De Investigación
La Desterritorilización y el Agenciamiento de los Conocimientos. Una invocación urgente a la investigación universitaria en la postmodernidad
The Deterritorilization and the Agenciamiento of the knowledge. An urgent invocation to the university investigation in postmodernity
La Desterritorilización y el Agenciamiento de los Conocimientos. Una invocación urgente a la investigación universitaria en la postmodernidad
Revista Arbitrada Interdisciplinaria Koinonía, vol. 4, núm. 8, pp. 321-340, 2019
Fundación Koinonía
Recepción: 01 Abril 2019
Aprobación: 01 Mayo 2019
Resumen: Abordar las realidades en la sociedad postmoderna plena de fragilidades, líquida, de incertezas, complejidad y multiplicación de saberes es un desafío permanente para la investigación universitaria, emplaza a co-construir un conocimiento de respetabilidad científica y sensible a esta transitoriedad; ello precisa la utilización de una gran diversidad de métodos, estrategias y procedimientos para estudiar lo que Deleuze y Guattari (2008) llaman multiplicidades y acontecimientos, es decir, las múltiples dimensiones de un evento y la esencia-existencia de esa entidad. Ello invoca un pensamiento investigativo, rizomático, en devenir, una haecceidad para captar la multiplicidad, nunca total, de la realidad social. Ante esta situación fenoménica me propuse visionar los procesos investigativos desde la óptica migratoria, la cual subsume en su esencia las profundas nociones filosóficas de las deslocalizaciones de los saberes; realidades plenas de agenciamientos y desterritorilización-reterritorialización que las universidades han de considerar en la gestión investigativa. La hermenéutica fue la aliada epistémica de la investigadora para dialogar con los relatos filosóficos de los pensadores precitados con la intención de edificar un territorio franco a la transdisciplinariedad, la complementariedad de métodos-metodologías, para abordar la complejidad de lo real; creación de un espacio óntico, de aperturas epistemológicas, de agenciamiento de conocimientos devenidos de la desterritorilización de los distintos campos paradigmáticos, migraciones de saberes, líneas de fuga para generar espacios críticos no hegemónicos de enunciación del yo investigativo que conduzcan a movimientos pendulares de desterritorialización–reterritorialización de conocimientos, devenires, que conectan prácticas humanas en esa línea imaginaria del encuentro epistemológico, reconfigurando nuevas maneras de hacer ciencia.
Palabras clave: desterritorilización, agenciamiento, conocimientos, investigación universitaria, postmodernidad.
Abstract: Addressing the realities in postmodern society full of fragility, liquidity, uncertainty, complexity and multiplication of knowledge is a permanent challenge for university research, summons to co-build a knowledge of scientific respectability and sensitive to this transience; this requires the use of a great diversity of methods, strategies and procedures to study what Deleuze and Guattari (2008) call multiplicities and events, that is, the multiple dimensions of an event and the essence-existence of that entity. This invokes a research thought, rhizomatic, in becoming, a haecceidad to capture the multiplicity, never total, of the social reality. Faced with this phenomenal situation, I proposed to view the investigative processes from the perspective of migration, which subsumes in its essence the deep philosophical notions of the delocalisations of knowledge; realities full of agency and deterritorialization-reterritorialization that universities have to consider in research management. The hermeneutics was the epistemic ally of the researcher to dialogue with the philosophical accounts of the aforementioned thinkers with the intention of building a frank territory to transdisciplinarity, the complementarity of methods-methodologies, to address the complexity of the real; creation of an ontic space, of epistemological openings, of knowledge agency resulting from the deterritorialization of the different paradigmatic fields, migrations of knowledge, vanishing lines to generate non-hegemonic critical spaces of enunciation of the investigative self that lead to pendular movements of deterritorialization- reterritorialization of knowledge, becomings, that connect human practices in that imaginary line of the epistemological encounter, reconfiguring new ways of doing science.
Keywords: deterritorilización, agency, knowledge, university research, postmodernity.
Prolegómeno
El advenimiento de la sociedad postmoderna con sus múltiples manifestaciones trastoca la vida personal, social e institucional, impactando su organicidad homeostásica e imprimiéndole mayor complejidad en crecendo. Abordar estas realidades, especialmente sociales y humanas, con el designio de conocer, crear, recrear y apropiarse de un conocimiento que al mismo tiempo de ser sensible a su estado multidiverso, incierto y cambiante responda a procedimientos rigurosos, sistemáticos y críticos de alto mérito científico es hoy el gran desafío planteado a las universidades hacia una comprensión y una acción más completa, profunda y dialéctica de los innúmeros eventos de esas realidades. Su aprehensión precisa de la investigación que se gesta en su seno, la utilización de una gran diversidad de métodos, estrategias, procedimientos, técnicas e instrumentos con la intención de generar conocimientos desde distintas dimensiones indagatorias; reconociendo que una solo paradigma investigativo, un solo enfoque, no es suficiente para estudiar lo que Deleuze y Guattari (2008) llaman multiplicidades y acontecimiento, es decir, las múltiples dimensiones de un evento y la esencia-existencia de esa entidad.
Del conjunto de nociones filosóficas de estos dos autores, multiplicidad y acontecimiento son dos concepciones esenciales que constituyen el fundamento de la desterritorilización. Tomando sus aportes, la territorialidad, desterritorialización y reterritorialización son acontecimientos caracterizados por la multiplicidad de sus dimensiones desde la cual se entiende la noción de frontera y la puesta en escena de la identidad en la migración. Si se entiende, Reyes (2011) que territorialidad corresponde a la significación del espacio social de ordenación o modelado del paisaje, lugar, con base en los geosímbolos significativos de los individuos y de las comunidades; la migración no sólo da un desplazamiento de habitantes, bienes reales y simbólicos, o crea transformaciones individuales, colectivas y territoriales, sino que a su vez, produce una constante desterritorialización y reterritorialización de percepciones, sentimientos y memorias, sobrepasando las fronteras físicas del Estado-Nación.
El territorio, define Reyes (ob.cit.) es el espacio material, físico, psicológico, simbólico; que precisa una determinada especie para garantizar su supervivencia; el establecimiento de los límites de dicho espacio responderá a lo que determinen los intereses de la especie en cuestión; la conformación de un nuevo espacio entre territorios es lo que comúnmente se denomina frontera. Los estudiosos del comportamiento de las especies animales le denominan instinto territorial. Desde una perspectiva sociológica, el territorio ha sido definido como la parcela geográfica que sirve de hábitat exclusivo a un grupo de seres humanos o a un individuo. Puntualiza Álvarez (2012): “Decimos de manera exclusiva, porque el grupo del individuo tiende a mantener celosamente su derecho a evitar y explorar esa área geográfica sin interferencias por parte de otro grupo o de otros individuos (p. 2229)
Se establece así, el concepto de frontera como apertura que permite la comprensión de las nuevas organizaciones territoriales y la reafirmación identitaria de los migrantes en sus nuevos lugares de arribo: ello traduce a entender que desterritorialización y reterritorialización son procesos concomitantes, fundamentales para comprender las prácticas humanas tan comunes en esta etapa histórica del país donde la migración ocupa lugares importantes en la acción diaria y mucho mayor en el imaginario colectivo, concepciones que retomo e introduzco en el campo investigativo para referirse a este movimiento pendular entre dos concepciones que finalmente apuntan a un terreno común inexplicable desde una sus coordenadas, con todo representan un espacio de contenidos y sentidos que a la manera de Gottfried Leibniz son relaciones espaciales entre objetos en el mundo.
Para Leibniz, citado en González, (2009), considerado el creador de la universidad alemana moderna, el espacio era una abstracción idealizada de las relaciones entre las entidades individuales, algo así como la utopía de la que hablaba Sartre, sostuvo que el espacio no podría existir independientemente de los objetos en el mundo porque eso implicaría una diferencia entre dos universos exactamente iguales excepto por la localización del mundo material en cada universo.
Pero no habría manera de distinguirlos entre sí ya que, conforme al principio de identidad de los indiscernibles, no habría ninguna diferencia real entre espacio y mundo, ya ambos provenían de la mónada primigenia, Dios, creadora de las infinitas otras mónadas que conforman el mundo. (Las mónadas son formas sustanciales dotadas de una determinación interna cuya génesis se halla en Dios, la mónada primigenia). Lo cierto es que esta relativización del espacio adquirió más tarde luces con la teoría de la relatividad de Einstein; que aplicada a la investigación connota la imposibilidad de abarcar todas las solidaridades de un fenómeno social y humano, por tanto su acercamiento será siempre relativo.
Para los filósofos centrales de este documento, un territorio es mucho más que una cosa u objeto, es un acto, una acción, una relación, un movimiento de territorialización y desterritorialización, que se repite y sobre el cual se ejerce un control. Sobre el asunto, Guattari y Rolnik (2006) plantean:
El territorio se puede desterritorializar, esto es, abrirse, en líneas de fuga y así salir de su curso y se destruye. La especie humana está sumergida en un inmenso movimiento de desterritorialización, en el sentido de que sus territorios ‘originales’ se rompen ininterrumpidamente con la división social del trabajo, con la acción de los dioses universales que ultrapasan las tablas de la tribu y la etnia, con los sistemas maquínicos que llevan a atravesar, cada vez más rápidamente, las estratificaciones materiales y mentales. (p. 323).
La desterritorialización puede ser considerada un movimiento por el cual se abandona el territorio, una operación de líneas de fuga, y por ello es también una posibilidad de reterritorialización y un movimiento de construcción del territorio. Deleuze y Guattari (ob.cit.) plantean que en un primer movimiento, los agenciamientos se desterritorializan y, en un segundo, ellos se reterritorializan como nuevos agenciamientos maquínicos de los cuerpos y colectivos de enunciación. Según este argumento la desterritorialización del pensamiento es siempre acompañada por una reterritorialización; es decir que lo absoluto de aquella no existe sin ésta.
En el campo geosimbólico la desterritorializacion, según Canclini (1999), se refiere a la pérdida de territorio, pugnas de poder; en la que se condena a los individuos vivir en sitios indiferenciados, donde se rompe toda relación con la historia y la memoria de los lugares, en el cual existe una amnesia territorial, que puede significar extrañeza y desculturización. Explica que es la pérdida de la relación natural de la cultura de los territorios geográficos y sociales y, al mismo tiempo ciertas relocalizaciones territoriales relativas, parciales, de las viejas y nuevas producciones simbólicas. También surge por las diversas migraciones emergentes de un territorio a otro, donde muchas veces estos migrantes dejan atrás sus usos y costumbres, perdiendo su identidad, rompiendo todo nexo con su región de origen, adoptando nuevas costumbres y formas de vida, donde estos residen.
Pero también se da la desterritorialización en el orden local, emergente como una consecuencia de la economía globalizada, Bauman (1999), que ha impulsado el consumismo, que se ve reflejado sobre todo en la incorporación a los medios masivos de comunicación el tipo de publicidad que transmite mensajes consumistas que se caracterizan por formas de vestir determinadas, cierto tipo de música, símbolos y otros; muchas veces olvidando su historia y costumbres, adoptando estereotipos de otras regiones.
En este punto es conveniente señalar que la territorialización, según Haesbaert (2013) y Arévalo (2016): Es el proceso de dominio (político-económico) o de la apropiación simbólica- cultural de un espacio, hecha por un grupo humano. Es inmaterial, pero se hace presente cuando hay un reconocimiento de pertenencia en el territorio por un ser humano, es decir, cuando este se identifica con el territorio. Es a partir de la territorialidad que se entienden las identidades sociales territorializadas y se encuadran adecuadamente los fenómenos de arraigo, apego, pertenencia socio territorial, movilidad, migraciones internacionales y globalización.
En este sentido, no existe un territorio en sí mismo, sólo se puede hablar de él si es posible identificar al grupo humano que le corresponde y lo produjo. Por lo tanto, se le entiende, Monnet (1999), como el producto de un proceso puesto en marcha para conseguir la apropiación territorial por parte de cualquier grupo humano e incorporándole distintas multiplicidades, ya sean políticas, económicas, sociales, históricas o culturales. Esta territorialización, implica, Haesbaert (ob.cit.), un vínculo entre sujeto, comunidad o grupo social con su tierra; y como en todas las relaciones, es dinámico y está en constante generación, regeneración, transformación y desaparición. Por lo consiguiente, la desterritorialización lleva en sí misma el germen de la reterritorialización, tendencia a la recuperación y el fortalecimiento de las identidades y valores territoriales locales; reterritorilizar, es cuando la persona recupera el vínculo con su historia, usos y costumbres, sin importar el lugar que se encuentre.
En este andar también hay un posicionamiento en el ámbito del agenciamiento de Deleuze y Guattari (2008), noción filosófica ligada a la pragmática, puede definirse como la relación de cofuncionamiento entre elementos heterogéneos, que comparten un territorio, al respecto pronuncia “...todo agenciamiento es en primer lugar territorial” (p.108), tienen un devenir. Dado que el devenir es no paralelo, tampoco es signado por la identificación; estos elementos que comparten una territorialidad inicial, dado el devenir, procederán por desterritorialización hacia otros agenciamientos o estratos cuyos elementos tiene relaciones entre sí, según líneas de encuentro que en el campo suscrito pueden verse como relaciones sociales. Desde esta perspectiva, el agenciamiento es un modo de pensar desde las relaciones sociales de los elementos, por ejemplo, personas, símbolos, que se encuentran, así en algún sentido, se conecta este concepto con el de vínculo haciendo alusión a Spinoza (2007), no somos entonces seres sino modos de ser. Ante lo cual Sabatini (2001) expresa:
Todo agenciamiento es colectivo y pone en juego poblaciones, multiplicidades, afectos, intensidades, territorios. Siempre hablamos, accionamos y pensamos desde un agenciamiento, es la línea imperceptible que atraviesa las ideas, los cuerpos, los elementos en juego, es el entremedio, que sostiene todas las relaciones. (p.1)
Considerando que ser sensible a los signos de nuestro tiempo y considerar el mundo como cosa a descifrar, es sin duda un don preciado. Pero este don, expresa González de H. (2007), correría el riesgo de quedar sepultado en nosotros mismos si no hiciéramos los encuentros necesarios, por esta razón reencontrándome con la filosofía de Deleuze y Guattari y sensibles a los procesos migratorios de una Venezuela convulsionada y fragmentada, en un giro creativo e intelectual distanciándome de lo insustancial que de alguna manera arropa un fenómeno social de amplio impacto social, cultural, económico, educativo y político, me planteo como propósito general: Visionar los procesos investigativos desde la óptica migratoria, la cual subsume en su esencia las profundas nociones filosóficas de las deslocalizaciones de los saberes; realidades plenas de agenciamientos y desterritorilización-reterritorialización que las universidades han de considerar en la gestión investigativa.
Este desafía consiste en la creación de un espacio territorial del saber más amplio donde tenga cabida la gestión del conocimiento en redes de investigadores transdisciplinarios que gracias a sus agenciamientos, modos de pensar distintos o cercanos, construyendo en colectivo, urdimbre solidaria y responsable, otras miradas, otros territorios cognitivos- simbólicos-emocionales, nuevos conocimientos transdisciplinarios y complejos como repuesta a las demandas educativas de la sociedad postmoderna; en otras palabras, impulsen desde sus investigaciones un devenir que confluya hacia nuevos agenciamientos investigativos edificando un espacio abierto donde concurran distintas posiciones epistemológicas y metodológicas, en tanto se integren en un territorio franco a la transdisciplinariedad, la complementariedad de métodos-metodologías, para abordar la complejidad de lo real en un intento, expresa Fernández (2007), de coligar “…visiones pluriparadigmáticas para iluminar la complejidad de los fenómenos” (p.2), migrando a otros escenarios donde la desterritorilización-reterritorialización de los conocimientos fluyan en esa línea imaginaria del encuentro de Deleuze y Guattari, reconfigurando nuevas maneras de hacer ciencia.
Coordenadas epistémicas. Edificando el discurso que nos saca de nosotros mismos por la fuerza de lo extraño, ayudándonos a convertirnos en seres nuevos (Rorty, 1995).
Agenciamiento e Investigación
El agenciamiento es como el contrapunto del concepto de estructura en psicoanálisis, en antropología o lingüística estructural; relaciona elementos homogéneos solidarios entre sí. Deleuze (2005) describe al agenciamiento como la unidad real mínima de análisis. Y profundiza críticamente, haciendo alusión a Freud, Lacan y Platón, que la unidad de análisis no es la palabra, ni el significante, ni la idea, ni siquiera el concepto, expresa que un agenciamiento hace funcionar a elementos heterogéneos entre sí. Ahora bien, cada elemento, o cada ente, más que una entidad fija, es una multiplicidad, real o potencial.
Por tanto, un agenciamiento relacionará términos que en sí, son cada uno multiplicidades. Y a su vez, cada cual tendrá su devenir, que ocurre por la circulación de afectos en el mismo. Es una multiplicidad que comporta muchos géneros heterogéneos y que establece uniones, relaciones entre ellos. Lo importante no son las filiaciones sino las alianzas y las aleaciones
Desde esta óptica precisamos que las investigaciones con enfoques cuantitativos como cualitativos son paradigmas con sus propios agenciamientos, solidarias si se encuentran en el mismo territorio paradigmático, diferentes si se encuentran en paradigmas distintos. En ambos casos, son procesos que intentan aprehender una realidad, que en el caso referido de investigaciones sociales-humanas, es cambiante, movible, holística y dinámica; cuya explicación-comprensión precisa de ambos paradigmas.
Multiplicidades y acontecimientos
Para el filósofo Deleuze (ob.cit) las multiplicidades se definen por el afuera, por la línea abstracta, línea de fuga o de desterritorialización según la cual cambian de naturaleza al conectarse con otras. La línea de fuga señala a la vez la realidad de un número de dimensiones finitas que la multiplicidad ocupa efectivamente, es su extensión rizomática; ello alude a una realidad múltiple, diversa, aparente y transparente (más allá de toda apariencia), de infinitas coordenadas territoriales de acontecimientos que como las migraciones se desterritorializan-reterritorializan continuamente para conformar un nuevo territorio, que en investigación sería un nuevo espacio óntico que invoca epistemologías más profundas y diversas, que atienda a la naturaleza de los fenómenos y a sus relaciones como un todo.
Este pensamiento investigativo no niega ninguna de las dos tendencias paradigmáticas en las cuales se ubica la investigación social; el enfoque cuantitativo, analítico, empírico y el enfoque interpretativo, cualitativo o naturalista, lo que si se plantea es que una sólo enfoque investigativo no es suficiente para aprehender la multiplicidad de la realidad social. Se invoca un conocimiento rizomático, que se subsuma en las grietas de lo desconocido y también arrope a lo conocido para alcanzar una visión más amplia y más completa, nunca total, de la realidad social.
Es bueno, recordar que rizoma es un concepto filosófico desarrollado por Gilles Deleuze y Félix Guattari en su proyecto Capitalismo y Esquizofrenia. Es lo que Deleuze llama una imagen de pensamiento, basada en el rizoma de las plantas, tallo subterráneo cuyas raíces crecen indefinidamente, que aprehende las multiplicidades de una realidad dada. En la teoría filosófica de Deleuze y Guattari (1985):
… un rizoma es un modelo descriptivo o epistemológico en el que la organización de los elementos no sigue líneas de subordinación jerárquica —con una base o raíz dando origen a múltiples ramas, de acuerdo al conocido modelo del árbol de Porfirio—, sino que cualquier elemento puede afectar o incidir en cualquier otro (p.13).
Los pensadores incorporan a la filosofía un concepto biológico, específicamente de la botánica, para significar que en la organización del conocimiento los elementos, como ocurre con el rizoma de las plantas, carecen de un centro, así cualquiera de ellos puede incidir en la concepción de otros elementos de la estructura, sin importar su posición recíproca. El modelo rizomático lo ha hecho de particular interés en la filosofía de la ciencia y de la sociedad, la semiótica y la teoría de la comunicación contemporánea.
La noción adoptada de la estructura de algunas plantas, cuyos brotes pueden ramificarse en cualquier punto, así como engrosarse transformándose en un bulbo o tubérculo; el rizoma de la botánica, que puede funcionar como raíz, tallo o rama sin importar su posición en la figura de la planta, sirve para ejemplificar un sistema cognoscitivo Deleuze y Guattari (ob.cit.) “donde no hay puntos centrales, es decir, proposiciones o afirmaciones más fundamentales que otras; que se ramifiquen según categorías o procesos lógicos estrictos (p.35). De este modo, la investigación social conforma un espacio cognoscitivo de amplio espectro donde como el rizoma se nutre de los aportes de distintas ciencias, de allí que es preciso concebirlo abierto a los diversos paradigmas, las visiones aisladas, desarticuladas y excluyentes resultan incompletas e insuficientes para el estudio de los actos humanos tan ricos, interconectados y permeables a los cambios.
El acontecimiento para los prenombrados filósofos Deleuze y Guattari (2006), está íntimamente relacionado con el filosofar que entienden “como la creación de conceptos. El acontecimiento es una entidad, una haecceidad” (p.266), es decir, un ser, un pensamiento, la humanidad y/o el devenir dado su carácter indeterminado. La haecceidad está integrada por longitud (movimientos y reposos, velocidades y lentitudes) y latitud (esencia de la entidad), Spinoza, citado en González de H. (2009), a la longitud la llama affectio (afeción) y a la latitud la llama affectus (afecto), significando que la entidad sea cual fuere tiene movimientos y esencias, como las corrientes migratorios están signadas por desterritorialización-reterritorialización como manifestaciones oscilantes, en movimiento, de su esencia. Y es que la efectividad, aludida por Spinoza, cumple una función primordial en la apropiación y producción de conocimientos, mencionaba Rousseau (2005) “para nosotros existir es sentir; nuestra sensibilidad es indisputablemente anterior a la inteligencia, antes de tener ideas hemos tenido afectos” (p.220), Deleuze y Parnet (1997) en sus Diálogos exponen:
La haecceidad concierne tanto a una hora del día ("las cinco de la tarde"), a un "grado de calor", a una "intensidad de blanco", como a un animal, un sujeto, un cuerpo social, un concepto, un cuadro, una obra, un estilo. En este contexto, un concepto constituye el perímetro, la configuración, la constelación de un acontecimiento por venir, en este orden de ideas, el concepto al caracterizarse por ser el movimiento del pensamiento constituye también, un devenir (p.120).
Este movimiento del pensamiento en investigación es un devenir, una haecceidad pues tiene como centro una misma esencia que para unos es afecto, para otras ideas, conceptos, pensamientos o modos de aprehender y producir conocimientos. En atención al devenir, el Glosario de Filosofía (s/f) menciona:
Devenir es un término con el que se designa el proceso de ser, bajo el que se incluyen todos los tipos de cambio, (movimiento, alteración, generación, corrupción...) y que suele ir asociado a expresiones como "llegar a ser". En general, y a partir de la filosofía griega clásica, el hablar del ser como "devenir" marca la oposición a una concepción del ser como algo estático, y se suele considerar las posturas defendidas por Heráclito y Parménides como representativas de una y otra posición, respectivamente. Se ha entendido, pues, que el "devenir" sea oponía al "ser", en el sentido de que el proceso de ser, o de "llegar a ser" algo, se opone a la inmovilidad del ser. La afirmación del devenir, del ser como proceso, se identifica con una concepción dinámica de la realidad, de la que suele considerarse a Heráclito de Éfeso como su más representativo defensor.
Se evidencia que desde mucho antes los filósofos como Heráclito habían descrito la realidad en su apariencia y transparencia, mientras que Hegel (1993) desarrolló esta noción, pero en su condición de idealista, entendía el devenir de una manera especulativa, abstracta, como el devenir de las ideas y no de la naturaleza, de la materia; no es de extrañarse entonces, que la dinámica de un fenómeno social invite a estudiarse desde distintas aristas, consideradas como complementarias; donde el monopolio de una de ellas debe incitar al recelo por cuanto sería una visión sesgada, cuando el devenir está enlazado orgánicamente con la concepción del mundo dialéctico; se asienta en el enfoque de cualquier cosa o fenómeno como unidad de los contrarios (el ser y el no ser) que en investigación, se integran reconociendo la complejidad de la realidad que ante tal infinitud de acontecimientos se impone por una parte una visión transdisciplinaria y por la otra investigaciones que desde esta transdisciplinariedad den repuestas a las exigencias de la sociedad.
Sobre el primer aspecto, Fernández (ob.cit.) apunta que la complejidad reportada desde la física hasta la biología molecular implica reconocer definitivamente que no hay franjas aisladas en el universo; luego, el conocimiento no debe fragmentarse en parcelas, áreas o disciplinas incomunicadas. Es preciso un pensamiento abierto está llamado a recuperar el carácter rizomático del conocimiento, es una nueva mirada para visitar los saberes, sin fronteras, sin linderos, saberes abiertos, amplios ventanales para la comunicación, la hipercomunicación y la transversalidad en el rico y plural paisaje del conocimiento. Lo transdisciplinario es esencialmente encarar las realidades o los fenómenos del universo sin divisiones y sin viejos prejuicios, navegar entre los saberes sin estacionarse en uno u otro y trazando líneas de comunicación entre la física, la historia, la biología, la literatura, la poesía y las matemáticas, cualquier otra disciplina que pueda convocar al entendimiento, espacios abiertos para la investigación.
Por esta razón se puede afirmar que ante la pluralidad de concepciones y vertientes epistemológicas constituyentes de los paradigmas positivista, postpositivista, interpretativo y sociocrítico, cuyas premisas en un momento histórico se han erigido como criterios de verdad, la transdisciplinariedad, herramienta del pensamiento complejo, posibilita el amplio abordaje de la compleja realidad social.
Se hace cada vez más patente que ninguna corriente del pensamiento, puede reclamar la posesión absoluta del sentido investigativo, ningún paradigma tiene base para ser proclamado como el paradigma por excelencia para abordar las infinitas tareas de la complejidad de lo real. Por el contrario, el talante epistemológico que parece imponerse es el de haecceidad, entendida como devenir donde los principios de complementariedad mediante visiones pluriparadigmáticas son aperturas rizomáticas, agenciamientos que relacionan perspectivas, con sus afectos y efectos, géneros que a primera vista parecen heterogéneos y desde lo subsumido es posible establecer uniones, relaciones, alianzas y quizás aleaciones, avivando la desterritorialización-reterritorialización de saberes, líneas de fuga del pensamiento-conocimiento que al conectarse con otras dan como resultante la creación de nuevos conceptos, acontecimientos, devenires, vías de acceso para iluminar la complejidad de los fenómenos.
El Método. Sinergia de la razón y lo sensible. (Mafessoli, 1997)
La riqueza de la realidad donde se mezclan, se rizomatizan, lo lógico y lo paralógico, racional e irracional, azar - necesario, lineal - l no-lineal, el orden y desorden, la certidumbre - incertidumbre, en relaciones abiertas, complejas y de complementariedad invita a mirar con desconfianza los viejos esquemas unidimensionales, reduccionistas y mutilantes de la investigación y a sopesar la tarea desgarrada, plena de incomprensiones y desamores por aquello que Miguel Martínez llama el atrevimiento de la ignorancia; de asumir con voluntad creadora, fecunda, de arrojo epistemológico, que implica el acto de producción de conocimiento desde lo racional y lo intuitivo como esferas complementarias.
En éstas el lenguaje atraviesa las redes semióticas y reclaman su espacio en un paradigma cognitivo de lo transcomplejo desde el cual el investigador establece solidaridades, agenciamientos deleuzianos entre paradigmas, desterritorializando los saberes y congeniando en un terreno común las migraciones cognitivas, multiplicidades, que conducen al sujeto a la creación de acontecimientos, de haecceidades, devenires transgresores de fronteras entre disciplinas convirtiéndose en equipaje para estudiar los fenómenos desde perspectivas múltiples reconociendo la acción simultánea de varios niveles de la realidad.
Con este andamiaje que Deleuze y Guattari proporcionan, la intención fenomenológica se centró en la interpretación de sus relatos filosóficos de acuerdo con lo vivido y experimentado por ellos, por lo menos se trató de hacerlo; en consecuencia, desde un punto de vista ontológico, no se concibe una realidad única y estable, sino multiplicidades desde las cuales se llega, un llegar no definitivo, a la creación de conocimientos destinados a ampliar el espectro investigativo, en otro términos, conducen a mirar desde el arcoíris de los paradigmas las realidades dinámicas, cambiantes, interrelacionadas e interdependientes construidas por el hombre.
El episteme hermenéutico requirió la adopción de una postura metodológica de naturaleza dialógica, en la que los verdaderos datos estuvieron representados por los relatos intersubjetivos que establecí con los filósofos para edificar un terreno común donde la filosofía de la desterritorilización y el agenciamiento fueron la plataforma epistémica para interpretar los procesos investigativos transcomplejos necesarios y urgentes en una sociedad postmoderna colmada de impredecibilidad, incertezas, liquidez y también, ¡aleluya!, de aperturas epistemológicas en lo que respecta a la investigación.
Nota finales sobre la investigación universitaria en la postmodernidad
La investigación en la universidad de la sociedad postmoderna invoca a la desterritorilización y el agenciamiento de los conocimientos, es éste un exhorto polifónico que tiene su acento en la raíz de la palabra agenciamiento, derivada del verbo latino ago, agis, agere, que significa hacer, actuar. El agenciamiento se traduce en la capacidad del sujeto para generar espacios críticos no hegemónicos de enunciación del yo investigativo, en y desde lo colectivo implicado en el hacer universitario, para contrarrestar las lógicas de control que se le imponen.
De este modo, el agenciamiento desafía la hegemonía de lo normativo, homogéneo y fijo para hacer funcionar distintos nodos/agentes que se relacionen entre sí y hacia afuera, líneas de fuga territoriales que en Deleuze y Guattari (ob.cit.) conducen a la desterritorialización –retorritorialización, movimientos pendulares, devenires que conectan las prácticas humanas, concretándose en acciones que intentan alterar el funcionamiento ordinario del sistema investigativo.
El campo social en cual se inserta la universidad es un espacio de agenciamiento que comporta componentes heterogéneos de orden biológico, social, tecnológico, gnoseológico e imaginario de múltiples rizomas que la investigación descifra, aunque sea en parte, para producir conocimientos, devenires, y proponer alternativas a las demandadas generadas por sus integrantes, internas, y su entorno (externas).
El devenir, es una de las posibilidades más fructíferas del agenciamiento, la multiplicidad de que se parte al momento del encuentro entre términos heterogéneos, con el efecto de multiplicación, gracias a las líneas de desterritorialización del agenciamiento (Si bien el agenciamiento parte de ser territorial, la riqueza del mismo estriba en la desterritorialización en que deviene, en las migraciones que se posibilitan desde su seno) convierten a la investigación en un espacio de encuentro para las distintas líneas de fuga epistemológicas ante la cual la universidad postmoderna tiene la oportunidad para conciliar dispositivos colaborativos entre los distintos paradigmas de investigación concretándolos en acciones de agenciamiento de conocimientos devenidos de la desterritorilización de los distintos campos paradigmáticos.
En la universidad, la desterritorilización y el agenciamiento de los conocimientos se convierte en una invocación urgente a fin de transformar la investigación en un nuevo territorio de migraciones de saberes hacia su transcomplejidad que comporta nuevas líneas de potencialidad investigativa donde la multiplicidad de campos heterogéneos, de paradigmas, métodos y procedimientos se encuentran y multiplican gracias a las líneas de desterritorialización del agenciamiento cognitivo-intuitivo de quienes investigan, es necesario recordar que si bien el agenciamiento parte de ser territorial, la riqueza del mismo estriba en la desterritorialización en que se transforma, producto de las migraciones que ocurren desde su seno, para bien de la universidad y de quienes aman la investigación como territorio de encuentro, transformaciones, en devenir…
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