Reseñas
Está entre nosotros. De dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir
Está entre nosotros. De dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir
Estudios sociológicos, vol. XLII, e2715, 2024
El Colegio de México A.C., Centro de Estudios Sociológicos
| Semán Pablo. Está entre nosotros. De dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir. 2023. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Siglo XXI. 208pp. |
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Received: 05 March 2024
Accepted: 16 August 2024
Published: 01 August 2024

Este libro, coordinado por el sociólogo argentino Pablo Semán, aborda un tema candente de gran actualidad en el debate político argentino contemporáneo: el auge y consolidación de las derechas radicalizadas como actores protagónicos en la escena pública. En un contexto signado por la polarización, la crisis de representatividad política y el malestar social generalizado, este fenómeno plantea desafíos cruciales para la convivencia democrática, la calidad institucional y la construcción de consensos. La irrupción de discursos y prácticas que tensionan los límites del pluralismo, que apelan a la desconfianza y el resentimiento, y que movilizan pulsiones autoritarias, conminan a repensar los presupuestos y estrategias de las fuerzas progresistas y republicanas. En este sentido, el volumen ofrece claves analíticas y evidencias empíricas fundamentales para comprender las raíces, las dinámicas y los alcances de este proceso, así como para imaginar respuestas políticas y culturales a la altura del desafío.
El libro está conformado por cuatro capítulos y una introducción general titulada “La piedra en el espejo de la ilusión progresista”, de Pablo Semán, que sienta las bases teóricas y contextuales para el análisis que despliega en los capítulos. El corpus principal se compone de los siguientes apartados: “Rayos en cielo encapotado: la nueva derecha como una constante irregular en la Argentina”, a cargo de Sergio Morresi y Martín Vicente; “Los picantes del liberalismo. Jóvenes militantes de Milei y ‘nuevas derechas’”, de Melina Vázquez; “Entre libros y redes: la ‘batalla cultural’ de las derechas radicalizadas”, de Ezequiel Saferstein; y “Juventudes mejoristas y el mileísmo de masas. Por qué el libertarismo las convoca y ellas responden”, en coautoría de Pablo Semán y Nicolás Welschinger.
En la introducción, Semán establece las claves de lectura para comprender el ascenso de las derechas radicalizadas en Argentina, fenómeno ejemplificado por el crecimiento meteórico de La Libertad Avanza (lla) liderada por Javier Milei. El autor argumenta, con perspicacia, que este proceso no puede interpretarse como un mero reflejo de tendencias globales o como una anomalía pasajera, sino como el corolario de transformaciones profundas en la sociedad argentina que han socavado los consensos democráticos y las bases del progresismo.
En esta dirección se proponen seis factores que han configurado el terreno propicio para el surgimiento de las nuevas derechas: en primer lugar, las condiciones socioeconómicas, marcadas por una trayectoria de crisis económicas recurrentes, desde el Rodrigazo en 1975 hasta la actual inflación crónica, que han engendrado un empobrecimiento sostenido y una creciente desigualdad. En segundo término, la revolución digital, cuyas redes sociales y nuevas formas de comunicación han trastocado los modos tradicionales de hacer política y construir opinión pública. Tercero, la metamorfosis del vínculo Estado-sociedad, evidenciada en la erosión de la autoridad y legitimidad del Estado como agente de desarrollo y bienestar. Cuarto, el cuestionamiento al peronismo, manifestado en un creciente desencanto incluso entre sus bases históricas, que ha habilitado nuevas identificaciones políticas. Quinto, el auge del individualismo, reflejado en una cosmovisión centrada en el esfuerzo personal y la autorrealización que entra en tensión con los discursos más colectivistas. Por último, el impacto de la pandemia, cuya gestión profundizó la desconfianza hacia las instituciones y exacerbó malestares preexistentes. Semán argumenta que estos factores han abonado el terreno para discursos que amalgaman el antiestatismo, la meritocracia y la crítica a “la casta política”. La coalición lla y Milei han logrado articular estas demandas en un proyecto político que se presenta como disruptivo y antisistema, que interpela eficazmente a sectores juveniles y populares históricamente ajenos a las derechas tradicionales.
El autor subraya la importancia de comprender este fenómeno más allá de explicaciones simplistas o moralizantes, y propone, en cambio, un análisis multidimensional que atienda tanto a las condiciones estructurales como a las transformaciones culturales y subjetivas que lo hacen posible. Se advierte, además, de los riesgos que este proceso entraña para la democracia, al tiempo que se exhorta a repensar las estrategias de las fuerzas progresistas para construir alternativas capaces de disputar la hegemonía.
En el primer capítulo, Morresi y Vicente reconstruyen el derrotero de las derechas argentinas a lo largo del siglo xx. Los autores parten de una distinción analítica entre dos grandes familias ideológicas que han atravesado este campo: el liberalismo conservador, caracterizado por una visión republicana restrictiva de la política, una concepción mercantilista de la economía y una mirada elitista de la cultura; y el nacionalismo reaccionario, definido por una impronta autoritaria, corporativista y tradicionalista hispanista.
Con base en una periodización que abarca desde la década de 1920 hasta la transición democrática de los años ochenta, los autores trazan los realineamientos de estas tradiciones al calor de coyunturas críticas como el golpe de 1930, el advenimiento del peronismo, la Guerra Fría y la última dictadura militar. Identifican un punto de inflexión en 1983, cuando el liberalismo conservador, tras el descrédito del nacionalismo por su compromiso con la violencia política, logra erigirse en la expresión dominante de las derechas, dando lugar a experiencias partidarias que van desde la Unión del Centro Democrático (Ucedé) y Acción por la República hasta el menemismo y el pro (Propuesta Republicana). Aun con diferentes grados de adhesión a las reglas democráticas, estos espacios convergieron en una orientación promercado y en una resistencia a la ampliación de derechos que excediera la “economía popular de mercado”.
El capítulo culmina con un análisis del giro reciente de las derechas argentinas en el contexto de la crisis de los partidos tradicionales y la emergencia de discursos que impugnan a las élites gobernantes. Para Morresi y Vicente, la irrupción del libertarismo encarnado por Javier Milei expresa un “fusionismo” que recupera y articula motivos de las tradiciones liberal conservadora, nacionalista y neoderechista, que ha configurado un espacio con componentes novedosos y reactualizaciones de viejos tópicos.
Al movilizar un discurso y un estilo “políticamente incorrecto”, una exaltación del mérito individual, una reivindicación de la autoridad y una crítica acerba a “la casta”, Milei desafía las fronteras del sistema político y pone en tela de juicio la distinción izquierda-derecha, al tiempo que tensiona los compromisos democráticos. De este modo, el capítulo ilumina las rupturas y continuidades de las “nuevas” derechas en relación con el pasado, así como los dilemas que plantean para la institucionalidad vigente.
En el segundo capítulo, Melina Vázquez aborda la construcción de militancias juveniles de derecha en Argentina desde la recuperación democrática, y se enfoca en sus formas de participación, sociabilidad y subjetivación política. A partir de una estrategia metodológica cualitativa, basada en observaciones etnográficas, entrevistas en profundidad y análisis documental, la autora reconstruye distintos ciclos o momentos de movilización juvenil derechista. El primero se sitúa en la década de 1980, con la experiencia de la Unión para la Apertura Universitaria (UPAU) como un intento de disputar la hegemonía del progresismo en el movimiento estudiantil, desde una perspectiva “moderna” y “democrática” no exenta de tensiones con la conducción adulta de espacios como la Ucedé. Un segundo momento transcurre entre la crisis de 2008 del campo y las protestas callejeras contra el kirchnerismo de 2012-2013, cuando se afianzaron núcleos militantes juveniles en el pro y en organizaciones de la sociedad civil que se confrontaron con el imaginario de la juventud como sujeto del cambio social y defendieron una agenda republicana y conservadora. Finalmente, los debates sobre la legalización del aborto y las medidas sanitarias durante la pandemia funcionaron como catalizadores de un activismo juvenil abiertamente derechista, que encontró en las agrupaciones de Milei un espacio de identificación y radicalización política.
Uno de los principales aportes de este capítulo radica en la caracterización sociológica de estos militantes como mayormente provenientes de sectores medios y populares, que se adhirieron a valores meritocráticos, se movilizaron contra la “casta” en un sentido antiestablishment y asumen sin ambages la identidad derechista en clave generacional. Vázquez demuestra que, lejos de la imagen estereotipada de jóvenes de clase alta, hijos del privilegio, el mileísmo logra articular una “derecha plebeya y juvenil” que reactualiza históricos clivajes políticos e ideológicos. Asimismo, la autora identifica factores explicativos de este fenómeno, como la socialización en un marco de ampliación de derechos, el uso táctico de las redes sociales, el trabajo territorial y la convergencia con demandas neoconservadoras en el plano de las costumbres y los valores.
En el tercer capítulo, Ezequiel Saferstein analiza el rol de los intelectuales, referentes y mediadores de las “nuevas derechas” en la configuración de una “batalla cultural” por la hegemonía. Con categorías que recupera de Gramsci y Williams, el autor estudia cómo un conjunto de actores pertenecientes al ámbito de la escritura ensayística, el periodismo y la academia, así como influencers surgidos al calor de las redes sociales, disputan los sentidos comunes mayoritarios con base en la producción y circulación masiva de ideas de corte liberal-conservador.
A partir de un análisis de trayectorias, discursos e intervenciones públicas, Saferstein identifica un elenco de figuras clave de este “dispositivo cultural”: desde los escritores Agustín Laje, Nicolás Márquez, Axel Kaiser y Álvaro Zicarelli hasta el propio Javier Milei, pasando por comunicadores y formadores de opinión pública. El autor demuestra que, más allá de sus diferencias y matices, estos agentes convergen en un corpus doctrinario centrado en el rechazo al progresismo y la izquierda, la impugnación al feminismo y la “ideología de género”, la crítica al “marxismo cultural”, la defensa del mérito y la desigualdad, y la reivindicación de un orden social natural y jerárquico supuestamente amenazado por la “decadencia” de las costumbres y la cultura.
La eficacia de este entramado, argumenta Saferstein, radica en su capacidad para traducir debates intelectuales y posicionamientos políticos en claves atractivas para públicos amplios, especialmente juveniles, por medio de libros de gran circulación, contenidos multimedia, eventos callejeros y discusiones en redes. Antes confinadas a nichos marginales o elitistas, estas ideas son activamente consumidas, discutidas y apropiadas por una comunidad de lectores y seguidores que encuentran en ellas un lenguaje para expresar sus malestares, un principio de identidad colectiva y un llamado a la movilización. De este modo, el autor identifica la centralidad del plano cultural e ideológico en las estrategias de construcción política de las derechas contemporáneas al mostrar formas novedosas de mediación entre intelectuales, industrias culturales y audiencias en tiempos de entornos digitales.
En el capítulo final, Pablo Semán y Nicolás Welschinger exploran las condiciones sociales y simbólicas que explican la adhesión de sectores juveniles y populares al discurso libertario encarnado por Milei. Basados en una investigación etnográfica en barrios del Área Metropolitana de Buenos Aires, los autores acuñan la categoría de “mejoristas” para caracterizar a un vasto conjunto de jóvenes que, con independencia de su nivel socioeconómico, comparten una experiencia del mundo del trabajo signada por la precarización, la flexibilización y el emprendedurismo. Obligados a gestionar su inserción laboral en un marco de incertidumbre, desprotección e inestabilidad, estos sujetos han interiorizado valores como el esfuerzo, la autosuperación y el mérito individual como claves de lectura de su situación y de impugnación del orden existente. Los autores argumentan que esta posición es la base de una crítica a un Estado percibido como burocrático, ineficiente y obturador del progreso, un sistema político considerado corrupto, “prebendario” y ajeno a sus realidades, y un modelo económico que no ofrece perspectivas de movilidad ascendente para quienes “se esfuerzan”. Frente a la percepción de un país estancado y sin futuro, estos “mejoristas” son receptivos a un discurso que amalgama la promesa de libertad con una reivindicación del mérito, la moral del trabajo y un discurso transgresor del statu quo. Y es allí donde la interpelación de Milei a “despertar leones”, romper con “la casta” y “dinamitar el Banco Central” encuentra condiciones subjetivas de recepción al sintonizar con las aspiraciones y resentimientos de esta generación. A la luz de una descripción detenida de las visiones y prácticas de estos jóvenes en relación con el trabajo, la educación, el consumo y la política, el capítulo restituye la complejidad del vínculo entre condiciones materiales de existencia, tramas culturales y adhesiones ideológicas, y revela el sustrato plebeyo del apoyo al libertarismo. La apuesta de los autores es resituar sociológicamente un fenómeno que suele ser interpretado en clave psicologista o conspirativa, y pensar las derechas más allá del estigma o la condescendencia sociocéntrica con que suelen ser abordadas en el campo progresista.
Está entre nosotros realiza un aporte sustancial y original al campo de estudios sobre las derechas y los procesos políticos contemporáneos en Argentina. Su principal fortaleza radica en la capacidad de articular de manera potente distintas escalas y dimensiones de análisis (histórica, sociológica, politológica, cultural) que ofrecen una comprensión multidimensional del fenómeno que trasciende explicaciones simplistas o coyunturales. Al situar el foco en tradiciones ideológicas de largo aliento, en transformaciones socioestructurales, en procesos de subjetivación y en dispositivos culturales, el libro ilumina las raíces profundas y el carácter transversal del crecimiento de las derechas radicalizadas, así como su poderosa capacidad de interpelación.
Otro mérito destacable de la obra es poner en diálogo y tensión las perspectivas de los actores con las herramientas conceptuales de las ciencias sociales, en un fructífero ir y venir entre teoría y dato, lo cual complejiza y enriquece el análisis. Entre las principales contribuciones sustantivas del trabajo destacan: a) la identificación del “fusionismo” como la dinámica actual de las derechas argentinas que articula tradiciones ideológicas históricamente en pugna; b) el análisis de las formas de participación y subjetivación política que moldean un activismo juvenil de derecha de carácter “plebeyo”; c) la reconstrucción del “dispositivo cultural” neoconservador y la centralidad de la “batalla por las ideas” en la estrategia de estas fuerzas; y d) la caracterización de las condiciones sociales y simbólicas que han tornado a sectores juveniles y populares permeables al discurso libertario. En conjunto, estos hallazgos demuestran la capacidad del libro para captar y conceptualizar las novedades del fenómeno sin perder de vista sus anclajes estructurales e históricos.
Al enfocarse en el caso argentino y reconstruir la especificidad de su trayectoria histórica, ideológica y política, los autores evidencian que no hay un modelo único o uniforme de giro a la derecha, sino más bien expresiones situadas que responden a configuraciones nacionales particulares. Así, la obra matiza ciertas lecturas homogeneizantes que tienden a subsumir la diversidad de experiencias bajo la etiqueta genérica del “populismo de derecha” o la “ola conservadora”, y resaltar en cambio las modulaciones propias que asumen estos procesos en cada contexto.
En Argentina, esto implica atender a la singular articulación entre vertientes liberal-conservadoras, nacionalistas y neoderechistas que cristaliza en el espacio de La Libertad Avanza, así como a la peculiar combinación de tópicos que estructuran su discurso (el antiestatismo, la dolarización, el conservadurismo moral, la crítica a la “casta política”). También supone considerar la inserción de actores como Milei, Laje o Márquez en determinadas tradiciones intelectuales y redes de sociabilidad de las derechas locales. Todo esto enriquece y complejiza la mirada sobre un fenómeno que no puede reducirse a una importación mecánica de tendencias globales.
Por otro lado, es menester destacar que esta atención a lo situado no obsta para establecer comparaciones y detectar patrones comunes con otros casos nacionales. En este punto, el libro ofrece hipótesis sugerentes sobre algunas condiciones sociales, políticas y culturales que parecen atravesar, con sus particularidades, los distintos procesos de derechización a escala internacional. El énfasis en las transformaciones del mundo del trabajo, la crisis de las identidades políticas tradicionales, el malestar con las élites o el impacto subjetivo del neoliberalismo encuentra eco en numerosos estudios sobre el tema en otros países y regiones. Asimismo, la centralidad otorgada a la dimensión ideológica y a las “batallas culturales” entronca con una preocupación extendida por el modo en que las derechas disputan los sentidos comunes y reconfiguran los marcos de inteligibilidad social.
Ahora bien, el invaluable trabajo intelectual contenido en Está entre nosotros deja abiertos ciertos interrogantes y plantea algunos desafíos para una agenda de investigación sobre el crecimiento de las derechas en el plano internacional. En primer lugar, una cuestión que merecería mayor indagación es el alcance y los límites de las comparaciones entre casos nacionales: ¿hasta qué punto la especificidad de cada trayectoria histórica e ideológica habilita o restringe las analogías? ¿Cómo se articulan en cada contexto los factores globales con las dinámicas políticas locales? Complejizar la mirada comparativa y evitar generalizaciones apresuradas, pero sin renunciar a identificar patrones comunes, es una tarea pendiente.
Otro aspecto que, a mi entender, requiere profundización es el análisis de las condiciones subjetivas del giro a la derecha: ¿cómo procesan distintos sectores y grupos sociales la experiencia de la precariedad, la incertidumbre y el malestar con el orden existente? ¿Por qué en algunos casos esta experiencia conduce a posiciones reaccionarias mientras que en otros alimenta salidas progresistas o emancipatorias? Indagar más finamente en la diversidad de trayectorias, representaciones e identificaciones políticas de los sujetos, según variables como clase, género, etnia, religión o generación, es un desafío para captar los matices y las ambivalencias del fenómeno. Un tercer punto por considerar es la temporalidad de los procesos analizados: ¿se trata de una transformación coyuntural y reversible o de un cambio estructural y duradero en las democracias contemporáneas? ¿Cómo se articula el desarrollo de las fuerzas de derecha con las dinámicas de mediano y largo plazo del capitalismo global? Está entre nosotros ofrece algunas claves para pensar estas cuestiones al situar el caso argentino en el marco de tendencias históricas e internacionales, pero se requiere aún mucha investigación para dilucidar los alcances temporales de esta “ola populista”. Finalmente, una pregunta que atraviesa el libro y la discusión más general sobre el tema es la referida a las alternativas políticas frente al avance de las derechas: ¿cómo construir proyectos populares y democráticos capaces de interpelar el malestar social y disputar la hegemonía? ¿Qué discursos, prácticas y estrategias pueden desarrollar las fuerzas progresistas para enfrentar la ofensiva reaccionaria? Aunque los autores de esta obra esbozan algunas intuiciones al respecto, el texto no termina de decantarse por una respuesta, lo cual revela la necesidad de profundizar el debate programático sobre el futuro de las izquierdas.
Author notes
Minor Mora Salas es profesor-investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México. Publicaciones más recientes:
1. Mora Salas, Minor, & Oliveira, Orlandina de (2002). Adultez forzada. Vidas cuesta arriba. Revista Nueva Antropología, 96.
2. Mora Salas, Minor, A. Bridi, María, & Véras de Oliveira, Roberto (2023). Plataformas de repartidores en América Latina: estado del arte. Revista Brasileira de Sociología, 11(29), 14-40.
3. Mora Salas, Minor, & Rosa, Rebeca de la (2023). Nuevas prácticas de gestión, control y vigilancia algorítmica: el caso de Uber en la Ciudad de México. En Dídimo Castillo (coord.). Capitalismo digital después de la pandemia. Nuevo paradigma del trabajo global (pp. 266-313). México: Siglo XXI.