Turismo, patrimonio y experiencia de la educación interprofesional en Camagüey, Cuba
Turismo, patrimônio e experiência da educação interprofissional em Camagüey, Cuba
Tourism, heritage and experience of interprofessional education in Camagüey, Cuba
Turismo, patrimonio y experiencia de la educación interprofesional en Camagüey, Cuba
PatryTer, vol. 7, núm. 13, e42809, 2024
Universidade de Brasília
Recepción: 01 Febrero 2023
Aprobación: 01 Mayo 2023
Publicación: 01 Noviembre 2023
Resumen: A partir de las amenazas como la Covid-19 la humanidad ha centrado su mirada en la salud como elemento indispensable para su supervivencia. Desde esta perspectiva, los procesos de formación profesional deberán ser actualizados bajo el prisma de la Educación Interprofesional (EIP), como estrategia educacional que ofrece ventajas para atender problemas complejos. En este sentido, metodológicamente se establece una aproximación teórica al patrimonio y el turismo urbano en las actuales condiciones, lo cual demuestra la necesidad de garantías para la salud de residentes y turistas. El objetivo del trabajo es proponer un conjunto de acciones posibles a implementar en zonas de altos valores patrimoniales donde se desarrolla el turismo urbano, capaces de garantizar su gestión con mayores criterios de salud y seguridad, una vez que se han desarrollado procesos de formación bajo el prisma de la EIP. Para ello se selecciona un espacio público de la ciudad y se desarrolla una propuesta encaminada a alcanzar un turismo urbano seguro.
Palabras clave: patrimônio, turismo urbano, saúde, educação interprofissional, destino seguro.
Resumo: Desde ameaças como a Covid-19, a humanidade tem focado seu olhar na saúde como elemento essencial para sua sobrevivência. Nessa perspectiva, os processos de formação profissional devem ser atualizados sob o prisma da Educação Interprofissional (EIP), como estratégia educacional que oferece vantagens para enfrentar problemas complexos. Nesse sentido, metodologicamente, estabelece-se uma abordagem teórica do turismo patrimonial e urbano nas condições atuais, o que demonstra a necessidade de garantias para a saúde dos moradores e turistas. O objetivo do trabalho é propor um conjunto de ações possíveis a implementar em zonas de elevados valores patrimoniais onde se desenvolve o turismo urbano, capaz de garantir a sua gestão com maiores critérios de saúde e segurança, uma vez desenvolvidos processos formativos no âmbito do prisma EIP. Para isso, seleciona-se um espaço público da cidade e desenvolve-se uma proposta voltada para a realização de um turismo urbano seguro.
Palavras-chave: patrimonio, turismo urbano, salud, educación interprofesional, destino seguro.
Abstract: Since threats such as Covid-19, humanity has focused its gaze on health as an essential element for its survival. From this perspective, professional training processes should be updated under the prism of Interprofessional Education (IPE), as an educational strategy that offers advantages to address complex problems. In this sense, methodologically, a theoretical approach to heritage and urban tourism is established in current conditions, which demonstrates the need for guarantees for the health of residents and tourists. The objective of the work is to propose a set of possible actions to be implemented in areas of high patrimonial values where urban tourism is developed, capable of guaranteeing its management with greater health and safety criteria, once training processes have been developed under the EIP prism. To do this, a public space in the city is selected and a proposal is developed aimed at achieving safe urban tourism.
Keywords: heritage, urban tourism, health, interprofessional education, safe destination.
1. Introducción
Al ser la ciudad, espacio vital de relaciones sociales, se coincide con Borja (2012, p. 53) cuando plantea que “construir la ciudad del siglo XXI es tener un proyecto de ciudadanía, ampliar los derechos de tercera generación, el derecho al lugar y a la movilidad, a la ciudad refugio y a la identidad local”. Según Pell et al., (2021) las amenazas a la salud humana, como la Covid-19, a la que se enfrentan hoy los países a nivel mundial, implican un riesgo mayor a los derechos de los ciudadanos, sobre todo en términos de lograr la ciudad refugio. Ante esta realidad la ciencia debe encaminar sus estudios de manera coordinada para prevenir, mitigar y/o eliminar las afectaciones derivadas de la actual pandemia y enfrentar futuras amenazas.
No hay duda que, el turismo en el contexto de la pandemia, se ha visto seriamente afectado. Fletcher, Murray, Blázquez & Blanco (2020), refieren que según la Organización Mundial del Turismo (OMT) en 2019 el turismo representó el 10% del PIB mundial y generó uno de cada 10 empleos. Hasta esa fecha, había tenido un crecimiento sostenido, era la primera actividad económica y un sector clave en países emergentes; pero, los gobiernos se vieron obligados a implementar acciones de restricción de movilidad y desplazamiento a lo interno y a nivel internacional (Cabanilla, Garrido & Molina, 2021). Ello trajo graves afectaciones a los países con economías muy frágiles y una dependencia casi absoluta del turismo, sobre todo los ubicados en el Caribe insular como Cuba.
En 2018, la modalidad de turismo urbano, tenía una de las tasas más altas de crecimiento y en paralelo se alertaba sobre el aumento de la población urbana, factor que debía considerarse por sus implicaciones diversas. Milano (2019, p.7) plantea que, ‟el turismo en las ciudades representa el 45% del turismo internacional global. Asimismo, el 54% de la población mundial vive en centros urbanos y ciudades y, en el 2050, se prevé que este número aumente hasta el 68%”. Ello genera diversos efectos y tensiones (culturales, sociales, medioambientales) y puede incidir negativamente en la calidad de vida de habitantes y en la calidad de la experiencia para los turistas. En este sentido, a los efectos ya previstos derivados de las aglomeraciones urbanas (Serrano, 2009) y los generados por el incremento en el arribo de turistas, se suman los ocasionados por las graves amenazas a la salud como la Covid-19. Según Chaos (2019), como parte del espacio físico donde se desarrolla el turismo urbano, algunos destinos poseen zonas de altos valores patrimoniales que concentran la esencia de su identidad, pues en ellas se atesora el acervo cultural de varias generaciones. Sin embargo, estas zonas tienen la característica de ser más vulnerables por la coexistencia de residentes y visitantes. De allí la necesidad de considerar factores como la capacidad soportante, ahora recalculada ante los nuevos desafíos de las pandemias, lo cual implica no solo preservar su integridad como zona patrimonial, sino, crear espacios (exteriores e interiores) seguros en términos de salud humana.
La OMS clasifica los riesgos según su naturaleza en biológicos, químicos y físicos; dentro de ellos la Covid-19 es considerada un riesgo biológico caracterizado por su gran contagiosidad, donde confluyen sus formas variadas de trasmisión con las prácticas de interacción social (Ministerio de Salud Pública, 2021; Van et al., 2020). En particular para la arquitectura como ciencia encargada de diseñar la ciudad (en todas sus escalas) tanto para residentes como turistas, supone modificaciones no sólo en la práctica profesional, sino desde los procesos formativos para garantizar los modos de actuación requeridos en el desempeño profesional que permitan hacer frente a nuevas realidades impuestas por la necesidad de preservar la salud humana.
En consecuencia con lo anterior, ante esos riesgos la preparación de los profesionales debe hacerse mediante un proceso de formación actualizado bajo el prisma de la Educación Interprofesional (EIP). La EIP, como estrategia educacional, prepara a los estudiantes (de pre y postgrado) para, una vez graduados, trabajar optimizando sus habilidades y conocimientos de forma que desarrollen una práctica colaborativa eficaz basada en el trabajo en equipo. Hasta la fecha la EIP tiene especial atención para los profesionales de las Ciencias Médicas, sin embargo, otras ciencias como la Arquitectura, la Geografía o las Ciencias Sociales, requieren de ella para enfrentar las amenazas actuales y futuras. Desde esta perspectiva, el trabajo realiza un acercamiento a las ventajas de la EIP para afrontar los graves peligros a la salud y aborda aspectos relativos al turismo urbano en zonas patrimoniales. De allí que el objetivo de la investigación sea proponer un conjunto de acciones posibles a implementar en zonas de altos valores patrimoniales donde se desarrolla el turismo urbano, capaces de garantizar su gestión con mayores criterios de salud y seguridad, una vez que se han desarrollado procesos de formación bajo el prisma de la EIP. Se toma como caso de estudio el centro histórico de Camagüey, inscrito en la lista del Patrimonio Mundial (2008) y se aplican dichas acciones a manera de ejemplo a un espacio público de altos valores patrimoniales (figura 1).

Fuente: elaborado por Melissa Álvarez González & Leidys Ávalos Maceira, 2022.
En el caso cubano las acciones tienen como fundamento los documentos rectores del país[i], los que constituyen pilares fundamentales que integrados favorecen el desarrollo del turismo urbano. Para la investigación, como método teórico, se utiliza el análisis crítico de las fuentes para establecer las relaciones entre los conceptos abordados. El estudio sobre los procesos de formación profesional, se desarrolló bajo un enfoque cuantitativo de tipo exploratorio-descriptivo. Dentro de los métodos empíricos utilizados están la entrevista a docentes y la encuesta a los estudiantes, dirigidas a conocer la existencia de estudios o investigaciones bajo el enfoque EIP. El análisis cuantitativo se resume mediante la estadística descriptiva y se diseñan gráficos con los resultados. El enfoque EIP está presente en las acciones propuestas al considerar, dadas sus ventajas, que resulta el más adecuado porque puede ofrecer alternativas de gestión para un destino urbano seguro (figura 2).

Finalmente, puede plantearse que la necesidad urgente de activar las economías de los estados a partir del turismo, máxime cuando se reconoce que la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 agudizó la recesión económica global (Nercesian, Cassaglia & Morales, 2021), obliga a repensar nuestras ciudades desde la ciencia de la sostenibilidad. De allí que, la interrelación de la Arquitectura con las Ciencias Médicas en el proceso de formación profesional, constituye una propuesta que se traduce en la adecuada transformación de zonas de altos valores patrimoniales donde se desarrolla el hecho turístico a partir de acciones para generar un destino urbano seguro para la salud de residentes y turistas.
2. Patrimonio y turismo, sus implicaciones diversas
Se coincide con Costa, Trinca, Alvarado & Fabricio (2021, p. 2) cuando plantean que el segundo año de pandemia (2021) estaba demostrando ‟la limitada acción del ser humano y sus sofisticados adelantos científicos y tecnológicos frente a desastres y tragedias que amenazan la vida en el planeta”. Nercesian, Cassaglia & Morales (2021, p.70) reconocen que ‟salvo algunas excepciones, en América Latina, prácticamente todos los países instauraron políticas frente a la pandemia, las cuales tuvieron distintos grados de magnitud, alcance y posibilidades de cumplimiento; sin embargo, la crisis global llevó a modificar dichas políticas ante la necesidad de recuperación económica. En las actuales condiciones, la humanidad centra su mirada en la salud como elemento indispensable pero, es necesario también, reactivar las formas que generan recursos para la vida. Es ante este dilema que, términos como patrimonio y turismo deben ser abordados incorporando el imperativo de seguridad para la salud humana.
El concepto de patrimonio recogido en la carta de Cracovia (2000) refiere que ‟es el conjunto de las obras del hombre en las cuales una comunidad reconoce sus valores específicos y particulares y con los cuales se identifica” (Gómez & Peregrina, 2009, p. 205), lo cual apunta a un patrimonio vivo y por tanto a una conservación dinámica del mismo. El estudio de los documentos internacionales relativos a la conservación del patrimonio permite reconocer que esta, es una disciplina que abarca todas las ciencias y todas las técnicas encargadas de contribuir al estudio y la salvaguarda del patrimonio. Según Alfonso (2014) la conservación preventiva hace referencia a aquellas acciones indirectas que tengan como objetivo evitar o minimizar futuros deterioros o pérdidas de los bienes del patrimonio e incluyen entre otras acciones de formación, promoción y socialización.
Con respecto al turismo, la pluralidad de aspectos y componentes que confluyen en torno a una actividad tan compleja es un hecho indiscutible. Su práctica se desarrolla sobre un espacio determinado que, al tratarse de zonas patrimoniales, resulta un binomio (turismo-patrimonio) con implicaciones en ambos sentidos y en cuyo centro está el ser humano. Esto hace que el espacio se convierta en ‟espacio humanizado en el que el grupo social que lo ocupa encuentra sus señas de identidad y afianza su sentimiento de pertenencia, al tiempo que lo impregna de valores culturales y lo transforma de forma continua” (Garzón & Florido, 2021, pp. 339-340). Ante la complejidad actual, algunos autores refieren que,
diferentes tipologías de destinos y productos tendrán comportamientos distintos atendiendo a los cambios en las preferencias de los turistas. Las grandes capitales tienen más complicado mantener el distanciamiento social dado que la mayoría de las actividades propias del turismo urbano como las visitas a museos, espectáculos, se llevan a cabo en sitios cerrados. (Mariño, Estrada, Rodriguez & Diaz, 2020, p. 52)
Como plantea Rosake (2020, pp. 330-331) ‟informes de expertos [...] prevén post-pandemia la preferencia por destinos seguros, que den máximas garantías sanitarias al turista, es decir, la seguridad sanitaria va a ser un atributo aún más importante de lo que ya era”. Ello implica cambios profundos para contribuir a mejorar la coordinación institucional, reforzar la participación ciudadana, potenciar la colaboración público-privada, reorientar la promoción y el desarrollo turístico desde nuevos criterios, aprovechar las múltiples oportunidades y recursos existentes y reducir o minimizar los riesgos.
Algunos autores como Ventura (2020) alertan que hay que diseñar las ciudades del mañana de manera que el exterior no sea una zona prohibida, sino que siga siendo un espacio seguro y habitable. De igual forma deben ser valoradas las actuaciones que las personas consideran que contribuyen a aumentar los riesgos de contagio por la COVID-19 (Pell et al., 2021), para responder a los nuevos requerimientos en los programas arquitectónicos de los espacios (interiores y/o exteriores) donde se desarrolla la actividad turística. Estos nuevos requerimientos deben favorecer el reconocimiento de un destino urbano seguro, entendido como aquel que preserva la salud y seguridad de las personas y atiende las recomendaciones de las organizaciones mundiales del Turismo y de la Salud.
Lo anterior se hace posible a partir de modificar las dimensiones de los espacios con fuerte afluencia de personas, generar los espacios necesarios para incorporar el equipamiento requerido en los procesos de desinfección y desarrollar una estrategia que abarque de manera articulada las acciones relativas a la conservación preventiva (de formación, socialización y promoción) con los protocolos sanitarios. De esta forma el turismo urbano seguro debe garantizar el personal de salud para la vigilancia clínico-epidemiológica y trabajar de manera conjunta en cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el número 11 de la Agenda 2030 (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2015) para dar respuesta a los desafíos actuales y futuros.
Si bien antes del 2020, era patente el creciente interés por el turismo urbano (Pancorbo, Castillo, Rodriguez, Vega & Leyva, 2019; Contreras, 2016; Hiernaux & González, 2015), en la actualidad para lograrlo se hace imprescindible otorgar mayor relevancia a la seguridad, unido a fomentar una oferta diversificada que vincule atributos tangibles e intangibles, basados en la herencia cultural de los pueblos y con alto valor agregado (Urquiola & Lalangul, 2016) e incluir estos elementos de manera articulada en la promoción turística del destino.
Se concuerda con el Ministerio de Cultura y Deporte y el Instituto del Patrimonio Cultural de España (Martín y Villar, 2020) cuando plantean que las mejores medidas de protección, pasan por la prevención y la adopción de nuevas pautas de comportamiento. Lo anterior apunta a la necesidad de recurrir a las estrategias de promoción de los Ministerios de Salud Pública que incluyen las medidas epidemiológicas (competencia de las Ciencias Médicas) y también a otros recursos utilizados en muchas ciudades como el urbanismo táctico (Chávez, 2021) que promueve la creación de zonas seguras, así como atender las distintas escalas de diseño (competencia de la Arquitectura).
En el documento, “Recomendaciones de la OMT sobre turismo urbano” (OMT, 2020), se plantea la necesidad de la sostenibilidad en sus tres dimensiones (social, económica y ambiental). Estas recomendaciones sustentan a su vez, que debe prestarse atención a la formación de profesionales competentes para enfrentar los desafíos con una visión integradora. En particular, la número 11 refiere que, ‟la sostenibilidad del turismo urbano solo puede funcionar si se adopta una estrategia de planificación integral y a largo plazo, basada en un enfoque participativo de acciones y agentes múltiples” (OMT, 2020, p. 5).
No caben dudas que el turismo es ‟una actividad multisectorial, que exige una visión integrada, y una planificación y gestión cada vez menos sectorial y más integrada” (Betancourt et al., 2018, p. 3) para lo cual requiere de cambios en los procesos de formación profesional. Las susecivas cumbres de la OMT (2012; 2019; 2020) han abordado significativos aspectos relativos a la integración de los profesionales para encarar el turismo urbano. Ante los peligros actuales se ‟requiere una reconfiguración donde se articulen los saberes acumulados durante siglos y, a la par, el nuevo conocimiento aportado por los diferentes campos de la ciencia sea puesto al servicio de la vida” (Fernández, & Zaldívar, 2020, p. 9). En este sentido, para acometer la planificación integral del turismo urbano deben aprovecharse las ventajas de la EIP e incorporarlas a los procesos formativos de las distintas ciencias.
3. Ventajas de la educación interprofesional (EIP)
D'amour & Oandasan (2005) plantean que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que la educación y la práctica interprofesional juegan un papel importante en la solución de los problemas de salud global. De igual forma se reconoce que la EIP desborda ‟claramente los límites tradicionales de la formación” (Departamento de Salud y Seguridad Social, 2018, p. 1). Según Núñez (2020), existen en la ciencia enfoques simplificados donde prevalece una insuficiente cooperación e integración de saberes, para abordar la complejidad de los graves problemas actuales de la humanidad. De allí que el propio autor reconozca que la ciencia de la sostenibilidad debe enfrentar esas limitaciones mediante un enfoque de pensamiento integrado. Esto implica que los profesionales compartan información y conocimientos de sus saberes específicos, lo que es una de las principales ventajas de la EIP.
En la Educación Superior uno de los procesos fundamentales, sino el más importante, está encaminado al modo de actuación profesional y existe unanimidad de criterio en considerarlo asociado a la manera en que el profesional ejerce su acción sobre el objeto de trabajo. De allí que constituya una de las categorías curriculares que reclaman mayor estudio, por la ‟comprensión del modo de actuación como generalización de los métodos de la profesión y su concreción en un sistema de acciones” (Miranda-Lena, 2011, p. 25). Para Horrutinier (2006, p. 117), ‟el concepto expresa una cualidad superior a la encontrada en los problemas, al caracterizar integralmente el desempeño del profesional. Constituyen el saber, el hacer y el ser de ese profesional; se expresan en su actuación y suponen la integración de los conocimientos, habilidades y valores que aseguran ese desempeño”. Lo planteado expresa la necesidad de definir las deficiencias en el proceso de formación profesional con respecto a la necesidad de la EIP, definida por García, Suarez & Hernández (2018) como una estrategia pedagógica en la que miembros o estudiantes de dos o más profesiones participan en el aprendizaje entre ellos, con otros y alrededor de otros.
En correspondencia con lo expuesto, la integración de conocimientos va más allá de los propios de una profesión para abarcar aquellos que forman parte de competencias transversales afines con otras profesiones. Se coincide con Roca & Pineda (2014) en la necesidad de que la formación fomente el desarrollo de competencias, en particular competencias transversales como el trabajo en equipo. Según García, Suarez & Hernández (2018) la evidencia sustenta que las habilidades para trabajar en equipo y colaborativamente no son intuitivas, ni se aprenden con el desarrollo del trabajo mismo, sino que hay que formarlas. Autores reconocen que el trabajo en equipo esta condicionado por la formación adquirida (De Grande, Liu, Greene & Stankus, 2018), y que se requiere de un proceso formativo que incluya la EIP (Mikael, Cassiani & Silva, 2017).
Algunas experiencias se tienen en el campo de la geografía como ciencia espacial, que puede aportar elementos para la comprensión, control y mitigación de fenómenos diversos, incluidos las pandemias para identificar y analizar unidades territoriales vulnerables. En particular la geografía de la salud aporta elementos espaciales para la toma de decisiones y analiza los estilos de vida, así como su influencia en grupos vulnerables (Rodríguez, 2020). En este ámbito algunos estudios desarrollados en Cuba sobre la vulnerabilidad de la población y las áreas de salud (Pérez, et al., 2020), constituyen un ejemplo de lo que la EIP puede aportar.
Otras ciencias como la Arquitectura en interrelación con las Ciencias Médicas pueden trabajar de manera coordinada para prevenir, mitigar y/o eliminar posibles afectaciones a la salud, pues según los tipos de riesgos y las distintas escalas de diseño es posible brindar las soluciones requeridas. Destacan los resultados de Italia en la arquitectura hospitalaria, a partir de la reutilización de contenedores como módulos de aislamiento o el trabajo en aspectos no contenidos en la dotación técnica de los programas arquitectónicos tradicionales (Pernas, 2020).
De igual forma las ventajas de la EIP pueden ser aprovechadas para operar la totalidad urbana, pues para construir proyectos con visión y metas comunes es necesario crear canales de participación y debate acerca de las prácticas interprofesionales e incorporarse como estructuras curriculares que garanticen el consenso necesario para alcanzar soluciones integrales (Rodríguez, 2017). Es en ese sentido que se analizan los procesos de formación profesional pues ‟la complejidad del escenario actual obliga a los profesionales a adecuarse de una manera continua y anticiparse en la búsqueda de oportunidades” (Puig-Pey, 2009, p. 44) y soluciones.
3.1. Los procesos de formación profesional centrados en las necesidades humanas
En la actualidad los procesos de formación profesional requieren programas que garanticen la continuidad de estudios para poder adaptarse al rápido desarrollo de la sociedad y jugar un papel decisivo respecto a los procesos de innovación. Los análisis realizados sobre la pedagogía universal y en particular sobre la pedagogía de la concientización de Freire (Chaos, Morales & Portuondo, 2021), demuestran la necesidad de formar valores ya asumidos por las universidades cubanas y compartidos por diversas ciencias como el trabajo en equipo. De igual forma, otros valores como la creatividad también resultan esenciales y aunque es considerado un valor específico de la profesión del arquitecto, no es privativo de este.
Desde la pedagogía cubana se reconoce que el proceso de formación es el resultado de un conjunto de actividades organizadas de modo sistemático y coherente, que le permiten al estudiante poder actuar consciente y creadoramente (Saborido, 2017). El debate que hoy se enfrenta, sobre el proceso de formación, rebasa no sólo los límites de la universidad al insertarse como un tema de interés pedagógico general; sino que aboga por un proceso de formación que vincule los saberes específicos de otras ciencias. Este último aspecto, ha sido recogido en el modelo para la educación interprofesional en la atención de salud (OPS, 2017).
En particular, la arquitectura como ciencia debe garantizar condiciones para que el habitante pueda relacionarse con su entorno (Espinosa & Cortés, 2015) y unido a ello también incorporar los requerimientos que desde las Ciencias Médicas le permitan cumplir con su cometido. Pérez (2005) alerta que por un lado existe la necesidad social de contar con un profesional de la Arquitectura preparado para responder a las exigencias actuales y por otro se manifiesta una insuficiente trasformación y adaptación del proceso formativo en función de esa necesidad.
Visto el proceso como formación integral y continúa (pregrado-postgrado), la investigación atiende el mismo a partir de diagnosticar el estado actual sobre la necesidad y/o presencia de un enfoque EIP, en el proceso de formación del Arquitecto (pregrado) y en la Especialidad de Enfermería en Cuidados Intensivos (postgrado), al considerar que la pandemia de la Covid-19 resultó algo desconocido y sin precedentes en cuanto a forma y velocidad de trasmisión y requirió de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) para la atención de las complejidades propias de la enfermedad, las que debieron ser socialzadas para una mejor comprensión de las pautas a seguir en el contexto urbano.
El análisis de ambos procesos permitió trabajar con dos ciencias que requieren desarrollar el trabajo en equipo para garantizar la salud humana desde sus saberes específicos. En el proceso investigativo para el diagnóstico, tanto en pregrado como postgrado, se desarrollaron entrevistas a los docentes y encuestas a los estudiantes. Los indicadores de las encuestas a los estudiantes responden a los aspectos recogidos en la tabla 1, tanto para estudiantes de pregrado (Arquitectura) como de postgrado (Especialidad de Enfermería en Cuidados Intensivos). La escala de puntuación se midió entre 0 y 10 y se considera como muy importante el valor 10, en una escala descendente.
| Indicador | |
| a | Necesidad de una relación interprofesional en el proceso formativo. |
| b | Desarrollo de tareas que requieran de la relación interprofesional. |
| c | Vinculación de los estudiantes con los de otras profesiones. |
| d | Formación de habilidades para el trabajo en equipo. |
| e | Necesidad de participar de manera conjunta con otros profesionales para la solución de problemas actuales. |
| f | Adquirir enfoques o conocimientos de otras profesiones para investigaciones conjuntas y una práctica colaborativa eficaz. |
Investigaciones precedentes (Chaos, Morales & Portuondo, 2021), reflejan que para el caso de la carrera de Arquitectura, las entrevistas a docentes indagaron sobre tres aspectos fundamentales: desarrollo de investigaciones conjuntas con profesionales de las Ciencias Médicas, abordaje de la EIP en las investigaciones y necesidad de la EIP en general y en particular con las Ciencias Médicas. Fueron entrevistados 18 docentes del Departamento de Arquitectura y el Centro de Estudios de Conservación y Desarrollo de las Construcciones (CECODEC), 9 con categoría de Doctor (4 en Ciencias Pedagógicas, 3 en Ciencias Técnicas, 1 en Ciencias Económicas y 1 en Ciencias del Arte) y los restantes 9 con categoría de Máster. Todos los docentes entrevistados poseen más de 10 años de experiencia profesional y de ellos 14 con más de 25 años. Sobre los resultados obtenidos, puede afirmarse que existió consenso en aspectos como: insuficiente número de investigaciones conjuntas entre Arquitectos y profesionales de las Ciencias Médicas (solo tres profesores refieren haberlas realizado), pese a que el claustro desarrolla investigaciones de alto impacto y de perfil amplio aún no ha sido muy abordado el tema de la EIP con respecto a la relación Arquitectura-Ciencias Médicas y el total de docentes entrevistados señala la necesidad de la EIP en general y en particular con las Ciencias Médicas.
Como parte de las encuestas a los estudiantes, se obtiene el criterio de 24 estudiantes de cuarto y quinto año de la carrera de Arquitectura pertenecientes al Grupo Científico Estudiantil vinculado al proyecto de investigaciónii y que ya han desarrollado proyectos relativos a la salud y otros de baja a alta complejidad y que atienden todas las escalas de diseño. Los resultados más importantes, obtenidos de la recogida de datos reflejan los siguientes aspectos: casi la totalidad de los encuestados, 96% (23) considera muy importante la formación de habilidades para el trabajo en equipo, el 75% (18) reconoce la necesidad de una vinculación de los estudiantes de Arquitectura con los de otras profesiones y el 71% considera necesario el adquirir enfoques o conocimientos de otras profesiones para investigaciones conjuntas y una práctica colaborativa eficaz. No se obtuvieron puntuaciones por debajo de cuatro, lo que resulta favorable para la implementación de la EIP en el proceso formativo del estudiante de Arquitectura (figura 3).
Se pudo constatar además que durante el proceso formativo existe poca o escasa vinculación de los estudiantes de Arquitectura con otras profesiones, en particular con las Ciencias Médicas, pese a que se reconoce que al atender la salud humana, posee un vínculo estrecho pues la arquitectura satisface necesidades materiales y espirituales del hombre. De igual forma, en el diseño de tareas en el contexto de actuación es insuficiente la concreción de acciones que expresen una relación interprofesional y no se revela ante los estudiantes la necesidad de la misma.

En el caso del diagnóstico en la Especialidad de Enfermería en Cuidados Intensivos (Morales, Portuondo, Borjas & Reyes, 2021), fueron entrevistados 11 docentes del Hospital Provincial Docente Manuel Ascunce Domenech de Camagüey, los 11 con categoría de Máster. Todos los docentes entrevistados poseen más de 10 años de experiencia profesional y de ellos 4 con más de 25 años. Sobre los resultados obtenidos existió consenso en aspectos como: insuficiente número de investigaciones conjuntas entre residentes de Enfermería y el resto de las especialidades médicas, pese a que el claustro fundamentalmente está compuesto por médicos no se alcanza el nivel de interprofesionalidad que se requiere y no se logra en ocasiones que sea escuchado el criterio del residente en Enfermería. Los entrevistados en su totalidad coinciden en la necesidad de la EIP. Un aspecto importante que se reconoce es que resultan muy escasas, o al menos no se conocen muchas investigaciones desarrolladas con otras profesiones que no sean de las Ciencias Médicas, sólo dos entrevistados plantearon que existe algún tipo de vínculo con las Ciencias Sociales o la Geografía Médica y reconocen experiencias reflejadas en la literatura científica. Se reconoció por tres entrevistados la existencia de vínculos de colaboración en investigaciones, pero fundamentalmente en entrevistas o encuestas para estudios que desarrollan especialistas de otras ciencias.
Con respecto a las encuestas aplicadas (tabla 1) a la totalidad de los estudiantes de postgrado que cursan el primer año de la Especialidad (20), se obtuvieron los siguientes resultados: todos los encuestados consideran muy importante la formación de habilidades para el trabajo en equipo, el 85% (17) opina que existe la necesidad de una relación interprofesional en el proceso formativo y el desarrollo de tareas que permitan una relación interprofesional, el 80% considera necesario la vinculación de los residentes con los de otras profesiones y el 60% consideró importante adquirir enfoques o conocimientos de otras profesiones para investigaciones conjuntas y una práctica colaborativa eficaz. Este último aspecto demuestra que son escasas las investigaciones que con otras profesiones se desarrollan, lo cual constituye una prioridad que debe atenderse desde el proceso de formación continua. No se obtuvieron puntuaciones por debajo de cuatro, lo que resulta favorable para la implementación de la EIP (figura 4).

De los resultados obtenidos para ambos estudios tanto en la carrera de Arquitectura como en la Especialidad de Enfermería se deriva la necesidad de diseñar el proceso de formación basado en la EIP. Aguayo, Verri & Rojas (2020) exponen lo acertado de estrategias activas centradas en el aprendizaje autónomo y reflexivo, frente a las estrategias tradicionales. Los autores también reconocen aspectos relativos al aprendizaje basado en problemas, por las posibilidades que ofrece en cuanto a estimular la capacidad de liderazgo, de comunicación, la creatividad y el trabajo en equipo.
Algunos avances en este sentido se tienen desde el vínculo entre el Proyecto de investigación institucional Estudio del paisaje urbano histórico y en particular el repertorio habitacional del centro histórico de Camagüey del Centro de Estudios de Conservación y Desarrollo de las Construcciones (CECODEC) y el Grupo de perfeccionamiento de los modos de actuación para el desarrollo del desempeño profesional del Centro de Estudios de Ciencias de la Educación ‟Enrique José Varona” (CECEDUC), ambos de la Universidad de Camagüeyiii. Se establecieron alianzas para desarrollar equipos de trabajo en los cuales especialistas de las Ciencias Médicas aportan sus experiencias en el tema de la Covid-19 y éstas son consideradas en el desarrollo de propuestas para entornos saludables con vistas al desarrollo del turismo urbano seguro.
4. Camagüey un destino urbano seguro, experiencias desde los procesos de formación con enfoque EIP
En la investigación se reconocen los antecedentes que identifican a Camagüey como una ciudad con una estructuración en sectores (Chaos & Marichal, 2015), donde el sector tradicional atesora su centro histórico declarado Monumento Nacional (1980) y la parte más antigua de éste, inscrita en la lista del Patrimonio Mundial (UNESCO, 2008). Más de 40 años de trabajo del CECODEC evidencian las potencialidades del centro histórico en el que existen importantes exponentes de su valioso patrimonio cultural tangible (figura 5) e intangible (figura 6) que constituyen un fuerte atractivo para el desarrollo del turismo urbano (Chaos, Arnaiz, Falls & Sóñora, 2019). Camagüey ha consolidado la conservación de su valioso patrimonio que por, la heterogeneidad funcional y el carácter mixto de sus edificios, le otorgan al sector tradicional la variedad necesaria para convertirse en un importante destino turístico urbano. Destaca su integridad visual arquitectónica donde se manifiesta una gran unidad dentro de la amplia diversidad de estilos arquitectónicos y la yuxtaposición de sucesivas etapas constructivas que incluye el patrimonio reciente, en particular el repertorio habitacional del siglo XX, que tiene en los edificios de apartamentos del Movimiento Moderno la preferencia de la población (Falls & Chaos, 2021).

Iglesia Parroquial Mayor y Hostal Caminos de Hierro (de izquierda a derecha)
Cortesía Larissa Alves (2019) y Archivo fotográfico CECODEC (de izquierda a derecha).

Tradición alfarera y fiestas populares ‟carnavales” (de izquierda a derecha).
Archivo fotográfico CECODEC.Camagüey ha consolidado la conservación de su valioso patrimonio que por, la heterogeneidad funcional y el carácter mixto de sus edificios, le otorgan al sector tradicional la variedad necesaria para convertirse en un importante destino turístico urbano. Destaca su integridad visual arquitectónica donde se manifiesta una gran unidad dentro de la amplia diversidad de estilos arquitectónicos y la yuxtaposición de sucesivas etapas constructivas que incluye el patrimonio reciente, en particular el repertorio habitacional del siglo XX, que tiene en los edificios de apartamentos del Movimiento Moderno la preferencia de la población (Falls & Chaos, 2021).
El sector tradicional también posee importantes equipamientos colectivos de orden económico, muchos de ellos ubicados en calles de alta centralidad y en edifcaciones con valor patrimonial. Algunas de sus calles poseen una identidad propia y especial significación para los ciudadanos como: la calle Ignacio Agramonte, conocida como calle de los cines y transformada en corredor cultural cinematográfico donde se desarrolla un proyecto inclusivo para el fomento de la cultura audiovisual (Chaos, Falls & Arnaíz, 2021) y las calles Maceo y República, boulevares comerciales con una fuerte tradición de comercio donde se suma la presencia de otros servicios gastronómicos y de alojamiento.
Como parte del patrimonio intangible pueden mencionarse la tradicional celebración del San Juan camagüeyano en el mes de junio que culminaba en unión con las fiestas religiosas de San Juan y San Pedro y que tiene sus orígenes a partir del fomento de las haciendas ganaderas (Chaos, 2019) y actualmente constituye una fiesta popular en la que se desarrollan los carnavales; la procesión de Semana Santa con el Santo Sepulcro de la iglesia de la Merced; la tradición alfarera que devino en la Fiesta de barro y fuego, las innumerables leyendas entre las que destacan: la Virgen de la Soledad, el Aura Blanca, el Santo Sepulcro y las Cuatro Palmas (Instituto de Segunda Enseñanza de Camagüey, 1944) y también la importancia otorgada al teatro que hizo posible acoger en la ciudad el Festival Nacional de Teatro, evento considerado uno de los mas relevantes sucesos de las artes escénicas en Cuba.
En el quehacer cultural, se inserta de manera natural el turismo urbano que aprovecha las potencialidades de Camagüey. Se reconoce un crecimiento sostenido en el número de turistas que visitaba la ciudad desde el 2008 hasta 2019 y un decrecimiento significativo de estos, ante el cierre de fronteras a consecuencia de la Covid 19. Ello marcó cifras desfavorables por debajo de lo planificado en 2020 y 2021. El inicio de la reapertura ha sido complejo atendiendo a factores externos e internos y fundamentalmente a la crisis global generada por la paralización que sufrieron las economías. En el caso cubano y en particular Camagüey, aun no se aprecia un cambio significativo en la afluencia de turistas, lo cual hace pensar en la necesidad de establecer acciones que permitan ofrecer garantías de seguridad.
Si bien es cierto que se han desarrollado importantes acciones de conservación, la ciudad está llamada a prepararse para el cumplimiento de las normas establecidas por las Ciencias Médicas desde el punto de vista epidemeológico (aunque fue posible disminuir los casos a partir de la masiva vacunación de la población y minimizar las complicaciones graves que requerian hospitalización en la UCI) y para diseñar los espacios desde la Aquitectura, de forma que se garantice la salud humana de residentes y turistas. De allí que, como resultado de la investigación se elaboraron un conjunto de acciones para alcanzar ese objetivo. Algunas de estas acciones forman parte de la conservación preventiva consideradas indirectas, de formación, socialización y promoción pero vinculadas a la salud humana. De igual forma, en la propuesta se atiende un enfoque de desarrollo comunitario, pues la ciudad es en primer lugar espacio para sus ciudadanos, sobre la base de la sostenibilidad, pero con un alcance a los visitantes a partir de estrategias de marketing urbano que vincula los aspectos relativos a la salud humana.
Las acciones de formación incluyeron el enfoque EIP, a partir de las ventajas y el reconocimiento de su necesidad desde el diagnóstico. Se lograron además, desarrollar ejercicios prácticos de trabajo en equipos interprofesionales (arquitectos y especialistas en Enfermería), encaminados a garantizar espacios seguros. Las acciones de socialización estuvieron en función de crear mecanismos articuladores para un enfoque integral de la relación patrimonio-turismo-salud humana. Se consideró a la vez lo apuntado por Costa (2018, p. 22) al referir que, ‟la sensibilización patrimonial se refiere al establecimiento de políticas espaciales educativas vinculadas con las memorias del lugar y el tratamiento claro del patrimonio como valor colectivo desde escuelas, organismos de preservación, universidades o instituciones administrativas, de gestión u organizaciones civiles”.
Finalmente, las acciones de promoción estuvieron encaminadas a utilizar los medios y soportes en las distintas escalas de diseño para integrar a las estrategias de promoción turística (ya existentes en el destino), la estrategia de comunicación del Ministerio de Salud Pública de Cuba implementada para hacer frente a la pandema de la Covid 19 (tabla 2). Las acciones de la Tabla 2 referidas a las Ciencias Médicas tienen en el caso cubano una fortaleza en la existencia de los Consultorios del Médico de la Familia, los que de manera programada brindan atención a la población por las distintas Especialidades.
Todas estas acciones garantizan la conservación del patrimonio cultural, preservando el significado y las propiedades físicas de los bienes y el contexto donde los mismos se insertan. Contexto donde se desarrolla el turismo urbano y se vela por la salud de residentes y turistas para que Camagüey sea considerado un destino urbano seguro. Como aplicación de las acciones, se muestra uno de los ejercicos académicos desarrollado en un espacio público del centro histórico de Camagüey, ubicado en la calle Padre Valencia, frente al Teatro Principal; edificación que atesora valores patrimoniales y en la que se conjugan otras manifestaciones del arte, como expresión del patrimonio tangible e intangible. La selección de un espacio público responde a su capacidad de potenciar el contacto social y de generar identidad, de igual forma posibilita el encuentro de manifestaciones heterogéneas (Carrión, 2002).
| Formación | Socialización | Promoción |
| Articular un plan de formación de la comunidad en general y de los niños y jóvenes en particular, que permita el conocimiento del valioso patrimonio de su ciudad. | Constituir sociedades científicas y grupos científico estudiantiles (curriculares y extracurriculares) en los distintos niveles de enseñanza para el estudio y socialización de temas de interés patrimonial y relativos a la salud humana. | Editar y publicar materiales en diversos formatos y soportes, que promuevan los valores del patrimonio en su vínculo con las medidas epidemiológicas para la salud. Ello incluye los aspectos contenidos en la Estrategia de comunicación del Ministerio de Salud Pública. |
| Integrar la comunidad, las organizaciones sociales, las instituciones encargadas de la conservación y las universidades en proyectos comunitarios de educación patrimonial. | Desarrollar talleres, video-debates y exposiciones, para la difusión de los valores patrimoniales desde las instituciones encargadas de la conservación del patrimonio y en estrecho vínculo con las universidades. | Desarrollar una amplia labor de difusión en los medios tradicionales (prensa, radio y televisión) como formadores de conciencia ciudadana, de la necesidad de conservar el patrimonio como parte de la identidad nacional y de preservar la salud como derecho humano. |
| Formar y capacitar para trabajar en equipos interprofesionales, temas de conservación preventiva para el adecuado seguimiento y control de riesgos a los bienes culturales y al hombre. | Establecer intercambios para el conocimiento de los peligros a la salud humana vinculados a prácticas no responsables en los espacios públicos y privados de las ciudades. | Utilizar las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs) y propiciar espacios virtuales para la difusión de buenas prácticas de cuidado del patrimonio y la salud de las personas, así como para la difusión de mapas de riesgo por áreas de salud. |
| Desarrollar ejercicios académicos con equipos de trabajo interprofesionales para fomentar una práctica colaborativa interprofesional en defensa del patrimonio y la salud, reconociendo la vulnerabilidad de la población reflejado por áreas de salud. | Desarrollar convenios e intercambios con otras ciudades para socializar experiencias en el conocimiento, manejo y defensa del patrimonio cultural y la salud humana. | Construir una estrategia de marketing urbano con un mensaje unificado para la promoción de los valores del patrimonio y las buenas prácticas urbanas relacionadas con la salud. |
El centro histórico de Camagüey, atesora un sistema de plazas y plazuelas de alta significación por contar con importantes exponentes de los diversos periodos de la arquitectura y por ser sede de distintas manifestaciones culturales. En particular el espacio público seleccionado (figura 7), antecede a uno de los edificios que da cabida a las artes escénicas de arraigada tradición en la ciudad por lo que ha sido lugar de encuentro no solo para los residentes o la población camagüeyana en general, sino para los turistas que visitan la ciudad. En otras palabras, la plaza es punto de encuentro de poblaciones diversas que, por su ubicación en un eje vial que acoge instituciones culturales como el Sectorial Municipal de Cultura, la Sede del Conjunto Artístico Maraguán de la Universidad de Camagüey, el Proyecto EJO y las exposiciones de ARTECUADRA, entre otras; se convierte en un espacio vital de la ciudad.

El Teatro Principal por su parte, obra del constructor Juan Jerez Arraga, fue inaugurado el 2 de febrero de 1850 y constituyó el segundo teatro de importancia cultural en Cuba. Sufre un incendio en 1920 y es reconstruido y abierto el 18 de marzo de 1926. Levantado sobre la estructura general se edifica de tres niveles y alberga 785 lunetas. Resultado de esta nueva intervención cambia su fachada al adicionar una marquesina y en su frente construir un pequeño parque. Nuevamente es remodelado en la década de 1970 y reabierto al público el 25 de julio de 1977, recuperándose elementos de su fachada original. Su fachada actual posee arcos de medio punto con rejas y vitrales. En su evolución constructiva (figura 8), constituyó centro cultural de la ciudad y un hito dentro de la simbólica urbana.

El espacio seleccionado si bien refiere la plaza que antecede al Teatro Principal, abarca no solo el espacio público de alta significación cultural, sino también un espacio arquitectónico con función cultural, ambos con fuerte flujo de personas. La movilidad en la zona obliga a articular los criterios de diseño con los requerimientos necesarios para la salud humana. En ese sentido, a partir de las acciones previstas se desarrolla un proceso de formación desde las ventajas que ofrece la EIP, que facilita realizar una propuesta encaminada a alcanzar un turismo urbano seguro. De allí que,
la propuesta de reanimación de la Plazuela del Teatro se base en los principios de activación del espacio del urbanismo táctico y esté en correspondencia con las nuevas exigencias sanitarias establecidas ante la COVID-19, como parte de una cultura de prevención de riesgos. Se persigue como objetivo, llevar al lugar un arte urbano, espontáneo e intermitente con soluciones ligeras y económicas, para generar nuevos usos del espacio y fomentar la cultura en la comunidad. Los posibles recorridos dentro del área y la disposición del mobiliario se configuran para respetar el distanciamiento físico, establecido en los protocolos sanitarios, se colocan dispensadores de alcohol para el lavado de las manos y paneles informativos con mensajes de prevención y promoción de salud. En el aspecto formal se logra elevar la estética del lugar y se busca una contraposición visual con respecto a la fachada del Teatro Principal. (Presentación realizada por las estudiantes Melissa Álvarez González y Leidys Ávalos Maceira, en marzo de 2022)
En el ejemplo se evidencia la aplicación de principios de diseño, propios de la arquitectura (figura 9), articulados con los requerimientos que garantizan la salud de las personas (figura 10). Ello ha sido posible a partir de un enfoque EIP en el proceso de formación del arquitecto que posibilitó el trabajo en equipo para el cumplimiento de algunas de las acciones previstas. Dentro de ellas se incluyen, acciones de formación (Formar y capacitar para trabajar en equipos interprofesionales, temas de conservación preventiva para el adecuado seguimiento y control de riesgos a los bienes culturales y al hombre), lo cual fue realizado desde la asignatura Teoría, crítica e historia de la arquitectura y el urbanismo (TCHAU VIII) que se imparte en el cuarto año de la carrera de Arquitectura y acciones de socialización (Constituir sociedades científicas y grupos científico estudiantiles en los distintos niveles de enseñanza para el estudio y socialización de temas de interés patrimonial y relativos a la salud humana), conformándose un equipo de trabajo interprofesional de investigadores y estudiantes que forman parte del grupo científico estudiantil curriculariv.

Los resultados obtenidos desde el trabajo conjunto CECODEC-CECEDUC, evidencian las alianzas estrategias que desde la academia pueden lograrse a partir de desarrollar competencias transversales como el trabajo en equipo desde los procesos de formación continua. Ello permite una práctica colaborativa interprofesional que garantiza los modos de actuación para un desempeño profesional que aporte los saberes específicos desde la ciencia de la sostenibilidad y brinde las soluciones necesarias a los complejos problemas actuales de la humanidad.

En el caso cubano, otras acciones desde los medios de comunicación, las publicaciones institucionales y las redes sociales han alertado que en el nuevo escenario, la responsabilidad y motivación recae en las personas pero tambien en los gobiernos, por ello las autoridades de Salud Pública deben ‟activar los mecanismos sicológicos, comunicacionales, ambientales, sociales que están en la base para el comportamiento responsable de los individuos, grupos y organizaciones” (Fernández & Zaldívar, 2020, p. 9). Las acciones previstas consideran tambien la importancia que ha adquirido la educación online (sobre todo a partir del 2020) ‟que marcará un antes y un después en las prácticas pedagógicas y en los sistemas educativos actuales a nivel global” (Pinto & Cuervo, 2020, p. 145), aunque lamentablemente exprese una brecha a salvar en relación con la desigual accesibilidad a las tecnologías de la información.
5. Consideraciones finales
La investigación revela la necesidad de actualizar los procesos de formación continua bajo el prisma de la EIP con vistas a eliminar las limitaciones actuales del proceso formativo y para que cada profesión aporte sus saberes a la solución de problemas complejos. De esta forma el modo de actuación profesional basado en la EIP permite preparar a los profesionales de las diversas ciencias a partir de un sistema de acciones para actuar sobre el objeto de la profesión e interactuar de manera conjunta con otras profesiones con vistas a garantizar la solución de los diversos y complejos problemas referidos a la salud humana. En particular la contribución atiende la relación patrimonio - turismo urbano en las actuales condiciones, lo cual implica la necesidad de garantías para la salud de residentes y turistas.
El análisis de los procesos de formación en Arquitectura y en las Ciencias Médicas, en particular la Especialidad de Enfermería Intensiva y Emergencia dada la experiencia alcanzada en la atención al paciente grave con Covid (para atender la formación en pregrado y postgrado), revela la necesidad de un enfoque EIP para los nuevos desafíos que ya enfrenta la humanidad. En este sentido deberán incorporarse los aportes de la pedagogía universal y cubana en particular, con vistas al desarrollo de un proceso formativo que esté en consonancia con la ciencia de la sostenibilidad.
La propuesta de acciones relativas a la conservación preventiva (de formación, socialización y promoción) aplicadas a una propuesta de diseño y articuladas con los protocolos sanitarios permiten corroborar la necesidad de un actuar en el que se reconozca que, desde los diversos saberes, de manera coordinada e integrada, se puede alcanzar un destino urbano seguro. Los resultados obtenidos mediante la aplicación de algunas de ellas en un ejercicio académico mediante la colaboración interprofesional (investigadores y estudiantes) evidencian la posibilidad de desarrollar competencias transversales como el trabajo en equipo desde los procesos de formación continua, lo cual se traduce en beneficio del patrimonio, el turismo y la salud humana.
6. Contribuciones de los/as autores/as:
Mabel Teresa Chaos Yeras: conceptualización; metodología; investigación; redacción – revisión y edición.; administración del proyecto.
Raúl Alberto Morales Rivero: conceptualización; metodología; investigación; redacción – revisión y edición.
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Notas