ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN

MANEJO DE ROLES EN MADRES CABEZA DE FAMILIA EN MEDELLÍN*

HANDLING OF ROLES IN MOTHERS HEAD OF FAMILY IN MEDELLÍN

Ángela María Gómez Osorio
Universidad de San Buenaventura, Colombia
Juan Pablo Jaramillo Rico
Universidad Pontificia Bolivariana, Colombia
Hugo Nelson Castañeda Ruiz
Universidad de San Buenaventura, Colombia
Luis Eduardo Gómez Londoño
Universidad de San Buenaventura, Colombia
Martha Lucía Correa Roldán
Centro de Familia VID-Obra de la Congregación Mariana, Colombia
Nancy Estella Grajales Montoya
Universidad de San Buenaventura, Colombia
Natalia Baena Robledo
Corporación Universitaria Remington, Colombia

MANEJO DE ROLES EN MADRES CABEZA DE FAMILIA EN MEDELLÍN*

Ratio Juris, vol. 14, núm. 29, pp. 69-87, 2019

Universidad Autonoma Latinoamericana

Recepción: 20 Junio 2019

Aprobación: 15 Agosto 2019

Publicación: 30 Diciembre 2019

Resumen: El presente artículo es producto de una investigación multidisciplinaria e interinstitucional, fruto de la alianza entre la Universidad de San Buenaventura Medellín y el Centro de Familia VID-Obra de la Congregación Mariana de Medellín. Surge de una inquietud respecto a la manera en que se aborda la realidad institucional de las madres cabeza de familia, tanto en el ámbito político como empresarial. Para estudiar esta realidad, se partió de un modelo de investigación cualitativo, en donde se hizo una aproximación a la población a partir de un cuestionario que permitiera identificar los roles y percepciones frente al ejercicio de la maternidad y la jefatura femenina, específicamente, cuando se trata de madres trabajadoras. Los resultados arrojados por la investigación permiten obtener una mirada psicosocial de la forma en que se ejerce el rol de madre y de figura de articulación familiar.

Palabras clave: Madres cabeza de familia, jefas de hogar, rol de madre, rol de mujer como trabajadora, percepciones.

Abstract: The article is the product of a multidisciplinary and inter-institutional research, the result of the alliance between the University of San Buenaventura Medellín and the VID Family Center - Work of the Mariana Congregation of Medellín. It arises from a concern about the way in which the institutional reality of the head of the family is addressed, both in the political and business spheres. To address this reality, we started with a qualitative research model where an approach was made to the population from a questionnaire to identify the roles and perceptions regarding the exercise of motherhood and female leadership, specifically, when it comes to working mothers. The results of the research, allow us to obtain a psychosocial view of the way in which the role of mother and family articulation figure is exercised.

Keywords: Mothers head of families, females heads of household, mother role, working women role, perceptions.

Introducción

La Universidad de San Buenaventura Medellín, conjuntamente con el Centro de Familia VID, obra de la Fundación Organización VID, desarrolló la investigación “Impacto jurídico y psicosocial de los programas de responsabilidad social, que involucran a madres cabeza de familia en los últimos diez años en la ciudad de Medellín”, con el propósito de crear nuevas propuestas en el campo del saber humanista y del desarrollo humano que sean pertinentes y coherentes con la sociedad.

Por consiguiente, a través de este artículo se darán a conocer parte de los resultados de dicha investigación sobre los efectos psicosociales de las madres cabeza de familia que laboran en la ciudad de Medellín, teniendo en cuenta los rangos de edad como categoría constante, lo que permitió realizar una lectura a través del lugar o comuna donde habitan, la ocupación y el tipo de vinculación laboral, al igual que los diferentes roles que como madres y mujeres trabajadoras deben desempeñar.

Para recoger la información se identificaron las mujeres madre cabeza de familia de las mismas entidades investigadoras y del restaurante Mundo Verde, que cuenta con cinco sedes en el Área Metropolitana de Medellín; dicho restaurante permitió el acceso a su personal, a otras mujeres y a las instalaciones, para aplicar el instrumento de medición. Es preciso mencionar que Mundo Verde cuenta con políticas orientadas a la población conformada por madres cabeza de familia.

En las familias monoparentales, encabezadas por mujeres, ya sea por madre-solterismo, viudez, separación, ausencia o abandono del cónyuge, entre otros, se expresan afectos, emociones y representaciones alrededor de las mujeres como madres y como trabajadoras, debido a las dificultades y problemáticas que les corresponde asumir.

En muchas ocasiones, este rol se vive en soledad; lo cual puede afectarlas en su condición mental y biológica, al igual que en su entorno social y relacional, dado que muchas de ellas se quedan ancladas en las crisis normales de algunos ciclos vitales de la familia, como el nacimiento del primer hijo, la edad escolar, la adolescencia y el noviazgo de los hijos y la entrada a la edad adulta de estos.

Algunas de las situaciones de crisis mencionadas se relacionan con el estrés, la acumulación de malestar y la ausencia, en algunos casos, del rol femenino; pues al no tener tiempo para ellas dejan sus aficiones y distracciones que, de una u otra forma, serían de gran ayuda para reducir el cansancio y para resolver, con más asertividad, los impasses1 que existen en la dinámica familiar.

Para la obtención de estos datos se aplicaron unos cuestionarios que fueron categorizados de acuerdo con los elementos emergentes; además, se cruzaron algunas de las categorías identificadas. Los resultados se presentan a continuación.

Antecedentes conceptuales

Si revisamos la trayectoria que ha tenido la familia, desde sus inicios, la historia nos habla de una posible forma de vida que comenzó con una agrupación de personas a las que se les denominó clan; su principal motivación era la solidaridad entre los hombres, una forma primitiva de unión entre ellos, y su mayor preocupación era el instinto de supervivencia y subsistencia ante los peligros de la naturaleza y los animales.

La sociología estudia a la familia como uno de los núcleos fundamentales de la sociedad, que cumple tal vez una de las funciones más importantes de la cultura, como la enculturación o socialización de los nuevos integrantes en todo lo relacionado con las normas, costumbres, pautas de comportamiento, valores y demás condiciones que tienen que ver con el entorno cultural y social del individuo (Rodríguez, 2007). Se encarga de estudiar, entender, reflexionar y analizar todos aquellos cambios y transformaciones que se están generando en este núcleo.

Es por esto que:

La familia como forma de organización social constituye un microcosmos de relaciones de producción, de reproducción y distribución, con una estructura de poder y con un caudal de componentes ideológicos y afectivos que le han permitido su reproducción y persistencia en el tiempo (Aceves y Safa, 2008, p. 31).

Se observa, por ejemplo, que la familia se ha visto influenciada, con el pasar del tiempo, por los cambios sociales, económicos, políticos, culturales y hasta tecnológicos, a tal punto que se ha generado una serie de diferentes cambios al interior de estas en su forma, estructura y dinámica (Cardozo, Basteiro y De la Aldea, 2004).

Situaciones como la Revolución Industrial y la producción en serie, la Primera y la Segunda Guerra Mundial, el ingreso de la mujer al campo laboral, la globalización, la liberación femenina, los nuevos métodos de anticoncepción, los Derechos Humanos (manifestados en los derechos de la mujer y los derechos del niño), las nuevas políticas estatales, los avances tecnológicos (como el computador, la internet, la aparición de la web social), en fin, todo ello empieza a impactar, directamente, en la familia y especialmente en sus integrantes y sus características, lo que genera un gran cambio en el proceso de reproducción y en el control de la natalidad.

Estas situaciones modifican la estructura familiar y, por ende, los roles y funciones de cada individuo; por ejemplo, los de la mujer, que incluso estando inmersa en el ámbito laboral no abandona su función de ama de casa, dos tareas que persisten y que la acompañan; lo que la obliga a dejar a sus hijos a cargo de otros cuidadores, como los abuelos, padres, hermanos, tíos, primos y hasta vecinos, quienes cumplen, por varias horas, o durante la semana, el rol de “padres cuidadores”. Como lo menciona Carolina del Olmo (2013): “Te dicen que para criar un niño hace falta toda la tribu”, y es la tribu, llamada también familia de origen, la que hace acompañamiento, en especial cuando de la madre cabeza de familia se trata.

Lo anterior se visualiza en situaciones como la disminución de los integrantes de la familia, por el descenso de la fecundidad, el manejo de la sexualidad desde el disfrute de la pareja y no como elemento fundamental de reproducción, sumado a las prácticas de anticoncepción y a las nuevas formas de fertilización artificial que transforman las dinámicas familiares. La preparación de todos los integrantes de la familia, en el área educacional, debido a la exigencia del medio social y laboral, y el aumento de la esperanza de vida de la población, modifican las funciones y roles familiares.

Se ha dicho que el modelo tradicional de familia es el que está conformado por un padre, una madre e hijos (y se ha perpetuado por siglos), sin embargo, y a pesar de que aún funciona en las sociedades actuales, se ha evidenciado que sus estructuras cambiaron, ya que durante las dos últimas décadas se adhieren otras tipologías familiares.

Haciendo alusión a las tipologías de la familia contemporánea, y relacionándolas con lo anteriormente dicho, ya no se hace referencia solamente a una familia tradicional extensa, compuesta por tres o más generaciones, o a una familia nuclear básica, integrada por papá, mamá e hijos; ahora es necesario hablar de varios tipos de familias que modifican las características y condiciones de esta: las monoparentales, las homoparentales, las simultáneas y las familias adoptivas, entre otras (Quintero, 2008). Aunque también surgen nuevas tipologías con relación a los roles que asumen los integrantes de la familia en su interior, por ejemplo, en muchas familias el hombre no es el que mantiene o sostiene económicamente el hogar; porque lo abandonó, porque se encuentra en condiciones de discapacidad (física o mental) o simplemente no trabaja, y por eso a la mujer le corresponde el cuidado y la manutención de la casa.

El interés de esta investigación está centrado en dos formas particulares de organización dentro de la estructura familiar, en donde la mujer se encuentra a la cabeza de la distribución de funciones y del sostenimiento del hogar; en muchos casos, realiza esta labor desde la soledad (a dichas formas se les llama hogares con jefatura femenina o madre-solterismo). A continuación, se exponen las definiciones que fueron tomadas como punto de referencia para el entendimiento y la conceptualización de la investigación.

Madres solteras son aquellas “mujeres que dan a luz fuera del matrimonio, sea por decisión propia o porque así se dieron las circunstancias” (Ceballos, 2011). Y

es Mujer Cabeza de Familia quien, siendo soltera o casada, ejerce la jefatura femenina de hogar y tiene bajo su cargo, afectiva, económica o socialmente, en forma permanente, hijos menores propios u otras personas incapaces o incapacitadas para trabajar, ya sea por ausencia permanente o incapacidad física, sensorial, psíquica o moral del cónyuge o compañero permanente o deficiencia sustancial de ayuda de los demás miembros del núcleo familiar (República de Colombia, 2008, artículo 1, que modifica el artículo 2 de la ley 82 de 1993).

Este último término es conocido en otros países hispanoparlantes como jefas de hogar (García y De Oliveira, 2005; Chant, Hernández, Castellón y Rojas, 2007-2008; Gutiérrez y Testa, 2009 y Zibecchi, 2014).

La función de ser madre y trabajadora genera un sinnúmero de dificultades, ya que no es lo mismo tener el control de los hijos en su totalidad, todo el día en casa, supervisando y determinando cómo manejar las contingencias del día a día, que estar fuera de ella y participar, de manera indirecta, contando con la opinión y las observaciones que hacen los cuidadores, que son los que realmente están al tanto de lo que ocurre. Mientras que la madre emite la norma hay otros que también lo hacen y no se logran acuerdos, lo que genera una comunicación desligada y un desajuste, tanto de los hijos como de los adultos responsables; es allí cuando la madre, en su afán de controlar las crisis, se queda enganchada en la queja y la desesperanza (Puello, Silva y Silva, 2014).

Estas nuevas condiciones influyen en la función fundamental de la familia (proceso de socialización) y en el comportamiento de sus integrantes, a tal punto que se cambian y se transforman todos aquellos valores, pautas de comportamiento, normas y costumbres, según el entorno; y en situaciones específicas, como la asistencia de la familia, la seguridad alimentaria, el alojamiento, la condición de seguridad y acogida, la condición de autoridad y responsabilidad. Todos elementos que aglutinan y le dan sentido al grupo familiar.

Por consiguiente, estos cambios se reflejan, especialmente, al interior de la familia en sus tres subsistemas, el conyugal, compuesto por la pareja en condición de relación, el subsistema paterno-filial, materializado en la relación entre los padres e hijos, y el fraterno, reflejado en la relación de los hijos en condición de igualdad (Hoyos, 1996).

Es precisamente en este punto en donde esta investigación debe hacer un estudio interdisciplinario sobre los impactos directos e indirectos que cambian y transforman la familia y sus comportamientos, tanto al interior de su microsistema2 como al exterior, en el macrosistema3 (Hoyos, 1996), porque la familia, como núcleo de la sociedad, es la que provee de personas al sistema social y la que establece las condiciones necesarias para su cabal funcionamiento.

Metodología

El presente trabajo de investigación utilizó un enfoque cualitativo, con el que se pretendió conocer y comprender la situación actual de las madres cabeza de familia en la ciudad de Medellín, relacionadas con su rol como madre y como trabajadoras, y sus implicaciones a nivel familiar. Se escogió este enfoque debido a que no se intentan generalizar los resultados, sino explicar las situaciones allí presentadas. Lo anterior, en los términos de Jiménez-Domínguez, citado en Salgado (2007), se puede resumir así:

Los métodos cualitativos parten del supuesto básico de que el mundo social está construido de significados y símbolos. De ahí que la intersubjetividad sea una pieza clave de la investigación cualitativa y punto de partida para captar reflexivamente los significados sociales. La realidad social así vista está hecha de significados compartidos de manera intersubjetiva. El objetivo y lo objetivo es el sentido intersubjetivo que se atribuye a una acción. La investigación cualitativa puede ser vista como el intento de obtener una comprensión profunda de los significados y definiciones de la situación, tal como nos la presentan las personas, más que la producción de una medida cuantitativa de sus características o conducta (p. 71).

Lo primero que se hizo fue un rastreo bibliográfico sobre la temática, con el fin de cotejar lo encontrado en la literatura con la realidad. El análisis documental busca:

Fomentar el desarrollo de las capacidades reflexivas y críticas en el investigador, obligándolo a hacer un esfuerzo propio mediante el acercamiento a diversas fuentes de información, siendo un proceso más reflexivo que aquel otro que se limita a la descripción de variables cuantitativas encontradas en un trabajo empírico (Botero, 2003, p. 114).

Los textos seleccionados y analizados se encontraron en diversas fuentes: revistas electrónicas, libros, capítulos de libro, sentencias, leyes, diarios, etc. La información principal de los mismos fue consignada en una ficha nemotécnica digital, y se usaron los formularios de Google que facilitan su manejo y análisis.

De igual forma, se diseñó un instrumento o cuestionario con preguntas abiertas y cerradas, relacionadas con la información sociodemográfica, la percepción sobre los roles de madre y trabajadora y el conocimiento sobre los derechos y beneficios legales de las mujeres, entre otras. Estos cuestionarios se aplicaron a setenta y cuatro mujeres madres cabeza de familia de la ciudad de Medellín. Para darle una mayor validez y confiabilidad a los relatos, se utilizó una técnica de muestreo propia de la investigación cuantitativa, pero no con el fin de cuantificar, sino de darle mayor precisión al análisis de las historias de estas madres.

Se utilizó una calculadora de muestras, tomando los datos de la Unidad de Familia de la Alcaldía de Medellín, que atiende a treinta mil familias en situación de vulnerabilidad; aproximadamente 13.431 de ellas se encuentran conformadas por hogares con jefatura femenina. Tomando un margen de error del 10% y un nivel de confianza del 90%, el número de la muestra fue sesenta y siete, pero la prueba se aplicó a un número mayor para aumentar estos niveles de confianza y bajar el margen de error.

Los relatos fueron categorizados para facilitar su interpretación, triangulación y análisis. Las categorías utilizadas fueron emergentes, ya que surgieron de la lectura de las narraciones de las madres cabeza de familia. La bondad del uso de categorías emergentes, según Cisterna (2005), es que la información debe obtenerse a partir del “levantamiento de referenciales significativos [o] a partir de la propia indagación” (p. 64).

Por lo anterior, se pueden identificar tres fases en el proceso de investigación. En la primera se recoge la información bibliográfica y los datos de las madres cabeza de familia. En la segunda se establecen las categorías y subcategorías emergentes de análisis, se triangula y compara la información. En la tercera, y última, se construye el presente artículo, para mostrar una parte de los resultados obtenidos, los cuales giran alrededor del análisis psicosocial del comparativo de los roles de las madres cabeza de familia como madres y trabajadoras.

Resultados

Se aplicaron un total de setenta y cuatro encuestas a mujeres de diferentes comunas, encontrando que las cifras más representativas estaban en las comunas 5 y 7, en donde se ubica un 21,62% de la población encuestada; así mismo, la comuna 9 representa el 9,46%, el municipio de Itagüí el 8,11% y, con un 6,76%, se ubican las comunas 8, 12, 16 y el municipio de Envigado (figura 2.1).

Distribución de la población por comunas
Figura 2.1
Distribución de la población por comunas
Fuente: elaboración propia

Se encuentra, entonces, que el grueso de la población que participó en la investigación está ubicado en zonas en donde la estratificación socioeconómica tiende a estar en los estratos 1, 2 y 3. De esta manera, se puede inferir que las mujeres madres cabeza de familia, o jefatura de hogar, tienden a encontrarse en condiciones económicas inferiores a las de otro tipo familiar.

El antropólogo Conrad Kottak (2011) acuña un término relacionado con el tema en cuestión: la feminización de la pobreza, que se refiere a la creciente representación de la mujer y sus hijos entre los más pobres de Norteamérica. “Es decir, que más de la mitad de los grupos domésticos estadounidenses con ingresos por debajo del umbral de la pobreza están encabezados por mujeres” (p. 253).

Así mismo, en los países latinoamericanos, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la jefatura de hogar femenina no es una medida representativa clara de la pobreza de las mujeres, pero sí se evidencia a través de las desigualdades de género y la vulnerabilidad ante la pobreza por las condiciones de segregación a nivel social y laboral (CEPAL-UNIFEM-República de Italia, 2004).

En contraste con la información anterior, se exploraron los niveles de ocupación de las mujeres entrevistadas. Estos se definen como operativo, administrativo, independiente y profesional. Los porcentajes correspondientes a cada uno de ellos son: operativo, con un 45,95%, aunque dentro de los operativos también se incluyen otras dos subdivisiones: independiente/ operativo y operativo/profesional, las cuales tienen un porcentaje de participación del 1,35%; la siguiente categoría profesional representa el 16,22% de las mujeres encuestadas, y la otra categoría dentro de la ocupación es el desarrollo de trabajos administrativos, en el cual se ubica el 9,46% de las mujeres encuestadas (figura 2.2).

Ocupación de las mujeres
Figura 2.2
Ocupación de las mujeres
Fuente: elaboración propia

Dentro de los niveles de ocupación, se encontró que estas mujeres tienen una vinculación laboral a largo plazo, que corresponde a un porcentaje del 56,76% del total de mujeres encuestadas; mientras que el 20,27% y el 8,11% se remite a vinculaciones laborales de mediano y corto plazo, respectivamente. De esta información, se puede deducir que las jefas de hogar tienen una tendencia mayor a vincularse laboralmente en trabajos en donde pueden obtener una estabilidad que les permita sostener su lugar como madres cabeza de familia (figura 2.3).

Tiempos de ocupación
Figura 2.3
Tiempos de ocupación
Fuente: elaboración propia

El resto de la información se subordinó de acuerdo con los rangos de edad de las mujeres a las que se les aplicó el instrumento; estos están representados de la siguiente manera: entre los 18 y los 30 años se ubica el 17,06%; entre los 31 y los 40 años se encuentra el 40,54%; entre los 41 y los 56 años se registra un porcentaje del 40,54% y las mayores de 57 representan un 1,4% (figura 2.4).

Rangos de edad
Figura 2.4
Rangos de edad
Fuente: elaboración propia

Después de cruzar las preguntas del cuestionario, relacionadas con la edad de las setenta y cuatro encuestadas, se estableció el siguiente interrogante: “¿cómo se siente al ser madre cabeza de familia?” Teniendo como categoría de esta última “la percepción” de sí misma (agobiada, gratificante, responsable, acompañada, obligada, entre otras) frente a la serie de sentires, actuares y decires que hay respecto de su rol como madre cabeza de familia o jefe de hogar, y relacionándola con, “¿cómo ha entendido y asumido su núcleo familiar el hecho de que usted sea una madre trabajadora?”, se observaron los siguientes resultados:

Percepción de ser madre cabeza de familia
Figura 2.5
Percepción de ser madre cabeza de familia
Fuente: elaboración propia

Al analizar los datos expuestos anteriormente, se puede deducir que, en la cultura antioqueña, todavía se tienen muchos pensamientos tradicionales, de orden patriarcal, que estigmatizan y señalan el rol de madre cabeza de familia de una forma negativa y subvalorada, a tal punto que, en ocasiones, el mismo núcleo familiar la rechaza y rotula (Puello, Silva y Silva, 2014).

Si se hace un recuento histórico de Colombia, en especial de Antioquia y su ciudad capital, para finales de la década de 1980 y la década de 1990 la violencia se agudizó ostensiblemente, producto del narcotráfico, lo que dejó grandes secuelas en la población y, en específico, en los núcleos familiares, presentándose el fenómeno de las familias monoparentales, ya fuera por viudez, abandono de la pareja o madre-solterismo, situación que se empieza a visualizar en los datos estadísticos expuestos anteriormente, en el número de madres cabeza de familia.

Al cruzar las preguntas del cuestionario relacionadas con la edad, y “¿de qué manera ha logrado combinar su papel como trabajadora y madre?”, realizadas a la población encuestada, teniendo en cuenta que la segunda fue categorizada en el rol alterno (donde se combinan los roles familiares de proveedor y de crianza) y las subcategoría 1 de complicado, normal y con colaboración; subcategoría 2 de prevalencia rol trabajadora, equilibrada o prevalencia rol madre, se observaron los siguientes resultados:

Relación de edad y rol
Figura 2.6
Relación de edad y rol
Fuente: elaboración propia

Después de observar los datos estadísticos, se puede deducir que una gran parte de la población encuestada de madres cabeza de familia manifiesta la dificultad para cumplir con su rol en el hogar, y que casi siempre prevalece la actividad laboral ante el papel de madre.

Discusión y conclusiones

De acuerdo con los datos recogidos, se encuentra que la tendencia a encontrar hogares en donde la madre sea cabeza de familia está dirigida en mayor medida a los estratos socioculturales bajos (1, 2 y 3), lo cual se correlaciona con lo que establece José Wilmar Pino (2012) en su investigación “Características sobre la tipología y la conformación de las familias de los estratos cero, uno, dos y tres del barrio Belén Rincón de Medellín”, en donde encontró que “la familia monoparental, que suma el 22% del total de las familias encuestadas” (p. 79) y que es coherente con lo que plantea Kottak (2011) sobre la feminización de la pobreza.

Así mismo, se evidenció que la percepción que tienen las mujeres sobre su rol, bien sea de madre soltera o de mujer cabeza de familia, es positivo, pero tienen factores emergentes en donde aparece una confrontación con la sensación de agobio, los ideales sociales y la prevalencia de uno de los roles: el rol madre o el rol de trabajadora, en donde a veces se les hace difícil poder encontrar un equilibrio entre ambos, lo que las lleva a recurrir a las familias de origen para que las acompañen.

En medio de este apoyo del núcleo familiar a la mujer cabeza de familia, aparece, entre líneas, el tema de la educación de los hijos, el cual está relacionado “directamente con el tiempo disponible que les queda para esto, por lo que se convierte en una dificultad, ya que no garantizan el óptimo desempeño de sus hijos en las labores académicas, áreas en las que ellas tienen puestas todas sus expectativas frente a ellos” (Escobar, Roa Villada y Salazar, 1996, p. 23).

Otro elemento, que se encuentra dentro de las emociones y percepciones que describen las mujeres encuestadas, es la sensación de estar solas en el proceso de crianza; en este sentido:

La soledad puede ser concebida como condición negativa para quienes se perciben solos o se sienten aislados o excluidos de la red de apoyo social, como una experiencia negativa que sobreviene a la persona cuando su red de relaciones sociales es deficiente, bien sea por su tamaño o por su calidad (Ríos y Londoño, 2012, s. p.);

lo que hace que, en muchos casos, su vivencia de la maternidad y manejo de roles se vea afectada de manera negativa.

Es necesario, entonces, para estas mujeres, poder disponer de tiempo para revisarse y alivianar las responsabilidades que implican el rol de madre cabeza de familia. A veces, no contar con el acompañamiento de la tribu, las amistades u otros distractores, hacen que se pierda, por momentos, el sentido de lo que se hace y se desea, y que surjan emociones encontradas, culpas, remordimientos y otros tantos sentimientos que afectan notoriamente y recaen de manera directa en los integrantes que hacen parte del núcleo familiar.

Es necesario, además, entender que los cambios en la contemporaneidad han llevado a los nuevos tipos de familia, pero esto no quiere decir que toda su estructura se haya transformado, si no que no existe un ideal de familia ni un modelo único y perfecto. La invitación es a pensar que es en este núcleo donde se deben promover, incentivar e inculcar los valores, el afecto y el respeto, ya que los que habitan allí son seres humanos que requieren ser domesticados para poder vivir y convivir en una sociedad regida por normas y reglas, que deben ser introducidas desde el hogar, por los adultos que lo encabezan, de manera jerárquica, donde los cuidadores son los responsables de transmitir las pautas que ayudarán a convertir a los niños en seres humanos aptos para una adecuada convivencia en la sociedad.

Referencias

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Notas

* Producto de la investigación “Impacto jurídico y psicosocial de los programas de responsabilidad social, que involucran a madres cabeza de familia en los últimos diez años en la ciudad de Medellín”, de los grupos de investigación CEO, GIDPAD y Derecho, Cultura y Ciudad de la Universidad de San Buenaventura Medellín y el Centro de Familia VID-Obra de la Congregación Mariana de Medellín.
1 Definido como “situación de difícil o imposible resolución, o en la que no se produce ningún avance” (Real Academia Española, 2005). En psicoanálisis se retoma el uso del término para hablar de “un estancamiento, sí, pero que permite mostrar lo real accediendo a lo simbólico” (Tudanca, 2014).
2 Se refiere a la organización específica de la familia.
3 Se refiere a la sociedad en general.
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