Entrevista

La memoria me sirve para intentar comprender el presente: entrevista a Paco Roca

Ivan Rodrigues Martin

La memoria me sirve para intentar comprender el presente: entrevista a Paco Roca

Caracol, núm. 15, pp. 416-425, 2018

Universidade de São Paulo

Recepción: 04 Octubre 2017

Aprobación: 05 Noviembre 2017

Entrevistador: Una cosa que llama mucho la atención en Los surcos del azar son los recursos gráficos que utilizaste para situar la narración en el tiempo histórico. En el tiempo de la narrativa, los diálogos entre el joven investigador y el excombatiente están gráficamente narrados sin colores, y las secuencias de cuadros que lo componen dan la sensación de frío, de poca hospitalidad. Mientras que el tiempo de lo narrado, los sucesos de que participó el excombatiente, está compuesto por verdaderas pinturas, con colores y otros recursos cinematográficos de aproximación y alejamiento que le dan a la narrativa un aire de vida, aunque trate principalmente de la muerte. ¿Cómo pensaste la utilización de estos recursos gráficos para marcar la diferenciación temporal?

Paco Roca: Bueno, primero, como tú dices, necesitaba separar muy bien gráficamente esos dos aspectos para que no quedase confuso y para que tuviese un atractivo. Pensé que esa diferencia podía ser, en cierta manera, como lo que representa. Por un lado está la entrevista que pensé que estaría bien que no fuese demasiado trabajada, que fuese algo más como una especie de diario, algo suelto, con poco color y, sin embargo, lo que cuenta es el cómic en sí, el cómic terminado, con el aspecto terminado, lo que haría allá en mi estudio y con calma. Por eso, uno tiene un aspecto de cómic más convencional, digamos, el otro del apunte del momento. En cierta forma, es también una especie de metáfora de como se da la reconstrucción del pasado, esta reconstrucción casi perfecta. Sin embargo, el presente es como mucho más etéreo, ¿no? Hasta que no lo cuentas, digamos que no se reconstruiría bien. Visualmente es también una metáfora de lo que podemos llamar memoria histórica de esa reconstrucción y del presente como algo cambiante.

Entrevistador: Justo lo que iba a preguntarte enseguida tiene que ver con eso de la recomposición del tiempo histórico, pues se nota claramente que hay ahí una investigación muy grande, detallada, de ese pasado, tanto en lo que se refiere a los sucesos narrados como la representación de la época, ¿no? ¿Cómo realizaste esta investigación? ¿Cuáles son tus fuentes? Y tu experiencia personal, ¿cómo entra en eso?

Paco Roca: Bueno, en primer lugar, me interesa la historia y me interesa la historia de España. Después me he dado cuenta de que la memoria está presente en todo lo que he hecho, tanto de una forma individual como colectiva, como sociedad, como podría ser este caso. Pero, más que por un tema de nostalgia hacia un pasado, yo creo que es porque es casi una forma de comprender el presente y comprender quién soy como persona, a través de historias como Arrugas o como La Casa, que intentan recuperar mi memoria personal y familiar. ¿De qué parte son los genes?, ¿de qué parte es lo aprendido? Y también como sociedad. Comprender la España actual pasa por echarla atrás. En cierta manera, es lo que deberíamos hacer. Cuanto más echas atrás, más vas enlazando cosas. Pero un mito importante de España, pues, es que tanto la República, como la Guerra Civil, como el franquismo, es algo que tenemos mucho más reciente y, para comprender muchas particularidades de la sociedad española, que no se dan en otros países, hay que echarla atrás para encontrar esos orígenes. La memoria ahí me sirve para intentar comprender el presente. Para mí, el comprender el presente pasaba por esto, por hablar de una historia como ésta, del final de la Guerra Civil, del exilio, de cómo todo esto se ve desde el presente. Por eso, me parece también interesante ver la historia desde el presente y no contarla únicamente con los elementos del pasado. Entonces, por un lado, escogí esta historia porque a partir de La Nueve podría reconstruir – además de que la historia de La Nueve en sí ya es muy potente – una parte de la historia de España que me parecía muy interesante y muy importante para comprender el presente, ¿no? ¿Todo esto venía..?

Entrevistador: A lo de las fuentes… ¿hay fuentes documentales en eso?

Paco Roca: Sí, exacto. En España se ha criticado muchas veces el tema de la memoria histórica. Bueno, hay gente que piensa que no hay que hacerlo. Gente como Javier Cercas, por ejemplo, se queja del término “memoria histórica”, porque son dos cosas, dos palabras antagonistas, o es memoria, o es histórica, pero no puede ser las dos cosas a la vez. Y muchas historias se han creado – bueno, desde la ficción al fin y al cabo da igual – pero parece que mucha parte de la historia de esta época se ha intentado recrear a partir de testimonios, y los testimonios, en cierta forma, no son historia porque la memoria a veces es engañosa, te puede servir para una ficción, pero no te puede servir para crear, para hacer historia. Entonces, aquí es un poco lo contrario a las historias sobre memorias de excombatientes. A partir de la documentación histórica creamos un personaje que cumpla todo eso, en lugar de coger una persona real y tomar lo suyo como cosa veraz, ¿no? Como…

Entrevistador: ¿Cómo creación ficcional?

Paco Roca: Sí, pero a partir de un personaje que fue real, que desapareció, intenté contar una realidad documentada, que sería un poco la antítesis de lo que podríamos denominar como testimonio histórico. Entonces, en ese sentido, lo que hice fue documentarme históricamente, hablar con historiadores e intentar comprender desde las fuentes un momento y una época y, luego, ficcionarlo en forma de testimonio como más o menos se está arreglando la historia a partir de la memoria histórica.

Entrevistador: Pero hay novelas gráficas sobre la Guerra Civil Española que se basan principalmente en testimonios, ¿no?

Paco Roca: Es que sí. Sí. Si coges, por ejemplo, tanto El Arte de Volar, hablando del cómic, como El Largo Silencio, de Miguel Gallardo, unos más que otros son historias de ficción o historias noveladas, pero que se quedan en el testimonio. Los surcos es lo contrario, digamos. Es ficción, es historia convertida en ficción. No es el testimonio.

Entrevistador: ¿Lo que sería en literatura la novela histórica?

Paco Roca: Sí. Yo me baso en la realidad, en la historiografía, para crear un personaje y con él contar algo que pasó. Y las otras historias son un poco lo contrario, son testimonios que no tienen por qué estar contrastados, en cierta manera.

Entrevistador: Otra cosa que me llamó mucho la atención es que así como en Maus, en Los surcos del azar, el diálogo entre personajes de dos tiempos históricos, el de las guerras y el de los días actuales, posibilita la reaproximación entre personas que no se reconocen mutuamente, es decir, los jóvenes no reconocen lo grandes que han sido los mayores, y los mayores tampoco reconocen algún valor en sus descendientes. En ambas novelas, sin embargo, a lo largo de las narrativas, se observa una reconciliación entre las generaciones. Es como si las novelas posibilitaran que ellos se conociesen un poco más y se reconociesen uno en el otro. Me parece que la novela gráfica sobre esos sucesos traumáticos del violento siglo XX pueda ser un posible camino para el rescate de la memoria en estos tiempos en que vivimos

Paco Roca: Sí, sí. Por un lado, es lo que hablábamos antes, que en cierta forma a lo que tú comentabas, es ese encuentro entre el presente y el pasado, de una nueva juventud que reconoce el pasado, que lo ve en la realidad, lo ve con la gente, por ejemplo, de La Nueve, gente que iba a mirar totalmente anónimas y que de repente, al conocerse su historia, son homenajeados y son respetados por sus vecinos, por ejemplo. En ese sentido, claro, para comprender el presente es necesario el pasado. Al menos en España parece que para pasar de la dictadura a la democracia, tuvimos como una amnesia obligada en la que se perdonó todo lo anterior.

Como un pacto de silencio empezamos del cero. A partir de esa amnesia colectiva, ha habido poco espacio para la historia, todavía seguimos pendientes de muchas cosas que nos contó la historia oficial franquista. Sobre Franco. Sobre que Franco era muy inteligente, que supo marear a Hitler y a Mussolini para no entrar en la guerra, que tal, que no sé qué, un gran estratega, un no sé qué. En muchos casos, todo son mentiras o son exageraciones de la historia oficial franquista, que tuvo que rescribir su historia después de que el Führer perdió la guerra, ¿no? De que, en realidad, Franco luchaba contra el comunismo y todo eso. Ha habido muy poca rescritura de la historia. La ha habido, pero parece que no interesa a la gente en general. Y sin embargo llegamos a eso, a ese momento en el que hay poco espacio y poco interés por la historia oficial y por cambiarla para que la juventud o las nuevas generaciones sepan la verdad. Es difícil decir qué es la verdad, pero se necesita plantear hasta qué punto todo esto es cierto, no es cierto. El único espacio que queda es la ficción, o sea, las novelas, y los cómics en particular. Entonces, es un papel muy importante el que tiene a falta. Ojalá no. Ojalá la historia no se tuviese que aprender a partir de novelas o de ficciones. Lo que se recrease o se comprendiese a partir de la historia que se hace en la enseñanza, o como sea. Me parece que a falta de todo eso han proliferado tanto las novelas sobre la Guerra. Como todavía hay gente que niega ciertas cosas, el único camino que nos queda es el de la ficción. Y en eso yo creo que el cómic ha encajado perfectamente.

Entrevistador: ¿Y cómo ves esa intensa publicación de novelas gráficas sobre los conflictos bélicos que marcaron el siglo XX y que ya forman parte de nuestro cotidiano en el siglo XXI? ¿Te parece que ese fenómeno responde a una necesidad de expresión que va más allá de las narrativas verbales o atiende a una demanda de mercado?

Paco Roca: A las dos cosas. Yo creo que por un lado, digamos, que hay una coincidencia ahí. Una es la industria y otra cosa es en España. No conozco más, no podría decir a nivel mundial. Pero, aunque, digamos que, igual esto ha ocurrido años antes en otros países, como los Estados Unidos o Francia y demás, esa revisión de la historia. Pero creo que coinciden dos cosas: por un lado la industria del cómic actual y por otro lado el momento histórico en particular en España. El tema de la industria porque hasta hace diez, quince años, era imposible hacer este tipo de historia. La industria iba por otro lado y el cómic era otra cosa. Se basaba más en series, en personajes icónicos, en aventuras, en determinadas historias, y no cabía ni la autobiografía, ni la biografía, ni ciertos temas. Tampoco por el formato, porque era imposible ir a un editor con esto decirle “Mira, quiero hacer esto”. “No. Imposible. Vamos hacer tres tomos y vamos a meter un poco de aventura porque esto no, tal”. El tema político igual: “Vamos a dejarlo fuera”. Digamos que esto no encajaba en la industria del cómic hace diez años, por ejemplo. Entonces, eso ha cambiado mucho. Ahora puedes hablar de cualquier cosa y de repente se abre un camino muy interesante de la memoria. Mira, voy a contar la historia de mi padre o de mi abuelo que vivió la guerra. Ahora se puede hacerlo. Y sobre todo porque los autores también somos parte de la sociedad, lógicamente. Somos autores pero somos parte de una sociedad. Y estás viendo lo que en cierta forma hay como un interés social o hay un debate social. Y el tema de la memoria histórica, desde el gobierno de Zapatero hasta ahora, es algo que, digamos, que es de interés. Que cualquiera puede hablar de tal. Entonces, una persona que vive en esa sabe que eso interesa, o porque me interesa a mí, va a interesar a más gente. Entonces, se unen las dos cosas, ¿no? Que ahora se puede, en el mundo del cómic, hacer cosas así, y por otro lado que hay una sociedad, digamos, que, en cierta forma, o lo demanda o hay un cierto interés colectivo por el tema.

Notas

Paco Roca Paco Roca (Valencia, 1969) es uno de los más reconocidos novelistas gráficos españoles de la actualidad. La casa (2015), Los surcos del azar (2013), El invierno del dibujante (2010), El ángel de la retirada (2010) y Arrugas (2007) son algunas de sus obras traducidas a varios idiomas. Fue galardonado con el Premio Nacional del Cómic (2008) y con el Premio Goya (2012).
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