Reseñas
Pensar lo político, pensar la Revolución Cuba. Une revolution
Pensar lo político, pensar la Revolución Cuba. Une revolution
Estudios sociológicos, vol. XLII, e2689, 2024
El Colegio de México A.C., Centro de Estudios Sociológicos
| Bloch Vincent. Pensar lo político, pensar la Revolución Cuba. Une revolution. 2016. París. Vendémiaire. 443pp. |
|---|
Received: 18 July 2024
Accepted: 11 September 2024
Published: 01 December 2024
Resumen: Se busca dar a conocer la originalidad del libro de Vincent Bloch, Cuba. Une révolution, una investigación interdisciplinaria que combina la historia, la historiografía, la filosofía política, la ciencia política, la sociología y la antropología en un mismo análisis. Al ser la Revolución el fenómeno político por excelencia, el autor se propone pensar (a partir de la filosofía y la teoría política) e indagar (a través de los hechos y su narrativa) la naturaleza del régimen político que en Cuba funda Una revolución, y que, después de un estudio exhaustivo, el autor define como totalitario.
Palabras clave: Revolución cubana, totalitarismo, sistema político, ideología, sociología política, filosofía política.
Abstract: This review aims to show the originality of Vincent Bloch’s book, Cuba. Une révolution. This interdisciplinary research combines history, historiography, political philosophy, political science, sociology and anthropology in a single analysis. Being the Revolution the political phenomenon par excellence, the author proposes to think (from philosophy and political theory) and investigate (through facts and their narrative) the nature of the political regime that founded A Revolution in Cuba. Regime that, after a thorough study, the author defines as totalitarian.
Keywords: Cuban revolution, totalitarianism, political system, ideology, political sociology, political philosophy.

Pour reprendre la formule de Furet, “le déplacement du lieu du pouvoir” se désigne ici au mieux, par-delà le transfert explicite d’un foyer de souveraineté à un autre: le pouvoir émigre d’un lieu à la fois fixe, déterminé et occulte, qui était le sien sous la Monarchie, dans un lieu paradoxalement instable, indéterminé.
Claude Lefort, Penser la Révolution dans la Révolution Française
Pensar lo político es el horizonte intelectual en que se inscribe el primer libro de Vincent Bloch,1Cuba. Une révolution. Este singular estudio corresponde a la tesis de doctorado2 que Vincent Bloch presentó en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (ehess) de París en 2012, donde fue distinguida como la mejor tesis del año, y también recibió el prestigioso premio Raymond Aron. Además de alcanzar una profundidad notable, se trata de un trabajo voluminoso que, para efectos de su publicación, se dividió en dos libros; se reseña aquí el primero de ellos.
En el inicio, el autor advierte al lector sobre el desafío intelectual que representa el estudio de Una Revolución. Su introducción, “¿Cómo pensar la Revolución cubana?”, es una franca paráfrasis del ensayo Penser la Révolution Française del historiador François Furet. Estudiar el fenómeno político que es la Revolución de 1959 no puede prescindir de lo que significó la primera, la Revolución de 1789, como hito que inaugura una forma de acción y una inédita concepción acerca de lo social y lo político, “1789 es la fecha de nacimiento, el año cero del mundo nuevo forjado sobre la igualdad”, dice Furet (1978, p. 14).
La obra de este historiador no es, por lo tanto, una referencia que bastaría citar entre paréntesis o en una nota al pie de página. En la tradición intelectual francesa, además de provocar una discusión importante sobre la historiografía de la Revolución y renovar la historia conceptual, contribuyó a emplazar la materia de la historia como un medio para reflexionar -o pensar- lo político. Un vínculo insoslayable mantiene esta obra con la filosofía política y la teoría de la democracia de Claude Lefort. El epígrafe de esta reseña reproduce, justamente, una de las ideas principales que Lefort cita de Furet: “durante la Revolución de 1789 ocurre un desplazamiento del lugar que el poder ocupa”, entonces “el poder emigra de un lugar a la vez fijo, determinado y oculto, que era el suyo bajo la Monarquía, hacia un lugar paradójicamente inestable, indeterminado” (Lefort, 1986, p. 134).
De manera absolutamente original, Vincent Bloch logra traducir la duda -propiamente filosófica- acerca “del lugar que el poder ocupa” (Lefort, 1981), en un dispositivo de observación empírica para indagar la naturaleza del régimen político en Cuba. Pensar la Revolución cubana se traduce entonces en un método de observación etnográfica y en una disciplina de descripción que, a su vez, conducen al sociólogo Vincent Bloch a discutir con erudición ideas cruciales de autores como Hannah Arendt, Raymond Aron y Claude Lefort acerca del totalitarismo.
En lugar de limitarse a seguir un solo método, que en el lenguaje universitario se distingue como historia, filosofía política o sociología, a lo largo del libro el autor va entrelazando finamente los hilos que distinguen la materia exclusiva de cada una de estas disciplinas. Por un lado, entrecruza la historia y la historiografía de Cuba para dar cuenta de las condiciones políticas en que se produjo una narración que dio forma a una idea de nación y también de Revolución. Por otro lado, urde entre los conceptos de régimen político que han sido formulados tanto en la ciencia política como en la filosofía política, para contrastarlos con la observación empírica de los actores sociales y el sentido de la acción, estos últimos objeto de estudio inconfundible de la sociología.
El libro se compone de nueve capítulos que se suceden según un orden cronológico, pero cuya composición corresponde a una disertación compleja, de la cual me permito destacar aquí solo tres elementos que el autor formula y trabaja con sagacidad: la relación entre Revolución e idea de Revolución, la naturaleza del régimen político y los modos de adhesión al régimen.
Revolución e idea de Revolución
En los primeros capítulos, “Las dudas sobre la existencia de la nación cubana” y “El Estado y la acción revolucionaria modelan la nación y el cuerpo social”, el autor sitúa la historia e historiografía de Cuba en el contexto más amplio de la política e historia latinoamericanas. Civilización o barbarie es el clivaje dominante del pensamiento político decimonónico, el cual se distingue por una insistente desconfianza sobre “la consistencia de lo social”, desconfianza que justifica el recurso a un orden autoritario.3
En Cuba, la idea de Revolución fue tomando forma tiempo atrás, a partir de la lucha de Independencia, a finales del siglo xix. Desde entonces, diversos actores políticos hicieron suya esta reivindicación e incluso asimilaron la Revolución a una condición de sobrevivencia de la nación. Evidentemente, José Martí fue uno de los pensadores y políticos pioneros de esta gesta, cuyo legado lo aprovecha años más tarde Fidel Castro, quien insiste en la necesidad de la Revolución en Cuba y conduce la lucha hasta el paroxismo.
En su narración de la historia, Vincent Bloch va liando los hechos y las ideas que se producen junto con los hechos, de forma tal que el libro provoca en el lector la fascinación de descubrir, momento a momento, página tras página, la densidad del acontecimiento que ocurre el 1 de enero de 1959.
La “toma del poder” es una manera común de definir Una revolución, pero no es suficiente. El autor afina su mirada para escudriñar “el lugar del poder” tras la caída de Fulgencio Batista y así observar el momento singular en que se queda vacante, mientras se agudiza la competencia para ocuparlo. Vacance du pouvoir no significa una situación “objetivamente revolucionaria”, como lo supondría la teoría marxista-leninista, sino que es objeto de interpretación y manipulación por parte de los actores políticos. Fidel Castro es el personaje crucial para definir la situación (de vacío de poder) como el preludio de un cambio, según “la doctrina de la Revolución”.
La interpretación de la situación atañe no solo al presente, sino también al pasado. Por ejemplo, el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, lejos de ser uno de los momentos fetiches del discurso de Castro y de la izquierda latinoamericana -cuya interpretación lo sitúa como la causa del movimiento revolucionario-, en este libro se analiza como un tipo de acción contenciosa (estratégica) que forma parte de un repertorio de acción y de una lógica de “demostración de fuerza” (p. 109), donde compiten varias otras organizaciones políticas, prácticamente olvidadas por la historia de la Revolución.
La naturaleza del régimen político
El tercer capítulo, “La transición populista”, aborda la historia que parte el 1 de enero de 1959. Ese mismo día, Fidel Castro, durante su discurso en Santiago de Cuba, sostiene que hay una oposición entre el pueblo (de moral intachable y espíritu revolucionario) y los agentes contrarrevolucionarios o seudo-revolucionarios (la oligarquía y lo que queda del anterior ejército). Sin embargo, esta primera reivindicación del pueblo como sujeto contrasta con la realidad de la guerrilla que acometió la gesta revolucionaria. Anota, entonces, Vincent Bloch una duda que no es sino aparentemente simple: “¿Cómo Fidel Castro pudo convencer al pueblo de haber sido el protagonista central de la Revolución, aun cuando la población sabía perfectamente que la caída de Batista fue la obra de un puñado de hombres?” (p. 131).
El autor analiza los discursos que Fidel Castro pronuncia desde los primeros días de enero, en cuya ilación se puede reconocer el principio de una elaboración ideológica que no llega a ser conmensurable sino tiempo después. Por un lado, el discurso de Castro afirma el papel revolucionario del pueblo, por otro lado, la identificación del “enemigo” se va volviendo problemática e incluso llega pronto a pervertirse, como lo anota el autor al citar las palabras de Castro durante su discurso del 8 de enero en Ciudad Libertad: “¿Quiénes pueden ser los enemigos de la Revolución ahora? Nosotros mismos” (p. 136). Puntual observación que deja ver cómo se produce un desplazamiento del lugar que “el enemigo” ocupa: ya no está solo afuera, sino que aparece dentro del pueblo, connota traición y apura a una depuración.
Nacionalismo, bonapartismo, bonapartismo revolucionario, populismo, autoritarismo, son algunas de las categorías que se han empleado en sociología y ciencia política para determinar el tipo de régimen que funda la Revolución cubana. Vincent Bloch no se limita a “estirar” estas categorías para “aplicarlas” al caso cubano, sino que aguza su mirada y distingue tres lógicas sustantivas en el discurso de Fidel Castro, a saber: 1) representación de la historia, 2) producción del sentido de la justicia revolucionaria y 3) equivalencia entre medidas legales y voluntad popular. “Quien está contra la ley, está contra el pueblo y está en contra de la revolución”, dijo Fidel Castro el 1 de enero (p. 139). No se trata solo de una elocución retórica. El autor descubre la peligrosa asociación que desde entonces se anuda entre ley, pueblo y revolución “hasta volverse un todo inconfundible” (ibid.) y describe cómo, a través de actos concretos, durante la guerra de guerrillas (p. e., en los Relatos de la guerra revolucionaria del Che Guevara), se perfila un proyecto de dominación de tipo totalitario.
“En el momento del triunfo de la Revolución, el vacío de poder era entonces relativo. El gobierno disponía de un solo recurso, pero éste era considerable: la posibilidad de legislar” (pp. 185-186). Un proyecto de dominación logra echar raíz a través modificaciones fundamentales al derecho, hasta crear un nuevo aparato jurídico que se reclama como “la traducción en actos de la ideología, entendida ésta como la transparencia de la voluntad del pueblo” (p. 166).
En los siguientes capítulos se reconoce una perspectiva típicamente sociológica, ya que se observa más de cerca a los actores para dar cuenta de sus intereses, estrategias y racionalidad. “Las formas de la legitimidad revolucionaria” y “Los ‘enemigos’ de la Revolución” abordan la competencia por el poder entre diversos actores, así como los criterios de legitimidad que entran en disputa. Los dos siguientes capítulos, “1960. La lucha y el terror” y “1961-1962: una síntesis comunista”, analizan los momentos cruciales para consolidar la Revolución cubana, tanto por la tensión internacional como por la organización de una oposición anticastrista en el interior y el exterior de la isla.
Así como el acontecimiento de la Revolución no puede disociarse de la idea de Revolución que se formula a lo largo del tiempo y según circunstancias precisas, playa Girón, la crisis de los misiles y la proclamación de Cuba socialista constituyen, sin duda, momentos cruciales en la trayectoria de la Revolución, pero cuyo significado no es inmediato, sino que se produce a posteriori. Geopolítica y Guerra Fría son el telón de fondo sobre el que Fidel Castro consolida una ideología en la cual “la lucha” se define como el leitmotif de la Revolución para hacer frente a amenazas, aparentemente permanentes.
Modos de adhesión al régimen
Vicent Bloch no se limita a constatar la forma de “un proyecto totalitario” a partir de los elementos perceptibles desde 1959 y hasta 1961, su ambición es indagar en este fenómeno político, o como diría Hannah Arendt, comprender (verstehen). Se pregunta, entonces, de qué manera un proyecto de dominación, en este caso totalitaria, llega a encarnarse en lo social para formar un solo cuerpo.
Los dos últimos capítulos, “Maniobrar en lo cotidiano” y “Los laberintos de la conformidad revolucionaria”, buscan una respuesta a ras de suelo. La mirada del autor se desplaza una vez más, ahora hacia las personas y su singular situación. El material que ocupa es el de las y los antropólogos que observaron la vida social ordinaria en Cuba desde 1969 (con el equipo de investigadores que dirigió Oscar Lewis) y hasta la década de 1980. A partir de este material etnográfico, Vincent Bloch analiza cómo operan las acciones cotidianas -p. e., las estrategias de sobrevivencia y las prácticas de delación- respecto a las normas de igualitarismo, racionalización y vigilancia, de tal forma que hacen posible la permanencia del régimen revolucionario. Modos de adhesión es la categoría que el autor emplea para echar luz sobre las prácticas y lógicas sociales que se combinan para dar forma, en los hechos, a un sistema político y un modo de vida común.
Integrarse al sistema, ascender en la escala social, identificarse unos a otros según los parámetros de la ideología revolucionaria, son acciones y lógicas de acción que constituyen los engranajes para hacer marchar, día a día, la maquinaria del sistema político totalitario. No se trata de una obediencia absoluta, ni de una coerción “total”, apunta el autor a modo de réplica a la aserción de Hannah Arendt sobre La dominación total.4 Observa, en cambio, que, a través de los actos prosaicos de la vida social ordinaria en Cuba, aun si se trata de acciones que contradicen las leyes y normas revolucionarias, las personas se empeñan en adecuarse a las reglas que dicta el régimen.
Original premisa en la que subyacen dos principios epistemológicos que destaco a modo de conclusión. En primer lugar, afirma la necesidad de observar el vínculo entre a) las condiciones (ya sea constitucionales, institucionales, estructurales o sistémicas) de un régimen político y b) la acción y el sentido de la acción. En segundo lugar, crea un dispositivo de investigación empírica, a partir del cual Vincent Bloch realiza su propia observación etnográfica en un periodo más reciente, lo que le permite explorar profusamente esta premisa y dar cuenta de ello en su siguiente libro, La lutte.
Cuba. Une Révolution es, en definitiva, un libro fundamental que esperamos pronto sea traducido al español. Su valor no es el de “desmentir” la propaganda revolucionaria, sino el de comprender cómo fue posible Una Revolución. Por este medio, el autor nos invita a pensar lo político. En particular, a pensar en la inquietante relación que se produce entre revolución, ideología y dominación. El término totalitarismo, que el autor asigna al régimen cubano, no lo emplea, de ninguna manera, como adjetivo, ni tampoco como un tipo-ideal weberiano. El adjetivo alude a una característica no sustantiva del fenómeno político. El tipoideal weberiano supone una distancia infranqueable entre el término abstracto y su manifestación en la realidad histórica. Todo lo contrario, es la voluntad de indagar en la experiencia política cubana lo que conduce a Vincent Bloch a advertir una forma de sociedad y un tipo de dominación tristemente totalitaria.
Referencias
Arendt, Hannah (2019). La dominación total. En Andreu Jaume, (ed.). Hannah Arendt. La pluralidad del mundo. Antología (pp. 134-169). Barcelona: Taurus.
Bataillon, Gilles (2008). Génesis de las guerras intestinas en América Central (1960-1983). México: Fondo de Cultura Económica.
Furet, François (1978). Penser la Révolution Française. París: Gallimard.
Lefort, Claude (1981). L’Invention démocratique. Les limites de la domination totalitaire. París: Fayard.
Lefort, Claude (1986). Penser la révolution dans la Révolution Française. En Essais sur le politique. XIXe-xxesiècles (pp. 110-139). París: Seuil.
Pécaut, Daniel (2012). Orden y violencia. Colombia 1930-1953. Medellín: eafit.
Notes
Author notes
Irene A. Ramos Gil es profesora en el Centro de Estudios Sociológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam. Doctora en Sociología por l’École des Hautes Études en Sciences Sociales (ehess) de París. Ha impartido clases de Ciencia Política en la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile y en la Universidad Iberoamericana. Sus áreas de investigación son sociología de la crítica, etnografía de lo político y antropología del matrimonio. Publicaciones más recientes:
1. Ramos Gil, Irene A. (2024). Horizontes del matrimonio y criterios de legitimidad en tres generaciones: establecer, retener y consentir (tr.). Perifèria, revista de recerca i formació en antropologia, 29(1), 184215.
2. Ramos Gil, Irene A. (2018). Récits des fratricides, secrets et chuchotements: soixante ans des mémoires villageoises dans la Sierra Nord d’Oaxaca (Mexique). En Alain Cottereau, Stéphane Baciocchi y Marie-Paule Hille (eds.), Le pouvoir des gouvernés. Ethnographies de savoir-faire politiques du Mexique à la Chine (pp. 119144). Bruselas: Peter Lang.