Investigación
Nuevas metodologías pedagógicas: Arte y discapacidad
Nuevas metodologías pedagógicas: Arte y discapacidad
Revista Internacional de apoyo a la inclusión, logopedia, sociedad y multiculturalidad, vol. 3, núm. 1, pp. 183-197, 2017
Universidad de Jaén

Recepción: 23 Diciembre 2016
Aprobación: 31 Diciembre 2016
Resumen: Este artículo pretende ampliar la visión hacia la utilización de nuevas metodológias, aplicables para el alumnado con y sin discapacidad. Las metodologías artísticas se fundamentan en una investigación realizada con el objetivo de conocer si existe alguna relación entre el nivel de autoestima que presentan las personas con discapacidad intelectual y la metodología de trabajo seguida (incluyendo o no el arte). En el estudio se ha partido de una metodología mixta, cuantitativa-cualitativa, con un diseño de la investigación descriptivo y correlacional. Los resultados muestran que los métodos de trabajo que incluyen elementos artísticos incrementan significativamente los niveles de autoestima global más que otras metodologías tradicionales.
Palabras clave: arte, métodos pedagógicos, discapacidad intellectual, autoestima, resiliencia.
Abstract: The main purpose of this investigation is to know if there are some relationship between the self-esteem level which people with mental disabilities have and the way of doing their applied work (containing or no the art). The research’s methodology is mixed (quantitative and qualitative) and it has a descriptive and correlational design. The resilience index, which I have chosen in the research, has been the global selfesteem level of people with mental disabilities. The results show how the method of work which includes the artistic elements increases the global self-esteem level rather than other traditional methods.
Keywords: art, teaching method, mental disability, self-esteem, resilience.
Nuevas metodologías pedagógicas: Arte y discapacidad.
1.-Introducción.
La investigación realizada tiene la finalidad de estudiar principalmente la relación entre el nivel de autoestima que presentan las personas con discapacidad intelectual y la metodología de trabajo seguida, es decir, comprobar si existen diferencias significativas al incluir o no el arte. En el estudio se ha partido de una metodología mixta, que combina el enfoque cualitativo y el cuantitativo, con un diseño de la investigación descriptivo y narrativo, siendo el indicador de resiliencia escogido en esta investigación el nivel de autoestima global de las personas con discapacidad intelectual.
La importancia del tema a investigar se evidencia en la trascendencia que tiene una adecuada autoestima en la persona. La autoestima es vital para el desarrollo integral de cualquier persona, siendo aún más relevante este hecho en las personas con discapacidad dado que tienen más posibilidades de desarrollar una baja autoestima.
La pertinencia de investigar qué metodologías son más eficaces a la hora de fomentar este aspecto influye directamente en la sociedad y es posible aplicar los resultados en beneficio de las personas con discapacidad en diversos ámbitos: educación formal en la edad infantil y juvenil, educación formal para adultos, educación no formal… Esto nos conduce a la necesidad de estudiar de forma empírica si las metodologías artísticas influyen positivamente en el desarrollo de la autoestima en las personas con discapacidad, fomentando así su capacidad de resiliencia.
“We believe that the field of disability studies will be enriched and the disability movement in general will become more sensitive to difference, ultimately contributing to its resilience and effectiveness” (2014, p. 1) tal y como reflejan Riddell y Watson, la sociedad está avanzando hacia unos modelos de pensamiento más inclusivos y sensibles a la diferencia, es por ello que la ciencia, la educación y la psicología están adoptando el mismo desarrollo en los últimos años, posibilitándonos así la oportunidad de investigar conceptos novedosos que en épocas anteriores ni se hubieran cuestionado, abriendo así nuevos campos de estudio, facilitando respuestas y nuevos interrogantes para contribuir a este avance.
2.-Marco teórico
Frecuentemente se suele asociar el término discapacidad a una persona que es dependiente de los demás, sin capacidad de decisión ni control sobre su propia vida, y nada más lejos de la realidad.
Para comprender el significado de esta palabra es necesario definir previamente el concepto de deficiencia. Deficiencia, siendo algo tan complejo es definido por una única palabra “defecto” (Diccionario de la lengua española, 2001), más extensamente se concreta en la Clasificación Internacional de las Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (Organización Mundial de la Salud, 2016) como una pérdida o anormalidad de una estructura anatómica, psicológica o fisiológica, pudiendo ser temporal o permanente, es decir, una deficiencia supone un trastorno orgánico.
Para poder definir en su totalidad la palabra discapacidad es necesario recurrir a varias fuentes. El Diccionario de la Lengua Española (2001) propone como única definición “Cualidad de discapacitado” (p.831), definiéndose discapacitado como “dicho de una persona: que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas” (p.831). Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (2016) especifica que discapacidad es un término muy general que comprende una interacción entre las características de la persona y de la sociedad en la que se desenvuelve. Teniendo en cuenta estas definiciones, cualquier persona puede tener alguna discapacidad, ya sea de forma transitoria, en algún momento de su vida, o de forma permanente. Puede ser causada por alguna derivación directa de una deficiencia o puede estar originada por la propia respuesta del individuo ante cualquier tipo de deficiencia, es por ello, que en la actualidad se está sustituyendo el término “discapacidad” por “diversidad funcional”. El ámbito educativo se ha hecho eco de estas definiciones estableciendo alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, dónde se abarca a cualquier alumno que requiera de apoyo por cualquier motivo académico y/o personal y especificando dentro de esta denominación al alumnado con necesidades educativas especiales en el cual se incluirían a los niños y niñas con discapacidad. (Ley Orgánica 2/2006 de Educación, modificada por la Ley Orgánica 8/2013 para la Mejora de la Calidad Educativa).
Por otro lado, el término “capacidad” se define en la segunda acepción del Diccionario de la Lengua Española (2001) como “Aptitud, talento, cualidad que dispone a alguien para el buen ejercicio de algo” (p.435). Estos dos conceptos, discapacidad y capacidad, aun siendo antónimos, no significa que no puedan converger ambos en un mismo sujeto, por lo que cualquier persona (tenga o no discapacidad) puede poseer diversas y variadas capacidades.
Por todo ello, en los últimos años se ha ido estudiando, cada vez más, la importancia de la inteligencia emocional tanto para mantener un ajuste personal óptimo como para establecer estrategias de afrontamiento adecuadas y efectivas, pudiendo así consolidar un proyecto de vida personal. (Soler et al, 2016; Burga et al, 2016; Lomelí et al, 2016). Para el desarrollo integral de la persona, para dar respuesta a los problemas de la vida diaria y para una adecuada salud emocional es imprescindible que se posea una buena autoestima, un autoconcepto adaptado a su realidad y capacidad de resiliencia (Jalanyondeja, C. et al., 2016).
En esta investigación se utiliza el concepto de resiliencia como la capacidad que tiene una persona para afrontar la adversidad saliendo fortalecido, todo ello procedente de la interacción de múltiples elementos y situaciones a lo largo de su vida. La resiliencia implica que la persona que sufre una adversidad, en nuestro caso su propia discapacidad, adquiere competencias para afrontar y responder de forma efectiva (o lo más efectiva posible) a su situación personal. Esto no implica que la persona presente invulnerabilidad o inmunidad a la dificultad, sino que logra una habilidad que le permite recuperarse ante estas situaciones adversas (Luthar y Cushing, 1999, citado en Becoña, 2006).
Cabe resaltar que Morales y González (2014) han evidenciado que existe una correlación positiva significativa (.51) entre la resiliencia y la autoestima. Sirviendo estos resultados como punto de partida para utilizar el nivel de autoestima como un indicador de resiliencia en esta investigación.
“Para promocionar la resiliencia es más efectivo mejorar los factores protectores (…) que reducir los factores de riesgo” (Lee et al. 2013, citado en García, 2014, p. 86). En el tema que nos compete, esta afirmación nos es esencial, puesto que el factor de riesgo, al ser la propia discapacidad, no se puede eliminar, es por ello que fomentar y trabajar los factores protectores, como es la autoestima, es el objetivo principal.
La autoestima y el autoconcepto de una persona con discapacidad es, en esencia, igual que en el resto de las personas, pero existe una diferencia relevante que no depende del propio sujeto: la sociedad. Una dificultad que el entorno añade a las personas con discapacidad es cómo percibe y actúa con ellas, determinando la autoimagen que estas personas se forman de su propio yo. Por ello, es de suma importancia que las personas adyacentes a la persona con discapacidad actúen y definan a la persona con sus cualidades y particularidades, más allá de su discapacidad, es decir, abordando el concepto de discapacidad desde una mirada diferente a la tradicional, asociada al déficit, y centrándose en la persona con sus necesidades y fortalezas (Colás, 2014; González y Maccinci, 2013). Estas mismas afirmaciones las asegura Juan Ramón Fernández Puñal en su entrevista, exponiendo que, desde su experiencia como artista multidisciplinar y como docente de artes plásticas inclusivas que:
En un tanto por ciento muy elevado, hay cambios actitudinales muy significativos en el alumnado, sobre todo, cuando existe un cambio real en el pensamiento del medio social que rodea a las personas con discapacidad (…) por consiguiente (…) se refuerza la capacidad de resiliencia.
Colás (2014) afirma que “promover la autoestima en una persona es realizar cualquier acción que le ayude a contemplarse con sentido de la dignidad y respeto por sí misma” (p.1) En nuestro caso, esa “acción” se refiere al trabajo mediante metodologías artísticas, puesto que, en palabras de la Lda. en Danza, Eva Domingo:
El trabajo artístico proporciona las herramientas adecuadas para trabajar la autoestima en sus diferentes componentes. Desde lo cognitivo porque cada artista tiene una opinión propia sobre su personalidad y su conducta; desde el plano afectivo porque tanto el trabajo como sus resultados, hacen que se reconozca tanto lo positivo como lo negativo de cada uno/a y esto nos lleva al componente conductual, que nos hace decidir cómo actuar, entendiendo de primera mano, que el esfuerzo es lo que nos hará conseguir el respeto de los demás y de uno/a mismo/a.
Las palabras de esta profesional quedan respaldadas por sus 16 años como docente de danza con personas con discapacidad (o también denominada “psicodanza”) y por numerosos estudios que afirman la importancia de las artes como herramienta para fomentar la autoestima y la resiliencia en personas con y sin discapacidad (Escamilla y Salamanca, 2011; González-Mohíno, 2007; Sánchez et al, 2011; Jantzen, 2014; González y Maccinci, 2013; Coca et al 2013; Rodríguez, 2007).
González y Maccinci (2013) afirman que el arte es un modo de trabajo grupal e individual que tiene la capacidad de habilitar el cuerpo y la mente de la persona con discapacidad, “el arte es sanador, capacita y habilita, es libertad, comunicación, creatividad, diversidad” (p.5) mejorando así su calidad de vida. Siguiendo en esta línea de pensamiento, Noelia Blanca Chica, Lda. en Psicopedagogía y directora de programas de integración social para personas con discapacidad expone que:
Las personas que desarrollan actividades artísticas le dan la oportunidad de expresar sus emociones, y esto hace que, a su vez, se reduzca la ansiedad. Aporta confianza, seguridad en sí mismo y libertad para expresar sus ideas y sentimientos sin ser juzgados siendo estas premisas una base fundamental para fomentar la autoestima.
Para aclarar y contextualizar esta temática, en ocasiones, las metodologías artísticas aplicadas en el contexto de la discapacidad son denominadas como “arteterapia”. Una definición actual nos la da el Foro Iberoamericano de arteterapia (2016), definiendo la arteterapia como “una disciplina especializada en acompañar, facilitar y posibilitar un cambio significativo en la persona mediante la utilización de diversos medios artísticos: atendiendo a su proceso creativo, a las imágenes que produce y a las preguntas y respuestas que éstas le suscitan”.
En las entrevistas realizadas a los profesionales en metodologías que incluyen el arte, Eva Domingo Muñoz, Noelia Blanca Chica y Juan Ramón Fernández Puñal nos afirman que esta forma de trabajo no es exclusiva para personas con discapacidad, sino todo lo contrario, las clases van destinadas a personas con y sin discapacidad, haciendo así un espacio enriquecedor, normalizador y generando relaciones sociales inclusivas y reales. Todo ello teniendo en cuenta los ritmos de aprendizaje y adaptaciones individualizadas que requiera cada persona, con unas expectativas reales, evitando así la frustración o fracaso y potenciando su capacidad de trabajo, transformando las desigualdades mediante la utilización del arte como herramienta.
Para evitar lo que en psicología y pedagogía se denomina como “efecto Pigmalión”, los profesionales no establecen los límites a los que han de llegar sus alumnos/as, sino que son ellos mismos los que van avanzando y trabajando, marcando cada uno su propio límite, y en numerosas ocasiones superándolo, en palabras de Juan Ramón Fernández Puñal “Al no ser una metodología demostrativa que direcciona a las personas, los objetivos no los marca el educador, los objetivos los marca el usuario que es el que dirige su aprendizaje con ayuda del educador, el autoconocimiento es la clave”.
“Art therapy was seen as way of fostering self-esteem, promoting social interaction and self-expression” (Edwards, 2014, p.39). Es por ello que las metodologías artísticas “contribuyen al desarrollo de la salud desde un enfoque resiliente, potenciando en los individuos su capacidad para asumir su realidad, viviendo con ella y transformándola” (González-Mohíno, 2007, p. 178).
Todo esto justifica la necesidad de investigar de forma empírica si las metodologías artísticas influyen positivamente en el desarrollo de la autoestima en las personas con discapacidad, fomentando así su capacidad de resiliencia.
3.-Problema de investigación.
Después del análisis teórico realizado surgen dos interrogantes para la investigación. El primero de ellos es ¿qué nivel de autoestima presentan las personas con discapacidad intelectual? y la segunda cuestión de interés para el estudio es ¿existe relación entre el nivel de autoestima de las personas con discapacidad intelectual y una metodología que incluya o no el arte?
4.-Objetivos e hipótesis.
En base al problema de investigación que se pretende estudiar se formulan los siguientes objetivos:
• Conocer el nivel de autoestima global que presentan personas con discapacidad intelectual.
• Conocer la relación entre el nivel de autoestima de las personas con discapacidad intelectual estudiadas y la metodología de trabajo aplicada (incluyendo o no el arte).
Por ello, y teniendo como referencia los objetivos de la investigación, se plantean las siguientes hipótesis:
• (H1) Habrá diferencias significativas entre el nivel de autoestima de las personas con discapacidad intelectual y la metodología de trabajo aplicada (incluyendo o no el arte).
• (H0) Las diferencias serán no significativas entre el nivel de autoestima de las personas con discapacidad intelectual y la metodología de trabajo aplicada (incluyendo o no el arte).
Basándonos en la revisión de bibliografía y en la experiencia previa en este campo de estudio, la hipótesis esperada es la H1.
5.-Metodología de investigación.
El procedimiento de trabajo seguido en la investigación se compone de una metodología mixta. Por ello, se ha utilizado un test, más próximo a un enfoque cuantitativo de investigación, posteriormente, con objeto de completar y contrastar los datos obtenidos con el test, se han realizado entrevistas, instrumento más próximo a un enfoque cualitativo.
6.-Enfoque cualitativo.
6.1.-Participantes.
La población objeto de estudio son personas con discapacidad que sean alumnos/as de diversos centros y asociaciones de las provincias de Sevilla y Jaén.
La muestra está compuesta 72 personas con discapacidad intelectual, procedentes de diversas entidades. De ellas, el 44,4% (n=32) fueron mujeres y el 55,6% (n=40) fueron hombres, con edades comprendidas entre los 18 y 72 años.
La elección de los sujetos estuvo sujeta a dos criterios:
• Conglomerados: se escogió entidades especializadas en atención a personas con discapacidad.
• Estratos: de este conglomerado específico, se escogieron dos estratos en función de la metodología de trabajo llevada a cabo, haciendo dos grupos: o G1: entidades cuyo método de trabajo principal es el arte.
o G2: entidades que no incluyen el arte en sus metodologías.
Por lo que la muestra fue clasificada en función de estos dos grupos, siendo el 54,2%
(n=39) sujetos del G1 y el 45,8% (n=33) sujetos del G2.
6.2.-Instrumento y análisis estadístico.
Partiendo de una metodología cuantitativa y con un diseño de la investigación descriptivo y correlacional, para realizar el estudio se ha empleado la traducción española de la escala de Rosenberg para analizar el nivel de autoestima global desde los 12 años de edad. Las puntuaciones determinarán el nivel de autoestima global dentro de tres rangos:
• De 10 a 25 puntos: Autoestima baja. Hay problemas significativos de autoestima.
• De 26 a 29 puntos: Autoestima media. No presenta problemas de autoestima graves, pero es conveniente mejorarla.
• De 30 a 40 puntos: Autoestima elevada. Considerada como autoestima normal.
Este instrumento ha sido adaptado no significativamente para un ajuste idóneo a los sujetos a los que va dirigida esta investigación. Tras las adaptaciones realizadas se volvió a evaluar la consistencia interna de la escala con base al índice de alfa de Cronbach, dando un fiabilidad del 81,7% (α= .817) para esta investigación.
En esta parte de la investigación, que tiene un enfoque cuantitativo, para el análisis descriptivo y correlacional de los datos recogidos en el estudio se ha utilizado el software estadístico SPSS v.19.
7.-Enfoque cualitativo.
7.1.-Participantes.
Siguiendo la opción ontológica (ya que la sociedad es un conjunto de sistemas) la muestra está constituida por las “partes” de un “todo”. En la investigación, serán sujetos de una misma asociación, la elección de la muestra ha sido intencional. La asociación seleccionada ha sido “Asociación Social y Cultural en pro a la discapacidad «La Integral»” de Torredelcampo (Jaén). La muestra la componen cinco sujetos de esta entidad: tres profesionales expertos en el trabajo con metodologías que incluyen el arte y dos familiares del alumnado con discapacidad que participan en estos talleres.
7.2.- Instrumento y análisis cualitativo.
En esta parte de la investigación, puesto que nos enmarcamos en una metodología cualitativa fenomenológica y con un diseño de la investigación narrativodescriptiva, para completar y profundizar los datos obtenidos mediante la realización del test, se ha diseñado
específicamente una entrevista semi-estructurada. El
procedimiento para realizar las entrevistas ha sido Gráfico 1. Media de las puntuaciones de la autoestima global.
adaptado a la disponibilidad de cada persona
entrevistada, es por ello que las entrevistas han sido: presenciales, telefónicas y mediante correo electrónico. Para el análisis de los datos cualitativos resultantes de las entrevistas realizadas, se ha utilizado el software MAXQDA en su versión 12.
8.-Análisis de los datos, presentación de resultados y discusión.
A continuación se exponen los resultados más relevantes del estudio, dando respuesta a los objetivos establecidos en el origen de la investigación.
Se ha analizado la media de las puntuaciones de la autoestima global en función de los dos estratos seleccionados. La gráfica 1 nos muestra que dentro del rango (30-40 puntos) de “Autoestima elevada”, el G1 se encuentra notablemente dentro de la mitad superior del rango y el G2 se ubica cerca de la puntuación más baja dentro de este intervalo.
Interpretando estos resultados podemos indicar que aun estando ambos grupos en unas puntuaciones dentro de la normalidad, los participantes con DI que trabajan mediante metodologías artísticas obtienen mejores resultados en los niveles de autoestima global que las personas con DI que no trabajan con estas metodologías.
Con respecto a la media, se ha analizado si hay diferencias dentro de estas puntuaciones en función del género de los participantes. Tal y como se puede apreciar en el gráfico 2, dentro del G2 las puntuaciones no difieren entre ambos sexos, teniendo una diferencia mínima de 0,13; sin embrago dentro del G1 si se puede apreciar un contraste significativo entre la puntuación media del género femenino (30,57) y del género masculino (34,42). Una interpretación de estos resultados puede ser que las metodologías no artísticas benefician en mayor medida a hombres que a mujeres, mientras que trabajar mediante el arte favorece la autoestima
G2 G1 de ambos sexos por igual.
Gráfico 2. Media de las puntuaciones de la autoestima global por género.
De forma aclaratoria, esta diferencia en las puntuaciones medias, se puede apreciar tras la observación de las frecuencias de respuestas de ambos grupos. Haciendo una comparativa podemos destacar que el G1 la alta frecuencia de respuestas con la mayor puntuación, mientras en el G2 es mucho mayor la variabilidad en las respuestas y por lo tanto origina
cálculos inferiores en las puntuaciones del nivel de autoestima global. Gráfico entre ambos grupos.3. Comparativa de frecuencias de respuestas
Coca et al. (2013) en su investigación “Arte para todos. Proyecto de investigación y creación con personas con capacidades diversas” refleja que mediante el trabajo artístico las personas con discapacidad aumentan en gran medida su autoestima. Rodríguez (2007) en su investigación concluye que mediante la arteterapia se mostró en los sujetos un incremento gradual de la comunicación, sociabilización, creatividad, respeto, tolerancia, autoestima y seguridad en sí mismo.
Los datos cuantitativos se complementan con la información que nos proporciona la matriz de códigos del análisis cualitativo.
Tabla 1. Matriz de códigos.
La interpretación de la matriz de códigos (tabla 1) es sencilla. Las columnas enumeran las diferentes entrevistas y las filas hacen referencia a los códigos. En la matriz se reflejan la cantidad de veces que cada sujeto ha mencionado la temática correspondiente a cada código. A mayor tamaño del cuadrado, mayor insistencia ha hecho el entrevistado en ese concepto.
A la vista de los datos obtenidos, podemos indicar que todos los entrevistados, en mayor o menor medida, han valorado positivamente las metodologías que incluyen el arte puesto que tanto los profesionales como las expectativas que éstos tienen de sus alumnos favorecen la inclusión dentro del contexto en el que se desenvuelven y fomentan la resiliencia y autoestima del alumnado con discapacidad que asiste a las clases y talleres.
Podemos resaltar lo expresado por el Sujeto 1 que mediante el arte “una persona con discapacidad como cualquier otra, al trabajar en grupo se siente parte del mismo, y eso la fortalece y la posiciona” y lo expuesto por el Sujeto 5 “respecto a su capacidad de resiliencia (…) al tener mi hermano una buena autoestima y autoconcepto de sí mismo, fomentado en las clases artísticas, él está feliz y contento con su vida”. Estrechamente relacionado con lo expuesto por González-Mohíno (2007) de uno de los sujetos participante de su estudio “es un ejemplo de persona resiliente porque desarrolla competencias y se muestra alegre, tiene una vida social satisfactoria y se sobrepone a la dificultad” (p. 177).
Los entrevistados han hecho especial hincapié, en que las metodologías artísticas benefician indudablemente a la autoestima de las personas con discapacidad. Esto queda reflejado a la perfección por el Sujeto 3:
En nuestro trabajo diario vemos como las personas estás en contacto con actividades artísticas y las tienen incluidas en sus vidas adquieren aptitudes tales como la perseverancia, el incremento de la memoria, un mayor grado de confianza y autoestima y un claro registro y control corporal (desarrollando habilidades motrices). Capacidades todas, que luego se verán reflejadas en la vida cotidiana.
Diversos estudios, investigaciones y proyectos han hallado resultados similares en lo referente a la autoestima, resiliencia y metodologías que trabajen mediante el arte en sus diversas formas (Coca et al. 2013; Edwards, 2014; González y Maccinci, 2013; Martínez y López, 2004; Rodríguez, 2007; Sánchez, Bautista y Rodríguez, 2011).
Resaltando lo expresado por Calás (2014) en sus conclusiones es que una estrategia eficaz para favorecer la capacidad de resiliencia es “ofrecerle al niño experiencias de arte y descubrir la posibilidad de crear y ser valorado por ello contribuye mucho a formar niños resilientes” (p. 6).
A la luz de los datos, se estimó conveniente estudiar la correlación entre la puntuación de autoestima global y el método de trabajo aplicado (incluyendo o no el arte). En esta investigación la correlación de Pearson es de 0,598, siendo una intensidad moderada y con una dirección de la relación positiva. Se obtiene un P=0,000 indicando que es una correlación significativa.
Podemos resaltar que la co-ocurrencia de códigos del análisis cualitativo se puede vincular con la correlación significativa hallada mediante el método cuantitativo, estableciendo en ambas ocasiones relaciones entre metodologías artísticas y autoestima.
Tabla 2. Co-ocurrencia de códigos.
Estos resultados se encuentran en consonancia con las informaciones dadas por González y Macciuci (2013) mediante su investigación “El poder de la danza en personas con discapacidad” ya que en su proyecto han evidenciado que “cuando aceptamos nuestro cuerpo, comenzamos a desarrollar nuestras capacidades, lo que nos permite sentir bienestar (…) Se adquiere así, seguridad y confianza en sí mismo y se eleva la autoestima” (p. 11). Así mismo, los resultados aportados por GonzálezMohíno (2007) de su investigación y proyecto “Arteterapia, Parálisis Cerebral y Resiliencia” establece esta relación entre autoestima y metodologías artísticas ya que indica que tras el desarrollo de las sesiones las personas con discapacidad participantes mantienen “una alta motivación (…) buena socialización (…) alta autoestima” (p. 177) todo ello características de la resiliencia.
Mediante el análisis estadístico se rechaza la hipótesis nula (H0) y se confirma la hipótesis alternativa (H1), puesto que el valor de P= 0,000 es inferior a 0,05. Con un grado de confianza en la afirmación de la H1 de un 100%. Siendo la hipótesis esperada (H1) “Habrá diferencias significativas entre el nivel de autoestima de las personas con discapacidad intelectual y la metodología de trabajo aplicada (incluyendo o no el arte)”.
Tras el análisis de los datos cualitativos y cuantitativos, podemos indicar que entre los resultados obtenidos se pueden establecer vínculos. Los resultados cualitativos explican y profundizan los datos obtenidos mediante el test. Es por ello que una metodología mixta permite complementar informaciones, enriqueciendo así la investigación.
9.-Limitaciones y prospectiva.
Las limitaciones del estudio residen principalmente en el acceso a las entidades. Las asociaciones y/o centros ocupacionales, no todos afortunadamente, impiden o dificultan el acceso de personas o investigadores externos a la misma, lo que dificulta así la realización de proyectos y estudios. Por consiguiente, el número total de la muestra no es todo lo amplio que en un primer momento se había estimado.
Ello nos conduce a establecer como prospectiva que en un futuro se pueda replicar el estudio extendiendo el número de sujetos de la muestra, así como el número de entidades situadas en diversas provincias y regiones españolas.
Otra posible vía de investigación estrechamente relacionada sería el aumento de los estratos seleccionados, ampliándolo a personas con discapacidad intelectual que no acuden a ninguna entidad especializada, es decir, se establecerían tres grupos de estudio:
o G1: entidades cuyo método de trabajo principal es el arte. o G2: entidades que no incluyen el arte en sus metodologías.
o G3: personas con discapacidad intelectual que no acuden a ninguna entidad especializada.
Como línea de investigación abierta, podría resultar interesante extrapolar estas metodologías artísticas al ámbito educativo puesto que podrían ser aún más útiles a la persona si la inclusión, la cultura y la capacidad de superación surge en su núcleo más cercano y básico, la escuela. Siendo estos beneficios aprovechados por todos, alumnado y comunidad educativa, se crea una escuela inclusiva que apuesta por el desarrollo integral de todos y cada uno de sus alumnos/as.
Por otro lado, y según los resultados obtenidos en esta investigación se debería fomentar la formación de profesionales en los ámbitos de arte y discapacidad, para poder así implementar las metodologías artísticas en las diversas entidades que trabajan con colectivos de personas con discapacidad.
10.-Conclusión.
Como en líneas anteriores se mencionó, los datos obtenidos en esta investigación están en consonancia con diversos estudios y proyectos anteriores (Escamilla y Salamanca, 2011; González-Mohíno, 2007; Sánchez et al, 2011; Jantzen, 2014; González y Maccinci, 2013; Coca et al 2013; Rodríguez, 2007), indicando que las metodologías artísticas son de significativa eficacia para el desarrollo global de las personas con discapacidad.
Esta investigación nos aporta una perspectiva mucho más optimista y favorable de las personas con discapacidad, puesto que se puede afirmar que, independientemente del método de trabajo aplicado, los niveles de autoestima se encuentran dentro de la normalidad. En este trabajo se parte de la importancia que la autoestima tiene para las personas, tengan o no discapacidad, y su influencia, de forma positiva, en la capacidad de afrontamiento de las adversidades, es decir, se establece la autoestima como un indicador notable del nivel de resiliencia. De ahí, que conocer los métodos de trabajo más adecuados, eficaces y beneficiosos para las personas con discapacidad sea de relevante interés.
Por ello, los resultados obtenidos en esta investigación nos permiten concluir que, de forma general, los métodos de trabajo que incluyen elementos artísticos ayudan significativamente al fomento de los niveles de autoestima global más que otras metodologías más tradicionales. En este sentido, es necesario aclarar que esto no significa que solamente estas metodologías artísticas sean beneficiosas, puesto que los resultados han sido positivos en ambos grupos de estudio.
Tras la investigación y con la hipótesis confirmada se puede alegar que existe una influencia positiva en la autoestima de las personas con discapacidad si trabajan mediante metodologías artísticas, potenciando así su capacidad de resiliencia. Este hecho nos lleva a reflexionar en cómo se actúa en lo referente al trabajo con personas con discapacidad, mirar desde una perspectiva actual hacia atrás y vislumbrar los métodos de trabajo empleados y repensar si implican beneficios reales o solo atenciones y cierta “utilidad”.
Particularmente, en el proceso de esta investigación se puede aprender la importancia de la valía como persona, independientemente de si ésta tiene o no discapacidad. En múltiples ocasiones el trabajo que se realiza con personas con diversidad funcional solo tiene el objetivo de que ellas sean “útiles a la sociedad”, centrándose en “reparar o compensar lo que esta defectuoso”. Con esta perspectiva de trabajo se olvida lo esencial, es decir, antes de ser “útil a la sociedad” las personas con discapacidad deben sentirse “útiles para sí mismos”, dicho en otros términos, deben concebirse una imagen real de sí mismos, una imagen completa con sus dificultades pero, sobre todo, con sus posibilidades y capacidades. Esta perspectiva de trabajo es en la que se enmarca principalmente la metodología artística, ya que se trabaja desde la emoción y el conocimiento de sí mismo.
A la luz de estas conclusiones, podemos indicar que se abre una nueva puerta de investigación y actuación. Estas metodologías contemporáneas nos han dado a conocer sus múltiples beneficios. Estos beneficios pueden ser aprovechados por diversos profesionales: investigadores/as, terapeutas, psicólogos, psicopedagogos, trabajadores sociales, especialistas en discapacidad, docentes de diversos ámbitos, etc. Para emplear estos conocimientos recabados mediante la presente investigación, debemos ser abiertos y flexibles para poder innovar incorporando a nuestro corpus de actuación profesional metodologías demostradamente eficaces.
Para concluir, se puede afirmar que este es un camino irrenunciable hacia la calidad de vida de las personas con discapacidad, es por ello que los resultados de esta investigación podrían servir de reflexión y punto de partida de cara a implementar estas metodologías, no necesariamente novedosas, pero sí con unas ideas nuevas y renovadas.
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