Reseñas
Alejandra Amatto y Alejandro Toledo (coords.), ConversaTario. Ensayos en torno a Francisco Tario. Universidad Autónoma de Querétaro, Querétaro, 2021; 445 pp.
Alejandra Amatto y Alejandro Toledo (coords.), ConversaTario. Ensayos en torno a Francisco Tario. Universidad Autónoma de Querétaro, Querétaro, 2021; 445 pp.
Nueva revista de filología hispánica, vol. LXXIII, no. 1, pp. 206-211, 2025
El Colegio de México A.C., Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios
| Amatto Alejandra, Toledo Alejandro. ConversaTario. Ensayos en torno a Francisco Tario. 2021. Querétaro. Universidad Autónoma de Querétaro. 445pp. |
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Received: 16 June 2023
Accepted: 08 August 2023
No es inusual reconocer que la narrativa de Francisco Tario se vincula con una escritura simbólicamente inquietante y narrativamente exigente. Estas características y otras más, como la inclinación no realista de su obra y el propio ensimismamiento del autor, determinan el perfil de un escritor excéntrico en relación con el sistema literario nacional. Los ensayos que componen Conversa-Tario problematizan estos rasgos asociados al complejo universo tariano para fomentar la discusión de un autor cada vez más frecuentado por la crítica.
Alejandra Amatto y Alejandro Toledo, coordinadores del volumen y reconocidos investigadores de la obra, presentan una serie de ensayos que, en una visión de conjunto, convergen en dos amplios horizontes. En primer lugar, la relación entre el autor de La noche (1943) y una tradición ineludible para su interpretación, la literatura fantástica. En segundo, la exploración de formatos, técnicas y temas que trascienden una modalidad literaria concreta para buscar el ideal de la poética del escritor: una radical libertad creativa. Además, el libro incluye dos apéndices que enriquecen el perfil y la comprensión de este singular proyecto literario: tres historias gráficas esbozadas por el propio Tario y la correspondencia que mantuvo con Carmen Farell en los años treinta. En la presentación del libro, los coordinadores se preguntan “¿cómo es que esa presencia fugaz ha ido adquiriendo permanencia?” (p. 15). La respuesta a esta interrogante organiza el volumen: una conversación con perspectivas múltiples entre once investigadores con una de las trayectorias más estimulantes de las letras nacionales del siglo XX.
Alejandro Toledo traza ambos horizontes en “Dos veces Francisco Tario” (pp. 19-37), estudio que ofrece un recorrido histórico por la obra narrativa, ensayística y dramatúrgica. En estas páginas se encuentran las principales claves de interpretación que también se señalan en los demás trabajos: la presencia difusa propia del autor, el interés por las ideas románticas, la búsqueda de una nueva tradición que incorpora lo fantástico y lo maravilloso con una perspectiva inusitada, una “rudeza sensual” en las formas de narrar y estrategias estilísticas que buscan transgredir los límites de la verosimilitud realista.
En su análisis, el estudioso resalta la manera en que el escritor mexicano explora los límites de los distintos géneros y formas literarias para establecer un “espacio de libertad creado por él” (p. 23). Dicha zona se caracteriza por una tendencia al antirrealismo (p. 26) que definirá las particularidades de su obra: dislocación entre el discurso del narrador y el mundo narrado, ambigüedad tanto en la narración como en los usos de la ficción, estrategias que incluyen la prosopopeya y la elipsis para proponer al lector una obra exigente. De los rasgos mencionados se desprende un doble movimiento que articula la propuesta del presente volumen: por una parte, la actitud de Tario ante las poéticas de irrealidad para marcar continuidades y diferencias en la propia modalidad narrativa; por otra, la mezcla de temas y técnicas para romper con las tradiciones establecidas.
En el primer horizonte es posible agrupar siete ensayos cuyo hilo conductor es el análisis de las relaciones entre las obras del autor y lo fantástico desde múltiples perspectivas, ya sea como género literario, modalidad narrativa o tradición de lectura. Al analizar este concepto complejo y móvil dentro de la teoría literaria, la perspectiva elegida depende en gran medida del marco de interpretación que cada investigador plantea; no obstante, se puede ubicar fácilmente una tradición crítica sobre el género fantástico y sus mecanismos: estamos ante un género que basa su efectividad en la elaboración de un marco realista para introducir una ilegalidad de heterogénea naturaleza. Dentro de esta tradición surge el ejercicio innovador de Francisco Tario.
Para comprender estas dinámicas de la literatura fantástica es de utilidad detenerse en el trabajo de Adriana Azucena Rodríguez. Si el estudio de Toledo nos sitúa en el complejo universo en cuestión, “Algunas notas sobre lo fantástico en los cuentos de Francisco Tario” (pp. 165-181) funciona como una ruta de navegación dentro de la literatura fantástica. Lo fantástico tradicional, según Tzvetan Todorov, es el punto de partida para destacar las continuidades y rupturas que emprende el autor de Una violeta de más (1968). Rodríguez subraya que la función del elemento sobrenatural desafía las clasificaciones del teórico: el mundo representado por Tario no coincide con “un mundo que es el nuestro”, presupuesto del fantástico todoroviano (Introducción a la literatura fantástica, trad. y pról. de Elvio Gandolfo, Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 24). Más bien, en un universo con sus propias reglas, muchas veces grotescas e inquietantes, hay una ruptura, “un acontecimiento extraordinario [que] irrumpe en la vida «cotidiana» de estos personajes sobrenaturales” (p. 172). Lo anterior vincula a Tario con el trabajo de otro tipo de relatos, oníricos o insólitos, que tienen un sustrato en las vanguardias históricas; en concreto, en el movimiento surrealista (p. 169). Finalmente, la investigadora explica cómo Tario se apropia de temas y estrategias narrativas para romper con los presupuestos del fantástico clásico. De esta manera, el humor, la figura del narrador, el fantasma, el personaje y el amor alteran las convenciones narrativas no sólo de la tradición literaria, sino también del propio género.
Iván López Alemán retoma la conversación sobre la tradición fantástica en “La perspectiva en «La noche de Margaret Rose»: el melancólico fantasma” (pp. 73-88). Para ello, acude a herramientas narratológicas con que analiza el discurso de los personajes frente a los hechos narrados y destaca las innovaciones en la tradición de la Ghost story. Concluye que la naturaleza textual del relato se relaciona con la literatura fantástica, a pesar de que el hecho sobrenatural se confirme en el orden diegético. De este modo, López Alemán muestra la relación entre lo que el narrador dice y lo que permanece oculto en el texto: no es la presencia lo que determina la modalidad narrativa del relato; más bien, lo fantástico opera como un marco que propone horizontes de interpretación temáticos, el fantasma, para manipular la focalización y la voz narrativa.
Miguel Candelario vuelve sobre el tema del fantasma en “Construcción de irrealidad en Tapioca Inn. Mansión para fantasmas de Francisco Tario” (pp. 107-119). La “modalidad discursiva de lo irreal” (p. 108) le sirve de punto de partida para ponderar su importancia en la narrativa tariana. A continuación, delimita este abarcador campo para estudiar la relación estrecha entre el elemento insólito y la construcción de un paradigma de realidad. En el trabajo subyace la pregunta ¿qué pasa cuando un relato admite entre sus leyes la presencia de un fantasma y, de cualquier forma, su paradigma de realidad se transgrede? El autor señala tres cuentos destacados por la convivencia de dos paradigmas, “el discurso científico-tecnológico y el de lo sobrenatural-imposible” (p. 113), para después concentrarse en “Aureola o alvéolo”. Tras el análisis, Candelario advierte que el relato no es fantástico por el tema desarrollado, sino por el particular tratamiento de la estructura y la ambigüedad que orilla al personaje a dudar sobre la naturaleza de los otros habitantes de su mundo ficcional.
Una duda semejante se plantea Jazmín G. Tapia Vázquez en “El naufragio de la irrealidad en «El mar, la luna y los banqueros» de Francisco Tario” (pp. 121-134). La autora destaca que las particularidades estilísticas pueden derivar en una ambigüedad textual que colapsa los parámetros genéricos. Desde este presupuesto, la investigadora plantea dos coordenadas para formular una interpretación del relato. En la primera, Tapia Vázquez propone integrar el relato de Tario al tema de “la nave de los locos”. A partir de un análisis simbólico de las figuras que rodean este tema, como la luna, el mar y el viaje, se identifican tales elementos para entender “un motivo que desencadena un cuestionamiento sobre la noción de realidad y las certezas que la conforman” (p. 122). Aquí se articula la lectura del segundo punto y es la indagación sobre los aspectos no realistas del cuento. Con base en un meticuloso análisis, Tapia Vázquez concluye que el relato de Tario mantiene una compleja ambigüedad textual propia del relato fantástico: aun cuando el texto fije conclusiones, no es posible recuperar una definición de los sucesos que pueden ser producto de un narrador no fiable.
La relación entre el género fantástico y la experiencia de lo ominoso, lo unheimlich, ha sido relevante para entender las distintas perspectivas que los textos del fantástico literario destacan en la estructura profunda de la comprensión del relato. Alfredo Landeros Jaime retoma esta vía de interpretación en “El ominoso mundo onírico en «Como a finales de septiembre» y «Entre tus dedos helados» de Francisco Tario” (pp. 147-163). La perspectiva de análisis relaciona el discurso del narrador con la modalización de la voz para construir lo ominoso. Esta relación se subraya por medio de la forma en que “el mundo onírico” se elabora en los dos relatos de Una violeta de más (1968). Desde la perspectiva del narrador, ambos cuentos desarrollan diferentes estrategias para transgredir el umbral entre sueño y plano de la realidad. Landeros Jaime deja en claro el modo en que este paso de un mundo al otro genera un efecto ominoso que comparten el narrador y, según los presupuestos del autor, también el lector.
El texto de Jaime Cano Mendoza, “Clasificación del doble literario en cuatro cuentos de Francisco Tario” (pp. 183-201), explora el manejo del doppelgänger en la escritura tariana. El autor se basa en los cuatro conceptos de Millet y Labbé en el libro Le fantastique (1994): reflejo, suma, fabricación y división. Sin embargo, los reformula para entender la singularidad de los textos de Tario. El autor analiza cuatro cuentos (“La noche del féretro”, “Aureola o alvéolo”, “Un inefable rumor” y “Usted tiene la palabra”) y muestra cómo el doble literario se manifiesta como una simbiosis, una mezcla, una extensión y un cambio de personalidad. De este modo, Cano Mendoza destaca la adaptación teórica necesaria que los relatos de Tario provocan para analizar un tema del fantástico más clásico.
En “Una violeta nocturna: ironía y humor fantástico en los primeros cuentos de Francisco Tario” (pp. 39-57), Alejandra Amatto da continuidad a las ideas sobre la influencia del autor en la tradición del fantástico literario. De forma singular, la investigadora establece las diversas maneras en las que Tario subvierte un tono por sí mismo periférico en la literatura mexicana, el tono cómico. Escribe la autora que la narrativa de Tario se ubica “fuera de los parámetros convencionales que definen un tipo casi ya tradicional de literatura fantástica mexicana” (p. 39). La ruptura en la tradición fantástica de sólida estructura indicial viene de la mano de dos rasgos característicos de la obra tariana: la ironía y el humor. Tales estrategias configuran un espacio en donde los cuentos del autor se sitúan en una ambigüedad fantástica, a pesar del elemento humorístico. Esta exploración de los límites no impide que los relatos participen del género fantástico y de la materia irónica para desafiar la “lectura reduccionista de la realidad que impone el discurso hegemónico” (p. 43). De este modo, mediante el análisis puntual de “La noche de la gallina” y “La noche del féretro” la investigadora logra defender una posición difícil para los estudios del fantástico literario, pues el propio Tzvetan Todorov vedó el espacio del humor en su canónica Introducción a la literatura fantástica.
El estudio de Amatto cierra el primer horizonte de interpretación propuesto, aquel que explica cómo la narrativa de Tario renueva temas y estructuras de lo fantástico. Se puede observar que, incluso en los dominios del fantástico moderno, Tario se desplaza en los márgenes para lograr el ideal poético de libertad creativa. Según esta idea, el próximo horizonte, constituido por tres ensayos, analiza la forma en que el autor mexicano se acerca a otros espacios narrativos. Lo fantástico no deja de estar presente, pero se sitúa en un segundo plano para dar prioridad a las exploraciones genéricas que realiza el autor.
En su trabajo “Cuento de ¿buenas? noches para niños peculiares” (pp. 135-145), Patricia Poblete Alday establece una serie de continuidades en el proyecto escritural de Tario. Las señas particulares que destaca son “la extrañeza, la inquietud, el asombro y el desasosiego” (p. 136), que se manifiestan en los cuentos “Una roca frente al mar”, “Dos guantes negros” y “Jacinto Merengue”, publicados póstumamente, y destinados, ante todo, a sus hijos. En este estudio, Poblete Alday destaca la vocación desobediente de Tario, luego de que su análisis de los relatos exhibe elementos subvertidos de la literatura infantil. Así, el circo, la representación de la niñez y de los adultos, además del tono de los cuentos, se tratan desde el particular tono inquietante y oscuro de Tario. Lo anterior resulta sugerente porque no marca una ruptura en el estilo narrativo del escritor, sino una continuidad, a pesar del cambio genérico y de los sujetos de recepción.
Si bien la narrativa en general y el cuento en particular son los lugares más importantes para Tario, hay libros anómalos que interesan por su exploración y entrecruces genéricos. En “Acapulco en el sueño de Francisco Tario: hálitos de una tierra pródiga y remota” (pp. 89106), Adalberto Mejía se ocupa de una propuesta que comunica la imagen con el texto. Son dos partes del análisis con líneas de investigación diferenciadas, pero complementarias: en el primer punto, el investigador indaga en los problemas de los géneros literarios para dar cuenta de que la fotografía y la literatura intercambian formatos que se traducen en poemas en prosa, minificciones y aforismos. En el segundo punto, el autor ofrece una perspectiva novedosa al analizar el libro desde la geocrítica, una forma de estudiar “la ficción geográfica de Acapulco” (p. 100).
El tercer ensayo de este horizonte, titulado “El elemento erótico en «La noche del féretro» de Francisco Tario” (pp. 59-71), se encuentra a cargo de Eduardo Cervantes, quien señala uno de los rasgos más disruptivos del autor, el erotismo. Bajo la estela de George Bataille, Cervantes recupera “La noche del féretro” para sugerir una lectura que pone de relieve las relaciones entre objeto y sujeto, cuerpo y deseo, que subyacen en los personajes del relato. Este trabajo da cuenta de la complejidad orquestada alrededor de la obra de Tario y de los múltiples niveles de análisis que pueden adoptar sus cuentos. Así, el corte simbólico nos lleva por las complejas relaciones entre “orgasmo-muerte y disolución-continuidad” (p. 69).
El primero de los dos apéndices que complementan el estudio de este enigmático autor consiste en “tres historias eróticas” (pp. 205227), gráficas todas ellas, que muestran una faceta lúdica y provocadora en un ámbito de sensualidad y humor. A la luz de lo analizado por Eduardo Cervantes, Alejandra Amatto o la sección sobre el amor de Azucena Rodríguez se puede hallar continuidad entre la obra literaria y la obra gráfica que caracterizan a Tario. El segundo apéndice, titulado “Correspondencia” (pp. 231-445), contiene las cartas que Tario envió entre 1930 y 1935 a Carmen Farell, su futura esposa. En este espacio epistolar se revela la personalidad romántica y el proceso creativo con algunas alusiones a grandes escritores de la tradición universal, como Goethe. La perspectiva de un mundo diferente, sólo habitado por el autor y por su amada, sugiere la manera en que Tario habitó también la escritura.
En síntesis, es posible advertir que los temas, géneros y perspectivas trazados por los once investigadores de la obra ayudan a entender la originalidad y la búsqueda de nuevas formas de expresión en la narrativa tariana. El presente volumen es una invitación al diálogo con la literatura de Francisco Tario. Los once ensayos formulan líneas de investigación que pueden organizarse en los dos horizontes propuestos: innovación dentro de una tradición, lo fantástico, y exploración de diferentes géneros narrativos. Ambos convergen en el estudio de estéticas narrativas no realistas guiadas por la literatura fantástica. A esta conversación de voces se suma el propio Tario gracias a los dos apéndices incluidos. De este modo es posible recuperar un perfil del escritor más complejo, pues se sitúa en la frontera entre lo fantástico y el realismo, entre la tradición y la ruptura.