Editorial
Condicionamiento de territorios e historias entrelazadas en Latinoamérica

Everaldo Batista da Costa[1]
Ilia Alvarado-Sizzo[2]
Bernadete Aparecida Caprioglio de Castro[3]
Vitor Joao Ramos Alves[4]
DOI: http://doi.org/10.26512/patryter.v3i6.32144
En el contexto del continente latinoamericano, la experiencia colonial mexicana y brasileña (al igual que todas las demás) contienen singularidades que merecen ser enfatizadas. En un estudio reciente, fue posible reconocer, una vez más, la trama dramática de diferentes formas de existencias sociales en América Latina. El desarrollo del proyecto “Condicionamiento barroco del territorio novohispano y decolonialidad originaria latinoamericana: conventos, presidios y pueblos de indios”, junto al IGG-UNAM, posibilitó comprender como nuestros territorios y cuerpos fueron y siguen siendo condicionados y violentados (con su gente) bajo el abrigo del discurso de la libertad (ayer) y de la democracia (hoy).
El “condicionamiento barroco del territorio” es el condicionamiento moderno-capitalista-europeo que ha promovido - como devenir - una suerte de “segregación originaria” resultante de un ethos barroco. El punto muerto relativo a esta segregación debatida en dicho proyecto es la “naturalización” de la opresión y de la condición de subalternidad (indígena, negra y mestiza) imaginada y producida concretamente en las ciudades y el campo del continente, lo que conforma una situación espacial duradera[5] de los grupos y clases sociales violentadas. Esclavitud urbano-rural, violencia doméstica, feminicidio, LGBTQIA+fobia, desapropiación de tierras indígenas y de quilombos negros, precarización laboral, violencia urbano-estatal, formación de guetos con residentes empobrecidos, trabajo infantil etc., son productos del mencionado condicionamiento histórico y ethos barroco; este consiste en el comportamiento que interioriza el capitalismo en la espontaneidad de la vida cotidiana; comportamiento que no niega ni suprime la contradicción propia del mundo en la modernidad capitalista; reconoce la inevitabilidad de la contradicción, pero se resiste a tomar partido por el valor económico, en detrimento de los usos, de lo popular y de las costumbres (Echeverría, 2000; Costa y Moncada, 2020).
En este paradigma dominante producido aquí por los europeos, lo antiguo sigue siendo el reconocimiento marxista de que “la teoría social no puede existir aislada de la experiencia concreta”; mientras que lo nuevo corresponde a la obligación del funcionamiento efectivo de este concreto, que no se debe abstraer, negar o borrar al sujeto de las experiencias territoriales. Lo antiguo y lo nuevo se unen en la existencia. Los enfoques restringidos y las definiciones parciales de la pobreza histórica (por ejemplo) son escritos inoperantes en vista del salto argumentativo necesario para la concreción de los argumentos del sujeto en una situación espacial, violentado en carne y hueso en el proceso de producción.
Marx (2003 [1844]) dice que lo que constituye al trabajador no es la pobreza que existe naturalmente, sino la pobreza producida artificialmente, no es la masa de las personas mecánicamente oprimidas por el peso de la sociedad, sino la masa que proviene de la aguda desintegración de la sociedad; las víctimas de la pobreza natural y la esclavitud aumentaron el número de trabajadores. Sin embargo, es urgente responder: ¿qué, dialécticamente, sustenta al obrero-mercancía enajenado en el trabajo? ¿Qué posee el trabajador sin propiedad en comparación con los propietarios o “dueños” del poder?
La respuesta a estas preguntas puede ser encontrada en este nuevo número de PatryTer, que presenta artículos preocupados con el destino socioespacial de nuestro continente y los valores culturales de su gente, cuando atraviesa una de las mayores crisis cruzadas de su historia: de una profunda crisis política a una miserable crisis de ideologías, en el núcleo de un continuum de crisis propias de la modernidad europea desde Latinoamérica. Esta revista se ha centrado en esa preocupación (Mariano, 2020; Valverde, 2020; Alvarado, 2019; Ferreira & Araújo Sobrinho, 2019; Souza, 2019; Cabrales, 2018; Lemos, 2018, Alves, 2018, etc.).[6]
Las ciencias sociales tienen un papel protagónico frente a esas crisis históricas condicionadas, una vez que la Geografía, la Antropología, la Sociología y, sobre todo la Filosofía y el Arte, son notables matrices de utopías (Ianni, 2000). Justo por creer en la construcción de utopías, alcanzamos la primera década del Grupo de Investigación CNPq Ciudades y Patrimonialización en Latinoamérica y el Caribe (Geografía-UnB, Brasilia, coordinado por el Dr. Everaldo Costa), equipo responsable por la edición de PatryTer, que tiene como equipos hermanos el Grupo de Investigación CNPq Patrimonio, Memoria y Territorio (DGP, UNESP/RC, Sao Paulo, coordinado por la Dra. Bernadete A. C. Castro, 2012-2016), y el Grupo de Investigación sobre Turismo, Patrimonio y Representaciones, del Instituto de Geografía, UNAM, México, coordinado por la Dra. Ilia Alvarado).
La utopía que guía al Grupo de Brasilia corresponde a la formación de jóvenes para enfrentar dichas crisis, reconociendo la cultura y la historia como esencia de las dinámicas del territorio – la línea fundamental del grupo corresponde a la valorización de los sujetos o grupos sociales subalternizados y la denuncia a las mencionadas formas de violencia a través de la historia espacial del continente. La utopía del grupo de Rio Claro, creado en 2012, en el contexto de investigaciones antropológicas sobre patrimonio cultural y memoria, centradas en grupos negros y poblaciones indígenas y campesinas, con el objetivo de comprender las formas de pertenencia y la lucha por sus territorios. La utopía del grupo de México, formado a partir de la inquietud por estudiar el papel de las representaciones espaciales en las dinámicas turísticas, tiene especial interés en analizar el impacto en las comunidades locales.
Así, incumbe a los grupos mencionados mediar las relaciones entre universidades y sociedad, estimulando los cambios de experiencias, potencializando las competencias de los jóvenes académicos, sus descubrimientos y posibilidades de transformación de la realidad social.
La portada del nuevo número de PatryTerdesea señalar uno de los elementos condicionantes del territorio y del alma de los “naturales”, una llave del aparato estatal moderno de control socioespacial en Latinoamérica: la Iglesia, cuyos efectos –de acciones e imposiciones históricas– los artículos presentados en este nuevo número, de una u otra forma, denuncian.

Convento franciscano de San Antonio de Padua, Izamal, Yucatán, México. Detalles de los arcos que enmarcan el atrio que servía como espacio de reunión con los indígenas.
trabajo de campo, E. B. Costa, enero, 2018.Así, el vol. 3, número 6 de PatryTer conmemora el tercer año de la revista (desde su gestación) y la primera década de estudios o trabajo del equipo editorial (Gecipa/UnB), que no llegaría hasta aquí sin el aporte y la confianza de los amigos y amigas de Latinoamérica, en especial al equipo de Sao Paulo y de México.
¡Deseamos una buena lectura para todo(as)!
*Agradecemos a los evaluadores de los artículos publicados en el vol. 3, nº 6 de PatryTer.
Luis Felipe Cabrales (Universidad de Guadalajara, México), Isabel Duque Franco (Universidad Nacional de Colombia), Roberto de Souza (Universidade Estadual de Alagoas), Manoel Lemes Silva Neto (Pontifícia Universidade Católica de Campinas), Jean Carlos Rodrigues (Universidade Federal do Tocantins), Alba Eritrea Gámez Vázquez (Universidad Autónoma de Baja Califórnia, México), Cecilia Winter (Universidad de Buenos Aires), Leandro Benedini Brusadim (Universidade Federal de Ouro Preto, Brasil), Daniel Abreu Azevedo (Universidade de Brasilia), Verena Hitner Barros (Universidad de los Hemisferios, Equador), Carla Pedrazzani (Universidad Nacional de Cordoba, Argentina), Rodrigo Meira Martoni (Universidade Federal de Ouro Preto, Brasil), Washington Candido Oliveira (Universidade de Brasilia), Gilvan Charles Cerqueira de Araujo (Secretaria de Educaçao do Distrito Federal), Sandra Iraís Romero Gallardo (Universidad Nacional Autónoma de México), Estrellita García Fernandez (Universidad de Guadalajara, México), Viviane Caliskevstz (Universidade Estadual de Ponta Grossa, Brasil), Adriano Bittencourt Andrade (Universidade Federal da Bahia, Brasil), Pablo Trujillo (Universidad Nacional Autónoma de México), Mariana Betzabeth Pelayo (Universidad Nacional Autónoma de México), Mayra Nieves Guevara (Universidad Autónoma Metropolitana de México), Vitor Joao Ramos Alves (Universidade de Brasilia), Marina Jorge Miranda (Ministério da Saúde, Brasil), Felipe Cabañas (Universidade de Sao Paulo, Brasil), Pedro Luiz Damiao (Universidade de Sao Paulo, Brasil), Carlos Murilo Prado (Universidade de Taubaté, Brasil), Breno Viotto (Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil), Virgínia Martins Fonseca (Universidade Federal dos Vales do Jequitinhonha e Mucuri, Brasil), Silvina Fabri (Universid de Buenos Aires, Argentina), Rodrigo Ramos Hospodar Valverde (Universidade de Sao Paulo, Brasil), Luana Nunes Martins de Lima (Universidade Estadual de Goiás, Brasil), Rafael Fabrício de Oliveira (Instituto Federal de Sao Paulo, Brasil), Olga Maira Figueiredo (Universidade Estadual do Rio de Janeiro, Brasil), Dianelis Falls (Universidad de Camaguey, Cuba), Daniel Sanfelici (Universidade Federal Fluminense, Brasil); Leonardo Civale (Universidade Federal de Viçosa, Brasil); Markelly Fonseca (Universidade de Sao Paulo, Brasil); Eguimar Chaveiro (Universidade Federal de Goiás, Brasil); Nilo Américo Almeida (Universidade Federal de Sao Paulo, Brasil).
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0734-6680. Email: everaldocosta@unb.br

Convento franciscano de San Antonio de Padua, Izamal, Yucatán, México. Detalles de los arcos que enmarcan el atrio que servía como espacio de reunión con los indígenas.
trabajo de campo, E. B. Costa, enero, 2018.