad histórica y una sociabilidad espacial.

El concepto de “huella en la memoria individual y colectiva”, así como el legítimo derecho de construir el paisaje, con coherencia entre el que lo habita y el que lo construye; son aspectos centrales en la concepción y gestión del paisaje (Betancourt, 1999). Es por ello, que se está ante la necesidad de construcción de una nueva perspectiva y de una nueva conceptualización hacia el paisaje agrocultural.

Todo lo anterior, pone en contexto el reto conceptual y metodológico que implica buscar una nueva metodología y pedagogía vivencial, que a la par que aborde estos aspectos teóricos, permita recrearse y vivir de forma experiencial con, en y desde el paisaje el PCCC.

2. Nueva pedagogía paisajística: “Paisajiando Ando”

Experiencia práctica prueba piloto con la Universidad Javeriana de Colombia.


Fotografía 1.
Mosaico salida de campo Universidad Javeriana de Colombia
Fuente. Rincón, F (2015). Fotografía propia.

La nueva metodología y pedagógica paisajística, llamada ‘campus universitario Paisajiando ando la arquitectura y cultura cafetera’; tiene como propósito formar a los asistentes del campus en tres de los componentes básicos que dieron pie a la inscripción en la lista de Patrimonio Mundial al PCCC. Así mismo busca el fortalecimiento a la investigación en paisaje y proponer acciones de fomento a la innovación en ciencia y cultura.

Esta metodología y pedagogía paisajística, de educación no formal pretende propiciar que tanto alumnos como docentes planteen nuevos retos y expectativas para el fomento a la investigación en el PCCC y la promoción de la innovación en el manejo pedagógico y académico; igualmente capacitará mediante una inmersión vivencial y de inserción lúdica hacia la adquisición de destrezas y conocimientos en tres aspectos:

2.1 Arquitectura vernácula

En este componente se formó a través de la experiencia el conocimiento práctico de los patrones y distintivos de la llamada “Arquitectura de colonización antioqueña” desarrollada en la región cuando estos colonos comienzan a expandirse al sur de su territorio natal, generando aspectos como: trazado a los primeros núcleos urbanos, primeras fundaciones y sus patrones, características de la plaza, el templo como elementos principales. La tapia, el bahareque y la teja de barro, los maderables y su influencia, calados, tallas y apliques; el valor del zaguán, patio y corredor; la geografía y los desniveles aprovechados como visuales; tipologías en (“U”, “L”, “Y” y “O”); edificaciones especiales: templos, capillas, hospitales, cementerios, colegios religiosos -Cf. Muñoz, 2010-. La experiencia y conocimiento práctico, se obtuvo con la vivencia de construcción de un muro por parte de los estudiantes y profesores en la técnica de bahareque de tierra macizo.

2.2 Patrimonio gastronómico

Representado fundamentalmente por el tipo de comida típica del PCCC pero también por sus modos de preparación, presentación, colorido y estética. El cultivo y sobre todo la recolección de café ha dado lugar a formas propias de compra, almacenamiento, cocción, presentación y distribución de los alimentos; este legado mantenido por generaciones proviene de la riqueza de las montañas y la destreza de sus pobladores. Otros alimentos como El aguacate, los fríjoles, el plátano son algunos de los ingredientes que caracterizan las preparaciones tradicionales de esta región.

En este módulo se capacitó mediante expertos en la elaboración y cocción de recetas propias del paisaje cafetero (bandeja paisa, sudado, sancocho, fiambre), así como los diferentes arroces y repostería regional. En este sentido la experiencia y conocimiento práctico, se logró con la vivencia de preparación, cocción y consumo de platos típicos regionales.

2.3 Cultura cafetera

La caficultura como sistema de valores preexistentes al sujeto se presenta de manera de una estructura estructurada, un opus operatum, es decir, como un sistema de disposiciones a la práctica que tiene su origen en la adquisición social del individuo. El sujeto por virtud del nacimiento, se vincula al universo social y cultural particular, aprende y aprehende estas estructuras objetivas que son independiente de su conciencia y que son capaces de imponer sus prácticas y representaciones.

(…) El hecho de pertenecer a una familia con tradición cafetera, impone ciertas constricciones expresadas en un conjunto de propiedades comunes, que son incorporadas por el individuo. La homogeneidad del habitus entre los cafeteros de tradición obedece a la homogeneidad de las condiciones de existencia (Velásquez, 2005, p. 85).

El fuerte arraigo de la cultura cafetera y de sus manifestaciones, aún persiste como una importante tradición que data desde la colonización del territorio. Serán presentados personajes como el arriero, el propietario de fonda, los dueños de transporte (jeep – chiva), dueños de cafés o tintiaderos. Los diferentes objetos que hacen parte de la cultura material cafetera[11] y que proporcionan un mayor conocimiento del sentido social y cultural del territorio, de sus hábitos, saberes y recursos, así como de sus formas de valoración y a su vez permiten testimoniar cómo interactúan las diferentes personas con ellos en su cotidianidad. Así el mobiliario, los objetos decorativos, de aseo, ornamentación y de cocina (objetos en plata, cobre, lavamanos, armas, máquinas de moler, vajillas y herramientas) bien sea adquiridos mediante donación, regalos, préstamos o heredados se constituyen en indicadores de límites y hacen referencia a tecnologías usadas para satisfacer las necesidades de este grupo social, visibilizando sus conocimientos y formas de pensar, sus prácticas individuales y sociales. Es decir, su habitus[12].

En este sentido la experiencia y conocimiento práctico, se alcanzó con la vivencia de visitas a varios municipios de la región, fincas y lugares a ser concertados con el grupo de profesores y estudiantes, de acuerdo a la planeación e intereses del grupo.

Conclusión

La construcción de un nuevo modelo pedagógico no pretende ser único, finalizado y repetible en su conjunto, por el contrario se espera que no pierda sus objetivos de practica vivencial de sensibilización en paisaje[13], de absorción a influencias exteriores, de crecimiento en la facultad del sentir y percibir por los sentidos, al margen de la catedra magistral; si desea conservar su propósito de espíritu crítico al concepto de paisaje y su característica de un despertar de interés como componente necesario y positivo de una relación con elementos intangibles como la motivación hacia la percepción, las emociones y las ideas y principalmente un proceso de transición o paso de un estado pasivo, lento y dependiente, hacia un estado diferente, activo, dinámico y de practica individual del estudiante y por supuesto del profesor. En pocas palabras, ir en busca de la sensibilización como la revelación de una realidad no percibida y la adopción de un nuevo punto de vista que permita descubrir nuevas perspectivas cognitivas.

Esta búsqueda pedagógica, ofrece un aporte nuevo y de máxima exigencia comunicacional, pedagógica e interactiva para la formación de investigación en el campo de los paisajes culturales, su arquitectura vernácula, sus componentes culturales y de los aspectos socioeconómicos en la práctica agrícola cafetera.

Referencias

Betancourt Echeverry, D (1999). Memoria individual, memoria colectiva y memoria histórica. Lo secreto y lo escondido en la narración y el recuerdo

Busquets, J. Rubetr, J. (2011) La Sencibilización en Paisaje. Un reto para el siglo XXI. Barcelona, España: Base G comunicación integral, S.L.

Federación Nacional de Cafeteros. (2016). Paisaje cultural cafetero: Excepcional fusión entre naturaleza, cultura y trabajo colectivo. Colombia: Federación Nacional de Cafeteros.

Macía, R. H (s.f.) El patrimonio gastronómico un atractivo turístico en sí mismo. Recuperado el 22 de octubre de 2015, de http://es.slideshare.net/cocinegrita/h2-el-patrimonio-gastronmico-un-atractivo-turstico-en-s-mismo

Maxwell Ilabaca, L (2008) Taller "Paisaje Cultural" Relatoría mesa: ¿Por qué y para qué de las concepciones de paisaje cultural? Recuperado el 15 de octubre de 2014, de http://intranet.manizales.unal.edu.co/modules/ununesco/admin/archivos/conceptosdepaisaje.pdf

Ministerio de Cultura (2011). Paisaje Cultural Cafetero, un paisaje cultural productivo en permanente desarrollo. Bogotá: Nomos Impresores.

Muñoz Robledo, José Fernando (2010) Tipificación de los Sistemas Constructivos Patrimoniales de “Bahareque” en el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia. Manizales, Colombia: Universidad Nacional

Texto básicos de la Convención del Patrimonio Mundial 1972 (2006). Francia: Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Velásquez L., P. (2005). El País de los Paisas: Región, dinámica territorial y cambio socioespacial en los andes centrales de Colombia. Manizales, Colombia: s.n.

Notas

[1] Grupo conformado para el año 2014 por los profesores: Fabio Rincón Cardona. Sandra Bibiana Vargas Gil. Winston Manuel Licona Calpe.
[2] En adelante se utilizara la sigla PCCC para referirse al Paisaje Cultural Cafetero de Colombia.
[3] Ver detalles en Federación Nacional de Cafeteros, 2012
[4] Taller "Paisaje Cultural" Relatoría mesa: ¿Por qué y para qué de las concepciones de paisaje cultural?, 2008.
[5] Criterio V. “Ser un ejemplo destacado de formas tradicionales de asentamiento humano o de utilización de la tierra o del mar, representativas de una cultura (o de varias culturas), o de interacción del hombre con él en- torno, sobre todo cuando éste se ha vuelto vulnerable debido al impacto de cambios irreversibles”. Criterio VI. “Estar directa o materialmente asociado con acontecimientos o tradiciones vivas, ideas, creencias u obras artísticas y literarias que tengan una importancia universal excepcional.”
[6] Para expresar los valores excepcionales y universales del PCC se definieron los siguientes atributos: 1. Café de montaña, 2. Institucionalidad cafetera, 3. Predominancia del café, 4. Cultivo en ladera, 5. Edad de la caficultura, 6. Patrimonio natural, 7. Disponibilidad hídrica, 8. Poblamiento concentrado y estructura de la propiedad fragmentada, 9. Patrimonio urbanístico, 10. Patrimonio arquitectónico, 11. Patrimonio arqueológico, 12. Influencia de la modernización, 13. Tradición histórica en la producción de café, 14. Minifundio cafetero como sistema de propiedad de la tierra, 15. Tecnologías y formas de producción sostenibles en la cadena productiva del café, 16. Cultivos múltiples.
[7] Ciclos de precio y tasas de cambio, por su inestabilidad al ser regidas por factores externos, incrementos en costos de producción, revaluación del peso colombiano; las enfermedades de los cultivos, bajas en la exportación hace que la parcela pequeña sea más vulnerable y tendiente a hacer absorbida por grandes empresarios; bajo relevo generacional de los productores cafeteros (edad promedio 53 años y productos mayores de 60 años 33 %), migración a centros urbanos; Pérdida de saberes y técnicas constructivas tradicionales por cambios drásticos y trasformaciones en edificios de valor patrimonial y Rentabilidad de usos alternos de las edificaciones o turismo no planificado – cambio de vocación de uso de la tierra.
[9] Ver Convención del Patrimonio Mundial, articulo 1 en http://whc.unesco.org/archive/convention-es.pdf
[10] Convenio Europeo del Paisaje en: http://www.cidce.org/pdf/Convenio%20Paisaje.pdf
[11] La antropología considera que “la Cultura material” son objetos, colecciones, sistemas, partes y clasificaciones de objetos. (ver entre otros, Cancino, 1999; Press y Cooper, 2008).
[12] se comparte con Bourdieu (2007) el concepto de habitus como: “Los condicionamientos asociados a una clase particular de condiciones de existencia producen habitus, sistemas de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y organizadores de prácticas y de representaciones que pueden ser objetivamente adaptadas a su meta sin suponer el propósito consciente de ciertos fines ni el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente "reguladas" y "regulares" sin ser para nada el producto de la obediencia a determinadas reglas, y, por todo ello, colectivamente orquestadas sin ser el producto de la acción organizadora de un director de orquesta” (p. 86).
[13] Para más información sobre el proceso de sensibilidad y percepción, ver (Busquets y Rubert, 2011).

Información adicional

Cómo citar este artículo: Rincón, F (2016). Paisajiando ando la arquitectura y cultura cafetera, (6), pp. 123-135.



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