DOSSIE

Feminismos negros: debates epistêmicos e desafios políticos

Black Feminisms: Epistemic Debates and Political Challenges

Feminismos negros: debates epistêmicos e desafios políticos

Rosa Campoalegre Septien https://orcid.org/0000-0003-1838-2548 1
Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas - La Habana-Cuba, Cuba

Feminismos negros: debates epistêmicos e desafios políticos

GEOPAUTA, vol. 4, núm. 3, pp. 33-44, 2020

Universidade Estadual do Sudoeste da Bahia

Recepción: 20 Agosto 2020

Aprobación: 28 Septiembre 2020

Resumen: Este artículo centra la atención en los feminismos negros asumidos multidimensionalmente en la diversidad de sus componentes, contextos, contribuciones teóricas, sujetas sociales, plataformas y estrategias de luchas. El objetivo es analizar los debates epistémicos y políticos que protagonizan, de cara a la “Amefricanidad”y sus desafíos actuales.Esboza el posicionamiento de estos feminismos, poniendo en tensión el camino recorrido frente a la invisibilización. Valora la reconfiguración actual del racismo, atravesada por un proceso de movilización social, en construción, y las “deudas de igualdad” con las afrodescedientes . Se replantean los desafios que crean nuevas oportunidades y alternativas de lucha. Así, promueve la tesis de repensar el Decenio Internacional de los pueblos afrodescendientes rescatando el programa de Durban en clave afrofeminista decolonial.

Palabras clave: Feminismos negros, Racismo, Posicionamiento espistémico y políticos.

Abstract: This article focuses on black feminisms assumed multidimensionally in the diversity of their components, contexts, theoretical contributions, social subjects, platforms and strategies of struggles. The objective is to analyze the epistemic and political debates that they lead, in the face of “Amefricanity” and its current challenges. It outlines the positioning of these feminisms, putting in tension the path traveled in the face of invisibility. Values the current reconfiguration of racism, traversed by a process of social mobilization, under construction, and the "debts of equality" with Afro-descendants. The challenges that create new opportunities and alternatives for struggle are reconsidered. Thus, it promotes the thesis of rethinking the International Decade of Afro-descendant peoples, rescuing the Durban program in a decolonial Afro-feminist key.

Keywords: Black feminisms, Racism, Systemic and political positioning.

Resumo: Este artigo enfoca os feminismos negros assumidos multidimensionalmente na diversidade de seus componentes, contextos, contribuições teóricas, sujeitos sociais, plataformas e estratégias de lutas. O objetivo é analisar os debates epistêmicos e políticos que conduzem, diante da “Amefricanidade” e seus desafios atuais. Delineia o posicionamento desses feminismos, tensionando o caminho percorrido diante da invisibilidade. Valoriza a atual reconfiguração do racismo, atravessada por um processo de mobilização social, em construção, e pelas “dívidas de igualdade” com os afrodescendentes. Os desafios que criam novas oportunidades e alternativas de luta são reconsiderados. Assim, promove a tese de repensar a Década Internacional dos Povos Afro-descendentes, resgatando o programa de Durban em um tom afro-feminista descolonial.

Palavras-chave: Feminismos negros, Racismo, Posicionamento epistêmico e político.

Introducción

Los debates sobre las afrodescendencias ganan en intensidad y dinamismo cada día, al calor de los impactos de la COVID-19, una pandemia racializada, en el contexto de la reconfiguración del racismo. Es de singular interés la ampliación de las fuerzas que se pronuncian contra el racismo, tomando como pivote el perfilamiento racial y el genocidio2policial, como expresión de la necropolítica (Mbembe, 2011), especialmente tras el asesinato del afroamericano George Floyd.

Esta movilización social abre nuevas perspectivas y desafíos en la lucha antirracista. Si bien, es un proceso en construcción que aún no ha desplegado su previsible potencia articuladora de transformación social, pone en tensión la necesidad de fortalecer las oportunidades y alternativas de lucha.Emerge con fuerza la tesis formulada por Angela Davis al afirmar:“En una sociedad racista no basta con no ser racista.Hay que ser antirracista”(2018, s/p).

Históricamente, en la lucha contra e racismo se destacan los movimientos de mujeres afrodescendientes3, que asumen como fundamento ideopolítico los feminismos negros.4 El estudio de estos feminismos, es el eje central del presente artículo.El objetivo es colocarlos a debate, con la pupila puesta en la “Amefricanidad”, “(…) que identifica, una Diáspora, una experiencia común que exige ser debidamente conocida, y cuidadosamente investigada (...)”, según alertó Lélia González5 (1988, p-77).

Es un desafío que impone la prioridad estratégica de visibilizar el pensamiento afrofeminista y al unísono de/construir enfoques del recorrido histórico transitado. Para ello, dos interrogantes devienen en clave de cimarronaje: ¿Qué son y por qué los feminismos negros?, y ¿Cuáles son sus prioridades en el contexto actual? Tales interrogantes informan la estructura lógica de este artículo, desde un pensamientoafrofeminista decolonial.

Feminismos negros ¿Qué son y por qué?: Hacia un posicionamiento epistémico y político

Una de las primeras tareas planteadas al estudiar los feminismos negros es definir desde donde se alza el discurso que losdistinguey con esa acción se deslida la interrogante de: ¿Qué son y por qué?Así se perfila un posicionamiento epistémico y político que dialoga con la mirada afrocéntrica en torno a los aprendizajes, contribuciones y luchas, “casa adentro” y “casa “afuera”, en el sentido planteado por Juan García6(sf, p.14):

En términos generales, casa adentro significa un proceso de autoreconocimiento como pueblo con valores propios, mientras que casa afuera es el diálogo que, desde ese reconocimiento, es posible sostener con el resto de la sociedad nacional y mundial. (Abad, 2012, p.91)

A fin de des/re/aprender“Casa adentro” y transformar también “casa afuera”, se asume el enfoque decolonial. Ello resulta indispensable en el entendimiento de sociedades marcadas por la colonialidad del poder, el saber y el género, como ocurre en América Latina y el Caribe, África y en todo el territorio afrodiaspórico, tangible e intangible, presencial o virtual. El enfoque decolonial ha sido desarrollado por destacados/as autores/as entre los /as que sobresalen Aníbal Quijano (2000), Rita Segato (2012) y María Lugones (2008), quienes han profundizado en sus significados e impactos.

En esta línea, destaca la obra de Boaventura De Sousa que ante la colonialidad fundamenta las Epistemologías del Sur contra las prácticas de epistemicidio (2017). Y es el epistemicidio del pensamiento negro una de los principales mecanismos del racismo. La trayectoria de los feminismos negros, confirma esta tesis.

Cabe cuestionarse en qué sentido se comprende lo decolonial. Al respecto, es compartido el criterio de Catherine Walsh, cuando asegura que:

(…) intento poner en evidencia que no existe un estado nulo de la colonialidad, sino posturas, posicionamientos, horizontes y proyectos de resistir, transgredir, intervenir, insurgir, crear e incidir. Lo decolonial denota, entonces, un camino de lucha continuo en el cual se puede identificar, visibilizar y alentar “lugares” de exterioridad y construcciones alter-(n)ativas. (Walsh, 2014, p, 7).

La de/contrucción es una de las herramientas teórico metodológicas principales del enfoque decolonial y representa el punto de partida de los feminismos negros, en tanto se desarrollan entre dos nudos de tensión: re/conocen la herencia africana y afroamericana, pero la transforman sustancialmente; al tiempo que sus experiencias y propuestas no hallan espacio en el feminismo hegemónico. Entonces, asumir el enfoque decolonial, tiene el propósito de visibilizar y construir esos caminos otros de la lucha contra el racismo y todas las formas de opresión. Desde él, los feminismos negros, son vistos en poli/semias/fonías resilientes. Aquí, son entendidos como categoría de análisis abierta, de renovada insurgencia y con una visión multidimensional, en calidad de:

· Feminismos en plural por su diversidad socioestructural, dada en lo fundamental por la alta heterogeneidad social de su composición, los diferentes contextos, formas organizativas, énfasis y programas de lucha.

· Teoría crítica decolonial, antipatriarcal, antirracista y anticapitalista que hace convergen el pensamiento negro contrahegemónico y los feminismos insurgentes. En América Latina y el Caribe, hacen parte del enfoque y las prácticas decoloniales. Representan la ruptura epistémica y política con el feminismo hegemónico, blanco,eurocentrista, en la lucha contra el racismo, el patriarcado y el heterosexismo. Esta visión desde las contrahegemonías devela la complejidad que asiste a los femenismos negros, con sus diversas facetas, capaz de quebrar los limites de la propia teoria. Em tal sentido, han sido definidos simultáneamente como: (…), una agenda de investigación, una estrategia de movilización social, una práctica de solidaridad (…) (Vergara y Arboleda, 2014, p.109).

· Campo de acción contra el sistema de múltiples opresiones, con una visión también reconfigurada sobre la base de la interseccionalidad, que al decir de Mara Viveros.

(...) ha servido para desafiar el modelo hegemónico de “La Mujer”universal, y para comprender las experiencias de las mujeres pobres y racializadas como producto de la intersección dinámica entre el sexo/género, la clase y la raza en contextos de dominación construidos históricamente.”(Viveros, 2016, p. 8)

· Lugar de enunciación de las mujeres negras/afrodescendientes.7 Un lugar polémico e invisibilizado (Campoalegre, 2018). La voz de las mujeres negras/afrodescendientes es un rasgo identitario que se forja en la lucha, se defiende enfáticamente y se reproduce a través de lãs generaciones de afrofeministas. No es casual entonces,hallar este planteamiento en reconocidas pensadoras y activistas afrolatinoamericanas y afrocaribeñas. Así, lo muestra Léila González cuando denuncia:“Exactamente porque tanto el sexismo como el racismo parten de diferencias biológicas para establecerse como ideología de dominación. Cabe entonces, la pregunta ¿Cómo se explica este olvido por el feminismo?” (1987, p.135). Mientras, La afrocubana Inés Martiatu polemiza en torno a: “Y las Negras qué?” (2012) y Rita Segato, interpela:¿ Dónde está la niñera? (2012).

· Posicionamiento ético, en tanto no se limitan a producir conocimiento, sino cuestionar cómo y para qué se produce. Este elemento ha sido decisivo para la vigencia de las contribuciones de los feminimos negros, que ubican el centro de su estrategia en reflejar claramente, con voz propia y defender, el punto de vista de las mujeres negras, cuya conceptuación más acabada la brinda Patricia Collins (2012). Ello explica por qué la articulación entre la acción política y la producción académica, determina qué es ser afrofeminista.

· Proyecto histórico ancestral e intergeneracional de lucha. Este rasgo transversaliza al movimiento de mujeres afrodescescendientes hasta la actualidad. Ello hace formular de modo programático la necesidad del rescate y difusión de la memoria histórica de las ancestras, como anclaje identitario y sustrato del cimarronaje inteletual y político. Exigencia que marca los orígenes y el desarrollo de los feminimsos negros y su insurgencia como uno de los rasgos distintivos, en consecuencia:

Tiene el feminismo negro los rasgos de los movimientos que han de construir su programa de lucha y de emancipación desde diversas y superpuestas estructuras de dominación. A veces, incluso conflictivas. Hablar de género y de «raza» como elementos de desigualdad es en cierto sentido reduccionista si no se enmarca en las condiciones en las que ambos criterios emergieron como vehículos de la opresión. (Jabardo, 2013, P.27)

Desafíos actuales: repensando el Decenio desde lo feminismos negros

La situación actual que viven los feminismos negros puede ser evaluada como encrucijada, dada la contradicción rectora entre los impactos de la pandemia racializada 8 y el desarrollo del movimiento afrodescendiente, configurando un contexto de agravamiento e incertidumbre económica, social y política. Así lo confirma un estudio realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe -CEPAL, que demostró las “deudas de igualdad” asentadas en el racismo estructural:

La situación actual que viven las mujeres afrodescendientes en la región (…) se caracteriza por profundas inequidades frente a otros grupos sociales. Estas permanecen invisibilizadas como sujetos de políticas diferenciadas, padecen de la pobreza en niveles que suelen ser más altos que el resto de la población, están subrepresentadas o ausentes en los procesos de toma de decisiones y ven más vulnerados su derecho y el de sus comunidades de vivir una vida libre de violencia. (CEPAL, 2018, p.83)

La feminización de: la pobreza, los cuidados, las violencias, la trata de personas, el precario trabajo en el sector “informal”, las carencias en la salul sexual y reproductiva, son otras pandemias también racializadas. Los impactos de estas, imposibilitan a las mujeres afrodescendientes quedarse en casa y al no hacerlo además de arriegar su vida, reciben la satanización mediática y política como mecanismo eficaz de la reconfiguración del racismo. Se refuerza el mito racista del “miedo a las negritudes” y su analogía a situaciones de peligro social. El dilema existencial se acentúa.

Mientras tanto, el Decenio Internacional de los pueblos afrodescendientes9 rebasa cautelosamente, muy paciente, su quinto año. De modo, que ha transcurrido la mitad de él, sin que se muestren avances en los objetivos y metas principales relativas al reconocimiento, la justicia y el desarrollo.

De hecho, “La voluntad política de una gran parte de los Estados para asumir los compromisos del Decenio ha sido controversial, efímera o inexistente” (Campoalegre, 2017, p.32), tampoco se aprecia el tema Decenio, sus objetivos e implementación en el discurso oficial, ni se ha estructurado un mecanismo efectivo y participativo de evaluación. Pero, la reconfiguración del racismo sí avanza. Dan cuenta de ello las tendencias regresivas siguientes:

· Desmantelamiento de las instituciones gubernamentales especializadas y otros mecanismos en materia de equidad racial, logrados en décadas precedentes cmo conquista del movimiento afrodescendiente y sus alianzas estratégicas.

· Auge y legitimación del discurso político y mediático racista, desde los centros de poder y en los imaginarios y prácticas de determinados grupos y organizaciones sociales.

· Crecimiento de los asesinatos impunes de líderes/as afrodescedientes.Colombia y Brasil siguen marcando los procesos más feroces de exterminio, especialmente de lideresas afrodecedientes, Marielle Franco10 en Brasil es un ejemplo emblemático.

· Profundización del genocidio policial basado en el perfilamiento racial que naturaliza el juvenicidio como hecho cotidiano.

· Invisibilidad estadítica de la variable étnica racial en la gestión de la pandemia. Con notables casos de manipulación política. Al respecto, sobresalen las experiencias de Brasil, Estados Unidos, Perú, República Dominicana y Honduras, entre otras. 11

Al examinar la reconfiguración del racismo, recobra vigencia la alerta de la Declaración de Durban:

Expresamos nuestra preocupación porque, más allá del hecho de que el racismo esté ganando terreno, las formas y manifestaciones contemporáneas del racismo y la xenofobia están tratando de volver a adquirir reconocimiento político, moral e incluso jurídico en muchas formas, entre otras mediante las plataformas de algunas organizacionesy partidos políticos y la difusión de ideas basadas en el concepto de la superioridad racial mediante las modernas tecnologías de la comunicación (ONU,2001, p.18)

No obstante, continúa el proceso de ampliación del movimiento afrodescediente, con un mayor número de organizaciones y plataformas, lo que refuerza la diversidad estructural y programática. También, ha crecido el liderazgo de mujeres afrodescedientes, tendencia confirmada a escala regional (CEPAL, 2018).

Ante este panorama se evidencia que el desafío principal conlleva repensar el Decenio e ir más allá de él, tanto en el tiempo como en sus enfoques, objetivos y el modo de implementación. Defendemos la tesis de que esta tarea no solo requiere evaluar el Decenio, sino rescatar del silencio y la inercia a Durban, la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia (Organización de Naciones Unidas [ONU], 2001).

Y por qué Durban. La Conferencia de Durban aportó una potente denuncia y estrategia política en la lucha contra el racismo, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia, promovida por los movimientos sociales, concretada en la Declaración y el programa de acción internacional, que tiene plena vigencia. Pero, los desafíos de Durban se mantienen:

Estamos firmemente convencidos de que los obstáculos para vencer la discriminación racial y conseguir la igualdad racial radican principalmente en la falta de voluntad política, la legislación eficiente, y la falta de estrategias de aplicación y de medidas concretas por los Estados, así como en la prevalencia de actitudes racistas y estereotipos negativos (ONU, 2001, p.27)

En el campo de las luchas afrofeministas, Durban subraya un principio clave relativo a la necesidad de entender, visibilizar, hacer parte activa y atender la especificidad de las experiencias de vida de las

Estamos convencidos de que el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia se manifiestan en forma diferenciada para las mujeres y las niñas (...). Reconocemos la necesidad de integrar una perspectiva de género en las pertinentes políticas, estrategias y programas de acción contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia a fin de hacer frente a las formas múltiples de discriminación. (ONU, 2001, p.25)

A fin de repensar y acelarar el Decenio, recatando los aprendizajes de Durban, se propone como ruta de análisis enfocar este desafío desde las convergencias entre Durban y tres eventos claves. La selección de estos eventos descansa en los criterios que tienen en común: la finalidad de lograr la evaluación del Decenio, el liderazgo de mujeres afrodescendientes desde la convocatoria hasta los resultados, el territorio Latinoamericano como escenario de realización y las contribuciones realizadas, en tanto aportan documentos trascendentes para entender y afrontar los desafíos de los feminismos negros.

El primero de tales eventos es el Foro Internacional “A Cuatro años del Decenio de las y los afrodescendientes”, convocado por la Red de Mujeres Afrolatinoamericans, afrocaribeñas y de la Diáspora [RMAAD]. Fue celebrado en Cali, Colombia en el año 2018. Según la RMAAD: “Este foro tuvo como objetivo primordial, intercambiar experiencias y estrategias de incidencia social y política de las mujeres afrolatinoamericanas afrocaribeñas y de la diáspora; antes, durante y más allá del Decenio de los pueblos afrodescendientes. (p.5)

El Segundo, une a dos eventos contiguos en cuanto a fecha de realización, objetivos y sede. Ellos son: el Foro de Consulta con sociedad civil y jóvenes sobre los avances y desafíos de los compromisos internacionales para afrodescendientes y la Reunión de Alto Nivel Acelerando la Acción Global para el cumplimiento de los derechos de las personas afrodescendientes en América Latina y el Caribe, efectuados en San José de Costa Rica en el noviembre del 2019. Ambos afrontan el propósito de acelerar la implementación del Decenio.

Los tres eventos confluyen en la necesidad de retomar Durban en el contexto actual de la lucha antirracista, lo que queda explícitamente plasmado en la exigencia formulada por la declaración final del Foro Internacional de la RMAAD: “Que se respeten los acuerdos de la conferencia de Durban para alimentar, visibilizar y rescatar la apuesta política planteada allí como principal documento y ruta de acción para las mujeres afrodescendientes del planeta” (2018, p. 63). También, coinciden en la identificación de las áreas de derechos más vulnerabilizados los relativos a: la educación, el territorio, la soberanía y seguridad alimentaria la salud y la participación política.

Es significativo que los tres eventos en el espirítu de Durban conceden atención especial a las juventudes afrodescedienetes y marcan uno de los principales desafíos de los feminismos negros: construir, ampliar y jerarquizar los diálogos intergeneracionales desde la insurgencia del liderazgo juvenil.

Este desafío fue planteado en Cali mediante “(…) las 7 líneas que pasan por el cuerpo y la vida de las jóvenes afrodscedientes” (RMAAD, 2018, p.47). Ellas son: autonomía económica, participación política efectiva, violencias, seguridad alimentaria, salud sexual y reproductiva (con énfasis en el aborto legal), seguridad humana, feminismos negros y educación (tanto académica, como popular).

Sin embargo, al foro de Costa Rica, las juventudes afro, notablemente lideradas por mujeres, llegan reorganizadas bajo el concepto de “ la generación de la luz.”12 Ello denota mayor organización y sentido histórico de lucha, metafóricamente expresado en el término de luz. En esta dirección, el compromiso de San José (2018) fruto de la sinergia del Foro de Consulta y la Reunión de Alto Nivel señala como estratégico:

Priorizar acciones a favor de la niñez y juventud afrodescendiente, con el propósito de garantizar el reconocimiento de sus derechos, de su identidad cultural, de su participación, así como la implementación de medidas que les permitan gozar del derecho a una vida libre de violencia, a la educación, al empleo digno y a los servicios necesarios que garanticen su bienestar y salud física, sexual y mental, y les protejan de embarazos no planeados, infecciones de transmisión sexual y el VIH. (Compromiso de San José, 2018, p1)

Nótese que el Compromiso de San José de Costa Rica, compromete a los Estados firmantes13, en una agenda de 14 acciones para acelarar el Decenio, destacando la emergencia de la promoción de un cambio cultural capaz de comprometer a la sociedad en la lucha contra el racismo. Esta tesis del cambio cultural confirma la articulación entre lo epistémico y lo político en los debates y desafíos que afrotan los feminismos negros.

Consideraciones finales

En América Latina y el Caribe, los feminimos negros como proyecto histórico de lucha deben ser entendidos en perpectiva decolonial e interseccional, con la diversidad de sus contenidos, sentidos e incidencia política e inteclectual. En renovados contextos de lucha, aún enfrentan la invisibilización de sus contribuciones y sujetas principales. En consecuencia, de/construir la historia, rescando la memoria ancestal y ponerla en diálogo contextual e intergeneracional es uno de los debates y desafios epistémico y políticos centrales.

Afrontar tal desafio va delineando otro, que también entrelaza lo epistémico y lo político. Se trata del diálogo intergeneracional desde el creciente liderazgo juvenil, que insurge en el movimiento afrofeminista.

Sin embargo, desde un conocimiento situado en tiempos de Pandemia y Decenio, el principal desafio, tanto epistémico como político, es repensar el Decenio, rescatando a Durban, a fin de que no se escape otra oportunidad histórica “Casa adentro” y “Casa afuera”. Finalmente, sigue en pie el llamamiento del Compromiso de San José (2018):

(…) la evaluación de medio término que se realice del Decenio Internacional de los Afrodescendientes en el año 2020 y todo esfuerzo conjunto constituye oportunidad para avanzar en la identificación de los desafíos pendientes y las medidas que se requieren implementar para acelerar el cumplimiento satisfactorio de las acciones contempladas en el Programa de Actividades del Decenio. (Compromiso de San José, (pp. 1-2)

Se impone evaluar el Decenio para de/contruirlo, des/re/aprendiendo, re/existiendo y resistiendo en clave de cimarronaje político e intelectual, sobre la base del rescate de Durban y desde los feminimos negros, dialogando y construyendo intergeneracionalmente.

Referencias

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Notas

1 Dra. En Ciencias Sociológicas, miembro del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas-La Habana-Cuba. Coordinador del Grupo de Trabajo CLACSO Afrodecendencias y propuestas contrahegemónicas.saberes25@gmail.com
2 La autora sustituye el recurrente término de brutalidad policial por el de genocidio,atendiendo a la magnitudde los hechos, su sostenimiento y el peso de los homicidios/asesinatos, según sean tipificados por la legislación nacional.
3 A pesar de la problematización del término afrodescendiente, se emplea en correspondencia con la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia (2001).
4 También,son denominados comoafrofeminismos y feminismos afrodiaspóricos.
5 Afrobrasileña, antropóloga. Constituye,uno de los principales referentes del afrofeminismo en América Latina y el Caribe
6 Reconocido referente de la investigación acerca de la tradición oral afroecuatoriana, que defiende la memoria como resistencia cultural.
7 A pesar de la intensa polémica acerca del empleo del término, defendemos su utilización al calor de los debates e impactos de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia (2001). Son definidas mediante un enfoque multidimensional.
8 Tales impactos han sido analizados en la serie “La pandemia racializada” (Campoalegre, 2020), que con sello editorial de la colección “Grupos de Trabajo de CLACSO”, brinda una cartografía en clave afrodiaspórica de los impactos de COVID-19 en 11 países de nuestra Región, que constituye el centro de la pandemia a escala mundial. Estos países son: Estados Unidos, Brasil. México, Argentina, Colombia, Haítí,República Dominicana, Cuba, Honduras, Perú y Uruguay.
9 En lo adelante el Decenio
10 Concejala afrofeminista, socióloga, hija de las fvelas, asesinada en Río de Janeiro en el año 2018.
11 Para profundizar en este aspecto veáse la precitada serie “la Pnademia racializada”.
12 IImpulsado por la Vicepresidenta de Costa Rica, la lideresa afrofeminista Epsy Campbell.
13 Costa Rica, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, Perú, México, Uruguay y Venezuela. Pero este documento insta a todos los Estados de la Región.
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