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Recepción: 11 Enero 2022
Aprobación: 15 Marzo 2022
Publicación: 01 Septiembre 2022
DOI: https://doi.org/10.26512/patryter.v5i10.41153
Resumen: Acapulco ciudad puerto en la costa del Pacífico mexicano, fue el primer centro turístico de México a escala internacional, su imagen urbana ha variado de pequeño pueblo comercial y pesquero a gran centro vacacional; muestra una imagen en lo visual desordenada y en lo espacial un crecimiento irregular que perdió elementos característicos de su arquitectura tradicional y patrimonial. El objetivo del trabajo es analizar su reconfiguración territorial. Se aplica una metodología de orden mixto, cualitativa – cuantitativa. Se revelan sus transformaciones espaciales que han originado conflictos en el crecimiento espacial desequilibrado de la ciudad, donde el turismo es protagónico, así como en problemáticas socioeconómicas que se advierten con mayor énfasis hacia la periferia, de lo que resultan espacios de segregación, de disconformidad con dinámicas excluyentes y de desigualdad en un contexto en el que se visualizan espacios exclusivos junto con espacios precarios.
Palabras clave: ciudad puerto, reconfiguración espacial, expansión urbana, crecimiento espacial.
Resumo: Acapulco, uma cidade portuária na costa mexicana do Pacífico, foi o primeiro centro turístico do México em escala internacional, sua imagem urbana tem variado de uma pequena cidade comercial e pesqueira a um grande resort; mostra uma imagem visualmente desordenada e um crescimento irregular espacial que perdeu elementos característicos de sua arquitetura tradicional e patrimonial. O objetivo do trabalho é analisar sua reconfiguração territorial. É aplicada uma metodologia de ordem mista, qualitativa - quantitativa. Revelam-se suas transformações espaciais que têm originado conflitos no crescimento espacial desequilibrado da cidade, onde o turismo é protagonista, bem como em problemas socioeconômicos que se percebem com maior destaque para a periferia, resultando em espaços de segregação, de desacordo com excludentes. dinâmicas e desigualdades em um contexto em que espaços exclusivos são visualizados juntamente com espaços precários.
Palavras-chave: cidade portuária, reconfiguraçao espacial, expansão urbana, crescimento espacial.
Abstract: Acapulco, a port city on the Mexican Pacific coast, was Mexico’s first tourist Centre on an international scale, its urban image varied from a small commercial and fishing city to a large tourist centre. It shows a visually disordered image and an irregular spatial growth that loses characteristic elements of its traditional architecture and heritage. The aim of the work is to analyze its territorial reconfiguration. A qualitative -quantitative methodology is applied It reveals its spatial transformations that have given rise to conflicts, both in the unbalanced spatial growth of the city, the wave or tourism and prominence, and in the socio-economic problems that are perceived as more prominent for the periphery, giving rise to spaces of segregation, disagreement, and exclusion. Dynamics and inequalities in a context in which exclusive spaces are visualized alongside precarious spaces.
Keywords: Port city, spatial reconfiguration, urban sprawl, spatial growth.
1. Introducción
México posee dos frentes de litoral marítimo, uno hacia el océano Pacífico y otro el Golfo de México y Mar de las Antillas o Mar Caribe como se le conoce, que permite conectarse a escala global, en ese contexto Acapulco, ciudad puerto que se ubica en la costa del Pacífico mexicano en el municipio de igual nombre, es la más grande del estado de Guerrero, conforma una zona metropolitana que concentra la mayor cantidad de población de esta; además es reconocida mundialmente por lo que es un referente de México a esa escala.
Fue internacionalmente el primer centro turístico de México cuya proyección acontece hacia mediados del siglo pasado, no obstante, le antecede una importante historia que dejó huella en su territorio. Su internacionalización, comienza hacia el siglo XVI como espacio de enlace para diversos fines, primero como punto de partida para la exploración de territorios desconocidos en el continente por parte de los españoles; pasando por la comunicación y comercialización de productos entre América, Europa y Asia con la famosa “nao de china”; así como ser importante centro pesquero y, desde del siglo XX por la importancia que reviste el turismo (Valenzuela & Coll, 2010).
En Acapulco se vislumbraba el turismo desde la década de los treinta del siglo pasado, después cuando se promueve como centro turístico durante los años cincuenta, etapa en que destaca el inicio de la construcción de la carretera México – Acapulco, a escala local la Avenida Costera y las vialidades que van a Icacos y Puerto Marqués.
Para la década de los sesenta se edifican hoteles de lujo en los que se hospedan personalidades del mundo artístico y de negocios de América y Europa; empieza a cobrar auge, lo cual se logra hacía el decenio de los setenta y se confirma en la de los ochenta. Estas dos décadas se les conoce como la Época de Oro de Acapulco debido a la promoción como sitio de mar y playa con sol todo el año.
Hacia el decenio de los ochenta se crea Acapulco Diamante, sitio exclusivo con nuevas y lujosas propuestas turísticas orientadas a ciertos segmentos de turismo, especialmente de tipo internacional. Sin embargo, aledaño a estos sectores se desarrollan asentamientos de nivel medio y bajo originando procesos de desigualdad marcados que aún prevalecen. En los noventa el puerto se convierte en la Administración Portuaria Integral de Acapulco (API).
La imagen urbana de Acapulco ha ido variando de pequeño pueblo comercial y pesquero a gran centro vacacional, no obstante, hoy en día muestra una imagen en lo visual desordenada con grandes diferencias con diversidad de construcciones de lujo y precarias y en lo espacial con un crecimiento irregular que perdió elementos característicos de la arquitectura tradicional y patrimonial de acuerdo con Castro (2020). Con ello en la ciudad se aceleró el incremento de población, el deterioro ambiental y se propiciaron desigualdades sociales, hasta llegar en el siglo XXI a convertirse en un espacio con severas problemáticas, en donde resaltan además la inseguridad y violencia por grupos criminales, se puede agregar que se ha visto recientemente afectado por la pandemia de COVID-19.
El detonador del desarrollo de Acapulco es el turismo, cuyo impulso tuvo incidencia de inversiones públicas y privadas tanto nacionales como extranjeras. En este proceso destaca el rol protagónico de las autoridades al participar con aportaciones para infraestructura e incentivos a las actividades turísticas. El Estado se asoció con empresarios turísticos en lo financiero y propició medidas administrativas que se reflejaron en estímulos fiscales. Inclusive operó como gestor de los complejos hoteleros que ahí se desarrollaron. Cadenas hoteleras internacionales se fusionaron con líneas aéreas como Aeroméxico para ofrecer paquetes turísticos completos (Torres, 2019).
La localidad ha tenido reconversiones espaciales generadas por intereses políticos y económicos; la actividad turística revalorizó el territorio, especialmente en el sexenio del presidente de México Miguel Alemán Valdés (1946-1952) época que fue la punta de lanza para el turismo.
La Administración Portuaria Integral (API) de Acapulco ha desempeñado un papel relevante en la ciudad, la cual es una concesión otorgada a una sociedad privada en 1994 que operaba el recinto portuario, y que se le dio, no solo a Acapulco, también se les otorgó a los puertos más importantes del país. Actualmente el puerto y la ciudad se han visto afectados inicialmente, por la inseguridad internacional derivada del evento del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos que redujo los vuelos a diferentes escalas y por consecuencia la llegada de turismo por avión y en cruceros, después como ya se mencionó, por la inseguridad derivada de la delincuencia interna en México en especial en la región en donde se encuentra Acapulco.
En ese contexto se advierte una desigualdad social y espacial que deriva en tensión y confrontación en las colonias populares de la periferia este, oeste y norte, en contraste con espacios exclusivos y controlados hacia la bahía de Acapulco o en Punta Diamante, asociados con el turismo de lujo. La población de Acapulco se desenvuelve económicamente en función de las actividades portuarias y turísticas, en su mayoría trabaja en actividades conexas como servicios (hoteles, restaurantes, agencias de viajes, comunicación, transportes, etc.), o bien en actividades secundarias, aunque son las menos (manufactura, trasformación, etc.).
Destaca que en el municipio de Acapulco las actividades primarias son de importancia (agricultura y pesca), no así en la ciudad homónima. Sin embargo, en ambos casos, se enfrenta una situación difícil, aunque de manera más marcada en la propia ciudad, ya que aquellos empleos a los que puede acceder no pagan salarios suficientes para cubrir las necesidades de los habitantes, esto se puede apreciar en que para 2015, casi la mitad de la población de la ciudad (44.5%) registraba situación de pobreza; asimismo, los servicios en las viviendas y calles eran irregulares, y se observaba urbanización sin planeación en gran parte de la ciudad (Data México, 2022).
De acuerdo con Torres (2019, p. 316):
Acapulco muestra que hay espacios en donde tienen lugar procesos de segregación, que se convierten en espacios de disconformidad con dinámicas excluyentes y de desigualdad, ahí la ciudad es representativa de una fragmentación que se visualiza en fraccionamientos exclusivos, enclaves turísticos y nuevos conjuntos habitacionales, en un contexto en que prevalecen asentamientos precarios por las condiciones de pobreza y exclusión social que se aprecia en considerable proporción de la población.
El objetivo principal del artículo es analizar la reconfiguración territorial de la ciudad puerto de Acapulco conforme al contexto histórico de su evolución y expansión urbana condicionada por la dinámica demográfica y la modificación de las actividades económicas de sus habitantes, que incidieron en las profundas transformaciones espaciales de su entorno, que dan pauta a su morfología urbana. Asimismo, explicar los procederes de indagación y la lógica del abordaje analítico del espacio geográfico de la ciudad para visibilizar elementos conflictivos en la población y el espacio, tales como, la segregación, la desigualdad y la movilidad, generadores de conflictos sociales –o sociodemográficos- internos. Además, resaltar que, tanto la morfología urbana, como los conflictos que se han generado por la irregularidad en el crecimiento espacial, han desempeñado un papel esencial en la conformación territorial actual que se registra en la ciudad. Las reflexiones conclusivas resaltan las diferencias espacio-temporales que marcan el derrotero de la reconfiguración territorial de la ciudad contemporáneamente.
2. Desarrollo
Diversas características geográfico-físicas se conjugan en la ciudad puerto de Acapulco mismas que constituyen su potencial turístico. Esta se localiza en la costa del Pacífico Mexicano al sur del estado de Guerrero en el municipio de igual nombre en la bahía de Acapulco en gran parte rodeada por la Sierra Madre del Sur y, el de mayor relevancia del estado, del cual es la zona urbana de mayor primacía ( 1). Forma parte de la región entre Puerto Vallarta y Huatulco (promocionada como Riviera Mexicana) situada en la porción centro sur de México.
Se ubica entre dos grandes lagunas la de Coyuca de Benítez al noroeste y la de Tres Palos al sureste, cuenta con extensas playas alrededor de la bahía y otras cercanas fuera de ella, la Sierra Madre del Sur próxima a la costa, genera bahías de gran amplitud como la de Acapulco (Sánchez & Propin, 1999) El clima es cálido subhúmedo con lluvias en verano. La temperatura promedio anual es de 27.5 ° C, con máxima de 28.7° C. La precipitación anual es de 1,412.9 mm con máxima de 353.9, originada por la influencia ciclónica y la mínima de 0.2 mm. Se sitúa en una zona vulnerable a eventos hidrometeorológicos como huracanes y tormentas.
Dentro del municipio se ubican varios ríos como los de Coyuca, la Sabana y Papagayo. Predomina la vegetación perennifolia en las zonas altas de la zona conocida como Anfiteatro y en la isla de la Roqueta, también hay manglares, sin embargo, por la expansión urbana la vegetación se ha visto muy deteriorada. Asimismo, se sitúa en una en zona de alta sismicidad correspondiente al Cinturón de Fuego del Pacífico, que presenta movimientos tectónicos que cubren amplias áreas en correspondencia con la dinámica de la tectónica global de placas litosféricas.
En cuanto a la población de acuerdo con el censo de 2020 (INEGI-Iter, 2020) el municipio de Acapulco registra una población de 779, 556 habitantes y la localidad de 658,609, lo que muestra la relevancia de la ciudad, cabe señalar que en la misma no se registró un crecimiento poblacional con respecto a las cifras de 2010.

2.1 Procederes teórico-metodológicos
El abordaje analítico considera el crecimiento regional y urbano que resulta del proceso de concentración permanente de actividades económicas, que repercute en el crecimiento espacial urbano y de la población, por otra parte, incluye considerar al territorio como recurso de dimensiones múltiples medioambientales, sociales y culturales, integradora de desarmonías económicas coexistentes en la mutua relación entre la organización espacial y el desarrollo económico local correspondiente.
Tal como ocurre en las áreas metropolitanas, en este caso Acapulco, lo social –con substrato económico obviamente- da forma a lo urbano, desde la configuración de infraestructura, servicios y vialidades, de acuerdo con las inequidades que se advierten en la organización del suelo, en las desigualdades en el acceso a los servicios y el equipamiento (García & Núñez, 2017), que remite las jerarquías provenientes con anterioridad a la situación actual, históricamente regidas de manera inicial por un ámbito adaptativo de planeamiento regional que trasciende a otro desarrollista (Kuklinsk, 1977; Friedman, 1966), articulado con las políticas públicas del estado mexicano propiamente. En ambos, se apunta hacia la planificación y ordenamiento territorial con mayor o menor éxito. Sin dejar de considerar que, las ciudades puerto, constituyen una totalidad socio-natural que involucran elementos y relaciones de diferente orden.
Hay particularidades que se aprecian más en las ciudades turísticas; debido a que hay diferencias en la forma de ocupar y vivir el espacio entre los turistas, la población local y los marginados migrantes pobres. Ello se debe a que la política urbana ha favorecido en gran medida el espacio que ocupa el visitante, al mismo tiempo relega los espacios de convivencia y de mayor vulnerabilidad del entorno geográfico a la población nativa y a la que arriba al lugar. Además de que, muchas de las veces éstos resultan ser menos atractivos (Bouvet et al., 2005). Esto evidentemente se observa en la ciudad de Acapulco en donde uno de los sitios modelo de esta situación de segregación resultado de la expansión urbana, es Ciudad Renacimiento como más adelante se detalla.
Se considera la Teoría de la Organización Espacial con perspectiva territorial que permite conocer los procesos redefinidores de dinámicas materiales, ya que propicia explicar la conexión entre la expansión urbana con factores económicos y sociales, que registran transformaciones cuantitativas y cualitativas a diferentes escalas y ritmos que influyen en la organización espacial de los usos funcionales del suelo, lo cual según Escolano (2009) se detecta en la interacción cambiante entre agentes urbanos, contextos económicos, la configuración espacial del espacio construido, formas de consumo, características demográficas, modos culturales, y combinación de políticas públicas. Ello conduce a poder sintetizar la intensidad y formas de los procesos de transformación de un lugar, aleatoriamente al aumento de población; ambos dan pauta a las formas y orden que toma una ciudad con el devenir del tiempo que propician una reconfiguración territorial, desde la perspectiva de una imagen inserta en un proceso de cambio y espacio temporal; lo que permite entender la estructura de una ciudad como la de Acapulco y detectar su morfología urbana actual.
Entendiendo desde la perspectiva de la Geografía a la morfología urbana como aquella que analiza los siguientes componentes: forma y evolución histórica del tejido urbano, edificios y construcciones diversas, determinantes naturales y procesos que la trasforman, y puede derivar de la combinación del uso del suelo, el plano de la ciudad, las edificaciones y la imagen (Álvarez, 2017).
La morfología urbana resulta de cómo las ciudades derivan de factores naturales, económicos y culturales diferenciados que generan estructuras urbanas heterogéneas (Castro & Vargas, 2009) a lo que cabe agregar que se aprecian en una expansión urbana irregular como se advierte en la mancha urbana resultante de la evolución de la reconfiguración territorial en la ciudad puerto de Acapulco.
Asimismo, como las ciudades puerto, constituyen una totalidad socio-natural, involucran elementos y relaciones de diferente orden. En ellas se genera una red de conexiones causales con diversidad de componentes de distinto nivel categorial ( 2).
Tal es el caso de la ciudad objeto de estudio en donde se puede observar una morfología urbana con diversos componentes que ha evolucionado vinculada a aspectos de conflictos sociales que derivan en elementos como la segregación, inequidad, dificultad de movilidad entre otros aspectos que afectan a la población y muestran una imagen con zonas disímiles en las que se reflejan estos elementos que se detectan en su reconfiguración espacial.
La investigación se sustenta en la Teoría de la Organización Espacial con base en la mirada territorial, que permite comprender los procesos articuladores de dinámicas territoriales, por lo que se inserta en el campo de las investigaciones aplicadas, del tipo empírico por su enfoque y, de corte cuanti-cualitativo (mixto) por las características de la medida, así como la naturaleza de las variables de análisis y el tratamiento de los datos de acuerdo con Hernández, Fernández & Baptista (2014). De lo anterior deriva el aporte de este trabajo en lo que concierne a analizar las transformaciones espaciales del área de estudio, las reconversiones que han propiciado la reconfiguración territorial resultante y, de los diversos efectos en los ámbitos económico y social local.

El enfoque mixto que se aplica, desde la perspectiva dialéctica y sistémica, posibilita el análisis contextual de las transformaciones espaciales que acontecen en el área de estudio, así como el proceso expansivo de la ciudad a partir de los años 80 del pasado siglo hasta 2010 que marcan su morfología actual, momento de auge de la actividad turística, hasta arribar a su consolidación en el año 2020. De cada momento, se exponen aspectos significativos que inciden en la reconfiguración territorial y la contextualización del escenario reciente. Los métodos teóricos, empíricos y geográficos empleados, son consecuentes con el problema de estudio, con significación de aquellos correspondientes al análisis-síntesis, inducción-deducción, el histórico-lógico, la observación, análisis de documentos, de entrevistas, de tipo cartográfico y estadístico, con el trabajo de campo como proceder articulador general y de contrastación de la información y los resultados.
Esta metodología propicia obtener conexiones entre las visiones generalizadoras y los procesos particulares con carácter estructural de la reconfiguración espacial ( 2) de la ciudad puerto de Acapulco. Para su análisis se parte de acuerdo con lo expresado por Bourdin (2017) del desequilibrio y no de la estabilidad que ocurre en un lugar específico en donde se desencadenan distintos procesos de transformación social, que puede agregarse, se reflejan en lo espacial.
Derivado de lo anterior, primero se obtuvo el material físico - digital disponible para dimensionar espacialmente el crecimiento de la ciudad de Acapulco a partir de 1980, así como de las áreas existentes con anterioridad, con lo cual se generó un mapa con la temporalidad establecida y se georreferenció con información del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI); los resultados muestran las variaciones en las dimensiones del espacio urbano que fue creciendo de manera irregular, con esta información se logró el nivel de integración en diferentes décadas y espacios.
La edición del mapa de las transformaciones espaciales de la ciudad de Acapulco durante el periodo considerado para el análisis 1980 a 2020 se elaboró en un Sistema de Información Geográfica. Se destacan de cada década hechos históricos y económicos relevantes. Para la cuestión explicativa se hizo investigación bibliográfica y trabajo de campo.
Para la obtención del mapa se siguió la secuencia metodológica con los siguientes pasos:
• Paso 1. Se realizó a partir de la indagatoria de imágenes satelitales históricas en la plataforma de Google Earth, de los años 1985, 1990, 2000, 2010 y 2018, fechas que aparecen en la leyenda. Con los años ya establecidos se continuó la creación y edición de los polígonos de crecimiento en los diferentes periodos, se complementó con el Mapa Digital de INEGI para obtener los datos de 1980 y 2020.
• Paso 2. Los polígonos creados en Google Earth se guardaron en formato kml para ser trasladados a otro software, una vez georreferenciados se realizó una primera aproximación de la mancha urbana en cada lapso considerado. De esta manera se logró tener polígonos que representaban la superficie de la ciudad puerto en los diferentes periodos considerados, con lo cual se obtuvo el mapa de las transformaciones espaciales.
• Paso 3. Al tener los polígonos en formato kml, a través del software ArcGIS, en su componente de ArcMap 10.2 se diseñó el mapa, con los polígonos georreferenciados que fueron abiertos junto con shapes del INEGI-Iter (2010 y 2020). Adicionalmente con un mapa base de ArcMap, se dio contexto con rasgos geográficos complementarios, relieve, corrientes y cuerpos de agua. Se generó así el contexto del mapa con sus características geográficas que ofreció una visión completa del entorno en cuanto a las transformaciones de la superficie de la ciudad de Acapulco y permitió observar cambios de intensidad y contenidos espaciales.
• Paso 4. Para obtener la población de los lapsos seleccionados se consideró la Serie Histórica Censal e Intercensal 1980-2020 de INEGI para los censos de 1980, 1990, 2000, 2010 y 2020 con lo que se logró la determinación de procesos y dinámicas poblacionales.
Con esta batería de parámetros numéricos se determinó el mapa general de las transformaciones territoriales que dan pauta a la reconfiguración espacial de la ciudad de Acapulco, cuyo abordaje analítico, como se indicó, se realiza por décadas de 1980 a 2010, aleatoriamente se obtuvo la información de 2020. Asimismo, se realizó una retrospectiva que explica la conformación del proceso de crecimiento de la ciudad de Acapulco. Todo en conjunto permitió la estructura del análisis, siendo la fuente primaria de esta investigación la cartografía mencionada.
A continuación, se describen las actividades que influyeron en Acapulco durante las etapas de análisis (a partir de 1985) aunque se muestra una retrospectiva para contextualizar el desarrollo del trabajo que refleja la “evolución” de la reconfiguración espacial.
3. Resultados
Las actividades productivas de una ciudad hacen reflexionar acerca de las dimensiones de su morfología urbana, resultado de la economía, técnica, cultura y cuestiones sociales, observables a través de los elementos urbanos que caracterizan su conformación (Capel, 2002). Enfoque idóneo para comprender las transformaciones territoriales que ha registrado Acapulco y la reconfiguración que muestra actualmente con una morfología urbana que ha variado.
Se presenta la sucesión periódica del análisis por décadas de 1980 a 2010, que puede apreciarse espacialmente en la 3, en donde se proporcionan las transformaciones que ha registrado la mancha urbana de Acapulco y que dieron pauta a su reconfiguración territorial. Para el abordaje analítico se inicia con una retrospectiva de los antecedentes formativos desde sus orígenes hasta la década de 1930; después la implementación del desarrollo del turismo en las décadas de 1950 y 1960; a continuación, la etapa de consolidación del Acapulco turístico, que es el inicio de la parte medular del trabajo, se aborda por décadas desde la de 1970 como antecedente de este periodo que incluye las de 1980 y 1990 y por último al arribo del nuevo milenio, el Acapulco del turismo del siglo XXI, se consideran las décadas de 2000 y 2010. Se complementa con los datos poblacionales de la 4, que revelan una dinámica demográfica de alta a moderada y concentrada. Y para finalizar de los periodos que incluyen las décadas a partir de 1980 se proporcionan las cifras de la superficie que abarcan, lo que se observa en la misma 3, lo cual permite detectar el crecimiento de la mancha urbana y la reconfiguración correspondiente, a la vez que la organización espacial.
Ambos aspectos intervienen en la reconfiguración territorial de la ciudad de Acapulco, que se aprecia en una línea a lo largo de la costa hacia el aeropuerto en la porción sureste y un ensanchamiento hacia el norte de la ciudad, como las ampliaciones más significativas y como un proceso irregular y siempre asociado al turismo, cabe destacar que la zona hacia Pie de la Cuesta al oeste hacia el camino del vecino municipio de Coyuca de Benítez es la que menos ha crecido, ya que es zona frecuentada más bien por locales que por turistas, esto se debe a que se encuentra distante de los complejos hoteleros de Acapulco y de las acumulaciones de vacacionistas por lo que continua como un espacio que no ha registrado alteraciones tan severas como en la ciudad de Acapulco en donde el turismo alternativo es de gran interés.


3.1 Retrospectiva: Acapulco desde su origen hasta la década de 1920
La toponimia náhuatl de Acapulco revela presencia de grupos originarios de Mesoamérica en la zona desde antes de la llegada de los españoles acontecida hacia el siglo XVI. Durante la Época Colonial de México fungió como núcleo de referencia para las expediciones que efectuaron los conquistadores por la costa occidental de América del Norte (Sánchez & Propin, 1999) fue emporio comercial y vía de comunicación entre Asia y Europa, era el segundo puerto en importancia del Virreinato de la Nueva España, después del de Veracruz; en esa época la Nao de China o Galeón de Manila, propició uno de los intercambios culturales más importantes. El barco zarpaba de Filipinas y llegaba a las costas del llamado puerto de San Diego, hoy de Acapulco; algunos de los productos se trasportaban por tierra al puerto de Veracruz y se enviaban a Europa; entre ellos estaban seda, madera, pimienta, arroz, azafrán y especies, así como cacao, café, chiles, vainilla, canela, también oro y plata y en menor proporción cuero, ganado y vino. Constituía vínculo en las comunicaciones entre Asia, Nueva España y Europa. De acuerdo con su procedencia los productos que se transportaban variaron, primero provenían de China y después de la India (Cervera, 2020).
Las razones por las cuales se eligió Acapulco como puerto de destino de la Nao de China fueron: 1) se le calificó como grande, seguro, y dotado de buena agua; 2) en sus alrededores poseía abundante madera; 3) disponía de mano indígena para las maniobras; 4) los mercaderes de la ciudad de México coincidían con dichas bondades. Asimismo, y quizá la principal razón, fue que era el único que gozaba de relativa proximidad con la capital virreinal, tan sólo 65 leguas, que se recorrían entre seis y 10 días de camino (Cárdenas 2016a).
Para esas fechas Acapulco no contaba con grandes volúmenes de población. En 1593 se contabilizaron 20 casas de españoles con 100 familias, el resto de la población eran negros y mulatos; la falta de población obedeció a cuestiones geográficas, en particular el clima que gran parte del año es sumamente caluroso, lo que a los españoles no les era atractivo (Cárdenas, 2016b). Además, habría que sumar dos factores: la poca ventilación que existe debido a que se encuentra bordeado por la Sierra Madre y que las playas y cerros se componen de granito, lo que incrementa más el calor tras su irradiación durante el día. Hay que agregar que el puerto es azotado continuamente por temblores y huracanes (Humboldt, 1985). Hacia 1730 se incrementa la población, la localidad se componía de modestas edificaciones.
Juan Eusebio Galló elaboró un informe en 1743 en el cual registró 400 familias de morenos, pardos y algunos chinos, llama la atención que no menciona presencia de población indígena. En 1777 el padrón del arzobispado de México registró 600 familias 24 españolas, 154 indias, 43 chinas, 47de negros y mulatos (Pinzón, 2011).
Para la Época Independiente de México se fue reduciendo el comercio marítimo con Asia; “por el puerto se comercializaban los productos agrícolas de los alrededores y se dotaba a la región de productos que venían del extranjero” (Busto, 2015, p. 280).
En algunos planos se menciona que en 1825 se detallan sitios importantes como: Puerto del Marques, Punta Diamante, zona de gran relevancia en la actualidad, Punta de la Bruja, Cerro de la Brea, el Palmar, el Castillo de San Diego y el centro de Acapulco. En 1826 en otro plano, se menciona que Acapulco tiene una bocana de cinco millas. Sus aguas son serenas como una laguna debido a que la bahía está rodeada por cerros. En el plano están referenciados 34 sitios, como: la Garita de México, Parroquia, Fortaleza de San Diego, Oficina de Aduana y comisaría, Plaza Mayor, Edificio del Hospital hoy en ruinas y Aduana Marítima, entre otros (Cárdenas, 2016a) todos ellos ubicados en la Zona Tradicional.
En 1849 Guerrero nació como estado soberano de la joven nación mexicana, de la escisión territorial que se le hizo al estado de México y a él pertenecía Acapulco.
Para 1858 la población de Acapulco, perteneciente al distrito de Tabares, era de 23,634 habitantes, de los cuales solamente unos 3,000 radicaban de manera permanente. Su espacio urbano estuvo determinado por la ubicación de su costa, teniendo una traza cuadricular de norte a sur (Busto, 2015).
En 1873 al municipio se le denomina Acapulco de Juárez en honor al presidente Benito Juárez, para entonces recién fallecido. Hacia 1874 Ratzel (2009) menciona que Acapulco era una pequeña villa de aspecto pueblerino, en calles aledañas al mercado sus casas son construcciones de un solo piso, con gruesas paredes y pequeñas ventanas; y, en las zonas periféricas, chozas de caña y ramas secas, y la iglesia, que se encuentra sobre un promontorio, está casi en ruinas.
Ya en el siglo XX, para 1909 el puerto y la ciudad de Acapulco mostraban más dinamismo económico; se apreciaba mayor número de construcciones, viviendas y embarcaciones; con apenas 4,000 habitantes. El puerto de tamaño medio abastecía a barcos de vapor que hacían ruta de Panamá a California, y también servía como estación de carga minera. A pesar de la presencia del puerto, la mayoría de sus habitantes se dedicaban a la pesca y a actividades agrarias. Sus casas estaban hechas de adobe y madera. Gran parte de su población estaba concentrada en lo que hoy se conoce como la Zona Centro o Tradicional que alberga a los barrios más antiguos de la ciudad.
La vida y dinámica de Acapulco empezó a cambiar a partir de 1927 cuando se construyó y asfaltó la carretera que lo unió con Taxco y ya con la ciudad de México. Este hecho, junto con la apertura en 1928 de un aeropuerto sería trascendental, esta infraestructura facilitó la comunicación entre México y Acapulco y propició el inicio del turismo asociado a las características del lugar, sol y playa casi todo el año.
Esta porción de Acapulco corresponde principalmente a lo que se conoce como Zona Tradicional, hacia el centro y zócalo de la ciudad, aunque también se aprecia en algunas porciones derivadas de la concentración de población en Llano Largo y La Sabana al este de Acapulco que pueden apreciarse en la 3, mismas que albergaron a la población que trabajaba en el puerto asociadas a la pesca, comercio y servicios aledaños a la costa, así como en agricultura que existía entonces en el municipio.
3.2. Punto de partida: difusión de los atractivos de sol y playa de Acapulco, décadas de 1930 y 1940
La década de 1930 inicia con una población de 21, 239 habitantes en el municipio de Acapulco y solo 6,529 en la ciudad de Acapulco (30.7% respecto al municipio). Comienza el descubrimiento de las playas de Acapulco como objeto turístico por parte de élites mexicanas e internacionales. La ciudad empezó a recibir apoyo gubernamental para desarrollar el turismo. El entonces presidente de México Pascual Ortiz Rubio la visitó y promovió la construcción de un hotel, muelles, malecones y la pavimentación de calles. La iniciativa privada edificaba algunos hoteles como: El Hornos (1934), El Mirador a un lado de La Quebrada (1933) y El Majestic (1937). Éstos se localizan en la llamada Zona Tradicional de Acapulco que abarca de Playa Hornos hasta Caleta y alberga los barrios y fraccionamientos más antiguos desde sus orígenes.
Acapulco al considerarse importante destino de playa, generador de divisas para México, propició que supuestamente fuera la primera ciudad planificada del país. En 1936, el arquitecto Carlos Contreras elaboró el primer Plano Regulador, dado el interés de los inversionistas por Acapulco (Castellanos, Palacios & Martínez, 2015), el cual evidentemente no logró lo esperado.
Para la década de 1940 el municipio de Acapulco contaba con una población de 29,312 personas y la ciudad de Acapulco con 9,993 (34.1%). Ya se gestaba el impulso de la actividad turística con la construcción de alojamientos y hoteles importantes como El Casablanca. La estructura urbana de la ciudad de Acapulco estaba ya determinada por una actividad turística todavía en formación, dando lugar a un tipo de organización espacial que se irá marcando más con el tiempo, la segregación territorial y social; la cual divide a este centro de población en dos zonas radicalmente diferentes con espacios urbanos con profundas diferencias en calidad de servicios y en densidad de población. Es en esta década cuando el gobierno fomentó el desarrollo turístico de la Bahía de Acapulco, se gestó la construcción de la calzada costera y la autopista y se trasladó el aeropuerto hacia las afueras de la bahía. Además, se expropiaron terrenos de la zona costera, se instaló la red telefónica, se creó infraestructura turística diversificada y moderna, restaurantes, comercios y servicios para las demandas del nuevo turismo (Moreno & Hernández, 2018). Lo cual incidió en darle a la ciudad una nueva morfología.
Aunado a lo anterior cabe mencionar la situación orográfica de la ciudad, que, junto con las construcciones habitacionales, tanto públicas como privadas generaron la expansión urbana de la localidad, con las mejores condiciones hacia la costa y las de menor calidad hacia la montaña. En la 3 se puede apreciar el relieve de la zona que permite afirmar que este, si bien fue una limitante del crecimiento espacial, la ciudad se expandió hacia zona con severas consecuencias negativas para la población al crearse asentamientos irregulares con infraestructura y servicios deficientes, zonas de segregación en donde la población registra de las más bajas condiciones socioeconómicas de la ciudad, aunque también se registran algunos asentamientos irregulares hacia la Zona Diamante.
Gran cantidad de terrenos en la zona de Icacos y de la costera, fueron compradas con fines de comercialización, favoreciendo la construcción de pequeños hoteles y fraccionamientos para personas de alto poder adquisitivo. Muchos de estos terrenos fueron expropiados por el gobierno municipal y adquiridos por Emilio Azcárraga, uno de los empresarios más poderosos del país, quien construyó tres hoteles en Acapulco; fue el fundador de Televisa que dio origen al actual conglomerado de medios de comunicación televisivos más importante del país, quien en los años siguientes tendrá un importante papel en la transformación y expansión urbana de Acapulco (Sánchez, 2018). En esta década surgieron numerosas colonias y o un importante crecimiento urbano. El crecimiento espacial en esta zona se presenta en la 3 en color café oscuro hacia la porción este de la Bahía de Acapulco, cuyas construcciones dieron lugar al inicio de la expansión urbana que se apreciará de manera más marcada en años posteriores.
Podría llamarse un periodo de transición en el crecimiento espacial de Acapulco que abarca desde el Acapulco de la Zona Tradicional, pero proviene desde antes de la década de 1930, cuando se empiezan a concentrar las actividades turísticas, comerciales, administrativas y residenciales en las cercanías del centro de la ciudad, el cual se extiende hasta los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. Es parte de la evolución histórica del desarrollo de su reconfiguración territorial, es la base de su morfología urbana actual.
3.3. Implementación del desarrollo turístico de Acapulco: décadas de 1950 y 1960
En la década de 1950 Acapulco registra una población en el municipio de 55,163 habitantes y de 29,713 (50.6%) en la ciudad, equivalía ya a la mitad del total municipal, coincidente con una gran expansión territorial. La ciudad creció a partir del antiguo casco urbano, expandiéndose sobre el litoral costero que ya destacaba con usos de suelo turísticos y sobre las montañas de lo que se conoce como Anfiteatro (ubicado en el parque nacional El Veladero, que es una extensa reserva ecológica situada en la zona alta en la sierra que rodea la bahía de Acapulco).
Los requerimientos de vivienda de la población residente que se extendió hacia esta zona imprimieron de manera significativa fuerte segregación del espacio urbano, continuando con la tónica de usos turísticos en el litoral costero y usos para la vivienda de población local en las montañas, al pie de monte y valles, muchos de los cuales fueron ocupados por invasión (Castellanos, Palacios & Martínez, 2015). A partir de entonces se advierte un mayor crecimiento espacial y poblacional de Acapulco.
Corresponde a sus inicios como centro turístico con gran difusión internacional, visitado por artistas de Hollywood y de política internacional. En esta década se construyó el lujoso y exclusivo Villa Vera Racquet Club icono de la Época de Oro de Acapulco. Miguel Alemán Valdés presidente de México desempeñó un papel clave en la actividad del turismo en Acapulco en esta etapa. Obras que se efectuaron durante su administración fueron: la pavimentación del centro de la ciudad, la Calzada Costera, la fuente de la Diana, Gran Vía Tropical, la Carretera Escénica, el embellecimiento de las playas de Caleta y Caletilla, entre otras (Oteiza, 1973).
Otros hechos significativos que coadyuvaron al despegue del turismo y crecimiento espacial de Acapulco fueron que: 1) Estados Unidos lo vio como un espacio propicio para la recuperación de sus excombatientes de la Segunda Guerra Mundial; 2) el financiamiento que hizo el gobierno federal en la construcción de infraestructura y servicios (Ramírez, 1987); la llegada al poder de Fidel Castro en Cuba; lo que obligó a los estadounidenses a buscar otros lugares de esparcimiento (Hiernaux, 2010).
En la década de 1960 la población ascendía a 84,720 habitantes en el municipio de Acapulco y a 49,149 (58.8%) en la ciudad; se concentraba en la zona del Anfiteatro, rebasada por un crecimiento hacia el otro lado de la montaña. Los asentamientos irregulares proliferaron y ya causaban problemas de contaminación en la bahía y el desarrollo turístico contaminaba la bahía de Acapulco. Había que atender problemas de salubridad, remediar la problemática urbana por la saturación de las zonas al interior de la mancha urbana, y los desechos en la bahía, como cita Sánchez (2018).
El lapso que acontece entre 1940 y 1970 se caracteriza por un crecimiento medianamente acelerado de la actividad turística, se empiezan a deslindar terrenos para la posible expansión física de Acapulco, se construyen los primeros hoteles de múltiples pisos, se termina el enlace moderno por tierra con la Ciudad de México, coincidente con la etapa de gran crecimiento espacial. Asimismo, se empezaron a tomar medidas para un ordenamiento territorial, ya que seguían apareciendo asentamientos irregulares, especialmente hacia la zona conocida como Anfiteatro. A finales de este periodo se construyeron redes de drenaje y agua potable en varias colonias, algunos terrenos se regularizaron hacia el valle de La Sabana, sin embargo todavía la población consideraba esos sectores como alejados del centro en donde se localizaban las fuentes de trabajo, situación que repercutió en la expansión urbana, por lo cual las autoridades tomaron la decisión de implementar una planeación más decisiva, que sin embargo no tuvo los resultados esperados; la morfología urbana de Acapulco empezó a transformarse ya de una manera más intensa (Castellanos, Palacios y Martínez, 2015).
Hasta aquí el Acapulco que se observa muestra que la morfología urbana se caracteriza por espacios que se dedican a edificios y construcciones para el turismo, siguiendo en gran medida la política nacional del sector turístico, considerando poco los requerimientos de la población local, se generaron así desde entonces conflictivas sociales que como se podrá apreciar más adelante se hicieron significativas y recurrentes en la expansión urbana de Acapulco. Sigue siendo parte de la zona que en la 3 aparece en color café oscuro.
3.4. Consolidación del Acapulco turístico: décadas de 1970, 1980 y 1990
Para la década de los setenta Acapulco contaba con una población de 238,713 habitantes, y en la ciudad de 174,378 (73%), este crecimiento demográfico incide en el crecimiento espacial de la ciudad, la cual ya se había convertido en el desarrollo turístico más importante del país.
Se implementó una intensa campaña de propaganda de Acapulco como el destino que contaba con sol y playa durante todo el año, a escalas nacional e internacional para promover viajes, lo que da pauta a una nueva etapa. Según expresan Campodónico & Rences (1979) se incrementó el número de visitantes extranjeros y se habilitaron diversas zonas de la ciudad para crear infraestructura física orientada a satisfacer las necesidades crecientes del turismo. El crecimiento urbano se dinamizó de manera intensiva más allá del Anfiteatro.
Este decenio según Sánchez & Propin (1999) es el del Acapulco de la Zona Dorada, representa el reacomodo turístico, sus límites los marca la glorieta de la Diana al poniente y la Base Naval al oriente. La aparición de grandes hoteles y cadenas comerciales abarca la porción originaria del asentamiento humano con funciones residenciales y comerciales. La arquitectura antigua, alrededor de la catedral y de la plaza central concentra pequeños comercios de artesanías locales y servicios orientados a la captación de turistas. Ya despuntaban otros centros turísticos a escala nacional como Cancún. En esta porción actualmente prevalece la infraestructura hotelera de los años setenta-ochenta y fue definiéndose un estrato social de clase media.
De la Zona Dorada como características relevantes está la arquitectura funcionalista con alturas considerables, construcciones que causaron la cubierta parcial de la vista de la bahía a dicha zona privilegiándose a los grandes hoteles, en detrimento de otras que se crearon como zonas perdidas en cerros y barrancas de alto riesgo (Castro, 2020). Asimismo, en esta zona se localizan actualmente modernas instalaciones, discotecas, restaurantes, centros comerciales, en las cuales se desarrollan actividades de playa y nocturnas de diversión y ocio.
Situación que expondrá la responsabilidad del gobierno y de la planificación territorial, tanto estatal como municipal, al haber permitido esos asentamientos que muestran gran vulnerabilidad, ello evidenciado durante el paso del huracán Paulina en 1997, con gran impacto para la ciudad que fue semi devastada por las intensas precipitaciones acompañantes, que produjo una de las mayores tragedias de este territorio, con numerosos muertos y damnificados.
A fines de esta década se crean los primeros conjuntos habitacionales del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Fovissste). Se crea el conjunto habitacional El Coloso, hacia el sur de la colonia La Sabana rumbo a Llano Largo, considerado el más grande de Latinoamérica en ese tiempo, contaba con 20,000 viviendas con casas dúplex, tríplex y multifamiliares de cinco niveles, para trabajadores con ingresos de dos salarios mínimos (Hernández, 2006).
El decenio de los ochenta inicia con 409,335 habitantes en el municipio y 301,992 (73.8%) en la ciudad; se observa intenso crecimiento demográfico por la migración de bajos recursos atraídos por supuestas fuentes de trabajo para mejorar sus condiciones, se asentaron en las faldas de los cerros en asentamientos irregulares. La dinámica demográfica durante esta década lo ubicó como el segundo municipio de más alto crecimiento en el país (Osorio, 1994).
Se crea la zona metropolitana de Acapulco con los municipios de Acapulco de Juárez y Coyuca de Benítez, periodo que coincide con la llegada de miles de turistas, por lo que se construyó infraestructura que requirió abundante mano de obra. El turismo se integró con el desarrollo urbano, la comunidad local y la población migrante; la construcción de hoteles, condominios y mejora en las vías de comunicación local se observaron hacia la franja costera.
En esta década se creó Ciudad Renacimiento en la parte norte de la ciudad de Acapulco a donde se trasladaron diez mil familias que habitaban en el Anfiteatro en condiciones precarias, es el detonador del desarrollo urbano hacia ese sector. Más adelante se crea la colonia Emiliano Zapata frente a Ciudad Renacimiento. Ambos conglomerados poblacionales incidieron en que la estructura urbana se extendiera hacia el interior (Sánchez, 2018) los cuales se aprecian en la 2 hacia el norte de la ciudad. Estos asentamientos albergaban considerables grupos de personas marginadas, se ubicaron en terrenos inadecuados, que estaban en riesgo de inundaciones constantes. Sin embargo, la morfología de la ciudad se vio modificada al crearse en esta zona prototipos de vivienda pequeñas de solo una habitación y más delante de dos habitaciones, con una estancia, baño cocina y pórtico; mismas que modificaron la fisonomía de esa porción de la ciudad.
Para este mismo decenio manifiestan Moreno y Hernández (2018) que las edificaciones se planearon originalmente con una imagen moderna y con diseños más atractivos, no obstante, los esfuerzos de inversionistas y de las autoridades gubernamentales los atractivos turísticos comenzaron a dar muestras de desgaste.
En contraste, es también la época de la conformación de la Zona Diamante, que constituía la propuesta de un megaproyecto denominado Punta Diamante para uso turístico, habitacional y de preservación de áreas naturales, este crecimiento de la ciudad por turismo hacia el oriente de la bahía y fuera de la circunscripción de ésta, se expandió hacia Puerto Marques y Playa Revolcadero, se detecta la construcción de infraestructura para el turismo por la vía que conduce al aeropuerto y sobre la franja litoral hacia la laguna de Tres Palos; la ocupación de predios era discontinua, sin embargo posteriormente creció hacia esa zona de forma intensa afectando la propiedad colectiva o ejidal en los terrenos, tanto litorales como en la contra costa como s
En contraste, es también la época de la conformación de la Zona Diamante, que constituía la propuesta de un megaproyecto denominado Punta Diamante para uso turístico, habitacional y de preservación de áreas naturales, este crecimiento de la ciudad por turismo hacia el oriente de la bahía y fuera de la circunscripción de ésta, se expandió hacia Puerto Marques y Playa Revolcadero, se detecta la construcción de infraestructura para el turismo por la vía que conduce al aeropuerto y sobre la franja litoral hacia la laguna de Tres Palos; la ocupación de predios era discontinua, sin embargo posteriormente creció hacia esa zona de forma intensa afectando la propiedad colectiva o ejidal en los terrenos, tanto litorales como en la contra costa como señalan Sánchez & Propín (1999). El crecimiento hacia esa zona se extiendió hasta la década de los noventa.
Se construyeron 67 nuevos hoteles, etapa cuando hubo el mayor número de construcciones hoteleras en la ciudad (Alcaraz, 2009). Muchos de ellos hacia la Zona Diamante que reúne desde entonces los hoteles más lujosos y los departamentos más caros de la ciudad, pero también incluye colonias con viviendas proletarias. Esto dio una nueva morfología urbana a Acapulco y una expansión hacia esa porción de su territorio.
No obstante, el desarrollo turístico que se apreciaba, eran evidentes los problemas ecológicos que sufría la ciudad y la bahía; ello le restó competitividad. Asimismo, perdió el apoyo del gobierno federal, ya que este se orientó a la creación de los Centros Integralmente Planeados, como Cancún que cobró importancia. Desde entonces a la fecha Acapulco es visitado más por turistas nacionales, sobre todo, provenientes de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, la más grande del país. Ello a pesar de que el destino se ha reinventado y ha pasado por las tres fases: Acapulco Tradicional, Dorado y Diamante (Cárdenas, 2016a).
Se detecta un agotamiento del ambiente urbano, se advierte un ensanchamiento considerable del crecimiento de la ciudad hacia dos vertientes una hacia Ciudad Renacimiento que es la más densa de uso habitacional y otra hacia la Zona Diamante con usos de hoteles y residencias de lujo y condominios turísticos-residenciales. Efectos de este proceso de urbanización multiforme, ha sido la polarización social, con espacios segregados. Cabe señalar que los terrenos agrícolas pasaron a ser urbanos por expropiaciones ejidales, que luego se vendieron para hacer hoteles, los campesinos expulsados por el reducido pago que se les dio no permitieron que tuvieran acceso a un predio urbano de su propio ejido debido a sus bajos ingresos; este hecho afectó la situación urbana. El gobierno propició la expansión hacia este sector destinado a turistas con pavimentación de calles, infraestructura, equipamientos y servicios urbanos. Los mejores terrenos fueron destinados al equipamiento turístico, entre hoteles, restaurantes y condominios para la gente pudiente (Alcaraz & Salgado, 2016). Los habitantes desplazados se replegaron hacia la porción de Icacos y colonias aledañas, nuevamente se modificó la morfología urbana de manera irregular, situación que se observó hasta la primera década del presente siglo.
La década de 1990 registra 593,212 habitantes en el municipio, 515,374 (86.9%) en la ciudad; nuevas áreas fueron urbanizadas, registrando asentamientos importantes fuera del Anfiteatro. El gobierno siguió construyendo avenidas, redes de electricidad, de agua y de drenaje en los terrenos de esta zona, que mantuvo su éxito desde la década de los años cincuenta hasta los años noventa, desplazando en importancia a la antigua zona turística (Alcaraz & Salgado, 2016).
La apertura de la Autopista del Sol, en 1994, acercó al centro vacacional de Acapulco con la Ciudad de México, reduciendo el tiempo estimado de viaje por tierra a cuatro horas.
Se tomaron medidas para cambiar la imagen del puerto, vital en el desarrollo de Acapulco, ya que ciudad y puerto conforman un binomio en el contexto urbano. Comienza la remodelación de la Zona Tradicional, en la Dorada hubo mejora de avenidas, reforestación de áreas verdes, se reubicaron comercios y vendedores ambulantes, se le dio mantenimiento a calles y playas, se mejoró la imagen urbana-turística, se trató que la población tomara conciencia del papel del turismo en la economía local, se otorgaron incentivos a inversionistas (Moreno y Hernández, 2018).
En esta década se otorgó la concesión de la Administración Portuaria Integral (API Acapulco) que desempeñó un importante papel; desarrolló orientaciones en dos vertientes en las cuales resulta competitivo, la turística y la comercial, para lo cual cuenta con un muelle de uso mixto. La primera vertiente dio continuidad a su vocación turística con una terminal para cruceros, aunque cabe señalar que desde inicios del presente siglo este rubro se vio afectado. La segunda vertiente con otra terminal para el mercado de vehículos de exportación hacia países de América y Asia, ya que el puerto se sitúa en la Cuenca del Pacífico, recibe vehículos de armadoras de Nissan ubicadas en otros estados del país como Aguascalientes y Morelos, de Volkswagen en el de Puebla, Chrysler, General Motors y Freightiner en el estado de México (SCT API Acapulco, Quienes somos) línea de negocios en la que ha destacado, desarrollando así, una conexión multimodal de importancia.
Cabe señalar que para la fecha de la realización de este trabajo la Secretaría de Marina (Semar) quien maneja los puertos, publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la Declaratoria por la que se establece la reintegración a favor del Gobierno Federal de las obras, terminales, marinas e instalaciones que integran el Recinto Portuario de Acapulco; las cuales estaban concesionadas a la Administración Portuaria Integral (API) Acapulco, la única anteriormente privada en el país (Portal Portuario, 2021).
Hacia fines del siglo pasado en el Acapulco tradicional aún se mantenían arraigadas ciertas costumbres y tradiciones principalmente fiestas religiosas, debido a que los residentes todavía en proporción importante eran originarios del lugar; elementos que tanto en la Zona Dorada como en la Zona Diamante ya no se observan. Esto resultó en pérdida de identidad y arraigo, puesto que en estas dos últimas zonas la mayoría de los residentes han emigrado y en la Zona Diamante son población flotante, ya que existen numerosas viviendas conocidas como de segunda residencia (Castro, 2020).
De acuerdo con el periodo analizado que se aprecia en la 3 el crecimiento espacial de la ciudad de Acapulco registra las siguientes cifras, 59.28 kilómetros2 para 1985, que ascendieron en 1990 a 70.67 kilómetros2 es decir un incremento de 11.39 kilómetros2 que comprende el área urbana.
Como aspecto significativo en la reconfiguración territorial de la ciudad de Acapulco en este periodo considerado, la morfología urbana se encuentra vinculada a graves conflictivas sociales se demarcan una segregación territorial y social en la ciudad: usos turísticos en el litoral costero y usos para la población local en las montañas y valles detrás del Anfiteatro. Se urbanizan ciertos sectores, pero el incremento poblacional propicia un crecimiento espacial, en el que las autoridades se ven rebasadas para dotar de servicios, se hicieron obras de remediación más que de planificación, se empiezan a incorporar poblados rurales. Hacia los ochentas el crecimiento rebasa la zona del Anfiteatro; se aprecia un uso inadecuado del suelo con asentamientos irregulares que propician una morfología semejante. Corresponden estos espacios a la zona de transición entre el color café oscuro y café claro que se aprecian en la 3.
Asimismo, como manifiestan Carrascal & Pérez Villegas (1998) hacia fines del siglo pasado la ocupación territorial del turismo y su área urbana en la ciudad puerto de Acapulco registran significativa correlación espacial. Simultáneamente, creció el espacio turístico y los asentamientos humanos en el contexto de una urbanización marginal, que significó un crecimiento anárquico que sobrepasó los límites de las áreas de planeación como las áreas naturales protegidas, lo que resultó en una reconfiguración territorial caótica, una expansión urbana que agravó la problemática ambiental y socioeconómica de la población que habita en esta ciudad turística, que se extendió en forma anárquica y acelerada en tres radios principales noroeste, noreste y sureste.
3.5. Nuevo milenio nuevos problemas en Acapulco: inseguridad y contaminación, décadas 2000 y 2010
En la década del 2000 al inicio del nuevo milenio, Acapulco contaba con 722,499 habitantes en el municipio y 620,656 (85,9%) en la ciudad; se aprecia que esta última pierde dinámica de crecimiento tanto espacial como poblacional, por los problemas que acontecen en las grandes urbes como: falta de fuentes de empleo, inseguridad pública, tráfico vehicular, contaminación ambiental, entre otros.
En este periodo un nuevo problema aqueja a Acapulco, la violencia imputada al crimen organizado, visible desde 2007, ha sido un factor de retraimiento del turismo principalmente internacional. También se observa falta de planeación; uno de los acontecimientos que reflejan de forma negativa esta carencia, fue el mal uso del suelo y la falta de previsión de riesgos, ejemplo de ello fue el daño que provocó la tormenta tropical Manuel en 2013; inundaciones y pérdida de viviendas, con un saldo de 17 colonias afectadas, 15 fueron de la parte de Llano Largo, y la periferia de Acapulco, situación que obligó a suspender el servicio del Aeropuerto, que resultó inundado, así como las carreteras federales México-Acapulco y Acapulco-Zihuatanejo (Jiménez, 2016).
Asimismo, la morfología urbana se transforma como resultado de la inseguridad, ya que numerosos fraccionamientos, hoteles y residencias pusieron rejas a esos espacios, que, si bien en las zonas turísticas se buscó el diseño, en las de segregación como en ciudad Renacimiento se construyen de manera irregular, de acuerdo con las necesidades de los locales en detrimento de la imagen de la ciudad.
La última década, la de 2010 comienza con 789, 971 habitantes en el municipio y 673, 479 en la localidad (85.3%); nuevamente con una dinámica de crecimiento en descenso. La Zona Tradicional que incluye el centro histórico en donde se estableció el primer asentamiento hispano hace más de 400 años, en la cual dio inicio el turismo de Acapulco, por lo que ahí se localizaba la infraestructura y el equipamiento turístico, ahora está casi abandonada, como se aprecia en el deterioro de estos elementos, así como por la escasez de agua, el obsoleto drenaje y la falta de recolección de basura, lo que origina la presencia de desechos sólidos en las calles y en espacios abiertos. La Zona Dorada, cuenta con una cantidad significativa de equipamiento turístico, como centros comerciales, hoteles, restaurantes, discotecas, bares, el bongi, el hai alai y otros sitios de diversión, que permiten retener a los turistas que son básicamente nacionales, pero tiene menos inversión para su mantenimiento y conservación. En contraste la Zona Diamante se encuentra en proceso de crecimiento, es la que recibe más recursos para infraestructura turística y en donde el capital tiene su mayor inversión; está orientada básicamente a turismo internacional o bien nacional, pero de alto poder adquisitivo (Alcaraz & Salgado, 2015). Sin embargo, fuera de esas zonas turísticas en los espacios de segregación se ha perdido la imagen urbana, con deterioro de viviendas irregulares y falta de infraestructura y equipamiento.
Estos mismos autores expresan que la situación que a fines de la década de 2010 presenta Acapulco, viene gestándose desde décadas atrás, de las que se ha hecho referencia; es recurrente la marcada desigualdad en el espacio urbano dentro de la misma zona turística y también entre ésta y el resto del área urbana; diferencias que registran particularidades de infraestructura, equipamiento y servicios urbanos, limitados a las condiciones socioeconómicas de la población que habita en los sectores no turísticos de Acapulco.
Como corolario se puede decir que las causas de la pérdida y deterioro de la imagen urbana en Acapulco muestra espacios abandonados, o que no se utilizan para lo que fueron creados, lo que conduce a un deterioro especialmente en la Zona Tradicional. En el caso de los elementos arquitectónicos la situación no es tan diferente puesto que debido a cuestiones sociales como la inseguridad actual, la fisonomía de las construcciones cambia, se han visto obligados a colocar protecciones metálicas, bardas más altas, elementos que brindan seguridad, tanto a los habitantes como a sus pertenencias (Castro, 2020). Sin embargo, en muchos casos han modificado las construcciones originales, esto también ocurre en las zonas periféricas hacia donde ha crecido Acapulco en donde se detectan, como se ha venido mencionando, numerosos asentamientos irregulares en sectores de alto riesgo para la población, con ello se confirma la utilidad del enfoque adoptado para el análisis, el de la organización espacial, que permite visualizar de manera territorial los procesos y dinámicas urbanas, asociados a los que a su vez registra la población y mostrar la importancia de los conceptos con este enfoque de abordaje analítico .
Esto se corrobora en Acapulco y refleja lo que menciona Castells (1974):
Se presenta una segregación marcada resultado de la tendencia a la organización del espacio en zonas de fuerte homogeneidad social interna y de fuerte disparidad social entre ellas, entendiéndose esta disparidad no sólo en términos de diferencia, sino de jerarquía. (Castells, p. 204).
Se llega así a la década del 2020, con un dinamismo poblacional que sigue en descenso con proporciones de 779,556 habitantes en el municipio y 658,609 en la ciudad (84.4%). Para finalizar este periodo, en el año 2000, se registra una superficie de la ciudad de Acapulco de 79.13 kilómetros cuadrados que aumentan a 126.89 kilómetros cuadrados en 2010, que para 2018 ascendieron a 131.81 kilómetros cuadrados, lo que representa un incremento de 52.68 kilómetros cuadrados.
Las experiencias negativas no han servido para evitar riesgos al asentarse en espacios de peligro, y se han tenido que enfrentar los mismos problemas del pasado, lo cual debe reconsiderarse, particularmente por qué la tendencia de crecimiento de la ciudad se perfila hacia el valle de La Sabana y el valle de Llano Largo, sobre la carretera que comunica a Acapulco con la Costa Chica del Estado, donde ante la ausencia de oferta de suelo urbanizado para las familias más pobres por parte del estado o el mercado inmobiliario formal propicia un proceso de invasión y compra ilegal, terrenos que después se regularizan, aunque las autoridades están conscientes de la vulnerabilidad de algunos de esos sectores de la ciudad.
En estos espacios como manifiestan Alcaraz & Salgado (2016) ya que el Estado no proporcionó alternativas a las demandas de la fuerza de trabajo, áreas urbanizadas y construcción de viviendas adecuadas y accesibles a sus ingresos económicos, la población ocupo terrenos de manera irregular de acuerdo con su economía construyeron viviendas, introducen equipamiento precario, no lo hacen por elección; más bien es resultado de sus limitadas o nulas posibilidades financieras. Esto ha dado como resultado una expansión urbana sin control, una reconfiguración de espacios otrora ejidales, se convirtieron en asentamientos irregulares generando espacios en la ciudad de Acapulco de marcada segregación como los mencionados.
Las transformaciones que registró la ciudad de Acapulco, la creación de grandes hoteles y residencias afectaron el suelo, por lo que se hace necesario un ordenamiento territorial. En la reconfiguración espacial de Acapulco existe relación entre el crecimiento demográfico y la expansión de la mancha urbana, proceso en el que entran en juego diversos factores, como son: el incremento de hoteles y fraccionamientos así como el surgimiento de colonias populares; sin embargo, el gobierno no asumió el papel de regulador y ordenador de la incorporación de la tierra a usos urbanos en función del futuro de la actividad turística del puerto, es más, el mismo gobierno expropió y vendió propiedades ejidales a muy bajos precio (Cárdenas 2016b).
En síntesis, se confirma lo que se expone en los aspectos teóricos que fundamentan el estudio, ya que se vinculan como elementos de contexto, la relevancia del turismo, la expansión urbana, el empleo de baja remuneración de los grupos de población de los asentamientos irregulares, los conflictos sociales y el impacto de estos factores en la morfología urbana, en el ambiente y los recursos naturales de la ciudad puerto de Acapulco, ya que desde una perspectiva espacial esta situación es resultado de una reconfiguración territorial irregular.
4. Conclusiones
De acuerdo con lo expuesto en el objetivo principal del estudio, analizar la reconfiguración territorial de la ciudad puerto de Acapulco, se logró a través del examen de la evolución de esta ciudad que marca las características de su morfología urbana, actualmente vinculada a conflictivas sociales, cuyos componentes muestran una expansión urbana irregular que se refleja en la mancha urbana con características heterogéneas.
El abordaje analítico que se fundamenta en la organización espacial con perspectiva territorial permitió detectar las interrelaciones entre la expansión urbana y los factores económico- sociales que derivan en transformaciones cuantitativas y cualitativas multiescalares, asociadas de manera significativa al crecimiento de población, inserto en un proceso de cambio espacio-temporal que se aprecia en los aspectos que a continuación se mencionan.
En la ciudad puerto de Acapulco el motor de la economía urbana y su expansión territorial se desarrolla en función del turismo y actividad portuaria, la mayoría de las obras de infraestructura de transporte y de equipamiento son para estas actividades las cuales resultaron atractivas para la población en busca de trabajo; sin embargo, por los bajos salarios, no consiguen vivienda y servicios adecuados y se instalan en asentamientos irregulares que inciden de forma negativa en las transformaciones espaciales en el área urbana.
En el siglo XX, haciendo retrospectiva el proceso de desarrollo turístico y conformación de la morfología urbana de Acapulco provenía de los años treinta, con la difusión de los atractivos de sol y playa, cuando era una pequeña ciudad. Se registra un importante crecimiento urbano, es el Acapulco de la Zona Tradicional en torno al centro y zócalo de la ciudad que se fue expandiendo a otras áreas, en la cual se ha perdido identidad, el nombre no corresponde con la realidad, lo tradicional de una ciudad en este caso se perdió.
Acapulco en ciertas áreas ha perdido imagen urbana, sobresale una gran segregación derivada de la desigualdad de la zona turística en la costa en contraste con el resto del área urbana que se traduce en una marcada polarización, consecuencia de la dinámica urbana que registra estrecha relación con el territorio, ya que esos sectores rezagados se localizan en áreas de riesgo como barrancas o lugares de accesibilidad difícil por el declive, lo cual los convierte en vulnerables ante eventos naturales, ya que Acapulco se localiza en una zona de alta sismicidad y presencia de huracanes
El último tercio del siglo XX corresponde a la consolidación del Acapulco turístico con incremento poblacional que incide en lo espacial. Es el Acapulco de la Zona Dorada hacia donde hay un reacomodo turístico, corresponde al frente de la bahía de Acapulco, en donde se crea más infraestructura de lujo para el turismo. Acapulco ya era el destino turístico más importante del país; sin embargo, en este periodo surgieron otros espacios planeados en el país como Cancún que le restaron importancia. Se construyen los primeros conjuntos habitacionales algunos de gran tamaño como El Coloso; lo cual evidenció una relación entre la expansión urbana y crecimiento poblacional.
Para el siglo XXI con una dinámica de población en descenso surgen nuevos problemas de inseguridad y contaminación. Los primeros derivados de acontecimientos internacionales y nacionales. En el decenio del 2000, por otro lado, se registra falta de planeación al ocurrir acontecimientos negativos para la población y permitirse asentamientos en zonas de riesgo. Asimismo, la inseguridad se convierte en un gran problema que reduce el turismo. Para el 2010, la Zona Dorada se encontraba en gran medida abandonada en contraste con la Zona Diamante que seguía en expansión. En Acapulco se le ha dado preferencia a políticas que han reactivado al visitante proveniente del turismo y no al habitante, esto por falta de planeación, de manera que la localidad registra severas conflictivas sociales como segregación, inequidad y movilidad deficiente que repercuten en una morfología urbana irregular.
Hacia la periferia de Acapulco, especialmente, hacia el noreste y sureste el proceso de transformación territorial muestra cambios de usos rurales a urbanos, que precarizó algunos sectores de la ciudad generando tensiones, de las cuales solo algunas han sido resueltas y que resumen muchas de las contradicciones históricas y coyunturales recurrentes que se aprecian en la ciudad puerto de Acapulco. Se observa una morfología urbana centro–periferia, en la cual, las porciones más alejadas de la zona original -la Zona Tradicional- registran las mayores conflictivas arriba mencionadas, hacia donde se observan deficiencias marcadas de equipamientos. En la conformación de la morfología urbana de la ciudad puerto de Acapulco intervinieron, tanto la expropiación ejidal para la creación de complejos turísticos y lo que estos conllevan, como el crecimiento por ocupación irregular al norte en los cerros para edificación de unidades habitacionales que se crearon en zonas de riesgo, resultado de esa reconfiguración territorial irregular citada.
Derivado de lo expuesto se hace necesario en el Acapulco actual un ordenamiento del territorio que coadyuve a solucionar las graves conflictivas sociales que presenta, que se reflejan en lo espacial en los asentamientos irregulares o edificaciones en zonas de riesgo, ya que continúa el crecimiento de la ciudad con ocupación inadecuada del suelo de forma discontinua y dispersa, una reconfiguración territorial que se refleja en segregación, inequidad y movilidad deficiente para grandes sectores de población.
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