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Recepción: 17 Julio 2019
Aprobación: 12 Agosto 2019
Publicación: 01 Octubre 2019
DOI: https://doi.org/10.26512/patryter.v2i4.25005
Resumen: El conocimiento de los centros históricos sólo es posible tras un estudio sistemático e interdisciplinario capaz de explicar, en el devenir histórico, los cambios y transformaciones del espacio físico en relación con las coordenadas económicas, políticas, sociales y culturales en las que vivieron, y viven, sus moradores. El método presentado constituye el desarrollo de una investigación que culminó con la caracterización tipológica del repertorio habitacional colonial camagüeyano. Se estructura mediante fases sustentadas sobre el método general del conocimiento científico. Dichas fases permiten combinar los procedimientos tradicionales de investigación con el dinamismo y la confiabilidad de la automatización. La primera fase (manual) constituye la base metodológica en la que se determina la periodización general, la muestra inicial y los indicadores de trabajo derivados de esta. La segunda fase (automatizada) posibilita ampliar, procesar estadísticamente y extender el experimento en todas las zonas del centro histórico. El resultado garantiza una alta precisión sobre el comportamiento de la tipología habitacional camagüeyana durante todo el periodo colonial.
Palabras clave: Habitación, clasificación tipológica, preservación patrimonial, Camagüey, Cuba.
Resumo: O conhecimento dos centros históricos só busca possível um estudo sistemático e interdisciplinário capaz explicar, ficando histórico, as mudanças e transformações do espaço físico com relação às coordenadas econômicas, políticas, sociais e culturais nesses que viveram, e eles vivem, seus residentes. O método apresentado constitui o desenvolvimento de uma investigação que culminou com a caracterização tipológica do repertório habitacional colonial camagüeyano. Estrutura-se mediante fases sustentadas sobre o método geral do conhecimento científico. Ditas fases permitem combinar os procedimentos tradicionais de investigação com o dinamismo e a fiabilidade da automação.A primeira fase (manual) constitui a base metodológica na que se determina a periodización geral, a mostra inicial e os indicadores de trabalho derivados desta. A segunda fase (automatizada) possibilita ampliar, processar estatisticamente e estender o experimento em todas as zonas do centro histórico. O resultado garante uma alta precisão sobre o comportamento da tipologia habitacional camagüeyana durante todo o período colonial.
Palavras-chave: Habitação, classificação tipológica, preservação patrimonial, Camagüey, Cuba.
Abstract: The knowledge of the Historical Centers is only possible after a systematic and interdisciplinary study able to explain, in becoming historical, the changes and transformations of the physical space in connection with the economic, political, social and cultural coordinates in those that lived, and they live, its residents. The presented method constitutes the development of an investigation that culminated with the typological characterization of the colonial Camaguey's residential repertoire. It is structured through phases supported on the general method of scientific knowledge. These phases allow combining traditional research procedures with the dynamism and reliability of automation. The first phase (manual) constitutes the methodological basis on which the general periodization, the initial sample and the work indicators derived from it are determined. The second phase (automated) makes it possible to expand, process statistically and extend the experiment in all areas of the historic center. The result guarantees a high precision on the behavior of the Camaguey's housing typology throughout the colonial period.
Keywords: residence architecture, classification tipológica, patrimonial preservation, Camagüey, Cuba.
Clasificación y preservación de la arquitectura colonial habitacional en el centro histórico de Camagüey
1. Introducción
El centro histórico de Camagüey, es Monumento Nacional desde 1980, y una parte de él, Patrimonio de la Humanidad desde 2008. Esta condición hace que sea necesario incrementar las acciones investigativas como única acción para acometer de forma científica la preservación de los valores culturales, atendiendo a la importancia que asume el patrimonio al constituir “el conjunto de elementos esenciales de identificación indivisible e inalienable, que el grupo social hereda de sus antepasados con la obligación de conservarlos y acrecentarlo para trasmitirlo a las siguientes generaciones” (Olmos, 1988, p. 105).
Es necesario ver los centros históricos como un bien patrimonial único que requieren de una intervención desde políticas y estrategias debidamente adecuadas. “El patrimonio frente, a la abstracción, se presenta como testimonio de una realidad edificada que llega hasta nosotros en un contexto distinto del que le dio forma” (Sambricio, 2015, p. 18).
El patrimonio cultural es inicialmente pasivo, existe como objeto, independiente del reconocimiento o no de su valor cultural, y es la comunidad la que, en un momento determinado de su desarrollo, lo selecciona, lo escoge como elemento que debe ser conservado, por valores que trascienden su uso o función primitiva. Es sólo en este acto que queda definido como bien cultural (Arjona, 1986).
El reconocimiento de sus valores documentales, la observación precisa de la realidad, así como los factores condicionantes que originan el proceso de crecimiento urbano arquitectónico se materializan en:
[…] estructuras físicas diferenciadas que no sólo soporta un mensaje de tiempos ya transcurridos sino que sustentan un quehacer humano viviente, donde lo histórico se continúa en la dinámica del presente. El propio hecho de reconocerlo como una unidad conceptual lleva implícito la consideración de que lo importante a conservar no es la sumatoria de edificaciones aisladas sino el conjunto en su integridad arquitectónica y urbana (Consuegra & Herrera, 1999).
El objeto de estudio de la investigación lo constituye la tipología habitacional colonial, y su campo de acción queda delimitado al centro histórico Camagüeyano atendiendo a los aspectos tipológicos y estilísticos y su interrelación con las condicionantes que los caracterizan a través de su devenir histórico. Por ello el objetivo general se define como la definición de un método que permita estructurar una clasificación automatizada de la arquitectura habitacional y con ello establecer las categorías conceptuales para la conservación de este patrimonio, atendiendo a la interrelación de referentes socio culturales, formales, espaciales, técnicos constructivos en los diferentes periodos que definen las etapas de desarrollo de la ciudad.
El centro Camagüeyano de gran extensión tiene la particularidad de que muchas de sus edificaciones correspondientes al periodo colonial poseen escasa documentación, lo que hace necesario establecer un método que permita, a partir de escasos datos, concretar la investigación empleando diferentes recursos: de datación, observación de la realidad, comparación con el repertorio nacional, arqueología estructural y evolución técnico constructiva, a fin de consolidar toda esta información, sobre bases científicas.
“Afrontar el estudio del patrimonio arquitectónico (de su arquitectura o de sus espacios urbanos) supone no solo ir más allá de la historia, buscando comprender en qué medida todo Saber debe analizarse a la luz del pasado, puesto que de ignorar tal premisa el conocimiento y el entendimiento solo pueden ser parciales” (Sambricio, 2015, p. 24).
Como reconoce Yeras (2018, p. 24), si la identidad hace referencia a hechos culturales y debe ser declarada a partir de sus expresiones más concretas, entre las que se encuentra la arquitectura, y estas expresiones “cambian en función del tiempo, el momento histórico y las interpretaciones que coexisten en el marco de las relaciones inter generacionales”; entonces resulta necesario desarrollar investigaciones que conduzcan al reconocimiento de ese valioso legado de las ciudades para asegurar su permanencia en el tiempo.
2. Método
Desde el año 1980 se comenzaron los estudios en el centro histórico camagüeyano, poco investigado hasta esa fecha en Cuba. Los mismos abordaron desde la primera etapa los estudios urbanos y arquitectónicos, con énfasis en el repertorio habitacional colonial.
El método planteado se estructura en dos fases principales (manual y automatizada), en las que se combinan procedimientos convencionales de investigación tomando elementos del método de investigación de las ciencias sociales y el método de investigación histórica de la arquitectura y el urbanismo (Fase 1), junto al procesamiento automatizado estructurado en tres fases: (Fases 2, con extensión 3, y 4).

La concatenación y desarrollo, junto a la retroalimentación entre las fases, forman la esencia del método. En cada una de las fases está presente, sobre la estructura general de análisis – síntesis la: conceptualización, observación, medición y el experimento, como partes de la investigación empírica y la hipótesis derivada de los métodos de la investigación teórica.
3. Descripción general de las fases
Fase 1: Periodización e indicadores
La fase 1(manual) responde al inicio de la investigación de un centro histórico en específico; se retroalimenta del estudio de carácter general sobre tipología (Método General); parte de la observación, medición y experimentación, con el empleo de la documentación existente en archivos (documentos específicos) e incluye además un análisis de cada edificación que contempla representatividad en época, estabilidad e importancia arquitectónica.
Los datos obtenidos se procesan estadísticamente sobre la base de agrupaciones de familias tipológicamente afines, las cuales conjuntamente con el estudio de las condicionantes generales y específicas, conforman la periodización necesaria para el desarrollo de la investigación. Esta fase permite establecer hipótesis e indicadores. Con los indicadores se determinan en la próxima fase los ELEMENTOS CLAVES que constituyen la base conceptual para el posterior desarrollo del método.
Particularidades de la fase 1
Criterios empleados para la determinación de la muestra (Herrera, 1988, p. 16)
Para la selección de la muestra las edificaciones requieren cumplir un conjunto de parámetros:
• Representatividad por clases sociales. Que sean exponentes representativos de la clase alta, media y de menores recursos, puntualizando en las dos primeras.
• Existencia de documentación de archivo. En este aspecto se debe tener presente la autenticidad de la fuente. Comprende la búsqueda en actas capitulares, protocolos, documentos del Registro de la Propiedad, padrón de vecinos, registro de hipotecas, entre otros.
• Valoración actual de su integridad tipológica. Desechar todo tipo de estratigrafía evidente. En esta selección se debe garantizar que los inmuebles estén en su forma prístina.
• Que sea factible su ubicación temporal.
• Considerar en caso necesario instrumentar investigaciones sobre arqueología estructural.
• Correspondencia de sus códigos con la posible época de construcción. Comprobación con el sistema del repertorio doméstico cubano de la región central del país.
• Reconocimiento para la agrupación de constantes arquitectónicas, como vía para el agrupamiento por grupos y familias tipológicas.
Criterios empleados para la definición de la periodización y su posterior clasificación: criterios tipológicos y cronológicos
El estudio de la tipología habitacional tiene como peculiaridad contar con una gran cantidad de edificios, lo que impide obtener una lectura de todo el universo por los métodos tradicionales de datación a partir de documentos históricos precisos, por lo que se requiere establecer métodos más dinámicos y actuales, el centro histórico “es el mayor del país, con casi 10,000 edificios que abarcan, aproximadamente 320 manzanas, el equivalente de unas 300 hectáreas” (Consuegra, 2006, p. 16). Por otra parte, muy pocos edificios poseen una completa documentación de archivo. Ello implica la necesidad de buscar alternativas que ayuden a realizar su estudio y clasificación. Para ello se estructura la investigación a partir de una clasificación inicial formada por una muestra sustentada por documentos de gran confiabilidad.
La muestra escogida en su etapa inicial conto con 41 edificaciones, de ellas 33 son las que cumplen a cabalidad los requisitos antes citados para continuar el trabajo y poder establecer los grupos de clasificación.
El valor del patrimonio arquitectónico no reside únicamente en su aspecto externo, sino también en la integridad de todos sus componentes como producto genuino de la tecnología constructiva propia de su época. De forma particular, el vaciado de sus estructuras internas para mantener solamente las fachadas no responde a los criterios de conservación (ICOMOS, 2003).
Agrupamiento por conjuntos y familias tipológicas
La familia tipológica es un término empleado para relacionar edificios por grupos afines siempre que constituyan una familia, cuyas variaciones tipológicas no cambien su esencia. El denominador común que es el –tipo-, puede tener variaciones siempre que mantengan rasgos bajo determinadas constantes. “La noción de tipo implica, pues, el reconocimiento de unos rasgos comunes que permiten la identificación de obras de arquitectura que comparten la misma estructura formal” (Moneo, 1982, p. 14) y por supuesto funcional, espacial y constructiva.
Esto permite tener varios grupos, vistos a través de un mismo tipo, “el tipo sería aquel denominador común que puede apreciarse en una serie de obras y al que lleva la observación atenta de una realidad que mantiene al principio de continuidad a través de la historia” (Moneo, 1982, p. 15) condicionado por particularidades afines como son: tipología, técnicas constructivas e influencias estilísticas.
La unidad a través de la permanecía del tipo, permite agrupar los edificios por afinidad entre sí, acorde con el comportamiento y repetición de sus códigos, constituyendo conjuntos y grupos tipológicos.
Según Cárdenas (1980, p. 63), “el concepto de tipo se relaciona con una concepción espacial, planimétrica y funcional a la que corresponde un conjunto de componentes formales y técnico constructivos”.
El dominio del tipo conduce a estructurar el concepto de tipología presente en esta investigación, en este pueden incidir un mismo tipo o diferentes tipos según sea el caso dentro de los periodos temporales que se estén trabajando. En tal sentido se entiende por tipología el conjunto de elementos o componentes arquitectónicos en los cuales se repiten rasgos constantes o semejantes en forma, tamaño, proporción, distribución; o sea, la repetición de códigos que pueden corresponder a un repertorio temporal de una época específica o de un determinado tema arquitectónico.
Muestra patrón
Se entiende por muestra patrón al conjunto de edificaciones debidamente estudiadas, que reflejen las características de uno o varios períodos de tiempo. La muestra patrón tiene la finalidad de propiciar los indicadores de trabajo, base fundamental para el posterior desarrollo del método (Herrera, 1991).
· Procesamiento de la documentación.
A partir del inventario básico de protección se establece el agrupamiento según los mayores vínculos de afinidad entre los componentes de la muestra, formada por 41 edificaciones, de las que se desecharon 8 por no cumplir con los requisitos establecidos. Con ella se constituyen los grupos tipológicamente afines que reflejan el comportamiento tipológico de las edificaciones pertenecientes a cada uno de ellos. Estos corresponden a determinados períodos de tiempo, considerando las circunstancias que incidieron en su formación.
Los grupos y familias tipológicamente nos ofrecen:
A. Códigos arquitectónicos representativos por grupo
B. Criterios temporales por grupos
C. Evolución tipológica
El agrupamiento realizado permite: inferir periodos basados en la interrelación del comportamiento tipológico, técnico constructivo y estilístico de los edificios, derivado de los grupos antes definidos por afinidad, y su estrecha relación edificio-condicionantes históricas generales y locales, aspecto que permite establecer periodos temporales. La vinculación de ambos criterios brinda los rangos de fluctuación cronológica y a partir de estos la determinación real de los períodos de desarrollo. (Herrera, 1991).
Periodización
Primer Grupo. Formativo Primera mitad siglo XVIII (1710-1750)
Inicialmente no se puede esperar grandes realizaciones por la precariedad de los materiales –madera y guano-, pero con la entrada del siglo XVIII las condiciones mejoran debido a “las excelentes tierras arcillosas existentes alrededor de la villa, básicamente en las tierras de ejidos, se fabricaron también tejas y ladrillos, materiales constructivos que fueron tornándose prácticamente distintivos de esta ciudad” (Goméz, 2013, p. 25).
Evidencia la formación tipológica y el comportamiento estilístico en su etapa inicial, en las investigaciones realizadas la datación más temprana aparece a partir de 1710, con la construcción o refacción de diferentes instalaciones religiosas de envergadura, y el consiguiente desarrollo del sistema habitacional (Herrera, 2001).
Al igual que en otras poblaciones del interior del país no existían condiciones propicias para encontrar un esplendor constructivo antes del siglo XVIII,
económicamente es una etapa muy pobre para Cuba-, es denominada por Francisco Prat Puig como Prebarroca, que como su nombre lo indica es el antecedente del periodo barroco. Las fachadas se caracterizan por ser lisas, sin molduras y con un techo de tejas visibles. Las rejas son de madera torneada y las puertas principales a la española, siendo la carpintería de cuarterones o de ligeras molduras en las esquinas de los tableros. Realmente lo novedoso está en los magníficos techos de influencia morisca (Blond & Machado, 2005, p. 25).
Tradicional o Representativo
Está compuesto por dos grupos A y B, que se caracterizan por uniformidad y evolución. La uniformidad dada por la persistencia de la casa tradicional que incorpora los conceptos antes desarrollados en el periodo formacional y se mantiene presente en los dos grupos, la evolución se expresa en el orden formal, constructivo y planimétrico, al alcanzar detalles muy superiores principalmente en la esbeltez de las edificaciones y en lo estético.
Segundo Grupo. Representativo A. Segunda mitad siglo XVIII
Este gran período corresponde a la segunda mitad del siglo XVIII, “refleja el proceso constructivo desarrollado en el repertorio habitacional a través del tipo heredado del período formacional con la casa tradicional” (Herrera, 2005, p. 355). En él se introducen diferentes variaciones funcionales y expresivas, derivadas de las posibilidades económicas, constructivas y socio culturales que caracterizaron el modo de vida en la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
La arquitectura doméstica de este siglo se constituyó como uno de los exponentes más representativos de la arquitectura colonial camagüeyana, síntesis de elementos hoy reconocidos como claves de la arquitectura tradicional: el desarrollo de la casa de patio, las proporciones achatadas en arco entre la sala y el comedor –medio punto, conopial, carpanel, lobulado, mixtilíneo y otros-, las puertas españolas con postigos mixtilíneos enmarcadas en vano adintelado o en arco carpanel y guarnecidas por pilastras truncadas, las ventanas voladas sobre poyos y protegidas por tejadillo y por balaustres de madera, el alero de tornapunta solo o combinado –sardinel, tejaroz y otros – y el quicio de acceso son invariantes arquitectónicas que se consolidan en la segunda mitad del XVIII y que evolucionaron posteriormente durante la primera mitad de siglo XIX. (Consuegra, 2013, p. 347)
Tercer Grupo. Representativo B. Primera mitad siglo XIX
Corresponde al Representativo B una consolidación y evolución tipológica, técnico constructivo y estilística, en la arquitectura colonial camagüeyana. Coincide al igual que en todo el país con el surgimiento deuna economía industrial agrícola. “Entre la segunda mitad del siglo XVIII y primeras dos décadas del siglo XIX se extiende la influencia Barroca, que desde el punto de vista económico es el surgimiento de la industria azucarera cubana, pero en una etapa muy rudimentaria” (Blond & Machado, 2015, p. 25), en el caso de Camagüey hay que considerar también el florecimiento y desarrollo de la ganadería.
La casa camagüeyana es austera, muy conservadora, al igual que su población, por lo que no se puede esperar grandes mansiones, ni grandes transformaciones muy tempranas.
Los límites temporales de las tendencias arquitectónicas son muy diferentes según localidades y niveles sociales. Cuando La Habana se moderniza a principios del siglo XIX al influjo del neoclasicismo, en Camagüey persisten las soluciones vinculadas a ese barroquismo de corte popular que domina su arquitectura desde el último tercio del siglo XVIII y que, en cierta medida, se explica por la influencia que ejerciera la iglesia de La Soledad (1757-1778) sobre la tradición prebarroca antecedente (Santana, 2012).
La arquitectura doméstica durante esta etapa mantiene el concepto de casa tradicional, con un puntal más elevado, introducción de los altillos como una variación del esquema tipológico tradicional, así como el perfeccionamiento de elementos constitutivos claves como son los techos de armadura, arcos, aleros, puertas y ventanas de cuarterones entre otros.
Cuarto Grupo. Tránsito. Primera mitad siglo XIX
Vivienda de transición al neoclásico con elementos barrocos. A pesar de la persistencia del modelo de casa tradicional caracterizada por el conservadurismo citadino, surge en la ciudad un sector de la población que podemos considerar como la “vanguardia cultural de la villa, reflejada a nivel arquitectónico por innovaciones parciales en la tipología” (Herrera, 2015, p. 362). Su expresividad está caracterizada por la incorporación de nuevos elementos clasicistas coexistentes con los tradicionales. Estas innovaciones hacen que se defina al grupo como: Viviendas de transición al neoclásico con persistencia de elementos barrocos.
Aparece la casa de transición que combina elementos barrocos con neoclásicos, principalmente en los detalles de composición de fachadas en la que cambia la tradicional forma de composición de la portada de ingreso flanqueada por pilastras truncadas, por una distribución de forma regular de las pilastras en toda la fachada, unido a la sustitución del tradicional tornapunta por aleros en gola o una sutil aparición del pretil.
En la Gaceta de Puerto Príncipe de 10 de noviembre de 1840 se dice: «…Cada día vemos mejorarse los balcones y ventanas de los nuevos edificios, y de los antiguos que se reparan, adoptándose el hierro, en lugar de la deforme balaustrada de madera. […]». En efecto, la nueva tendencia trajo consigo la introducción de las rejas de hierro, se abandonan los tornapuntas por aleros en gola o al modo de prolongaciones de los tejados con las vigas a vista. En ejemplos muy relevantes utilizan los pretiles y alguna composición arquitectónica de las fachadas. Pero no se modifica la disposición tradicional: a diferencia de otras poblaciones, en Camagüey no se emplearon los grandes arcos de medio punto entre sala y saleta que vincularon estos espacios (Santana, 2012).
Quinto Grupo. Cambio. Segunda mitad siglo XIX
Sintetiza el cambio alcanzado en todo el sistema, tanto tipológico como estilístico. Aquí se puede apreciar la evolución a través de las variaciones en el Tipo. Este grupo difiere del anterior en el sentido que se pierde el carácter vernáculo, para dar paso a una arquitectura de autor que “se define por la aparición y el cumplimiento de ordenanzas municipales puestas en vigor en 1856, a partir de estas se establece el proceso de diseño controlado por el arquitecto municipal” (Herrera, 2005, p. 366). A diferencia del periodo anterior que se realizaba sin mucho control por el Alarife público, en este caso la ciudad cuenta con el Arquitecto Dionisio de la Iglesia, primer arquitecto municipal.
Las composiciones de fachada de estas nuevas viviendas asumidas por el profesional español se basaron en la distribución equidistante de sus elementos componentes, entiéndase esencialmente vanos y pilastras, así como en la regularidad de las dimensiones. Esta forma rítmica y equilibrada de componer, que se complementaba con la austeridad de la decoración, le confería la anhelada uniformidad y claridad del perfil urbano preconizada por la ciudad ilustrada (Acosta, 2013).
La influencia neoclásica la vemos tanto en sus fachadas, como en el interior mediante los arcos de medio punto o apuntados, ello responde a una “arquitectura de autor, en la que se introducen elementos neoclásicos y academicistas _ cornisas, frisos, metopas, triglifos, pretil decorado” (Consuegra, 2013, p. 355). Como respuesta a las citadas ordenanzas de 1856.
Caracterización tipológica inicial
Los resultados derivados de este análisis conformarán los futuros indicadores para el posterior proceso automatizado. El nuevo proceso contendrá el universo de edificaciones que reúnan los requisitos básicos para ser evaluados.
Aquí se ajustan y precisan detalles temporales propios de la profundización de la investigación. Con ello se perfeccionan las etapas ó periodos que definen la evolución temporal de la arquitectura.
Con esta caracterización inicial se logran definir los indicadores con precisión del comportamiento por etapas de algunos elementos componentes y figurativos según el desarrollo estilístico y constructivo. La complejidad en el orden constructivo y estético es parte de la evolución temporal reflejada en cada uno de los grupos antes definidos (etapas o periodos).


Fase 2. Automatización. Elementos claves y Programa Etapa
Al concluir la primera fase se extiende el inventario a las zonas de mayor valor del centro histórico, (zona 1 y 2) y se estructura un proceso automatizado para poder contar con una extensión del trabajo en la totalidad del mismo y obtener una caracterización más completa. Con este método se gana rapidez, además de contar con una muestra mucho más numerosa que la empleada en los procesos de investigación convencionales.
La esencia de esta nueva Fase 2 consiste en la definición de los ELEMENTOS CLAVES, extraídos de los indicadores establecidos en la Fase
1. Estos elementos se estructuran sobre la base del comportamiento de los ambientes, elementos componentes y figurativos más estables, representativos y de mayor significación dentro de la tipología previamente estudiada en la Fase I. En esta fase se definen variables de trabajo, se estructuran las bases de datos y se realiza un fichaje detallado de la muestra a procesar para poder comparar dichos datos con los ELEMENTOS CLAVES. Ello se produce de forma automatizada mediante el programa ETAPA. Con este programa se obtiene la ubicación de cada edificación en el periodo temporal según las particularidades antes descritas en el gráfico evolutivo.
Programa ETAPA
El programa se realiza sobre la base del aporte de los ELEMENTOS CLAVES antes descritos en dependencia de cómo se comportan los elementos espaciales, figurativos, constructivos según cada periodo evolutivo determinado en la clasificación primaria.
Su utilización responde al orden de prioridad según el predominio o no de estos indicadores en la etapa, el cual establece una cadena que por descarte sucesivo irá evaluando cada una de las edificaciones e incorporándolas a un fichero resumen correspondiente a cada uno de estos grupos (periodos).
La estrategia del programa se basa en las comparaciones de los nuevos elementos que se introducen con los determinados en la Muestra Patrón, -por ejemplo cuando se comienza el procesamiento de la base de datos, si la edificación posee pretil acompañado de otros elementos como son: friso, cornisa y pilastras uniformemente distribuidas en fachada, el programa automáticamente descarta que sea del periodo Formativo o Representativo A y B, pues estos elementos no se corresponden con las particularidades de estos grupos más tempranos. Por lo que se descarta su agrupamiento en esos periodos y pasa a ser valorada en el -periodo de Cambio- por su complejidad, de no cumplir todas las particularidades del citado -periodo de Cambio- pasa al -periodo de Tránsito-. De esta forma se establece el procedimiento, tal como se refleja en el siguiente esquema (Herrera, 1991, p. 57).

La Etapa 9, significa que no es posible su clasificación. Ello implicará analizar los rangos establecidos de los ELEMENTOS CLAVES por etapa o sencillamente queda fuera de clasificación. El hecho de no clasificarla se debe a que la edificación puede haber sufrido cambios sustanciales en su forma prístina producto de transformaciones o modernizaciones que variaron esencia, por lo que debe ser descartada la misma de la base de datos.
Procesamiento estadístico empleado para el estudio de la tipología
La estadística permite procesar datos luego de su agrupación por etapas o periodos. Con ello se obtienen valores porcentuales en variables no dimensionales, mediante histogramas. Dichos histogramas brindan las diferentes variaciones tipológicas encontradas por variables, la frecuencia del porcentaje y su graficación mediante barras de frecuencia.
Para las variables dimensionales se puede apreciar el comportamiento de los elementos mediante la estadística descriptiva con la media, la desviación estándar y la varianza.
A partir de estos resultados se realiza un chequeo aleatorio para comprobar la efectividad del proceso automatizado y luego se extiende al resto de las zonas del centro histórico en la denominada Fase 3.
Luego se realiza una compilación de todos los datos en la Fase 4 mediante único fichero con “una muestra final de 350 edificaciones procesadas, de ellas 329 de una planta y 21 de altillo y dos plantas” (Herrera, 1991, p. 102).
4. Generalidades y rasgos fundamentales de la tipología habitacional colonial Camagüeyana
Atendiendo al comportamiento en cada uno de los periodos y el significado que se alcanza en algunos de estos puntualizamos algunos rasgos fundamentales.
- La arquitectura en Santa María del Puerto del Príncipe,
en su primer periodo correspondiente al siglo XVII y principios del XVIII, responde a soluciones muy precarias carentes de solidez; la cual seguía patrones vernáculos derivados de las antiguas estructuras habitacionales aborígenes, casas realizadas sobre la base de horcones, tablas de palma y techo de guano —bohío tradicional—. Primeramente fue empleada la técnica del embarrado y el mampuesto; luego estructuras formadas por horcones de madera articulados con muros de ladrillos y techo de tejas criollas (Herrera, 2015, p. 53).

- La casa camagüeyana responde a la casa popular cubana, derivada de las tradiciones hispano musulmanas, y tiene una identificación directa con la arquitectura de la región central del país.
- Las viviendas en el periodo Formativo de la primera mitad de siglo XVIII, responden al esquema compositivo de casa de patio, de planta rectangular o en forma de L, formada por pequeños espacios, acorde con su sistema general de proporciones, de una planimetría más bien trapezoidal en correspondencia con el propio trazado en plato roto que caracteriza el urbanismo camagüeyano. En el orden funcional y espacial la composición volumétrica es simple responde a proporciones achatadas; predomina durante todo el período con el esquema tipológico de fachada simple.
- La tipología de la casa de patio permite que se adapte a las condiciones climáticas para lograr un confort ambiental. Ello no solo se logra con la articulación del patio, galerías entorno al mismo y los propios materiales garantizan el éxito de la solución.
En todo el período colonial camagüeyano las viviendas fueron construidas de una o dos plantas, trazadas en lotes irregulares que dificultaban la implementación del ángulo recto en los interiores, con el empleo de patios interiores, con galerías leñosas o de mampostería que servían no solo como pretexto para el paso, sino también como adaptación climática, al permitir la protección solar y de la lluvia, y crear un ambiente fresco (Herrera, 2017, p. 58).

[…] la arquitectura habitacional establece las bases para la génesis de una arquitectura que define los rasgos más representativos de la arquitectura colonial camagüeyana de influencia barroca, síntesis de elementos hoy reconocidos como claves de la arquitectura tradicional (Herrera, 2015, p. 53).
- El periodo Representativo A y B,
se caracteriza por edificaciones que reflejan códigos derivados de la experiencia hispano mudéjar, materializados por el trabajo en ladrillo y los techos de madera, así como la incorporación de detalles formales de influencia barroca, vistos principalmente en los arcos mixtilíneos, en puertas, ventanas y rejas de las mismas, que se cubren con un guardapolvo de tejadillo (Herrera, 1991, p. 55).
- En fachadas las pilastras se emplean en todas las etapas, presentan una alta variedad caracterizada por diversas formas de comienzo y terminación, así como diferente estructuración por secciones. En las tradicionales se emplean truncadas y en las de influencia neoclásica (Tránsito y Cambio) son corridas de formas muy esbeltas, con capitel y son distribuidas en toda la fachada.
- El sistema de aleros junto a la pilastra y su articulación con la puerta constituye un motivo que se torna un símbolo en Camagüey, siendo además una interpretación sencilla y regional de las complejas portadas coloniales. El alero de tornapunta es el más representativo en etapas tempranas junto a sardinel, tejadillo, tejaroz, viga saliente, más adelante se incorporan los aleros de cornisa y teja.
- Con el desarrollo del siglo XIX desaparece hasta llegar a su prohibición en las ordenanzas de 1856 el tradicional alero de tornapuntas sustituido por el alero volado en gola o el pretil.
- La puerta española se mantiene constante, tanto externamente como en los interiores vinculados con el patio durante toda la colonia.
- Las ventanas exteriores se realizan con un lenguaje que introduce pequeñas variaciones en el diseño, los motivos de las más antiguas son los cuarterones con detalles de filiación barroca, luego con el paso del tiempo estos se van simplificando para dar lugar al tablero y cuarterón (versión originada también como consecuencia de la altura de las casas del XIX). Con la introducción del neoclasicismo Periodo de Tránsitoy Cambio a consecuencia de dicha influencia se transforma la decoración de los citados tableros y cuarterones por elementos de diseño más simple.
- El portal aparece en las zonas de nuevo desarrollo, de un trazado regular. Su incorporación no varía la distribución espacio funcional de la vivienda.
- En Camagüey se desarrolla la tipología de altillo, muy característica de la región, esta tipología surge en el periodo Representativo A y se desarrolla en el Representativo B. Existen dos tipos fundamentales: los altillos dentro del perímetro de la fachada, y los altillos sobresalientes en una parte de la fachada. Estos últimos semejantes a algunas construcciones típicas andaluzas. Ellos aparecen con la casa tradicional y se mantienen en todos los períodos incluso hasta en la arquitectura republicana.
- En los interiores, el arco es uno de los elementos más pregnantes que expresa el diseño de la casa criolla: los mixtilíneos y mixtilobulados con relación al país alcanzan su clímax en Camagüey. Los de medio punto y trilobulados se encuentran en todas las etapas. Los arcos secundarios empleados en todas las etapas son los medios puntos simples.

- La mayor transformación en la arquitectura colonial habitacional responde al Periodo de Cambio, donde aparece un tipo de casa evolucionada que incorpora transformaciones principalmente en el orden formal, pero mantiene la conformación espacial y planimétrica heredada del tipo de casa de patio presente en toda la etapa colonial. Las trasformaciones se pueden apreciar en la composición de las fachadas que incorporan la teoría viñolesca en su diseño; la regularidad y esbeltez en los vanos; rejas muy elaboradas en hierro forjado que ocultan las ventanas de tablero y cuarterones neoclásicos; pilastras esbeltas, corridas y distribuidas en toda la fachada; y el entablamento compuesto por frisos trabajados.
- Las fachadas correspondientes al periodo de Tránsito y Cambio culminan con “Cornisas y pretiles decorados culminan las fachadas siguiendo patrones de diseño con la estética de esta segunda mitad del XIX” (Yero & Herrera, 2015, p. 57).
- Por ultimo queremos llamar la atención en los techos, estos poseen como persistencia el empleo de los de armadura, los mismos son de par e hilera y en algunos casos de carácter excepcional los de par y nudillo. Ya que estos son empleados en edificaciones civiles y religiosas. Estos techos de armadura se mantienen durante todo el período colonial y evolucionan durante las diferentes etapas.
- Una particularidad que debemos destacar en la arquitectura colonial camagüeyana es la persistencia del modelo conocido por: la casa tradicional que se mantiene a lo largo de todos los periodos.
Una mirada a inicios de siglo XX
Los inicios siglo XX traen para la ciudad múltiples transformaciones, en primer término, a petición de los principales vecinos el Ayuntamiento sustituye el nombre de Santa María del Puerto del Príncipe por Camagüey (1903).
La arquitectura y el urbanismo cambian su imagen a partir de las nuevas corrientes estilísticas definidas por el eclecticismo, estilo que busca la historia como sustento y sintetiza mediante su expresión el pensamiento de una nueva época. Se construyen nuevos edificios dentro de la ciudad tradicional, se sustituyen otros en su totalidad y se modernizan algunos bajo refracciones en la fachada y primera crujía, dando por resultado una simbiosis estilística que hoy confunde a los que solo se fijan en la expresión externa de la edificación (Herrera, 2014, p. 150).
Con la república la vivienda en una primera etapa sigue la línea desarrollada durante el periodo de Cambio, transformándose hacia nuevos tipos, con el devenir del siglo donde aparecen nuevas alternativas tipológicas, consecuencia de las transformaciones en los modos de vida, nuevas posibilidades económicas en algunos sectores de la sociedad, así como el propio adelanto constructivo del nuevo siglo.
Encontramos diversos tipos en la arquitectura habitacional, desde los palacetes de la alta burguesía, hasta las casas de vecindad (también llamadas cuarterías o solares) como una alternativa muy económica que surge al ocupar y transformar antiguas estructuras habitacionales que han perdido el valor, para dar alojamiento a varias familias.
En la composición funcional debemos destacar las plantas tipo martillo con patio interior siguiendo el esquema de las coloniales,
[…] y la aparición de un espacio que se produce en todo el país -la saleta- espacio que aparece contiguo a la sala, jerarquizado por un dintel soportado por columnas ó ménsulas y decorado con molduras de diferentes formas, se le incluyen al mismo arcos muy decorados (Herrera, 2014, p. 155).
Este surge como una necesidad familiar de contar con un espacio social en la vivienda, más íntimo, que permite desarrollar las famosas tertulias sociales que caracterizaron los inicios de siglo.
En la ciudad se mantiene en primer término, una extensión de las estructuras urbanas compactas de casas de fachada continua del período colonial, muchas de estas incluso mantienen la estructura colonial y se refracciona la fachada y la primera crujía con los nuevos elementos del eclecticismo regional, donde se complejizan los pretiles, añadiéndoles balaustres, copas, macetas y esferas. En la tradicional fachada aparecen los vanos de las puertas y ventanas, adornados por platabandas molduradas con múltiples y caprichosos motivos florales, en el caso de presentar portales, estos se caracterizan por el empleo de diversos tipos de columnas con base y fustes decorados, capiteles de diversas formas, desde los clásicos hasta innovaciones regionales, y en el caso de tener más de un nivel los balcones asumen parte de la carga decorativa de la edificación.
A las fachadas, siguiendo la concepción académica neoclásica se le incorporan detalles figurativos propios del eclecticismo regional, la citada influencia modernista contribuye a la diversidad y riqueza formal que poseen muchas edificaciones, esbeltas formas sinuosas en dinteles y balcones.
A partir de la década del 30 del siglo XX surge el Art Decó que se extiende aproximadamente hasta el año 1945, igual que en el eclecticismo el Art Decó da respuesta a todas las escalas sociales. Las viviendas mantienen una disminución de la sobrecarga decorativa y se simplifican los procedimientos constructivos, abaratándose los costos de las obras sin perder la cualificación formal.
Una particularidad de la vivienda popular es la transposición de motivos decorativos empleados en edificios de mayor connotación a formas elementales como cuadrados, triángulos, círculos o rombos, tanto en la fachada como en las rejas puertas y ventanas con los mismos detalles, y se generaliza un tipo de reja que inserta en su centro un cuadrado con diagonales. Los interiores se caracterizan por incorporar cenefas, plafones, zócalos y cartelas (Herrera, 2014, p. 157).
Los resultados de toda esta investigación han traído beneficios en el orden social, económico y cultural, edificaciones que por el propio paso del tiempo estaban afectadas y no se le reconocía su valor, hoy han formado parte de un plan de mantenimiento y protección, y en algunos casos se han propuesto para reciclaje o rehuso.
Se hace preciso en consecuencia afrontar como poner en realce edificios cuyo uso hoy resultara obsoleto, cuya función ha sido superada por el tiempo y cuya presencia urbana cobra una importancia (al haberse convertido en hitos) que no tuvieron en el momento de ser proyectados y construidos (Sambricio, 2015, p. 18).
Fuente: Herrera, O. D. P. (2014). Anales del Camagüey. Salutación en sus 500 años. Camagüey, una mirada a sus quinientos años de Arquitectura Importar tabla Fuente: Herrera, O. D. P. Elaboración propia. (2014). Fotos de la izquierda Casa del Mayor. Maqueta de la ciudad Importar tabla Figura 9 – Evolución del espacio interior de la colonia al Eclecticismo Importar tabla


5. Conclusiones
La caracterización tipológica se logra de forma automatizada, mucho más precisa, rápida y con un mayor volumen de información que con los métodos tradicionales.
El método expuesto permite la evaluación de la tipología a partir de criterios estables para todas las edificaciones. Ello se logra mediante los elementos claves, obtenidos por la investigación de archivo y análisis casuístico.
Este proceso permite en cualquier momento buscar información de una edificación de forma ágil, sin que tenga que estar presente el expediente de la misma; así como procesar y evaluar algún elemento o datos incorporados de acuerdo a las posibilidades que brindan los sistemas gestores de bases de datos y los procesadores para pruebas estadísticas.
El método creado permite extenderse hacia otras zonas tipológicas u otras edificaciones en otros períodos, si se realizan procesos similares en las diferentes fases, es factible de aplicarse en otros centros históricos, utilizando la misma estructura de los ficheros y adaptando el instrumento de medición establecido en este trabajo.
Se puede apreciar como durante los primeros años de la República, siglo XX, existe una persistencia del modelo tradicional que paulatinamente va transformándose hacia una arquitectura cualificada por la presencia de nuevos tipos.
Los estudios realizados en el repertorio habitacional y las acciones conservacionistas propuestas contribuyeron junto a otros estudios e intervenciones a que el centro histórico camagüeyano lograra la condición de Patrimonio de la Humanidad desde el 2008.
Con la clasificación realizada se han podido distinguir los casos de mayor significación, así como aquellas edificaciones con peligro de extinción por su deterioro constructivo o por las propias transformaciones que el hombre produce, Ello ha posibilitado instrumentar prioridades de intervención según las acciones de conservación necesarias para cada caso en particular.
La aplicación paulatina de estas medidas han propiciado una mejora en lo social, al haberse realizado intervenciones de diferentes formas que se traducen también en una mejor cualificación de la imagen urbana.
Los resultados de esta investigación forman parte de la base documental que hoy posee la Oficina del Historiador de la Ciudad y el Centro de Estudio de Conservación y Desarrollo de las Construcciones de la Universidad de Camagüey, estos se han divulgado en diferentes publicaciones periódicas, libros, videos, Guía Arquitectónica Camagüey-Ciego, Maqueta de la ciudad y forma parte de los contenidos para los estudios de pregrado y posgrado de las carreras de: Arquitectura, Ingeniería Civil y Preservación y Gestión del Patrimonio.
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Notas
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6298-6368 . Email: oscar.prieto@reduc.edu.cu