Artículos
Textos fonéticos de Cuba (1965-2006)
Phonetic texts from Cuba (1965-2006)
Textos fonéticos de Cuba (1965-2006)
Nueva revista de filología hispánica, vol. LXX, núm. 1, pp. 273-300, 2022
El Colegio de México A.C., Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios
Recepción: 15 Junio 2020
Aprobación: 26 Noviembre 2020
Resumen: La dialectología, la geografía lingüística y la sociolingüística han recurrido con frecuencia a la transcripción fonética de textos para ilustrar los modos de hablar analizados en las monografías dialectales, los atlas lingüísticos y los estudios variacionistas. Este artículo estudia nueve de estos trabajos sobre el español de Cuba que se publicaron entre 1965 y 2006. Se describe la obra en que aparecen los textos fonéticos (con una muestra de cada uno), su marco metodológico y el sistema de transcripción empleado.
Palabras clave: español de Cuba, transcripción fonética, dialectología, sociolingüística, historia de la lingüística.
Abstract: In dialectology, geographical linguistics and sociolinguistics, phonetic transcription is often used to illustrate the speech analyzed in monographs, linguistic atlases and variation studies. This paper analyses nine such studies of the Spanish spoken in Cuba, all of them published between 1965 and 2006. It describes the work in which each phonetic text is included (with a sample of the transcription), its theoretical framework and the system of phonetic notation employed by each author
Keywords: Cuban Spanish, phonetic transcription, dialectology, sociolinguistics, historiography of linguistics.
Introducción*
Este trabajo es una entrega más de la labor de recuperación y edición llevada a cabo en el proyecto “Antología de Textos Fonéticos Hispano-Americanos” (en adelante, ATeFonHA). En publicaciones anteriores se han presentado los objetivos y metodología generales del trabajo, la selección de materiales de una decena de países y un estudio particular de los textos de Puerto Rico y República Dominicana (cf. Fernández de Castro 2007, 2010 y 2011, respectivamente). Ocuparse ahora de Cuba es continuación natural del último título, y cierra la presentación de los textos antillanos.
El español en Cuba: algunos logros recientes
El interés de Cuba, sin embargo, va mucho más allá de completar una región. Nuestro conocimiento del español cubano se ha incrementado de forma notable en las últimas décadas, y la finalización en la isla de algunos grandes proyectos de investigación ha permitido que se beneficien de los avances tecnológicos que no estaban al alcance de otras regiones americanas cuando afrontaron esas mismas empresas. Es el caso del Atlas lingüístico de Cuba (García Riverón et al. 2013), probablemente el más completo que existe hasta ahora en todo el mundo hispánico, gracias a la riqueza de la información sociolingüística con que acompaña la variación diatópica. Poco antes se habían publicado las Muestras del habla culta de La Habana (González Mafud et al. 2010), a la par que el estudio Léxico del habla culta de La Habana (Domínguez Hernández 2010). Y muy recientemente hemos podido acceder a una obra de referencia fundamental, que esperaba tras haberse completado a finales del siglo pasado, el Diccionario ejemplificado del español de Cuba (Tristá y Cárdenas 2016).
Obras como éstas, de gran aliento científico e institucional, conforman una base descriptiva sólida y sistemática del español cubano. Este trabajo aspira a ser un muy pequeño complemento de tales logros, con la recuperación de materiales descriptivos que se hallan a veces perdidos o semiolvidados, pero que pueden quizá servir de ilustración textual al moderno conocimiento de las hablas de la isla.
Mapa y tabla resumen
Presentaré en estas páginas nueve trabajos de diez autores, que contienen un total de 157 textos fonéticos, transcritos a 50 informantes de 18 lugares, y que suman unas 35 mil palabras. El mapa y la tabla siguientes los muestran de forma sinóptica. En el primero figuran sólo referencias numéricas, a lugares o áreas, especificadas en la tabla. Si un autor ha compilado muestras de varias procedencias (caso de Isbăşescu, por ejemplo), aquí se separan y se vinculan a sus respectivos emplazamientos. Cada fila muestra la clave y el lugar, la referencia del trabajo y el bloque particular de textos (autor, año y páginas), el número de informantes, el de textos, el cómputo de palabras (exacto en textos pequeños, estimado las más veces por extrapolación) y el tipo y nivel de detalle de cada transcripción.
Respecto a los tipos de transcripción, en las presentaciones de cada estudio se hablará más de ellas. Baste anticipar ahora que las propiamente fonéticas se distinguen por emplear, bien el Alfabeto de la Revista de Filología Española (ARFE) o el Alfabeto Fonético Internacional (AFI), con diferentes niveles de detalle (ancho, semiestrecho, estrecho). Pero hay más. Como ya se ha explicado en anteriores presentaciones de este proyecto, muchos lingüistas han aportado textos que, pese a no ser transcripciones stricto sensu, vale la pena incluir en esta antología
1. En el caso de Cuba, Ortiz (1998) no usa un alfabeto fonético, y no cumple el principio básico de la biunivocidad grafema ↔ sonido (o al menos grafema ↔ fonema), pero, como se verá, consigue con su transcripción ortográfica reflejar un amplio abanico de fenómenos fonéticos de interés, por lo que sus textos se presentarán aquí con la etiqueta “ortografía fonetizada” (OF).
Estructura de este trabajo
Los bloques dedicados a cada estudio tendrán una estructura repetida, formada por cuatro elementos: presentación, facsímil, transcripción ortográfica y transcripción fonética adaptada. Cada una de ellas desempeña un papel específico. La extensión media de los textos escogidos como muestra es de unas 150 palabras.
La presentación sitúa las coordenadas metodológicas de las que surgió cada trabajo y la escuela o influencias teóricas perceptibles en la obra de su autor. Se describirá su sistema de transcripción y se dará el perfil del informante de la muestra escogida, cuando esté disponible. El facsímil se ha obtenido, cuando ha sido posible, de ediciones originales, procurando buscar siempre la más antigua y mejor conservada, y realizando una digitalización en calidad profesional. Algún caso procede aún de una copia, pero la tendencia es conseguir el mayor grado posible de fidelidad al origen.
La transcripción ortográfica presenta el texto en ortografía normativa del español. Si bien es frecuente que los propios autores ofrezcan esta versión de los textos que transcriben, hay excepciones. Cuando no lo hacen, se ha realizado aquí una reconstrucción basada en la versión fonética. Si hay discordancias entre lo transcrito fonéticamente y su equivalente ortográfico, se recompone la transcripción ortográfica para hacerla coherente y evitar desajustes de interpretación, de lo cual siempre se deja constancia.
El apartado final, el titulado transcripción fonética adaptada, es el más comprometido de esta antología. Hacer una versión modificada de una transcripción fonética es tarea difícil de afrontar. Quien la adapta no ha escuchado la emisión originaria -aunque en algún caso moderno empieza a ser posible, gracias al empleo de tecnología multimedia en la presentación de los materiales. ¿Qué puede legitimar, pues, que se atreva a retocarla? Únicamente la certeza de que las ventajas superen a los inconvenientes. En estas versiones se ha buscado presentar una adaptación formalmente homogeneizada de todos los originales. Quien recorra los facsímiles encontrará notaciones en AFI y en ARFE más o menos ortodoxos; los hallará en nivel ancho, semiestrecho o estrecho; en algún caso, incluso, verá símbolos fonéticos construidos artesanalmente, con una antigua máquina de escribir y trazos manuales añadidos.
Para poder aprovechar como corpus unificado aportaciones tan dispares, se han convertido todas (salvo la ortográfico-fonética de Ortiz 1988), en el último apartado de cada sección, en transcripciones semiestrechas en AFI2. Esto quiere decir que se renuncia a detallar las variantes tímbricas de las vocales, salvo las que entren en diptongo; y que, de las variaciones consonánticas inducidas por el contexto fónico, se han reflejado sólo las más generales, aparte de los rasgos privativos y característicos de las hablas cubanas. El resultado es un formato homogéneo, apto para un análisis que abarque el nivel fonético. En general, los textos resultan de simplificar transcripciones inicialmente más complejas. Todos presentan una disposición parecida, independiente de la original, y se han vertido en una misma tipografía, la fuente de libre acceso Doulos SIL IPA, versión 4.106, de SIL International.
Por estas razones, y con plena conciencia del coeficiente de distorsión que implican, se han introducido aquí estas versiones adaptadas, siempre junto al facsímil como referente de verificación. Se trataría pues de articular el acceso al texto en varios niveles: el mapa y la tabla preliminares son una guía para llegar a todos los materiales disponibles, desglosados por localizaciones; con el texto ortográfico entramos directamente al léxico y la gramática; con el fonético adaptado accedemos al plano de la expresión de una forma normalizada; finalmente, el investigador podría constituir, con los facsímiles y los datos de las presentaciones, su propio corpus textual del español cubano.
El lingüista checo Lubomir Bartoš trató el destino de la lengua española en América de forma recurrente, y, con el tiempo, derivó en una postura extrema, basada en su convencimiento de lo inevitable de su fragmentación y de la creación de nuevas identidades idiomáticas futuras. Abundan en los títulos de sus trabajos términos como convergencia/ divergencia, homogeneidad/ heterogeneidad, bilingüismo y fragmentación…, ecos sin duda de los debates suscitados en el mundo académico tras el Congreso de Instituciones Hispánicas de Madrid, en 1963 (OFINES 1964), que el autor evoca con frecuencia.
Bartoš defendió sus tesis durante años en el ámbito teórico, con la recuperación de las teorías sustratísticas, y con la refutación, casi escolástica, de cualquier defensa de la unidad del español en el mundo (véase el análisis de Lope Blanch 1970). Pero a veces también intentó probar sus ideas con análisis más filológicos, más cercanos a los textos y a los hechos lingüísticos particulares, sobre todo en los planos léxico y fonético.
Así ocurre en este trabajo temprano, en el que comparó dos modos de pronunciación a partir de sendos textos, uno según la “norma académica” -peninsular- y otro grabado “…en la cinta magnetofónica sirviéndonos para este fin, como locutores, varias personas de nacionalidad cubana” -y de norma urbana culta, según él también señala, aunque sin dar más datos- (p. 145). La transcripción está hecha con ARFE estrecho, y va acompañada de un análisis de los fenómenos de variación fonética observables en ella, así como de reflexiones sobre su carácter identitario y la ausencia de estigmatización con que se registran en la isla. Sin embargo, el inventario deja claro que hay un problema esencial de enfoque: el autor enumera una serie de fenómenos que son más bien generales en todo el español sudoccidental, desde Sevilla hasta Chile: seseo, yeísmo, pérdida de /-s/, aspiración de /-X-/, nasalización vocálica y “ciertas modificaciones” (sic) en la pronunciación de algunas agrupaciones consonánticas; de este rasgo, el único quizás privativamente caribeño, ni se da un ejemplo ni se refleja un solo caso en los textos.
Bartoš es acaso el último hispanista europeo que viajó abruptamente desde la norma peninsular, adquirida académicamente en Europa, a la extrema diversidad de las habladas en América; y la distancia debió de parecerle tan grande que prefirió ver ruptura antes que cualquier continuidad. Ello podría explicar que su transcripción, aun siendo precursora, resulte más “panamericana” que “cubana”, en realidad. Escogemos aquí el segundo texto, que ya había utilizado Navarro en su manual (1932, § 254).
Transcripción ortográfica
Pepita Jiménez, carta del 12 de mayo (Juan Valera)
Transcripción fonética adaptada
La hispanista rumana Cristina Isbăşescu publicó en 1968 una monografía sobre fonética y fonología del español de Cuba, que se fundamentaba en un extenso corpus de grabaciones magnetofónicas. Éstas se obtuvieron tras entrevistar de forma semidirigida y oculta a seis cubanos, dos mujeres y cuatro hombres, que realizaban estancias de estudios en Bucarest, en el año 1964. Tres eran habaneros, y los demás de otras provincias.
El estudio figura en primer lugar, y ocupa una mitad del libro; todos los ejemplos y los rasgos descritos se presentan con una remisión precisa a varios lugares que los ilustran en los textos transcritos fonéticamente, los cuales completan la segunda mitad del volumen. Éstos constituyen una de las muestras fonéticas de mayor calidad y amplitud que se han hecho nunca sobre un dominio hispánico en América. Son 70 textos en total, sobre temas variados, aunque algunos se repiten de un informante a otro; en conjunto, puede estimarse que contienen unas 17 mil palabras.
En las páginas iniciales, donde se expone un exhaustivo repaso de fenómenos relativos al vocalismo y al consonantismo, los autores más citados son Tomás Navarro y Emilio Alarcos. La autora no se contenta con describir: su intención última es comprobar si los fenómenos de variación fonética a que se refiere llegan a modificar alguna de las oposiciones fonológicas del castellano general. Este propósito explica el nivel de detalle con el que se detiene: sus transcripciones son semiestrechas, y registra la variación tímbrica de cierre/ abertura en las vocales [ -e/ -o ] finales, por su pertinencia en el examen del discutido desdoblamiento fonológico caribeño.
Para los textos utiliza una adaptación muy sencilla del ARFE originario, con la sola alteración de que se usa [ ŝ ] para el sonido fricativo prepalatal [ š ]. Respecto al acento, se marca con tildes limitadas a las restricciones de la ortografía regular. En nuestra versión adaptada, se ha optado por recuperar todos los acentos fonéticos, al considerar que la autora los había codificado de forma implícita.
Como muestra se presenta un fragmento del texto 29, obtenido del informante número 4, Armando Orvera Hernández, de quien se nos dice que era mulato, originario de La Habana y nacido en 1942. A estos datos debe añadirse que, al igual que los demás informantes, se hallaba en Rumanía realizando estudios superiores de carácter técnico.
Transcripción ortográfica
Las plantas industriales. Armando Orvera Hernández, La Habana
Transcripción fonética adaptada
El hispanista norteamericano Anthony J. Lamb se doctoró en 1968, en la Universidad de Kansas, con un estudio fonológico del español hablado en La Habana. El trabajo, de 171 páginas mecanografiadas, quedó inédito, pero es conocido y citado.
La base empírica de esta investigación es sólida: el autor había vivido durante cinco años en Cuba, y de vuelta a EE.UU. recogió sus datos entre treinta hablantes cubanos establecidos tras 1959 en el área del Gran Chicago, hombres y mujeres a partes iguales, y con una edad media de 35 años. Respecto a otras variables, Lamb divide a sus sujetos en nivel cultural medio alto, medio bajo y bajo, según sus grados de familiaridad y empleo de la norma culta, y no necesariamente por su situación económica o el nivel educativo. El resultado del estudio, por tanto, puede considerarse representativo del español propio de la clase media habanera, en particular el de Marianao, Vedado y Centro Habana.
Junto a repetidas referencias a Navarro (1932), Alarcos (1965) o Isbăşescu (1965), Lamb evoca la lectura reciente del estudio de Labov (1966) sobre la estratificación social de Nueva York. A menudo señala que variaciones como las de /-s/ final habanera podrían estudiarse como la /-r/ norteamericana, lo cual permitiría superar el fácil excipiente de la “variación libre” y otras etiquetas semejantes. Hay algo, pues, en esta tesis, de puente entre los antiguos paradigmas y el variacionismo, que muy pronto se extendería en el mundo académico norteamericano, primero, y por todo el continente, después.
Lamb grabó en magnetofón las respuestas de los informantes a un cuestionario pictográfico (Sapon 1957), muy usado entonces y que se acomodaba a un estándar de superior alcance, el Cuestionario lingüístico hispanoamericano de Navarro Tomás (1945).
Al final de su tesis recoge la transcripción íntegra de una de esas grabaciones, obtenida del informante que menos tiempo llevaba en Estados Unidos cuando se le hizo, apenas tres meses. Se trata de un técnico informático de 30 años, Armando Hevia, de Marianao. La triple versión (fonética estrecha, ortográfica en español y traducción al inglés) ocupa 28 páginas, aunque la mayoría son palabras o frases sueltas. Aquí se han escogido algunos fragmentos del final que presentan carácter discursivo. Para la representación fonética, Lamb usó un sistema libre, que mezcla símbolos ortográficos para las distinciones básicas, y diacríticos del ARFE para los matices más estrechos.
Transcripción ortográfica
Descripción de escenas. Armando Hevia, Marianao (La Habana)
Transcripción fonética adaptada
El fonetista cubano Julio Vitelio Ruiz Hernández presenta un doble perfil académico muy determinado por su circunstancia histórica: por un lado, el de estudioso del lenguaje, especializado en la fonética del español de Cuba; por otro, el de educador comprometido con la tarea de “perfeccionar” la pronunciación de los cubanos, aunque fuera a costa de eliminar buena parte de lo que define su habla. Para Ruiz Hernández, los bailes de líquidas y las geminaciones que tanto estudió toda su vida son estigmas, “pseudodislalias culturales”, como él las denomina, y su obligación es tanto analizarlas como “curarlas”, o crear planes para corregirlas.
De su primera faceta nos ocuparemos después (Ruiz Hernández 1977, § 5). Examinemos ahora su particular proyecto educativo. Tras señalar que la lingüística como ciencia es, en principio, descriptiva, añade:
[pero en] una sociedad socialista como la nuestra, donde la Revolución brinda oportunidades iguales a todas las personas para llevar su superación hasta los más altos niveles, es de gran importancia que todos los que lo necesitan -y con mucha más razón los maestros y educadoras- mejoren su forma de expresión oral, y con ello se conviertan en los mejores modelos para sus alumnos (1974, p. 2).
Así que el estudio descriptivo es un medio para llegar a la lingüística aplicada y “regeneradora”. Para ello, Ruiz dispuso de una red de 22 laboratorios de fonética repartidos por todo el país, en los que implantó su “tratamiento terapéutico-lingüístico” (sic) a 122 alumnos. Y en 1974 ya pudo presentar sus primeros resultados en el Simposio Nacional de Lingüística, Logopedia y Foniatría de La Habana.
Por suerte para la fonética, Ruiz ilustró el punto de partida de sus “alumnos-pacientes” con cuatro transcripciones que muestran cómo pronunciaban antes de someterse a tratamiento. Estas breves muestras no escatiman en detalle ni en realismo, y abarcan cuatro puntos de la isla. Las actas del Simposio se publicaron mecanografiadas, y los textos aparecen en un AFI artesanal, hecho con una combinación de caracteres a máquina y trazos manuscritos complementarios. Aquí se muestra el texto transcrito de Juan Álvarez, estudiante de 2º curso universitario, de 18 años de edad, y residente en Pinar del Río.
Transcripción ortográfica
Conversación con Juan Álvarez (Pinar del Río)
Transcripción fonética adaptada
A diferencia de la obra anteriormente presentada de este autor, la que mostraremos ahora es exclusivamente descriptiva. Ruiz Hernández había realizado, a finales de 1970, una serie de encuestas y grabaciones a un grupo de 100 informantes, todos nativos de Santiago de Cuba, y representativos de tres generaciones, ambos sexos y dos registros, popular y culto. Posteriormente, se trasladó a Madrid, donde trabajó con estos materiales en el Laboratorio de Fonética del C.S.I.C., bajo la dirección de Antonio Quilis, y elaboró el estudio fonético del español oriental cubano, del que aquí se presenta un fragmento.
A la par que anticipaba la preocupación por la representatividad equilibrada de la muestra, característica del naciente proyecto de la “norma culta” (Lope Blanch 1967), al que de hecho se remite, Ruiz Hernández no abandona el buen hábito dialectológico tradicional de acompañar el análisis de los segmentos con la representación de los textos transcritos. Sus nueve textos fonéticos, en transcripción ortográfica y fonética estrecha, ocupan 25 páginas de su monografía, y constituyen una de las más vívidas evocaciones del habla cubana que hoy pueden manejarse.
El contenido descriptivo de esta obra adquiere una dimensión más profunda si se examina desde la perspectiva de su amplísima investigación fonética posterior, realizada entre Cuba, España y Checoslovaquia. Al repasar, por ejemplo, la primera parte de su libro de 1984 sobre el consonantismo en Cuba (Ruiz Hernández y Miyares 1984), vemos que en buena medida no ha hecho sino ahondar y extender a toda la isla las observaciones de esta monografía; una de las más importantes, la distinción entre alargamiento consonántico, asimilación en contacto regresiva y geminación, fenómenos que él siempre se empeñó en diferenciar cuidadosamente (Arias 2019). Aquí se presenta la parte inicial del texto número 6 de su estudio santiaguero. Por las claves de las páginas 13-14 sabemos que los entrevistados son un hombre y una mujer, de extracción popular, y de edad superior a 56 años. Además, en la relación de informantes contenida en las páginas 88-90 encontramos dos nombres que corresponden a las iniciales a que se atribuye el texto, los de José Puente M. y Edelmira Puente.
En la versión adaptada se han mantenido los criterios del original en cuanto al acento fonético. Respecto al fonema / d /, aunque Ruiz consigna en su tabla inicial (pp. 21-22) los dos símbolos del AFI para los alófonos oclusivo y fricativo [ d, ð ], en las transcripciones y en el estudio posterior (pp. 57-59) utiliza sólo el símbolo [ d ] para las dos realizaciones, incluso tras describirlas como distintas. En esta adaptación se refleja la distribución convencional (todas fricativas sal-vo en positio fortis), paralela a la practicada por el autor con los alófonos equivalentes de / b, g /.
Transcripción ortográfica
Diálogo sobre Santiago de Cuba
Transcripción fonética adaptada
El investigador cubano José García González ha dedicado varios estudios a la recuperación de la narrativa oral afrocubana. Su artículo de 1978 analiza con enfoque etnolingüístico la narración de “una africana conga, quien solía relatar sus cuentos de África en las calles y lugares públicos de la ciudad de Sancti Spíritus” (p. 131, n. 2).
Este trabajo anticipa, en finalidad y conclusiones, lo que después consolidó por extenso Ortiz López en su monografía de 1998 (véase infra). García González adelanta la tesis de que en Cuba no se conservaron las lenguas africanas como elementos de comunicación, sino que los esclavos, dado su diverso origen, sólo usaron como idioma común el de sus amos. Los africanismos habrían pervivido con un valor simbólico y ceremonial, no comunicativo, y sólo a veces, al aludir a realidades sin traducción preexistente, darían lugar a adaptaciones que dejan entrever estructuras de origen -como la alusión indistinta a varones o hembras, debido a la ausencia de morfema de género en bantú.
El autor rastrea casos como éstos, así como determinados fenómenos fonéticos y morfosintácticos, y los muestra en un texto que aparece en dos versiones: una literaria, compuesta a partir de varias grabaciones originales, y otra, “copia textual de la versión original más completa que se pudo grabar…, que reproducimos en transcripción fonética ancha” (p. 135). Para ello, sigue los parámetros de Quilis y Fernández (1968), por lo que nuestra versión adaptada se limitará a regularizar la original en AFI moderno. Y, pese al nicho antropológico relativamente angosto que pretende mostrar, muchos rasgos aquí presentes no son exclusivos del habla afrocubana actual. Al igual que ocurre con los textos de Ortiz, estos estudios dan fe del alcance y la influencia que los ecos africanos, por remotos y aislados que parezcan, han acabado teniendo en la configuración de la norma antillana general del español.
Transcripción ortográfica
“La muchacha y el majá” (Sancti Spíritus)
Transcripción fonética adaptada
El título de la monografía publicada en 1998 por el lingüista puertorriqueño Luis Ortiz López, Huellas etno-sociolingüísticas bozales y afrocubanas, es tan detallado como revelador. Su propósito es hallar todo eco posible de un hipotético criollo afrocubano y, sobre todo, dilucidar si alguna vez existió como tal vehículo de comunicación para una parte de la población, o si no llegó a arraigar hasta ese nivel y fue descriollizado antes de conformarse, para quedar diluido al final en la modalidad lingüística general de la isla.
Concluye el autor que, si bien perduran en el español caribeño rastros aislados de lo que pudo ser un semicriollo colonial, no hay pruebas de que éste se apartara por completo del español, sino que su evolución tendió al sincretismo con la lengua dominante.
Para superar la insuficiencia de los trabajos preexistentes, que Ortiz reconoce afectados por lentes que van de la caricatura al estereotipo paternalista, había que acudir a las únicas fuentes válidas posibles: los testimonios lingüísticos de afrocubanos descendientes de esclavos o libertos. La población estudiada abarcó a 70 ancianos de 60 a 105 años, repartidos por igual entre hombres y mujeres, y residentes en las cuatro provincias históricamente más ligadas a la esclavitud: La Habana, Matanzas, Santiago y Guantánamo.
La investigación se divide en dos partes: primero, un análisis inmanente y por niveles de los rasgos lingüísticos propios de estos individuos; y, en segundo lugar, el rastreo de sus reflexiones y recuerdos acerca de las condiciones sociales de la esclavitud, y, con ellas, de una posible identidad lingüística afrocubana diferenciada.
Este último apartado recoge decenas de testimonios grabados a unos veinte informantes distintos, a los que se unen cuatro entrevistas completas en un apéndice final. Esto suma un corpus de 70 textos y 10 mil palabras, muy sesgado por su procedencia, pero esencial como complemento de otros enfocados en segmentos diferentes de población.
Pese a que Ortiz apuntó sobre todo a los planos morfosintáctico y léxico, y utilizó en sus transcripciones la ortografía convencional, refleja mediante ésta un amplio abanico de fenómenos de variación fonética. Valga como muestra este fragmento, tomado de una anciana de 80 años, residente en Güira de Melena (entonces en la provincia de La Habana, hoy en la provincia de Artemisa). No podemos, sobre él, reconstruir una transcripción fonética adaptada al uso, pero tampoco renunciar al reflejo fiel que ofrece de muchos rasgos, que no se limitan a este grupo etnosocial, sino a todo el español cubano coloquial moderno: geminaciones, lambdacismos, aspiraciones y pérdidas consonánticas… todo aparece aquí reflejado con precisa vivacidad.
Transcripción ortográfica
Historias de santería (Güira de Malena, La Habana)
Transcripción ortográfico-fonética
Bentivoglio y Sedano [y Mora] 1999
La hispanista italiana Paola Bentivoglio y su colega española Mercedes Sedano llevaron a cabo una prolongada labor de investigación lingüística conjunta en la Universidad Central de Venezuela, con intereses sobre todo en gramática y en sociolingüística.
Uno de estos trabajos fue el estudio “Identidad cultural y lingüística en Colombia, Venezuela y en el Caribe hispánico”, presentado en un congreso de hispanoamericanistas en Maguncia, en 1997, y publicado dos años después. En él se exponen los resultados de una encuesta realizada a 110 caraqueños y 58 madrileños. La encuesta tenía dos partes, una sobre preferencias y valoraciones acerca de las modalidades del español, en abstracto, y otra con preguntas vinculadas a una “cinta-estímulo”, grabación de audio donde se sucedían siete fragmentos de 30 segundos cada uno, aproximadamente, registrados a siete mujeres de nivel cultural medio, nacidas y residentes en La Habana, Buenos Aires, Las Palmas de Gran Canaria, Ciudad de México, Caracas, Madrid y Bogotá. Los informantes oían dos veces la cinta, y luego intentaban reconocer el origen de las hablantes, y expresaban su valoración general acerca de las modalidades escuchadas.
El estudio finaliza con dos apéndices: uno reproduce la encuesta presentada a los informantes, el otro permite al lector hacerse una idea muy certera de lo que escucharon, gracias a la transcripción fonética estrecha, en AFI, de los siete fragmentos grabados. Estas transcripciones fueron realizadas por la fonetista venezolana Elsa Mora Gallardo, profesora de la Universidad de Los Andes, en el estado de Mérida9. De ellas, se muestra aquí la transcripción núm. 1, correspondiente a una hablante de La Habana.
Transcripción ortográfica
Un recuerdo de infancia (La Habana)
Transcripción fonética adaptada
El lingüista colombiano Carlos Eduardo Piñeros ha creado uno de los más importantes recursos disponibles hoy para describir la variación de español en el mundo. Se trata de su página electrónica Dialectoteca del español, elaborada durante sus años como profesor en la Universidad de Iowa. En ella se presentan grabaciones en audio y video de 30 informantes distintos; de ellos, 8 son españoles y los 22 restantes proceden de dieciocho ciudades repartidas entre once países de América. Todos ellos son estudiantes universitarios o profesores jóvenes, tanto hombres como mujeres.
Cada módulo tiene cuatro elementos, de los que tres son habla espontánea y duran en torno a un minuto: Región, donde el informante describe su ciudad de origen; Anécdota, en el que narra algún suceso especial o divertido; y Opinión, donde explica su preferencia por algún escritor u obra literaria. Estas muestras aparecen en transcripción ortográfica. Pero hay una cuarta sección, Cuento, en la que todos leen el mismo texto, el relato de 119 palabras “El viento del norte y el sol”, bien conocido por los fonetistas de todo el mundo. Y de esta grabación se nos ofrecen dos transcripciones: la ortográfica -idéntica en todos- y la fonética, para la cual se utiliza el AFI en un nivel estrecho.
El valor de estas muestras para el estudio de la variación fonética es muy importante, porque con ellas se logra uno de los requisitos fundamentales del método experimental: que sólo cambie lo que nos interesa que cambie, nada más. En efecto, todas las variables sociolingüísticas están aquí controladas, al pertenecer los informantes a un mismo segmento sociocultural y de edad. Y al leer todos ellos el mismo texto, desaparece también la variación gramatical o léxica (bien representada en los otros fragmentos), y sólo queda la que afecta la pronunciación. Se trata además de grabaciones de buena calidad de audio, y relativamente recientes -la compilación está fechada en 2006.
La muestra de Cuba es una hablante de Matanzas, cuya lectura reproducimos aquí.
Transcripción ortográfica
“El viento del norte y el sol” (Matanzas)
Transcripción fonética adaptada
Conclusión
El español hablado en Cuba se ha sometido a análisis en las últimas décadas con una atención excepcional, tanto en calidad como en cantidad. Pocos países de América han sido objeto de un escrutinio lingüístico tan sostenido en el tiempo, con miradas y acercamientos tan diversos y mutuamente enriquecedores. Resultado de lo anterior es un abanico de estudios (y de textos fonéticos, para lo que aquí interesa) que cubren prácticamente todo el territorio, y con abundancia de datos muy cuidadosamente recogidos. Ojalá que la difusión de este trabajo pueda servir para conocer otros aún pendientes de reencontrar, y para hacer más denso el mapa de estas muestras.
Referencias
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Notas
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