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UN CAMINO, VARIAS SENDAS. LA PRODUCCIÓN CIENTÍFICA EN LA ERA COVID
Eleder Piñeiro Aguiar
Eleder Piñeiro Aguiar
UN CAMINO, VARIAS SENDAS. LA PRODUCCIÓN CIENTÍFICA EN LA ERA COVID
ONE ROAD, SEVERAL PATHS. SCIENTIFIC PRODUCTION IN THE COVID ERA
Revista Chakiñan de Ciencias Sociales y Humanidades, núm. 12, pp. II-V, , 2020
Universidad Nacional de Chimborazo
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Editorial

UN CAMINO, VARIAS SENDAS. LA PRODUCCIÓN CIENTÍFICA EN LA ERA COVID

ONE ROAD, SEVERAL PATHS. SCIENTIFIC PRODUCTION IN THE COVID ERA

Eleder Piñeiro Aguiar
Universidade da Coruña, España
Revista Chakiñan de Ciencias Sociales y Humanidades, núm. 12, pp. II-V, 2020
Universidad Nacional de Chimborazo

El año 2020 será por siempre recordado, como el momento histórico en que toda la humanidad se vio arrojada, en la más pura conceptualización heideggeriana, a un mundo común, caracterizado en este caso, por una pandemia mundial publicitada, compartida, racionalizada y combatida desde diversos lugares, pero bajo un objetivo muy concreto: la supervivencia y la vuelta a una sociabilidad que parece que ya no podrá ser la misma. Supervivencia tanto sanitaria como económica, como si esas dos esferas pudiesen estar separadas. Nunca un hecho social total, como lo expondría Marcel Mauss, fue tan social y tan total.

Para el campo de la ciencia en general, el camino recorrido y por recorrer, nos muestra que no hay atajos en la tan demandada cura: en forma de vacuna, pero también en métodos de diagnóstico, cuidados, detección de síntomas, prevención, etc. Y es así que se habla de mundos complejos en tensión, en forma de experimentos, laboratorios, compañías, universidades, farmacéuticas…Todo ello, además, complejizado en una red global de poder con diferentes intereses, recursos, agentes, estados, empresas y medios de comunicación, entre otros, que disputan la hegemonía del discurso.

En tal sentido, lo que se habla desde la ciencia, pasa por un proceso riguroso, objetivo, neutral, que permite observar por una parte campos en tensión al interior de los diferentes esfuerzos científicos; pero también un accionar común en forma de métodos y caminos a seguir. Quizá nunca en la historia de la humanidad se esperó tanto de la ciencia y nunca se estuvo tan atento al saber experto, relacionado con conceptos tales como contagio, carga vírica, trazabilidad o tantos otros, quizás nunca antes la ciencia fue entendida como esperanza y respuesta a los tiempos de emergencias y deurgencias, que de diferente manera todos los países tratan de combatir con los medios que disponen a su alcance.

¿Y las Ciencias Sociales y las Humanidades?, ¿qué tienen que aportar en lo que se habla?, ¿cómo hablan?, ¿quiénes son sus interlocutores?, ¿cuáles sus mensajes?

Comenzando por una óptica nietzscheana es necesario recordar que: no existen hechos, solo interpretaciones, por tanto, las diversas interpretaciones que se interponen en cuanto a medidas, controles, vigilancias, regulaciones, leyes, normalizaciones y disciplinamientos, entre otros factores, son lugares de especial atención por parte de diversos teóricos sociales, lo que se evidenció desde los primeros días de la pandemia, donde varios autores se hicieron eco de la novedad, publicando en diversos medios.

Las repercusiones en el capitalismo, los cambios en los valores, las formas de socialización, las relaciones de la salud con el campo de la economía, el papel del Estado, lo ecológico como problema, los cuidados ligados al problema del envejecimiento o la precariedad en el empleo a la hora de hacerse cargo de la crisis consecuente al SARS-COVID-19, son algunos de los ejes sobre los que pivotan algunas de las publicaciones recientes, las cuales es de esperar que, si se permite el símil, se viralicen, o en una metáfora más optimista polinicen Revistas, Congresos, Tesis, Departamentos y Universidades.

La humanidad, además, se enfrenta a todo un cúmulo de sentimientos, expectativas, deseos, frustraciones, interacciones y acciones que nos hacen pensar (siempre la reflexión como eje articulador de la ciencia) que la era COVID, en cuanto a lo que nos está haciendo o hará como especie, nos coloca en un nuevo techo humano.

Desde este punto de vista, es necesario profundizar en el análisis e interpretación de aspectos como los posibles cambios de valores que se pueden desarrollar producto de la pandemia, qué formas de solidaridad se vienen dando como respuesta a las carencias de enormes sectores de la población, qué decir acerca del eje reciprocidadegoísmo y si este está sufriendo nuevos dislocamientos, bien hacia un mayor egoísmo, bien hacia nuevas formas de entendimiento grupal.

Y por supuesto, la pandemia nos coloca en una nueva tesitura a la hora de pensarnos como un ser social, que no solo clasifica y tiene la obligación, en discurso sartreano, de ser libre; sino que además el COVID nos interpela a la hora de reflexionar acerca de nuestras categorías sobre la vida y la muerte: a quién y qué salvar, qué dignidad hay en los actos requeridos para combatir la enfermedad, qué tipo de muerte supone el tratar de salvar la vida, a costa de eliminar otra cosa tan humana como la socialización, qué significado le podemos dar a nuestra existencia que se coloca en entredicho, nada más y nada menos, que por parte de un ser que ni tan siquiera es ser, sino un organismo inerte que vive como consecuencia de propagar muerte entre sus huéspedes: nosotros/as.

Momento histórico, único, tiempo-frontera que marca ya, un antes y un después en el progreso humano y lugar del común, en donde las Ciencias Sociales y las Humanidades son más necesarias que nunca y en este sentido, a pesar de que los textos recogidos en el número 12 de Chakiñan, que aquí se edita, no tienen como núcleo central el análisis del COVID en sus consecuencias sociales, sí abordan una serie de temáticas relacionadas con el debate científico en torno a categorías claves para su comprensión y para el avance que la ciencia puede dar a fenómenos complejos como los que nos toca vivir.

En este número figuran varios textos que exponen acerca de la importancia de la comunicación, de la lectura y de la educación como ámbitos propios de lo humano, camino ya marcado por aquel Platón de la República que organizaba una ciudad ideal, donde exponía acerca de las artes y las ciencias que el buen gobernante debe adquirir en cuanto a sus virtudes.

En este sentido, el hecho de que en Chakiñan se publiquen resultados de investigaciones relacionadas con las nuevas competencias digitales, las prácticas lectoras, el análisis de obras clásicas o la importancia del aprendizaje, no deja de situarnos en esos techos humanos que cada vez más se expanden, generando nuevos horizontes en el saber. Además, el lector puede encontrar en este número artículos relacionados con la importancia del grupo y la cultura, aspectos todos en constante construcción y que son claves para comprender no solo el mundo en que vivimos (en cualquier época) y a la gente que nos rodea, sino para comprendernos mejor a nosotros mismos, siguiendo la senda marcada por aquella socrática expresión de conócete a ti mismo.

Pensando, leyendo, reflexionando, visibilizando y ordenando el mundo, es cómo las Ciencias Sociales y las Humanidades han venido haciendo crecer, no solo el campo de la propia academia, sino los desarrollos del saber-poder, desde Foucault ámbitos inseparables, y que será necesario transitar.

Desde esa perspectiva, los libros, lo mismo que los artículos aquí presentados, son armas, herramientas, trincheras desde las que defendernos de lo extraño, del riesgo, de la incertidumbre, de momentos como los que nos ha tocado vivir en estos tiempos, que favorecerán nuestro progreso profesional y cultural para transitar por la vida, recordándonos una vez más lo efímero de nuestra existencia, pero también lo singular y trascendente de nuestras creaciones.

Eleder Piñeiro Aguiar

Miembro del Consejo Editorial

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