Dossiê

Los conectores contra argumentativos y la enseñanza de español como lengua adicional

Cristina Corral Esteve
Universidade Federal de Pernambuco, Brasil

Los conectores contra argumentativos y la enseñanza de español como lengua adicional

Caracol, núm. 19, pp. 510-535, 2020

Universidade de São Paulo

Recepción: 28 Julio 2019

Aprobación: 15 Septiembre 2019

Resumen: La enseñanza de los marcadores discursivos en las clases de español en Brasil continúa siendo un problema a pesar de todos los estudios realizados en las últimas décadas. El propósito de este trabajo es aportar un poco de luz a fin de construir un puente entre la teoría y la práctica. Nuestro objetivo es presentar herramientas que nos permitan conocer más el grupo de los conectores contraargumentativos a partir de la propuesta de Garrido Rodríguez (2004), que los considera marcas de coherencia textual, señales de progresión argumentativa del discurso y guías para la interpretación del enunciado. Comenzaremos presentando los marcadores discursivos en general y los conectores contraargumentativos en particular a partir de la reflexión sobre sus características formales, las instrucciones semánticas que presentan y sus efectos contextuales (Martín Zorraquino y Portolés, 1999). Luego, hacemos una breve revisión bibliográfica de las principales investigaciones realizadas sobre el español. Finalmente, presentamos una tabla de cada conector del grupo de los contraargumentativos.

PALAVRAS-CHAVE: Marcadores discursivos, Enseñanza de español, Instrucciones semántico-pragmáticas.

Abstract: Teaching discourse markers in the Spanish lessons in Brazil is still a problem in spite of all the studies carried out during the last decades. The purpose of the present essay is to throw some light on this subject in order to build a bridge over theory and practice. Our aim is to present tools that allow us to get to know more about the group of counter-argument connectives, starting from Garrido Rodríguez’s study (2004), who considers them as markers of textual coherence, signals of the argumentative progression of the discourse and guides for utterance interpretation. In order to do so, we start by presenting discourse markers in general and counterargument connectives in particular, based on the reflection about formal features, semantic instructions and contextual effects (Martín Zorraquino y Portolés, 1999). After that, a brief bibliographic revision of the main research concerning Spanish language will be done. Finally, we present a table for each connective within the group of the counter-argument connectives.

KEYWORDS: Discourse markers, Spanish language teaching, Semantic and pragmatic instruction.

Introducción

Los marcadores discursivos siguen siendo un problema para aquellos que deciden estudiar la lengua española y para aquellos que la enseñan, a pesar de todos los estudios llevados a cabo en las últimas décadas. Esto se debe a varios factores que comienzan por los posibles problemas ya presentes en su uso en la lengua materna, pasando por su escasa presencia en los distintos manuales y gramáticas (Corral Esteve, 2010), hasta llegar, como veremos, a la falta de materiales propios que ayuden a los docentes a enfrentarse a las dificultades que estas unidades presentan. Podemos decir, en definitiva, que los estudios teóricos todavía no han tenido el reflejo esperado en el aula. Es por ello que nace este trabajo, con el objetivo de aportar un poco de luz al permitir construir un puente entre la teoría y la práctica, a pesar de todas las dificultades que se reflejan en la bibliografía, comenzando por la falta de acuerdo en cuanto a su naturaleza y a su nomenclatura. Como afirma Rossari (2006, 302), “no podemos decidir cómo llamarlos porque no sabemos lo que son” [traducción nuestra].

Generalmente, los estudios se han centrado más en describirlos que en su aplicación. Como señala Fuentes Rodríguez (2010, 691), cinco han sido los principales caminos de investigación en relación a los marcadores discursivos: la enseñanza de español como lengua extranjera; la enseñanza a hablantes nativos, sobre todo en relación a la lengua escrita; el contraste de lenguas; los trastornos del lenguaje; y el aprendizaje y uso en el lenguaje infantil. En nuestro caso, el interés se centra, básicamente, en el primero, sin olvidar que nuestro ámbito de enseñanza se encuentra en Brasil y el contraste entre las lenguas estará presente a la hora de acercarnos a ellos.

Los principales problemas que nos vamos a encontrar en el aula serán dos, como ya apunta Portolés Lázaro (1999, 69). Por un lado, aparecerán determinados marcadores gramaticalmente correctos pero pragmáticamente inadecuados. Por otro, cuando queramos corregir los ejercicios propuestos, descubriremos probablemente que no conseguimos aclarar las dudas de por qué debe aparecer ese marcador y no otro (por ejemplo, sin embargo y no obstante) y que no tenemos un fácil acceso a recursos que nos ayuden a solucionar esas dudas. A pesar de existir materiales destinados a la enseñanza de los marcadores, estos presentan problemas a la hora de ayudarnos a explicar las diferencias entre las unidades que pertenecen a un mismo grupo.

En este artículo, nuestro objetivo es presentar una propuesta relacionada a un tipo de marcador discursivo concreto, los conectores contraargumentativos, dada la imposibilidad de recoger el conjunto de los conectores (además de los contraargumentativos, los aditivos y los consecutivos), que sirva como apoyo a los docentes ante las posibles dudas que puedan surgir con relación a estas unidades. Elegimos estos conectores dada su importancia a la hora de construir e interpretar los textos, la gran cantidad de estudios existentes, así como por ser los que aparecen con más frecuencia en los materiales didácticos, si bien, como indicamos al inicio, el espacio dedicado a ellos no es demasiado amplio ni específico (Corral Esteve, 2010). No podemos dejar de mencionar que nuestra aproximación será a nivel monologal y escrito, a pesar de reconocer su importancia a nivel dialógico. Entendemos, al igual que Portolés (2005, 39) que la escritura nos da “un contexto unitario, visual y permanente” que facilita nuestra reflexión en el aula. Esta propuesta se centrará en una revisión de las características de cada uno de los conectores contraargumentativos que nos ayude a ver las diferencias entre las unidades que lo componen. Partimos, a la hora de su enseñanza y aprendizaje, de la idea presentada por Garrido Rodríguez (2004, 206), para quien el estudio de los conectores debe abordarse desde diferentes ángulos: como marcas de coherencia textual, como señales de progresión argumentativa del discurso y como guías para la interpretación del enunciado.

Estas tres funciones son concurrentes y no excluyentes, frente a lo que sucede en la mayoría de los manuales y materiales, donde el punto de vista adoptado es el primero, por lo que mucha información valiosa para los alumnos se pierde en la simplificación. Los conectores son, pues, elementos que nos ayudan a crear un texto coherente y cohesionado, que nos permiten predecir de qué forma va a continuar el discurso argumentativamente hablando y que nos guían para conseguir determinadas inferencias en contextos determinados. De la misma forma, sabemos que todo esto es posible sin ellos y que, por otro lado, su presencia no nos asegura la coherencia ni el alcanzar las inferencias deseadas o el conducir la argumentación de la forma esperada. Sin embargo, su uso adecuado va a permitirnos, en su construcción, dejar mucho más clara nuestra intención y, en su interpretación, no tener dudas sobre la intención del hablante. Esto es fundamental en un estudiante de lenguas extranjeras ya que, cuanto más claro sea el mensaje, menos probabilidades habrá de vivir situaciones de conflicto. Como afirma Gutiérrez Ordoñez (2004, 534) debemos ser capaces de construir (y, en nuestro caso, de enseñar a construir) mensajes con sentido, coherentes, adecuados y efectivos. En este sentido, un marcador “también refleja la estructura informativa del discurso o la cortesía propia de una cultura” (Portolés, 2002, 164).

Por lo tanto, desde que un alumno comienza el estudio de una lengua extranjera, debe ser consciente de que estas unidades son fundamentales para la construcción e interpretación de textos, debe aprender a reconocerlos y debe ser capaz de observar y reflexionar sobre su uso, ya que, para desesperación de los lingüistas y docentes, como afirma Cortés Rodríguez (1999, 99), “no puede asignarse a cada tipo de secuencia una distribución estricta de marcas morfosintácticas, ni a cada género discursivo unos relacionantes discursivos determinados (conectores y organizadores)”.

Antes de llegar a nuestra propuesta, analizaremos qué entendemos por conector y revisaremos brevemente los distintos materiales existentes, bajo diferentes perspectivas, que puedan servirnos de apoyo para configurar la propuesta final.

1. Qué entendemos por conector

En la bibliografía especializada, encontramos numerosas definiciones con relación a lo que es un conector y el tipo de unidades que entrarían en esa denominación. En este trabajo, seguimos la propuesta de Martín Zorraquino y Portolés (1999), a partir de Portolés ([1998] 2007), es decir, aquellos elementos que

vinculan semántica y pragmáticamente un miembro del discurso con otro anterior, de tal forma que el marcador guía las inferencias que se han de efectuar del conjunto de los dos miembros discursivos conectados

(Martín Zorraquino y Portolés, 1999, 4080).

Más tarde, añaden que, a veces, el primer miembro1 conectado puede ser accesible a partir del contexto pero no ser realmente proferido, es decir, en palabras de Montolío Durán ([2001] 2008, 32), a menudo encadenan informaciones que se manejan implícitamente, que no aparecen de manera explícita pero que “aunque no estén formalmente dichas sí están, en cambio, comunicadas”. Estas apreciaciones serán de gran importancia para su enseñanza, así como el hecho de que, según esta autora, un conector no puede presentar informaciones relacionadas que entren en conflicto con nuestros conocimientos del mundo. De esta forma, debemos dotar a los alumnos de los conocimientos y estrategias necesarios para alcanzar la intención del hablante que, además, se sitúa en un entorno sociocultural diferente al suyo en mayor o menor medida. Su aparición nos permite establecer de forma clara la relación lógico-semántica entre dos miembros del discurso lo que, aunque algunas veces no es necesario, otras nos ayuda a evitar posibles ambigüedades.

Los motivos por los que partimos de las descripciones de Martín Zorraquino y Portolés (1999), a pesar de las críticas que han suscitado, son, por un lado, su acercamiento teórico, que tiene en cuenta diferentes perspectivas y, por otro, el hecho de que sea una de las escasas descripciones globales de marcadores discursivos realizada, lo que da una visión de conjunto y unas posibilidades a nivel didáctico que no encontramos en otros acercamientos. Los conectores se distinguen, en esta obra, de otras cuatro clases (con sus correspondientes subclases) de marcadores discursivos: los estructuradores de la información, responsables de señalar la organización informativa de los discursos; los reformuladores, que presentan el miembro del discurso en el que se encuentran como una expresión más adecuada de lo que se pretendió decir anteriormente; los operadores discursivos, que condicionan las posibilidades argumentativas del miembro del discurso en el que aparecen, pero sin relacionarlo con otro miembro anterior; y los marcadores conversacionales, partículas discursivas que aparecen más frecuentemente en la conversación. Todas estas unidades serán entendidas como

unidades lingüísticas invariables, no ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional y poseen un cometido coincidente en el discurso: el de guiar, de acuerdo con sus distintas propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la comunicación.

(Portolés ([1998] 2007, 25-26).

Teniendo en cuenta que existen otros elementos que pueden guiar inferencias, como la selección léxica,

sólo serán marcadores del discurso aquellos signos que no contribuyen directamente al significado conceptual de los enunciados, sino que orientan y ordenan las inferencias que cabe obtener de ellos. Esto es, el significado de los marcadores contribuye al procesamiento de lo que se comunica y no a la representación de la realidad comunicada

(Martín Zorraquino y Portolés, 1999, 4058).

Con relación a sus características formales, consideraremos conectores aquellos elementos que pueden actuar fuera del ámbito tradicional de la oración (aunque también pueden unir diferentes categorías léxicas y sintagmáticas dentro de ella) y que se caracterizan, fundamentalmente, por constituir un inciso en la entonación, por su movilidad, por haber perdido su capacidad de flexión y por no poseer función sintáctica.

Por otro lado, en cuanto a sus características semántico-pragmáticas, en un intento de unificar la Teoría de la Argumentación (TA) y la Teoría de la Relevancia (TR), Martín Zorraquino y Portolés (1999) defienden un significado básicamente de procesamiento de estas unidades. Los conectores presentan unas instrucciones semánticas (TA) que guían las inferencias para conseguir unos efectos cognitivos mayores con un menor coste de procesamiento (TR). Estas instrucciones son de tres tipos: instrucciones argumentativas, sobre el significado de conexión y sobre la estructura informativa. La instrucción básica de los conectores sería la argumentativa, es decir, favorecer una determinada continuación del discurso y dificultar otras, aunque un mismo conector puede compartir en su significado instrucciones de distinto tipo. Domínguez García (2007, 19), desde el Análisis del Discurso, afirma, en este sentido, que los conectores serían “aquellos marcadores que se especializan en establecer relaciones argumentativas entre dos o más enunciados del discurso”. Por su lado, las instrucciones sobre el significado de conexión también estarían presentes en los conectores ya que “relacionan por su significado dos o más miembros del discurso frente a otros cuyo significado sólo afecta a un miembro del discurso” [los operadores] (Martín Zorraquino y Portolés, 1999, 4072). En cuanto a las últimas, basadas en los conceptos de “comentario” y “tópico”2, también podrían darse, ya que algunos conectores permiten tratar el mismo “tópico” en los dos miembros del discurso y otros no. Las instrucciones de la TA, así, serán de gran ayuda para nosotros, ya que nos permitirán explicar las diferencias entre miembros de un mismo grupo, lo que no pueden explicar las propuestas desde la TR. Nos permitirá, por ejemplo, conocer en qué contextos son intercambiables y en qué contextos no lo son conectores que, en principio, se presentan en los manuales como sinónimos.

Los conectores, según estos autores, pueden ser de tres tipos: aditivos, consecutivos y contraargumentativos. Todos ellos tendrán la misma instrucción de conexión: unir dos miembros del discurso. La diferencia entre ellos vendrá dada por sus instrucciones argumentativas. En el primer caso, el miembro que introducen presenta la misma orientación que el que lo precede, mientras que en el segundo introducirá una consecuencia de lo anterior, y en el tercero los dos miembros estarán antiorientados.

Estas instrucciones de los marcadores en general, y de los conectores en particular, de carácter gramatical (semántico), frente a los procesos inferenciales que desencadenan, de carácter pragmático, constituyen el significado de los conectores, independiente de cualquier contexto. Estos se actualizan y adquieren un “efecto de sentido” o contextual en cada uso concreto, es decir, estos efectos serán “los valores semánticos que adquieren las unidades lingüísticas en su uso discursivo. Estos valores nacen de la relación entre su significado propio y el aporte pragmático del contexto” (Martín Zorraquino y Portolés, 1999, 4078).

Si pensamos en la triple caracterización ya presentada de Garrido Rodríguez (2004) como marcas de coherencia textual, marcas de la progresión argumentativa y guías para la interpretación, podemos decir que los conectores, a nivel semántico, presentan un significado básicamente de procesamiento; indican los tipos de relaciones semánticas; y poseen distintos significados dependiendo de las instrucciones que aportan. Con relación al nivel pragmático, permiten la unión con el contexto precedente, pueden unir el mensaje lingüístico con las circunstancias de la enunciación; marcan el texto como estrategia; asignan efectos de sentido en contextos determinados; y guían la interpretación del oyente. Finalmente, desde una perspectiva textual: pueden funcionar a nivel textual; tienen carácter deíctico; y colaboran en la cohesión textual.

2. Nuestra propuesta

Pasamos a continuación a presentar nuestra propuesta, que tiene como objetivo auxiliar a docentes y futuros docentes de la lengua española en las posibles dudas que puedan aparecer en relación a estas unidades y su uso. Para ello, además de la obra que sirve de base a este trabajo, tomamos como referencia otros estudios más o menos amplios, desde distintas perspectivas. Existen obras fundamentales generales como las de Casado Velarde (1993, 1998), Fuentes Rodríguez (1987, 1993, 1996), Briz (1993a, 1993b, 1998), Pons Bordería (1998, 2000), Martín Zorraquino y Montolío Durán (1998), Portolés Lázaro (1998), o, más recientemente, Llopis Cardona (2014). De la misma forma, la paulatina construcción en línea del conocido como DPD, Diccionario de partículas del español, es una herramienta muy útil para acceder a algunos marcadores discursivos, así como el Diccionario de partículas de Sánchez Río (2003). En el caso concreto de los conectores, encontramos obras como las de Martínez (1997), Domínguez García (2007), Garrido Rodríguez (2004) o Montolío Durán (2001). Finalmente, importantes obras colectivas también han visto la luz en los últimos años como la de Loureda y Acín-Villa (2010), Aschenberg y Loureda (2011) o Borreguero y Gómez-Jordana (2015).

Asimismo, los materiales para profesores tienen varios títulos dedicados exclusivamente a los marcadores como el de Martí Sánchez y Fernández Gómiz (2013), actualización de una obra de mucha menor extensión publicada diez años antes. Sin embargo, como indica Fuentes Rodríguez, “estos estudios no se refieren específicamente a la enseñanza, sino que se limitan a describir estas unidades e ilustrar sus características funcionales, aunque no de forma exhaustiva” (2010, 697).

En Brasil, también se ha hecho evidente el interés despertado en los últimos años con relación a estas unidades, sobre todo en tesis doctorales, ya sea desde una perspectiva contrastiva como en Silva Fernandes (2005) o desde la enseñanza de lenguas como en Nogueira da Silva (2011). Todas las lecturas aquí presentadas, nos servirán de ayuda para la confección de esta propuesta.

2.1 Los conectores contraargumentativos.

Los conectores contraargumentativos unen dos miembros del discurso (instrucciones de conexión) y nos informan de que los dos miembros del discurso están antiorientados (instrucciones argumentativas), pudiendo (a) marcar un contraste o una contradicción entre los dos miembros, (b) introducir conclusiones contrarias a las esperadas de un primer miembro o (c) atenuar o invertir la fuerza argumentativa del miembro anterior. Pasamos a ver, a partir de la reflexión presentada sobre sus instrucciones argumentativas, las unidades y sus principales características formales (marcaremos solo las que sean diferentes a las generales ya mencionadas), registro preferido en caso de existir, instrucciones (también distintas a las que acabamos de ver en relación al grupo general) y efectos de sentido/contextuales. Solo en los casos en los que pensamos que puede existir mayor dificultad en la comprensión (dada la limitación de espacio) presentaremos ejemplos de uso. Encontraremos tanto muestras propias como provenientes de los trabajos antes señalados o de corpus como el CREA (Corpus de Referencia del Español Actual) y el CORDE (Corpus Diacrónico del Español).

Conclusiones

A lo largo de este artículo hemos mostrado las dificultades que aún hoy presenta el trabajo con los marcadores discursivos. A pesar de la bibliografía dedicada a estas unidades, todavía no hay un acuerdo en relación a qué son, cómo deben denominarse y qué elementos pueden ser considerados como tales. A esto, debemos añadir el hecho de que muchas de las obras existentes no nos ayudan a poder explicar la diferencia entre unidades próximas. En este breve trabajo, nuestro objetivo ha sido presentar un recurso que pueda ayudar a los docentes en su trabajo diario en el aula en relación a los conectores contraargumentativos, a partir de una disección de las unidades en cuanto a sus características formales, registro de uso y características semántico-pragmáticas.

Referencias Bibliográficas

Aschenberg, Heidi; Loureda Lama, Óscar. Marcadores del discurso: de la descripción a la definición. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana-Vervuert, 2011.

Borreguero Zuloaga, Margarita; Gómez-Jordana Ferary, Sonia. (eds.). Les marqueurs du discours dans les langues romanes: une approache contrastive. Limoges: Lambert Lucas, 2015.

Briz, Antonio. “Los conectores pragmáticos en la conversación coloquial (I): su papel argumentativo”. In: Contextos, XI, 1993a, 145-188.

Briz, Antonio. “Los conectores pragmáticos en la conversación coloquial (II): su papel metadiscursivo”. In: Español Actual, 59, 1993b, 39-56.

Briz, Antonio. El español coloquial en la conversación. Esbozo de pragmagramática. Barcelona: Ariel, 1998.

Briz, Antonio; Pons, Salvador; Portolés, José (coords.). Diccionario de partículas del español. [S.l.: s.n.], 2008. En línea, www.dpde.es [16 de agosto de 2019]

Casado Velarde, Manuel. Introducción a la gramática del texto en español. Madrid: Arco/Libros, 1993.

Casado Velarde, Manuel. “Lingüística del texto y marcadores del discurso”. In: Martín Zorraquino, Mª Antonia; Montolío Durán, Estrella (coords.). Los marcadores del discurso. Teoría y análisis. Madrid: Arco/Libros, 1998, 55-70.

Esteve, Cristina Corral. Los conectores discursivos de la lengua escrita en la clase de español como lengua extranjera: una propuesta de trabajo. Tesis de doctorado. Universidad de León, León: 2010.

Cortés Rodríguez, Luis. “La lengua oral, los marcadores conectivos y su enseñanza”. In: Díez de Revenga, Mª del Pilar; Jiménez Cano, José Mª (eds.): Estudios de sociolingüística. Sincronía y diacronía, II, Murcia, DM, 1999, 91-108.

Domínguez García, Mª Noemí. Conectores discursivos en textos argumentativos breves. Madrid: Arco/Libros, 2007.

Fuentes Rodríguez, Catalina. Enlaces extraoracionales. Sevilla: Alfar, 1987.

Fuentes Rodríguez, Catalina. “Conectores ‘pragmáticos’”. In: Alcalde, Esperanza R.; Salguero Lamillar, Francisco J.; Ramos Márquez, María del Mar (coords.): Estudios lingüísticos en torno a la palabra. Sevilla: Universidad de Sevilla, 1993, 71-104.

Fuentes Rodríguez, Catalina. La sintaxis de los relacionantes supraoracionales. Madrid: Arco/Libros, 1996.

Fuentes Rodríguez, Catalina. “Los marcadores del discurso y la lingüística aplicada”. In: Loureda Lamas, Óscar; Acín-Villa Esperanza (coords.). Los estudios sobre los marcadores del discurso en español. Madrid: Arco/Libros, 2010, 689-735.

Garrido Rodríguez, Mª del Camino. Conectores contraargumentativos en la conversación coloquial. León: Universidad de León, 2004.

Gutiérrez Ordóñez, Salvador. “La subcompetencia pragmática”. In: Sánchez Lobato, Jesús; Santos Gargallo, Isabel (eds.): Vademécum para la formación de profesores. Enseñar español como segunda lengua (L2)/lengua extranjera. Madrid: SGEL, 2004, 533-551.

Loureda Lamas, Óscar; Acín-Villa, Esperanza (coords.). Los estudios sobre los marcadores del discurso en español. Madrid: Arco/Libros, 2010.

Llopis Cardona, A. Aproximación funcional a los marcadores discursivos. Análisis y aplicación lexicográfica. Frankfurt am Main: Peter Lang, 2014.

Martí Sánchez, Manuel; Fernández Gómiz, Sara. Los marcadores discursivos. Para estudiantes y profesores de Español como Lengua Extranjera. Madrid: Edinumen, 2013.

Martín Zorraquino, Mª Antonia; Montolío Durán, Estrella. Los marcadores del discurso. Teoría y análisis. Madrid: Arco/Libros, 1998.

Martín Zorraquino, Mª Antonia; Portolés Lázaro, José. “Los marcadores del discurso”. In: Bosque, Ignacio; Demonte, Violeta (coords.). Gramática descriptiva de la lengua española (vol. 3). Madrid: Espasa-Calpe, 1999, 4051-4214.

Martínez, Roser. Conectando texto. Guía para el uso efectivo de elementos conectores en castellano. Octaedro: Barcelona, 1997.

Montolío Durán, Estrella. Conectores de la lengua escrita. Ariel: Barcelona, 2008 (ed. original 2001).

Nogueira da Silva, Antonio Messias. Enseñanza de los marcadores del discurso para aprendices brasileños de E/LE: Análisis de manuales de E/LE y de narrativas orales de aprendices brasileños. Tesis doctoral. Universidad de León, León: 2011.

Pons Bordería, S. “Conexión y conectores. Estudio de su relación en el registro informal de la lengua”. In: Cuadernos de Filología, XXVII (anejo), 1998.

Pons Bordería, S. “Los conectores”. In: Briz, Antonio; Grupo Val. Es. Co.(eds.). ¿Cómo se comenta un texto coloquial? Barcelona: Ariel, 2000.

Portolés Lázaro, José. Los marcadores del discurso. Barcelona: Ariel, 2007 (ed. original 1998).

Portolés Lázaro, José. “Algunos comentarios sobre la enseñanza de los marcadores del discurso escrito a estudiantes de ELE”. In: Carabela, 46, 1999, 63-74.

Portolés Lázaro, José. “Marcadores del discurso y traducción”. In: García Palacios, Joaquín. Texto, terminología y traducción, Salamanca, Almar, 2002, 145-167.

Portolés Lázaro, José. “La escritura y los marcadores del discurso”. In: Moya Corral, Juan Antonio (ed.). Pragmática y enseñanza de la lengua española. Actas de las X jornadas sobre la enseñanza de la lengua española. Granada: Universidad de Granada, 2005, 37-53.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. <http://www.rae.es>. Acceso en 16 de agosto de 2019.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CREA) [en línea]. Corpus de referencia del español actual. <http://www.rae.es>. Acceso en 16 de agosto de 2019]

Rossari, Corinne. “Formal properties of a subset of discourse markers: connectives”. In: Fischer, Kerstin. (ed.). Approaches to Discourse Particles. Oxford: Elsevier, 2006, 299-314.

Sánchez Río, Luis. Diccionario de partículas. Salamanca: Luso-española de ediciones, 2003.

Silva Fernandes, Ivani Cristina. Los marcadores discursivos en la argumentación escrita: estudio comparado en el español y en el portugués de Brasil. Tesis de doctorado. Universidad de Salamanca: Salamanca, 2005.

Notas

1 Portolés ([1998] 2007, 39-40) propone el término miembro del discurso como unidad lingüística mínima en la que podemos encontrar un conector.
2 Como veremos posteriormente en los ejemplos, entendemos por tópico “los objetos sobre los que versan las preguntas, explícitas o implícitas, que condicionan el desarrollo de un discurso” (Martín Zorraquino y Portolés, 1999, 4075). El comentario será la respuesta a esa pregunta.
3 Siguiendo a Martín Zorraquino y Portolés (1999), Domínguez García (2007, 132) explica la diferencia entre estos conceptos, “entendiendo la contrariedad como la comparación de lo que se predica de dos elementos, que pueden anularse entre sí, y el contraste como la comparación de lo que se predica sobre los elementos, sin que lo dicho para uno y para otro tenga que rechazarse necesariamente”. La contrariedad tiene más fuerza de oposición que el simple contraste.
4 A pesar de que no sea sencillo en ocasiones ver esta diferenciación, se habla de restricción directa cuando la conclusión alcanzada por el primer enunciado se ve anulada por el contenido del segundo miembro (relación concesiva: pero, aunque, etc.), e indirecta si la anulación no se da por el contenido sino por la conclusión de este (relación adversativa: pero).

Notas de autor

Contato: corrale12@hotmail.com

HTML generado a partir de XML-JATS4R por